2. Lavamos, pelamos, troceamos
y obtenemos la pulpa del
aloe.

3. Batimos la pulpa del aloe y reservamos.

4. Echamos la sosa en un recipiente de plástico-
protegiéndonos y al aire libre- y poco a poco, el agua.
Removemos, con cuchara de madera y en la misma
dirección, hasta que enfríe.

5. Poco a poco, vertemos el aceite y sin dejar de
remover en el mismo sentido. ¡Y a merendar!
Ahora vienen los turnos durante un buen rato.

6. No olvidamos echar la pulpa de aloe
y por último las tiras de adorno.
Vertemos el resultado en tetrabrik
de zumos y batidos y en botellas de
agua.
Éste será nuestro resultado pasados
unos días.

7. Y, entre tanto, disfrutamos de
suculentos manjares hechos con
productos naturales: pasteles de
calabaza, bizcochos de naranja y
aceite aromático.

8. Apretada la agenda, también
elaboran ,nuestros y nuestras
pupilas, su carpeta para recoger
el diario de trabajo.

9. Gracias a las familias, a
compañeros/as, a un gran y “apretado”
esfuerzo por nuestra parte y, ante
todo, al entusiasmo de nuestras niñas
y niñas.
¡Ay que
cansaita!
¡Pues aún
nos queda la
memoria!

10. Gracias a las familias, a
compañeros/as, a un gran y “apretado”
esfuerzo por nuestra parte y, ante
todo, al entusiasmo de nuestras niñas
y niñas.
¡Ay que
cansaita!
¡Pues aún
nos queda la
memoria!