3. HERRAMIENTAS COGNITIVAS
Y METAS COGNITIVAS:
Aprender a aprender, a pensar, a hacer, a ser.
Funciones Cognitivas
Las funciones cognitivas son los procesos mentales que nos permiten llevar a
cabo cualquier tarea. Hacen posible que el sujeto tenga un papel activo
en los procesos de recepción, selección, transformación, almacenamiento,
elaboración y recuperación de la información, lo que le permite
desenvolverse en el mundo que le rodea.
Habilidad para elaborar, comunicar y entender ideas mediante sonidos,
símbolos y/o sistema de gestos.
4. Funciones
Cognitivas
Vocabulario:
conocimiento del léxico.
Expresión: capacidad de
formular ideas con sentido
y de manera
gramaticalmente correcta.
Denominación:
capacidad de nombrar
objetos, personas o
hechos.
Fluidez: capacidad para
producir de manera
rápida y eficaz
contenidos lingüísticos.
Discriminación:
capacidad de
reconocer, diferenciar e
interpretar contenidos
relacionados con el
lenguaje.
Repetición: capacidad
para producir los mismos
sonidos que se
escuchan.
Escritura: capacidad
para transformar ideas
en símbolos, caracteres
e imágenes.
Lectura: capacidad
para interpretar
símbolos, caracteres e
imágenes y
transformarlos en habla.
Comprensión:
capacidad de entender
el significado de
palabras e ideas.
6. LA COMUNICACIÓN HUMANA
¿Qué es la Comunicación?
Una primera aproximación para entender el concepto de
comunicación es a partir de su etimología.
Comunicar viene del vocablo latino “communicare” que significa
“compartir algo, hacerlo común”, y por “común” entendemos
comunidad; o sea, comunicar se refiere a hacer “algo” del
conocimiento de nuestros semejantes. Su etimología nos lleva a
suponer que la comunicación es un fenómeno que se realiza como
parte sustancial de las relaciones sociales.
7. Como se mencionó anteriormente, la
comunicación no es exclusiva del ser
humano, ya que todos los seres vivos
tenemos la capacidad de
comunicarnos y de compartir
información de nuestro entorno, lo cual
nos ayuda a sobrevivir. Los animales se
comunican para encontrar comida,
escapar de sus depredadores y para
establecer ciertas relaciones
jerárquicas entre ellos que les posibilitan
un orden dentro de su comunidad,
etcétera.
Ahora bien, ¿qué es ese “algo” que mencionamos? Pues se trata de
la información. Tanto las personas como los animales
constantemente estamos recopilando datos de nuestro entorno, los
procesamos y compartimos con nuestros semejantes esperando
lograr una reacción en ellos que nos permita resolver alguna
necesidad.
8. PROCESO DE LA COMUNICACIÓN
El primer intento
registrado por entender
el proceso comunicativo
se remonta a la
antigüedad clásica, en la
época de los sabios
griegos. Fue Aristóteles
(384-322 a.C.) quien en
sus tratados filosóficos1
diferenció al hombre de
los animales por la
capacidad de tener un
lenguaje y conceptualizó
a la comunicación la
relación de tres
elementos básicos:
emisor, mensaje y
receptor.
A partir de aquí
derivan todos los
demás modelos que
al tiempo se han
realizado. Emisor:
Dentro del proceso
comunicativo, es la
parte que inicia el
intercambio de
información y
conduce el acto
comunicativo. Es
quien transmite el
mensaje, el que dice
o hace algo con
significado.
Mensaje: Se refiere a
la información
transmitida. Es lo que
se dice. Receptor: Es
quien recibe el
mensaje. Aunque
Aristóteles creó este
esquema pensando
básicamente en
entender la
comunicación entre
humanos, es
aplicable a todo tipo
de sujetos, es decir,
humanos y animales.
10. LENGUA Y HABLA;
LENGUA HABLADA Y LENGUA ESCRITA
Los tipologistas suelen estudiar una amplia gama de lenguas y,
mediante la comparación, sacan conclusiones generales sobre
aspectos del lenguaje como el orden de palabras, las partes de
la oración, las clases de sonidos…, tratándose de una
investigación interlingüística, empírica y comparativa.
Por tanto, la clasificación tipológica se basa en la relación que
existe entre las lenguas teniendo en cuenta su estructura interna.
La primera propuesta tipológica la propuso Wilhelm von
Humbold siguiendo un criterio morfológico en lenguas aislantes,
aglutinantes, flexivas e incorporantes.
11. LENGUA Y HABLA;
LENGUA HABLADA
Y LENGUA ESCRITA
Las lenguas incorporantes tienen
palabras complejas,
conglomerados de elementos
gramaticales, combinando rasgos
aglutinantes y aislantes, que
equivalen en muchos casos a una
oración (esquimal de Alaska).
En las lenguas
aglutinantes, la
palabra está
formada por varios
morfemas; cada
morfema se
corresponde con un
morfo
perfectamente
delimitado (turco)
En las lenguas flexivas, la palabra
está formada por varios morfemas,
pero un solo morfo puede
corresponder a más de un
morfema, lo que se conoce como
sincretismo (latín)
En las lenguas
aislantes se
establece una
correspondencia
exacta entre
palabra, morfema
y morfo (chino);
12. Como apuntan Celia Casado y Edita
Gutiérrez (Escandell, 2009), en esta
clasificación hay que tener en cuenta dos
hechos importantes: por un lado, que no
indica un estado de evolución de las
lenguas y, por otro, que las lenguas no son
estrictamente aislantes, aglutinantes o
flexivas.
Además de las características
morfológicas, que son la base de
las tipologías principales, se han
utilizado las fonológicas, las
sintácticas o las semánticas.
Una clasificación muy recurrente
en tipología lingüística es la
sintáctica. Se establece según el
orden de constituyentes Básico:
[S(ujeto)- O(bjeto) V(erbo)].
14. Algunas lenguas (normalmente las flexivas) son difíciles de clasificar
debido al hecho de que aceptan muchas combinaciones de verbo,
objeto y sujeto como posibilidades correctas. Entre ellas se encuentran
el latín o el húngaro; de hecho, en estas lenguas el orden parece
obedecer más a factores de pragmática que de sintaxis.
En cuanto a la distribución mundial
el Asia y América el orden SOV es el
orden más frecuente, mientras que
en Europa y África el orden SVO es el
más frecuente. En Oceanía la
preferencia de orden es regional, la
mayoría de lenguas papúes y
australianas son SOV, mientras que
las lenguas austronesias de la región
son VSO o SOV.
15. No hay que confundir la Clasificación Tipológica con la
Clasificación Genética de las lenguas. Este otro método de
clasificación se centra en las relaciones filogenéticas entre las
lenguas que comparten la herencia de una lengua común.
Es decir, una clase genética es una familia lingüística, mientras
que una clase tipológica es un tipo lingüístico.