1. Las mujeres y el agua
El agua es uno de los recursos más preciados del planeta, es una necesidad y un derecho humano
primordial. Sin embargo, una sexta parte de la población mundial no tienen acceso a ella. En ésta crisis, las
más afectadas son las mujeres ya que, en muchas sociedades, juegan un papel central en la obtención,
manejo y distribución de este líquido vital.
En la mayoría de los países en desarrollo, las mujeres son las responsables de la gestión del agua a escala
doméstica y comunitaria. Se estima que las mujeres y las niñas de muchos de estos países emplean más de
8 horas diarias recorriendo de 10 a 15 kilómetros para trasladar entre 20 y 15 litros de agua por viaje, lo
que puede tener un impacto negativo sobre su salud física y mental.
Además, son ellas quienes resuelven esta necesidad familiar, porque el agua que está estrechamente
vinculada con el trabajo cotidiano que se les asigna en el interior de los hogares. El agua es vital para
preparar alimentos, lavar la ropa, asear la vivienda, la higiene familiar y la producción de alimentos.
Por otra parte, la discriminación de género y su relación con el agua también afecta a millones de niñas,
sobre todo cuando su papel se reduce a quedarse en casa para limpiar, preparar la comida, cuidar de los
hermanos más pequeños, además de tener que ir todos los días a recolectar agua.
El agua potable y un saneamiento adecuado son tan importantes para la enseñanza como lo pueden ser los
lápices, los libros y los maestros.
Estos servicios, que en los países desarrollados parecen tan normales, tienen una vital importancia para que
las niñas de los países en desarrollo vayan a la escuela. En muchos países hay escuelas que no tienen
condiciones higiénicas adecuadas, con un suministro de agua inseguro y unas instalaciones averiadas,
sucias, con lavabos y letrinas que no son adecuados para los niños, en particular para las niñas.
Si bien esta situación afecta a los niños de todas las edades, un saneamiento inadecuado perjudica
especialmente a las niñas, a muchas de las cuales empuja a abandonar la escuela por falta de privacidad y
de respeto a su dignidad.
La falta de educación de las niñas conlleva la marginación aún mayor de las mujeres: las incapacita para
poder mejorar su situación y para tomar decisiones importantes sobre su vida, pero sobre todo, les niega un
derecho fundamental para todo ser humano: el derecho a la educación.
2. MUJER Y AGUA: FUENTE DE VIDA
La construcción social del concepto agua como derecho es un logro femenino que es necesario
destacar. Esto no solo porque el agua está relacionada con lo femenino, sino por cuanto el agua es
considerado como un elemento de fertilidad: da la vida, al igual que las mujeres. Es posible que este
vínculo se haya visto reforzado por el hecho de que la mujer da la vida desde el "agua", el líquido
amniótico del útero. El agua es líquida, variable, curativa, portadora de vida, rasgos todos ellos
tradicionalmente asociados con lo femenino. Muchas culturas asocian el agua con la mujer, en
tanto que diosas, espíritus de la naturaleza o ninfas. Esto cobra especial relevancia en relación
con el agua corriente, como los manantiales o las fuentes de agua, ya que representa la fertilidad y
el dar a luz. Esto es especialmente cierto en el caso de las tierras áridas donde el agua es escasa y
por esto, aún más preciada.
Los compromisos gubernamentales, por intervención de las mujeres en el escenario nacional e
internacional garantizan hoy la erradicación de la pobreza de la mujer. También, en esta sección, el
Programa 21, principal resultado de la Cumbre de la Tierra celebrada en Río en 1992, incluye un capítulo
sobre las medidas mundiales a favor de la mujer para lograr un desarrollo sostenible y equitativo. Igual
que, la Declaración de Dublín, de 1992, sobre el Agua y el Desarrollo Sostenible incluye a la mujer en
uno de sus cuatro principios: " La mujer desempeña un papel fundamental en el abastecimiento, la
gestión y la protección del agua".
En el 2001, la Conferencia Internacional sobre Agua dulce celebrada en Bonn, Alemania, en diciembre
de 2001, el género ocupó un lugar destacado en la Declaración Ministerial: “Hombres y mujeres deben
participar en pie de igualdad en la gestión del aprovechamiento sostenible de los recursos
hídricos y en la distribución de los beneficios. Debe fortalecerse la función de la mujer en las esferas
relacionadas con el agua, y ampliarse su participación.”
Finalmente, la Cumbre de Johannesburgo (28 Agosto - 4 de septiembre de 2002) ha promulgado en su
Declaración Política. varios compromisos importantes relacionados con la mujer:“Promover la igualdad
de acceso de las mujeres y su plena participación, en condiciones de igualdad con el hombre, en la toma
de decisiones a todos los niveles, dando mayor importancia al punto de vista de la mujer en todas las
políticas y estrategias…” , “Mejorar el acceso a la tierra y la propiedad, a una vivienda digna y a los
servicios básicos de las zonas pobres urbanas y rurales, con especial atención a las mujeres cabeza de
familia” y “facilitar el acceso a la información y participación pública, incluyendo a las mujeres, en
todos los niveles de la sociedad para apoyar la política y la toma de decisiones relacionadas con
la gestión de los recursos hídricos y la implementación de proyectos”
LA MUJER Y LOS RECURSOS DE AGUA
La demanda de agua registra un rápido aumento en todo el mundo y el costo de desarrollar nuevos
suministros resulta prohibitivo en muchos países. Paralelamente, la creciente contaminación del agua
agrava el ya existente desequilibrio entre demanda y suministro. De ahí la vital importancia de desarrollar
los recursos agua y riego en el marco de los esfuerzos por mejorar la seguridad alimentaria y la producción
agrícola sostenible.
La mujer juega un importante papel en el manejo del agua: a menudo es ella quien la recoge, utiliza y
administra no solo en los hogares, sino también en la agricultura pluvial y de riego. Ello le proporcionó un
valioso conocimiento sobre este recurso, su calidad, fiabilidad, restricciones y métodos para almacenarla.
3. La mujer es, pues, la clave del éxito de toda política y programa para el desarrollo de los recursos agua y
riego.
La pobre calidad del agua y el difícil acceso a la misma afectan no solo la producción agrícola y ganadera
de la mujer y la cantidad de trabajo que ella dedica a su recogida, protección y distribución sino, también,
su salud y la de su familia. Cada año, las enfermedades causadas por el agua y los vectores que nacen en
ella, afectan a millones de pobres. La mujer debe cuidar a los enfermos de malaria, diarrea y otros y
reemplazarlos en su trabajo durante su enfermedad.
MUJER , MEDIO AMBIENTE , AGUA:
reflexiones sobre la promoción y protección del derecho de las mujeres
al agua.
La relación entre mujer, medio ambiente y agua se remonta a los
orígenes de la humanidad, sin embargo, lo que ello significa; las
responsabilidades sociales, individuales, el contexto en que se da esta
relación, su consideración como asunto público y los efectos sobre las
personas, ha variado con los siglos y los arreglos institucionales,
culturales, económicos-políticos que se dan en cada comunidad y
sociedad hoy día en el mundo global.
.
Reciéntemente, en la década de los noventa del siglo XX, la comunidad
internacional comenzó a debatir sobre los problemas sociales que nos
afectaban y las responsabilidades de las políticas públicas en ellos y la
posibilidad de que los ciudadanos tuvieran voz como actores del
desarrollo. Fue el momento en que la opinión pública y los ciudadanos
del mundo se enteraron de lo que individualmente sufrían miles de
personas y los efectos y consecuencias futuras de no asumir tales
problemas. La Cumbre de Río fue un primer llamado de alerta y fue
significativa la enorme cantidad de organizaciones de mujeres que
participaron en las diversas actividades y el Foro paralelo.
En 1995 en Beijing, la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer dedicó un
capítulo de su Plan de Acción a la relación mujer y medio ambiente,
donde en los debates previos, ya se incorpora el derecho al agua. Sin
embargo, lo que allí quedó claro, es que no se comprendía la estrecha
relación de la vivencia cotidiana de las mujeres con el medio ambiente o
como la escasez o contaminación del agua les afecta en forma diferente
a las mujeres que a los hombres y cómo ellas estaban ausentes de los
debates, de las decisiones públicas, de la investigación, en resumen, de
4. los lugares donde se toman las decisiones que luego tendrán
repercusión en toda la población.