1. ALGO MÁS…!!!
Dónde y cuándo se administra la quimioterapia
Es posible recibir el tratamiento de quimioterapia en un hospital, un centro para
el tratamiento contra el cáncer, el consultorio médico o la casa. La mayoría de
los adolescentes regresan a sus casas una vez que reciben el tratamiento de
quimioterapia en una clínica o un hospital. Sin embargo, a veces, la gente que
recibe quimioterapia debe quedarse en el hospital para que los médicos puedan
observar y controlar los efectos secundarios.
Algunas personas reciben quimioterapia todos los días, mientras que otras la
reciben todas las semanas o todos los meses. Los médicos utilizan la palabra
“ciclos” para describir las sesiones de quimioterapia porque los períodos de
tratamiento se alternan con períodos de descanso.
¿Cuáles son los efectos secundarios más comunes?
Si bien el objetivo de la quimioterapia es atacar el cáncer, las células sanas,
como las del cabello, que se reproducen rápidamente, también se pueden ver
afectadas. Esto causa problemas, que se conocen como efectos secundarios. Los
efectos secundarios son, por lo general, temporales y difieren de una persona a
otra ya que dependen de la edad del paciente, el tipo de tratamiento y el lugar
donde se encuentre el cáncer.
Algunos de los efectos secundarios de la quimioterapia
son los siguientes:
Cansancio. Es muy común que la gente que está haciendo quimioterapia
se sienta muy cansada. Algunas personas se sienten extremadamente
cansadas repentinamente y suelen estar agotadas aun después de haber
descansado o dormido.
Incomodidad y dolor. Es posible que al colocar una aguja endovenosa o
un catéter en la vena, algunas personas se sientan incómodas. También
2. es probable que el tratamiento de quimioterapia provoque daños en los
nervios y quemazón, adormecimiento, cosquilleo o un dolor lacerante en
los dedos. Algunas drogas utilizadas en la quimioterapia también
provocan dolor en la boca, dolor de cabeza, dolores musculares y dolor
de estómago.
Cambios en la piel. La gente que recibe tratamientos de quimioterapia
suele notar que la piel se torna roja, sensible e irritada. La piel puede
ser muy sensible al sol. Es posible que quienes reciben radioterapia
antes de la quimioterapia, noten que la zona de la piel donde se hizo el
tratamiento se pone rojiza, presenta ampollas y se pela una vez que
comienza el tratamiento de quimioterapia. Esto se debe a la radiación.
Caída del cabello y problemas en el cuero cabelludo. A algunas personas
que reciben quimioterapia se les cae el cabello. Es posible que el cabello
parezca raleado y después se caiga por completo o en mechones.
Probablemente quienes reciben tratamiento de quimioterapia sufran una
caída del pelo en todo el cuerpo: la cara, la cabeza, los brazos y las
piernas, los antebrazos y la zona del pubis. La mayoría de la gente que
pierde el cabello durante la quimioterapia lo recupera una vez que
finaliza el tratamiento, por lo general en tres meses.
Llagas en la garganta, las encías y la boca. La quimioterapia puede
provocar llagas en la boca, las encías y la garganta, o irritar y hacer
sangrar las encías del paciente. El médico probablemente le recete un
enjuague bucal u otros productos para reducir el dolor, la sequedad y la
irritación. La gente que está bajo tratamiento de quimioterapia debe
hacerse controles dentales regulares y seguir los consejos del odontólogo
acerca del cepillado de los dientes durante la quimioterapia.
Problemas estomacales. Es posible que la gente que recibe quimioterapia
se sienta mal, no tenga ganas de comer o vomite durante el transcurso
del tratamiento. También es probable que estén sueltos de vientre o
constipados.
Problemas del sistema nervioso central. En algunas personas, la
quimioterapia también puede causar confusión temporal y depresión.
Problemas de riñón y de vejiga. Algunas drogas que se utilizan en la
quimioterapia suelen irritar los riñones o la vejiga.
3. Problemas sanguíneos. La quimioterapia puede causar ciertos problemas
en la sangre como los siguientes:
Anemia. La quimioterapia puede afectar los glóbulos rojos (las células que se
generan en la médula ósea y transportan oxígeno al resto del cuerpo). Esto puede
causar anemia, un recuento bajo de glóbulos rojos en la sangre.
Problemas de sangrado. Ciertos medicamentos de la quimioterapia también suelen
causar problemas con las plaquetas, que son necesarias para la coagulación de la
sangre. Cuando una persona tiene problemas con las plaquetas, hay más
probabilidades de que ocurran hemorragias y hematomas. A veces, es necesario
realizar transfusiones de sangre para solucionar estos problemas.
Mayor riesgo de contraer infecciones. Además de los problemas con los glóbulos
rojos y las plaquetas, la gente que recibe quimioterapia suele tener un conteo
bajo de glóbulos blancos. Los glóbulos blancos forman parte del sistema
inmunológico y permiten que el cuerpo se defienda de las infecciones. Como
resultado, las personas que reciben quimioterapia son más vulnerables a las
infecciones. Como su sistema inmunológico está debilitado, es importante que
estas personas eviten los lugares muy concurridos y se mantengan alejadas de
quienes tienen infecciones, como resfríos o gripe. Esto no quiere decir que los
adolescentes que reciben quimioterapia tengan que encerrarse en sus
habitaciones. Los médicos alientan a la gente que está haciendo un tratamiento
de quimioterapia a mantener contacto con sus amigos. Y a pesar de que, por lo
general, se les pide a los pacientes que den aviso cuando vayan a un lugar donde
habrá mucha gente, los médicos usualmente les dan permiso a los adolescentes
para asistir a estos acontecimientos sociales. Una de las maneras de evitar las
infecciones es lavarse las manos con frecuencia.
Dado que la quimioterapia puede provocar efectos secundarios a largo plazo
(conocidos con el nombre de efectos tardíos), es de suma importancia que la
gente que tuvo cáncer continúe asistiendo a los controles de cuidado médico de
rutina aunque el cáncer se haya curado. Dependiendo del tratamiento, las
personas que han tenido cáncer deben realizar con regularidad exámenes del
corazón y los pulmones, como también análisis de sangre para controlar el
funcionamiento de la glándula tiroidea.
4. Es importante que aquellos que reciben tratamiento de quimioterapia les
comuniquen a los enfermeros o a los médicos si sufren efectos secundarios, de
manera que éstos puedan ayudarlos a tratar el problema. Los médicos que utilizan
la quimioterapia para tratar a sus pacientes, no están solamente intentando curar
el cáncer, también desean que sus pacientes sufran lo menos posible mientras
hacen quimioterapia.
¿Qué puedo hacer para sentirme mejor durante la quimioterapia?
Tan solo pensar en la quimioterapia puede ser muy atemorizante. Si eres una de
las muchas personas cuyo cáncer es tratado con quimioterapia, tus médicos,
enfermeros y otros miembros del equipo de tratamiento contra el cáncer te
apoyarán antes, durante y después de la quimioterapia.
También recuerda que puedes buscar el apoyo de amigos y familiares. Cuando
estás sano, tus amigos te hacen sentir bien. Por lo tanto, si te rodeas de amigos
cuando estás enfermo te beneficiará enormemente. Las llamadas por teléfono o
el correo electrónico son excelentes maneras de mantenerse en contacto, aun si
estás pasando por un día muy difícil. Si tienes miedo de que tus amigos se
sientan incómodos, habla con tus padres o un enfermero para saber cómo
sobrellevar este sentimiento.
Además de tener que superar muchas emociones, también tendrás que lidiar con
los problemas físicos. Intenta poner en práctica estos consejos para sentirte
mejor durante el tratamiento:
Duerme mucho y con frecuencia. Tu cuerpo necesita descansar mucho
para recuperarse de la quimioterapia. Reduce las actividades que
requieran mucho esfuerzo y hazte tiempo para dormir bien todas las
noches.
Concéntrate en comer alimentos nutritivos. Si tienes náuseas, vómitos y
diarrea, es probable que no tengas apetito. Trata de ingerir alimentos
que tengan un alto valor nutricional y observa una dieta balanceada para
evitar la pérdida de peso y mantenerte sano. Comer porciones pequeñas
varias veces por día suele ser mejor que comer mucho pocas veces.
Además, comer con frecuencia hace que no estés tan hambriento. No
comas alimentos grasosos, fritos o picantes (alimentos que te pueden
5. dar náuseas) y come los que sean livianos y fáciles de digerir, como las
galletas de agua, las tostadas o los helados de agua.
Si te sientes mal del estómago, pídele a tu médico que te prescriba
algún medicamento para las náuseas.
Antes de tomar alguna medicación, incluidas las medicinas naturistas o
de venta libre, consulta con tu médico. Este consejo también se aplica a
las vacunas, como la vacuna de la gripe.
Hidrátate. Es posible que no tengas ganas de beber, pero el caldo
suave, los jugos y las bebidas deportivas sirven para recuperar el líquido
perdido por los vómitos y la diarrea. Seguramente te resultará más fácil
tomar bebidas a temperatura ambiente que líquidos fríos o calientes.
Sigue un horario para tomar los medicamentos. Si estás tomando una
medicación para aliviar el dolor, seguir un horario te ayudará a no
olvidarte de tomarlo. El dolor será más difícil de controlar si esperas a
sentirlo. Si el dolor persiste o empeora en algún momento, habla con su
médico.
Protege tu cuero cabelludo. Para proteger la cabeza del sol y evitar que
se irrite, usa un gorro, un sombrero o un pañuelo. Seguramente te
sentirás más cómodo si, para ir a la escuela o salir a otros lugares,
usas sombreros, pañuelos o pelucas hasta que vuelva a crecerte el
cabello. Sólo utiliza champús y productos suaves para el cabello.