CALENTAMIENTO GLOBAL EN EL ÁMBITO ACTUAL DE NUESTRO PLANETA
Trabajo final de erick nunez seminario del cambio climatico agua
1. UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES
ESCUELA DE ADMINISTRACIÓN Y CONTADURÍA
SEMINARIO: CAMBIO CLIMATICO
PROFESORA: MILAGROS LOPEZ
LOS RECURSOS HÍDRICOS FRENTE AL CAMBIO
CLIMÁTICO EN VENEZUELA
Alumno:
Núñez T. Erick
C.I. 20.309.975
Caracas, Junio 2012
2. Índice General
Índice General……………………………………………………………………..ii
Introducción……………………………………………………………………….3
Los Recursos Hídricos frente al cambio climático en Venezuela……………4
Cambio Climático……………………………………………………………….4
Riesgos asociados al Cambio Climático…………………………………….6
Riesgos asociados al cambio climático frente al recurso hídrico…………8
Cambio climático en Venezuela…………………………………………..…12
Cambio climático y recursos hídricos en Venezuela………………………13
Escenarios futuros del cambio climático en Venezuela……………….…15
Conclusiones…………………………………………………………………….17
Referencias consultadas……………………………………………..………..19
Anexos…………………………………………………………………………….20
Introducción
2
3. El cambio climático no se refiere únicamente a las variaciones del clima.
No son cambios de temperatura en los que aumenta o disminuye el calor o el
frío en un tiempo determinado. Se trata más bien de un proceso de
calentamiento de la tierra, que es producido básicamente por la actividad del
hombre.
Con el aumento de la población y el crecimiento de las ciudades, aumenta
también el consumo de combustibles como la gasolina, el gas LP y el diesel.
La contaminación producida por los automóviles y las fábricas incluye los
llamados gases de efecto invernadero, que se quedan en la atmósfera y
retienen el calor que emite la Tierra después de calentarse por la radiación
solar. Un aumento en la concentración de estos gases produce incrementos
en la temperatura del planeta, y con ellos cambios en el clima.
A pesar de la ignorancia prácticamente total, los informes emitidos por
diversas disciplinas científicas, nos dicen con seguridad que el hombre está
destrozando la Tierra, por lo que es necesario actuar con decisión y en
contra de las inclinaciones inmediatas.
En relación a lo anterior, la presente investigación tiene como principal
objetivo Determinar el impacto de los recursos hídricos frente al cambio
climático y como este afecta la trascendental importancia del agua en
Venezuela. De esta manera, se darán a conocer los aspectos básicos sobre
cambio climático y los principales riesgos asociados al mismo, así como los
riesgos asociados al cambio climático frente al recurso hídrico. Además se
desarrollará el impacto que ha producido el cambio climático en Venezuela,
así como los riesgos que involucran a los recursos hídricos. De igual forma,
se expondrán los escenarios futuros del cambio climático estimados por
distintos estudios para Venezuela.
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4. Los Recursos Hídricos frente al cambio climático en Venezuela
Cambio Climático
Cambio climático se refiere a la alteración de las condiciones ambientales
por un periodo de tiempo prolongado, que surge directa o indirectamente de
la acción del hombre sobre el medio natural y que repercute sobre las
condiciones atmosféricas produciendo efectos medibles en periodos de
tiempo determinados.
En este sentido, Martínez J., y otros (s/f) señalan que el cambio climático
es un problema con características únicas, ya que es de naturaleza global,
sus impactos mayores serán en el largo plazo e involucra interacciones
complejas entre procesos naturales (fenómenos ecológicos y climáticos) y
procesos sociales, económicos y políticos a escala mundial.
Una forma de explicar éste fenómeno, consiste en que la tierra absorbe
radiación solar (radiación de onda corta), principalmente en la superficie, y la
redistribuye por circulaciones atmosféricas y oceánicas para intentar
compensar los contrastes térmicos, principalmente del ecuador a los polos.
La energía recibida es remitida al espacio para mantener en el largo plazo un
balance entre energía recibida y reemitida. Cualquier proceso que altere tal
balance ya sea por cambios en la radiación recibida o reemitida o en su
distribución en la tierra se reflejará como cambios en el clima. A tales
cambios en la disponibilidad de energía radiactiva se les conoce como
forzamientos radiactivos. Cuando éstos son positivos tienden a calentar la
superficie de la tierra. Cuando el forzamiento radiactivo es negativo se
produce enfriamiento.
En relación a lo anterior, Martínez J., y otros (s/f) afirman que los
aumentos en la concentración en los gases de efecto invernadero reducen la
4
5. eficiencia con la cual la tierra reemite la energía recibida al espacio. Parte de
la radiación saliente de onda larga emitida por la Tierra al espacio es
reemitida a la superficie por la presencia de esos gases. Esto explica la
elevación de la temperatura de la superficie para emitir más energía.
Además, señalan que si las concentraciones de gases de efecto invernadero
continúan aumentando la temperatura de superficie del planeta mantendrá
una tendencia positiva; si se estabilizan, los efectos de calentamiento
perdurarán mucho tiempo. (ver anexo 1)
Barros V. (2005) sostiene que “Este proceso, que se conoce como cambio
climático, es probablemente uno de los desafíos más difíciles para el siglo
que se inicia”. Además, enuncia lo siguiente con respecto a los gases de
efecto invernadero:
El agua, el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso son
componentes naturales de la atmósfera. Estos gases tienen la
propiedad de absorber parte de la radiación que sale por la ventana de
radiación. De modo que, cuando su concentración aumenta, la
radiación saliente al espacio exterior es menor y, por lo tanto, la
temperatura que adquiere el planeta aumenta. Por esta razón se los
llama “gases de efecto invernadero” (GEI).
Las emisiones de los GEI poseen un tiempo de vida en la atmósfera que
se extiende entre los 15 años (metano) y los 120 (óxido nitroso). El tiempo
de vida del dióxido de carbono se estima entre los 100 y 150 años. Hay otros
GEI artificiales, de afortunadamente muy baja emisión, con tiempos de vida
entre 40 años y varios milenios.
En relación a lo anterior, Barros V. (2005) afirma que la prolongada
permanencia de los GEI en la atmósfera hace que las emisiones tengan un
efecto acumulativo. De esta manera, los mayores efectos de los GEI se
producen después de varias décadas.
5
6. Esta problemática es lo que se conoce como cambio climático. Este ha
ocurrido en el pasado y seguramente seguirá ocurriendo en el futuro, por
diversas causas y no sólo por cambios en la concentración de GEI.
Riesgos asociados al Cambio Climático
El sistema climático mundial es parte integrante de los complejos
procesos que mantienen la vida. El clima y el tiempo siempre han
repercutido mucho en la salud y el bienestar de los seres humanos, pero, al
igual que otros grandes sistemas naturales, el climático está empezando a
sufrir la presión de las actividades humanas. El cambio climático global
representa un nuevo reto para las actuales iniciativas encaminadas a
proteger la salud humana.
La escala mundial del cambio climático difiere esencialmente de los
muchos otros problemas ambientales bien conocidos, relacionados con
peligros toxicológicos o microbiológicos localizados. El cambio climático
significa que, hoy día, estamos alterando los sistemas biofísicos y ecológicos
de la Tierra a escala planetaria, como se evidencia por el agotamiento del
ozono estratosférico, la reducción acelerada de la biodiversidad, las
presiones sobre los sistemas terrestres y marinos productores de alimentos,
el agotamiento de las reservas de agua dulce y la diseminación mundial de
contaminantes orgánicos persistentes. Las sociedades humanas tienen una
larga experiencia de vicisitudes climáticas de origen natural (ver anexo 2).
Las antiguas civilizaciones egipcia, mesopotámica y maya y las poblaciones
europeas (durante los cuatro siglos de la pequeña edad del hielo) se vieron
afectadas por los grandes ciclos climáticos de la naturaleza. En periodos
mucho más breves se han producido a menudo catástrofes y brotes de
enfermedades a raíz de ciclos climáticos regionales extremos, como el ciclo
El Niño- Oscilación Austral (ENOA).
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7. Entre los riesgos asociados a cambios climáticos, se observan diversas
repercusiones sobre la salud. En este sentido, la Organización Mundial de la
Salud, en su Informe sobre la salud en el mundo 2002, estimó que el cambio
climático fue responsable en el año 2000 de aproximadamente el 2,4% de
los casos de diarrea en todo el mundo y del 6% de los casos de paludismo
en algunos países de ingresos medios. (ver anexo 3)
Es probable que los primeros cambios detectables en la salud humana
consistan en modificaciones de los límites geográficos (latitud y altitud) y la
estacionalidad de ciertas enfermedades infecciosas, en particular de las
transmitidas por vectores (como la malaria y el dengue) y por alimentos (por
ejemplo la salmonelosis), cuya frecuencia es máxima en los meses más
cálidos. Tanto en verano como en invierno, unas temperaturas medias más
altas, combinadas con una mayor variabilidad climática, alterarían el patrón
de exposición a temperaturas extremas y las consiguientes repercusiones en
la salud. Por el contrario, las consecuencias en la salud pública de la
alteración de los ecosistemas naturales y gestionados que producen
alimentos, la subida del nivel del mar y los desplazamientos demográficos
por peligros físicos, pérdida de tierras, perturbaciones económicas y
conflictos civiles probablemente no se manifiesten hasta pasados varios
decenios.
Con respecto a los riesgos por eventos extremos frente al cambio
climático, Martelo M. (2009) señala que “Se estima plausible que el número
de personas afectadas por desastres climáticos aumente en 60.000/millón
por cada ºC de incremento de la temperatura”, y habría mayor impacto para
los sectores de atención hospitalaria y de salud y protección civil.
7
8. Por otra parte, en relación a los riesgos por eventos no extremos, Martelo
M. (2009) afirma que “Los sistemas ecológicos tienen muchos procesos no
lineales que interactúan y los hacen vulnerables a cambios repentinos o a
los efectos de umbral”, lo cual se traduce en un mayor riesgo para la
seguridad agroalimentaria. Un ejemplo de esto, es el caso del arroz y el
maíz, los cuales a temperaturas mayores a 35 °C sólo por más de una hora,
producen esterilidad de la espiguilla y pérdida de viabilidad y polen.
Otro riesgo mencionado por la autora con respecto al cambio climático es
el representado por la disminución de la productividad de los humanos y
animales domésticos, puesto que su salud se ve afectada por el estrés
térmico. Esto implica un mayor riesgo directo para la salud, y un aumento del
riesgo indirecto para la seguridad agroalimentaria.
De igual forma, Martelo M. (2009) señala lo siguiente:
Los cambios en ecosistemas (menos bienes y servicios ecológicos),
en recursos hídricos (suministro menor, y/o más irregular; más
problemas de saneamiento) y el aumento del nivel del mar, pueden
generar enormes migraciones (ya la ONU creó la categoría de
“refugiados ambientales”), e intentos de ocupación de tierras ya
ocupadas, lo que puede traer graves conflictos sociales e incremento
de guerras locales/regionales.
Riesgos asociados al cambio climático frente al recurso hídrico
Los registros de observaciones y las proyecciones climáticas aportan
abundante evidencia de que los recursos de agua dulce son vulnerables y
pueden resultar gravemente afectados por el cambio climático, con muy
diversas consecuencias para las sociedades humanas y los ecosistemas.
Bates B., y otros (2008) afirman que el calentamiento observado durante
varias décadas ha sido vinculado a cambios experimentados por el ciclo
8
9. hidrológico en gran escala. En particular: aumento del contenido de vapor de
agua en la atmósfera; variación de las características, intensidad y valores
extremos de la precipitación; disminución de la capa de nieve y fusión
generalizada del hielo; y cambios en la humedad del suelo y en la
escorrentía. Los cambios de la precipitación están sujetos a una variabilidad
espacial e interdecenal considerable.
Durante el siglo XX, la precipitación ha aumentado en mayor medida en
extensiones terrestres y en latitudes septentrionales altas, y ha disminuido
entre los 10°S y los 30°N a partir de los años 70. En la mayoría de las áreas,
la frecuencia de fenómenos de precipitación intensa (o la proporción total de
lluvia descargada por lluvias intensas) ha aumentado La superficie mundial
de tierra clasificada como muy seca se ha duplicado con creces desde los
años 70. Ha habido disminuciones importantes de la cantidad de agua
almacenada en los glaciares de montaña y en la cubierta de nieve del
Hemisferio Norte. Se han observado variaciones en la amplitud y cronología
de las crecidas en los ríos alimentados por glaciares o por el deshielo de
nieve, y en fenómenos relacionados con el hielo en ríos y lagos.
Según el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, los principales
elementos que pueden sufrir impacto por efecto del cambio climático son los
siguientes: la zona o cuenca de captación de lluvia, escurrimiento e
infiltración; la morfología y topología del cauce principal (control de
avenidas); el almacenamiento de aguas; la demanda de usuarios directos e
indirectos (agricultura, consumo humano e industrial, generación de energía
eléctrica, recreativo, pesca, medio ambiente, control de avenidas, etc.); la
zona regable (cambios en el ciclo fenológico del cultivo y régimen e
intensidad de la precipitación en la zona regable); drenaje de la zona regable
y períodos e intensidad de los derrames de la presa de almacenamiento; y
9
10. ecosistemas existentes aguas debajo de los drenajes agrícolas (ríos, lagos,
lagunas costeras, entre otros).
Según Bates B., y otros (2008), “en áreas que padecen de estrés hídrico
las personas y los ecosistemas son particularmente vulnerables a una
disminución o a una mayor variabilidad de la precipitación por efecto del
cambio climático”. (ver anexo 4)
Son áreas que padecen estrés hídrico cuando su disponibilidad de agua
por habitante es inferior a 1.000 m3/año (tomando como base el promedio
histórico de la escorrentía) o cuando el cociente entre la extracción de agua
y el promedio anual histórico de escorrentía es superior a 0,4.
Martelo M. (2009) el recurso hídrico se ve afectado en al menos tres
aspectos por el cambio climático, entre los cuales se puede mencionar:
impactos sobre el recurso agua (calidad y cantidad); impactos sobre la
demanda y uso del agua; e impactos sobre los sistemas de gestión de agua
potable, generación de energía, control de inundaciones, control de
contaminación, navegación, recreación, hábitats y bienes y servicios
ecológicos.
Los impactos en cuanto a la calidad y cantidad de agua, vienen dados
por cambios como una mayor temperatura, lo cual trae como consecuencia
el aumento del gasto energético y una menor productividad animal. Además,
otro riesgo viene dado por la disminución de la precipitación y aumento de la
evaporación, lo cual produce niveles más bajos en época seca, menor
caudal en los ríos, incremento de riesgos de incendios, desertificación y
aumento de enfermedades asociadas al gua, aumento de la demanda para
riego, y menor productividad vegetal. De igual forma, los cambios en la
distribución del agua, se traducen en una modificación en el número de días
10
11. secos y lluviosos, lo cual produce cambios en las fechas de siembra,
problemas para realizar labores agrícolas, problemas en los sistemas de
gestión de aguas y cambios ecológicos en plagas y enfermedades. Por otra
parte, una mayor intensidad de precipitación, produce mayor riesgo de
deslaves e inundaciones y mayor erosión.
En relación a lo anterior, como consecuencias secundarias producidas
sobre la calidad y cantidad del agua, se puede mencionar una mayor
irregularidad en el abastecimiento de agua, disminución de la calidad del
agua, incremento de los conflictos por uso del agua, incremento de los
costos de tratamiento del agua, incremento de las fallas en el servicio de
agua potable, mayor irregularidad en la generación de energía hidroeléctrica,
dificultad creciente para el manejo de cuencas y aumento en la presión
sobre las aseguradoras.
Bates B., y otros (2008), clasifican los efectos observados en cuanto al
cambio climático y sus impactos con respecto a los servicios hidrológicos de
la siguiente manera:
11
12. Cambio climático en Venezuela
A nivel mundial ya se observan las repercusiones del cambio climático, y
Venezuela no es la excepción. En este sentido, Martelo M., (2009) afirma
que entre los cambios observados en el siglo XX se encuentra el
decremento de la temperatura máxima media de – 0,18 ºC / 10 años entre el
año 1930 y 1998, así como un incremento de la temperatura mínima media
de + 0,37 ºC / 10 años para el mencionado período.
En cuanto a la precipitación total anual, en Venezuela hay registro de
Decremento en casi todo el país entre –3% y –20% para el período de 1911
a 1998. Con respecto a la distribución anual de la precipitación, hay registros
de un decremento en la época lluviosa y un ligero incremento en la época
seca en algunas zonas del país.
Venezuela ha pasado a través de los años por numerosos eventos
naturales de carácter climático. Sánchez J. (2010) señala que se producen
en promedio un total de 65 eventos por año, entre inundaciones, alud
torrenciales, lluvias y sequías. (ver anexo 5).
Venezuela consume cerca de 270 millones de barriles de petróleo por
año, más 30 mil millones anuales de metros cúbicos de gas. Sólo por
concepto del consumo de combustibles fósiles, Venezuela se encuentra a la
cabeza de todos los países de América Latina en cuanto a emisiones de
carbono: cerca de 6 toneladas de CO2 por habitante por año.
Los altos índices de las emisiones de CO2 por habitante de Venezuela
genera responsabilidades que pueden y deben encararse con objetividad y
responsabilidad. Afortunadamente, Venezuela dispone de un amplio
espectro de opciones para reducir sus emisiones y contribuir
12
13. significativamente a los esfuerzos internacionales por evitar un aumento en
la temperatura global superior a los 2º C para finales de siglo, tal y como se
acordó en la conferencia de Copenhagen a finales del 2009 y como se
confirma actualmente en la conferencia de Cancún.
Martelo M., (2009) sostiene que “se estima que el clima futuro más
plausible para Venezuela es uno más seco y caliente que el actual, aunque
localmente podría aumentar la precipitación”.
Cambio climático y recursos hídricos en Venezuela
En Venezuela, en estos últimos tres decenios, al igual que en el resto de
Latinoamérica, se han observado cambios climáticos que repercuten sobre
los recursos hídricos, tales como crecidas, sequías o deslizamientos de tierra
(como por ejemplo las intensas precipitaciones para los años 1999 y 2005).
Andressen R. (s/f) señala que “La disponibilidad natural de agua en
Venezuela está constituida por el balance entre las entradas, representadas
por la precipitación y los aportes laterales provenientes de Colombia, y las
salidas representadas por las pérdidas por evaporación, evapotranspiración y
flujos transfronterizos hacia Brasil y Guyana”.
De manera preliminar, se pueden señalar algunas apreciaciones
relacionadas con la parte de impactos. En primer lugar, el problema hay que
dividirlo en dos grandes aspectos: el uso consuntivo y el uso no-consuntivo
del agua.
Entre los renglones de uso consuntivo del agua, la destinada para la
13
14. agricultura reviste cierta importancia, ya que en Venezuela la demanda de
agua para riego es cada vez mayor. A pesar de que existe una importante
superficie del país dotada de infraestructura de riego, muchos de los
sistemas, instalados hace ya varias décadas, requieren cuantiosas
inversiones para su eficiente funcionamiento.
Los efectos del cambio climático sobre los recursos hídricos para uso
consuntivo, requieren ser analizados junto con los efectos directos e
indirectos sobre los cultivos, que incluyen rendimientos agrícolas, pestes y
enfermedades y cría de animales. Sobre estos aspectos se ha hecho un
importante progreso en diferentes regiones del mundo, pero muy poco en
Venezuela. Las zonas más vulnerables son las que experimentan
importantes fluctuaciones pluviométricas interanuales (zonas de transición
entre climas subhúmedos y secos), donde la menor cantidad de humedad
disponible, junto a mayores pérdidas por evaporación pueden reducir la
capacidad de producción.
En el caso de agricultura de secano, los efectos pueden conducir a una
disminución de la superficie bajo cultivo, y en el caso de agricultura bajo
riego, si no se aumenta su eficiencia, se pueden ver afectados los
rendimientos o incluso el área sembrada; ya que de acuerdo con los
escenarios propuestos habría una disminución significativa de la cantidad de
agua disponible y un incremento de las pérdidas por evaporación. Por
ejemplo, una disminución de la precipitación en el orden del 10%,
acompañada por un incremento en la evapotranspiración del 15%, podría
inducir a una disminución de hasta 30% de la superficie bajo riego, si no se
toman medidas adecuadas de mitigación y adaptación.
Además de los posibles efectos, antes señalados, las alteraciones en el
patrón de las lluvias (variación temporal) pueden afectar el calendario de las
14
15. actividades agrícolas; por ejemplo, pueden obtenerse menores rendimientos
en zonas semiáridas donde los cambios en las precipitaciones, temperatura y
evaporación, reduzcan la cantidad de agua disponible para los cultivos.
Según Gabaldón A. (s/f) el “aumento o disminución de la precipitación, y
por ende, de la escorrentía, viene asociada a valores extremos (máximos o
mínimos) y más frecuentes, agravándose los efectos del cambio climático y
la ocurrencia de desastres naturales”. En relación a esto, una alteración en
el nivel de precipitaciones puede traer consigo importantes repercusiones
como afectar la producción hidroeléctrica del Guri en el Estado Bolívar por
ejemplo. En este caso se estaría hablando de una disminución en las
precipitaciones.
De igual forma, las alteraciones en la distribución espacio-temporal de las
precipitaciones traen efectos significativos en la actividad agrícola afectando
la producción.
Gabaldón A. (s/f) señala además, que son efectos del cambio climático
sobre los recursos hídricos en Venezuela, inundaciones en zonas costeras
bajas por ascenso de los niveles del mar, así como la operación de sistemas
de acueductos debido a la alteración del régimen fluviométrico.
Escenarios futuros del cambio climático en Venezuela
Los escenarios de cambio climático, que para Venezuela, indican cambios
en la precipitación anual entre -2,0 y -8,7 % para los años 2020, 2040 y
2060, y cambios en la temperatura media anual entre 0,5º y 1,8º C para los
mismos años. (ver anexo 6)
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16. Según estimaciones reflejadas por Martelo M., (2009) el cambio climático
en Venezuela traerá considerables cambios, entre los cuales se menciona la
expansión del área bajo riesgo climático de desertificación, del 39% del
territorio actúala un 47% para el 2060.
En cuanto al sector agrícola, el café (Táchira), la caña de azúcar
(Yaracuy) y las musáceas (Zulia) pasarían a ser cultivos marginalmente
aptos, y la producción de pollos y cerdos disminuirá.
De igual forma, se espera que La capacidad de recuperación estacional
de los embalses disminuya, aumentando los conflictos de uso del agua. Es
probable que los cambios en caudal alteren negativamente la calidad del
agua.
En Venezuela además, es importante mencionar, que Los sistemas de
agua potable y saneamiento son muy vulnerables actualmente, y la menor
disponibilidad de agua en el futuro incrementará los problemas de prestación
de estos servicios.
Además, se estima que podría incrementarse el número de casos de
enfermedades gastrointestinales, así como las dengue y malaria.
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17. Conclusiones
El clima depende de un gran número de factores que interactúan de
manera compleja. A diferencia del concepto tradicional de clima, como el
promedio de alguna variable, hoy en día se piensa en éste como un estado
cambiante de la atmosfera, mediante sus interacciones con el mar y el
continente, en diversas escalas de tiempo y espacio.
Cuando un parámetro meteorológico como la precipitación o la
temperatura sale de su valor medio de muchos años, se habla de una
anomalía climática ocasionada por forzamientos internos , como inestabilidad
en la atmósfera y/o el océano; o por forzamientos externos como puede ser
algún cambo en la intensidad de la radiación solar recibida, e incluso
cambios en las características del planeta (concentración de gases de efecto
invernadero, cambios en el uso del suelo, etc.) resultado de la actividad
humana. Las formas de variabilidad del clima son muchas y por lo tanto,
pronosticarlo a largo plazo no es fácil. Es por ello que distinguir que produce
cambios en el clima de un año para otro o en escalas mayores de tiempo
constituye un reto científico.
En los últimos dos siglos, el crecimiento exponencial de la población y de
los niveles promedio de consumo individual impulsó un vertiginoso
incremento de la demanda global de todo tipo de recursos y modificó casi
completamente la superficie continental del planeta. La base de la expansión
del consumo fue el ritmo explosivo del desarrollo tecnológico, que hizo que
por primera vez el género humano produjera impactos globales sobre el
planeta, cambiando drásticamente la vida del mismo.
Durante siglos, las sociedades humanas han alterado los ecosistemas
locales y modificado los climas regionales. Hoy día, la influencia del ser
17
18. humano ha alcanzado una escala mundial, reflejo del rápido incremento de la
población en los últimos tiempos, del consumo de energía, de la intensidad
de uso de la tierra, del comercio, de los viajes internacionales y de otras
actividades humanas. Estos cambios globales nos han hecho más
conscientes de que, a largo plazo, la buena salud de la población depende
de que los sistemas ecológicos, físicos y socioeconómicos de la biosfera se
mantengan estables y en correcto funcionamiento.
El cambio climático ha traído numerosas consecuencias sobre los
recursos hídricos en todo el mundo, y Venezuela no es la excepción. Hasta
la actualidad, se han registrado un gran número de eventos naturales
asociados a fenómenos climáticos, que han traído consecuencia de diversa
índole, que van desde la actividad agrícola, hasta la salud pública.
La adopción de adecuadas medidas de adaptación y mitigación, frente al
cambio climático, podrá garantizar que podamos armonizar el crecimiento
demográfico y económico de las próximas décadas con las limitaciones que
se puedan presentar en la oferta de agua. En este sentido, se deben
implementar planes de manejo de los recursos hídricos, que sean el
resultado de una interacción bien planeada y concebida entre la tecnología,
la sociedad, la economía y las instituciones, con el pro-pósito de balancear la
oferta y la demanda del recurso, ante escenarios de ocurrencia de extremos
hidrológicos.
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19. Referencias consultadas
Barros V., (2005) El cambio climático global. 2da ed. Buenos Aires: Libros
del Zorzal
Bates B., y otros (2008) El cambio climático y el agua. Documento técnico VI
del IPCC. Ginebra: Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el
Cambio Climático.
Cambio Climático y Salud Humana: Riesgos y respuestas (2003). Suiza:
Organización Mundial de Salud
Efecto del cambio climático en los recursos hídricos (s/f). Mexico: Instituto
Mexicano de Tecnología del Agua
Gabaldón A. (s/f) Principales problemas del agua en Venezuela. Caracas:
Universidad Simón Bolívar
Martelo M., (2009) Cambio Climático: Generalidades y Efectos en Venezuela.
Caracas: Universidad Central de Venezuela
Martínez J., y otros, (s/f) Cambio climático: una visión desde Mexico. Mexico:
Instituto Nacional de Ecología
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20. Anexos
[ANEXO 1]
[Cambio climático]
[ANEXO 2]
[Variaciones de la temperatura media de la superficie terrestre de los
últimos 20000 años]
20
21. [ANEXO 3]
[Vías por las que el cambio climático afecta la salud humana]
[ANEXO 4]
[Ejemplos de vulnerabilidad actual de los recursos de agua dulce y
de su gestión, mapa de estrés hídrico]
21
22. [ANEXO 5]
[Eventos climáticos en Venezuela 1987-2008]
[ANEXO 6]
[Posibles cambios en la temperatura y precipitaciones frente al
cambio climático en Venezuela]
22