Jesucristo aparece en el Zócalo de la Ciudad de México durante un discurso de Felipe Calderón. Le susurra algo al oído y luego toma el micrófono para comparar las promesas incumplidas de Calderón con sus propias acciones, preguntándole al pueblo si deberían "crucificar a este hijo de su puta madre". El pueblo responde afirmativamente a todas las preguntas rhétoricas de Jesucristo.
1. Estaba Calderón hablando en el Zócalo capitalino,
y de pronto se aparece Jesucristo bajando
lentamente del cielo.
Se pone a un lado de Felipe Calderón y
le susurra algo al oído.
Entonces, Calderón dirigiéndose a la
multitud, dice:
-Queridos Mexicanos por haber salvado
al mundo de la influenza,
Jesucristo, mandado por su padre que es
Dios, ha escogido a México para decirnos
algo.
Jesucristo toma el micrófono y dice:
- Habitantes de este maravilloso país:
¿No es cierto que así como yo
2. multipliqué el pan y los peces para dar
de comer a todos, este hombre les
prometio multiplicar el trabajo para
que a nadie le faltara el pan?
El pueblo responde: - Sí!!
- ¿No es cierto, que al igual que yo
anduve entre los fariseos, él se hace
acompañar por su gabinete -ladrones,
estafadores y pendencieros-, cual vil
pandilla?
El pueblo nuevamente responde: - Síí!!
- ¿No ha vendido la riqueza petrolera,
como yo fui vendido por Judas?
3. El pueblo frenético responde: - Síííííííííííííí
- ¿Es verdad, que a él se le conoce como
el presidente del empleo y las manos
limpias, como a mi se me conoció como
El Mesías?
El pueblo responde (ya enloquecido y
emocionado):
- SÍIIIIIIIIIIII!!!!!!!!!!!!!
- Entonces, ¿qué esperan para crucificar
a este hijo de su puta madre?
P.d.: Por favor, te suplico: reenvia este correo a 100 millones de
mexicanos...