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Acción de la Mente sobre la Materia (IV)
IV.1
Un primer intento de formalizar algunas de las "Reglas de
Selección Fundamentales" para la "Decoherencia
Darwiniana"

Llegamos ahora a la Sección en la que este humilde autor pretende aportar su
“granito de arena” al desarrollo de la Teoría Darwinista Cuántica sobre el
mecanismo de la Decoherencia.
Habida cuenta de mi demostración en ensayos anteriores de que tanto los
sistemas genéticos como “meméticos” (unidades de representación cultural),
se comportan como redes codificantes “Replicantes de Transferencia” de
unidades de paquetes de energía información según un patrón
selectivo/adaptativo evolucionario, si unimos tal Modelo con el Nuevo
Paradigma del Darwinismo Cuántico, podemos concluir la siguiente:

Interpretación Zurek-Schreiber de la Mecánica
Cuántica
Principio Zurek-Schreiber de la Decoherencia Cuántica
por Transferencia Darwiniana
"El mecanismo de tránsito o colapso aparente entre
cualquier superposición cuántica de estados permisibles
y su estado clásico final estable a escala relativa mesomacrocoscópica – a todo nivel dimensional – equivale a
un proceso de transferencia selectiva/adaptativa de
paquetes-onda o q-bits, inducido por estímulo o presión
de cambios o interacciones ambientales, a cuyo filtro tan
sólo sobreviven los "estados punteros" o "más aptos"
(coherentes) con las condiciones del entorno
perturbadoras... La emergencia de la Realidad Física a
gran escala u Holograma Aparente Global se comporta –
pues – como un proceso de reajuste/traducción de
energía-información en redes complejas abiertas libres
de escala de Replicantes Transferentes Evolucionarios,
independientemente del "virtual" o "ilusorio espejismo"
de participación de la consciencia/presencia del
Observador y Orden Determinista Implicado, del mismo
modo en esencia a cual ocurre en las dinámicas
evolutivas biológicas y "meméticas" (psico-culturales)".
Expresión matemático-formal del Principio (Ley "Zero"
de Selección Decoherente por Transferencia
Darwiniana)
"La probabilidad de colapso aparente o emergencia de
un estado estable "puntero" dado "x" entre los "n"
estados superpuestos permitidos que definen la función
de onda de un sistema cuántico original, ψ (a, b, c,...,
x, ...n), bajo unas condiciones de perturbacióninteracción ambiental determinadas, es directamente
proporcional a la Frecuencia o Intensidad del Cambio
Inductor (Presión de Selección/Mecanismo Adaptativo),
e inversamente proporcional al Tiempo Promedio o
Periodo de Expectación del Estado Puntero Óptimo
Macroscópico "más apto" o concordante en fase con el
primero, es decir, con el inverso de la Frecuencia de
Reajuste o Variabilidad Interna Adaptativa del Sistema
Cuántico sometido a la "fricción selectora/perturbativa"
del medio entorno":
[Ψ(x)] 2 = P(x) α (SPr/Texp)
Donde:
[Ψ(x)] 2 = P(x) = Probabilidad de "colapso" del estado
estable "x" a nivel "clásico".
α = Símbolo de proporcionalidad.
Spr = Frecuencia o Presión de Selección (de "Selection
Pressure").
Texp = Periodo Medio necesario para la emergencia
estable del "Estado Puntero" Óptimo
Adaptativo/Reactivo a las condiciones/estímulos del
ambiente inmediato al Sistema Cuántico (entorno
interactivo con él).
Aplicamos ahora a esta “Ley Zero” el tratamiento cinético y termodinámico
de la Teoría General de la Transferencia – ya desarrollada por este modesto
librepensador para cualquier sistema de Replicantes Evolucionarios, a lo
largo de los ensayos que se citaron en la Introducción y se reseñan al final de
este trabajo – . En tal caso, es posible reformularla en términos de magnitudes
de potencia energética, según:

[Ψ(x)] 2 = P(x) = kD [(I/Io)] / ωR
Siendo:
• [Ψ(x)] 2 = P(x) = Probabilidad de Emergencia o “Colapso Aparente” del
Estado Estacionario Puntero “Más Apto” (dado por el cuadrado en
valor absoluto de su función de onda).
• kD = Constante de Decoherencia para la interacción-selección
adaptativa específica del fenómeno en particular estudiado.
• I/Io = Potencia o Intensidad de Perturbación del Estímulo de
“fricción” o “Presión Selectora” del medio ambiente que tiende a
provocar la emergencia preferencial “óptima” del Estado Puntero “x”,
o su “réplica masiva” a escala macroscópica como “Estado Estable
Clásico”. Viene dada como “Intensidad Relativa a una mínima
Potencia Umbral Pertubadora”, puesto que, al igual que todos los
procesos mecano-cuántico-estadísticos de excitación (como por
ejemplo el Efecto Fotoeléctrico tan brillantemente interpretado por
Einstein), requiere un valor o “escalón mínimo” para desencadenarse,
a causa de la intrínseca índole discontinua de los paquetes de
energía-información intercambiados.
• ωR = Costo energético por unidad de tiempo o consumo de potencia
que le supone al sistema reajustar como conformación de máxima
probabilidad de colapso a dicho Estado Puntero, o “Costo
Adaptativo”. Equivale a un “Trabajo de Resonancia por unidad
temporal”, debido a que es obvia la naturaleza de “macroestado en
fase” del resultado (estado “clásico” estable), con el Estado
Estacionario Puntero inducido en las funciones de onda, por
definición. Se muestra patente que esta magnitud no es más que el
“equivalente energético” del Tiempo de Expectación, pues está claro
que si el proceso de selección o reajuste adaptativo exige un periodo
de observación promedio enorme, su costo será tremendo en idéntica
proporción, y la probabilidad de “emergencia” o “colapso”
adaptativo muy baja...; Esto es, el estado “x” no podrá estimarse lo
suficientemente “apto” para ser seleccionado. Y viceversa.
Es elemental percatarse de que – a causa del inevitable “Principio Umbral” –,
como el denominador del miembro derecho de la igualdad ha de resultar
adimensional, mientras que el numerador posee magnitud de potencia, la
Constante de Decoherencia presentará siempre
unidades de
[Tiempo/Energía]: Por ejemplo, en el SI vendrá definida en s J-1. Ello es
obligado porque la probabilidad de colapso es un factor carente de
dimensiones físicas, naturalmente.
Además, esta simple deducción alberga un significado conceptual profundo y
certero: En tal sentido, kD mediría la “cantidad de tiempo precisa para hacer
emerger la energía-información por unidad de paquete de onda/q-bit
seleccionado entre los que configuran el Estado o Conjunto de Estados
Punteros supervivientes al proceso final del colapso”...
Como puede apreciarse, una determinación cuantitativa muy ilustrativa de lo
que implica un mecanismo de “Decoherencia Selectiva”.
Así, para los sistemas macroscópicos en general – en los que dichos “periodos
de emergencia-colapso” son brevísimos (de hecho, por ahora inabordables a
nuestra observación) –, se concluye que los costos energéticos específicos de
decoherencia por paquete de onda han de ser de orden diminuto y, en
consecuencia, las probabilidades de colapso-emergencia de los estados
“clásicos” habituales muy grandes (tendentes a uno, o la “certeza”
estadística). En otras palabras, para ellos los valores de kD para los
Observables serán elevados, la “fricción selectora” tremenda, en lógica y
darwiniana concordancia la “tasa de supervivencia” de los estados múltiples
de la superposición muy baja, emergerán muy pocos estados simples y
definidos “aptos”, pero de probabilidades máximas prácticamente idénticas a
la unidad, la “apariencia de linealidad-”rigidez”/determinismo es enorme y,
por ende, el “efecto holograma” o “Consenso de Realidad” entre los posibles
Observadores Conscientes “casi” absoluto. Como ejemplo de este tipo de
sistemas recordemos a nuestro célebre “Gato” (siempre “vivo” o “muerto” al
destapar la “Caja de Pandora/Schrödinger”), o el movimiento de la no menos
famosa “Partícula-Marilyn” acelerando el delicioso vaivén de su sistema
locomotor para no perder el tren... Hablamos de la escala en que se cumplen
con rigor las “simplificadas” Leyes de la Mecánica Clásica, el “Mundo”
“familiar” donde los fenómenos “exóticos” tipo “Espejo de Alicia”, cuales
entrelazamientos y teleportaciones, pertenecen al Reino de lo “Imposible”, lo
que en verdad quiere decir “Extremadamente Improbable”; En la “Zona
Intermedia” tenemos los objetos “mesoscópicos”, desde los grupitos de
átomos, iones, haces de fotones o moléculas sencillas “cautivas” de nuestros
más preclaros y vanguardistas investigadores, hasta las macromoléculas y
puede ser que incluso células (la frontera superior de este “Nivel Mediano”
no se halla todavía bien determinada), que componen las redes de nuestro
proteoma, genoma y el “campo memético” de transferencias biogenéticas y
psico-culturales que configura el “software” más flexible y menos
condicionado por el “hardware” orgánico de nuestras mentes,
respectivamente: En ellos, la cantidad de “estados punteros supervivientes
adaptativos” es variablemente superior, aunque de modo relativo o
“moderado”: Los tiempos de Decoherencia oscilan entre docenas, unos pocos
o quizás algunas décimas de nanosegundos... En su cota superior
(correspondiente a los sistemas más pequeños dentro de este subconjunto),
acabamos de adquirir la tecnología capaz de “ver” el tránsito desde la
Superposición Cuántica hasta la estabilización de sus estados “clásicos”... Los
costes del mecanismo decoherente por unidad q-bit se mantienen en
márgenes más o menos modestos pero notables (mayores cuanto menor talla
posea el objeto), porque la “fricción ambiental” o “presión de selección” es de
magnitud media. Las cifras para las Constantes kD se conservan en un rango
“atemperado”.
Por ello, tenemos una situación coherente en las
características de los “hologramas de colapso” generados: El grado de
“Consenso de Realidad” es notable pero variantemente “flexible”, y las
relaciones causa-efecto se exhiben influidas en mayor o menor medida por el
azar-incertidumbre, si bien la fenomenología “anómala” tipo “Mundo de
Alicia” se ve limitada a una minoría diversamente reducida de “casos límite”,
en los que la presión selectora del entorno y/o la sensibilidad reactivoperceptiva del instrumento de medida o el Observador son excepcionales, en
cuyo extremo pueden producirse “transferencias horizontales” y “súbitos
saltos reorganizativos/adaptativos” sorprendentes y alejados del gradualismo
mecánico de la Selección Natural de variaciones puramente azarosas o
transferencia “vertical” de unidades de código/paquetes de onda/q-bits. Nos
hallamos en el Reino de la Evolución Biológica de los Genes, la Evolución
Cultural de los “Memes del Dr. Dawkins” (o Arquetipos/Contenidos
culturales de Jung), el “Efecto Emoto” de memoria psico-bioenergética del
agua o los minerales cuarcíferos, y de ciertos fenómenos psíquicos
disociativos (esquizofrenia, síndromes epileptoides-histeriformes de
“posesión” o “infestación”, estados alterados de conciencia...)... Así como en
la “Región de Sombra” de las experiencias mal llamadas “extrasensoriales” o
“paranormales”, como la percepción de las redes de q-bits “grabadas” en los
recintos
“permeables”
psico-bioenergéticamente
impregnados,
la
precognición – que en mi Modelo de Transferencia equivale a lo mismo, pero
mediante intercambio de taquiones – , la percepción psí, la
transcomunicación instrumental y otros, de los que se ocupa empíricamente
la Parapsicología. Variados ejemplos y un intento de su abordaje teórico
sistemático pueden encontrarlos en mis Ensayos sobre un Nuevo Paradigma
Evolutivo y acerca de los Fundamentos de la “Transpsicofísica”, pues ambas
series de trabajos se centraron en esta Esfera... Estamos ahora en el Reino
Intermedio, en el cual sobreviven o emergen un número ni demasiado
abultado ni en exceso selectivo de “estados punteros simples estables”, todos
ellos con probabilidades máximas individuales en torno al 70-95% (las cifras
son orientativas). En él, la Sincronicidad de Pauli/Yung – dinámica “acasual”,
intermedia entre el determinismo y la indeterminación libre de la oscilación
perenne de la “espuma cuántica” –, juega un papel muy importante. En el
“Mundo Mesoscópico”, o “Mediánico”, los fenómenos “mágicos” al estilo del
“Otro Lado del Espejo de Alicia” (equivalentes a observar algunos estados de
no-muerte del “Gato”), son “raros”, poco usuales, pero posibles, y siempre bajo
condiciones de intenso estrés o impacto de presión selectora ambiental,
además de circunscritos en grado diverso en su capacidad efectiva de
reactividad adaptativa u “observación-medición” a una minoría de los
sistemas, organismos, instrumentos o mentes más sensibles, cuyos umbrales
perceptivos-reactivos son más bajos a nivel biomolecular-celular (neuronal en
especial); Si descendemos aún más en la escala penetramos de lleno en el
“Reino Mágico de Alicia” de la Mecánica Cuántica “pura y dura”: Para las
partículas o sistemas de partículas-onda de talla molecular simple aislada,
atómica o subatómica, las Constantes de Decoherencia son elevadas, los
tiempos de tránsito altos (“inmensos” a nivel submicroscópico, por otro
lado), la presión de selección por “fricción” ambiental baja y,
consiguientemente, el coste de decoherencia por unidad de paquete q-bit
muy grande: La mayor parte de los estados cuánticos permitidos de la
superposición pueden “sobrevivir”a tan disminuidas exigencias selectoras,
pero todos ellos lo hacen con una probabilidad máxima relativa pequeña o
“mediocre”, en todo caso por debajo del 50%. De este modo, es posible
“observar” – habitualmente mediante técnicas espectroscópicas de absorción
e emisión electromagnética en las más diferentes bandas de longitudes de
onda – una “superposición limitada” tan sólo leve o parcialmente “filtrada”
de la multiplicidad de estados original de sus funciones de onda... Es el
Feudo de lo “Exótico”, cuyo “Consenso de Realidad” es reducido o mínimo,
el Mundo donde lo “alternativo” o “imposible” para nuestra lógica y
percepción comunes de cerebros evolucionados en un escenario
macroscópico es lo común y corriente... El Mundo donde hechos como el
entrelazamiento, la teleportación y la deslocalización de electrones en “nubes
de carga” orbital son la norma y no la excepción... El Mundo donde siempre
se nos concedería “contemplar” buena parte de los estadios intermedios de
no-muerte del “Gato”... El Mundo regido – en suma – por el Principio de
Incertidumbre y la Dualidad Onda-Corpúsculo de forma preponderante. No
absoluta, sin embargo. Sigue habiendo estados “menos aptos” que otros
como respuesta a la débil acción selectiva del medio, cuyas probabilidades
son tan diminutas que podemos estimarlas cual aproximadamente
despreciables y que – por tanto – no emergen en el estado final estacionario
del sistema, pero sí se manifestarán un número más o menos respetable y
variado de configuraciones detectables de probabilidades variablemente más
grandes de forma simultánea o superpuesta, aunque con una “frecuencia
estadística propia en la combinación” distinta cada una, proporcional al valor
de tal probabilidad específica, evidentemente; En teoría, únicamente si
consideramos una “partícula-onda” solitaria completamente “aislada” de su
entorno la situación correspondería a un “escenario de Realidad Cuántica
Pura”, donde sería factible “observar” a la vez toda la superposición de estados
alternativos permisibles del sistema al ser todos ellos seleccionados en alguna medida.
Dicha “partícula aislada” poseería una kD=0, un tiempo de transición a
colapso nulo y un coste de Decoherencia por unidad q-bit “infinito”, es decir,
una
“Decoherencia
Nula”
por
definición.
Podemos
formular
matemáticamente dicho “estado de partícula cuántica elemental libre” (un
electrón por ejemplo), pero en términos experimentales es tan imposible de
aislar o “fotografiar” en el laboratorio como un supuesto caso opuesto: El de
un inimaginable “mega-macrosistema” de “infinita” cantidad de masaenergía en el que ningún estado de la superposición fuera “filtrado” exitosamente
como “nivel puntero”..., lo que equivaldría a una Constante de Decoherencia
“infinita” y un consumo de potencia por unidad de paquete de ondas-dato
“filtrado” idéntico a cero, o “Decoherencia Infinita”... En el primer caso,
porque si intentamos “medir” u “observar” de cualquier manera una
“partícula cuántica libre” ya interaccionamos como agente ambiental con ella
– como establece el Principio de Indeterminación de Heisenberg – y, de
inmediato, deja de ser “libre”, por definición; Y, en el segundo, debido a que
equivaldría a poder “ver” el Multiverso entero en su conjunto desde “fuera”,
en una dimensión adicional a las que lo constituyen (10 dimensiones
espaciales más el tiempo, siete de ellas “super-replegadas” y por ello
inaccesibles según la Teoría M, un mínimo de 5, el tiempo incluido, en
términos del Modelo de Gravedad Cuántica de Bucles, o las que quiera que
sean, aún está por definir)... Lo cual es – por razón lógica elemental –
imposible... Sería el célebre y mítico “Punto Aleph” de referencia, elevado al Olimpo
literario por el gran Borges, el “lugar” hipotético desde donde “todo lo que fue, es,
será, pudo ser, puede ser y podría ser fuese Observable”..., una quimera tan absurda
desde una óptica racional como la de “partícula absolutamente aislada”... O aún más,
si cabe, pues si el Multiverso es el “Todo” parece obvio que “Aleph=Nada”, al ser
exterior a “Él”... Y, en verdad, “Decoherencia Infinita = Nada”, pues si nada
sobrevive a un “filtro o fricción infinita”, nada se manifiesta como Realidad Física.
Una muestra más de cómo, en los límites extremos “ideales”, la FísicaMatemática se torna “Filosofía Pura”; En cuanto a ejemplos de “sistemas
cuánticos submicroscópicos” de Predominio de la Incertidumbre, hay
muchos: Desde cualquiera de los experimentos y ensayos de entrelazamiento
o teleportación cuántica destinados a demostrar el Teorema de Bell o empezar
a abrir la Nueva Frontera de la Computación Cuántica al crucial
“Experimento de la Doble Rendija”, pasando por cualquier modelo verificado
de enlace químico para moléculas de pequeño-mediano tamaño “aisladas” o
covalentes. No así las macromoléculas en cadena o polímeros, como las
proteínas, el ADN o ARN, ni las redes de cuarzo, o de agua, conviene
aclararlo, ya que éstas son demasiado grandes y entran dentro del “Reino
Mesoscópico”, cuyas “propiedades generales de Decoherencia” ya
describimos antes. Respecto a este último grupo de muestras de “objetos
mayoritariamente cuánticos” a los que aludíamos, podemos fijarnos en la
molécula de benceno o cualquier “anillo aromático”: Nos hallamos ante un
anillo ensamblado por seis átomos de carbono (C) unidos entre sí y, a su vez,
cada uno con otro átomo de hidrógeno (H), de ahí la fórmula molecular C6H6.
Las uniones de cada átomo de C con sus dos vecinos de igual elemento y el
correspondiente átomo de H se logran mediante la adquisición por parte del
estado electrónico de la último nivel semi-completo de mayor energía o “capa
de valencia” de éste de una configuración “perturbada” o “excitada” de
distribución de sus “nubes de carga” orbitálicas de simetría triangular y
ángulo interno entre dichos lóbulos de máxima densidad electrónica de 120o,
disposición que, debido a su geometría, supone un “estado de Hartree-Fock”
de mínima energía o máxima estabilidad, pues minimiza la repulsión
eléctrica entre las tres nubes formadas al separarlas en el espacio lo más
posible. Este estado equivale a la “transición óptima” resultante de la mutua
“Decoherencia” entre los carbonos e hidrógenos, generando por tanto una
estructura cerrada plana muy aproximadamente hexagonal. Cada “nube
electrónica” de los C se denomina “orbital híbrido 2sp2”, pues su función de
onda se obtiene cual combinación lineal de la que describe el estado cuántico
fundamental original de un orbital esférico (“s”) y dos orbitales de forma bilobular con una zona nodal o de densidad nula central (similares a
“pajaritas”, llamados de tipo “p”), que constituyen la capa más externa o de
valencia de los átomos de C. Desde el centro de cada carbono se proyecta un
“triángulo equilátero plano” de tres orbitales de esta clase, que se solapan o
interfieren sus estados de onda con los de un par de C contiguos y un H; A su
vez, los átomos de hidrógeno presentan una única capa exterior simple
esférica (orbital 1s): Los enlaces C-C son – por tanto – fruto del solapamiento
o interferencia en un nuevo estado estacionario de las funciones de onda ya
previamente “excitadas” de los orbitales 2sp2 entre los C, donde en los
nuevos “niveles de enlace” se comparten dos electrones “acoplados” de
espines o sentidos de rotación sobre sí mismos opuestos. Esto es lo que los
químicos definimos como un “enlace simple”, o “σ”, llamado así porque el
solapamiento entre las nubes orbitales de carga es frontal o directo a lo largo
de su eje de enlace. Interpretados bajo el prisma de nuestro Modelo
Darwiniano de Decoherencia, mostrarían todos ellos constantes kD pequeñas
como toda interacción a escala cuántica, pero dentro de éstas,
comparativamente mayores, porque la “rigidez” de esta clase y configuración
geométrica de enlace es bastante alta para el “Mundo de Alicia”, o su grado
de deslocalización espacial del par de electrones de enlace sensiblemente
inferior, al del otro tipo de uniones que enseguida contemplaremos. De
hecho, colapsan en un único estado puntero básico (el anillo de seis eslabones
hexagonal), el más óptimo o “adaptado” a las acciones mutuas “ambientales”
de los 6 átomos de C con los seis de H, por el Principio de Mínima RepulsiónEnergía Potencial. Ahora bien, no olvidemos que se trata de un sistema
regido a fin de cuentas de modo preferente por la Indeterminación: Los
enlaces simples σ pueden ser más compactos y limitados en su expansión
volumétrica o “borde límite” que otros, pero siguen siendo nubes de carga,
en cuyo seno las zonas más densas en energía y probabilidad de localizar el
par electrónico ocupan posiciones centrales (el área de máximo solapamiento)
y se adelgazan hacia el centro o núcleo de los átomos que unen, de manera
que podemos visualizarlos como “salchichas” un tanto abultadas por el
centro... Además, vibran ligeramente por efecto de la “agitación térmica” del
medio y pueden oscilar dentro de cierto rango, adoptando diversas
“conformaciones” en el espacio, por lo que el ciclo cerrado hexagonal no es
perfectamente plano y regular en principio; Existen, al menos, dos
disposiciones de oscilación rápida, suave y continua en transición
permanente entre sí, una de estabilidad o probabilidad levemente mayor que
la otra: La más “favorecida” y abierta similar a una “bañera”, y la de energía
o tensión un poquito más elevadas y “forzada”, parecida a una “silla”. Estos
son los dos subestados permitidos “seleccionados” por el mecanismo de
“filtro” decoherente, ambos compatibles obviamente con el estado final de
“colapso estacionario” de los enlaces σ. Existen adicionalmente otros
“subniveles finos” diferenciados, relacionados con las fuerzas de cohesión
intermolecular, pero en una molécula apolar, o de distribución de centros
cargados totalmente simétrica como el benceno, su valor energético es muy
pequeño y podemos desdeñarlo para no complicar el ejemplo. La “intensidad
de superposición” superviviente es – pues – patente pero moderada, como
corresponde al “armazón duro” – ya sea de cadena cerrada o abierta, “lineal”
o “ramificada” – de toda molécula orgánica; Ahora bien, si recordamos, este
“esqueleto” se articula en este caso a base a átomos de carbono que utilizan
tres electrones para compartir o solapar con las “nubes orbitales” vecinas de
otros dos de su mismo elemento y un tercer átomo de hidrógeno. Pero el C
posee cuatro electrones en su nivel cuántico más externo de energía (segunda
capa): En consecuencia, cada carbono dispone de un “electrón de valencia”
más, que no forma parte de la “excitación perturbada” o “estado híbrido”
inicial, y cuya densidad de carga se reparte en un orbital “2p” de “doble lazo”
en su estado “atómico” fundamental. Esta nube de carga se expande desde el
centro de cada carbono hasta una máxima densidad en su extremo, arriba y
abajo, siguiendo un eje imaginario perpendicular al “plano hexagonal” del
anillo. Es natural – por consiguiente – que puedan establecerse más enlaces
por compartición y “apareamiento de espines opuestos” entre ellos, lo que
refuerza la estabilidad de la molécula y, por ende, tal nueva situación es
“seleccionada” por interacción o mutua “decoherencia”. No obstante, estos
enlaces son muy diferentes a los anteriores, por las siguientes razones que a
continuación enumeramos: 1) Se producen por interpenetración o
solapamiento “lateral” entre lóbulos de orbitales “p” vecinos por encima y
debajo del plano molecular, no de modo frontal. La región de solapamiento
de máxima densidad de carga-energía es – por ello – sustancialmente más
delgada y dispersa, concentrada en el centro y puntos medios del plano
perpendicular al que constituyen los enlaces simples, iguales y simétricos
tanto por arriba como por debajo de éste, con una amplia zona central nodal
o de “nula probabilidad”/densidad. Podemos imaginarlos cuales dos finos y
no muy compactos “arcos” de laterales cada vez más delgados, uno superior
y otro inferior, entre los dos átomos de C implicados. Esta clase de enlaces
son, como puede fácilmente apreciarse, de menor energía y mayor longitud
media que los σ, (aproximadamente entre el 40-50% de diferencia, en
concreto), su mayor acumulación de carga-energía por unidad de volumen es
periférica, no central internuclear, y se encuentran mucho más extendidos y
deslocalizados electrónicamente en el espacio. Reciben el nombre de “enlaces
π”, porque tan sólo pueden generarse entre orbitales “p” paralelos entre sí de
manera lateral. Asimismo, se conocen por “enlaces dobles”, porque se
tienden en exclusiva cuando los átomos que unen poseen electrones
“sobrantes” de valencia no usados por los “simples”. O sea, sus “Constantes
de Decoherencia Propias” serán, en promedio, notablemente más reducidas
que las de los solapamientos σ, en proporción a la mayor “libertad” o “nivel
de deslocalización espacial” o incertidumbre de sus electrones componentes;
2) Por si fuera poco, en el benceno hay una “condición de contorno”
específica que por un lado restringe y por otro otorga unas muy particulares
“posibilidades” de “superposición de estados alternativos permisibles” para
la emergencia selectiva de las configuraciones de enlaces π : Expliquémosla
suponiendo que numeramos los carbonos que ensamblan el anillo plano
“dibujado” sobre el papel del 1 al 6, de arriba hacia abajo en el sentido de las
agujas del reloj, por ejemplo; Si dos carbonos dados o “vértices” del ciclo
hexagonal refuerzan su unión mediante uno de estos enlace “dobles”,
pongamos que lo hacen el C1 con el C2, y lo simbolizamos así: (C1=C2), es
patente que los enlaces dobles 6-1 y 2-3 se tornan “prohibidos”, pues
conllevarían la compartición de 5 electrones en el C1 y el C2. El siguiente
enlace π ha de forjarse, entonces, en posición 3-4 y el tercero en 5-6.
Igualmente acontece si asumimos que el “primer” enlace doble es C2=C3: En
tal opción – idénticamente probable a la anterior – las otras dos uniones
“dobles” habrán de emplazarse en posiciones 4-5 y 6-1, por la misma causa
exacta; Y así sucesivamente: Es decir, los tres enlaces dobles han de aparecer en
una secuencia alternante, jamás consecutiva. Esto se define en la nomenclatura
de la Química Orgánica cual “sistema resonante o conjugado”, y proporciona
una especial estabilidad a las moléculas que lo disfrutan. Como es lógico, la
estructura real del benceno no es ni una ni la otra, sino un “híbrido de
resonancia” o “mesómero”, donde cada C se une al vecino con
aproximadamente 1.5 veces la energía-densidad media de un enlace simple,
pues los 6 electrones de los 3 enlaces π se “reparten” simultáneamente entre
ambas zonas alternantes en una auténtica superposición estable de estados, como
si estuviesen “saltando” a enorme velocidad (casi virtualmente
“instantánea”), entre las dos configuraciones (según impone el Principio de
Incertidumbre). Está claro – por ende – que la kD de los enlaces π será
particularmente baja, al existir dos sub-estados mesómeros igualmente aptos
o capaces de emerger del “filtrado” de decoherencia mutua perturbativa,
compatibles de idéntica forma con el “estado puntero” global del sistema, y
dotados de una enorme “deslocalización espacial”. Gráficamente, se
acostumbra a representarlo así:
Donde el círculo interior esquematiza los tres enlaces “dobles”
deslocalizados, y los trazos externos los simples, omitiendo los que unen a los
diminutos hidrógenos por simplificar.
Este modelo de enlace molecular para el benceno fue propuesto por el ilustre
químico orgánico alemán de aristocrático origen checo-bohemio Friedrich
August Kekulé von Stradonitz, padre de la “Teoría Estructural Química”, en
1865. Como famosa anécdota “serendípica”, recordemos que el mismo sabio
anunció en una posterior conferencia-homenaje celebrada en 1890 por la
Sociedad Química Alemana que la inspiración para “resolver” el por aquella
época “enigmático problema” de la estructura y comportamiento reactivo del
benceno (una sola variedad o isómero original pero capaz de producir tres
isómeros diferenciables por una única sustitución de hidrógeno por otro
elemento o grupo, además de su tremenda y anómala estabilidad energética o
“fuerza de enlace”), le vino a través de un sueño, en el que “vio” a una
serpiente morderse la propia cola y girar vertiginosamente, al estilo del
arcano “Arquetipo” multicultural del “Ouroboros”.
En rigor, estas “formas de Kekulé” no son las únicas que pueden existir:
Dewars y otros postularon estructuras alternativas que también son
compatibles con las singulares condiciones del sistema, como suponer dos
dobles enlaces “paralelos” en lados opuestos del ciclo y el tercero – más largo
y débil aún – tendido entre dos carbonos situados en vértices contrarios de
los carbonos intermedios, a modo de “diagonal” a través del anillo:

Evidentemente, en la figura se representa el tercer enlace “ultradeslocalizado” o “hiper-adelgazado” entre el C1 y el C4, pero de manera
igualmente probable podrían establecerse otra dos formas “mesómeras”
completamente equivalentes en las que una los carbonos 2-5 o 3-6, sin más
que cambiar el otro par de enlaces “dobles” a las posiciones 6-1, 3-4 y 1-2, 4-5,
respectivamente. Estas tres “formas de Dewar” – según nuestro Modelo de
Decoherencia – inducirán que el “sistema π resonante conjugado” exhiba una
Constante kD menor aún, ya que se compone de la superposición continua de
cinco subestados variablemente “aptos” seleccionados, dos de ellos – los de
Kekulé – con una probabilidad-frecuencia de emergencia en torno al 40-45 %
cada uno (aportando un total del 80-90% al “estado híbrido” final de la
molécula), y otro trío de formas (las de Dewar) cuyo “peso estadístico” ronda
el 5% por “cabeza” (que suman el 10-20% restante), menos “óptimos” o
“adaptativos”a causa de su excesiva “dilución de carga-energía”, pero sí lo
bastante como para “colapsar” en menor proporción o frecuencia relativa en
la “fusión final filtrada” del estado estable puntero global de la molécula.
Sin embargo, el “Modelo de Kekulé” no deja de ser una simplificación
cualitativa de excelente penetración. Posteriormente, otro “genio
heterodoxo”, el brillantísimo y muy creativo químico teórico, (de hecho, uno
de los “padres de la química cuántica), ingeniero químico, cristalógrafo,
bioquímico, pionero de la genética molecular y la biomedicina alternativa
norteamericano Linus Pauling aplicó su Teoría de Perturbaciones o de Enlace
de Valencia y de Orbitales Híbridos, por la que le fue otorgado el Premio
Nobel de Química en 1954 – empleando métodos mecano-cuánticos basados
en las técnicas matemáticas de Hartree-Fock –, y resolvió en términos
cuantitativos una muy buena aproximación a la estructura molecular del
benceno y sus derivados. En ella, cada uno de los “estados más probables”
que ahora definimos como “punteros” fue descrito por una función de onda
de “perturbación”, por integración numérica de la Ecuación de Schrödinger
planteada para cada una de esas configuraciones obtenidas por la técnica de
Hartree-Fock. El “mesómero de resonancia” final equivale a una combinación
lineal de éstas, cuyos coeficientes son parámetros relativos que miden su
“peso estadístico” o contribución a la “superposición” estable del sistema.
Esto incorpora plenamente el concepto cuántico profundo de
Indeterminación y Alta Deslocalización antes explicado, pues es como si
considerásemos que, en el anillo, cada C se une a su vecino con una densidad
de energía equivalente a 1.5 veces un enlace simple. Otra forma de
interpretarlo es que si pudiésemos “fotografiar” sucesivas “instantáneas” del
benceno o grabar un video en tiempo real del mismo, el 80% de las veces
veríamos una estructura de Kekulé (entre las mismas la distinción es
meramente convencional, únicamente dependiente del orden arbitrario en
que numeremos los vértices del ciclo), y el 20% de ellas una de Dewar.
Gráficamente, representando los cuadrados de los valores absolutos de la
función de onda, se aprecia que, en efecto, los 6 electrones de las “nubes π”
solapan entre sí en un enorme pero “poco denso” y “expansivo” “rosco”
doble por encima y debajo del anillo hexagonal plano mucho más compacto o
“esqueleto” ensamblado por los enlaces σ, incomparablemente más
localizados.
Es decir, algo así:

Los cálculos teóricos de las energías y distancias promedio de enlace
derivados de este modelo (como ya dijimos equivalentes a 1.5 enlaces simples
entre los C, y algo menores y por ello más largos en los sencillos enlaces
frontales C-H), se ajustaron a los valores experimentales determinados por
espectrofotometría y calorimetría en más de un 95% de exactitud.
Todo estudiante de Bachillerato de Ciencias estudia este hallazgo, bien
asentado desde mediados del siglo pasado.
Pero – a fuerza de darlo ya por hecho y superado – con frecuencia ni
profesores ni alumnos reflexionamos lo necesario en un hecho tan
extraordinario como el que acabamos de repasar...
Pues de la estructura cuántica molecular de elevado nivel de resonanciadeslocalización-incertidumbre – y por ello bajo grado de “selectividad
decoherente” – se deducen y justifican todas las propiedades físico-químicas y,
en particular, la muy singular y por cierto versátil y utilísima reactividad
química del benceno y sus derivados, así como de otras moléculas cíclicas
aromáticas que usan diversos átomos además del carbono en sus anillos,
como el N o el S, por ejemplo. Centrándonos en el benceno y “familia”, la
lista de usos industriales, farmacológicos, alimentarios (conservantes,
edulcorantes, colorantes), cosméticos y de consumo es verdaderamente
imponente. Cual también lo es su “lado tenebroso”, pues con frecuencia
bastantes de esos productos poseen efectos cancerígenos o tóxicos planteando
problemas de salud pública y riesgos laborales. No enumeramos ni unos ni
otros por ser de sobra conocidos y de muy fácil acceso a un simple click para
cualquiera en esta Nueva Era de la Red...
Lo que nos interesa aquí resaltar es que todos esos tremendos y
numerosísimos impactos – tanto positivos como negativos – sobre nuestra
vida más material, prosaica, común y cotidiana proceden de una única
fuente: La muy especial reactividad sustitutiva y estabilidad del anillo
bencénico, a su vez fruto directo de su estructura resonante de alta
superposición-incertidumbre cuántica... Expresado de otro modo más
reflexivo y “filosófico”: El benceno es un perfecto ejemplo de cómo nuestro
“Consenso Macroscópico de Realidad Ordinaria” se ve invadido, moldeado
y condicionado por un fenómeno submicroscópico de tipo “magia al Otro
Lado del Espejo de Alicia”...

Por supuesto, hay una gran cantidad de ejemplos similares en el vasto ámbito
de la químico-física atómica y molecular, así como en la tecnología electrónica
y de telecomunicaciones, por no citar una vez más las fabulosas perspectivas
y promesas de la nanotecnología y la computación cuántica...
Retornando a nuestro ejemplo, resulta tan extraordinario, “exótico” y
pasmoso que tres parejas de electrones “resuenen” a la vez en diferentes
posiciones indeterminadas al mismo tiempo en una danza “instantánea” sin
fin, como las aplicaciones de la transmisión de información por banda ancha
de fibra óptica cimentadas en los la física de las ondas solitónicas, el láser y
su impresionante “pack multiusos” de alta tecnología, la telefonía móvil o
los primeros avances en la transferencia instantánea de datos por
entrelazamiento o teleportación cuántica... Actos tan sencillos y
aparentemente “vulgares” como tomar una aspirina (el ácido acetilsalicílico deriva sintéticamente del benceno), realizar una llamada por el
celular o atravesar una puerta del supermercado sin tocarla activada por
medios fotoeléctricos no serían posibles sin la irrupción de la “Magia
Cuántica” en el corazón de nuestra Realidad Macroscópica tan sólo
ilusoriamente “rígida, determinista y newtoniana”... Es como si en verdad
pudiéramos “ver” al gato en diversos estados de no-muerte – zombificados o
espectrales/fantasmagóricos – al abrir la Caja...
No hace falta poseer dotes de “sensitivo”, interesarse por la Parapsicología
y/o la Cosmología Cuántica, o saber algo de física y matemáticas teóricas
para percatarse de este hecho y asumir sus consecuencias...
Basta con poseer una mente despierta, estar razonablemente informado y
disponer de unos pocos euros o dólares para comprarse un par de libros de
divulgación o conectarse a Internet...
Y saber pensar por sí mismo...
Hábito poco desarrollado, por desgracia y manipulación fatal de oscuros
intereses a quienes favorece la ignorancia, a veces hasta en altivas y
laureadas cátedras...
Cualquiera – en definitiva – puede comprender que, desde hace ya más de
media centuria, era imprescindible un Cambio Global de Paradigma...
Pues aquí lo tenemos..., ya llegó, por más que algunos poderosos aferrados
a sus tronos, sitiales académicos o púlpitos intentaron e intentan retrasar y
ocultar su Advenimiento por todos los medios a su alcance, por más bajos,
rastreros, sucios y mentirosos que sean...
Se trata del Paradigma de la Decoherencia/Transferencia Selectiva de
paquetes de ondas-datos (q-bits) por Darwinismo Cuántico...
Un mismo Principio y Tres Niveles de Consenso de Realidad Diversos, el
Submicroscópico, el Mesoscópico y el Macroscópico...
Continuemos pugnando por un primer esbozo en el desarrollo de sus
escondidas “maravillas”...
Reglas Generales de Selección y Principio Fundamental
de Decoherencia Perceptiva o "Colapso de Realidad" en
la Decoherencia Cuántica Darwiniana por Transferencia
Selectiva/Adaptativa

Regla 1 o Regla Básica de Decoherencia Darwiniana
Transferente
Enunciado
"En cualquier proceso de Decoherencia Selectiva o
Colapso Estable Aparente, la ´Razón Fundamental de
Decoherencia´ – definida como el cociente entre la
Constante de Decoherencia y el Coste Adaptativo de
Resonancia – ha de ser un valor inferior a la unidad. Y, a
su vez, la "Intensidad de Estímulo o Presión Ambiental
Selectora Relativa sobre su Mínimo Umbral Inductor",
ha de superar dicha unidad en orden de magnitud
suficiente como para asegurar que la probabilidad de
emergencia del Estado Puntero sea lo bastante
significativa para poder ser seleccionado o "apto" para
adaptarse a tales condiciones/interacciones derivadas de
su "fricción" con el medio entorno"
Demostración
Por definición de Probabilidad: 0 < [Ψ 2(x)] < 1
Por definición de Umbral Mínimo: (I/Io) > 1
Y como, por el Principio Zero, podemos escribir:
[Ψ 2(x)] = P(x) = (kD/ωR) (I/Io)
Es obvio que:
(kD/ωR) < 1
Si ahora imponemos que – como es lógico suponer – el
valor de la probabilidad sea significativamente superior a
cero, está claro que:
(I/Io) >>... 1
Y tanto más cuanto menor sea la Razón Fundamental de
Decoherencia en un caso dado

Significado
A medida que las Constantes de Tiempos de Tránsito
Decoherente son más pequeñas y los Costes Unitarios
por eliminación de q-bits crecen, a la par que
disminuye el Consumo de Potencia por "sintonización"
o Resonancia – esto es, mientras más nos aproximemos
a la escala de Predominio de la Incertidumbre o
Superposición Cuántica de baja selectividad –, mayor
ha de ser la Potencia o Presión de Selección ambiental
para que se "seleccione" un Estado Puntero más apto o
mejor adaptado en concreto de forma estadísticamente
significativa en detrimento de los demás.
Consecuentemente, podemos afirmar, en general, que se
cumplirán las siguientes:
"Relaciones de Selección Decoherente (I)"
En Sistemas Submicroscópicos: (kD/ωR) <<<...1 <<<...(I/Io)
En Sistemas Mesoscópicos: (kD/ωR) < 1 < (I/Io)
En Sistemas Macroscópicos: (kD/ωR) < ~ 1 < ~ (I/Io)

Observemos que es por completo equivalente e igualmente válido interpretar
los corolarios anteriores en los siguientes términos:
“Cuanto mayor es el nivel de escala del Sistema, para que, eventualmente,
pueda medirse-observarse o percibirse una cierta multiplicidad de mayor
grado de incertidumbre-superposición de estados – un “efecto Espejo de
Alicia” o “Gato No-Muerto” por así decir –, permitiéndose así la
“supervivencia puntual” de algunos “Estados Alternativos Punteros” de
probabilidades no-nulas estimables o ponderables, si bien más o menos
notablemente menores a 1, la Presión Selectora Relativa del ambiente debe
mostrase muy elevada, y en términos absolutos (I), literalmente
monstruosa..., ya que el valor de Razón Fundamental de Decoherencia ha
de ser muy reducida por definición para los fenómenos de “dominio
cuántico” y la magnitud-umbral Io es forzosamente alta en cualquier
Observable y Observador de tallas macroscópicas, aun suponiendo al
segundo especialmente “sensitivo”, por lo que disminuiría de forma
variablemente moderada la magnitud del Coste de Resonancia”.
Esto justifica la “mediana” rareza de los procesos o fenómenos “anómalos”
a escala mesoscópica (por ejemplo, “fases” de Evolución Biológica por
transferencias horizontales y saltos bruscos reorganizativos de genes), así
como su muy escasa frecuencia a nivel macroscópico (percepciones o
experiencias parapsicológicas). Por el contrario, en la “esfera
submicroscópica”, éstos son la “moneda de uso corriente”, y lo muy
excepcional constituye una acción de “filtro selector” poderoso, habida
cuenta de que tan improbable o energéticamente costoso resulta
“seleccionar más” en el “Mundo Micro” como “seleccionar menos” en el
“Mundo Macro”... Por lo cual, ambos tipos de eventos – cuando acontecen
en el “campo contrario”, lo hacen con muy poca frecuencia y/o sobreestimulados por circunstancias o entornos muy singulares de brutal
impacto o “estrés” de Presión Ambiental “traumática”. Así, en el “polo
opuesto” de nuestro “familiar” Consenso de Realidad Macroscópico lo casi
siempre – pero no siempre – reinante será una tremenda fricción selectora
masiva con costes unitarios de eliminación por q-bits ridículos y tiempos
fugacísimos de tránsito, lo que conduce a una Hiper-Selección de muy
escasos y extremadamente “adaptados” Estados Punteros “máximamente
aptos”, todos ellos de probabilidad muy cercana a 1, incluso bajo suaves o
pequeñas intensidades relativas de Presión Ambiental... Y a su ilusoria
pero muy convincente y persistente “apariencia” de férreo determinismo
lineal y causal..., el Holograma del “falso” Orden Implicado expresado por
las “Leyes” de la Física Clásica...
Podemos – por tanto – apreciar que la potencia unificadora y explicativa de
nuestra Teoría de Decoherencia Cuántica Darwiniana por Transferencia es
más que notoria.
Prosigamos – por ende – avanzando en ella un poco más...

Principio Fundamental de Decoherencia Perceptiva o
Ley de "Colapso de Realidad" en la Decoherencia
Cuántica Darwiniana por Transferencia
Nos planteamos ahora formular el proceso de percepción
psicofísica de un Observable "Puntero" Seleccionado
determinado en función de sus condiciones de
Decoherencia Selectiva Darwiniana.
Partiendo del "Principio Zero":
P(x) = kD (I/Io)/ωR
Reordenando:
(I/Io) = (ωR/kD) P(x)
Si tomamos logaritmos decimales:
log (I/Io) = log (ωR/kD) + log P(x)
Multiplicando ambos términos por kS, siendo ésta la
"Constante de Sensibilidad Específica" del Observador
respecto al fenómeno Observable:
kS log (I/Io) = log (ωR/kD)ks + kS log P(x)
Teniendo en cuenta que – suponiendo las intensidades
relativas de estímulos o presiones selectivas superan el
umbral pero no alcanzan el "punto de saturación
sensorial" – se ha de cumplir la bien conocida y
comprobada Ley Psicofísica Fundamental de FechnerWeber, es evidente que el miembro izquierdo de la
igualdad coincide con la magnitud de Sensación
Percibida o Respuesta a tal Estímulo, dada por:
∆S = kS log (I/Io)
Y definiendo como:
kC = log (ωR/kD)ks = ∆SMáx = Constante de Colapso o
Sensación Máxima inducible en el Observador
Nos resulta la expresión matemática de la Ley
Fundamental de Decoherencia Perceptiva Darwiniana o
"Colapso de Realidad":
∆S = kC + kS log P(x)
O bien, en esu forma equivalente:
P(x) = 10 (∆S – kc)/ks
Significado Analítico
1) Constante de Colapso o Sensación Perceptiva
Máxima:
Es patente que cuando – como ocurre por lo común en
nuestro "Mundo Macroscópico" – los "Estados Punteros"
seleccionados son escasos, "supersimplificados" y de
probabilidad tendente a la unidad, la cantidad de
sensación percibida será la máxima posible para el sistema
psicofisiológico receptivo del Observador. De ahí la fuerte
"apariencia determinista" y "alto Consenso de Realidad"
imperantes a esta escala. Por ello, en nuestra función
matemática, si hacemos P(x)=1, ∆S=kC=∆SMáx.
Por otra parte, si nos fijamos en la combinación de factores
que determinan dicha constante:
∆SMáx = log (ωR/kD)ks
A su vez, por la Regla Básica de Selección Decoherente,
puesto que kD/ωR < 1, la base de la potencia es mayor
siempre a la unidad, con lo que el logaritmo resulta
positivo y agudamente dependiente de la Constante de
Sensibilidad Específica del Perceptor como exponente o
factor multiplicador.
Asimismo, según las distintas Relaciones de Selección
Decoherente en cada uno de los tres grandes Niveles de
Realidad Física Aparente existentes encontraremos que:
ωR/kD

kS

∆SMáx

Submicroscópico

>>>...>> 1

Diminuta

Pequeña

Mesoscópico

>> 1

Intermedia

Mediana

Macroscópico

>1

Enorme

Grande

Considerando que ∆SMáx simboliza el "Techo Perceptivo"
máximo de saturación sensorial para un Observador
macroscópico consciente, parece claro que la primera fila
se aplicaría a fenómenos "anómalos" como la "percepción
paranormal" u otras experiencias parapsicológicas
("intrusiones cuánticas en nuestro "Consenso de
Realidad"), tan sólo posibles con altos o al menos
estimables valores de probabilidad si la Constante de
Sensibilidad Específica del sujeto receptor es algo menos
"diminuta" de lo corriente por una poco frecuente mixtura
de variables genéticas y psicológico-ambientales, y bajo
escenarios de alta Presión Selectora (Estímulos muy
intensos) por parte del entorno; En contraste, la tercera fila
refleja la situación habitual de nuestro "Colapso Clásico"
de Realidad. La segunda fila describiría el
comportamiento intermedio de la percepción-observación
de la Decoherencia o Colapso en los Sistemas
Mesoscópicos de talla "mediana", tales cuales las
macromoléculas genéticas o las redes de memes que
controlan la evolución cultural.
Las predicciones de esta fórmula – derivada de la
articulación entre nuestro Principio Fundamental de
Decoherencia Darwiniana por Tranferencia Selectiva y
de la Ley Básica de Percepción de Fechner-Weber – son
coherentes, en consecuencia, con los datos empíricos
disponibles en el campo de la Psicofísica.
2) Probabilidad de Percepción-Umbral o "Colapso
Mínimo"
Nos detenemos ahora en el extremo opuesto: La
determinación de la Probabilidad Mínima o Umbral con
la que puede ser percibido el colapso de un Estado
seleccionado en particular en una Decoherencia dada.
Si el grado de selección del Estado Puntero es el mínimo
admisible bajo unas condiciones de Decoherencia
concreta, corresponderá al Estímulo Umbral Mínimo
inductor de ese "Colapso de Percepción Mínima";
Entonces, I=Io.
Sustituyendo dicha premisa en la Ley de Percepción
Decoherente se obtiene que ∆So=0, lo que era de esperar.
Haciendo lo propio en el Principio Fundamental de
Decoherencia:
Po(x) = kD/ωR
Donde este valor mide ahora el límite inferior de
Percepción Mínima del Observable por parte del
Observador en unas condiciones definidas.
Aplicando las Relaciones Selectivas características para
cada una de las "Dimensiones de Realidad" genéricas, al
igual que antes:
kD/ωR

Po

Submicroscópica

<<<...<< 1

Muy Baja o Baja

Mesoscópica

<< 1

Baja-Media

Macroscópica

<~1

Alta-Muy Alta

Lo que cuantifica la diversidad de patrones perceptivos ya
descritos de forma cualitativa en las "Tres Escalas de
Colapso" fundamentales:
a) Para los fenómenos submicroscópicos de predominio
cuántico, una mayor multiplicidad de Estados "Punteros"
estacionarios Observables, el "menos apto" de ellos de
probabilidad mínima pequeña pero aun así perceptible a
nivel umbral o poco superior, los restantes con mayor
magnitud perceptiva, proporcional a sus probabilidades
máximas – en todo caso significativamente menores a la
unidad – por lo que jamás saturan el "techo" sensorial del
Observador, siguiendo una distribución logarítmica
"incompleta", pues nunca llega a tender a la cuasihorizontalidad (región de saturación).
Algo semejante a:
Cuyo eje vertical indicaría las cantidades de Sensación
Perceptiva y el horizontal las Probabilidades de Selección
de los Estados Punteros en %.
Salta a la vista que el grado de multiplicidadincertidumbre o superposición – plasmado cual "nube de
puntos-sucesión de estados simultáneos" implica un bajo
"Consenso de Realidad" y, por ello mismo, una reducida
frecuencia de percepciones efectivas, restringidas a
Observadores particularmente sensibles.
b) En agudo contraste, los fenómenos "filtrados" en el
seno de los sistemas macroscópicos únicamente
seleccionan uno o pocos "Estados Punteros" estables de
óptima "aptitud", todos y cada uno con probabilidad
máxima próxima a 1, de ahí la potente impresión de
determinismo y "Consenso de Realidad". En este caso, la
totalidad de ellos saturan o se acercan en extremo a
saturar el techo perceptivo del Observador. Como los
tránsitos del proceso de Decoherencia – además – son
diminutos e inaprensibles, el Obervador los capta como
una señal constante y de máxima magnitud, lo que
gráficamente equivale a una línea horizontal uniforme
de valor ∆SMáx = kC (la zona de saturación de la curva
logarítmica).
Es decir:

Siendo: Y=K=∆SMáx=~kC y X=PMáx=~1
En verdad aparecerían un conjunto de unas escasas rectas
paralelas casi coincidentes sobre K, pero la diferencia es
poco relevante.
c) Por último, los fenómenos de rango mesoscópico
mostrarían un número mediano de "Estados Punteros" de
probabilidades intermedias, generando una curva
perceptiva de forma logarítmica completa o "estándar" a
partir de su valor umbral.
Similar a:
(Nota: Las cifras de Probabilidades a lo largo del eje
horizontal se han multiplicado por 10, o dividido por
igual número en %, por razones de comodidad).
De nuevo, en rigor obtendríamos un "haz de curvas"
semejantes, todas nacientes en puntos situados más o
menos ligeramente a la derecha de 0 sobre el eje
horizontal, en su valor de Probabilidad de PercepciónUmbral, Po, (en la muestra de nuestra gráfica
aproximadamente igual a 0.1, equivalente a 1%). Con
rapidez variable, todas ellas crecerían según la pauta
logarítmica, alcanzando antes o después la región de
Saturación.
Corresponde a un Colapso que engendra "Consenso de
Realidad" intermedio, como ya sabemos.

Hasta aquí el Análisis de la Dinámica Perceptiva del Mecanismo de
Decoherencia Darwiniana por Transferencia Selectiva de paquetes de
onda/q-bits.
Procedamos acto seguido a estudiar su Cinética, con objeto de establecer
nuevas Reglas de Selección Decoherente.
Cinética de la Decoherencia Darwiniana por
Transferencia Selectiva. Tiempo o Periodo de
Expectación para el Colapso de un "Estado Puntero"
Por el Principio Fundamental de Decoherencia
Darwiniana por Transferencia:
P(x) = (kD/ωR) (I/Io)
Puesto que el Modelo Zurek-Schreiber y sus fundamentos
teóricos y empíricos establecen que el mecanismo de
Decoherencia es esencialmente darwiniano, podrá
aplicársele la Teoría Cinética de la Transferencia. De modo
que las intensidades o potencias de estímulos-presión
selectora del medio entorno equivaldrán a las equivalentes
magnitudes de "Imprimación Ambiental" (Ver Ensayos I y
II sobre un Nuevo Paradigma Evolutivo y/o Fundamentos de
Transpsicofísica (I) de este mismo autor, cuyas referencias
se reseñan en la Sección de "Bibliografía").
Esto es que:
I = ksb σ ν
Io = ksb σo νo
Donde ksb es una constante de "permeabilidad" o
"capacidad de transferencia-intercambio" de los paquetes
de onda-datos, específica del medio-soporte de la
interacción entre Emisor/Fuente (el medio ambiente
perturbador) y el Receptor (Sistema Observable), σ y σo
representan las densidades de energía-información
transferidas por el impacto selector en un instante t dado
y su valor-umbral mínimo desencadenante,
respectivamente, mientras ν y νo simbolizan las
frecuencias de repetición a las que se producen dichos
estímulos inductores del proceso de "Selección
Decoherente", en dicho instante genérico y en el umbral
inicial.
A su vez, la cinética de evolución temporal de la densidad
de energía y de su frecuencia de impacto
perturbador/selector vienen definidas por las siguientes
funciones:
σ(t) = σo e – ε t
ν(t) = νo e δ t
Siendo ε el ritmo promedio al que se dispersan o decaen
los paquetes-onda portadores de la perturbación
ambiental y δ al que son "realimentados" por repetición
sucesiva. La diferencia entre ambos factores medirá – pues
– la velocidad de crecimiento o "alimentación" del
fenómeno responsable de la "fricción" o "Presión de
Selección" sobre los estados cuánticos del Sistema
Observable. Denominábamos a esta constante α.
Por consiguiente, la Ley Cinética para la Imprimación o
Estímulo Ambiental Perturbador/Selector resulta:
I(t) = ksb σo νo e α t
Por ello, puesto que obviamente:
Io = ksb σo νo = Intensidad o Potencia de Estímulo
Perturbador-Umbral,
Se llega a:
I(t) = Io e α t
Si sustituimos ahora esta expresión en el Principio
Fundamental o "Ley Zero" de Decoherencia, lograremos
formular la Ley Cinética de Decoherencia Darwiniana
Transferente:
[P(x)](t) = (kD/ωR) (Io e α t / Io)
Simplificando:
[P(x)](t) = (kD/ωR) e α t
Por definición, el "Colapso-Selección" completa y
definida de un determinado "Estado Puntero
Observable" simple y estable dado, se produce cuando
su Probabilidad Máxima tiende a 1, la certeza estadística
(siempre sobrevive y emerge íntegro tras el "filtrado"
decoherente).
En los sistemas de predominio cuántico – y en mucha
menor medida en los mesoscópicos – no todos o incluso
en el primer caso la mayor parte de los "Estados Punteros"
son seleccionados con probabilidad máxima igual a 1,
pero el "Estado Estacionario Final" Híbrido de Resonancia
funciona cual "Estado Puntero Estable" por combinación
lineal de funciones de onda: Así, por ejemplo, en la
estructura molecular del benceno el estado descrito como
"mesómero" entre las tres formas de Dewar y las dos de
Kekulé afectadas por sus correspondientes coeficientes de
probabilidad-frecuencia relativa o "pesos estadísticos"
juega el papel de "Estado Puntero", cumpliendo asimismo
la condición anterior, pues obviamente la suma de dichos
coeficientes suma 1.
Matemáticamente:
Ψ = 0.066... x 3 ΨDw + 0.4 x 2 ΨK = 0.2 ΨDw + 0.8 ΨK
Si sumamos los coeficientes, evidentemente 0.2+0.8=1.
Por ende, imponiendo dicha condición en la última
fórmula, podremos deducir el Tiempo o Periodo de
Expectación Texp para cualquier Colapso efectivo de modo
muy sencillo:
(kD/ωR) e α Texp = 1
e α Texp = (ωR/kD)
Tomando una vez más logaritmos, en esta ocasión
naturales:
α Texp = Ln (ωR/kD)
Texp = Ln (ωR/kD) / α
De esta relación se infiere una importante y por otra parte
lógica y patente Regla de Selección básica para el
mecanismo de Decoherencia propuesto, que expondremos
sin demora.

Regla 2, o Regla de Exclusión Selectiva de los Estímulos
Decrecientes
Enunciado
"De todas las secuencias de estímulos perturbadores o
inductores de Presión de Selección procedentes del medio
entorno, tan sólo aquellos que posean una frecuencia de
realimentación o repetición tal que supere su tasa de
decaimiento por disipación – o sea que su ritmo de
crecimiento sea positivo (α >0) – podrán seleccionar
"Estados Punteros Aptos" a través del "filtro"
decoherente. Aquellos cuya velocidad de sucesión de
estímulos o impactos no compense en lo bastante a la
velocidad de decaimiento o extinción por disipación,
resultando una evolución decreciente en intensidad,
quedan excluidos como procesos selectores generadores de
Selección Decoherente alguna".
Demostración
Es elemental:
Como – por la Regla 1 – sabemos que (ωR/kD) > 1,
Si α < 0 4 Texp < 0
(Lo cual es absurdo)
Significado
Se nuestra obvio a la razón que desde el primer instante
de la interacción Ambiente-Sistema, se produce un
inmediato decaimiento por dispersión del flujo de
paquetes de ondas que portan los estímulos
perturbadores del primero. De hecho, la "contra-fricción"
o "decoherencia recíproca" eliminatoria de parte de sus
"q-bits" por acción mutua con el Sistema es inevitable
por el Segundo Principio de Termodinámica y la Ley de
Shannon. Por esto, toda Observación-Medida es en
verdad una "Decoherencia Mutua" entre el medio
(incluyendo el ente o aparato perceptor) y el Observable/
es. Ahora bien, puesto que los citados valores iniciales
del impacto estimulante equivalen a los del inicio de
reactividad o selección adaptativa por parte del Sistema
o Receptor – esto es, las magnitudes-umbral –, es
evidente que si su intensidad total tiende a disminuir en
vez de aumentar a partir de ese instante, ya no podrán
generar respuesta alguna, pues su velocidad de
dispersión de paquetes de onda-energía/q-bits será
mayor que la del propio Sistema y los estímulos
quedarán siempre por debajo del umbral perceptivo.
Para que ésta sí ocurra y desencadene el mecanismo
selectivo evolucionario de "Estados Punteros más aptos",
los pulsos de estímulos/perturbaciones que componen
los impactos de la Presión Selectora del entorno han de
crecer más rápido de lo que se disipen, es decir su
parámetro cinético α ha de ser positivo.

De esta Regla 2 se deducen otras, que nos aprestamos a explicitar:
Regla 3, o Regla del Equilibrio Inestable de Expectación
Infinita
Enunciado
"Para cualquier interacción Decoherente Darwiniana por
Transferencia, si el ritmo de extinción o dispersión de los
estímulos perturbadores provenientes del medio es
idéntico al de su realimentación secuencial repetitiva (ε =
δ , α = 0), como la velocidad de "entrada" los impactos
selectores iguala a la de "salida" o decaimiento de los
mismos, el balance continuo de paquetes-onda
intercambiados es nulo: Los estímulos permanecen
indefinidamente justo en el umbral y – en consecuencia –
no llegan a genera respuesta adaptativa o Decoherencia
Neta perceptible. Pero, naturalmente, se trata de un
Equilibrio Inestable: Por el Principio de Incertidumbre,
cualquier leve oscilación positiva espontánea a favor de
la realimentación inductora liberará el proceso, aunque
fuere de forma mínima. Nos hallamos ante el "EstadoLímite de Sistema Cuántico Aislado", en realidad, un
supuesto ideal".
Demostración
De nuevo, es elemental:
Si α = 0 4 Texp  "infinito"
Significado
En un sentido estricto, nos encontramos – como
acabamos de afirmar – ante un escenario ideal, pues
siempre existe aunque sea una mínima "fricción"
vibracional residual con el ambiente. No obstante,
pueden darse circunstancias prácticas en las cuales nos
hallemos en un entorno infinitesimal próximo a dicho
Equilibrio o Umbral Inestable. En tales casos, el
Principio de Incertidumbre nos asegura que son
posibles eventuales oscilaciones alrededor de este
"Punto Cero"de Presión Selectora, capaces de producir
una ínfima excitación o respuesta perceptiva cuando
∆S>~0 y una "percepción subliminal" si ∆S<~0; Este
último fenómeno no viola los Principios Psicofísicos
Fundamentales, porque su intervalo de duración sería
tan extraordinariamente pequeño que quedaría dentro
del margen de Incertidumbre. Dichas "fluctuaciones de
vacío" son típicas de los procesos cuánticos, por otro
lado, y uno de los efectos más fascinantes del Principio
de Indeterminación o, lo que ahora sabemos resulta
equivalente, de su interpretación a la luz de la
Decoherencia por Darwnismo Cuántico.

Regla 4, o Regla de la Respuesta Perceptiva Máxima por
Alto Estrés Selector de Elevado Impacto Ambiental
Enunciado
"Con independencia de la Relación de Decoherencia o
Nivel de Escala del Sistema Observable (o sea, del valor
de kD/ωR), todo proceso de Decoherencia Darwiniana por
Transferencia inducido por condiciones de Alto Impacto
Ambiental de Elevada Frecuencia Realimentadora o
Persistencia Secuencial en el tiempo (constante δ y, por
tanto, ritmo de alimentación o crecimiento α de enorme
magnitud), conduce a un Máximo Perceptivo Óptimo o,
lo que es equivalente, a un Periodo de Expectación muy
reducido o tendente a cero".
Demostración
Es patente que:
Cuando α 4"infinito" 4 Texp
40
Significado
Según ya explicamos, el Principio o Ley Zero de la
Decoherencia Darwiniana por Transferencia Selectiva
predice y justifica porqué habitualmente la percepción
de los Sistemas Macrofísicos – en los que predomina
casi de manera absoluta la Causalidad Determinista o, a
lo sumo, la Mecánica Estadística asentada en la Ley de
los Grandes Números – se halla marcada por una
Percepción Máxima casi Óptima o en Zona de
Saturación: Debido a la tremenda concentración de
masa-energía, la "fricción" con el medio entorno es
colosal, garantizando una alta selectividad o
competencia entre los múltiples "candidatos a Estados
Punteros", a la que tan sólo "sobreviven" o emergen los
"más aptos" o adaptados a la citada, "rígida" y "exigente"
configuración ambiental. Esto ocurre de modo habitual,
mecánico y fluido, inclusive si la intensidad promedio o
potencia media de los estímulos selectores es moderada
o hasta pequeña sobre el umbral, debido a que el "factor
cantidad" (extensivo) se impone sobre el intensivo.
Dicho de otra manera, aunque la frecuencia de
realimentación de los fenómenos estimulantes del
medio sea baja (α positiva pero reducida), a causa de
que en estos sistemas de "talla grande" ωR/kD es siempre
mayor pero no muy lejos del orden de 1, los Tiempos de
Expectación jamás serán medianos ni prolongados, sino
ínfimos o en todo caso tan reducidos que la consciencia
del Observador los captará como nulos, e igualmente
hasta los instrumentos más sensibles disponibles o
concebibles. Ni que decir tiene que si, además, los
impactos selectores aumentan, la Probabilidad Máxima
de Colapso o Saturación Perceptiva se tornará más
rigurosa todavía, alcanzado su valor unidad la primera y
su magnitud máxima la segunda en un Periodo de
Expectación virtualmente nulo. De ahí la fortísima
"Percepción de Consenso de Realidad" que los
caracteriza. Consideremos por unos momentos una vez
más nuestro ejemplo de la "Partícula-Marilyn": Por más
que un hipotético Observador consciente sea "fetichista de
los zapatos rojos", el 99.999...% o más de las veces verá a la
adorable actriz correr en pos del tren calzada en zapatos
negros, pues así fue rodada la escena de la película. Y lo
hará de este modo, porque el "patrón decoherente" del
tinte químico o la piel empleada en su confección, a escala
macro, posee esa propiedad de absorbancia máxima como
"Estado Puntero Más Apto de probabilidad casi-unitaria",
sin importar cuáles sean los íntimos deseos o expectativas
de índole subjetiva de su perceptor. Este mero, simple y
casi universal hecho empírico basta para sospechar desde
el principio que las Interpretaciones del tipo "Muchas
Mentes" o "Asambleas de Mentes" no son el camino
correcto. Y, con mucha lógica, por eso la inmensa mayoría
de los físicos y filósofos desconfiaron de ellas desde el
instante de ser postuladas. Por el contrario, es totalmente
compatible y reforzante con nuestra Interpretación de los
Muchos Mundos/Decoherencia Darwinista: Simplemente,
percibimos lo que los procesos de Selección del algoritmo
evolucionario del Colapso de Realidad "filtra" para una
configuración de interacción Sistema-Ambiente
determinada en las condiciones "locales" de nuestro
Universo (no-locales para él, como demuestra el Teorema
de Bell y se ha comprobado hasta la saciedad). Punto. Hay
"magia cuántica", pero también se conserva el Principio de
Objetividad, y Einstein (y todos los demás, incluyendo
este humilde librepensador), puede/podremos reposar en
nuestras tumbas con mucha mayor "tranquilidad" que el
"Gato de Schrödinger"... Nuestros cerebros evolucionaron
todos de una ramita a partir de un tronco común
biogenético, y por ende tienden a "ver" lo que mejor "se
adapta" a su marco dimensional de Consenso Real y a su
supervivencia, con un altísimo grado de "coincidencia"
entre ellos, como es natural. A pesar de todo, hay un
menguado porcentaje de mentes humanas que no
"decodificarán" el mismo producto decoherente de igual
forma exacta... En algunos casos, por un mero defecto en
su "equipo detector/transductor" fisiológico producido
por la expresión de un gen o alelo recesivo, como acontece
con un daltónico. Otras, la exacerbación de su deseo,
obsesión u otros rasgos relativamente "anormales" de su
personalidad puede llegar a inducir por sugestión la
visión del par de zapatos de color rojo, pero muy
habitualmente se tratará de un efecto momentáneo y
esquivo, (lo que solemos llamar una "alucinación"),
reemplazado en el acto por el "procesado de consenso" del
colapso para la banda cromática del estímulo. Hay varios
mecanismos psicofisiológicos y neurobioquimicos capaces
de explicarlo, tal cual se expuso sucintamente en el primer
ensayo de este autor sobre la acción de la mente sobre la
materia. Hasta ahora, nada especial ni extraordinario:
Toda distribución de rasgos psicobiológicos usuales, en
cierta medida definidos por los genes y en la restante por
condicionamientos ambientales a lo largo de la vida de un
sujeto, muestran una típica pauta gaussiana. La gran
mayoría de las personas nos mantenemos más o menos
inmersos en la zona central de la curva, pero pequeñas
minorías ocupan sus extremos: Una fracción muy
modesta de individuos tendrán tan poca tendencia a la
fabulación o autosugestión que ni tan siquiera podrán
apenas imaginar los zapatos de otro color por más que les
exciten, y un porcentaje similar en el margen opuesto de
la Campana de Gauss exhibirán cierta propensión a sufrir
episodios ilusorios breves algo por encima de la media.
Pero, sea como fuere, hablamos de ligeras "alteraciones"
residentes en la particular conformación neuropsicológica
del cerebro receptor, independientes del fenómeno en sí
de la Decoherencia, tanto como el gen mutante de un
daltónico. Ahora bien, subsiste una proporción aún más
pequeña de nuestros congéneres que parecen superar las
barreras del "Gran Filtro Macroscópico" de forma
desconcertante y sumamente... inquietante. Los estados
alterados de conciencia propiciados por ciertos rituales o
prácticas de meditación/relajación/concentración o el
consumo de específicas drogas psicotrópicas – de modo
temporal pero altamente complejo e incomparablemente
más duradero – y, sobre todo, graves enfermedades o
trastornos psíquicos cuales la paranoia, la esquizofrenia,
la esquizofrenia-paranoide y el síndrome
histeriforme/epileptoide de "posesión", de manera harto
persistente o permanente, generan una Percepción Global
Integrada Alternativa o Anómala de la Realidad
Macroscópica, que puede afectar tanto a fuentes emisoras
de estímulos externos o internos (relacionados con el
propio cuerpo u organismo). Actualmente, estos
fenómenos carecen de explicación racional científica
alguna y, por ende – a diferencia de las fobias y las
reacciones histéricas de somatización de inferior grado, al
fin y al cabo formas más agudas de auto-sugestión o
“efecto placebo” –, tampoco gozan de tratamiento
terapéutico efectivo. De hecho, constituyen un misterio
neuropsiquiátrico. "Sentirse" plenamente inmerso en una
Realidad Alternativa percibida con toda precisión o lujo
de detalles y coherencia interna (recuerden el caso de John
Forbes Nash), o bien en un delirio caótico de
"superposiciones de Realidades diferentes", como es
común en los pacientes esquizofrénicos profundos, buena
parte de los fenómenos relacionados con los famosos
casos cuales los de "supuesta posesión" de la adolescente
bávara Anneliese Michel, (popularizado por el film "El
Exorcismo de Emily Rose"), o el chaval de más o menos la
misma edad Robby Mannheim, de Mount Rainer (USA) –
"traducido" filmográficamente en la famosísima e
impactante película "The Exorcist", a su vez basada en una
novela del escritor William Peter Blatty –, sencillamente
no tienen justificación científica o médica por el momento.
Por ello, algunos teóricos pensamos que podríamos asistir
a ejemplos de "Decoherencias Anómalas HiperReceptivas", que permitirían a su afectados acceder a la
decodificación variablemente permanente de los
"colapsos" de Universos o Realidades Alternas. Porque lo
poco que sabemos acerca de esta clase de superpsicopatologías integrales al menos apunta en esa
dirección: 1) Se asocian a personas hipersensibles o
"sensitivas psíquicas naturales", con fuertes rasgos
semejantes a los síndromes histeriformes y/o epileptoides.
Y estos últimos, a su vez, tienen mucho que ver con tres
factores comunes: Modificaciones en el funcionamiento
neurológico de la amígdala, el sector del cerebro
encargado con "filtrar" emocionalmente el procesamiento
de percepciones y recuerdos de la memoria a largo plazo,
y su comunicación con el lóbulo temporal (donde se
establecen los grandes patrones de "visión racional" de la
Realidad, esto es, distinción interna entre lo "posible" y lo
"imposible", lo "cierto" o lo "falso") ; 2) Se registra una
anormal hiperactividad sináptica de conexiones entre
grupos de neuronas que operan, sin embargo,
desconectadamente de otros sectores de la Red, como
"islas autónomas", probable base neurobioquímicofisiológica de la "escisión" o "escisiones"de personalidad;
3) Se ha determinado una cierta correlación entre esta
índole de cuadros y anomalías en genes específicos,
particularmente residentes en el Cromosoma 6, los cuales
también se vinculan con el "trastorno bipolar", típico y
anormalmente preponderante entre las personalidades
borderlines y/o creativas-artísticas. Crear – es, pues,
biogenética, neurobioquímica y molecularmente – similar
a "ver el Consenso de Realidad" ordinario desde otro
ángulo o perspectiva, solo que de forma relativamente
más controlada y fructífera; Todo esto nos autoriza a
sostener esta hipótesis de trabajo, proponiendo que se
enfoque el estudio de estos fenómenos desde la óptica de
la Psicofísica Cuántica. Por otro lado, la frecuente ligazón
y refuerzo sinérgico entre síntomas paranoides y
esquizoides refuerza esta idea, pues la obsesión paranoica
– en especial en su versión más extendida, la "fijación
persecutoria/conspirativa" –, es claro provoca intensos y
persistentes estados en los que el entorno se percibe de
manera agudamente estresante-traumática, y la condición
de captación de estímulos o presión selectora ambiental
"amplificados" y distorsionados es el fundamento para
una "intrusión cuántica" de largo alcance y amplitud para
un Sistema Mesoscópico como la Red Neural que
conforma nuestros cerebros. No es más que una hipótesis
– es cierto – pero creemos merece ser explorada. Pero –
reiteramos – todo ello no quiebra el Principio de
Objetividad, ya que la "anomalía" o "proceso
decodificador alternativo" radica en el Sistema
Observador Mesoscópico (Mente del Perceptor), no en el
mecanismo de Decoherencia del Observable (Realidad
Macroscópica)... Y en este aspecto no es – desde el punto
de vista estrictamente físico – algo esencialmente
distinto a la "defectuosa" visión cromática de un
daltónico. Únicamente varía su “orden de magnitudcomplejidad”.
En el "polo opuesto", los Sistemas de Preponderancia
Cuántica, gobernados principalmente por la
Incertidumbre, presentan tan baja potencia o "fricción"
filtrante selectora, que permiten a un cierto número de
estados más probables o estables manifestarse o ser
detectados a la par, en una "superposición parcial" cuya
combinación lineal de funciones de onda "componen"
un "Estado Puntero Híbrido" o "Resonante": Ahora, el
factor (ωR/kD) es muy superior a 1, por lo cual el
"aparente Consenso de Realidad" logrado a través del
Estado Híbrido de Resonancia es muy frágil, en extremo
dependiente de las condiciones perturbativas del
ambiente. Regresemos al ejemplo del benceno y sus
derivados químicos: En su estado original, dicha molécula
presenta un "Estado Híbrido Puntero de Resonancia"
conformado como ya se precisó, de modo que a cada
unión entre carbonos del anillo le corresponde el
equivalente a 1.5 veces la energía de un enlace simple. El
Sistema se comporta como si los 6 electrones π se
repartieran simultánea, deslocalizadamente y por igual a
lo largo del interior del ciclo. Ello dota al mismo de una
enorme estabilidad y resistencia a la rotura, adición de
átomos o grupos a su "macro-doble enlace difuminado" o
sustitución de sus eslabones, pudiendo tan sólo ser
sustituidos los hidrógenos "periféricos" por otros reactivos
más "electrofílicos" o "apetentes" de carga negativa o
electrónica que ellos, conservando intacto el anillo, lo que
se conoce como "Sustitución Electrófila Aromática" (SEA).
En tal estructura se asientan todas sus variadas,
provechosas y asimismo a veces peligrosas propiedades
químicas sustanciales. En consecuencia, si sometemos al
benceno a una reacción de sustitución bajo condiciones
adecuadas, intercambiando mediante un reactivo idóneo
uno de sus H por otro grupo o átomo, éste se unirá al ciclo
hexagonal plano por cualquiera de sus vértices de C
indistintamente, puesto que todos poseen idéntica
densidad electrónica y configuración en principio. El
Sistema se comportará – por tanto – con la absoluta
simetría que cabe esperar de su "función de onda
estacionaria" de máxima probabilidad, compuesta por una
combinación lineal de tres mesómeros de Dewar con el
20% de peso o frecuencia estadística y dos de Kekulé con
el 80%. Pero, cuando más tarde intentemos obtener un
nuevo doble derivado a través de una segunda SEA,
comprobaremos que el panorama cambia brusca y
completamente: Ahora el reactivo derivado
monosustituido posee una asimetría en su distribución
electrónica. Si el grupo insertado en primer lugar es más
electropositivo que la propia nube resonante, o bien posee
niveles o subniveles energéticos orbitales "vacíos"
disponibles para captar pares de electrones (electrofílico),
tiende a "atraer hacia sí" en mayor medida una fracción de
la densidad de carga π, con lo cual modifica y limita la
deslocalización de las formas resonantes, alterando los
coeficientes o probabilidades efectivas en la mesomería
por simple inducción electrostática o deformación de
polaridad en el primer caso, o bien un auténtico cambio
en la combinación de estados de la misma en el segundo.
Los químicos denominamos a esta clase de átomos o
grupos sustituyentes "desactivadores", porque al detraer
densidad energética al anillo electrónico de resonancia,
hacen que la barrera de activación o dificultad para una
segunda sustitución aumente respecto a la del benceno sin
sustituir, disminuyendo en consecuencia la velocidad de
reacción; Por el contrario, si el primer grupo químico que
reemplaza uno cualquiera de los H es más electronegativo
que el sistema original o cuenta con uno o más pares
electrónicos "libres" capaces de integrarse en la
resonancia, la densidad de la nube π crece, la energía de
activación baja y la reacción transcurre con mayor
rapidez. Entonces – lógicamente – se les llama
“activadores”. Por consiguiente, al considerar la
interacción de un derivado monosustituido con un
segundo agente electrofílico, las características del
“ambiente químico” entre el Sistema y el reactivo ya no
son simétricas, y se tornan más selectivas, transformando
los patrones de decoherencia, al volverse más favorables o
estables las sustituciones sobre unos mesómeros que sobre
otros. Así, los grupos “donadores” o activadores del anillo
“orientan” la inserción de sustituyentes en posiciones
inmediatamente vecinas (2, u “orto”, en la jerga químicoorgánica), o bien diagonalmente opuestas (4, “para” en
términos usuales del “gremio”). En cambio, los
“aceptores” o “desactivadores”, tienden a formar
mayoritariamente el derivado doblemente sustituido a
dos C de distancia del primitivo (posición 3, o “meta”). La
“selectividad” del proceso o “pureza” del producto en el
isómero “meta-derivado” será tanto más alta cuanto más
elevado sea el potencial “activador” del segundo
sustituyente. En cuanto a las mezclas muy predominantes
entre las variedades “orto” y “para” obtenidas en la
primera opción, la mayor proporción o a veces casi
exclusividad de uno de los dos sobre el otro dependen de
un segundo factor que añade una nueva “pérdida de
simetría” al mecanismo: Puesto que la segunda
sustitución en 2 supone que la pareja de grupos y/o
átomos unidos al ciclo queden sensiblemente próximos
entre sí, cuando uno o ambos de ellos son voluminosos los
bordes-límite de sus orbitales o nubes de carga externas se
repelen eléctricamente con excesiva fuerza entre sí,
incrementando la energía potencial del sistema y
desestabilizándolo por ello mismo: En tal circunstancia, la
forma “para” que los aleja al máximo, será muy
preponderante. Mas en el caso de que sean de menor
tamaño, prevalecerá el derivado en “orto”, por una mera
cuestión estadística elemental: Hay dos posiciones para
una segunda sustitución libres en dichos vértices y una
sola en “para”. Los detalles cinético-mecanísticos de todo
esto no son relevantes aquí, lo que sí es de sumo interés
resaltar es recordar que, en general, la SEA requiere como
condición necesaria que el reactivo “atacante” presente más
“apetencia” de electrones que el hidrógeno, de donde se infiere
que tratamos siempre con átomos o grupos de semejante orden
de magnitud promedio en dicha propiedad. Por ende, pequeños o
relativamente modestos cambios en ella – así como en segunda
instancia – en el volumen, esto es, en el entorno ambiental del
Sistema resonante aromático, inducen enormes variaciones en el
mecanismo de interacción o “decoherencia” y su “colapso” o
producto final estable “seleccionado”, dado que cada isómero de
posición doblemente sustituido difiere tremendamente en
múltiples aspectos de estructura y reactividad química, e
incluso en menor pero notoria medida en algunas propiedades
físicas básicas, como los puntos de fusión y ebullición, al afectar
a la intensidad de sus fuerzas de cohesión intermolecular.
Esta “mágica versatilidad, evanescente pero de efectos
muy reales y contundentes”, es la naturaleza esencial de
los Sistemas de Dominio Cuántico.
Finalmente, nos referimos a los Sistemas Mesoscópicos,
el Reino Intermedio, regido en apariencia por la
Causalidad Determinista y la Ley de Los Grandes
Números – a “imagen y semejanza” del Macroscópico –
pero únicamente en los más o menos prolongados
periodos de “Estasis” o relativa Estabilidad, definidos
por una intensidad baja-media de Presión Selectora
Ambiental... Pero capaces con sorprendente prestancia y
eficacia de incorporar rápidos y amplios procesos
“saltatorios de intrusión cuántica” adaptativos de
profunda reorganización interna e
inserción/modificación/regulación de paquetes de datos/
q-bits, cuales respuesta ante las fases de Crisis o Alto
Impacto Ambiental Traumático, si los estímulos
inductores de Perturbación, o lo que es equivalente, la
Potencia de Presión Selectora del medio, así lo exigen.
Gobernados – en resumen – por un Jano de dos Rostros,
ambidextro y dual, híbrido entre la estricta y
esquemática Causalidad “Clásica” y la libérrima y
“desconcertante” Incertidumbre “Cuántica”: El Principio
de Sincronicidad. Nuestra fórmula así lo predice con
fidelidad: Como a esta Escala Dimensional los valores
del factor (ωR/kD) son mayores que 1 pero “modestos” o
de mediana magnitud, el Tiempo de Expectación depende
críticamente de α . De este modo, cuando los impactos o
estímulos de elevada Presión Selectora son persistentes
o continuos durante un periodo suficiente y realimentan
seriada y repetidamente la Transferencia Perturbadora
del ambiente, el parámetro α es muy grande y, en lógica
consecuencia, el Texp corto o incluso “tendente a cero”, de
tipo “similar al cuántico”. Por el contrario, para
Presiones de Selección débiles o puntuales, no lo
bastante sostenidas o realimentadas en el tiempo, α
mengua y el Periodo de Expectación se dilata, pudiendo
tornarse muy grande, o “infinito” en la práctica (suceso
“imposible”). Expresado de manera más llana: En la
Esfera o Consenso de Realidad Mesoscópico, los
fenómenos de “intrusión cuántica” son más probables y
poderosos, pero sólo convergen “sincronísticamente”
con las etapas de fuerte Presión Selectora Ambiental,
mientras en las fases de relativo Equilibrio o “Estasis”
con el entorno los Sistemas se comportan como
estructuras “Cuasi-Macroscópicas”. La muestra más clara
y a la par firme de esto lo hallamos en la Red
Macromolecular Biogenética Codificada (ADN-ARN) que
conforma el Genoma y determina el Proteoma de nuestras
células: Durante los periodos de baja intensidad de
cambios ambientales (α pequeña), tan sólo las rarísimas
mutaciones ocasionales ventajosas y las leves variaciones
por recombinación meiótica sexual, por pura casualidad
favorables a la reproducción/supervivencia, son
“filtradas” cual “Estados Punteros Estables”
adaptativamente, en virtud del mecanismo de Selección
Natural intuido por la genial mente inductivo-deductiva
de Charles Robert Darwin. Un proceso gradual, lentísimo
(Tiempos de Expectación enormes) y acumulativo, controlado
por una mecánica determinista y la Ley de los Grandes
Números, la famosa combinación de “Azar y Necesidad”
plasmada por el gran bioquímico, pionero de la genética
molecular y Premio Nobel francés Jacques-Lucien Monod,
inspirada a su vez en la brillante y remota “iluminación”
del audaz y “ultra-pionero” filósofo griego “presocrático”
Demócrito de Abdera; No obstante, si la intensidad media
de los estímulos perturbadores aumenta hasta niveles más
notables (α mediana), un nuevo conjunto de pruebas
recabadas en los últimos decenios demuestran sin duda
que empiezan a actuar de modo significativo otros
mecanismos alternativos: Reajustes Epigenéticos, cambios
en la expresión, amplitud y modulación de una secuencia
de genes sin alterar en sí la misma, en respuesta para
adaptarse lo mejor posible a variados impactos
ambientales perturbadores o su “transducción” orgánica
y/o psicobiológica interna... Y hablamos de una gama de
estímulos de amplio espectro: Desde la acción de
contaminantes al efecto de un estado de angustia, terror o
“situación de alerta/huida/combate” prolongado y
constante (como los traumas por abuso infantil
persistente), pasando por la dieta, hábitos como el
alcoholismo, el estrés cotidiano, etc. Todos ellos implican
la secreción o producción de mediadores bioquímicos y/o
sistemas específicos de ARNs transferentes que – por
retrotranscripción o accíon directa – se encargan de
provocar los cambios químicos – entre los que destaca la
metilación – en las series de bases correspondientes a
determinadas zonas del ADN que “reajustan” la
expresión del código. Estas variaciones epigenéticas, si sus
causas perduran lo suficiente a lo largo de la vida adulta del
sujeto y llegan a “fijarse” en el ADN de las células sexuales
maduras o gametos son, además, heredables. Pero no nos
dejemos engañar por las apariencias: Aunque este sorprendente
hallazgo es “Neolamarckiano”, su fin y dinámica profunda es
eminentemente “Neodarwiniana”: Un intento de “adaptar” al
organismo a los cambios súbitos del medio a escala
microevolutiva, tales cual una modificación del clima, la
polución, la dieta o el régimen de vida derivado de una
migración o inmersión en un tipo de sociedad o cultura
diferente, a modo de “recurso de emergencia”. De forma – pues
– más rápida – en unas pocas generaciones – que el “perezoso”
y gradual mecanismo de la Selección Natural “Clásica”... Pero,
al final, el “truco” conseguirá sus objetivos en exclusiva para
los especímenes que logren re-adaptar su psicofisiología a dichas
transformaciones epigenéticas con mayor éxito o eficiencia hasta
al menos la edad reproductiva... Es decir, de nuevo la Intocable
Pirámide Selectiva de Darwin, no lo olvidemos. Es más, al
propio Mr. Darwin no le hubiera desagradado el concepto
de “Epigenesia”, ya que especuló él mismo, en su plena
madurez-ancianidad consagrada, con la idea de la
“Pangénesis”, una especie de “premonición rudimentaria”
de la misma... Por añadidura, la Epigenesia es también
una suerte de “Eugenesia Natural o Espontánea”, y
Darwin compartía la “filosofía eugénica” de su primo
Francis Galton en buena medida; Por último, si los
eventos perturbadores o la Presión de Selección se hacen
extremos (α muy grande), se pone en marcha un “tercer
nivel de alarma/respuesta” del Sistema, el cual exhibe ya
rotundos rasgos de “masiva intrusión cuántica”. El
tremendamente mayoritario ADN intrónico o nocodificante – tan injusta y neciamente denominado al
principio “ADN basura” – nomenclatura que sonroja hoy
por hoy a todo biólogo molecular, genetista y bioquímico
serio y bien informado –, en verdad una vasta Red Libre
de Escalas de Alta Modularidad/Robustez equivalente en
complejidad y conformación morfo-funcional al lenguaje
humano – se activa, respondiendo a los paquetes de
estímulos-datos generados por la alta Presión Selectiva de
los grandes cambios del medio, a través de intercambios
por transferencia de solitones. Este efecto – así como el
inverso – la capacidad de “imprimir su huella” sobre
haces coherentes de ondas electromagnéticas y sónicas –
“Efecto Fantasma” del ADN – han sido comprobados en
las últimas décadas por rigurosos y excelentes grupos de
investigadores, entre los que destacan equipos rusos
(Garaiev et al.). Dichos fenómenos permiten explicar la
reactivación, modulación y reajuste de las secuencias
“latentes o dormidas” de genes adquiridos por
endosimbiosis recombinante con bacterias y virus
residentes no-patógenos, la regulación/amplificación
óptima de transposones, la expresión potenciada de
conjuntos de genes “Hox” en nuevas combinaciones
coordinadas, la transferencia vía retrotranscripción de
“sintones” específicos de ARN-proteínas codificadores de
la memoria celular de sustratos nutritivos o presas
selectivas (este propuesto por este autor), y otros
mecanismos de transferencia horizontal de genes, tan
sorprendentes como novedosos, sobre los que se
acumulan cada vez más evidencias experimentales
positivas. Todos ellos hacen posible los “bruscos saltos
reorganizativos” que tienden a desarrollar las especies
bajo condiciones de “Gran Crisis/Trauma Ambiental”,
cuales fuertes cambios geofísicos, climáticos o
planetológicos en general. Su efecto es análogo al de la
Epigénesis, pero a escala espacio-temporal
macroevolutiva. Y únicamente recurriendo a ellos es
razonable “rellenar” los tres inmensos “agujeros” del
Neodarwinismo “Ortodoxo”, a los que yo llamo “El
Problema de las Tres Es”, Especiación, Extinción,
Explosión (refiriéndome a la Cámbrica y similares). Ello
alude a la imposibilidad de justificar los procesos
radiativos de formación de nuevas especies, la
supervivencia de ecosistemas complejos – y a veces
mucho más desarrollados orgánicamente, como en el
Cámbrico –, tras colosales Extinciones por devastaciones
de nivel mundial, ocasionadas por las grandes MacroCrisis Ambientales que han sacudido repetidamente la
Historia de la Tierra... Lo que se halla de sobra probado y
registrado a nivel geológico y paleontológico. Máxime, si
tan “pasmosas recuperaciones-saltos hacia adelante”
operaron en plazos de 200 a 300 millones de años, del
todo insuficientes si el único “procedimiento” evolutivo
fuese la Selección Natural de variaciones azarosamente
favorables. Por eso bauticé a este modelo “Evolución
Acelerada o Turbo-Evolución por Transferencia (TET)”. Si
bien, en el fondo y al final todos estos “exóticos”
procesos siguen siendo radical y hondamente
“Darwinianos”, pues tan sólo los “más aptos entre los
aptos” más eficientes en poner en marcha estos
mecanismos de Evolución por Transferencia Cuántica
Ondulatoria pueden “saltar” el Abismo de la Gran Crisis
de Alto Impacto Traumático Ambiental y sobrevivir por
Adaptación Saltatoria Rápida. Como postula el Modelo
Zurek-Schreiber de Decoherencia, por otro lado. Para
quienes deseen más detallada y profunda información al
respecto, les remito de nuevo a mis ensayos sobre “Un
nuevo Paradigma Evolutivo”, así como al titulado “Genes y
Memes(II)...”, una vez más reseñados al final de este
trabajo. En ellos encontrarán cumplido detalle sobre el
asunto y las adecuadas y completas referencias
bibliográficas; He escogido extenderme en este análisis
utilizando el ejemplo del Sistema o Red Biogenética
porque constituye el origen del concepto de
“Decoherencia Selectiva Darwiniana”, obviamente.
Además, disponemos sobre él de una mucha mayor
solidez de conocimiento y de datos recientes que acerca
de la “Red Neuronal de Memes”, en su doble papel de
replicantes/transductores/intercambiadores de Arquetipos
Inconscientes Colectivos o contenidos culturales
(Evolución Cultural), y de replicantes-transductoresintercambiadores de paquetes de ondas/q-bits psíquicos,
dominados por la dinámica subconsciente individual
(Evolución Psíquica personal), aunque en este último
aspecto aludí a ello en el comentario de los apartados
inmediatamente anteriores.
Por resumir y concretar, podemos establecer el fuerte
paralelismo entre estos tres ejemplos de Sistemas en Red
Mesoscópica por medio de la siguiente tabla:

α = Intensidad o
Potencia de
Presión Selectora
o Estímulo
Ambiental
Perturbador
Texp = Periodo
Promedio de
tiempo necesario
para observar un
cambio
significativo en el
fenómeno
evolutivo de
ColapsoObservación por
Decoherencia
considerado

α Pequeña,
Texp Elevado( * )

α Mediana,
Texp Medio

α Enorme,
Texp Breve
(*) = En orden
relativo a la
magnitud espaciotemporal general
de los procesos
evolutivos
descritos
Red Biogenética Selección Natural
o
"Clásica"
Genoma Proteoma
Celular

Reajuste
Epigenético

Evolución
Acelerada por
Transferencia
Ondulatoria
Cuántica

(Evolución
Biológica)
Red Neuronal
+
Soportes de
Información
Externos
o
Red Memética

Transmisión de
tradiciones y
contendidos
culturales
"dominantes" en
régimen "estable"

(Evolución
Cultural)

Reajustes
Grandes
adaptativos o
Revoluciones o
"reformas"
"Giros
culturales en
Copernicanos",
respuesta a
cual reacción
moderados
adaptativa a
cambios
inmensos cambios
económicos,
"traumáticos" de
tecnológicos
índole cultural
sociales, políticos,
(económica,
ideológicos o
tecnológica... etc),
religiosos
o "choques entre
culturas"
(Ejemplos:
Revolución
Neolítica,
la Imprenta,
Revolución
Científica e
Industrial,
Internet)

Red Neuronal
Psíquica
(Evolución Mental
Individual)

"Consenso de
Realidad
Perceptivo"
Macroscópico
"cotidiano"

Intuiciones,
Estados Alterados
"corazonadas",
de Consciencia
inspiración
persistentes o
creativa/artística,
permanentes,
trastorno bipolar estados delirantes
"suave" o
continuos,
controlable,
“apariciones
alucinaciones,
fantasmales”(**),
fantasmogénesis(** trastorno bipolar
)
, percepción de
grave, paranoia
fenómenos de
aguda,
Impregnación
esquizofrenia,
Psíquica,
esquizofreniapremoniciones
paranoia,
síndrome de
"posesión"
epileptoidehisteriforme

(**) Nota: Para los aficionados, interesados, estudiosos e
investigadores de los poco afortunadamente tildados
como “fenómenos paranormales”, recordemos que
“fantasmogénesis” hace referencia a la supuesta
observación de más o menos evanescentes imágenes de
personas y – más inusualmente, animales, sucesos,
escenarios completos –, correspondientes al pasado – casi
siempre “traumático” – . Los protagonistas u
“Observables” de la “visión” parecen atravesar objetos,
paredes u obstáculos a modo de hologramas, repitiendo
sin cesar una acción o escena concreta o varias de ellas,
relacionadas con dichos eventos de un pretérito
variablemente lejano. Por otra parte, nunca interactúan ni
dan muestras de percatarse “ellos” a su vez de la
presencia del Observador. Asimismo, se hallan vinculados
a lugares o enclaves específicos donde tales hechos
cruentos o conmocionantes ocurrieron repetidamente a lo
largo de su historia, resultando en su manifestación y
contenido independientes del perceptor, siempre que éste
sea lo suficientemente “sensitivo”: Nos encontramos – por
todo ello – ante un tipo particular de “percepción de la
Impregnación Psíquica”, y por tal razón se clasifica junto a
ella en nuestro modelo interpretativo de la fenomenología
parapsicológica en términos de una nueva “Psicofísica
Cuántica”; En contraste, por “apariciones fantasmales” se
entienden aquellas en las cuales la “entidad o entidades
anómalas” – sea cual sea su grado de “materialidad”
aparente y su morfología – (por lo general “humanoide”,
pero con un variado abanico de “presentaciones”, que
oscilan desde lo fielmente humano hasta lo enigmático y
lo monstruoso) – sí aparentan percibir a su vez al testigo,
siendo capaces de sortear obstáculos – aun cuando
puedan también “atravesarlos etéreamente a voluntad” – ,
entablar alguna clase de comunicación – ya fuere
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  • 1. Acción de la Mente sobre la Materia (IV) IV.1 Un primer intento de formalizar algunas de las "Reglas de Selección Fundamentales" para la "Decoherencia Darwiniana" Llegamos ahora a la Sección en la que este humilde autor pretende aportar su “granito de arena” al desarrollo de la Teoría Darwinista Cuántica sobre el mecanismo de la Decoherencia. Habida cuenta de mi demostración en ensayos anteriores de que tanto los sistemas genéticos como “meméticos” (unidades de representación cultural), se comportan como redes codificantes “Replicantes de Transferencia” de unidades de paquetes de energía información según un patrón selectivo/adaptativo evolucionario, si unimos tal Modelo con el Nuevo Paradigma del Darwinismo Cuántico, podemos concluir la siguiente: Interpretación Zurek-Schreiber de la Mecánica Cuántica Principio Zurek-Schreiber de la Decoherencia Cuántica por Transferencia Darwiniana "El mecanismo de tránsito o colapso aparente entre cualquier superposición cuántica de estados permisibles y su estado clásico final estable a escala relativa mesomacrocoscópica – a todo nivel dimensional – equivale a un proceso de transferencia selectiva/adaptativa de
  • 2. paquetes-onda o q-bits, inducido por estímulo o presión de cambios o interacciones ambientales, a cuyo filtro tan sólo sobreviven los "estados punteros" o "más aptos" (coherentes) con las condiciones del entorno perturbadoras... La emergencia de la Realidad Física a gran escala u Holograma Aparente Global se comporta – pues – como un proceso de reajuste/traducción de energía-información en redes complejas abiertas libres de escala de Replicantes Transferentes Evolucionarios, independientemente del "virtual" o "ilusorio espejismo" de participación de la consciencia/presencia del Observador y Orden Determinista Implicado, del mismo modo en esencia a cual ocurre en las dinámicas evolutivas biológicas y "meméticas" (psico-culturales)". Expresión matemático-formal del Principio (Ley "Zero" de Selección Decoherente por Transferencia Darwiniana) "La probabilidad de colapso aparente o emergencia de un estado estable "puntero" dado "x" entre los "n" estados superpuestos permitidos que definen la función de onda de un sistema cuántico original, ψ (a, b, c,..., x, ...n), bajo unas condiciones de perturbacióninteracción ambiental determinadas, es directamente proporcional a la Frecuencia o Intensidad del Cambio Inductor (Presión de Selección/Mecanismo Adaptativo), e inversamente proporcional al Tiempo Promedio o Periodo de Expectación del Estado Puntero Óptimo Macroscópico "más apto" o concordante en fase con el primero, es decir, con el inverso de la Frecuencia de Reajuste o Variabilidad Interna Adaptativa del Sistema Cuántico sometido a la "fricción selectora/perturbativa" del medio entorno": [Ψ(x)] 2 = P(x) α (SPr/Texp) Donde:
  • 3. [Ψ(x)] 2 = P(x) = Probabilidad de "colapso" del estado estable "x" a nivel "clásico". α = Símbolo de proporcionalidad. Spr = Frecuencia o Presión de Selección (de "Selection Pressure"). Texp = Periodo Medio necesario para la emergencia estable del "Estado Puntero" Óptimo Adaptativo/Reactivo a las condiciones/estímulos del ambiente inmediato al Sistema Cuántico (entorno interactivo con él). Aplicamos ahora a esta “Ley Zero” el tratamiento cinético y termodinámico de la Teoría General de la Transferencia – ya desarrollada por este modesto librepensador para cualquier sistema de Replicantes Evolucionarios, a lo largo de los ensayos que se citaron en la Introducción y se reseñan al final de este trabajo – . En tal caso, es posible reformularla en términos de magnitudes de potencia energética, según: [Ψ(x)] 2 = P(x) = kD [(I/Io)] / ωR Siendo: • [Ψ(x)] 2 = P(x) = Probabilidad de Emergencia o “Colapso Aparente” del Estado Estacionario Puntero “Más Apto” (dado por el cuadrado en valor absoluto de su función de onda). • kD = Constante de Decoherencia para la interacción-selección adaptativa específica del fenómeno en particular estudiado. • I/Io = Potencia o Intensidad de Perturbación del Estímulo de “fricción” o “Presión Selectora” del medio ambiente que tiende a
  • 4. provocar la emergencia preferencial “óptima” del Estado Puntero “x”, o su “réplica masiva” a escala macroscópica como “Estado Estable Clásico”. Viene dada como “Intensidad Relativa a una mínima Potencia Umbral Pertubadora”, puesto que, al igual que todos los procesos mecano-cuántico-estadísticos de excitación (como por ejemplo el Efecto Fotoeléctrico tan brillantemente interpretado por Einstein), requiere un valor o “escalón mínimo” para desencadenarse, a causa de la intrínseca índole discontinua de los paquetes de energía-información intercambiados. • ωR = Costo energético por unidad de tiempo o consumo de potencia que le supone al sistema reajustar como conformación de máxima probabilidad de colapso a dicho Estado Puntero, o “Costo Adaptativo”. Equivale a un “Trabajo de Resonancia por unidad temporal”, debido a que es obvia la naturaleza de “macroestado en fase” del resultado (estado “clásico” estable), con el Estado Estacionario Puntero inducido en las funciones de onda, por definición. Se muestra patente que esta magnitud no es más que el “equivalente energético” del Tiempo de Expectación, pues está claro que si el proceso de selección o reajuste adaptativo exige un periodo de observación promedio enorme, su costo será tremendo en idéntica proporción, y la probabilidad de “emergencia” o “colapso” adaptativo muy baja...; Esto es, el estado “x” no podrá estimarse lo suficientemente “apto” para ser seleccionado. Y viceversa. Es elemental percatarse de que – a causa del inevitable “Principio Umbral” –, como el denominador del miembro derecho de la igualdad ha de resultar adimensional, mientras que el numerador posee magnitud de potencia, la Constante de Decoherencia presentará siempre unidades de [Tiempo/Energía]: Por ejemplo, en el SI vendrá definida en s J-1. Ello es obligado porque la probabilidad de colapso es un factor carente de dimensiones físicas, naturalmente. Además, esta simple deducción alberga un significado conceptual profundo y certero: En tal sentido, kD mediría la “cantidad de tiempo precisa para hacer emerger la energía-información por unidad de paquete de onda/q-bit seleccionado entre los que configuran el Estado o Conjunto de Estados Punteros supervivientes al proceso final del colapso”...
  • 5. Como puede apreciarse, una determinación cuantitativa muy ilustrativa de lo que implica un mecanismo de “Decoherencia Selectiva”. Así, para los sistemas macroscópicos en general – en los que dichos “periodos de emergencia-colapso” son brevísimos (de hecho, por ahora inabordables a nuestra observación) –, se concluye que los costos energéticos específicos de decoherencia por paquete de onda han de ser de orden diminuto y, en consecuencia, las probabilidades de colapso-emergencia de los estados “clásicos” habituales muy grandes (tendentes a uno, o la “certeza” estadística). En otras palabras, para ellos los valores de kD para los Observables serán elevados, la “fricción selectora” tremenda, en lógica y darwiniana concordancia la “tasa de supervivencia” de los estados múltiples de la superposición muy baja, emergerán muy pocos estados simples y definidos “aptos”, pero de probabilidades máximas prácticamente idénticas a la unidad, la “apariencia de linealidad-”rigidez”/determinismo es enorme y, por ende, el “efecto holograma” o “Consenso de Realidad” entre los posibles Observadores Conscientes “casi” absoluto. Como ejemplo de este tipo de sistemas recordemos a nuestro célebre “Gato” (siempre “vivo” o “muerto” al destapar la “Caja de Pandora/Schrödinger”), o el movimiento de la no menos famosa “Partícula-Marilyn” acelerando el delicioso vaivén de su sistema locomotor para no perder el tren... Hablamos de la escala en que se cumplen con rigor las “simplificadas” Leyes de la Mecánica Clásica, el “Mundo” “familiar” donde los fenómenos “exóticos” tipo “Espejo de Alicia”, cuales entrelazamientos y teleportaciones, pertenecen al Reino de lo “Imposible”, lo que en verdad quiere decir “Extremadamente Improbable”; En la “Zona Intermedia” tenemos los objetos “mesoscópicos”, desde los grupitos de átomos, iones, haces de fotones o moléculas sencillas “cautivas” de nuestros más preclaros y vanguardistas investigadores, hasta las macromoléculas y puede ser que incluso células (la frontera superior de este “Nivel Mediano” no se halla todavía bien determinada), que componen las redes de nuestro proteoma, genoma y el “campo memético” de transferencias biogenéticas y psico-culturales que configura el “software” más flexible y menos condicionado por el “hardware” orgánico de nuestras mentes, respectivamente: En ellos, la cantidad de “estados punteros supervivientes adaptativos” es variablemente superior, aunque de modo relativo o “moderado”: Los tiempos de Decoherencia oscilan entre docenas, unos pocos o quizás algunas décimas de nanosegundos... En su cota superior
  • 6. (correspondiente a los sistemas más pequeños dentro de este subconjunto), acabamos de adquirir la tecnología capaz de “ver” el tránsito desde la Superposición Cuántica hasta la estabilización de sus estados “clásicos”... Los costes del mecanismo decoherente por unidad q-bit se mantienen en márgenes más o menos modestos pero notables (mayores cuanto menor talla posea el objeto), porque la “fricción ambiental” o “presión de selección” es de magnitud media. Las cifras para las Constantes kD se conservan en un rango “atemperado”. Por ello, tenemos una situación coherente en las características de los “hologramas de colapso” generados: El grado de “Consenso de Realidad” es notable pero variantemente “flexible”, y las relaciones causa-efecto se exhiben influidas en mayor o menor medida por el azar-incertidumbre, si bien la fenomenología “anómala” tipo “Mundo de Alicia” se ve limitada a una minoría diversamente reducida de “casos límite”, en los que la presión selectora del entorno y/o la sensibilidad reactivoperceptiva del instrumento de medida o el Observador son excepcionales, en cuyo extremo pueden producirse “transferencias horizontales” y “súbitos saltos reorganizativos/adaptativos” sorprendentes y alejados del gradualismo mecánico de la Selección Natural de variaciones puramente azarosas o transferencia “vertical” de unidades de código/paquetes de onda/q-bits. Nos hallamos en el Reino de la Evolución Biológica de los Genes, la Evolución Cultural de los “Memes del Dr. Dawkins” (o Arquetipos/Contenidos culturales de Jung), el “Efecto Emoto” de memoria psico-bioenergética del agua o los minerales cuarcíferos, y de ciertos fenómenos psíquicos disociativos (esquizofrenia, síndromes epileptoides-histeriformes de “posesión” o “infestación”, estados alterados de conciencia...)... Así como en la “Región de Sombra” de las experiencias mal llamadas “extrasensoriales” o “paranormales”, como la percepción de las redes de q-bits “grabadas” en los recintos “permeables” psico-bioenergéticamente impregnados, la precognición – que en mi Modelo de Transferencia equivale a lo mismo, pero mediante intercambio de taquiones – , la percepción psí, la transcomunicación instrumental y otros, de los que se ocupa empíricamente la Parapsicología. Variados ejemplos y un intento de su abordaje teórico sistemático pueden encontrarlos en mis Ensayos sobre un Nuevo Paradigma Evolutivo y acerca de los Fundamentos de la “Transpsicofísica”, pues ambas series de trabajos se centraron en esta Esfera... Estamos ahora en el Reino Intermedio, en el cual sobreviven o emergen un número ni demasiado abultado ni en exceso selectivo de “estados punteros simples estables”, todos ellos con probabilidades máximas individuales en torno al 70-95% (las cifras
  • 7. son orientativas). En él, la Sincronicidad de Pauli/Yung – dinámica “acasual”, intermedia entre el determinismo y la indeterminación libre de la oscilación perenne de la “espuma cuántica” –, juega un papel muy importante. En el “Mundo Mesoscópico”, o “Mediánico”, los fenómenos “mágicos” al estilo del “Otro Lado del Espejo de Alicia” (equivalentes a observar algunos estados de no-muerte del “Gato”), son “raros”, poco usuales, pero posibles, y siempre bajo condiciones de intenso estrés o impacto de presión selectora ambiental, además de circunscritos en grado diverso en su capacidad efectiva de reactividad adaptativa u “observación-medición” a una minoría de los sistemas, organismos, instrumentos o mentes más sensibles, cuyos umbrales perceptivos-reactivos son más bajos a nivel biomolecular-celular (neuronal en especial); Si descendemos aún más en la escala penetramos de lleno en el “Reino Mágico de Alicia” de la Mecánica Cuántica “pura y dura”: Para las partículas o sistemas de partículas-onda de talla molecular simple aislada, atómica o subatómica, las Constantes de Decoherencia son elevadas, los tiempos de tránsito altos (“inmensos” a nivel submicroscópico, por otro lado), la presión de selección por “fricción” ambiental baja y, consiguientemente, el coste de decoherencia por unidad de paquete q-bit muy grande: La mayor parte de los estados cuánticos permitidos de la superposición pueden “sobrevivir”a tan disminuidas exigencias selectoras, pero todos ellos lo hacen con una probabilidad máxima relativa pequeña o “mediocre”, en todo caso por debajo del 50%. De este modo, es posible “observar” – habitualmente mediante técnicas espectroscópicas de absorción e emisión electromagnética en las más diferentes bandas de longitudes de onda – una “superposición limitada” tan sólo leve o parcialmente “filtrada” de la multiplicidad de estados original de sus funciones de onda... Es el Feudo de lo “Exótico”, cuyo “Consenso de Realidad” es reducido o mínimo, el Mundo donde lo “alternativo” o “imposible” para nuestra lógica y percepción comunes de cerebros evolucionados en un escenario macroscópico es lo común y corriente... El Mundo donde hechos como el entrelazamiento, la teleportación y la deslocalización de electrones en “nubes de carga” orbital son la norma y no la excepción... El Mundo donde siempre se nos concedería “contemplar” buena parte de los estadios intermedios de no-muerte del “Gato”... El Mundo regido – en suma – por el Principio de Incertidumbre y la Dualidad Onda-Corpúsculo de forma preponderante. No absoluta, sin embargo. Sigue habiendo estados “menos aptos” que otros como respuesta a la débil acción selectiva del medio, cuyas probabilidades son tan diminutas que podemos estimarlas cual aproximadamente
  • 8. despreciables y que – por tanto – no emergen en el estado final estacionario del sistema, pero sí se manifestarán un número más o menos respetable y variado de configuraciones detectables de probabilidades variablemente más grandes de forma simultánea o superpuesta, aunque con una “frecuencia estadística propia en la combinación” distinta cada una, proporcional al valor de tal probabilidad específica, evidentemente; En teoría, únicamente si consideramos una “partícula-onda” solitaria completamente “aislada” de su entorno la situación correspondería a un “escenario de Realidad Cuántica Pura”, donde sería factible “observar” a la vez toda la superposición de estados alternativos permisibles del sistema al ser todos ellos seleccionados en alguna medida. Dicha “partícula aislada” poseería una kD=0, un tiempo de transición a colapso nulo y un coste de Decoherencia por unidad q-bit “infinito”, es decir, una “Decoherencia Nula” por definición. Podemos formular matemáticamente dicho “estado de partícula cuántica elemental libre” (un electrón por ejemplo), pero en términos experimentales es tan imposible de aislar o “fotografiar” en el laboratorio como un supuesto caso opuesto: El de un inimaginable “mega-macrosistema” de “infinita” cantidad de masaenergía en el que ningún estado de la superposición fuera “filtrado” exitosamente como “nivel puntero”..., lo que equivaldría a una Constante de Decoherencia “infinita” y un consumo de potencia por unidad de paquete de ondas-dato “filtrado” idéntico a cero, o “Decoherencia Infinita”... En el primer caso, porque si intentamos “medir” u “observar” de cualquier manera una “partícula cuántica libre” ya interaccionamos como agente ambiental con ella – como establece el Principio de Indeterminación de Heisenberg – y, de inmediato, deja de ser “libre”, por definición; Y, en el segundo, debido a que equivaldría a poder “ver” el Multiverso entero en su conjunto desde “fuera”, en una dimensión adicional a las que lo constituyen (10 dimensiones espaciales más el tiempo, siete de ellas “super-replegadas” y por ello inaccesibles según la Teoría M, un mínimo de 5, el tiempo incluido, en términos del Modelo de Gravedad Cuántica de Bucles, o las que quiera que sean, aún está por definir)... Lo cual es – por razón lógica elemental – imposible... Sería el célebre y mítico “Punto Aleph” de referencia, elevado al Olimpo literario por el gran Borges, el “lugar” hipotético desde donde “todo lo que fue, es, será, pudo ser, puede ser y podría ser fuese Observable”..., una quimera tan absurda desde una óptica racional como la de “partícula absolutamente aislada”... O aún más, si cabe, pues si el Multiverso es el “Todo” parece obvio que “Aleph=Nada”, al ser exterior a “Él”... Y, en verdad, “Decoherencia Infinita = Nada”, pues si nada sobrevive a un “filtro o fricción infinita”, nada se manifiesta como Realidad Física.
  • 9. Una muestra más de cómo, en los límites extremos “ideales”, la FísicaMatemática se torna “Filosofía Pura”; En cuanto a ejemplos de “sistemas cuánticos submicroscópicos” de Predominio de la Incertidumbre, hay muchos: Desde cualquiera de los experimentos y ensayos de entrelazamiento o teleportación cuántica destinados a demostrar el Teorema de Bell o empezar a abrir la Nueva Frontera de la Computación Cuántica al crucial “Experimento de la Doble Rendija”, pasando por cualquier modelo verificado de enlace químico para moléculas de pequeño-mediano tamaño “aisladas” o covalentes. No así las macromoléculas en cadena o polímeros, como las proteínas, el ADN o ARN, ni las redes de cuarzo, o de agua, conviene aclararlo, ya que éstas son demasiado grandes y entran dentro del “Reino Mesoscópico”, cuyas “propiedades generales de Decoherencia” ya describimos antes. Respecto a este último grupo de muestras de “objetos mayoritariamente cuánticos” a los que aludíamos, podemos fijarnos en la molécula de benceno o cualquier “anillo aromático”: Nos hallamos ante un anillo ensamblado por seis átomos de carbono (C) unidos entre sí y, a su vez, cada uno con otro átomo de hidrógeno (H), de ahí la fórmula molecular C6H6. Las uniones de cada átomo de C con sus dos vecinos de igual elemento y el correspondiente átomo de H se logran mediante la adquisición por parte del estado electrónico de la último nivel semi-completo de mayor energía o “capa de valencia” de éste de una configuración “perturbada” o “excitada” de distribución de sus “nubes de carga” orbitálicas de simetría triangular y ángulo interno entre dichos lóbulos de máxima densidad electrónica de 120o, disposición que, debido a su geometría, supone un “estado de Hartree-Fock” de mínima energía o máxima estabilidad, pues minimiza la repulsión eléctrica entre las tres nubes formadas al separarlas en el espacio lo más posible. Este estado equivale a la “transición óptima” resultante de la mutua “Decoherencia” entre los carbonos e hidrógenos, generando por tanto una estructura cerrada plana muy aproximadamente hexagonal. Cada “nube electrónica” de los C se denomina “orbital híbrido 2sp2”, pues su función de onda se obtiene cual combinación lineal de la que describe el estado cuántico fundamental original de un orbital esférico (“s”) y dos orbitales de forma bilobular con una zona nodal o de densidad nula central (similares a “pajaritas”, llamados de tipo “p”), que constituyen la capa más externa o de valencia de los átomos de C. Desde el centro de cada carbono se proyecta un “triángulo equilátero plano” de tres orbitales de esta clase, que se solapan o interfieren sus estados de onda con los de un par de C contiguos y un H; A su vez, los átomos de hidrógeno presentan una única capa exterior simple
  • 10. esférica (orbital 1s): Los enlaces C-C son – por tanto – fruto del solapamiento o interferencia en un nuevo estado estacionario de las funciones de onda ya previamente “excitadas” de los orbitales 2sp2 entre los C, donde en los nuevos “niveles de enlace” se comparten dos electrones “acoplados” de espines o sentidos de rotación sobre sí mismos opuestos. Esto es lo que los químicos definimos como un “enlace simple”, o “σ”, llamado así porque el solapamiento entre las nubes orbitales de carga es frontal o directo a lo largo de su eje de enlace. Interpretados bajo el prisma de nuestro Modelo Darwiniano de Decoherencia, mostrarían todos ellos constantes kD pequeñas como toda interacción a escala cuántica, pero dentro de éstas, comparativamente mayores, porque la “rigidez” de esta clase y configuración geométrica de enlace es bastante alta para el “Mundo de Alicia”, o su grado de deslocalización espacial del par de electrones de enlace sensiblemente inferior, al del otro tipo de uniones que enseguida contemplaremos. De hecho, colapsan en un único estado puntero básico (el anillo de seis eslabones hexagonal), el más óptimo o “adaptado” a las acciones mutuas “ambientales” de los 6 átomos de C con los seis de H, por el Principio de Mínima RepulsiónEnergía Potencial. Ahora bien, no olvidemos que se trata de un sistema regido a fin de cuentas de modo preferente por la Indeterminación: Los enlaces simples σ pueden ser más compactos y limitados en su expansión volumétrica o “borde límite” que otros, pero siguen siendo nubes de carga, en cuyo seno las zonas más densas en energía y probabilidad de localizar el par electrónico ocupan posiciones centrales (el área de máximo solapamiento) y se adelgazan hacia el centro o núcleo de los átomos que unen, de manera que podemos visualizarlos como “salchichas” un tanto abultadas por el centro... Además, vibran ligeramente por efecto de la “agitación térmica” del medio y pueden oscilar dentro de cierto rango, adoptando diversas “conformaciones” en el espacio, por lo que el ciclo cerrado hexagonal no es perfectamente plano y regular en principio; Existen, al menos, dos disposiciones de oscilación rápida, suave y continua en transición permanente entre sí, una de estabilidad o probabilidad levemente mayor que la otra: La más “favorecida” y abierta similar a una “bañera”, y la de energía o tensión un poquito más elevadas y “forzada”, parecida a una “silla”. Estos son los dos subestados permitidos “seleccionados” por el mecanismo de “filtro” decoherente, ambos compatibles obviamente con el estado final de “colapso estacionario” de los enlaces σ. Existen adicionalmente otros “subniveles finos” diferenciados, relacionados con las fuerzas de cohesión intermolecular, pero en una molécula apolar, o de distribución de centros
  • 11. cargados totalmente simétrica como el benceno, su valor energético es muy pequeño y podemos desdeñarlo para no complicar el ejemplo. La “intensidad de superposición” superviviente es – pues – patente pero moderada, como corresponde al “armazón duro” – ya sea de cadena cerrada o abierta, “lineal” o “ramificada” – de toda molécula orgánica; Ahora bien, si recordamos, este “esqueleto” se articula en este caso a base a átomos de carbono que utilizan tres electrones para compartir o solapar con las “nubes orbitales” vecinas de otros dos de su mismo elemento y un tercer átomo de hidrógeno. Pero el C posee cuatro electrones en su nivel cuántico más externo de energía (segunda capa): En consecuencia, cada carbono dispone de un “electrón de valencia” más, que no forma parte de la “excitación perturbada” o “estado híbrido” inicial, y cuya densidad de carga se reparte en un orbital “2p” de “doble lazo” en su estado “atómico” fundamental. Esta nube de carga se expande desde el centro de cada carbono hasta una máxima densidad en su extremo, arriba y abajo, siguiendo un eje imaginario perpendicular al “plano hexagonal” del anillo. Es natural – por consiguiente – que puedan establecerse más enlaces por compartición y “apareamiento de espines opuestos” entre ellos, lo que refuerza la estabilidad de la molécula y, por ende, tal nueva situación es “seleccionada” por interacción o mutua “decoherencia”. No obstante, estos enlaces son muy diferentes a los anteriores, por las siguientes razones que a continuación enumeramos: 1) Se producen por interpenetración o solapamiento “lateral” entre lóbulos de orbitales “p” vecinos por encima y debajo del plano molecular, no de modo frontal. La región de solapamiento de máxima densidad de carga-energía es – por ello – sustancialmente más delgada y dispersa, concentrada en el centro y puntos medios del plano perpendicular al que constituyen los enlaces simples, iguales y simétricos tanto por arriba como por debajo de éste, con una amplia zona central nodal o de “nula probabilidad”/densidad. Podemos imaginarlos cuales dos finos y no muy compactos “arcos” de laterales cada vez más delgados, uno superior y otro inferior, entre los dos átomos de C implicados. Esta clase de enlaces son, como puede fácilmente apreciarse, de menor energía y mayor longitud media que los σ, (aproximadamente entre el 40-50% de diferencia, en concreto), su mayor acumulación de carga-energía por unidad de volumen es periférica, no central internuclear, y se encuentran mucho más extendidos y deslocalizados electrónicamente en el espacio. Reciben el nombre de “enlaces π”, porque tan sólo pueden generarse entre orbitales “p” paralelos entre sí de manera lateral. Asimismo, se conocen por “enlaces dobles”, porque se tienden en exclusiva cuando los átomos que unen poseen electrones
  • 12. “sobrantes” de valencia no usados por los “simples”. O sea, sus “Constantes de Decoherencia Propias” serán, en promedio, notablemente más reducidas que las de los solapamientos σ, en proporción a la mayor “libertad” o “nivel de deslocalización espacial” o incertidumbre de sus electrones componentes; 2) Por si fuera poco, en el benceno hay una “condición de contorno” específica que por un lado restringe y por otro otorga unas muy particulares “posibilidades” de “superposición de estados alternativos permisibles” para la emergencia selectiva de las configuraciones de enlaces π : Expliquémosla suponiendo que numeramos los carbonos que ensamblan el anillo plano “dibujado” sobre el papel del 1 al 6, de arriba hacia abajo en el sentido de las agujas del reloj, por ejemplo; Si dos carbonos dados o “vértices” del ciclo hexagonal refuerzan su unión mediante uno de estos enlace “dobles”, pongamos que lo hacen el C1 con el C2, y lo simbolizamos así: (C1=C2), es patente que los enlaces dobles 6-1 y 2-3 se tornan “prohibidos”, pues conllevarían la compartición de 5 electrones en el C1 y el C2. El siguiente enlace π ha de forjarse, entonces, en posición 3-4 y el tercero en 5-6. Igualmente acontece si asumimos que el “primer” enlace doble es C2=C3: En tal opción – idénticamente probable a la anterior – las otras dos uniones “dobles” habrán de emplazarse en posiciones 4-5 y 6-1, por la misma causa exacta; Y así sucesivamente: Es decir, los tres enlaces dobles han de aparecer en una secuencia alternante, jamás consecutiva. Esto se define en la nomenclatura de la Química Orgánica cual “sistema resonante o conjugado”, y proporciona una especial estabilidad a las moléculas que lo disfrutan. Como es lógico, la estructura real del benceno no es ni una ni la otra, sino un “híbrido de resonancia” o “mesómero”, donde cada C se une al vecino con aproximadamente 1.5 veces la energía-densidad media de un enlace simple, pues los 6 electrones de los 3 enlaces π se “reparten” simultáneamente entre ambas zonas alternantes en una auténtica superposición estable de estados, como si estuviesen “saltando” a enorme velocidad (casi virtualmente “instantánea”), entre las dos configuraciones (según impone el Principio de Incertidumbre). Está claro – por ende – que la kD de los enlaces π será particularmente baja, al existir dos sub-estados mesómeros igualmente aptos o capaces de emerger del “filtrado” de decoherencia mutua perturbativa, compatibles de idéntica forma con el “estado puntero” global del sistema, y dotados de una enorme “deslocalización espacial”. Gráficamente, se acostumbra a representarlo así:
  • 13. Donde el círculo interior esquematiza los tres enlaces “dobles” deslocalizados, y los trazos externos los simples, omitiendo los que unen a los diminutos hidrógenos por simplificar. Este modelo de enlace molecular para el benceno fue propuesto por el ilustre químico orgánico alemán de aristocrático origen checo-bohemio Friedrich August Kekulé von Stradonitz, padre de la “Teoría Estructural Química”, en 1865. Como famosa anécdota “serendípica”, recordemos que el mismo sabio anunció en una posterior conferencia-homenaje celebrada en 1890 por la Sociedad Química Alemana que la inspiración para “resolver” el por aquella época “enigmático problema” de la estructura y comportamiento reactivo del benceno (una sola variedad o isómero original pero capaz de producir tres isómeros diferenciables por una única sustitución de hidrógeno por otro elemento o grupo, además de su tremenda y anómala estabilidad energética o “fuerza de enlace”), le vino a través de un sueño, en el que “vio” a una serpiente morderse la propia cola y girar vertiginosamente, al estilo del arcano “Arquetipo” multicultural del “Ouroboros”. En rigor, estas “formas de Kekulé” no son las únicas que pueden existir: Dewars y otros postularon estructuras alternativas que también son compatibles con las singulares condiciones del sistema, como suponer dos dobles enlaces “paralelos” en lados opuestos del ciclo y el tercero – más largo y débil aún – tendido entre dos carbonos situados en vértices contrarios de los carbonos intermedios, a modo de “diagonal” a través del anillo: Evidentemente, en la figura se representa el tercer enlace “ultradeslocalizado” o “hiper-adelgazado” entre el C1 y el C4, pero de manera igualmente probable podrían establecerse otra dos formas “mesómeras”
  • 14. completamente equivalentes en las que una los carbonos 2-5 o 3-6, sin más que cambiar el otro par de enlaces “dobles” a las posiciones 6-1, 3-4 y 1-2, 4-5, respectivamente. Estas tres “formas de Dewar” – según nuestro Modelo de Decoherencia – inducirán que el “sistema π resonante conjugado” exhiba una Constante kD menor aún, ya que se compone de la superposición continua de cinco subestados variablemente “aptos” seleccionados, dos de ellos – los de Kekulé – con una probabilidad-frecuencia de emergencia en torno al 40-45 % cada uno (aportando un total del 80-90% al “estado híbrido” final de la molécula), y otro trío de formas (las de Dewar) cuyo “peso estadístico” ronda el 5% por “cabeza” (que suman el 10-20% restante), menos “óptimos” o “adaptativos”a causa de su excesiva “dilución de carga-energía”, pero sí lo bastante como para “colapsar” en menor proporción o frecuencia relativa en la “fusión final filtrada” del estado estable puntero global de la molécula. Sin embargo, el “Modelo de Kekulé” no deja de ser una simplificación cualitativa de excelente penetración. Posteriormente, otro “genio heterodoxo”, el brillantísimo y muy creativo químico teórico, (de hecho, uno de los “padres de la química cuántica), ingeniero químico, cristalógrafo, bioquímico, pionero de la genética molecular y la biomedicina alternativa norteamericano Linus Pauling aplicó su Teoría de Perturbaciones o de Enlace de Valencia y de Orbitales Híbridos, por la que le fue otorgado el Premio Nobel de Química en 1954 – empleando métodos mecano-cuánticos basados en las técnicas matemáticas de Hartree-Fock –, y resolvió en términos cuantitativos una muy buena aproximación a la estructura molecular del benceno y sus derivados. En ella, cada uno de los “estados más probables” que ahora definimos como “punteros” fue descrito por una función de onda de “perturbación”, por integración numérica de la Ecuación de Schrödinger planteada para cada una de esas configuraciones obtenidas por la técnica de Hartree-Fock. El “mesómero de resonancia” final equivale a una combinación lineal de éstas, cuyos coeficientes son parámetros relativos que miden su “peso estadístico” o contribución a la “superposición” estable del sistema. Esto incorpora plenamente el concepto cuántico profundo de Indeterminación y Alta Deslocalización antes explicado, pues es como si considerásemos que, en el anillo, cada C se une a su vecino con una densidad de energía equivalente a 1.5 veces un enlace simple. Otra forma de interpretarlo es que si pudiésemos “fotografiar” sucesivas “instantáneas” del benceno o grabar un video en tiempo real del mismo, el 80% de las veces veríamos una estructura de Kekulé (entre las mismas la distinción es
  • 15. meramente convencional, únicamente dependiente del orden arbitrario en que numeremos los vértices del ciclo), y el 20% de ellas una de Dewar. Gráficamente, representando los cuadrados de los valores absolutos de la función de onda, se aprecia que, en efecto, los 6 electrones de las “nubes π” solapan entre sí en un enorme pero “poco denso” y “expansivo” “rosco” doble por encima y debajo del anillo hexagonal plano mucho más compacto o “esqueleto” ensamblado por los enlaces σ, incomparablemente más localizados. Es decir, algo así: Los cálculos teóricos de las energías y distancias promedio de enlace derivados de este modelo (como ya dijimos equivalentes a 1.5 enlaces simples entre los C, y algo menores y por ello más largos en los sencillos enlaces frontales C-H), se ajustaron a los valores experimentales determinados por espectrofotometría y calorimetría en más de un 95% de exactitud. Todo estudiante de Bachillerato de Ciencias estudia este hallazgo, bien asentado desde mediados del siglo pasado. Pero – a fuerza de darlo ya por hecho y superado – con frecuencia ni profesores ni alumnos reflexionamos lo necesario en un hecho tan extraordinario como el que acabamos de repasar... Pues de la estructura cuántica molecular de elevado nivel de resonanciadeslocalización-incertidumbre – y por ello bajo grado de “selectividad
  • 16. decoherente” – se deducen y justifican todas las propiedades físico-químicas y, en particular, la muy singular y por cierto versátil y utilísima reactividad química del benceno y sus derivados, así como de otras moléculas cíclicas aromáticas que usan diversos átomos además del carbono en sus anillos, como el N o el S, por ejemplo. Centrándonos en el benceno y “familia”, la lista de usos industriales, farmacológicos, alimentarios (conservantes, edulcorantes, colorantes), cosméticos y de consumo es verdaderamente imponente. Cual también lo es su “lado tenebroso”, pues con frecuencia bastantes de esos productos poseen efectos cancerígenos o tóxicos planteando problemas de salud pública y riesgos laborales. No enumeramos ni unos ni otros por ser de sobra conocidos y de muy fácil acceso a un simple click para cualquiera en esta Nueva Era de la Red... Lo que nos interesa aquí resaltar es que todos esos tremendos y numerosísimos impactos – tanto positivos como negativos – sobre nuestra vida más material, prosaica, común y cotidiana proceden de una única fuente: La muy especial reactividad sustitutiva y estabilidad del anillo bencénico, a su vez fruto directo de su estructura resonante de alta superposición-incertidumbre cuántica... Expresado de otro modo más reflexivo y “filosófico”: El benceno es un perfecto ejemplo de cómo nuestro “Consenso Macroscópico de Realidad Ordinaria” se ve invadido, moldeado y condicionado por un fenómeno submicroscópico de tipo “magia al Otro Lado del Espejo de Alicia”... Por supuesto, hay una gran cantidad de ejemplos similares en el vasto ámbito de la químico-física atómica y molecular, así como en la tecnología electrónica y de telecomunicaciones, por no citar una vez más las fabulosas perspectivas y promesas de la nanotecnología y la computación cuántica... Retornando a nuestro ejemplo, resulta tan extraordinario, “exótico” y pasmoso que tres parejas de electrones “resuenen” a la vez en diferentes posiciones indeterminadas al mismo tiempo en una danza “instantánea” sin fin, como las aplicaciones de la transmisión de información por banda ancha de fibra óptica cimentadas en los la física de las ondas solitónicas, el láser y su impresionante “pack multiusos” de alta tecnología, la telefonía móvil o los primeros avances en la transferencia instantánea de datos por entrelazamiento o teleportación cuántica... Actos tan sencillos y
  • 17. aparentemente “vulgares” como tomar una aspirina (el ácido acetilsalicílico deriva sintéticamente del benceno), realizar una llamada por el celular o atravesar una puerta del supermercado sin tocarla activada por medios fotoeléctricos no serían posibles sin la irrupción de la “Magia Cuántica” en el corazón de nuestra Realidad Macroscópica tan sólo ilusoriamente “rígida, determinista y newtoniana”... Es como si en verdad pudiéramos “ver” al gato en diversos estados de no-muerte – zombificados o espectrales/fantasmagóricos – al abrir la Caja... No hace falta poseer dotes de “sensitivo”, interesarse por la Parapsicología y/o la Cosmología Cuántica, o saber algo de física y matemáticas teóricas para percatarse de este hecho y asumir sus consecuencias... Basta con poseer una mente despierta, estar razonablemente informado y disponer de unos pocos euros o dólares para comprarse un par de libros de divulgación o conectarse a Internet... Y saber pensar por sí mismo... Hábito poco desarrollado, por desgracia y manipulación fatal de oscuros intereses a quienes favorece la ignorancia, a veces hasta en altivas y laureadas cátedras... Cualquiera – en definitiva – puede comprender que, desde hace ya más de media centuria, era imprescindible un Cambio Global de Paradigma... Pues aquí lo tenemos..., ya llegó, por más que algunos poderosos aferrados a sus tronos, sitiales académicos o púlpitos intentaron e intentan retrasar y ocultar su Advenimiento por todos los medios a su alcance, por más bajos, rastreros, sucios y mentirosos que sean... Se trata del Paradigma de la Decoherencia/Transferencia Selectiva de paquetes de ondas-datos (q-bits) por Darwinismo Cuántico... Un mismo Principio y Tres Niveles de Consenso de Realidad Diversos, el Submicroscópico, el Mesoscópico y el Macroscópico... Continuemos pugnando por un primer esbozo en el desarrollo de sus
  • 18. escondidas “maravillas”... Reglas Generales de Selección y Principio Fundamental de Decoherencia Perceptiva o "Colapso de Realidad" en la Decoherencia Cuántica Darwiniana por Transferencia Selectiva/Adaptativa Regla 1 o Regla Básica de Decoherencia Darwiniana Transferente Enunciado "En cualquier proceso de Decoherencia Selectiva o Colapso Estable Aparente, la ´Razón Fundamental de Decoherencia´ – definida como el cociente entre la Constante de Decoherencia y el Coste Adaptativo de Resonancia – ha de ser un valor inferior a la unidad. Y, a su vez, la "Intensidad de Estímulo o Presión Ambiental Selectora Relativa sobre su Mínimo Umbral Inductor", ha de superar dicha unidad en orden de magnitud suficiente como para asegurar que la probabilidad de emergencia del Estado Puntero sea lo bastante significativa para poder ser seleccionado o "apto" para adaptarse a tales condiciones/interacciones derivadas de su "fricción" con el medio entorno" Demostración Por definición de Probabilidad: 0 < [Ψ 2(x)] < 1 Por definición de Umbral Mínimo: (I/Io) > 1 Y como, por el Principio Zero, podemos escribir: [Ψ 2(x)] = P(x) = (kD/ωR) (I/Io)
  • 19. Es obvio que: (kD/ωR) < 1 Si ahora imponemos que – como es lógico suponer – el valor de la probabilidad sea significativamente superior a cero, está claro que: (I/Io) >>... 1 Y tanto más cuanto menor sea la Razón Fundamental de Decoherencia en un caso dado Significado A medida que las Constantes de Tiempos de Tránsito Decoherente son más pequeñas y los Costes Unitarios por eliminación de q-bits crecen, a la par que disminuye el Consumo de Potencia por "sintonización" o Resonancia – esto es, mientras más nos aproximemos a la escala de Predominio de la Incertidumbre o Superposición Cuántica de baja selectividad –, mayor ha de ser la Potencia o Presión de Selección ambiental para que se "seleccione" un Estado Puntero más apto o mejor adaptado en concreto de forma estadísticamente significativa en detrimento de los demás. Consecuentemente, podemos afirmar, en general, que se cumplirán las siguientes: "Relaciones de Selección Decoherente (I)" En Sistemas Submicroscópicos: (kD/ωR) <<<...1 <<<...(I/Io) En Sistemas Mesoscópicos: (kD/ωR) < 1 < (I/Io)
  • 20. En Sistemas Macroscópicos: (kD/ωR) < ~ 1 < ~ (I/Io) Observemos que es por completo equivalente e igualmente válido interpretar los corolarios anteriores en los siguientes términos: “Cuanto mayor es el nivel de escala del Sistema, para que, eventualmente, pueda medirse-observarse o percibirse una cierta multiplicidad de mayor grado de incertidumbre-superposición de estados – un “efecto Espejo de Alicia” o “Gato No-Muerto” por así decir –, permitiéndose así la “supervivencia puntual” de algunos “Estados Alternativos Punteros” de probabilidades no-nulas estimables o ponderables, si bien más o menos notablemente menores a 1, la Presión Selectora Relativa del ambiente debe mostrase muy elevada, y en términos absolutos (I), literalmente monstruosa..., ya que el valor de Razón Fundamental de Decoherencia ha de ser muy reducida por definición para los fenómenos de “dominio cuántico” y la magnitud-umbral Io es forzosamente alta en cualquier Observable y Observador de tallas macroscópicas, aun suponiendo al segundo especialmente “sensitivo”, por lo que disminuiría de forma variablemente moderada la magnitud del Coste de Resonancia”. Esto justifica la “mediana” rareza de los procesos o fenómenos “anómalos” a escala mesoscópica (por ejemplo, “fases” de Evolución Biológica por transferencias horizontales y saltos bruscos reorganizativos de genes), así como su muy escasa frecuencia a nivel macroscópico (percepciones o experiencias parapsicológicas). Por el contrario, en la “esfera submicroscópica”, éstos son la “moneda de uso corriente”, y lo muy excepcional constituye una acción de “filtro selector” poderoso, habida cuenta de que tan improbable o energéticamente costoso resulta “seleccionar más” en el “Mundo Micro” como “seleccionar menos” en el “Mundo Macro”... Por lo cual, ambos tipos de eventos – cuando acontecen en el “campo contrario”, lo hacen con muy poca frecuencia y/o sobreestimulados por circunstancias o entornos muy singulares de brutal impacto o “estrés” de Presión Ambiental “traumática”. Así, en el “polo opuesto” de nuestro “familiar” Consenso de Realidad Macroscópico lo casi siempre – pero no siempre – reinante será una tremenda fricción selectora
  • 21. masiva con costes unitarios de eliminación por q-bits ridículos y tiempos fugacísimos de tránsito, lo que conduce a una Hiper-Selección de muy escasos y extremadamente “adaptados” Estados Punteros “máximamente aptos”, todos ellos de probabilidad muy cercana a 1, incluso bajo suaves o pequeñas intensidades relativas de Presión Ambiental... Y a su ilusoria pero muy convincente y persistente “apariencia” de férreo determinismo lineal y causal..., el Holograma del “falso” Orden Implicado expresado por las “Leyes” de la Física Clásica... Podemos – por tanto – apreciar que la potencia unificadora y explicativa de nuestra Teoría de Decoherencia Cuántica Darwiniana por Transferencia es más que notoria. Prosigamos – por ende – avanzando en ella un poco más... Principio Fundamental de Decoherencia Perceptiva o Ley de "Colapso de Realidad" en la Decoherencia Cuántica Darwiniana por Transferencia Nos planteamos ahora formular el proceso de percepción psicofísica de un Observable "Puntero" Seleccionado determinado en función de sus condiciones de Decoherencia Selectiva Darwiniana. Partiendo del "Principio Zero": P(x) = kD (I/Io)/ωR Reordenando: (I/Io) = (ωR/kD) P(x) Si tomamos logaritmos decimales: log (I/Io) = log (ωR/kD) + log P(x)
  • 22. Multiplicando ambos términos por kS, siendo ésta la "Constante de Sensibilidad Específica" del Observador respecto al fenómeno Observable: kS log (I/Io) = log (ωR/kD)ks + kS log P(x) Teniendo en cuenta que – suponiendo las intensidades relativas de estímulos o presiones selectivas superan el umbral pero no alcanzan el "punto de saturación sensorial" – se ha de cumplir la bien conocida y comprobada Ley Psicofísica Fundamental de FechnerWeber, es evidente que el miembro izquierdo de la igualdad coincide con la magnitud de Sensación Percibida o Respuesta a tal Estímulo, dada por: ∆S = kS log (I/Io) Y definiendo como: kC = log (ωR/kD)ks = ∆SMáx = Constante de Colapso o Sensación Máxima inducible en el Observador Nos resulta la expresión matemática de la Ley Fundamental de Decoherencia Perceptiva Darwiniana o "Colapso de Realidad": ∆S = kC + kS log P(x) O bien, en esu forma equivalente: P(x) = 10 (∆S – kc)/ks Significado Analítico 1) Constante de Colapso o Sensación Perceptiva Máxima:
  • 23. Es patente que cuando – como ocurre por lo común en nuestro "Mundo Macroscópico" – los "Estados Punteros" seleccionados son escasos, "supersimplificados" y de probabilidad tendente a la unidad, la cantidad de sensación percibida será la máxima posible para el sistema psicofisiológico receptivo del Observador. De ahí la fuerte "apariencia determinista" y "alto Consenso de Realidad" imperantes a esta escala. Por ello, en nuestra función matemática, si hacemos P(x)=1, ∆S=kC=∆SMáx. Por otra parte, si nos fijamos en la combinación de factores que determinan dicha constante: ∆SMáx = log (ωR/kD)ks A su vez, por la Regla Básica de Selección Decoherente, puesto que kD/ωR < 1, la base de la potencia es mayor siempre a la unidad, con lo que el logaritmo resulta positivo y agudamente dependiente de la Constante de Sensibilidad Específica del Perceptor como exponente o factor multiplicador. Asimismo, según las distintas Relaciones de Selección Decoherente en cada uno de los tres grandes Niveles de Realidad Física Aparente existentes encontraremos que: ωR/kD kS ∆SMáx Submicroscópico >>>...>> 1 Diminuta Pequeña Mesoscópico >> 1 Intermedia Mediana Macroscópico >1 Enorme Grande Considerando que ∆SMáx simboliza el "Techo Perceptivo" máximo de saturación sensorial para un Observador macroscópico consciente, parece claro que la primera fila se aplicaría a fenómenos "anómalos" como la "percepción paranormal" u otras experiencias parapsicológicas ("intrusiones cuánticas en nuestro "Consenso de
  • 24. Realidad"), tan sólo posibles con altos o al menos estimables valores de probabilidad si la Constante de Sensibilidad Específica del sujeto receptor es algo menos "diminuta" de lo corriente por una poco frecuente mixtura de variables genéticas y psicológico-ambientales, y bajo escenarios de alta Presión Selectora (Estímulos muy intensos) por parte del entorno; En contraste, la tercera fila refleja la situación habitual de nuestro "Colapso Clásico" de Realidad. La segunda fila describiría el comportamiento intermedio de la percepción-observación de la Decoherencia o Colapso en los Sistemas Mesoscópicos de talla "mediana", tales cuales las macromoléculas genéticas o las redes de memes que controlan la evolución cultural. Las predicciones de esta fórmula – derivada de la articulación entre nuestro Principio Fundamental de Decoherencia Darwiniana por Tranferencia Selectiva y de la Ley Básica de Percepción de Fechner-Weber – son coherentes, en consecuencia, con los datos empíricos disponibles en el campo de la Psicofísica. 2) Probabilidad de Percepción-Umbral o "Colapso Mínimo" Nos detenemos ahora en el extremo opuesto: La determinación de la Probabilidad Mínima o Umbral con la que puede ser percibido el colapso de un Estado seleccionado en particular en una Decoherencia dada. Si el grado de selección del Estado Puntero es el mínimo admisible bajo unas condiciones de Decoherencia concreta, corresponderá al Estímulo Umbral Mínimo inductor de ese "Colapso de Percepción Mínima"; Entonces, I=Io. Sustituyendo dicha premisa en la Ley de Percepción Decoherente se obtiene que ∆So=0, lo que era de esperar.
  • 25. Haciendo lo propio en el Principio Fundamental de Decoherencia: Po(x) = kD/ωR Donde este valor mide ahora el límite inferior de Percepción Mínima del Observable por parte del Observador en unas condiciones definidas. Aplicando las Relaciones Selectivas características para cada una de las "Dimensiones de Realidad" genéricas, al igual que antes: kD/ωR Po Submicroscópica <<<...<< 1 Muy Baja o Baja Mesoscópica << 1 Baja-Media Macroscópica <~1 Alta-Muy Alta Lo que cuantifica la diversidad de patrones perceptivos ya descritos de forma cualitativa en las "Tres Escalas de Colapso" fundamentales: a) Para los fenómenos submicroscópicos de predominio cuántico, una mayor multiplicidad de Estados "Punteros" estacionarios Observables, el "menos apto" de ellos de probabilidad mínima pequeña pero aun así perceptible a nivel umbral o poco superior, los restantes con mayor magnitud perceptiva, proporcional a sus probabilidades máximas – en todo caso significativamente menores a la unidad – por lo que jamás saturan el "techo" sensorial del Observador, siguiendo una distribución logarítmica "incompleta", pues nunca llega a tender a la cuasihorizontalidad (región de saturación). Algo semejante a:
  • 26. Cuyo eje vertical indicaría las cantidades de Sensación Perceptiva y el horizontal las Probabilidades de Selección de los Estados Punteros en %. Salta a la vista que el grado de multiplicidadincertidumbre o superposición – plasmado cual "nube de puntos-sucesión de estados simultáneos" implica un bajo "Consenso de Realidad" y, por ello mismo, una reducida frecuencia de percepciones efectivas, restringidas a Observadores particularmente sensibles. b) En agudo contraste, los fenómenos "filtrados" en el seno de los sistemas macroscópicos únicamente seleccionan uno o pocos "Estados Punteros" estables de óptima "aptitud", todos y cada uno con probabilidad máxima próxima a 1, de ahí la potente impresión de determinismo y "Consenso de Realidad". En este caso, la totalidad de ellos saturan o se acercan en extremo a saturar el techo perceptivo del Observador. Como los tránsitos del proceso de Decoherencia – además – son
  • 27. diminutos e inaprensibles, el Obervador los capta como una señal constante y de máxima magnitud, lo que gráficamente equivale a una línea horizontal uniforme de valor ∆SMáx = kC (la zona de saturación de la curva logarítmica). Es decir: Siendo: Y=K=∆SMáx=~kC y X=PMáx=~1 En verdad aparecerían un conjunto de unas escasas rectas paralelas casi coincidentes sobre K, pero la diferencia es poco relevante. c) Por último, los fenómenos de rango mesoscópico mostrarían un número mediano de "Estados Punteros" de probabilidades intermedias, generando una curva perceptiva de forma logarítmica completa o "estándar" a partir de su valor umbral. Similar a:
  • 28. (Nota: Las cifras de Probabilidades a lo largo del eje horizontal se han multiplicado por 10, o dividido por igual número en %, por razones de comodidad). De nuevo, en rigor obtendríamos un "haz de curvas" semejantes, todas nacientes en puntos situados más o menos ligeramente a la derecha de 0 sobre el eje horizontal, en su valor de Probabilidad de PercepciónUmbral, Po, (en la muestra de nuestra gráfica aproximadamente igual a 0.1, equivalente a 1%). Con rapidez variable, todas ellas crecerían según la pauta logarítmica, alcanzando antes o después la región de Saturación. Corresponde a un Colapso que engendra "Consenso de Realidad" intermedio, como ya sabemos. Hasta aquí el Análisis de la Dinámica Perceptiva del Mecanismo de Decoherencia Darwiniana por Transferencia Selectiva de paquetes de onda/q-bits.
  • 29. Procedamos acto seguido a estudiar su Cinética, con objeto de establecer nuevas Reglas de Selección Decoherente. Cinética de la Decoherencia Darwiniana por Transferencia Selectiva. Tiempo o Periodo de Expectación para el Colapso de un "Estado Puntero" Por el Principio Fundamental de Decoherencia Darwiniana por Transferencia: P(x) = (kD/ωR) (I/Io) Puesto que el Modelo Zurek-Schreiber y sus fundamentos teóricos y empíricos establecen que el mecanismo de Decoherencia es esencialmente darwiniano, podrá aplicársele la Teoría Cinética de la Transferencia. De modo que las intensidades o potencias de estímulos-presión selectora del medio entorno equivaldrán a las equivalentes magnitudes de "Imprimación Ambiental" (Ver Ensayos I y II sobre un Nuevo Paradigma Evolutivo y/o Fundamentos de Transpsicofísica (I) de este mismo autor, cuyas referencias se reseñan en la Sección de "Bibliografía"). Esto es que: I = ksb σ ν Io = ksb σo νo Donde ksb es una constante de "permeabilidad" o "capacidad de transferencia-intercambio" de los paquetes de onda-datos, específica del medio-soporte de la interacción entre Emisor/Fuente (el medio ambiente perturbador) y el Receptor (Sistema Observable), σ y σo representan las densidades de energía-información transferidas por el impacto selector en un instante t dado y su valor-umbral mínimo desencadenante,
  • 30. respectivamente, mientras ν y νo simbolizan las frecuencias de repetición a las que se producen dichos estímulos inductores del proceso de "Selección Decoherente", en dicho instante genérico y en el umbral inicial. A su vez, la cinética de evolución temporal de la densidad de energía y de su frecuencia de impacto perturbador/selector vienen definidas por las siguientes funciones: σ(t) = σo e – ε t ν(t) = νo e δ t Siendo ε el ritmo promedio al que se dispersan o decaen los paquetes-onda portadores de la perturbación ambiental y δ al que son "realimentados" por repetición sucesiva. La diferencia entre ambos factores medirá – pues – la velocidad de crecimiento o "alimentación" del fenómeno responsable de la "fricción" o "Presión de Selección" sobre los estados cuánticos del Sistema Observable. Denominábamos a esta constante α. Por consiguiente, la Ley Cinética para la Imprimación o Estímulo Ambiental Perturbador/Selector resulta: I(t) = ksb σo νo e α t Por ello, puesto que obviamente: Io = ksb σo νo = Intensidad o Potencia de Estímulo Perturbador-Umbral, Se llega a: I(t) = Io e α t
  • 31. Si sustituimos ahora esta expresión en el Principio Fundamental o "Ley Zero" de Decoherencia, lograremos formular la Ley Cinética de Decoherencia Darwiniana Transferente: [P(x)](t) = (kD/ωR) (Io e α t / Io) Simplificando: [P(x)](t) = (kD/ωR) e α t Por definición, el "Colapso-Selección" completa y definida de un determinado "Estado Puntero Observable" simple y estable dado, se produce cuando su Probabilidad Máxima tiende a 1, la certeza estadística (siempre sobrevive y emerge íntegro tras el "filtrado" decoherente). En los sistemas de predominio cuántico – y en mucha menor medida en los mesoscópicos – no todos o incluso en el primer caso la mayor parte de los "Estados Punteros" son seleccionados con probabilidad máxima igual a 1, pero el "Estado Estacionario Final" Híbrido de Resonancia funciona cual "Estado Puntero Estable" por combinación lineal de funciones de onda: Así, por ejemplo, en la estructura molecular del benceno el estado descrito como "mesómero" entre las tres formas de Dewar y las dos de Kekulé afectadas por sus correspondientes coeficientes de probabilidad-frecuencia relativa o "pesos estadísticos" juega el papel de "Estado Puntero", cumpliendo asimismo la condición anterior, pues obviamente la suma de dichos coeficientes suma 1. Matemáticamente: Ψ = 0.066... x 3 ΨDw + 0.4 x 2 ΨK = 0.2 ΨDw + 0.8 ΨK Si sumamos los coeficientes, evidentemente 0.2+0.8=1.
  • 32. Por ende, imponiendo dicha condición en la última fórmula, podremos deducir el Tiempo o Periodo de Expectación Texp para cualquier Colapso efectivo de modo muy sencillo: (kD/ωR) e α Texp = 1 e α Texp = (ωR/kD) Tomando una vez más logaritmos, en esta ocasión naturales: α Texp = Ln (ωR/kD) Texp = Ln (ωR/kD) / α De esta relación se infiere una importante y por otra parte lógica y patente Regla de Selección básica para el mecanismo de Decoherencia propuesto, que expondremos sin demora. Regla 2, o Regla de Exclusión Selectiva de los Estímulos Decrecientes Enunciado "De todas las secuencias de estímulos perturbadores o inductores de Presión de Selección procedentes del medio entorno, tan sólo aquellos que posean una frecuencia de realimentación o repetición tal que supere su tasa de decaimiento por disipación – o sea que su ritmo de crecimiento sea positivo (α >0) – podrán seleccionar
  • 33. "Estados Punteros Aptos" a través del "filtro" decoherente. Aquellos cuya velocidad de sucesión de estímulos o impactos no compense en lo bastante a la velocidad de decaimiento o extinción por disipación, resultando una evolución decreciente en intensidad, quedan excluidos como procesos selectores generadores de Selección Decoherente alguna". Demostración Es elemental: Como – por la Regla 1 – sabemos que (ωR/kD) > 1, Si α < 0 4 Texp < 0 (Lo cual es absurdo) Significado Se nuestra obvio a la razón que desde el primer instante de la interacción Ambiente-Sistema, se produce un inmediato decaimiento por dispersión del flujo de paquetes de ondas que portan los estímulos perturbadores del primero. De hecho, la "contra-fricción" o "decoherencia recíproca" eliminatoria de parte de sus "q-bits" por acción mutua con el Sistema es inevitable por el Segundo Principio de Termodinámica y la Ley de Shannon. Por esto, toda Observación-Medida es en verdad una "Decoherencia Mutua" entre el medio (incluyendo el ente o aparato perceptor) y el Observable/ es. Ahora bien, puesto que los citados valores iniciales del impacto estimulante equivalen a los del inicio de reactividad o selección adaptativa por parte del Sistema o Receptor – esto es, las magnitudes-umbral –, es evidente que si su intensidad total tiende a disminuir en vez de aumentar a partir de ese instante, ya no podrán
  • 34. generar respuesta alguna, pues su velocidad de dispersión de paquetes de onda-energía/q-bits será mayor que la del propio Sistema y los estímulos quedarán siempre por debajo del umbral perceptivo. Para que ésta sí ocurra y desencadene el mecanismo selectivo evolucionario de "Estados Punteros más aptos", los pulsos de estímulos/perturbaciones que componen los impactos de la Presión Selectora del entorno han de crecer más rápido de lo que se disipen, es decir su parámetro cinético α ha de ser positivo. De esta Regla 2 se deducen otras, que nos aprestamos a explicitar: Regla 3, o Regla del Equilibrio Inestable de Expectación Infinita Enunciado "Para cualquier interacción Decoherente Darwiniana por Transferencia, si el ritmo de extinción o dispersión de los estímulos perturbadores provenientes del medio es idéntico al de su realimentación secuencial repetitiva (ε = δ , α = 0), como la velocidad de "entrada" los impactos selectores iguala a la de "salida" o decaimiento de los mismos, el balance continuo de paquetes-onda intercambiados es nulo: Los estímulos permanecen indefinidamente justo en el umbral y – en consecuencia – no llegan a genera respuesta adaptativa o Decoherencia Neta perceptible. Pero, naturalmente, se trata de un Equilibrio Inestable: Por el Principio de Incertidumbre, cualquier leve oscilación positiva espontánea a favor de la realimentación inductora liberará el proceso, aunque fuere de forma mínima. Nos hallamos ante el "EstadoLímite de Sistema Cuántico Aislado", en realidad, un supuesto ideal". Demostración
  • 35. De nuevo, es elemental: Si α = 0 4 Texp  "infinito" Significado En un sentido estricto, nos encontramos – como acabamos de afirmar – ante un escenario ideal, pues siempre existe aunque sea una mínima "fricción" vibracional residual con el ambiente. No obstante, pueden darse circunstancias prácticas en las cuales nos hallemos en un entorno infinitesimal próximo a dicho Equilibrio o Umbral Inestable. En tales casos, el Principio de Incertidumbre nos asegura que son posibles eventuales oscilaciones alrededor de este "Punto Cero"de Presión Selectora, capaces de producir una ínfima excitación o respuesta perceptiva cuando ∆S>~0 y una "percepción subliminal" si ∆S<~0; Este último fenómeno no viola los Principios Psicofísicos Fundamentales, porque su intervalo de duración sería tan extraordinariamente pequeño que quedaría dentro del margen de Incertidumbre. Dichas "fluctuaciones de vacío" son típicas de los procesos cuánticos, por otro lado, y uno de los efectos más fascinantes del Principio de Indeterminación o, lo que ahora sabemos resulta equivalente, de su interpretación a la luz de la Decoherencia por Darwnismo Cuántico. Regla 4, o Regla de la Respuesta Perceptiva Máxima por Alto Estrés Selector de Elevado Impacto Ambiental Enunciado "Con independencia de la Relación de Decoherencia o Nivel de Escala del Sistema Observable (o sea, del valor de kD/ωR), todo proceso de Decoherencia Darwiniana por Transferencia inducido por condiciones de Alto Impacto
  • 36. Ambiental de Elevada Frecuencia Realimentadora o Persistencia Secuencial en el tiempo (constante δ y, por tanto, ritmo de alimentación o crecimiento α de enorme magnitud), conduce a un Máximo Perceptivo Óptimo o, lo que es equivalente, a un Periodo de Expectación muy reducido o tendente a cero". Demostración Es patente que: Cuando α 4"infinito" 4 Texp 40 Significado Según ya explicamos, el Principio o Ley Zero de la Decoherencia Darwiniana por Transferencia Selectiva predice y justifica porqué habitualmente la percepción de los Sistemas Macrofísicos – en los que predomina casi de manera absoluta la Causalidad Determinista o, a lo sumo, la Mecánica Estadística asentada en la Ley de los Grandes Números – se halla marcada por una Percepción Máxima casi Óptima o en Zona de Saturación: Debido a la tremenda concentración de masa-energía, la "fricción" con el medio entorno es colosal, garantizando una alta selectividad o competencia entre los múltiples "candidatos a Estados Punteros", a la que tan sólo "sobreviven" o emergen los "más aptos" o adaptados a la citada, "rígida" y "exigente" configuración ambiental. Esto ocurre de modo habitual, mecánico y fluido, inclusive si la intensidad promedio o potencia media de los estímulos selectores es moderada o hasta pequeña sobre el umbral, debido a que el "factor cantidad" (extensivo) se impone sobre el intensivo. Dicho de otra manera, aunque la frecuencia de realimentación de los fenómenos estimulantes del medio sea baja (α positiva pero reducida), a causa de
  • 37. que en estos sistemas de "talla grande" ωR/kD es siempre mayor pero no muy lejos del orden de 1, los Tiempos de Expectación jamás serán medianos ni prolongados, sino ínfimos o en todo caso tan reducidos que la consciencia del Observador los captará como nulos, e igualmente hasta los instrumentos más sensibles disponibles o concebibles. Ni que decir tiene que si, además, los impactos selectores aumentan, la Probabilidad Máxima de Colapso o Saturación Perceptiva se tornará más rigurosa todavía, alcanzado su valor unidad la primera y su magnitud máxima la segunda en un Periodo de Expectación virtualmente nulo. De ahí la fortísima "Percepción de Consenso de Realidad" que los caracteriza. Consideremos por unos momentos una vez más nuestro ejemplo de la "Partícula-Marilyn": Por más que un hipotético Observador consciente sea "fetichista de los zapatos rojos", el 99.999...% o más de las veces verá a la adorable actriz correr en pos del tren calzada en zapatos negros, pues así fue rodada la escena de la película. Y lo hará de este modo, porque el "patrón decoherente" del tinte químico o la piel empleada en su confección, a escala macro, posee esa propiedad de absorbancia máxima como "Estado Puntero Más Apto de probabilidad casi-unitaria", sin importar cuáles sean los íntimos deseos o expectativas de índole subjetiva de su perceptor. Este mero, simple y casi universal hecho empírico basta para sospechar desde el principio que las Interpretaciones del tipo "Muchas Mentes" o "Asambleas de Mentes" no son el camino correcto. Y, con mucha lógica, por eso la inmensa mayoría de los físicos y filósofos desconfiaron de ellas desde el instante de ser postuladas. Por el contrario, es totalmente compatible y reforzante con nuestra Interpretación de los Muchos Mundos/Decoherencia Darwinista: Simplemente, percibimos lo que los procesos de Selección del algoritmo evolucionario del Colapso de Realidad "filtra" para una configuración de interacción Sistema-Ambiente determinada en las condiciones "locales" de nuestro Universo (no-locales para él, como demuestra el Teorema
  • 38. de Bell y se ha comprobado hasta la saciedad). Punto. Hay "magia cuántica", pero también se conserva el Principio de Objetividad, y Einstein (y todos los demás, incluyendo este humilde librepensador), puede/podremos reposar en nuestras tumbas con mucha mayor "tranquilidad" que el "Gato de Schrödinger"... Nuestros cerebros evolucionaron todos de una ramita a partir de un tronco común biogenético, y por ende tienden a "ver" lo que mejor "se adapta" a su marco dimensional de Consenso Real y a su supervivencia, con un altísimo grado de "coincidencia" entre ellos, como es natural. A pesar de todo, hay un menguado porcentaje de mentes humanas que no "decodificarán" el mismo producto decoherente de igual forma exacta... En algunos casos, por un mero defecto en su "equipo detector/transductor" fisiológico producido por la expresión de un gen o alelo recesivo, como acontece con un daltónico. Otras, la exacerbación de su deseo, obsesión u otros rasgos relativamente "anormales" de su personalidad puede llegar a inducir por sugestión la visión del par de zapatos de color rojo, pero muy habitualmente se tratará de un efecto momentáneo y esquivo, (lo que solemos llamar una "alucinación"), reemplazado en el acto por el "procesado de consenso" del colapso para la banda cromática del estímulo. Hay varios mecanismos psicofisiológicos y neurobioquimicos capaces de explicarlo, tal cual se expuso sucintamente en el primer ensayo de este autor sobre la acción de la mente sobre la materia. Hasta ahora, nada especial ni extraordinario: Toda distribución de rasgos psicobiológicos usuales, en cierta medida definidos por los genes y en la restante por condicionamientos ambientales a lo largo de la vida de un sujeto, muestran una típica pauta gaussiana. La gran mayoría de las personas nos mantenemos más o menos inmersos en la zona central de la curva, pero pequeñas minorías ocupan sus extremos: Una fracción muy modesta de individuos tendrán tan poca tendencia a la fabulación o autosugestión que ni tan siquiera podrán apenas imaginar los zapatos de otro color por más que les
  • 39. exciten, y un porcentaje similar en el margen opuesto de la Campana de Gauss exhibirán cierta propensión a sufrir episodios ilusorios breves algo por encima de la media. Pero, sea como fuere, hablamos de ligeras "alteraciones" residentes en la particular conformación neuropsicológica del cerebro receptor, independientes del fenómeno en sí de la Decoherencia, tanto como el gen mutante de un daltónico. Ahora bien, subsiste una proporción aún más pequeña de nuestros congéneres que parecen superar las barreras del "Gran Filtro Macroscópico" de forma desconcertante y sumamente... inquietante. Los estados alterados de conciencia propiciados por ciertos rituales o prácticas de meditación/relajación/concentración o el consumo de específicas drogas psicotrópicas – de modo temporal pero altamente complejo e incomparablemente más duradero – y, sobre todo, graves enfermedades o trastornos psíquicos cuales la paranoia, la esquizofrenia, la esquizofrenia-paranoide y el síndrome histeriforme/epileptoide de "posesión", de manera harto persistente o permanente, generan una Percepción Global Integrada Alternativa o Anómala de la Realidad Macroscópica, que puede afectar tanto a fuentes emisoras de estímulos externos o internos (relacionados con el propio cuerpo u organismo). Actualmente, estos fenómenos carecen de explicación racional científica alguna y, por ende – a diferencia de las fobias y las reacciones histéricas de somatización de inferior grado, al fin y al cabo formas más agudas de auto-sugestión o “efecto placebo” –, tampoco gozan de tratamiento terapéutico efectivo. De hecho, constituyen un misterio neuropsiquiátrico. "Sentirse" plenamente inmerso en una Realidad Alternativa percibida con toda precisión o lujo de detalles y coherencia interna (recuerden el caso de John Forbes Nash), o bien en un delirio caótico de "superposiciones de Realidades diferentes", como es común en los pacientes esquizofrénicos profundos, buena parte de los fenómenos relacionados con los famosos casos cuales los de "supuesta posesión" de la adolescente
  • 40. bávara Anneliese Michel, (popularizado por el film "El Exorcismo de Emily Rose"), o el chaval de más o menos la misma edad Robby Mannheim, de Mount Rainer (USA) – "traducido" filmográficamente en la famosísima e impactante película "The Exorcist", a su vez basada en una novela del escritor William Peter Blatty –, sencillamente no tienen justificación científica o médica por el momento. Por ello, algunos teóricos pensamos que podríamos asistir a ejemplos de "Decoherencias Anómalas HiperReceptivas", que permitirían a su afectados acceder a la decodificación variablemente permanente de los "colapsos" de Universos o Realidades Alternas. Porque lo poco que sabemos acerca de esta clase de superpsicopatologías integrales al menos apunta en esa dirección: 1) Se asocian a personas hipersensibles o "sensitivas psíquicas naturales", con fuertes rasgos semejantes a los síndromes histeriformes y/o epileptoides. Y estos últimos, a su vez, tienen mucho que ver con tres factores comunes: Modificaciones en el funcionamiento neurológico de la amígdala, el sector del cerebro encargado con "filtrar" emocionalmente el procesamiento de percepciones y recuerdos de la memoria a largo plazo, y su comunicación con el lóbulo temporal (donde se establecen los grandes patrones de "visión racional" de la Realidad, esto es, distinción interna entre lo "posible" y lo "imposible", lo "cierto" o lo "falso") ; 2) Se registra una anormal hiperactividad sináptica de conexiones entre grupos de neuronas que operan, sin embargo, desconectadamente de otros sectores de la Red, como "islas autónomas", probable base neurobioquímicofisiológica de la "escisión" o "escisiones"de personalidad; 3) Se ha determinado una cierta correlación entre esta índole de cuadros y anomalías en genes específicos, particularmente residentes en el Cromosoma 6, los cuales también se vinculan con el "trastorno bipolar", típico y anormalmente preponderante entre las personalidades borderlines y/o creativas-artísticas. Crear – es, pues, biogenética, neurobioquímica y molecularmente – similar
  • 41. a "ver el Consenso de Realidad" ordinario desde otro ángulo o perspectiva, solo que de forma relativamente más controlada y fructífera; Todo esto nos autoriza a sostener esta hipótesis de trabajo, proponiendo que se enfoque el estudio de estos fenómenos desde la óptica de la Psicofísica Cuántica. Por otro lado, la frecuente ligazón y refuerzo sinérgico entre síntomas paranoides y esquizoides refuerza esta idea, pues la obsesión paranoica – en especial en su versión más extendida, la "fijación persecutoria/conspirativa" –, es claro provoca intensos y persistentes estados en los que el entorno se percibe de manera agudamente estresante-traumática, y la condición de captación de estímulos o presión selectora ambiental "amplificados" y distorsionados es el fundamento para una "intrusión cuántica" de largo alcance y amplitud para un Sistema Mesoscópico como la Red Neural que conforma nuestros cerebros. No es más que una hipótesis – es cierto – pero creemos merece ser explorada. Pero – reiteramos – todo ello no quiebra el Principio de Objetividad, ya que la "anomalía" o "proceso decodificador alternativo" radica en el Sistema Observador Mesoscópico (Mente del Perceptor), no en el mecanismo de Decoherencia del Observable (Realidad Macroscópica)... Y en este aspecto no es – desde el punto de vista estrictamente físico – algo esencialmente distinto a la "defectuosa" visión cromática de un daltónico. Únicamente varía su “orden de magnitudcomplejidad”. En el "polo opuesto", los Sistemas de Preponderancia Cuántica, gobernados principalmente por la Incertidumbre, presentan tan baja potencia o "fricción" filtrante selectora, que permiten a un cierto número de estados más probables o estables manifestarse o ser detectados a la par, en una "superposición parcial" cuya combinación lineal de funciones de onda "componen" un "Estado Puntero Híbrido" o "Resonante": Ahora, el factor (ωR/kD) es muy superior a 1, por lo cual el
  • 42. "aparente Consenso de Realidad" logrado a través del Estado Híbrido de Resonancia es muy frágil, en extremo dependiente de las condiciones perturbativas del ambiente. Regresemos al ejemplo del benceno y sus derivados químicos: En su estado original, dicha molécula presenta un "Estado Híbrido Puntero de Resonancia" conformado como ya se precisó, de modo que a cada unión entre carbonos del anillo le corresponde el equivalente a 1.5 veces la energía de un enlace simple. El Sistema se comporta como si los 6 electrones π se repartieran simultánea, deslocalizadamente y por igual a lo largo del interior del ciclo. Ello dota al mismo de una enorme estabilidad y resistencia a la rotura, adición de átomos o grupos a su "macro-doble enlace difuminado" o sustitución de sus eslabones, pudiendo tan sólo ser sustituidos los hidrógenos "periféricos" por otros reactivos más "electrofílicos" o "apetentes" de carga negativa o electrónica que ellos, conservando intacto el anillo, lo que se conoce como "Sustitución Electrófila Aromática" (SEA). En tal estructura se asientan todas sus variadas, provechosas y asimismo a veces peligrosas propiedades químicas sustanciales. En consecuencia, si sometemos al benceno a una reacción de sustitución bajo condiciones adecuadas, intercambiando mediante un reactivo idóneo uno de sus H por otro grupo o átomo, éste se unirá al ciclo hexagonal plano por cualquiera de sus vértices de C indistintamente, puesto que todos poseen idéntica densidad electrónica y configuración en principio. El Sistema se comportará – por tanto – con la absoluta simetría que cabe esperar de su "función de onda estacionaria" de máxima probabilidad, compuesta por una combinación lineal de tres mesómeros de Dewar con el 20% de peso o frecuencia estadística y dos de Kekulé con el 80%. Pero, cuando más tarde intentemos obtener un nuevo doble derivado a través de una segunda SEA, comprobaremos que el panorama cambia brusca y completamente: Ahora el reactivo derivado monosustituido posee una asimetría en su distribución
  • 43. electrónica. Si el grupo insertado en primer lugar es más electropositivo que la propia nube resonante, o bien posee niveles o subniveles energéticos orbitales "vacíos" disponibles para captar pares de electrones (electrofílico), tiende a "atraer hacia sí" en mayor medida una fracción de la densidad de carga π, con lo cual modifica y limita la deslocalización de las formas resonantes, alterando los coeficientes o probabilidades efectivas en la mesomería por simple inducción electrostática o deformación de polaridad en el primer caso, o bien un auténtico cambio en la combinación de estados de la misma en el segundo. Los químicos denominamos a esta clase de átomos o grupos sustituyentes "desactivadores", porque al detraer densidad energética al anillo electrónico de resonancia, hacen que la barrera de activación o dificultad para una segunda sustitución aumente respecto a la del benceno sin sustituir, disminuyendo en consecuencia la velocidad de reacción; Por el contrario, si el primer grupo químico que reemplaza uno cualquiera de los H es más electronegativo que el sistema original o cuenta con uno o más pares electrónicos "libres" capaces de integrarse en la resonancia, la densidad de la nube π crece, la energía de activación baja y la reacción transcurre con mayor rapidez. Entonces – lógicamente – se les llama “activadores”. Por consiguiente, al considerar la interacción de un derivado monosustituido con un segundo agente electrofílico, las características del “ambiente químico” entre el Sistema y el reactivo ya no son simétricas, y se tornan más selectivas, transformando los patrones de decoherencia, al volverse más favorables o estables las sustituciones sobre unos mesómeros que sobre otros. Así, los grupos “donadores” o activadores del anillo “orientan” la inserción de sustituyentes en posiciones inmediatamente vecinas (2, u “orto”, en la jerga químicoorgánica), o bien diagonalmente opuestas (4, “para” en términos usuales del “gremio”). En cambio, los “aceptores” o “desactivadores”, tienden a formar mayoritariamente el derivado doblemente sustituido a
  • 44. dos C de distancia del primitivo (posición 3, o “meta”). La “selectividad” del proceso o “pureza” del producto en el isómero “meta-derivado” será tanto más alta cuanto más elevado sea el potencial “activador” del segundo sustituyente. En cuanto a las mezclas muy predominantes entre las variedades “orto” y “para” obtenidas en la primera opción, la mayor proporción o a veces casi exclusividad de uno de los dos sobre el otro dependen de un segundo factor que añade una nueva “pérdida de simetría” al mecanismo: Puesto que la segunda sustitución en 2 supone que la pareja de grupos y/o átomos unidos al ciclo queden sensiblemente próximos entre sí, cuando uno o ambos de ellos son voluminosos los bordes-límite de sus orbitales o nubes de carga externas se repelen eléctricamente con excesiva fuerza entre sí, incrementando la energía potencial del sistema y desestabilizándolo por ello mismo: En tal circunstancia, la forma “para” que los aleja al máximo, será muy preponderante. Mas en el caso de que sean de menor tamaño, prevalecerá el derivado en “orto”, por una mera cuestión estadística elemental: Hay dos posiciones para una segunda sustitución libres en dichos vértices y una sola en “para”. Los detalles cinético-mecanísticos de todo esto no son relevantes aquí, lo que sí es de sumo interés resaltar es recordar que, en general, la SEA requiere como condición necesaria que el reactivo “atacante” presente más “apetencia” de electrones que el hidrógeno, de donde se infiere que tratamos siempre con átomos o grupos de semejante orden de magnitud promedio en dicha propiedad. Por ende, pequeños o relativamente modestos cambios en ella – así como en segunda instancia – en el volumen, esto es, en el entorno ambiental del Sistema resonante aromático, inducen enormes variaciones en el mecanismo de interacción o “decoherencia” y su “colapso” o producto final estable “seleccionado”, dado que cada isómero de posición doblemente sustituido difiere tremendamente en múltiples aspectos de estructura y reactividad química, e incluso en menor pero notoria medida en algunas propiedades físicas básicas, como los puntos de fusión y ebullición, al afectar
  • 45. a la intensidad de sus fuerzas de cohesión intermolecular. Esta “mágica versatilidad, evanescente pero de efectos muy reales y contundentes”, es la naturaleza esencial de los Sistemas de Dominio Cuántico. Finalmente, nos referimos a los Sistemas Mesoscópicos, el Reino Intermedio, regido en apariencia por la Causalidad Determinista y la Ley de Los Grandes Números – a “imagen y semejanza” del Macroscópico – pero únicamente en los más o menos prolongados periodos de “Estasis” o relativa Estabilidad, definidos por una intensidad baja-media de Presión Selectora Ambiental... Pero capaces con sorprendente prestancia y eficacia de incorporar rápidos y amplios procesos “saltatorios de intrusión cuántica” adaptativos de profunda reorganización interna e inserción/modificación/regulación de paquetes de datos/ q-bits, cuales respuesta ante las fases de Crisis o Alto Impacto Ambiental Traumático, si los estímulos inductores de Perturbación, o lo que es equivalente, la Potencia de Presión Selectora del medio, así lo exigen. Gobernados – en resumen – por un Jano de dos Rostros, ambidextro y dual, híbrido entre la estricta y esquemática Causalidad “Clásica” y la libérrima y “desconcertante” Incertidumbre “Cuántica”: El Principio de Sincronicidad. Nuestra fórmula así lo predice con fidelidad: Como a esta Escala Dimensional los valores del factor (ωR/kD) son mayores que 1 pero “modestos” o de mediana magnitud, el Tiempo de Expectación depende críticamente de α . De este modo, cuando los impactos o estímulos de elevada Presión Selectora son persistentes o continuos durante un periodo suficiente y realimentan seriada y repetidamente la Transferencia Perturbadora del ambiente, el parámetro α es muy grande y, en lógica consecuencia, el Texp corto o incluso “tendente a cero”, de tipo “similar al cuántico”. Por el contrario, para Presiones de Selección débiles o puntuales, no lo
  • 46. bastante sostenidas o realimentadas en el tiempo, α mengua y el Periodo de Expectación se dilata, pudiendo tornarse muy grande, o “infinito” en la práctica (suceso “imposible”). Expresado de manera más llana: En la Esfera o Consenso de Realidad Mesoscópico, los fenómenos de “intrusión cuántica” son más probables y poderosos, pero sólo convergen “sincronísticamente” con las etapas de fuerte Presión Selectora Ambiental, mientras en las fases de relativo Equilibrio o “Estasis” con el entorno los Sistemas se comportan como estructuras “Cuasi-Macroscópicas”. La muestra más clara y a la par firme de esto lo hallamos en la Red Macromolecular Biogenética Codificada (ADN-ARN) que conforma el Genoma y determina el Proteoma de nuestras células: Durante los periodos de baja intensidad de cambios ambientales (α pequeña), tan sólo las rarísimas mutaciones ocasionales ventajosas y las leves variaciones por recombinación meiótica sexual, por pura casualidad favorables a la reproducción/supervivencia, son “filtradas” cual “Estados Punteros Estables” adaptativamente, en virtud del mecanismo de Selección Natural intuido por la genial mente inductivo-deductiva de Charles Robert Darwin. Un proceso gradual, lentísimo (Tiempos de Expectación enormes) y acumulativo, controlado por una mecánica determinista y la Ley de los Grandes Números, la famosa combinación de “Azar y Necesidad” plasmada por el gran bioquímico, pionero de la genética molecular y Premio Nobel francés Jacques-Lucien Monod, inspirada a su vez en la brillante y remota “iluminación” del audaz y “ultra-pionero” filósofo griego “presocrático” Demócrito de Abdera; No obstante, si la intensidad media de los estímulos perturbadores aumenta hasta niveles más notables (α mediana), un nuevo conjunto de pruebas recabadas en los últimos decenios demuestran sin duda que empiezan a actuar de modo significativo otros mecanismos alternativos: Reajustes Epigenéticos, cambios en la expresión, amplitud y modulación de una secuencia de genes sin alterar en sí la misma, en respuesta para
  • 47. adaptarse lo mejor posible a variados impactos ambientales perturbadores o su “transducción” orgánica y/o psicobiológica interna... Y hablamos de una gama de estímulos de amplio espectro: Desde la acción de contaminantes al efecto de un estado de angustia, terror o “situación de alerta/huida/combate” prolongado y constante (como los traumas por abuso infantil persistente), pasando por la dieta, hábitos como el alcoholismo, el estrés cotidiano, etc. Todos ellos implican la secreción o producción de mediadores bioquímicos y/o sistemas específicos de ARNs transferentes que – por retrotranscripción o accíon directa – se encargan de provocar los cambios químicos – entre los que destaca la metilación – en las series de bases correspondientes a determinadas zonas del ADN que “reajustan” la expresión del código. Estas variaciones epigenéticas, si sus causas perduran lo suficiente a lo largo de la vida adulta del sujeto y llegan a “fijarse” en el ADN de las células sexuales maduras o gametos son, además, heredables. Pero no nos dejemos engañar por las apariencias: Aunque este sorprendente hallazgo es “Neolamarckiano”, su fin y dinámica profunda es eminentemente “Neodarwiniana”: Un intento de “adaptar” al organismo a los cambios súbitos del medio a escala microevolutiva, tales cual una modificación del clima, la polución, la dieta o el régimen de vida derivado de una migración o inmersión en un tipo de sociedad o cultura diferente, a modo de “recurso de emergencia”. De forma – pues – más rápida – en unas pocas generaciones – que el “perezoso” y gradual mecanismo de la Selección Natural “Clásica”... Pero, al final, el “truco” conseguirá sus objetivos en exclusiva para los especímenes que logren re-adaptar su psicofisiología a dichas transformaciones epigenéticas con mayor éxito o eficiencia hasta al menos la edad reproductiva... Es decir, de nuevo la Intocable Pirámide Selectiva de Darwin, no lo olvidemos. Es más, al propio Mr. Darwin no le hubiera desagradado el concepto de “Epigenesia”, ya que especuló él mismo, en su plena madurez-ancianidad consagrada, con la idea de la “Pangénesis”, una especie de “premonición rudimentaria”
  • 48. de la misma... Por añadidura, la Epigenesia es también una suerte de “Eugenesia Natural o Espontánea”, y Darwin compartía la “filosofía eugénica” de su primo Francis Galton en buena medida; Por último, si los eventos perturbadores o la Presión de Selección se hacen extremos (α muy grande), se pone en marcha un “tercer nivel de alarma/respuesta” del Sistema, el cual exhibe ya rotundos rasgos de “masiva intrusión cuántica”. El tremendamente mayoritario ADN intrónico o nocodificante – tan injusta y neciamente denominado al principio “ADN basura” – nomenclatura que sonroja hoy por hoy a todo biólogo molecular, genetista y bioquímico serio y bien informado –, en verdad una vasta Red Libre de Escalas de Alta Modularidad/Robustez equivalente en complejidad y conformación morfo-funcional al lenguaje humano – se activa, respondiendo a los paquetes de estímulos-datos generados por la alta Presión Selectiva de los grandes cambios del medio, a través de intercambios por transferencia de solitones. Este efecto – así como el inverso – la capacidad de “imprimir su huella” sobre haces coherentes de ondas electromagnéticas y sónicas – “Efecto Fantasma” del ADN – han sido comprobados en las últimas décadas por rigurosos y excelentes grupos de investigadores, entre los que destacan equipos rusos (Garaiev et al.). Dichos fenómenos permiten explicar la reactivación, modulación y reajuste de las secuencias “latentes o dormidas” de genes adquiridos por endosimbiosis recombinante con bacterias y virus residentes no-patógenos, la regulación/amplificación óptima de transposones, la expresión potenciada de conjuntos de genes “Hox” en nuevas combinaciones coordinadas, la transferencia vía retrotranscripción de “sintones” específicos de ARN-proteínas codificadores de la memoria celular de sustratos nutritivos o presas selectivas (este propuesto por este autor), y otros mecanismos de transferencia horizontal de genes, tan sorprendentes como novedosos, sobre los que se acumulan cada vez más evidencias experimentales
  • 49. positivas. Todos ellos hacen posible los “bruscos saltos reorganizativos” que tienden a desarrollar las especies bajo condiciones de “Gran Crisis/Trauma Ambiental”, cuales fuertes cambios geofísicos, climáticos o planetológicos en general. Su efecto es análogo al de la Epigénesis, pero a escala espacio-temporal macroevolutiva. Y únicamente recurriendo a ellos es razonable “rellenar” los tres inmensos “agujeros” del Neodarwinismo “Ortodoxo”, a los que yo llamo “El Problema de las Tres Es”, Especiación, Extinción, Explosión (refiriéndome a la Cámbrica y similares). Ello alude a la imposibilidad de justificar los procesos radiativos de formación de nuevas especies, la supervivencia de ecosistemas complejos – y a veces mucho más desarrollados orgánicamente, como en el Cámbrico –, tras colosales Extinciones por devastaciones de nivel mundial, ocasionadas por las grandes MacroCrisis Ambientales que han sacudido repetidamente la Historia de la Tierra... Lo que se halla de sobra probado y registrado a nivel geológico y paleontológico. Máxime, si tan “pasmosas recuperaciones-saltos hacia adelante” operaron en plazos de 200 a 300 millones de años, del todo insuficientes si el único “procedimiento” evolutivo fuese la Selección Natural de variaciones azarosamente favorables. Por eso bauticé a este modelo “Evolución Acelerada o Turbo-Evolución por Transferencia (TET)”. Si bien, en el fondo y al final todos estos “exóticos” procesos siguen siendo radical y hondamente “Darwinianos”, pues tan sólo los “más aptos entre los aptos” más eficientes en poner en marcha estos mecanismos de Evolución por Transferencia Cuántica Ondulatoria pueden “saltar” el Abismo de la Gran Crisis de Alto Impacto Traumático Ambiental y sobrevivir por Adaptación Saltatoria Rápida. Como postula el Modelo Zurek-Schreiber de Decoherencia, por otro lado. Para quienes deseen más detallada y profunda información al respecto, les remito de nuevo a mis ensayos sobre “Un nuevo Paradigma Evolutivo”, así como al titulado “Genes y
  • 50. Memes(II)...”, una vez más reseñados al final de este trabajo. En ellos encontrarán cumplido detalle sobre el asunto y las adecuadas y completas referencias bibliográficas; He escogido extenderme en este análisis utilizando el ejemplo del Sistema o Red Biogenética porque constituye el origen del concepto de “Decoherencia Selectiva Darwiniana”, obviamente. Además, disponemos sobre él de una mucha mayor solidez de conocimiento y de datos recientes que acerca de la “Red Neuronal de Memes”, en su doble papel de replicantes/transductores/intercambiadores de Arquetipos Inconscientes Colectivos o contenidos culturales (Evolución Cultural), y de replicantes-transductoresintercambiadores de paquetes de ondas/q-bits psíquicos, dominados por la dinámica subconsciente individual (Evolución Psíquica personal), aunque en este último aspecto aludí a ello en el comentario de los apartados inmediatamente anteriores. Por resumir y concretar, podemos establecer el fuerte paralelismo entre estos tres ejemplos de Sistemas en Red Mesoscópica por medio de la siguiente tabla: α = Intensidad o Potencia de Presión Selectora o Estímulo Ambiental Perturbador Texp = Periodo Promedio de tiempo necesario para observar un cambio significativo en el fenómeno evolutivo de ColapsoObservación por Decoherencia considerado α Pequeña, Texp Elevado( * ) α Mediana, Texp Medio α Enorme, Texp Breve
  • 51. (*) = En orden relativo a la magnitud espaciotemporal general de los procesos evolutivos descritos Red Biogenética Selección Natural o "Clásica" Genoma Proteoma Celular Reajuste Epigenético Evolución Acelerada por Transferencia Ondulatoria Cuántica (Evolución Biológica) Red Neuronal + Soportes de Información Externos o Red Memética Transmisión de tradiciones y contendidos culturales "dominantes" en régimen "estable" (Evolución Cultural) Reajustes Grandes adaptativos o Revoluciones o "reformas" "Giros culturales en Copernicanos", respuesta a cual reacción moderados adaptativa a cambios inmensos cambios económicos, "traumáticos" de tecnológicos índole cultural sociales, políticos, (económica, ideológicos o tecnológica... etc), religiosos o "choques entre culturas" (Ejemplos: Revolución Neolítica, la Imprenta, Revolución Científica e Industrial, Internet) Red Neuronal Psíquica (Evolución Mental Individual) "Consenso de Realidad Perceptivo" Macroscópico "cotidiano" Intuiciones, Estados Alterados "corazonadas", de Consciencia inspiración persistentes o creativa/artística, permanentes, trastorno bipolar estados delirantes "suave" o continuos, controlable, “apariciones alucinaciones, fantasmales”(**), fantasmogénesis(** trastorno bipolar ) , percepción de grave, paranoia fenómenos de aguda, Impregnación esquizofrenia, Psíquica, esquizofreniapremoniciones paranoia,
  • 52. síndrome de "posesión" epileptoidehisteriforme (**) Nota: Para los aficionados, interesados, estudiosos e investigadores de los poco afortunadamente tildados como “fenómenos paranormales”, recordemos que “fantasmogénesis” hace referencia a la supuesta observación de más o menos evanescentes imágenes de personas y – más inusualmente, animales, sucesos, escenarios completos –, correspondientes al pasado – casi siempre “traumático” – . Los protagonistas u “Observables” de la “visión” parecen atravesar objetos, paredes u obstáculos a modo de hologramas, repitiendo sin cesar una acción o escena concreta o varias de ellas, relacionadas con dichos eventos de un pretérito variablemente lejano. Por otra parte, nunca interactúan ni dan muestras de percatarse “ellos” a su vez de la presencia del Observador. Asimismo, se hallan vinculados a lugares o enclaves específicos donde tales hechos cruentos o conmocionantes ocurrieron repetidamente a lo largo de su historia, resultando en su manifestación y contenido independientes del perceptor, siempre que éste sea lo suficientemente “sensitivo”: Nos encontramos – por todo ello – ante un tipo particular de “percepción de la Impregnación Psíquica”, y por tal razón se clasifica junto a ella en nuestro modelo interpretativo de la fenomenología parapsicológica en términos de una nueva “Psicofísica Cuántica”; En contraste, por “apariciones fantasmales” se entienden aquellas en las cuales la “entidad o entidades anómalas” – sea cual sea su grado de “materialidad” aparente y su morfología – (por lo general “humanoide”, pero con un variado abanico de “presentaciones”, que oscilan desde lo fielmente humano hasta lo enigmático y lo monstruoso) – sí aparentan percibir a su vez al testigo, siendo capaces de sortear obstáculos – aun cuando puedan también “atravesarlos etéreamente a voluntad” – , entablar alguna clase de comunicación – ya fuere