El documento describe diferentes tipos de pacientes difíciles, incluyendo hiperfrecuentadores, somatizadores, pacientes agresivos e incumplidores. Explica que la dificultad radica más en la relación que en el paciente, y se debe a factores como la enfermedad, personalidad, circunstancias y emociones. Recomienda mejorar la comunicación, aceptar los sentimientos del paciente, tener una actitud positiva y centrarse en aliviar su sufrimiento más que en su enfermedad.