"Lucrar por encima de todo y de todos, extrayendo el máximo de recursos naturales, con los menores costos posibles, a partir de la desobstrucción de cualquier problema: legislación laboral y ambiental y derechos humanos”. Es así como la Articulación Internacional de los Damnificados por la Vale interpreta la actual participación de la empresa multinacional brasilera, que opera en los sectores de minería, logística, energía, siderurgia y petróleo. Para denunciar esta realidad, la entidad acaba de lanzar el Informe de Insustentabilidad de la Vale 2015, en el que denuncia más de 30 casos de violaciones de derechos en tres continentes.
Vale deja legado de destrucción ambiental, cultural y social en tres continentes
1. Vale deja legado de destrucción ambiental, cultural y social en
tres continentes
Graffiti en una pared del parque construido por la Vale en Sechura (Perú): "La Vale
no es responsabilidad social, es muerte”. Foto: Justicia Global.
Adital, 17 abril 2015
"Lucrar por encima de todo y de todos, extrayendo el máximo de
recursos naturales, con los menores costos posibles, a partir de la
desobstrucción de cualquier problema: legislación laboral y ambiental
y derechos humanos”. Es así como la Articulación Internacional de los
Damnificados por la Vale interpreta la actual participación de la
empresa multinacional brasilera, que opera en los sectores de
minería, logística, energía, siderurgia y petróleo. Para denunciar esta
realidad, la entidad acaba de lanzar el Informe de Insustentabilidad
de la Vale 2015, en el que denuncia más de 30 casos de violaciones
de derechos en tres continentes.
El conjunto de violaciones de derechos se acumula en Brasil, sede de
la Vale, y en otros ocho países de América, África y Asia,
involucrando a toda la cadena de producción de la Vale en diferentes
países donde la empresa opera. El lanzamiento del informe ocurre en
consonancia con la Semana de Movilización Nacional Indígena, la
Jornada de luchas por la Reforma Agraria y las movilizaciones por el
mantenimiento de los derechos laborales y contra las tercerizaciones
del país.
De acuerdo con el relevamiento, la mayor inversión de la Vale en el
mundo, la ampliación de la producción en Carajás, en el Estado de
Pará (Brasil), cuenta con la duplicación de la Ferrovía Carajás (EFC),
que está siendo realizada con licenciamiento irregular, sin la
realización de audiencias públicas y de consulta previa, lo que es un
derecho asegurado a las comunidades por la Convención 169, de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT). Por su parte, en
2. Itabirito (Minas Gerais), la Vale fue responsabilizada por someter a
309 personas a condiciones análogas al trabajo esclavo.
Con la participación accionaria de la Vale, el proyecto de la Usina
Hidroeléctrica de Belo Monte, que está siendo construida en la cuenca
del Río Xingú (norte de Pará) ha sido criticado por provocar gran
destrucción social, ambiental y económica. Por lo menos 20 procesos
judiciales son movidos por el Ministerio Público Federal de Pará (MPF-
PA). En el informe se señala también casos de desperdicio de agua.
Esto se daría en tres mineroductos que vinculan Mariana (Minas
Gerais) con Anchieta (Espírito Santo), que gastan 4.400 metros
cúbicos por hora, lo que sería suficiente para abastecer una ciudad de
586 mil personas por mes.
312 familias luchan por reasentamiento en Piquiá de Baoxo, en Maranhão (Brasil).
Foto:Justiça nos Trilhos.
En el informe se señala que en los Estados de Maranhão, Espírito
Santo y Río de Janeiro, en Brasil, además de Piura (Perú) y Perak
(Malasia), pescadores locales denuncian que los procesos de
embarque del mineral y la contaminación de las aguas en puertos de
la Vale comprometen su supervivencia. En Canadá, donde la Vale
produce níquel en la mina de Voisey's Bay, el Lago Sandy fue
convertido en una cuenca con más de 400 mil toneladas de desechos,
de acuerdo con denuncias de organizaciones locales.
A su vez, la usina siderúrgica TKCSA, de la cual la Vale es accionista,
elevó en un 76% las emisiones de gas carbónico en Río de Janeiro.
Desde 2010, funciona sin licenciamiento ambiental. Otro caso que
llamó la atención está relacionado con el espionaje. Según el
relevamiento, mediante denuncias de un ex-funcionario de la Vale,
3. fue revelado un esquema de espionaje contra movimientos sociales,
como el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) y la
red Justicia en los Rieles (conjunto de movimientos, asociaciones y
ciudadanos en defensa de la justa compensación por daños causados
por la Vale al medio ambiente y a la población). El caso ya llevó a una
audiencia pública en el Congreso Nacional, pero la empresa, hasta el
momento, no fue responsabilizada.
En Mozambique, en el documento se señala que más de 1.300
familias reasentadas por la Vale, viven hoy con dificultades de acceso
al agua, tierra, energía, en tierras inadecuadas para la agricultura,
además de no haber recibido, hasta el momento, las indemnizaciones
integrales a que tienen derecho.
Obras de reparaciones en casas rajadas en el reasentamiento de Cateme
(Mozambique). Foto: Divulgación.
Falso discurso de sustentabilidad
Según el informe, la empresa actúa a nivel global para "transformar
recursos naturales en catalizadores de lucros, continuamente
crecientes, para los accionistas, no considerando los derechos y
expectativas de los trabajadores, comunidades, poblaciones
tradicionales y generaciones futuras a una vida digna”. La Asociación
de los Damnificados señala en la actuación de la Vale una actitud
arrogante, acumulación global, sustentabilidad para los lucros y no
para las personas, además de un legado de severa destrucción
ambiental, cultural y social.
En entrevista con Adital, el economista Gabriel Strautman, miembro
del Instituto Políticas Alternativas para el Cono Sur (Pacs), afirma que
4. el principal valor del estudio es deconstruir el discurso de
sustentabilidad que la empresa difunde. "La Vale se dice
comprometida con las mejores prácticas ambientales y respeto a las
leyes. Sin embargo, su práctica es presionar para que las licencias
sean realizadas sin estudio de impacto ambiental”, ejemplifica.
"¿Cómo puede pretender ser sustentable si no respeta las leyes
ambientales?”, cuestiona el economista.
Además, él afirma que el Estado es cómplice de esta situación, ya
que facilita, incentiva y fortalece este tipo de operación en la
empresa. "El mismo Estado que, por un lado, fortalece a la empresa
con licencias irregulares y exenciones fiscales, es omiso por el otro,
porque no va a fondo en la investigación de esas denuncias. Tiene un
doble discurso”, expone Strautman.
Según él, gobiernos locales también se coadyuvan con la Vale, ya que
tienen cierta "dependencia” de los royalties que paga la
multinacional. "Entonces, no se levantan contra la empresa”, explica.
"Aunque la Vale reivindique el papel de una empresa que comparte el
valor generado, en realidad vemos una empresa que no paga
impuestos, que amenaza a comunidades. Y ésta es una práctica
insustentable”, defiende el economista.
Entre para leer el informe completo
http://www.pacs.org.br/files/2015/04/Relatirio_pdf.pdf
Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com
Marcela Belchior
Es periodista de Adital. Maestra en Comunicación y Semiótica en
Pontifícia Universidade Católica de São Paulo (PUC-SP), investiga las
relaciones culturales en América Latina.
Correo electrónico:
marcela@adital.com.br
belchior.marcela@gmail.com