El documento presenta un storyboard que describe una obra de arte. Cada cuadro presenta un texto que discute la naturaleza de la utopía y cómo puede operar como un modelo para la realidad a pesar de no tener una existencia concreta. La utopía puede caracterizar arquetipos orientadores a los que la realidad se adhiere y, aunque no existe materialmente, puede servir para probar elementos de lo que está sucediendo en el mundo real.
9. godofredo iommi | alberto cruz
1983
Se dice que la prueba de un sistema puede ser un
modelo. Si éste está bien constituido, aquél –por
reflejo– se demuestra.
Se piensa, también, que la utopía puede operar
como modelo, al punto que la «realidad», que
tiene lugar mundano, se hace tanto más sí
misma, cuanto más se aproxima a la utopía, que
por definición no tiene «aún» ese tipo de lugar.
10. godofredo iommi | alberto cruz
1983
Se dice que la prueba de un sistema puede ser un
modelo. Si éste está bien constituido, aquél –por
reflejo– se demuestra.
Se piensa, también, que la utopía puede operar
como modelo, al punto que la «realidad», que
tiene lugar mundano, se hace tanto más sí
misma, cuanto más se aproxima a la utopía, que
por definición no tiene «aún» ese tipo de lugar.
11. Se dice que la prueba de un sistema puede ser un
modelo. Si éste está bien constituido, aquél –por
reflejo– se demuestra.
Se piensa, también, que la utopía puede operar
como modelo, al punto que la «realidad», que
tiene lugar mundano, se hace tanto más sí
misma, cuanto más se aproxima a la utopía, que
por definición no tiene «aún» ese tipo de lugar.
12. Se dice que la prueba de un sistema puede ser un
modelo. Si éste está bien constituido, aquél –por
reflejo– se demuestra.
Se piensa, también, que la utopía puede operar
como modelo, al punto que la «realidad», que
tiene lugar mundano, se hace tanto más sí
misma, cuanto más se aproxima a la utopía, que
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17. A veces puede entenderse que ese «no-lugar»
de la utopía caracteriza a ciertos arquetipos
orientadores cuya propiedad, de suyo, sería
precisamente no ser «reales», sino modos a los
cuales la realidad mundana se atiene. En
general: una suerte de no-lugar que da lugar.
Inversamente al modelo matemático o lógico, lo
propio de la utopía es su no-estar para servir de
prueba a lo que va estando.
18. A veces puede entenderse que ese «no-lugar»
de la utopía caracteriza a ciertos arquetipos
orientadores cuya propiedad, de suyo, sería
precisamente no ser «reales», sino modos a los
cuales la realidad mundana se atiene. En
general: una suerte de no-lugar que da lugar.
Inversamente al modelo matemático o lógico, lo
propio de la utopía es su no-estar para servir de
prueba a lo que va estando.
19. A veces puede entenderse que ese «no-lugar»
de la utopía caracteriza a ciertos arquetipos
orientadores cuya propiedad, de suyo, sería
precisamente no ser «reales», sino modos a los
cuales la realidad mundana se atiene. En
general: una suerte de no-lugar que da lugar.
Inversamente al modelo matemático o lógico, lo
propio de la utopía es su no-estar para servir de
prueba a lo que va estando.
20. A veces puede entenderse que ese «no-lugar»
de la utopía caracteriza a ciertos arquetipos
orientadores cuya propiedad, de suyo, sería
precisamente no ser «reales», sino modos a los
cuales la realidad mundana se atiene. En
general: una suerte de no-lugar que da lugar.
Inversamente al modelo matemático o lógico, lo
propio de la utopía es su no-estar para servir de
prueba a lo que va estando.
21. A veces puede entenderse que ese «no-lugar»
de la utopía caracteriza a ciertos arquetipos
orientadores cuya propiedad, de suyo, sería
precisamente no ser «reales», sino modos a los
cuales la realidad mundana se atiene. En
general: una suerte de no-lugar que da lugar.
Inversamente al modelo matemático o lógico, lo
propio de la utopía es su no-estar para servir de
prueba a lo que va estando.
22. A veces puede entenderse que ese «no-lugar»
de la utopía caracteriza a ciertos arquetipos
orientadores cuya propiedad, de suyo, sería
precisamente no ser «reales», sino modos a los
cuales la realidad mundana se atiene. En
general: una suerte de no-lugar que da lugar.
Inversamente al modelo matemático o lógico, lo
propio de la utopía es su no-estar para servir de
prueba a lo que va estando.
23. A veces puede entenderse que ese «no-lugar»
de la utopía caracteriza a ciertos arquetipos
orientadores cuya propiedad, de suyo, sería
precisamente no ser «reales», sino modos a los
cuales la realidad mundana se atiene. En
general: una suerte de no-lugar que da lugar.
Inversamente al modelo matemático o lógico, lo
propio de la utopía es su no-estar para servir de
prueba a lo que va estando.
24. orientadores cuya propiedad, de suyo, sería
precisamente no ser «reales», sino modos a los
cuales la realidad mundana se atiene. En
general: una suerte de no-lugar que da lugar.
Inversamente al modelo matemático o lógico, lo
propio de la utopía es su no-estar para servir de
prueba a lo que va estando.