El documento presenta una comparación entre la expresión oral y escrita. Señala que la expresión escrita puede ser corregida múltiples veces, mientras que al hablar el emisor puede retractarse. Además, lo escrito queda plasmado de forma permanente en revistas y periódicos, mientras que el habla incluye variaciones en el tono de voz. Por último, la comunicación oral suele ser más emotiva que la escrita.