2. • Recientemente se ha celebrado los 100 años de la muerte de san Ezequiel Moreno Díaz, un
«obispo molesto», como lo ha titulado don José María Aramburu, un santo polémico por la
claridad y contundencia de sus pastorales.
A orillas del Ebro, en Alfaro, pequeña ciudad agrícola de la Rioja (España), el modesto sastre
Félix Moreno y su mujer, Josefa Díaz, tuvieron seis hijos, cuatro mujeres y dos varones.
Ezequiel, el segundo varón y cuarto de los hermanos, nació el 9 de abril de 1848. Era un niño
inteligente, sumamente responsable, sereno y constante. Asistió a la escuela con regularidad.
Le encantaba jugar con sus compañeros al tejo y a la pelota. Pero en las fiestas del pueblo se
privaba de las vaquillas para acompañar a un niño enfermo, despuntaba ya su inmensa caridad.
Aficionado al canto, tenía una excelente voz y se acompañaba bien con la guitarra.
Cuentan que siendo Ezequiel muy pequeño le preguntaron en el convento qué iba a ser de
mayor. « i Fraile! », contestó. « ¡Tú, fraile! ¡Tan calandrajo!». Pero él, sin inmutarse solucionó
el problema. “Me pondré un sombrero de copa para ser más alto”. El 21 de septiembre de
1864, a sus 16 años, ingresa en el noviciado para aprender a ser agustino recoleto, como lo era
su hermano Eustaquio, buen violinista, por cierto. Acababa de morir su padre y la familia había
quedado en situación económica muy precaria; pero la madre lo ofrendó generosamente. Un
año después, Ezequiel profesa y hace voto de ir como misionero a Filipinas.
En 1869, sin terminar los estudios, parte para aquellas tierras, donde es ordenado sacerdote.
Es un joven de 23 años lleno de energía espiritual y de ilusión. Su amor al Señor, y la
convicción de ser apóstol, va a constituir de manera absorbente el único motivo de su
actividad.
3. • Semblanza de san Ezequiel Moreno
San Ezequiel Moreno. Fraile, obispo y
misionero
Obras Completas IV
Obras Completas III
Obras Completas II
Obras Completas I
Ezequiel Moreno. Santo de tres
continentes
El santo de Alfaro
4. • Hace casi un año conocí una mujer de quien me enamoré, pocos
meses después ella fue diagnosticada con cáncer, lamentablemente
como mucha gente yo también tenía una percepción negativa de la
enfermedad, esto por que en mi familia varios han padecido y
sucumbido ante esta terrible enfermedad. Después de algunas
opiniones de médicos muy pesimistas yo no supe que hacer con mis
manos y me refugié en la fe de la cual había estado ajeno. Es aquí
cuando conocí la historia de San Ezequiel Moreno, le recé todos los
días durante ya casi un año, sigo rezándole y seguiré agradeciéndole
por el resto de mi vida, por muy cansado que esté todos los días le pido
por la salud de ella.
• Hace un tiempo el médico le dijo que su cáncer estaba en recesión y no
hay necesidad de más quimioterapias ni nada.
• Aunque su estado de salud es de cuidado, podemos decir felices que
ya no tiene cáncer. Yo le atribuyo el milagro a San Ezequiel Moreno.
• Si tú tienes un familiar o alguien que quieres que tenga esta
enfermedad, te invito a rezarle a San Ezequiel Moreno y pedir por la
salud de ellos. No pierdas la fe, sigue rezando, por mucho que algunos
días parezcan negros y que nadie te escucha, sigue con más fuerza
aún, este santo te ayudará.
6. • Te damos gracias, Padre y Señor
nuestro, porque has querido darnos en S.
Ezequiel Moreno un acabado modelo de
fidelidad al Evangelio, un perfecto y
ardiente operario de su viña y un Pastor
según el Corazón de tu Hijo. Te
pedimos, por su intercesión, nos concedas
vivir con alegría nuestro testimonio
cristiano e imitar, sobre todo, su ardiente
amor a Ti y su plena disponibilidad al
servicio de la Iglesia y de los hombres.
7. Hechos importantes en la vida
de san Ezequiel moreno :
Formador de misioneros
En 1885 es nombrado prior del noviciado de Monteagudo (Navarra). Son tres años
de profundo influjo espiritual en los jóvenes. Cuidó mucho de la vida litúrgica, del
rezo coral de las Horas, de la vida comunitaria aspecto esencial de la religiosidad
agustiniana . Las epidemias del cólera y de viruelas extreman su atención y
delicadeza con los enfermos. Predica en los alrededores, participa en novenas...
Su gran amor a los pobres se califica de <casi exagerado». Hasta quinientas
raciones logra dar dos veces al día a los pobres, gracias en buena parte a las
privaciones de sus frailes.
En un mundo nuevo
En agosto de 1888 una nueva llamada: se necesitan voluntarios para Colombia.
«Hace tiempo que me parece que el Señor me llama para esta misión». Con siete
compañeros, en los primeros días de 1889, llegaba el padre Ezequiel a Bogotá. Le
esperaba una labor ardua. Vive en la capital de la república cinco años de
intensísima actividad, que brota del manantial fecundo de su vida espiritual, sin
otras miras que los intereses de Cristo (Fl 2,21). Predica, confiesa, atiende a
enfermos incansablemente. Austero e intachable, adquiere fama de predicador
lleno de piedad y de unción.
8. • Una luz en lo alto
Sus cartas pastorales resonaron con fuerza en todo el país.
Los liberales se burlan de su doctrina, la ridiculizan. Todo eso
conmueve el alma ardorosa de¡ padre Ezequiel. Él los
desenmascara. En pago lo convertirán en blanco de diatribas
y persecuciones. «Ahora toda la saña de esos periódicos es
contra mí>>. Me han puesto y me ponen de vuelta y media.
Números enteros no contienen otra cosa que insultos contra
mí. ¡Bendito sea Dios!». Pero el obispo no claudicará ante la
difamación o el insulto.
Por el contrario, los fieles de la diócesis y otros muchos
cristianos, sacerdotes y obispos, le prestaron adhesiones
entusiastas. Lo doloroso fue sufrir la incomprensión y, en
ocasiones, la persecución de algún obispo o las advertencias
provenientes de Roma (en concreto, de Mons. Ragonesi).
Para quien la sumisión a la voz de la Iglesia era un postulado
básico de vida espiritual, esto constituyó una tortura íntima. La
más lacerante.
9. • Casanare: «Una sola alma vale más que la vida de¡ hombre»
. El padre Ezequiel piensa en aquellas gentes. En cuanto le es posible recorre las
inabarcables planicies acompañado de tres religiosos. Explora, visita enfermos, administra
sacramentos, regula matrimonios. Conservamos ocho cartas como testimonio de su labor
misionera y que ya entonces conmovieron la conciencia de Colombia y contagiaron su
preocupación por tantos infieles.
Roma, de acuerdo con el gobierno, erige el vicariato apostólico y le nombra su pastor. Es
una nueva etapa en la vida de nuestro santo. Allí según su propósito permanecería hasta la
muerte. «¡Quién me diera poder decir al exhalar mi último suspiro en una mala choza, o en
arenosa playa, o al pie de un árbol: ya no quedan infieles en Casanare. No llegaron a dos
años los transcurridos en Casanare, pero, con su estilo personal de total entrega, dejó una
huella imperecedera. Una pobre choza le sirve de palacio episcopal. Cuando no lo impide
la guerra, recorre misión, desafiando la lluvia torrencial y cualquier inclemencia. Como él
dirá, <<hago de obispo, de misionero y de sacristán>>. Porque, «una sola alma vale más
que la vida de¡ hombre».
Pasto: Una década de plenitud
En febrero de 1896 llegó a Casanare comunicación oficial de que monseñor Ezequiel
Moreno había sido nombrado obispo de Pasto. De 1896 a 1906, en diez intensísimos años
servirá a sus fieles con todos los medios a su alcance. El nuevo obispo vivió, como era su
costumbre, en máxima sencillez. Comida frugal y, en su alcoba, un jergón de paja. Se
preocupa de los colegios, lucha para que se imparta una formación católica, alienta la
llegada de misioneros, promueve el culto y las devociones, fomenta la construcción de
iglesias y santuarios, escribe y propaga cartas pastorales y desvela los ardides de la
propaganda antirreligiosa. Se convierte en el abanderado y símbolo de la defensa de los
valores cristianos en Colombia.