El documento describe los recursos minerales de La Guajira, incluyendo yeso, barita y sal en Uribia; oro en Dibulla; materiales aluviales en Palomino; mármol en Barrancas; arcilla en Fonseca; y caliza en Distracción. Concluye que La Guajira tiene una diversidad de recursos minerales y es importante modernizar las explotaciones artesanales, industrializar los procesos, y agregar valor para mejorar el aprovechamiento y posicionamiento en los mercados.
1. RECURSOS MINERALES DE LA GUAJIRA
Por: Danny Daniel López Juvinao
Ingeniero en Minas
Magister Scientiarum en Gerencia Empresarial
Candidato a Doctor en Ciencias Gerenciales
elturcolopez@hotmail.com
El escenario del sector minero de La Guajira se puede resumir en las siguientes cuatro (4)
palabras: “MUCHO MÁS QUE CARBÓN”. Este territorio, cumbre norte de Sudamérica,
alberga consigo una infinidad de riquezas minerales, con una potencialidad evidente para su
explotación industrial, algunas de la cuales se hará referencia en el presente artículo.
El recorrido propuesto va del norte al occidente del departamento, para después orientarse
hacia su parte sur, así:
Uribia, reviste su zona rural con la extracción artesanal del YESO, uno de los minerales
más ampliamente utilizados en el mundo, en la construcción, la cerámica, la agricultura, así
como en la industria química y farmacéutica. Una de las minas artesanales de yeso se
localiza en el corregimiento de Cardón (ver foto 1), donde se explota dicho material para
venderse a algunos comisionados que llegan a la zona.
También en Uribia, se dispone de reservas de BARITA (ver foto 2), un mineral muy común
a nivel mundial, cuyo principal uso debido a su elevado peso, es como lodo de perforación
de pozos petroleros; se usa también en las industrias de caucho como material de relleno y
en la pintura, en la industria de los frenos, del vidrio y como recubrimiento en las salas de
rayos X. Este recurso es extraído de manera rudimentaria por los indígenas Wayuu que
habitan una amplia zona entre las estribaciones de Serranía de Cosinas, el Cerro de Ipapure
y el Cerro La Teta.
2. Manaure, es un municipio generosamente conocido por sus reservas de SAL que abastecen
el mercado nacional para el consumo humano y los diferentes sectores industriales; los
vientos, las elevadas temperaturas y el alto grado de salinidad del mar, afectan
positivamente la “cosecha” de este mineral, que se extrae de forma artesanal por parte de
comunidades indígenas espontáneas, así como de forma mecanizada por la empresa hoy día
propietaria de la producción masiva, llámese Salinas Marítimas de Manaure Limitada -
SAMA Ltda. (ver foto 3). La explotación de la sal corresponde a un renglón importante de
la economía local, debido a su gran contribución con la fuente de ingreso y empleo para el
municipio.
Dibulla, para sorpresa de muchos, en su zona rural posee una interesante actividad minera
artesanal del ORO, metal precioso muy escaso en la naturaleza (elemento raro), empleado
fundamentalmente en la joyería y también con algunas aplicaciones industriales. Los
“cateadores” extraen este mineral en múltiples corrientes de aguas que descienden de la
Sierra Nevada de Santa Marta (ver foto 4), entre los cuales se tienen los ríos: Jerez, María
mina, Tapia, Río Ancho, Cañas, Negro, Palomino y quebradas como: las de el Lagarto,
Salamanca y el arroyo Mamaise.
3. También en Dibulla, más exactamente en el corregimiento de Palomino, límite con el
departamento del Magdalena, sobreabunda la presencia de MATERIALES ALUVIALES,
empleados básicamente para la construcción de edificaciones, así como de carreteras o
autopistas en las concesiones de la región. La empresa minera “Agregados Río Negro” se
encarga de la explotación técnica e industrial, de las rocas presentes en las riberas de las
fuentes hídricas de la zona, convirtiendo el material extraído en pequeñas partículas según
las especificaciones técnicas (agregados, arenas, gravilla, recebo, etc.) mediante su
procesamiento (ver foto 5).
Barrancas, tiene dentro de su contorno rural, yacimientos minerales de MARMOL (ver foto
6), roca metamórfica normalmente utilizada en Construcción (pisos, columnas, escaleras,
mesas, fachadas, muebles para baño, etc.) y en Ornamentos (estatuas, figurillas,
monumentos, piezas de ornato y lápidas). El yacimiento mineral se sitúa a una distancia de
7.25 Km en una vasta zona del cerro de Palmarito; aunque es evidente la abundancia de
reservas minerales, hoy día la explotación artesanal de esta roca se encuentra paralizada,
debido a las condiciones de infraestructura, con una vía extensa y destapada, terreno
montañoso y topografía abrupta.
4. Fonseca, desde la óptica minera, se caracteriza por la extracción artesanal de ARCILLA, un
material sedimentario, plástico y tenaz cuando se humedece; este recurso es extraído
artesanalmente para la fabricación de ladrillos, distribuidos en los centros urbanos más
cercanos. Uno de los puntos de explotación está ubicado en la vía al corregimiento de
Conejo, allí se aplica la minería de superficie, por el método de canteras, empleando
herramientas caseras como picos, palas, azadones, baldes, machetes, etc. (ver foto 7) y
también se sitúan un par de hornos para “secar y endurecer” el material, sometiéndolo a
elevadas temperaturas, con el impacto ambiental negativo que ello implica.
Distracción, casualmente en su sitio más representativo: el centro recreacional (natural) El
Silencio, donde cientos de turistas se acercan periódicamente, en ese mismo lugar, yace un
atrayente deposito de CALIZA, que fue tradicionalmente explotada y “calcinada” por los
habitantes del corregimiento Los Hornitos (ver foto 8). La piedra o roca caliza se utiliza
principalmente para la construcción, fundición, productos químicos y agroquímicos y
vidrios; también como componente importante en el cemento. Se estima que existe un área
superior a 3.000 hectáreas de mineral a lo largo del Cerro de San Luís.
5. Finalmente, con relación a lo expuesto anteriormente, cabe concluir, que el departamento
de La Guajira posee una diversidad atrayente de recursos minerales y que resulta
imprescindible crear estrategias tendientes a tecnificar las explotaciones que actualmente se
llevan a cabo de manera artesanal, propender por la industrialización de los procesos de
beneficio y transformación de los minerales, como también desarrollar canales que
permitan general valor agregado de los productos para un mejor aprovechamiento y
posicionamiento en los mercados nacionales e internacionales; de allí la importancia del rol
que debe desempeñar los gobiernos para posibilitar la participación de las comunidades
locales en dicha modernización o en su defecto atraer la inversión foránea de modo que se
capten recursos por efectos de la minería, por supuesto con la cualificación de la mano de
obra de la región, para ejecutar las operaciones en cuestión.