1. Un día de predicación en
el nuevo mundo.
Dos hermanos se dirigen a una
revisita, el año 30 D.A. (Después de
Armagedón).
— ¿Dónde era tu revisita pablo?
— En el sector de malambo
hermoso, como a unos 30 minutos de
camino.
— Deberíamos haber venido
cabalgando.
— Sí pero así disfrutamos mejor del
paisaje.
— Tienes toda la razón. Todavía no
me sacudo el espíritu de comodidad
2. del viejo mundo, ja, ja, ja
30 minutos más tarde....
— Aquí es...
— ¡Pero qué linda casita!... parece
estilo colonial...¿verdad?
— Así es...
Golpean a la puerta. Un señor de
mediana edad sale a abrir.
— Buenos días, señor Navarro...
— Aah... es usted.... Pasen por favor.
— Gracias. Le presento al hermano
jorge. Él se ofreció a acompañarme.
— Mucho gusto, señor Navarro.
— EL gusto es mío... tomen asiento
por favor. ¿Desean un refresco de
fruta?
— No se moleste, no estamos muy
cansados.
— Yo sí le aceptaré, je,je. Me
encanta la fruta.
— Ah, bueno, si tú vas a disfrutar de
ese refresco, entonces yo también lo
3. haré.
— Qué bien. Espéreme un instante
se los traigo enseguida.
El hombre se retira un instante.
— Oye, Pablo, ¿cuándo dijiste que te
asignaron al señor Navarro?
— El lunes recién pasado. Pero ya le
hice una visita previa hace unos días.
— ¿Hace mucho que resucitó?
— La verdad no se lo he preguntado,
pero.... Mira ahí regresa con las
bebidas.
— Gracias, señor Navarro.
— Llámenme Jairo, me hace sentir
más cómodo.
— Oh, está bien, don Jairo.... ¿Le
puedo preguntar algo?
— Cómo no... pregunte no mas...
— ¿Hace cuánto que usted resucitó?
— Hace mas o menos un mes atrás.
Y la verdad es que estoy muy ansioso
4. de comenzar este estudio. Tengo
infinidad de preguntas e inquietudes al
respecto. Espero que ustedes me las
aclaren.
— Pierda cuidado. Para eso estamos
aquí... para contestar todas sus dudas.
— ¿Ustedes también son
resucitados, joven Pablo?
— Solo jorge. Yo soy sobreviviente
de la gran tribulación.
— Tendrá que explicarme mucho
acerca de esos términos que no
entiendo. 'La gran tribulación'. No
tengo idea de qué se trata, pero estoy
seguro que debe ser interesantísimo.
— Por supuesto. Ya irá entendiendo
poco a poco a medida que vamos
avanzando en el estudio.
— Lo importante, don Jairo –
interviene jorge–, es que usted vaya
comprendiendo poco a poco el entero
propósito de Jehová Dios.
— Ese es mi deseo. Imagínense
5. ustedes que antes de... de morir, yo ni
siquiera creía que existía Dios. Ahora,
por supuesto, no me queda ninguna
duda de su existencia. Tengo mucho
que aprender de él.
— Para eso vamos a examinar esta
ayuda bíblica que hemos
traído...'¿Porqué he vuelto a la vida?'.
En este libro usted irá descubriendo la
razón de su muerte y su posterior
resurrección. Tome... le traje un
ejemplar para usted. También
paralelamente iremos examinando la
Biblia y los nuevos rollos
— Muchas gracias ¿Puedo leerlo de
inmediato, o deberé esperar a que lo
estudiemos de a poco?
— No, no hay ningún inconveniente
que lo lea de inmediato si quiere. Solo
que en cada visita iremos repasando
los capítulos en orden, y usted podrá ir
haciendo todas las consultas que desee
sobre lo que no haya entendido o no le
6. haya quedado muy claro.
— Entiendo. Se los agradezco.
¿Vamos a comenzar de inmediato?.
— Como guste. Estamos para lo que
usted disponga...
— Comencemos de inmediato
entonces, mire que no aguanto la
ansiedad de saber...
— Pues...en qué topamos... Abra el
libro en la página dos....
Tres horas más tarde...
— Bueno, don Jairo, creo que
quedaremos hasta este capítulo.
Disculpe el que nos hayamos
extendido más del tiempo convenido.
— No tienen porqué disculparse. Al
contrario, se los agradezco. Además
que he sido yo con mis muchas
preguntas el que ha abusado de su
tiempo.
— No es ninguna molestia para
nosotros. Créanos que disfrutamos
7. mucho de estas visitas a los
resucitados. ¿Nos veremos la próxima
semana?
— ¿ Y no sería posible que vuelvan
más pronto?
— No hay problema... cuándo desea
que le visitemos...
— Mañana mismo si es que ustedes
no tienen inconveniente.
— La verdad es que no sería posible.
Debemos atender a otros estudios ya
programados. Pero si usted no tiene
inconveniente podríamos volver el
jueves.
— El jueves está bien. Se los
agradezco mucho –responde el señor
Navarro, poniéndose de pié.
— Será hasta el jueves entonces,
don Jairo –dicen los jóvenes
incorporándose también.
— Que Dios ....Jehová... les
acompañe.
— Gracias. Que Jehová también le