2. Sus ojos azules saltaron desde sus órbitas y se perdieron en el ruido de la ciudad, todo por aquél día. Lena era una joven deportista, con lo cual salía a correr todas las mañanas. Ella estaba corriendo como cualquier otro día mientras escuchaba música. Estaba medio desorientada porque al parque al que siempre iba estaba en construcción, entonces tuvo que irse a otro de la zona. Aunque ya había pasado varias veces por allí, realmente no conocía mucho y así fue que se perdió.
3. Nunca encontró el parque. Terminó caminando tanto tratando de encontrarlo que llegó a un camino que daba a un callejón y que era por el único lugar que pasar, a menos que volviera para atrás; pero ella no quería. Continuó por ese camino y ahí fue cuando se encontró a oscuras y sin poder volver a atrás. Se empezó a poner muy nerviosa e intentó alumbrar el camino con la linterna de su celular. En un momento se tropezó con una piedra, cayó y se desarmó el celular. Comenzó a llorar tratando de encontrar las partes en la oscuridad, tanteando sin poder ver absolutamente nada. Sintió algo raro y quitó la mano rápidamente. Volvió a poner la mano en ese lugar para averiguar qué era. Puso su mano nuevamente y empezó a tocar, ahí es cuando se dio cuenta de que era, ¡un cuerpo!.
4. Se puso a llorar desenfrenadamente y siguió buscando las partes del celular. Por fin las encontró y lo armó. Alumbró hacia ese lugar. No lo podía creer; pensó que era una pesadilla, algunos de esos sueños muy vívidos de los que cuesta despertarse. Pero no: se golpeó, se pellizcó y lo sintió perfectamente. Estaba desesperada, no paraba de llorar a mares y tampoco de gritar desaforadamente. Seguía alumbrando pero; ¡no sabía para dónde ir!. El cuerpo que veía, era, era, era… ¡El suyo!. En lo único que podía pensar era que se había vuelto loca pero, ¿Cómo saberlo realmente? Entre una y otra cosa rara, poco real, se le ocurre que ella era el espíritu y que si se metía dentro viviría y podría salir de ahí.
5. Pero a penas lo intentó sólo logró golpearse con su cuerpo muerto.Comenzó a delirar, gritaba como si alguien pudiera oírla, o como si alguien fuera a ayudarla.Se empezó a sentir como si hubieran pasado cientos de horas. Así que se levantó resignada ante cualquier cosa que sucediera y comenzó a caminar sin alumbrar, sin precaución, sin miedo. Ya nada le importaba.Luego de un buen rato de caminar, sintió un reflejo en sus ojos, como un rayo de sol. Casi sin poder hizo en intento de correr. Y miren, ¡estaba de regreso!. Miró para todos lados tratando de ver si conocía algo, y se dio cuenta de que… ¡En frente estaba el tan buscado parque!. Tratando de olvidar lo que pasó fue a correr. No podía ser en vano todo lo que tuvo que pasar, o no?.