El Arte Prerrománico se desarrolló en Europa entre los siglos V y VIII d.C., tras la caída del Imperio Romano. Fue el resultado de la fusión de las tradiciones artísticas de los pueblos germánicos invasores, los romanos dominados y la Iglesia. Se caracterizó por la falta de un estilo unificado, la regionalización del arte y la simplificación arquitectónica debido a la escasez de materiales.