2. En la mitología griega, Hefesto (en griego ‘brillar’) es el dios del fuego y
la forja, así como de los herreros, los artesanos, los escultores, los
metales y la metalurgia. Era adorado en todos los centros industriales y
manufactureros de Grecia, especialmente en Atenas. Su equivalente
aproximado en la mitología romana era Vulcano.
Hefesto era bastante feo, lisiado y cojo. Incluso se dice que, al nacer,
Hera lo vio tan feo que lo tiró del Olimpo. Tanto es así, que caminaba con
la ayuda de un palo y, en algunas vasijas pintadas, sus pies aparecen a
veces del revés. En el arte, se le representa cojo, sudoroso, con la barba
desaliñada y el pecho descubierto, inclinado sobre su yunque, a menudo
trabajando en su fragua. La apariencia física de Hefesto indica
arsenicosis, es decir, envenenamiento crónico por arsénico que provoca
cojera y cáncer de piel. El arsénico se añadía al bronce para endurecerlo y
la mayoría de los herreros de la Edad de Bronce habrían padecido esta
enfermedad.
3. Hera, mortificada por haber parido tan grotesca descendencia, no tardó en
arrojarlo del Olimpo. Hefesto cayó durante nueve días y noches hasta el
mar, donde como él mismo cuenta en la Ilíada dos diosas del mar, la nereida Tetis
(madre de Aquiles) y la oceánide Eurínome, lo recogieron y lo cuidaron en la isla
de Lemnos, donde creció hasta convertirse en un maestro artesano.
Otras versiones afirman que fue su padre Zeus quien lo arrojó a causa de una
conspiración de Hera y Hefesto para derrocarlo, y en La Ilíada se narra que fue
porque liberó a su madre, que estaba presa con una cadena de oro entre la tierra
y el cielo tras una pelea con Zeus. Hefesto habría caído así en la isla de
Lemnos, quedando cojo y lisiado.
Tras haber fabricado tronos de oro para Zeus y otros dioses, Hefesto se vengó
elaborando uno mágico de diamante que envió como regalo a Hera. Cuando ésta
se sentó en él, quedó atrapada, incapaz de levantarse. Los demás dioses rogaron
a Hefesto que volviese al Olimpo y la liberase, pero él se negó, enfadado aún por
haber sido expulsado. Intervino entonces Dioniso, quien emborrachó a Hefesto y
lo llevó de vuelta al Olimpo a lomos de una mula. Hefesto, contrariado por la
treta y dueño de la situación, impuso severas condiciones para liberar a Hera, una
de las cuales fue contraer matrimonio con Afrodita.
4. Según la Ilíada la forja de Hefesto estaba en
el monte Olimpo, pero lo habitual era situarla
en el corazón volcánico de la isla egea de
Lemnos. Hefesto era identificado por los
griegos con los dioses-volcanes del sur de
Italia Adranos y Vulcano.
Hefesto fabricó muchos de los accesorios que
lucían los dioses.
5. Hefesto trabajaba ayudado por:
Cedalión era aprendiz en la forja de la isla de Lemnos. Allí
llegó el gigante Orión tras haber sido cegado por Enopión
como castigo por violar a una de sus hijas. Hefesto se
apiadó de él y le dio a Cedalión para que le sirviera de
lazarillo sentado en su hombro.
Dos Cabiros, Alcón y Eurimedón, hijos gemelos de
Hefesto, ayudaban a su padre en la forja de Lemnos.
Análogamente, los Palicos, también sus hijos gemelos, le
ayudaban en la forja de Sicilia.
Los tres Cíclopes inmortales y sus hijos trabajaban en la
fragua de Hefesto en la Isla Vulcano (cerca de Sicilia).
Las Kourai Khryseai .
6. Hefesto también creó diversas criaturas:
Según algunas fuentes, Talos, el gigante de bronce
que Zeus dio a Europa para que fuese el guardián de
Creta. Curiosamente, otros afirmaban que era Hefesto
el hijo de Talos, que éste era hijo de Cres (o el último
de una generación de hombres de bronce, surgidos de
los fresnos).
Las Kourai Khryseai (Κουραι Χρυσεαι, ‘doncellas
doradas’) eran dos autómatas de oro con la apariencia
de jóvenes mujeres vivas. Se decía que poseían
inteligencia, fuerza y el don del habla.Atendían a
Hefesto en su palacio del Olimpo.
La primera mujer, Pandora.