La trigonometría se originó en la antigua Grecia para medir ángulos y lados de triángulos, y fue utilizada por los babilonios y egipcios hace más de 3,000 años para la agricultura y construcción. En el siglo XVII, Napier inventó los logaritmos, lo que impulsó los cálculos trigonométricos, y en el siglo XVIII, Euler demostró que la trigonometría se basa en la aritmética de números complejos y definió las funciones trigonométricas.