2. MARCO TEÓRICO
RELACIÓN EXISTENTE FACTORES
DE EJECUCIÓN Y FACTOR PERCEPTIVO MOTRIZ
Desde hace muchos años, e incluso en nuestros días, ha sido difícil
encontrar la franja que delimite donde se encuentra la sensación y donde la
percepción. Usualmente se ha considerado que las sensaciones eran experiencias
básicas, provocadas por estímulos simples, relacionadas con la actividad de los
receptores sensoriales. Para autores como Forgus (1982) y Mayoral (1982), la
sensación es entendida como: “Una mera recepción de la información que ofrece el medio, a
través de los sentidos y, por tanto, representa la etapa por la cual el sujeto capta la energía física a
través de los distintos órganos sensoriales, que traducida a estímulos nerviosos denominados
aferentes, es transmitida a las áreas del córtex cerebral, que se encargarán de su codificación e
interpretación”. Conocemos lo que pasa alrededor de nosotros y en nosotros
mismos, por medio de receptores sensitivos. Estos receptores se dividen en
exterorreceptores, propiorreceptores o interoceptores, según transmitan las
informaciones nacidas en medios externos o internos. Rigal (1987, citado por
Cárdenas Vélez 2.000, p. 35), nos afirma: “El influjo aferente llega a las áreas receptoras
o sensitivas corticales a partir de las cuales comienza el proceso de descodificación del impulso
nervioso que conduce a las percepciones”. En cuanto a la percepción, se piensa que son
experiencias más complicadas, resultado de procesos de orden superior por
integración o adicción de sensaciones Goldstein (1992). Por otro lado, Mayoral
(1982) explica que la percepción está compuesta por átomos de sensación,
correspondiendo al mecanismo por el cual todo aparece distinto a la suma de sus
partes. Según Rigal (1987, citado por Cárdenas Vélez 2.000, p.36): “Las
percepciones se elaboran a partir de datos sensoriales y están sujetas a un cierto número de leyes
o particularidades fisiológicas como la naturaleza del sistema sensorial, el estado fisiológico del
sujeto, la edad o las áreas corticales gnósticas; psicológicas como la motivación, la experiencia
pasada, la atención, la emotividad, la cultura etc., o mecánicas como el alejamiento del objeto, las
condiciones físicas del medio”.
3. Algunos autores como Mayoral (1982 citado por Cárdenas Vélez, 2.000, p.
36), describen la percepción como: “Un proceso integrador en el que se distinguen
algunas fases temporales, entendiendo que la percepción sigue a la sensación y
es la encargada de originar formas mentales en el cerebro que suponen las
representaciones internas del mundo exterior y hacen posible el conocimiento”.
En esta línea podemos hablar de un sistema sensorioperceptivo en el que
se pueden distinguir dos fases:
a. La recepción de los estímulos por obra de los órganos de los sentidos.
b. El análisis de las sensaciones basándose en los datos de la memoria y
gracias a la motivación.
Estos dos momentos son inseparables en la práctica, porque el análisis
seguiría inmediatamente a la recepción. Pittera & Riva, (1980).
Roca (1991), señala que la mejor manera de entender qué es la percepción
surge de tomar el criterio del comportamiento como criterio de organización de la
naturaleza humana. Para este autor, percibir es un comportamiento como lo es
sentir, y ambos son aceptaciones de la naturaleza humana. La sensación
describiría la reactividad de los sentidos a los cambios de energía, y la percepción
describiría la condicionalidad reactiva en función de la historia individual de
estimulación. La percepción, entonces, supone una secuencia de acontecimientos
que se inicia con la energía física o estímulo que activa los diversos receptores
sensoriales, tras lo cual se produce la transmisión de la información por las vías
sensoriales hasta los niveles superiores del sistema nervioso central. En éste
proceso de transmisión se transforma la energía propia de cada sentido en la
corriente electroquímica propia del impulso nervioso. Corbella1994, (citado por
Cárdena Vélez 2.000, p. 37), señala: “Si el individuo se encuentra en un estado de
activación o vigilia adecuado, el mensaje alcanza el nivel cortical donde se lleva a cabo un proceso
de recepción, selección y reorganización de la información. Llegado a este punto, el acto
4. perceptivo se convierte en un acto personal que trasciende la estricta sensorialidad y es
intrínsecamente subjetivo y humano. Finalmente, el acto perceptivo termina con la respuesta del
sujeto al estímulo. Esta respuesta puede modificar la situación del subsiguiente acto perceptivo y
modificar de esta forma la naturaleza de la relación”. No podemos establecer con el mismo
rigor la evolución de las percepciones, como las de los desarrollos tanto en el
ámbito fisiológico, anatómico e incluso cognitivo de las distintas etapas evolutivas.
Lo que sí podemos constatar, es que las percepciones elaboradas a partir de
datos sensoriales, y sujetas a un cierto número de particularidades fisiológicas y
psicológicas, son mejorables con la edad, al enriquecerse las experiencias. En
este sentido Rigal (1987), establece la edad como una de las particularidades
fisiológicas, junto con la naturaleza del sistema sensorial, las áreas corticales
gnósticas y el estado fisiológico del sujeto, que pueden actuar sobre las
percepciones y hacer que sean diferentes de un individuo a otro. Según este
autor, en cuanto a la particularidad a la edad, las percepciones son mas completas
y selectivas a medida que el individuo va haciéndose mayor y los receptores van
perfeccionándose.
ESTRUCTURA GENERAL DE LA RESPUESTA MOTRIZ
El sistema nervioso está dividido en dos grandes partes: el sistema
nervioso central (S.N.C.) y el sistema nervioso periférico (S.N.P.) El primero está
compuesto esencialmente del encéfalo y de la médula espinal, y se encuentra
situado en la caja craneal y en el canal raquídeo que lo protegen. El segundo
comprende las prolongaciones nacidas del primero, los nervios craneales y
raquídeos, que aseguran el enlace entre el sistema nervioso central y los efectos
musculares o grandulares, y los receptores sensoriales.
Dos grandes estructuras rigen del funcionamiento general del sistema
nervioso: los centros nerviosos, que forman la sustancia gris, y las vías nerviosas
que forman la sustancia blanca, constituidas por las fibras nerviosas salidas de los
cuerpos celulares de las neuronas reagrupadas en la sustancia gris. Existe una
5. unión funcional entre ambas. El sistema nervioso funciona gracias al impulso
nervioso. Las vías que transportan el impulso nervioso de los centros hacia la
periferia se llaman descendentes, motrices o eferentes; se dividen en vías
somáticas destinadas a los músculos esqueléticos y en vías autónomas que van a
los músculos lisos, órganos, glándulas y músculo cardíaco. Las vías autónomas
comprenden los sistemas simpáticos y parasimpáticos. Las vías que, en sentido
inverso, conducen al impulso nervioso de la periferia hacia los centros nerviosos
se denominan ascendentes, sensitivas o aferentes: reagrupan las vías somáticas,
viscerales y sensoriales de las sensibilidades exteroceptiva (proveniente del medio
exterior), propioceptiva (nacidas de los huesos, articulaciones y músculo) e
interoceptiva (procedente de las vísceras). La actividad neural central transforma
las aferencias en eferencias mediante tratamientos sucesivos e integrado con el
fin de adaptar la acción a las características del medio, o también las utiliza en
alguna actividad intelectual.
El sistema nervioso central es el intermediario entre los órganos
sensoriales y los efectores musculares. Se le puede considerar un canal de
comunicación cuya eficacia depende de la cantidad y de la organización de los
circuitos sinápticos.
En el recién nacido, el número de sinapsis es considerable, y a través de la
relación del organismo con el entorno, cierta cantidad de ellas se establece como
automatismos motores disponibles. La estabilización funcional de los
automatismos aprendidos y, sobre todo, la posibilidad de que éstos vuelvan a ser
utilizados en otras circunstancias depende de la actividad de descubrimiento del
organismo. En consecuencia, debe permitírsele al sujeto ejercitar su experiencia
de ajuste para alcanzar esta organización. Se establece de este modo una
relación entre las partes del sistema nervioso y del cuerpo que funcionan como un
todo en el origen del comportamiento y del carácter del individuo.
6. Siguiendo los aportes de Le Boulch (1991, p.42) referido a las bases
neurofisiológicas del aprendizaje motor: “El aprendizaje es el resultado de la confrontación
del organismo y del entorno dentro del proceso de adaptación. El canal de comunicación está
representado por el sistema nervioso central, que es el intermediario entre los órganos sensoriales
y los efectores musculares. El procesamiento de la información sensorial, en el origen de la
respuesta motriz, puede localizarse en tres niveles diferentes de organización, pudiendo originar
tres tipos de respuestas motrices: reflejas, automáticas e intencionales”.
En el ser humano, los automatismos vinculados a las funciones de relación
deben estar organizados basándose en la experiencia motriz de cada uno. Esto
significa que no existe un programa motor establecido en el nacimiento, sino
simplemente potencialidades estructurales considerables, teniendo en cuenta la
multiplicidad de relaciones dinápticas posibles. Por ello, y a medida que aumenta
la maduración de las estructuras, la experiencia de adaptación provee al sujeto de
un programa de respuestas automáticas que le permite afrontar situaciones ya
vivenciadas globalmente. Nuestro objetivo es el de precisar el mecanismo de
adquisición de estos automatismos con el fin de definir un desarrollo coherente del
aprendizaje.
Aunque las anteriores distinciones entre sensación y percepción quedan
bastante claras sobre el papel, en la realidad, esta línea divisoria no parece poder
delimitarse con tanta claridad.
A continuación revisaremos algunas aproximaciones, que los autores hacen
del movimiento:
El movimiento, ha dicho Wallon 1965, (citado por Lora Risco 1991, p.49):
“Constituye una fuente inagotable de experiencias, origen de conocimientos y afectos que al
exteriorizarse se convierten en el lenguaje primero de la expresión del hombre: lenguaje que
conforme se va perfeccionando y enriqueciendo va constituyéndose en la mejor vía de relación con
el mundo de seres y objetos”. Entre los autores que iniciaron sus actividades en el
campo de la reeducación podemos citar a Guilmain, quien, partiendo de los
trabajos de Wallon, estableció las relaciones entre la función tónica y las funciones
7. cinestésicas, y entre éstas y los efectos del carácter, y definió tipos psicomotores
en relación con el temperamento.
En relación con la marcha pedagógica, Vayer, (citado por Lora Risco,1991,
p. 93) señala: “La necesidad de establecer una correspondencia amplia y profunda entre ésta y
las etapas del desarrollo del niño. Asimismo, demanda la actitud objetiva del educador y establece
pautas, leyes pedagógicas, psicológicas, leyes generales y especificas de la educación
psicomotriz”. Finalmente, analiza exhaustivamente la acción educativa y las
relaciones entre la actitud del adulto y las necesidades del niño. Para nuestro
temática se sugiere de manera muy especial atender a la visión de deporte
educativo que señala Le Boulch en su libro "El deporte educativo" Psicocinética y
aprendizaje motor. El deporte educativo se basa en el análisis funcional de los
factores que inciden en el resultado, al respecto Le Boulch (1991 p.21) señala:
”Tomando como base las pruebas atléticas (carreras, salto, lanzamientos), el análisis funcional
basado en datos biológicos y psicológicos nos ha permitido poner en evidencia dos conjuntos
funcionales que intervienen en el resultado deportivo:
- Los factores psicomotrices y los factores de ejecución, (elementos
efectores de la respuesta motriz).
Este análisis nos permite distinguir en la respuesta motriz:
- Un elemento cualitativo, que depende del valor funcional del sistema
nervioso central, elemento de elaboración y de decisión del acto motor.
- Un elemento cuantitativo de rendimiento, representado por las
características propias de determinadas funciones periféricas:
- Función de nutrición (digestión, excreción, respiración, circulación) para
la resistencia en todas sus manifestaciones.
- Función muscular para la fuerza y para determinados aspectos de la
velocidad de ejecución.
8. Bien entendido que tal distinción no implica que exista una ruptura entre los
dos conjuntos funcionales. La utilización óptima de los factores de ejecución
requiere un determinado modo de intervención del sistema nervioso central.
Recíprocamente, el nivel de los factores de ejecución interviene en la
programación de la respuesta. Considerado como un trabajo corporal de base, "El
deporte educativo señala Le Boulch (1991, p.26): ”Debe permitir la estructuración del
esquema corporal hasta un nivel de organización que haga posible el aprendizaje cognitivo" . Este
desarrollo funcional implica la evolución de la función de ajuste y la puesta en
marcha de la función de interiorización, que permite pasar del estadio de cuerpo -
vivido al de cuerpo - percibido, y luego al de cuerpo - representado. Los juegos de
reglas deben conducir progresivamente al niño a conciliar su libertad de ajuste y
sus iniciativas propias, con el respeto necesario a las limitaciones impuestas por
las reglas, y luego por las exigencias de la cooperación.
Según el pensamiento de Lora Risco (1991,p.47), "El deporte educativo preserva
su esencia lúdica, originada en el placer funcional, en el placer del esfuerzo y en gozo de la
creatividad, todo lo cual surge del natural deseo de superación, es decir compromete al ser entero,
psicobiológico y psicosocial, y con ello el cuerpo asume la dignidad que le corresponde".
LA ALEGRÍA DE CONTEMPLAR Y CONOCER,
ES EL REGALO MÁS HERMOSO DE LA NATURALEZA.
(ALBERT EINSTEIN)