Los malos hábitos alimenticios obstaculizan la capacidad del cerebro para suprimir la sensación de ganas de comer cuando la persona ya ha ingerido suficientes alimentos, esto lleva inexorablemente a la obesidad.
3. Los malos hábitos alimenticios obstaculizan la
capacidad del cerebro para suprimir la sensación de
ganas de comer cuando la persona ya ha ingerido
suficientes alimentos, esto lleva inexorablemente a
la obesidad.