Un grupo de amigos realizó un experimento científico informal bebiendo 10 cervezas cada uno para verificar si la cerveza contiene hormonas femeninas. Los resultados sorprendentes incluyeron engordar, hablar sin sentido, no escucharse unos a otros, tener dificultad para conducir, incapacidad de razonar, negar los errores, ir al baño frecuentemente y llorar por pequeñeces, lo que llevó al grupo a concluir que la cerveza está llena de hormonas femeninas.