El modelo familiar dominante se basa en los lazos entre sus miembros. La experiencia de los mayores enriquece la educación de los más jóvenes. En las sociedades occidentales modernas, los roles tradicionales en la familia han cambiado y las tareas domésticas ya no son exclusivas de la mujer. En el siglo XXI, tanto el padre como la madre comparten la responsabilidad del hogar y la crianza de los hijos.