La Capilla Sixtina es famosa por sus pinturas al fresco realizadas por Miguel Ángel, que constituyen una de las obras maestras más grandiosas de la pintura universal. Miguel Ángel pintó la compleja decoración de la bóveda entre 1508 y 1512, dividiéndola en nueve tramos con escenas y figuras bíblicas. Más tarde, entre 1534 y 1541, pintó El Juicio Final en el testero del altar, una escena grandiosa compuesta por más de 400 figuras que narran el fin de los tiempos.
La Capilla Sixtina y sus obras maestras de Miguel Ángel
1. LA CAPILLA SIXTINA. LA OBRA UNIVERSAL
La Capilla Sixtina fue mandada construir por el papa Sixto IV, de ahí su nombre. Debe
su fama a las pinturas al fresco que la decoran, realizadas por Miguel Ángel, y que
constituyen, sin duda, una de las obras maestras más grandiosas de la pintura universal.
La compleja decoración de la bóveda
El artista comenzó a pintarla en 1508, sin
apenas ayudantes, y la terminó en 1512. Es
una y obra muy compleja, compuesta por un
gran número de escenas y figuras bíblicas y
mitológicas. Miguel Ángel organizó en la
bóveda un perfecto entramado
arquitectónico ilusionista, que dividió en
nueve tramos, y en ellos situó los distintos
pasajes del Génesis: La Creación de Adán,
el Pecado Original, etc.
2. El conjunto se completa con las figuras gigantescas de profetas del Antiguo Testamento,
como Daniel, Ezequiel o Jeremías, y de sibilas o profetisas, como las sibilas Casandra y
de Delfos.
El juicio final. Una obra grandiosa.
Años después, el papa Clemente VII le encargó la decoración del testero del altar
mayor. Allí, entre 1534 y 1541, Miguel Ángel pintó una de sus obras más conocidas: el
Juicio Final.
El conjunto forma una escena grandiosa, compuesta por más de 400 figuras que,
organizadas en tres registros horizontales, narran el fin de los tiempos y la segunda
venida de Cristo.
En el centro aparece Cristo juez, que premia a los buenos y castiga a los malos, y María,
rodeados de la corte celestial, formada por apóstoles, patriarcas, santos y mártires.
Debajo de ellos, unos ángeles con trompetas llaman a vivos y a muertos. En los
extremos superiores, unos ángeles transportan los instrumentos de la Pasión y, en los
extremos inferiores, los muertos resucitan y ascienden ayudados por los justos -
izquierda-, mientras que los condenados son arrastrados hacia el infierno -derecha-.