Comunidades nativas acorraladas por expansión gasífera
1. Comunidades nativas del Perú acorraladas por la expansión
gasífera
Tensiones por el gas de Camisea
Marc Gavaldà
Rebelion
Perú vive inmerso en un modelo extractivista que, promesas
electorales a parte, no ha logrado convivir con el respeto de los
derechos fundamentales de la población. Ya en 2010, a pocos meses
de asumir el mandato Ollanta Humala, la represión volvió a ser
herramienta de uso para aplastar la oposición al proyecto minero
Conga. En la Amazonía, las expectativas vertidas por el movimiento
indígena hacia el nuevo presidente, se diluyen como el petróleo que
fluye impunemente por los ríos Corrientes, Marañón y Trompeteros.
Diferentes ONGs peruanas e iniciativas de seguimiento comunitario
como el Observatorio Petrolero de la Amazonía Norte, alertan de
cómo la ampliación de la frontera petrolera multiplica los impactos en
los ecosistemas amazónicos y genera conflictos territoriales con las
comunidades nativas.
Cuadrícula amazónica
En la última década, se ha acelerado la entrega de lotes petroleros en
la Amazonía afectando ya a más del 72% del territorio y l a mitad de
estas concesiones se han otorgado en zonas donde nunca hubo
actividad. A lo largo de la historia, sólo un 16% del territorio de la
Amazonia peruana se ha salvado de tener en algún momento un
bloque petrolero. Actualmente son más de 50 compañías petroleras
operando en un centenar de lotes en territorio peruano. Según datos
del Ministerio de Energía y Minas, sólo en 2010 se registraron 7.405
km de líneas sísmicas 2D y 4.108 Km2 de líneas sísmicas 3D, que
comparados con el año anterior representó un incremento de 24,1%
y 77,9% respectivamente.
En el departamento de Loreto, al norte del país, se cumplen cuatro
décadas de explotación petrolera arrojando nefastos cuadros
2. epidemiológicos en los pueblos ribereños por consumir agua y
pescado con metales pesados. El pasado 3 de octubre , un
comunicado de las federaciones indígenas FECONACO, FEDIQUEP y
FECONAT bloqueaba la concesión del lote 192, hasta que sean
remediados los sistemáticos vertidos del lote 1AB, cuyo titular,
Pluspetrol Norte, pretende deshacerse de los pasivos ambientales
como ya lo hizo Texaco en Ecuador.
Por otro lado, tras la resaca de los levantamientos amazónicos de
2008 y 2009, se aprobó en el país una Ley de Consulta que obliga a
pedir permiso a las comunidades afectadas por una concesión
anteriormente a que ésta sea licitada. Pero en la práctica se repiten
las malas prácticas que omiten la voluntad de la población, como se
ha visibilizado en los conflictos que enfrenta por ejemplo Repsol con
los pueblos Harakmbut (lote 76), Awajún y Shawi (lote 109) y
Kakinte (lote 57).
Camisea: gas con sabor a caucho
Al sur del país, la selvática cuenca del Bajo Urubamba fue escenario
hace un siglo de las correrías de la explotación cauchera que diezmó
a los pueblos amazónicos. En la actualidad, cinco empresas se
reparten un botín gasífero que ha empezado a reportar extraodinarias
ganancias. En total, más de un millón y medio de hectáreas,
repartidas en cuatro concesiones acorralan los territorios de los
pueblos matsiguenga, yine yami, nahua, nantis, ashaninka y
kakintes. Protagonistas de un desembarco industrial si precedentes,
las compañías Pluspetrol, Repsol, Hunt , Sk y Petrobras, no dudan en
presumir los trillones de pies cúbicos de gas descubiertos al borde de
reservas naturales de importancia mundial por su biodiversidad,
como son el Parque Nacional Manu, el Parque Nacional Otishi y el
Santuario Megantoni.
El lote 88, mñas conocido como Camisea, fue explorado y perforado
por Shell en la década de 1980. El ingreso de la compañía en aquella
zona inexpugnable, fue fatal para el aislado pueblo Nahua, que sufrió
una mortalidad del 50% de la población por la pasa gripal provocada
en el contacto. Tras el abandono de Shell por desacuerdos
contractuales, Pluspetrol, compañía argentina accionariada por
Repsol, lidera el consorcio que opera los lotes 88 y 56, donde en
2003 construyó un gasoducto hasta la costa para abastecer de gas el
mercado interno y exportarlo al mercado global.
El lote 88, superpuesto a la Reserva Territorial Nahua Kugakapori
Nantis – creada para proteger al millar de indígenas en aislamiento
voluntario que habitan la zona – constituye una permanente amenaza
3. para estos pueblos. Inmersa en una campaña no declarada de
expansión de actividades dentro de la reserva, en julio de 2011
Pluspetrol contrató a indígenas en contacto inicial de la etnia nahua
para realizar tareas de vigía y mediar en posibles contactos con los
pueblos indómitos que encontrara a su paso. Un documento
confidencial, interceptado al gerente de operaciones de Camisea
demostraba que Pluspetrol pretende construir una antena parabólica
para que los comunarios nahua sintonicen Direct TV en el interior de
la Reserva.
Repsol opera el vecino lote 57, en las inaccesibles montañas que
separan los ríos Tambo y Urubamba. Con más de 600.000
hectáreas barridas por el trazado de líneas sísmicas 2D y 3D, la
invasión de la comunidad matsiguenga de Nuevo Mundo para
construir un campamento con pista de aeropuerto y los planes de
perforar 23 pozos, el proyecto ha generado oposición entre el pueblo
en contacto inicial kakinte. En agosto de 2011, la Organización de
Desarrollo del Pueblo Kakinte emitía un comunicado denunciando el
divisionismo fomentado por Repsol al negociar con una
representación ilegítima de este pueblo. Más al sur, Petrobras opera
en solitario el lote 58, desde donde construye el Gasoducto Andino
Sur, de 1.078 kilómetros para suminstrar gas al amplio sur peruano,
donde se aprestan a construir petroquímicas para fabricar explosivos
y otros insumos para la minería.
Militarización del gas
Desde abril del presente año, diferentes actos adjudicados a una
facción reconstituida de Sendero Luminoso han atacado a personal e
infrestructura de la compañía transportadora del gas de Camisea
(TGP), empresa accionariada por Repsol. Tras el secuestro y posterior
rescate de trabajadores de la empresa, el gobierno de Ollanta Humala
ha desplazado miles de efectivos militares a la zona...para quedarse.
El pasado mes, se reportó otro ataque a las válvulas del gasoducto en
Kepashiato y el 13 de octubre fueron quemados tres helicópteros de
la compañía. En plena escalada bélica, autoridades locales y la
Defensoría del Pueblo ha denunciado la insistencia del gobierno en
ubicar las bases antisubversivas en los colegios de las zonas de
conflicto, poniendo así en riesgo estudiantes y docentes. Por otro
lado, miembros del Centro Cultual Harawi de Cuzco, alertan de la
instalación de batallones del ejército en el interior de comunidades
nativas matisiguengas para resguardar los intereses de las companías
gasíferas en las riberas del río Urubamba.
A medida que las compañías anuncian nuevos descubrimientos y
millonarias inversiones, es de esperar que el ejército seguirá
aumentando la presencia en la zona, no en vano esta institución se
queda con el 18.8% de las regalías que genera el gas de Camisea.
4. Más información:
http://alertamazoncia.wordpress.com
* Miembro de Repsolmata y Alerta Amazónica
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La apuesta amazónica de Repsol
La expropiación argentina de las acciones de Repsol en YPF, el
pasado marzo, ha inducido a la compañía a mover fichas en Perú,
donde ya opera en el polémico Lote 39, zona propuesta como
Reserva Territorial por la presencia de grupos humanos en
aislamiento voluntario o el lote 76, superpuesto a la Reserva Comunal
Amarakaeri, entre otros. El pasado 6 de septiembre, Repsol
anunciaba la inversión de 19.000 millones de dólares para desarrollar
el lote 57, tras descubrir el pozo Sagari, un yacimiento que podría
contener 2 trillones de pies cúbicos de gas, que se añadirían al campo
Kinteroni, declarado como “uno de los cinco mayores descubrimientos
del mundo en el año 2008”. Más allá de las reservas, la apuesta
peruana de Repsol se explica por su posición privilegiada en cada
eslabón de la cadena de producción y comercialización. Repsol es
accionaria de la empresa de gasoductos TGP, que conecta Camisea
con los puertos de exportación de Pisco y Melchorita. Aparte, Repsol
es socia, junto con la norteamiericana Hunt Oil y la coreana SK del
consorcio Pacific LNG, que desde 2010 exporta gas natural licuado a
Estados Unidos, Europa y Asia. Además, Repsol es la principal
comercializadora de Gas Licuado de Petróleo (butano) y de gas
natural. Si durante la pasada década Repsol obtenía la mitad de sus
beneficios de la filial argentina YPF, las condiciones están dadas para
succionar ingentes beneficios de la economía peruana.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor
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