Revista Encuentros nueva epoca nº 4 2 semesrtre 2009 definitiva
1. ENCUENTROS
NUEVA ÉPOCA Nº 4
REVISTA DEL GRUPO LITERARIO ENCUENTROS SEGUNDO SEMESTRE 2009
CASA DE LA CULTURA TRES CANTOS
2. Eventos
ENCUENTROS RECIBE A LUIS GARCIA MONTERO, UN EXTRAORDINARIO POETA GRANADINO
Es conocido que Granada es tierra fértil en producir poetas excepcionales. Aunque no todos los nativos
de esa tierra feraz parecen merecerse lo que su tierra les regala. Ya lo dijo Federico García en una entrevista
pocas semanas antes de su vil asesinato: “Granada tiene una de las burguesías más reaccionarias de toda
España”.
Pero estamos aquí para congratularnos de la generosa presencia el pasado 25 de Junio en Tres Cantos,
por invitación del Grupo Literario Encuentros, de LUIS GARCÍA MONTERO, al que muchos consideramos el
mejor poeta español vivo. Luis, aparte de su excepcional trayectoria como poeta y ensayista, tiene la virtud de
recitar como los ángeles y también la de saber hablar en público con una lucidez y una pasión fuera de serie.
Lástima que sus alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras de su ciudad natal, donde es catedrático de
Literatura, se hayan quedado, momentáneamente, sin profesor, por culpa de una absurda polémica con un
energúmeno que se ha destapado diciendo que Lorca era un fascista. Es el colmo, los del tiempo del oprobio
asesinan cobardemente al poeta, los secuaces de ahora intentan atropellar su dignidad con insultos
inverosímiles.
Volviendo a nuestro admirado Luis, hay que decir que ha sabido buscar muy bien sus influencias: Luis
Cernuda, Jaime Gil de Biedma, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, los surrealistas. En su obra se une la
voluntad de estilo poético a la meditación moral y política.
En sus poemas encontramos siempre un protagonista que nos cuenta su historia. Así en uno poema que se recitó
en homenaje a Luis, el protagonista nos cuenta una historia que titula “Primer día de vacaciones”
Nadaba yo en el mar y era muy tarde
justo en ese momento:
en que las luces flotan como brasas
como brasas de una hoguera rendida
y en el agua se queman las preguntas
los silencios extraños…
Hay que destacar la gran creatividad del poeta
para titular sus poemas y sus libros. Por ejemplo: En pie
de paz, anuncios por palabras, habitaciones separadas,
anuncios por palabras, la intimidad de la serpiente…
Durante su charla puso especial interés en
comentar su último libro Mañana no será lo que Dios
quiera, dedicado a su amigo el gran poeta Ángel
González, recientemente fallecido. El numeroso público
que acudió a la charla disfrutó de lo lindo y hubo un muy
animado coloquio.
José Miguel González Alonso
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3. PRESIDENTE
Germán Ojeda Méndez-Casariego
Editorial
VICEPRESIDENTA
Carmen Martín Palacios Las hojas amarillentas que cubren aceras y jardines nos van
SECRETARIO anticipando el fin: El año que con tanto entusiasmo y esfuerzo hemos
Juan Amezcua Lanzas recorrido está ya viejo, gastado, como un folio escrito y garabateado por
TESORERO ambas caras, que se arruga entre las manos.
José Aceituno Medina Cuando esta revista llegue a tus manos, estimado lector, ya
El Grupo Literario Encuentros se estaremos en preparativos para la próxima Navidad; pensando en
reúne los jueves de 19,00 a 20,30 h.
reencuentros, en alegrías y festejos para combatir el incipiente frío, en
en la Sala Juan Bartolomé de la
Casa de la Cultura de Tres Cantos. renovaciones, cambios de vida o de estilo, propósitos reiterados. Será
La asistencia es libre y gratuita. también la hora de reflexionar en busca del saldo: El año se va
------------------------------ arrastrando su herencia, un arcón repleto de realizaciones tanto como de
EQUIPO ilusiones desvanecidas, de proyectos muertos en el origen como de
COORDINACIÓN logros genuinos, certezas y desvelos vanos.
Andrés Acosta González También nuestro grupo buscará su saldo: Cuántas cosas hemos
PORTADAS hecho, cuántas dejamos de hacer, qué grado de cohesión mantuvimos,
Atalanta y Meleagro cuán literario y cuán agrupado se mantiene y florece, cuánto encuentro
Carlos Pérez Pestaña hace honor a su nombre.
DISEÑO Y MAQUETACIÓN
Anticipándonos a la última hoja del almanaque, podemos decir
Lorenzo Martín Cantera
IMPRIME que para el grupo literario Encuentros el saldo resultará positivo. Entre
VA-IMPRESORES los logros conseguidos podemos mencionar la propia revista, que contra
DEPÓSITO LEGAL viento y marea sigue editándose con una periodicidad que quisiéramos
Nº M-8726-2008 mayor pero que en estos tiempos resulta bastante. Complementario, o
EDITA paralelo a la revista, es la edición de nuestros libros, de los que pronto
Grupo Encuentros saldrá el próximo volumen.
www.grupoencuentros.es También es un importante logro haber mantenido, a pesar de la
COLABORAN EN ESTE lamentable desaparición de la feria del libro de Tres Cantos, que la
NÚMERO: enmarcaba, la presencia en nuestro grupo y para el público tricantino de
Aceituno Medina, José
un poeta consagrado. El año pasado trajimos a Félix Grande; en esta
Acosta González, Andrés
Álvarez Quintana, José Luis ocasión, para el cierre del ciclo de tertulias de primavera, presentamos
Amezcua Lanzas, Juan al poeta granadino Luis García Montero.
Bayón Gimeno, Amelia Pero hay más, por supuesto. El calendario de actividades se
Caballero Álvarez, Quiterio cumplió con notable éxito, con charlas, conferencias y recitales sobre
Colmenarejo Colmenarejo, Julio los más variados temas, desde la poesía pura, “culta” o popular, a la
Collantes Fernández, Alberto música, desde el cine con trozos selectos de Bergman hasta el teatro
De Rey Alonso, Samuel leído de Bertolt Brecht; sin olvidarnos del incansable Shakespeare, cuya
Espiña Cillán, Elena lectura ya parece casi consustancial al grupo, por el entusiasmo que
Fernández de Tena, Antonio despierta y que se traduce en interesantes actividades paralelas. No faltó
Fernández Prado, Aranchi
tampoco la filosofía, desde muy diferentes ángulos como corresponde a
García-Quismondo Hurtado, Rodrigo
González Alonso, José Miguel la materia, ni la historia, como relación de sucesos tanto como su
Martín Palacios, Carmen interpretación y su teoría. Y no pudo faltar, claro está, la producción
Mayorga Noval, Marcos propia, fruto de nuestras inquietudes, como lo que se muestra en esta
Ojeda Méndez-Casariego, Germán revista.
Orgaz Vigón, María Isabel Y aún más: Ampliando horizontes, el grupo Encuentros retomó
Pérez Moronta, Elena una vieja tradición de viajes temáticos; y así, al acabar el verano, nos
Pérez Pestana, Carlos trasladamos en excursión de fin de semana a Granada, a recorrer un
Picquot Martín, Nicole itinerario colmado de poesía por los lugares familiares de García Lorca,
Portillo Cuerva, Juan desde Fuente Vaqueros a la Fuente Grande de Alfacar, junto al barranco
Sánchez Fernández, Rosario
de Víznar. En el monolito que guarda su posible tumba ignorada, sus
Vega Cabello, Juan Bautista
Vicioso Ruiz, Ana María restos aún clamantes, dejamos la ofrenda silenciosa de la emoción.
Para el año que viene, vigésimo aniversario de este grupo lleno
SUMARIO.
Luis García Montero …….. pág. 2 de vida y entusiasmo, no faltarán nuevos proyectos y renovadas
Editorial ............................... pág. 3 ilusiones a convertir en realidad. Os invitamos a compartirlas
Poesía, narrativa y
ensayo ........................... págs. 4-20
Federico García Lorca:
Viaje a Granada ….… págs. 21-23
4. A la hoja en blanco Consecuencias
Sé que estabas allí, abierta y esperando Fertilidad
como una flor luminosa. Se fue vacía y volvió llena.
Claro de luna, cielo nevado, nube chata, Alguien tuvo con ella
nido de ausencias más allá del consuelo. más que palabras.
Esperabas, Estaciones
y yo pasé de largo por tus orillas filosas. Oí cantar al invierno.
La flor nacida tembló en mi mano,
Tu fría palidez escondía el secreto de la sombra; y al deshacerse su brote tierno
sólo había que rasgarla en el centro, sentí llorar al verano.
y encender el fuego negro de tus entrañas
para quemar el silencio, y verte Coupage
la cara llena de metáforas y signos y canciones. Cayó la flor al río
de aguas pútridas:
Y yo pasé de largo por tus orillas, esta mañana. Navegaron insólitos aromas.
Ataré mis puños a la mesa con fervor. Quiero Cama adentro
hundirme en tu deslumbrante seno, con mi lápiz No te irás, porque
inseguro, cabes sin dolor
y mi torpe balbuceo entre los dientes. entre mis manos huecas.
La tarde bajará sin prisa detrás de nosotros
ensimismados. Despertar
Me dirás cosas al oído, me enseñarás a amar, Sonámbula
te abrirás fecunda y rumorosa, no llegarás al mar.
y nacerá en ti el poema nuevo
prometido. Cronos
No estamos viejos, no:
Es que, simplemente,
Soledad El hijoputa se empeña en transcurrir.
La soledad es hacha silenciosa Germán Ojeda Méndez-Casariego
que hiere en el origen de la sombra,
la soledad no duerme ni reposa
cuando obstinado mi dolor te nombra.
Perro sin dueño, vago por la senda
que en desiertos de amor abrió tu mano,
implorando a la noche que se extienda
por no ver la luz que encendiste en vano.
Negro temblor de brisa entre mis dedos
tu ausencia se modela como el barro,
crece, se informa, crea sus remedos,
tan sutil como el humo del cigarro.
Tan atroz como el filo de tus miedos
que abrieron en mi pecho este desgarro.
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5. Los hombres que no amaban a las mujeres
Millennium 1 (Primera parte de esta trilogía).
Autor: Stieg Larsson (Suecia)
Ed. Destino – 2008. Colección Áncora y Delfín.
Cine: Película del mismo título.
Comentario:
Se trata del primero de los títulos de la trilogía Millennium de este autor sueco. Es una novela y, por
tanto ficción, pero bien podría el autor estar utilizando la ficción para llamar la atención sobre asuntos tan reales
y sensibles en las sociedades tecnológicamente desarrolladas como la tutela de menores y la posibilidad de
abusos hacia un colectivo particularmente vulnerable, la violencia en el seno de las familias y el riesgo de que
bajo la máscara de ciudadanos honorables se escondan criminales especialmente virulentos contra las mujeres
en unas sociedades en las que “todo está bajo control”, “todo está bien” y en las que se pueden relajar el cuidado
debido y el interés necesario, hasta producirse retrocesos importantes o estancamientos frustrantes en los
asuntos sociales.
La novela mantiene en todo momento el interés del lector, que es atrapado en una investigación para
desentrañar la desaparición de una joven, a la que sus parientes siguen buscando aferrados a indicios mínimos,
pero ciertos, de su existencia.
El investigador principal, un periodista honesto, reparte sus energías entre la investigación, de la
desaparecida y el esclarecimiento de las fechorías de una red de corrupción de altos vuelos que ya consiguió
enviarle a prisión cuando empezó a meter la nariz en sus asuntos.
Los rotundos éxitos que se van consiguiendo en la investigación se deben, en buena medida a la
intervención de una joven hacker, con look de punki, a quien le interesa cuidar su fama de marginal para
preservar de la luz su extraordinaria competencia como investigadora.
Esta novela es bastante más que una trama policial, en la que, por cierto, se centra la película, que bajo
el mismo título se estrenó hace unos meses y sigue en cartel. Es un retrato posible de las sociedades europeas
actuales y del déficit democrático que se mantiene en temas económicos, donde campean por sus fueros la falta
de transparencia, los blindajes de personajes exentos de cualquier control y ciertos asuntos amarrados en las
alturas sin supervisión, de manera que no es nada extraño descubrir abusos con el dinero público, ese que se
conforma con las aportaciones de los ciudadanos contribuyentes y deben administrar las administraciones
públicas, valga (y venga a reforzar) la redundancia, para hacer cada día mejor lo común, en beneficio de todos.
Es curioso que el escritor Mario Vargas Llosa diga que esta obra no puede ser considerada más que
ficción porque si se piensa en una sociedad con los elementos de la obra de Larsson, saldría más que Suecia, el
Perú de Fujimori.
Tal vez haya que recordarle que la actual crisis económica, denominada también la crisis de la codicia,
nadie pensó que se pudiera producir en Europa y que tuviera de fondo una increíble falta de escrúpulos por parte
de los operadores financieros –sus artífices- que, efectivamente se han comportado más como Fugimori o
cualquier dictadorzuelo de república bananera que como agentes de la Europa que queremos y que no acabamos
de parir honorable, habida cuenta de las facilidades que encuentran los tramposos y estafadores para hacerse un
hueco de privilegios sin que nadie les
moleste. La paradoja es que la apariencia
de legalidad actúa con frecuencia a favor
de los que abusan del sistema. Quienes
quieren esclarecer el delito cometido se
enfrentan no solamente a la necesidad de
probar la culpabilidad del delincuente sino
también a la ingrata tarea de probar su
inocencia. De ahí que se produzca el
efecto de pasividad y falta de implicación
que tanto se observa en nuestro entorno.
Amelia Bayón
Septiembre de 2009
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6. ¡Nunca vuelvas al lugar del crimen!
Nunca vuelvas al lugar del crimen.
Vano consejo, pues al final
se vuelve inexorablemente al lugar aquél,
se vuelve al sitio terrible que la mente conserva en el fondo.
Sí, ya sé que se comete ese desafuero,
que se cae en esa tentación nostálgica y dolorosa,
y claro, acaba uno sumergiéndose
en el túnel horroroso del tiempo no vivido.
Al final vas como un cordero,
casi degollado arribas a ese extraño paraíso infernal
donde has sentido la vida por primera vez.
Y entonces ¡ay!, sólo te queda gemir: ¡no tenías que haber vuelto!
En el mejor de los casos verás un rincón polvoriento
lleno de mugre y de abandono.
Y en el peor: una sucursal de la Caja de Ahorros.
Y alrededor: nada, un vacío poblado de ruidos, plásticos y ladrillo.
¡Claro! ¡Clarísimo! ¿Qué te pensabas, incauto?
Tu atmósfera voló de allí hace mucho tiempo.
La llevas puesta.
¡Compártela!
¡Regálasela sorbo a sorbo a los que te quieren ahora mismo!
¡Nunca vuelvas al lugar del crimen!
Siempre será para beber la negra cicuta del tiempo.
Andrés Acosta González
Tres Cantos, julio 2009
Boby (25/10/91 – 05/08/09)
Sufría, Por eso,
sufría por no poder
intentando soportar
respirar, no su sufrimiento,
lo conseguía. hemos dormido
Se recostaba, su cuerpo
se incorporaba a la vida.
de nuevo
más y más fatigado, Le he prometido
suplicaba un encuentro
desde lo nuevo, en otro
profundo lugar, infinito,
de sus ojos será un mágico
ciegos. momento
La noche con su negrura en el cual, yo,
porfiaba. abrazándolo
lameré sus patas.
Elena Espiña Cillán
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7. Canción de Luna para dormir a la Réquiem de cuna por una patera
niña Bea
…........ la luna encendió un candil …...... Barca, quiere venir una barca
en la noche de su fragua, por el camino del agua,
y la niña vio en el cielo la mar la estaba meciendo
una lumbre de enaguas blancas; pero la barca lloraba;
la luna anda caminos …...... viene cansada y triste
sobre la mar espumada, huyendo del hambre amarga,
la luna, niñita inquieta,
bajó a bailar con el agua;
...........Ay virgencita del Carmen
patrona de la mar salada,
la luna buscaba novio
en la noche constelada, guarda tú a estos marineritos
con su vestidito de nieve sin rumbo ni velas blancas,
con su camisita de nácar; que no saben de Avemarías
de cirios ni de plegarias!!
la luna ya se peinó
con peinecito de plata, …...... les viene aullando Neptuno
mirad qué bonita la luna con tres filos de navaja,
ay, luna enamorada;
ángeles negros zozobran, ay,
querubines de oscura raza;
si amanece y no está la luna
venid gitanos con navajas,
el sol se la habrá llevado Ay, Virgencita del Carmen,
a la casa donde está el alba; ay, Cristo que calmó las aguas,
ay, Señor de los siete mares,
la luna se vino a ver quieren dormir en la playa;
a la niña que la miraba
y le dejó tres besitos …...... y cuando las cuatro barcas
y le dejó sus tres magias: a la playa llegan al fin,
cuerpos oscuros ya muertos
una enagüita de nieve,
sueñan bajo un cielo gris.
una mar danzarina,
y un caminito en el agua:
ay, que se duerma la niña Bea,
transparente y despreocupada.
Ibn Zaydūn Ibn Zaydūn
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8. Recordando a un amigo
Con un amigo he soñado, ese es el mejor regalo
que muerto antaño sabía que me podréis hacer.”
por Navidad y no había,
con días tan señalados, Afable (siempre afable)
sus restos acompañado con su alegre sencillez,
en el lecho de agonía. le hubiera gustado ser
como Alberti el trovador,
Ahora de nuevo vivía que llegado a octogenario
y se acercaba a mi lado, sin coartarle su vejez,
todo tan real parecía celebró su aniversario,
que he gritado de alegría, cual joven de veinte años
y al hacerlo he despertado. cumplidos por ‘cuarta vez’.
Un corto espacio ha seguido Me pregunto cuántas veces
de angustioso desconcierto, departiendo hemos gustado,
intuyendo estar dormido de los trenes de madera
según perdía sentido, de nuestro Antonio Machado.
cuanto diera como cierto. De Félix tan admirado,
sus restos como él quisiera
En fin, Félix era el muerto, en cenizas transformado,
que a mi sueño requerido, arrastradas por el viento,
solícito había acudido quizás se hayan encontrado.
y ya llegado a buen puerto…: Samuel del Rey
En lo hasta aquí sucedido,
yo fui frustrado despierto,
él, ‘sueño desvanecido’.
Félix Alonso Lezcano,
del Mundo ciudadano
que se supo forjar.
Nacido en Aragón
la cuna del Pilar;
donde acuden las gentes,
católico-creyentes,
“que se dicen”, a orar.
Pincelada nocturna
Y Félix precisamente
Como una mujer coqueta e ilusionada,
Aprendió a “Saber Estar”. la noche de Soto se viste con mantilla
y lanza por toda la sierra
Su carta a deudos y amigos, fragancia de magnolia
‘El día que me muera’…, y perfume de manzanilla.
me hizo recordar,
que existió un D. Rodrigo Una singular cigüeña erguida en la torre de la
Díaz de Vivar: iglesia,
a quien de muerto se hiciera destaca su figura en el plateado disco de la
más batalla ganar. luna llena.
Admiración, contemplación, fascinación.
Cielo tan puro… parpadeo de una emoción.
Félix animando a los suyos,
volvió a “Saber Estar”: Mundo a la deriva, tiempo que pasa,
“en el quehacer cotidiano, reloj de la plaza que desgrana la hora,
que todo siga igual, sosiego de la gente que descansa,
no debéis desfallecer, aliento de azabache que baja de la cumbre.
Nicoletta
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9. Indonesia, también tierra de escritores
Cuando escribo este texto, en Indonesia hay más de 4.000 personas sepultadas por un seísmo. Algunas
aldeas han desaparecido. En el 2004 un tsunami provocó más de 200.000 muertos.
El archipiélago de Indonesia padece unos 7.000 terremotos al año, pero no de esta magnitud.
Compuesto de más de 17.000 islas, de ellas 6.000 están habitadas. Algunas son además, muy
conocidas por el turismo que aprecia su clima y la belleza del paisaje: Bali, Yakarta o Prambanan.
Indonesia también es el lugar en el que nació y escribió Pramoedya Ananta Toer (Java, 1935 – Yakarta, 2006)
su escritor más conocido.
Traducido a más de 40 idiomas,
fue encarcelado varias veces por
sus ideas políticas. De todas sus
obras es posible encontrar algunos
títulos en castellano: la tetralogía
el Cuarteto de Burundi (Tierra
humana, Hijo de todos los
pueblos, Hacia el mañana y La
casa de cristal) y quizá la obra
que mejor abre el universo Toer:
La joven de la costa. Un relato
que reúne las mejores cualidades
del escritor. Un compromiso con
las clases más desfavorecidas de
su país, una defensa de los
humildes y una crítica feroz de las
clases privilegiadas que rezan
piadosos y se ofrecen siempre a la
misericordia de diferentes dioses,
mientras desprecian la vida de
quienes les sirven y mantienen en
sus privilegios. A esta estructura
social feudal se sumó el desastre
de la colonización, que no hizo
sino aumentar los sufrimientos de
la gente humilde.
La joven de la costa es la historia de una costumbre tradicional, a la espera del matrimonio con una esposa de su
clase, algunos ricos indonesios elegían a mujeres humildes por su belleza, en realidad niñas, como concubinas.
Cuando éstas quedaban embarazadas, las repudiaban, las echaban a la calle y se quedaban con el bastardo, al
que criaban en la casa. El protagonista de este relato tiene cinco concubinas una detrás de otra, y el tiempo
medio que permanecían junto a él era de un par de años.
Matrimonios de prueba
La singularidad de su cuarta concubina, una hija de pescadores (de ahí el nombre de joven de la costa) es tal que
el relato se convierte en un lamento por el destino de tantos hombres y tantas mujeres sometidos en todo el
mundo al despotismo y al abuso de los poderosos. Toer impregna la narración de las mismas cualidades que él
poseía, la resistencia de una roca frente a los abusos del poder, fidelidad a sí mismo y a su compromiso con la
vida. Y también esperanza y confianza en el futuro. La misma que hace que esa niña entregada a un noble por
sus padres en un matrimonio “de prueba” sea capaz de resistir con dignidad y sin traicionarse a sí misma durante
el tiempo que dura su compromiso. El final sorprendente del libro es un mensaje aún válido para todos nosotros:
quizá ahora tu gesto no parezca tener valor, quizá sea pequeño e insignificante para la brevedad de una vida
humana pero se sumará a otros gestos y a otras voluntades que poco a poco construirán una sociedad mejor para
todos. La joven de la costa se aviene a entregar a su hija bastarda a su señor, pero quiere que éste la tome en
brazos, en lugar de dejarla en una cuna, como si fuera un objeto más de la gran casa señorial. Toer sabe dar a
este pequeño detalle de quien ni siquiera tiene el derecho de criar a su propio hijo una dimensión heroica. El
mismo significado que tantos desfavorecidos llevan a diario en sus vidas, el derecho a la dignidad que se
expresa en los pequeños gestos más que en las grandes hazañas.
Maribel Orgaz
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10. El Pájaro Bobo
En mi pequeño jardín todo rodeado de plantas, que al ánimo alientan y el espíritu solazan, donde a veces,
cuando ella quiere, viene a verme la Luna blanca con sus brillantes reflejos y su corte de estrellas, donde me
conjugo en un infinito y místico placer indescriptible, con todas las criaturas del universo, que es donde
encuentro mi pequeña dosis de inocente felicidad... En este rincón de mi alma, aislado de los elementos
superfluos e innecesarios del devenir cotidiano: este verano alegre y pegajoso, me ha ocurrido algo que quiero
contaros en forma y tiempo de cuento...
Este jardín, como es lógico, tiene una casa, pequeña pero acogedora. En esta casa vive conmigo; mi mujer,
Andrea, mi suegro, Serafín y nuestro perro, León: no le llamamos así por su tamaño sino por el gruñido que
emite en cuanto ve algo que no le gusta. ¡Es un cabroncete¡ con perdón.
Pues bien, hace unos meses, tres o cuatro..., empezó a revolotear muy cerca de nosotros un pájaro de hermoso
plumaje y tonalidades que parecían sacados de diez arco iris emitiendo millones de reflejos a la vez. Encastado
y arrogante, con diferentes mezclas de expresión que adoptaba según la ocasión. No sabíamos de qué ave se
trataba ni de qué raza era, y eso que mi mujer es gran aficionada y muy entendida en ornitología... pero no, no
podíamos deducir la clase de pájaro que era. Cada día cogía más confianza y se acercaba más a nosotros. Era,
eso sí, ¡fantástico! tan hermoso como una cascada de agua y de luz en un rincón salvaje de la cordillera andina.
Nos acostumbramos a su presencia y a sus posturas y si algún día llegaba tarde a la cita aurovecinal le
echábamos de menos: se había creado un reverente vínculo de cariño y amistad entre todos nosotros.
Mi mujer decía constantemente; mírale ya esta ahí, qué poses hace, qué orgulloso se le ve, sabe que es hermoso.
¡Hay que ver! Sólo le falta hablar. Así un día y otro.
Uno de esos días nuestro amigo pájaro no apareció y le extrañamos mucho. Al parecer tantas alabanzas
escuchaba sobre su apostura e inteligencia, que él también
pensaba que solo le faltaba hablar y fue a pedírselo a
Chopombé, el dios de los pájaros. Antes de concederle este
deseo, que él también creía que lo merecía, le avisó; te voy
a conceder lo que me pides, pero ten cuidado en cómo
utilizas la voz y las palabras, que a veces hieren como
dardos envenenados lanzados por el mismísimo Zeus y
según quien las escuche, sin saber escuchar o que tenga la
cabeza muy cuadrada, las meninges flojas o las neuronas
escasas, que es más frecuente de lo que puedes suponer,
pueden provocar un efecto bumerang y dañarte más a ti
que al propio destinatario de las palabras malditas.
Pasaron varios días sin ver a nuestro amigo el pájaro multicolor y ya le dábamos por desaparecido...
Una tarde, cuando el Sol empieza a enfriarse, estábamos todos en el jardín en nuestras meditaciones y
quehaceres, cuando por encima de las tejas rojas apareció nuestro querido amigo pájaro. Lanzamos todos
expresiones de júbilo y alegría según se iba acercando a nosotros, hasta que se posó, como solía hacer, en el
respaldo de una de las sillas del jardín. Estaba algo cambiado, pero era él, sin duda.
Nos alegramos mucho toda la familia pues le considerábamos como parte de ella. En un par de días fue
retomando su prestancia y empezó a regalarnos sus poses y sus gracias: pero le notábamos raro. Algo nos decía,
que estaba sufriendo algún proceso que no llegábamos a entender.
Una tarde que estábamos todos juntos en agradable tertulia el pájaro “majestuoso” se acerco a nosotros y nos
soltó, para nuestra sorpresa, unas ininteligibles palabras. ¡Anndrrrea... Serrrafín... Liiooon...¡ Estas frases las
repetía torpemente una y otra vez. Nos fue nombrando a todos por nuestro nombre: así durante largo rato... Ya
no era tan gracioso, más bien era ¡patético!, y su prestancia había dado paso a posturas y movimientos torpes,
casi ridículos. El pobre nos causaba pena e indiferencia y no nos dábamos cuenta de su sufrimiento.
Un día, Andrea, mi mujer, apareció con una jaula para loros y engañándole con mijo y cañamones le hizo entrar
en ella cerrando la puerta. ¡No quieres ser un loro papagayo o lo que diablos seas!, pues ahí tienes tu nueva casa.
Desde aquel día sólo nos acercamos a él para gastarle bromas ridículas y decirle pobres e hirientes palabras: así
somos los humanos. Él nos miraba con gesto triste y nos contestaba con su consabida retahíla: Anndrrea...
Serrafín... Liooón... Y el hermoso pájaro acabó encerrado, sin libertad y repitiendo estupideces para siempre.
Moraleja: Piensa lo que dices y oye lo que escuchas.
Si no sabes hablar, ¡cállate! Si no sabes qué decir, ¡¡cállate!! Si no sabes cuándo y cómo decir lo que piensas,
cállate. No digas nada incoherente, pues por la boca muere el pez... Y sobre todo, si no sabes escuchar
¡muérete! ¡Ah!, y piensa que a fuer de parecer tonto a los demás, es mejor callar y escuchar, si sabes... ya que
el exceso de verborrea sin sentido les puede dar la razón.
Juan de Madrid
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11. Árboles, vida y cultura I
Desde tiempos antiquísimos se conocen leyendas en las que se intenta persuadir de la salvaguarda de
los bosques y la protección de los árboles. Una clara manifestación del respeto por la madre Tierra,
que no debe faltar en el ser humano.
Me viene a la memoria, allá por febrero de 2006, la audición de La epopeya de Gilgamesh, cantata para solistas,
coro y orquesta del checo Bohuslav Martinu (1955), interpretada musicalmente por la Orquesta Nacional de
España (ONE) y cantada por el Coro Nacional Checo, en checo y con solistas checos. Un elemento esencial que
facilitó el acercamiento a la obra fue la narración llevada a cabo por el actor Emilio Gutiérrez. Esta cantata es
esencial en la relación de la Música y los Mitos, estupendo estudio digno de profundizar.
La epopeya babilónica de Gilgamesh pasa por ser una de las primeras manifestaciones de la literatura universal.
Las inscripciones cuneiformes sobre Gilgamesh son de la época de los sumerios. Borges escribió sobre la
misma: “'La triste condición de los muertos y la búsqueda de la inmortalidad personal son sus temas esenciales.
Diríase que todo ya está en este libro babilónico. Sus páginas inspiran el horror de lo que es muy antiguo y nos
obligan a sentir el incalculable paso del tiempo”'.
Gilgamesh como personaje histórico vivió alrededor del 2800 antes de Cristo, siendo uno
de los antiguos reyes sumerios. Se conservan estatuas y textos cuneiformes, y fue
divinizado después de su muerte. El poema épico narra la amistad entre Gilgamesh, dios en
sus dos terceras partes y hombre en un tercio, y Enkidu. “Al comienzo de su camino,
cuando era un héroe inmaduro, Gilgamesh era un rey poderoso dominado por su propia sed
de poder, un rey no sólo poderoso sino abusador… Luego de oír los lamentos del pueblo de
Uruk (…), Aruru, diosa de la creación, hizo una segunda imagen de Gilgamesh para que,
poniéndose uno contra otro, Uruk quedase en paz: … hundió sus manos en el agua, tomó
barro y Enkidu fue creado. Su pelo es largo como el de una mujer, y Gilgamesh lo habría de
querer como a una mujer. Ninsum, madre de Gilgamesh, le dice que en él tendrá a un
compañero a quien pueda abrazar como a una esposa”.
Gilgamesh y Enkidu son protagonistas de hazañas fabulosas; dos de esas hazañas se
relacionan con la vegetación y los árboles. En la primera, Gilgamesh ambiciona destruir a Humbaba “el
guardián del bosque de cedros en la tierra de la vida”, personificación de la naturaleza salvaje, de la vegetación
y de los animales. Enkidu procura disuadirle: “El dolor me aprieta la garganta, ¿por qué debes empecinarte en
esta aventura?”. Pero el empeño de Gilgamesh resulta evidente: “Es por el mal que hay en el país, que iremos al
bosque y destruiremos ese mal; pues ahí vive Humbaba, el prodigioso gigante, cuyo nombre es peligroso”.
Así Gilgamesh pretende adquirir gloria cortando los grandes árboles y matando a los perniciosos animales y al
demonio Humbaba: “Si caigo, habré conquistado la fama. La gente dirá: ¡Gilgamesh cayó luchando contra el
fiero Humbaba!… Estoy decidido a penetrar en el bosque de los cedros. Hasta ahora es feliz mi corazón: oigo
este canto, veo una flor, quiero fundar mi Gloria”.
La fuerza bruta de Gilgamesh posibilita la aventura destructora, pero su carácter primitivo y poco consecuente
con la naturaleza hace que esta aventura no termine bien. Enlil, el dios del cielo, del viento y de las tempestades,
enfurecido les pregunta: “¿Por qué hicieron esto? Que de ahora en adelante se siente el fuego donde ustedes se
sientan, coma el fuego el pan que ustedes comen y beba lo que ustedes beben”. El castigo será el incendio de la
tierra consumida por la sequedad; así, “la tierra se secó, y el hombre fue forzado a buscar otra casa”.
Tenemos, pues, la muestra del primer desastre ecológico, y el inevitable éxodo en busca de la tierra prometida.
La tierra es un lugar maravilloso, lleno de árboles cuyas hojas son joyas.
Una segunda aventura de Gilgamesh nos revela el poder curativo de las plantas, y, por ende, los intentos de
encontrar la vida eterna a través de las mismas. El dios Utnapishtim revela a Gilgamesh un nuevo “secreto de
los dioses”, el de la inmortalidad: “Existe una planta en el fondo del mar”, le dice, “con espinas que pinchan la
mano como una zarza. Si logras coger esa planta, tendrás vida eterna”. Gilgamesh se deja “hundir en el abismo”
amarrándose piedras pesadas a los pies y logra encontrar la planta. La coge, hiriendo su mano, y la arroja sobre
la playa. Se propone comer esta planta de rejuvenecimiento y darla a comer a los ancianos, pero su plan queda
interrumpido pronto, cuando una serpiente acuática que ha percibido el olor de la planta se acerca a la barca en
que Gilgamesh la transporta a través de las aguas, y se la lleva.
El fin de la epopeya de Gilgamesh es paradójico porque se describe en ella el triunfo del héroe a través de la
imagen del fracaso; es el caso de estas dos aventuras, con un significado que sólo está implícito en la epopeya:
la afirmación de la vida.
Hammurabi, rey de Babilonia, en 1750 antes de Cristo promulgó un códice con cerca de 300 leyes, en el cual
estaban previstas penas para los que cortaran árboles.
Juan V.
Noviembre 2009
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12. Trilogía del amor herido
1. TE ALEJAS
No podía ni siquiera llamarte:
Te alejas con la maleta en la mano un látigo implacable con mis sienes
camino de la estación, lentamente. marcaba la certeza de mi error.
La imagen de tu espalda me acongoja. Te ibas pero ya deseaba verte.
El sol es una lanza que me hiere.
Vestiste tu tristeza de atroz furia
Quería convertir esta distancia atándote con saña en sus grilletes.
en sabia reflexión que me consuele, Vestía yo mi rabia con tristeza
en tregua finalmente conseguida y entonces ya mi mundo era de nieve.
después de combatirme y de vencerme.
Ahora soy capaz de ver tus signos,
Tu ausencia me abrazaba como un tiempo espíritu indefenso, tan doliente.
ansioso por borrarte para siempre Te invoco y no me oyes. Me arrepiento.
la ira de los ojos que me amaron. Y ruego que me quieras nuevamente.
La ausencia y la distancia que me pierden.
2. A QUIENES QUIERO
Si desoí peticiones de ayuda,
Si alguna vez os ofendí callando, cuando ignoré vuestro gran desconsuelo,
si os di de lado demasiado tiempo, si pareció que os borré de mi agenda,
si no os vi, si no os hablé, perdonadme, era mi alma, rota, en silencio.
pues mi corazón era un río seco.
Si os dañé con mi torpe indiferencia,
Si os lancé la crueldad de unas palabras si os hirió mi delirio y mi recelo,
tan mortales como dardos de fuego, absolvedme, porque a veces no sé
disculpad esta imprudente inconsciencia qué hago, qué digo ni qué deseo.
que arrasa, como un ciclón, mi cerebro.
Exoneradme, amigas, amigos:
aún soy presa de un designio adverso.
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13. 3. CARPE DIEM
Busco a tientas la barrera que frene Veo entonces la luz indeleble
el azote de la inquietud maligna, donde late aún mi fe de niña.
este miedo inexplicable y rebelde
que me roba el placer y la vida. Disfruto de un momento tan alegre
que me aferra y frena en la deriva.
Hubo un tiempo sin sombras en mi frente. Soy capaz de sentir este deleite
Yo era el ama de la fe infinita. que se llama goce, júbilo, dicha.
¡Cuánto alarde de amistades tan fieles! Me extasío si me abraza la nieve,
¡Qué derroche de disfrute y de risas! me turba la ebriedad de las caricias.
El simple plenilunio es como fiebre,
Por momentos se despierta mi mente retorno a la olvidada poesía.
y enjuga el dolor que me salpica.
Ya no existen paredones de muerte ¡Carpe diem!, me grita quien me quiere.
acechándome en cada esquina. ¡Carpe diem!, susurran estas rimas.
¡Carpe diem!, Ana, tú, la de siempre.
¡Carpe diem!, Ana, ya renacida.
Ana de Gadir
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14. Diario final
Panxón, Marzo de 1980 - Domingo
Camino descalzo, dejando que mis pies se empapen de arena. Entre mis dedos huyen los restos de lo que fueron
acantilados desafiantes, mezclados con minúsculas partículas de estrellas. Unos se erguían como gigantes,
impidiendo la continuidad de los océanos, las otras se dejaban caer desde lo alto de la noche, como lágrimas
abandonadas. Ahora inundaban el silencio de lamentos bajo mis plantas, aplacando el dolor, por la espera, que
me arrastra hasta la orilla.
El mar, un inmenso imán, golpeaba sobre la razón. Iba y venía como una joven enamorada. El vuelo de su falda
azul dejaba asomar una orla blanca para mis ojos. Con su voz cálida buscaba mi respuesta y sus manos tendidas
ofrecían el descanso para pasar la noche, -“sólo una noche”- me repetía, “tal vez sólo un momento, luego
regresas.”
A mi espalda dejaba sus requiebros una vez más, tenía que escribir los últimos versos de un poema, corregir las
pruebas del próximo libro y esperar a mañana.
Panxón, Marzo de 1980 - Lunes
Dormir no era un peligro, ahora temo hacerlo y lo lamento cada mañana.
Sobre la mesa estrecha de la cocina, se disputan el espacio, los restos del naufragio de ayer. Recojo cristales en
el suelo de lo que parece haber sido un vaso que no recuerdo.
Tres naranjas en zumo amargo, como el lunes, y un vaso de leche ambigua, como el futuro, tratarán de
arrastrarme hasta el horizonte del día.
Me duele el espacio, el tiempo y veo infinita la distancia, pero en mi mente sigo siendo para la eternidad y no
importa que todo a mi alrededor reafirme que el camino se ha cerrado. Mientras YO gobierne mi barco, seguiré
navegando a pesar de la marejada.
El Jueves entregaré el libro ya corregido, recogeré las primeras hojas, es primavera, impresas de poemas, y
volveré con ese tercer capítulo que me tiene varado.
Ahora, junto con mi caballete y el viejo maletín de óleos, nos iremos al faro para atrapar jirones de luz.
La mansa lluvia, como cortinas rasgadas, se entreteje con el día que comienza.
Hoy puede que sea ese día especial, si no esperaré a mañana.
Panxón, Marzo 1980 - Martes
Ayer en el faro, lloviendo tristeza, se iluminó un instante el horizonte. Fue como un relámpago transparente en
azul. Ese segundo mágico que tantos años llevo persiguiendo.
En la paleta tenía los tonos adecuados, como cada vez que salgo en su búsqueda, pero me quedé inmóvil
insertado en aquella roca. Me fue imposible apartar los ojos de aquel infinito, como si pudiese perderse al dejar
de mirarlo.
Recogí todo y regresé a casa con la visión impresa en el lienzo de mi mente, allí donde guardo las imágenes para
rescatarlas en el momento oportuno.
Ahora, cuando las primeras luces acarician el ventanal y se multiplican en cada gota de mar que lo siembran,
trataré de transportar a la realidad aquel momento de ilusión único e irrepetible.
Ya sólo por él valdría la pena seguir viviendo y esperar siempre a mañana.
Panxón, Marzo 1980 - Miércoles
“De la vida, lo mismo que de la muerte, no se puede huir. Puedes romperla, apartarla de ti, destrozarla, pero
jamás podrás dejar de haber sido para los que te han conocido.
Jamás podrás desvivir, borrar todos los recuerdos en los demás. Porque tú, para todos, no eres lo que crees
ser, sino lo que ellos creen que eres”.
Quien me ha dicho estas palabras tiene atrapados muchos de mis mejores recuerdos.
Cada camino sin retorno, cada salto al vacío, cada paso a lo desconocido lo hemos compartido.
Juntos vadeamos las noches vacías, cuando los golpes del silencio me arrancaban el sueño, dejándome a cielo
abierto. Juntos hemos atravesado los días estériles de desierto, las heladas horas de abandono, los tiempos de
ausencia y los largos tiempos de espera. Juntos hemos conquistado las más altas cumbres de la gloria y hemos
navegado en los más profundos abismos.
El puñal del odio, la miseria de la envidia, el dolor de una traición, la herida de una palabra, el veneno de un
rencor; todo pudo haber pasado sobre nosotros sin apartarnos lo suficiente para el olvido.
Sobre la mesa, en una límpida cerámica de Carnota, doce rosas rojas esperan hoy su
regreso.
Los dos sabemos que siempre habrá un mañana para seguir.
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15. Panxón, Marzo 1980 - Jueves
Refugiado en el calor de una espalda amante, he podido volar sobre una noche tibia.
Los sueños me arañaban por momentos, sin llegar a clavarse, luego se elevaban como globos errantes hasta
perderse.
Tal vez el temor a mañana me haya invadido, a pesar de todo, pero sobre la incertidumbre no quiero construir
cada momento.
Sé que no es el final, ni un punto de partida; dependiendo de los resultados. Nada puede hacer que Mi vida no
siga siendo Mi vida.
Ni consejos de expertos, ni opiniones de ignorantes.
Ni pesares de amigos, ni lamentos de enemigos.
Mi vida será la realidad de cada día, no la probabilidad de una consecuencia, no la posibilidad de hacer de otro
modo.
Cuando el sol resucite cada día, yo estaré allí. Cuando la luna se clave en mi ventana, yo estaré allí. Y no será
inútil su esfuerzo por venir a mí cada mañana.
Panxón, Marzo 1980 - Viernes
Llueve suavemente en la mañana. El olor de la panadería cruje en la acera cuando paso sobre los charcos.
Los saludos se suceden a mi alrededor, hasta el perro del quiosquero, siempre ausente en su alfombra gris, me
lame los zapatos.
Es Hoy, Yo sé que es Hoy y no otro día.
Lola, con ojos mustios de noche corta, sirve mi desayuno de siempre, pero el dorado “Cafetería Castrelos”
grabado en el tazón, resalta más en el verde oscurecido.
Sus palabras nuevas calientan mis manos mientras paso sobre los inútiles titulares de la prensa del día.
Nada es. Todos vienen y van como siempre. Un día comienza, pero sólo para mí es Hoy.
Respiro profundamente el olor de un chocolate con dulzor amargo, mientras sumerjo el bollo en su alma espesa
de melaza.
Lola me desea suerte con una mirada de cristal - a la vuelta me invitas- me dice sin querer cobrarme.
-Tengo toda la suerte – le respondo sin mentirle, mientras a mi espalda se lamenta alguien en la máquina de
juego.
En la entrada del hospital me cobijo en su abrazo para tomar fuerza. Ya sabe que los resultados son tozudos y
confirman los análisis anteriores.
Llueve mansamente en sus ojos tristes mientras paseamos sobre la playa.
El mar, inmenso imán, retira su marea dejando nuestras huellas desdibujadas.
Alguien ha dejado escrito en la arena: “ Siempre es mañana”.
Mi estimado editor:
Te envío parte de mi diario por si consideras que puede tener algún valor para su publicación.
El resto, si es que crees que tiene interés, te lo mando MAÑANA.
Fdo: Xan do Valín
Panxón, 3 de marzo 1999
XL Ferreiro
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16. Pensamientos al viento A Dori
Los pensamientos vuelan Un, dos.
los sentimientos nacen Y allá que vamos tú y yo.
los amores mueren Andando juntos senderos,
la esperanza libera tú después y yo primero;
los recuerdos protegen tú primero y yo después.
La ternura alivia Un, dos, tres.
el amor da vida
la compañía reconforta Anduvimos sendas juntos,
las risas contagian sendas que hicimos los dos.
las caricias permanecen El sentido al caminar
lo hicimos en el camino;
La amistad florece juntos somos como niños
la alegría embellece que aprenden al despertar
los poemas brotan sueños que sueñan senderos
la lectura dignifica que se hacen al andar.
las palabras enriquecen
Un, dos,
La inteligencia preocupa Y allá que vamos los dos.
el poder carcome
la fuerza asusta ------------------------------------
los celos muerden
las tristezas envejecen Silencio de negra…, silencio de corchea…,
Silencio.
El trabajo reconforta
la libertad excita Música, ¿que sería de ti sin tus silencios?
la música apacigua Hombre, ¿qué seria de ti sin tus silencios?
y
la enfermedad marchita Dicen las notas.
Callan los silencios.
Nena
Callan... dicen...
A ti niño Silencio.
(Dedicado a los niños explotados del tercer mundo)
Carlos Pérez Pestana.
A ti niño
que sigues sonriendo
al recibir un cuenco de comida,
Que te brillan los ojos
cuando te dan una pelota vieja,
Que aguantas un trabajo desfasado
para tu pequeño y desnutrido cuerpo
A ti niño
Te pido que levantes una bandera
que pongas en aviso a la Humanidad
para que seamos capaces de comprender
tu alegría,
tu hambre,
tus lágrimas
tu vida.
Nena
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17. Recuerdos
(a mi padre)
Padre:
en el otoño, curso de mi vida,
cuando las ganas de vivir flaquean,
cuando aún no han sanado las heridas,
ni acabado la lucha y la pelea.
Recuerdo cada día tu figura,
siempre encorvado por las herramientas,
llegando casi al suelo tu cintura
y el andar flaqueante de tus piernas.
Cada día, cada hora voy pensando
en el padre que nunca disfrutara,
cada día, año a año trabajando
para nunca en la vida ganar nada.
Llegabas por la noche ya cansado,
del campo, de rendir dura jornada
y cenar un poquito de guisado,
un trago de agua y te ibas a la cama;
a descansar un poco, que mañana, Lección Japonesa
de nuevo, la hoz, la azada o la aceituna
te esperan, y lo mismo, ganar nada,
Según cuenta un viejo relato japonés:
sin comida, descanso y ropa alguna.
En cierta ocasión, un belicoso samurái desafió a un
anciano maestro a que le explicara los conceptos
Así, querido padre, te recuerdo: cielo e infierno, pero el maestro replicó con
arrugada la tez, secas las manos, desprecio:
delgado, consumido, aunque despierto, -¡No eres más que un patán y no puedo malgastar
vivos ojos azules al mirarnos. mi tiempo con tus tonterías!
El samurái, herido en su honor montó en cólera y
Tu recuerdo, homenaje permanente, desenvainando la espada, exclamó:
llevaré en la memoria y la retina; -¡Tu impertinencia te costará la vida!
separado, no más que por la muerte;
olvidado, será cuando no exista. ¡Eso! , replicó entonces el maestro, ¡eso es el
infierno!
De tu hijo Juan-Bautista, este recuerdo.
Tres Cantos, octubre de 1999 Conmovido por la exactitud de las palabras del
maestro sobre la cólera que le estaba atenazando, el
samurái se calmó, envainó la espada y se postró
ante él, agradecido.
¡Y eso! , concluyó entonces el maestro, ¡eso es el
cielo!
Elena Pérez Moronta
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18. Las primeras palabras
Paseo a diario por un bosque cercano a casa, en el que abundan los abetos y por el que discurre un río de
aguas cristalinas. Los paseos, en este entorno, son relajantes, y diría, sin exagerar, que son casi espirituales.
Sientes una conexión especial con la naturaleza.
En mis paseos, me encuentro casi a diario con una joven,
así como de unos veinte años, más o menos. Ella es rubia, alta y
esbelta, con una cara angelical. Siempre va con un cochecito,
paseando a un bebe, que también es rubio y se parece a ella. Me
figuro que será su hijito. El bebé tendrá alrededor de un año.
Cuando llegan a un puente, antes de cruzarlo la joven se
para y empieza a señalar el río con la mano, mientras pronuncia
“Agua” con mucha entonación, poniendo cara de escuchar el
ruido que hacen las aguas de la corriente del río. El niño mira a la
joven, mira el río y sonríe. Se pone contento al contemplar el
agua. No dice nada, sólo mira. Es una hermosa estampa. Inspiran
dulzura. Por lo que veo, tengo la impresión que la joven está
enseñando al niño a pronunciar sus primeras palabras.
Uno de los días en que paseando me los vuelvo a encontrar,
miro a la joven y la veo pensativa, sin su sonrisa habitual. Esta
vez no se para antes de cruzar el puentecito, ni señala el agua al
bebé. Observo, que el bebé, extrañado, mira el río, lo señala y
mirando a la joven, es él el que esta vez dice “agua”. Ella, que iba
pensativa y ensimismada, al oír al niño pronunciar esta palabra,
volvió a la realidad y se le iluminó la cara con una gran sonrisa.
Deduje por la cara de la joven que su bebe decía agua por primera
vez.
Rosario Sánchez Fernández
Loor al espíritu inmortal
Perdonarme amigos míos que lance al viento mi inquietud, perdonarme
que beba el noble poso literario de cronistas centenarios que dejaron impresas
antiguas letras que hablaban de ilusiones, del espíritu español. Llega el
momento del recuerdo para una encimera de ensueños, para una lanza que
solucionaba entuertos, para el caballero vengador de agravios.
Como fuera aquel símbolo de España que fue y es Don Quijote, tomó
presto su corcel y lanzándose contra aquellos terribles gigantes, de brazos en
tela, después de clavar con rabia sus espuelas contra las ijadas del caballo,
arremetió contra aquellas traidoras aspas del molino, lanza en ristre.
¡Ay! Donde fuisteis de nuevo Quijote recordando que rodaron sobre el
polvo de La Mancha juntas tu cimera y tu lanza, pensando acaso perdido, a
tenor de tal guisa tu ideal de nobleza. No, no quedó dañado, maltrecho y
rodando por los suelos nuestro símbolo de gloria, al contrario, su acción estaba
en el corazón del pueblo llano, reconociendo años más tarde la hazaña de uno
de sus paisanos, de un soldado de España. Uno de sus más gloriosos hijos que
con su supremo gesto emulaba a Don Quijote y patrocinaba una de las páginas
gloriosas de la Historia de España.
Aquella noche triste, lúgubre, un silencio escandaloso impregnaba el aire africano, el enemigo acechaba,
los españoles dormían en el campamento al resguardo de las tiendas de campaña, otros montaban guardia,
velando sus ensueños de regreso para tierras asturianas. Sombras con chilabas pardas subían por los barrancos.
Aquella noche del 27 septiembre de 1909, un cabo, Noval, patrullaba por entre las alambradas cuando,
sorprendido por el ataque en la madrugada, prefirió lanzar un grito avisando s sus compañeros atrincherados
antes que someterse a la voluntad del atacante. ¡Aquí, tirad aquí!
Y así ocurrió, tan simple y tan grandioso; y murió el cabo acribillado por las balas de sus propios
compañeros. ¡Ay, mi madre! ¡Viva España! Gritó mientras su lanza, su bayoneta, echaba por tierra la
adversidad traicionera de quien deseaba su muerte.
Asturquín
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19. En la muerte de Benedetti y Mc.Court
La muerte, ese río loco, de negro resplandor y larga silueta... se nos
fueron dos grandes.
Imagino la muerte, como la puerta con dintel ad-verso, pendiente de lija
marmórea.
Pero también ausculto la vida, henchida de paro, hambre e ideas camino de la
nada.
Recuerdo a Michael Ende, pidiendo a Bastian que imaginase de nuevo el
mundo de Fantasía.
Pero mi capacidad intuitiva acorta sus pasos, sus miras, y reflexiona en voz alta sobre manifiestas inutilidades.
Políticos, filósofos, esotéricos, científicos, literatos... ¿quién contribuye a quitarme la anterior idea?
En esa casa común, con alguna puerta con dintel ad-verso, pasillos largos, sin cuadros ni estanterías.
Allá y aquí, dentro de mi puñado de ideas consentidas, pero muchos sinsentidos, honor a quienes... VIVEN y
hacen vivir.
Y honor a los que hacen enmudecer corazones, palidecer ojeras por cambios horarios, o emocionar...
emocionar.
Os deseo puertas con dinteles-versos, sin lija maniatante, ni soplos al ente inteligente.
Ojalá, después de la salida de la cena intelectual de hoy, tengáis llavines de vida, brisas de ingenio.
Y... finalmente, seguid por esa senda, que espero compartir muchas veces, en cuerpo y espíritu.
Juanjo Valuan
Patagonia
Luz de alborada deslumbrante. Praderas y
estepas infinitas hasta decir... ¡Basta, ya
estoy colmado!, donde la mirada
henchida de libertad intenta poseer el
horizonte para rendirse sin alcanzarlo.
Grises lomas que se asoman sobre el
cobalto de las aguas quietas.
Desde el Neuquén, patria amada
de los mapuches, hasta los confines de
Tierra del Fuego siempre dos compañeros
presentes: el viento que se apodera con
lujuria de las estepas hasta enloquecer a
veces y el agua que en su abundancia se
derrocha en extensísimos lagos y en
interminables ríos que atraviesen el
continente de oriente a occidente.
Mas allá de la antesala del paraíso, las
montañas de los Andes orgullosos con
sus crestas blancas. A sus pies los
bosques de lengas y guindos que
lentamente colonizan el corazón de esta
tierra indómita. Y al borde mismo de sus
lagos, junto a témpanos que flotan en las
bahías de aguas gélidas las flores de
notros y calafates que dan el contrapunto vital.
Y allá, escondido, fraguado en el crisol lento y permanente de los siglos, el diamante más poderoso de la
naturaleza: el glaciar. Con su fuerza de búfalo tozudo se abre paso entre las rocas, empujando los vientres de las
montañas, arañando sus tripas, arrastrando las rocas que osan estorbarle, y sin embargo al final incapaz de
resistir el reencuentro con el agua hermana.
Allí el hielo sorprendido se despierta bruscamente, se resquebraja en caótica maraña de cuchillares y grietas.
Los rayos del sol le dan el golpe de gracia y con un bramido ronco y profundo se desmorona, entregándose en
abrazo final a la quietud del lago.
José Aceituno
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20. Nana de la luna
La dulce luz de la luna ¡Imposible sinfonía
va derramándose ya de imposible partitura!
y los ojos de mi niña ***
se están queriendo cerrar. Paletó, chalina, fraque,
melenas, la barba hirsuta,
Sus reflejos nacarados golpea el atril el maestro.
aventando estrellas van, La noche se queda muda.
pero el lucero del alba
es el que riela más. Un redoble de requintos
y timbales de piel sucia
Mi pequeña y linda niña redobla hasta las estrellas
tibio sol soñando está, y les achata las puntas.
mariposas de colores Cien alaridos de plata
y guirnaldas de azahar. -trompetas bajo la luna-
buscan resonancia y eco
Argéntea y cálida luna de redondeces oscuras
recoge tu plata ya rodando los mil caminos
que pronto llega la aurora de la redonda llanura …
con su polvo de coral. Acordes disimilares
le van al juego las tubas
Aletea tus ojitos, redondas notas redondas
ten un suave despertar, de gasa, algodón y bruma.
que ahora vienen a arroparte
los abrazos de mamá. ¡Ay, látigo de violines
rojos en la noche oscura
Aranchi Fernández Prado
mordiendo sus escorpiones
9.12.2004 de fusas y semifusas
cadencias de sones nuevos
que no se escucharon nunca ..!
El calderón: punto y ojo
cuya redondez me asusta …
Arpegios y semitrinos
se separan y se buscan.
Ritornellos de las flautas
-almas de niñas desnudas-
y picotazos del arpa
que juegan, burla que burla,
a disfrazar sus anhelos
Sinfonía fantástica con notas de apoyatura.
(A Héctor Berlioz) Acordes que marca el piano
con su inmensa dentadura
sobre el llanto de las violas
Imposible sinfonía
de largas guedejas rubias …
de imposible partitura:
rojos atriles de llanto,
¡Imposible sinfonía
escaños de piedra oscura,
de imposible partitura,
noche inmensa de auditórium.
acaba … pero no acabes!
Ni pentagrama ni música …
***
Con infinita dulzura
Nadie a escuchar el concierto:
sus puertas cierra la noche
todos la oreja apresuran,
y, temblando, se acurruca
sino yo, su eterno oyente,
con los acordes postreros …
melómano de la música.
Imposible partitura.
Antonio Fdez. de Tena
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21. Selección lorquiana
VIAJE A GRANADA EN HOMENAJE A FEDERICO GARCIA LORCA
19 de septiembre de 2009
(73 años después del crimen su memoria sigue viva)
Algunos textos leídos en el viaje, recopilados por José Miguel González Alonso
EL POETA HABLA SOBRE LA POESIA
El poeta está lleno de voces que, afortunadamente, él mismo no sabe descifrar. La poesía requiere una larga
iniciación como cualquier deporte; pero hay en la verdadera poesía un perfume, un acento, un rasgo luminoso
que todas las criaturas pueden percibir. Y ojalá os sirva para nutrir ese gramo de locura que todos llevamos
dentro y sin el cual es imprudente vivir. El poeta es siempre anarquista, sin que sepa escuchar otras voces que
las que afluyen dentro de sí mismo: tres fuertes voces: la voz de la muerte, la voz del amor y la voz del arte.
Para el poeta una manzana es tan intensa como el mar y una abeja tan sorprendente como un bosque. La
manzana en su mundo es tan infinita como el mar en el suyo. La vida de una manzana desde que es tenue flor
hasta que, fruto con mejillas, cae muerta del árbol a la hierba, es tan misteriosa y tan sin término como el ritmo
periódico de las mareas.
1000 Federicos (carta a Regino Sainz de la Maza – 1922)
Ahora he descubierto una cosa terrible. Yo no he nacido todavía. El otro día observaba atentamente mi pasado
y ninguna de las horas muertas me pertenecía, porque no era yo el que las había vivido, ni las horas de amor,
ni las horas de odio, ni las horas de inspiración. Había mil Federicos García Lorca tendidos para siempre en
el desván del tiempo y en el almacén del porvenir contemplé otros mil Federicos García Lorca. Fue este
momento un momento terrible de miedo, mi mamá Doña Muerte me había dado la llave del tiempo, y por un
instante lo comprendí todo, lo que tengo dentro no es mío y en el almacén del porvenir, veremos a ver si nazco.
Mi alma está absolutamente sin abrir ¡Con razón creo algunas veces que tengo el corazón de lata!
LA MUERTE - TEATRO
Mariana Pineda
¡Oh! ¡Qué día tan triste en
Granada!
Que a las piedras hacía llorar
Al ver que Marianita se muere
En cadalso por no declarar día
tan triste en Granada!
Mariana: Ahora sé lo que dicen
el ruiseñor y el árbol.
El hombre es un cautivo y no
puede librarse.
¡Libertad de lo alto! Libertad
verdadera,
Enciende para mí tus estrellas
distintas.
¡Adiós! ¡Sacad el llanto!
Novicia (arrodillándose) Ya no
verán tus ojos las naranjas de
luz
Que pondrá en los tejados de Granada la tarde.
Doña Rosita - ¡A vivir!
Ama: Yo no tengo genio para aguantar estas cosas sin que el corazón me corra por todo el cuerpo como si
fuese un perro perseguido.
Cuando yo enterré a mi marido lo sentí mucho pero tenía en el fondo una gran alegría…alegría no…golpetazo
de ver que la enterrada no era yo. Cuando enterré a mi niña ¿me entiende usted? Cuando enterré a mi niña fue
como si me pisotearan las entrañas, pero los muertos son muertos. Están muertos, vamos a llorar, se cierra la
puerta y ¡a vivir!
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22. Una tarde parda y fria
A Antonio Machado
He recorrido el camino
de su exilio… así de lejos.
He visitado la tumba,
la tumba del gran maestro.
Está cubierta de flores
y sin autor, muchos versos.
Se acercan varias familias
calladas en su respeto.
Un coro de gaviotas
rompe tan dulce silencio
Las oraciones sin dioses
y los poemas sin versos,
Guiado por los cipreses
mi mirada busca el cielo.
Vista perdida en la nada,
en un destino complejo.
Con una triste alegría,
despacio, de allí me alejo.
Rodrigo García-Quismondo Hurtado
14 de Abril de 2009
Llanto por Federico García Lorca
Moreno de verde luna
Hijo y nieto de Montero
Nos trajo en junio su pluma
Luis García, cual torero.
Haciendo corto el camino
Literario al grupo Encuentros
Con su verbo, puro y fino,
Puso a García muy dentro.
Y dentro debe seguir
Del Darro cerca la torca
Que no remuevan su tumba
Que dejen dormir a Lorca.
Que las palas amarillas
Corten limones redondos
Que planten nuevas semillas
Y que no excaven tan hondo.
Que dejen a Federico
Dormir tranquilo en Viznar
Para que los que le amamos
No tengamos que llorar.
Alberto Collantes Fernández
22
23. Eventos
De Fuente Vaqueros a la Fuente Grande
El grupo literario Encuentros, retomando añejas costumbres, se echó otra vez al camino. Ahora en busca de las
fuentes, nunca mejor dicho, donde bebiera su intensa experiencia vital el poeta Federico García Lorca. Allá nos
fuimos: A su Granada, la ciudad que lo vio nacer en la vega, que lo acunó y le enseñó a emocionarse con la
música escondida en el agua mansa de los jardines, y con las historias populares, el cante hondo y dolorido, y la
herencia mítica del mundo rural junto a la ciudad conquistada y aburguesada.
Por las arboledas del Tamarit
han venido los perros de plomo
a esperar que se caigan los ramos,
a esperar que se quiebren ellos
solos.
………
Tu vientre es una lucha de raíces,
tus labios son un alba sin contorno,
bajo las rosas tibias de la cama
los muertos gimen esperando turno.
Nos sentamos a leer los poemas de
Diván del Tamarit, en el mismo
escenario donde los escribiera: En la
casa donde se refugiaba cuando
necesitaba de la intensa soledad
creativa, y de la que tuvo que salir
huyendo cuando el terror infame le
cercaba.
Transitamos la ciudad, pasamos junto al Arco de Elvira, vislumbramos la Alhambra desde el mirador
albaicinero “de los ojos moros”, y de allí nos dirigimos, al caer la tarde, hacia el sombrío barranco donde la
muerte alevosa se abrió paso en su carne, llevada por el odio, la envidia de la hermosura, la ceguera asesina del
fanatismo.
Tardará mucho tiempo en
nacer, si es que nace,
un andaluz tan claro, tan rico de
aventura.
Yo canto su elegancia con
palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por
los olivos.
Muy cerca de allí, la visita ya
nocturna a la Fuente Grande,
llamada en árabe Ainadamar,
Fuente de las Lágrimas, puso fin
a nuestro recorrido con su leve
rumor de agua fresca naciendo
del vientre de la tierra
fecundada.
Germán Ojeda Méndez-Casariego
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