Este documento presenta una compilación de pensamientos, reflexiones, historias y otros fragmentos literarios reunidos de diversas fuentes. El autor explica que su objetivo es recuperar las experiencias valiosas de quienes escriben para abonar a la intención de este repertorio de lecturas. Finalmente, invita al lector a encontrar en estos textos hojas de vida que los motiven y alienten a seguir adelante con ánimo y determinación.
2. Hojas de Vida
Presentación
Estas Hojas de Vida, son una compilación de pensamientos, reflexiones,
historias y otros fragmentos literarios, que he reunido de muy diversas
fuentes, dada la belleza, el mensaje y la creatividad que todos ellos
guardan. Estos documentos han circulado entre gente que gusta de leer,
conservar y compartir estas producciones; otros textos fueron extraídos de
algunos libros, revistas y periódicos, además de aquellos que en cantidad
importante están dispuestos en Internet.
He recopilado estos textos, porque cada uno refiere una historia singular,
tomada generalmente de la cotidianeidad, de los hechos habituales -y al
mismo tiempo extraordinarios- que día a día vivimos, de esos sucesos que
encuentran siempre al ser humano y son parte natural de su constante
andar.
Estas Hojas de Vida, pretenden, entre otros propósitos, recuperar la
experiencia valiosa de quienes escriben: connotados personajes de la
literatura que nos aportan enorme visión, talento, sensibilidad y creación
artística; pero también, hombres y mujeres comunes que bajo el
anonimato, materializan palabras que hablan de alegría, preocupación,
agradecimiento, tristeza, retos, miedo, infortunio, lucha, coraje, etc., pero
sobre todo, de sus aspiraciones por una vida dotada de felicidad y
plenitud.
Es prudente mencionar que varios de los textos integrados en esta
compilación, no necesariamente son anónimos, simplemente la autoría,
-indebidamente tal vez-, ha ido cediendo su valor al dominio popular,
ahora más amplio en el mundo, debido a la comunicación vertiginosa que
2 Pedro Arreola Coronel
3. Hojas de Vida
se da con las nuevas tecnologías de información. Cabe reconocer aquí, mi
ignorancia respecto de los autores de muchos de los documentos. No se
incomode entonces, quien lea este modesto trabajo, por tan severas faltas
y disfrute mejor de sus interesantes aportes.
En el ánimo de abonar a la intención de este repertorio de lecturas, encaja
mencionar que la pretensión legítima de vivir y ser mejores, a todos nos
identifica, y este anhelo innegable puede encaminarse sencillamente,
gracias a la socialización de las ricas experiencias que en este documento
se incorporan, razón que ha motivado el nombre de esta colección como
Hojas de Vida, porque llanamente, eso parecen ser, páginas que en
condiciones de contento y adversidad, promueven y fortalecen el amor, la
fe, la esperanza, la solidaridad, la amistad y en general, los mejores valores
que deben caracterizar al ser humano.
Dejo en sus manos este texto, deseando que les agrade, que le
encuentren algún provecho; esperando también, que cuando así sea
necesario, –casi siempre lo es-, recurran a él para que puedan tomar de
este árbol de vida, la hoja que los aliente y los motive a seguir andando
con ánimo, confianza y determinación, los senderos de claroscuros que
entretejen nuestra existencia.
Pedro Arreola Coronel
3 Pedro Arreola Coronel
4. Hojas de Vida
Índice
Lectura Pág.
Vive la vida, no permitas que se te escape 9
Amor de madre 10
Humildad 11
Amor o locura 12
Bordado de Dios 14
Buen consejo 15
Carta a un amigo 16
Carta a una mala amiga 18
Carta de un hijo a su padre 19
Carta de un padre a su hijo 20
Carta del cielo 21
Cerradura 22
La fórmula 23
El pato y la gata 23
¿Cómo creó Dios a la mujer? 24
Como el papel arrugado 25
Consejos para formar a un delincuente 26
Convivir con… 27
El alpinista 28
Una hora de tu tiempo 29
El verdadero amor 30
¿Cuánto vales? 31
La muñeca de sal 32
Cuento hindú 33
¿Culpable o inocente? 34
De una madre para su hija 35
Di “te amo” a tiempo 37
Dios y la esperanza 39
Es mejor ahora 40
Donando sangre 41
Dos bebés en el pesebre 42
Ecos 44
Educar a los hijos 45
Un verdadero amigo 45
El alacrán 46
El amor 47
El campesino chino 49
El carpintero 51
El cofre de vidrio roto 52
El corazón más hermoso 54
La riqueza 55
4 Pedro Arreola Coronel
5. Hojas de Vida
Lectura Pág.
El destino 56
El elefante 58
El error más grande 59
El inventario de las cosas perdidas 60
El naufragio 62
El padre bueno y el buen padre 63
El perfume de la maestra 64
Cosas de importancia 66
El pescador 67
La fórmula 68
El peso del rencor 69
El valor de una sonrisa 70
El Principito (Capítulo 21) 71
Arriesgarse a vivir 75
El ruido de la carroza 76
El sol 77
¿A cuál de tus hijos quieres más? 78
El valor de la ayuda 79
Empleo vacante 82
De niño a hombre 83
Entrevista con Dios 84
¿Eres una razón, una estación o toda una vida? 87
Estrellas y cometas 88
Amigo 89
Fabricando un padre 90
Pedir a Dios 91
Día de Graduación 92
Grandeza 93
Hablar con el muchacho… 94
Haz el bien sin mirar a quién 95
Historia de la verdad 96
Hojas 97
Los sentimientos y las opiniones 98
Instantes 99
Instrucciones para la vida 100
Juzgar 101
La botella 102
Las seis palabras más importantes 103
La caja vacía 104
La cara que pones 105
La cruz pesada 106
5 Pedro Arreola Coronel
6. Hojas de Vida
Lectura Pág.
El campesino y el burro 107
Cambiar 107
La historia de Jerry 108
La juventud 110
La marioneta 111
La oración de la maestra 113
La paradoja de nuestra vida moderna 114
La paz perfecta 117
La perla 118
La regla de oro 120
La rosa de Rilke 121
Las cuatro esposas 122
Las huellas 124
Las tres bardas 125
Leyenda árabe 126
Lo puedes lograr 127
¿Lo tienes todo? 128
Lo urgente contra lo importante 130
Mamás 132
¿Me vas a ayudar? 134
Mi viejo 136
Mujer 138
Navidad 139
Pensar creativamente 140
Perros, gatos, ratones y niños 141
Piedras 142
¿A quién quieres más? 143
¿Qué color eres? 144
¿Qué es un niño? 148
Reflexiones sobre los niños 149
Amar 152
Rosas rojas para ella 153
Riqueza 154
Seres especiales 155
Si me voy antes que tú 157
Estaba recordando 158
¡Por favor Dios sólo tengo 17 años! 159
A mis hijos 160
Su majestad el alcohol 161
Tan cerca de Dios 162
Una simple historia de amor 162
Te deseo lo suficiente 163
¿Ya no quieres vivir? 164
6 Pedro Arreola Coronel
7. Hojas de Vida
Lectura Pág.
¿Tendrás tiempo? 165
Todo pasa 166
Todo tiene una razón de ser 168
Todos tenemos grietas 169
Tu otra ala 170
Un almuerzo con Dios 171
Un ángel 172
Un anillo de compromiso 174
El niño pequeño 175
Las líneas paralelas 177
Un sueño 178
Brillo de amor 179
Un vaso de leche 180
¿Vida o muerte? 181
Una buena cátedra 182
Una historia en blanco y negro 184
Un último beso 185
Reportándose 187
A mi hijo 189
A mis amigos 190
A todos los padres del mundo 191
Abecedario del amigo 192
Que tu vida esté plena de... 193
Acuérdate de lo bueno 194
¡Alégrate! 195
Agradecimientos 196
Algunas maneras de amargarte la vida 197
Aprender 198
Cosas de importancia 199
Con el tiempo 200
De corazón a corazón 202
Hoy 203
Defensa a la alegría 204
Desiderata 205
Desierto 206
Diario inconcluso 207
Es mejor ahora 208
Diez Mandamientos para ser buenos padres 209
¿Vivo? 212
El abrazo 213
El arte del matrimonio 214
El éxito 215
7 Pedro Arreola Coronel
8. Hojas de Vida
Lectura Pág.
El loro que pedía libertad 216
El más lleno de bendiciones 217
El verdadero disfrute 217
El mejor día de mi vida 218
El nuevo año 219
Propósitos para el año nuevo 219
Jamás serás buen maestro 220
¿Qué es una niña? 221
Parábola de la educación 222
El presente 223
Dar 224
Lo que piensa un hijo del padre 225
No oyes ladrar a los perros 226
El valor del tiempo 230
En busca de la razón 231
Enamórate de alguien 233
La Misión 233
Nunca dejar de ser 234
Dónde buscar 235
Aprendí 236
Enseñar a los niños 238
Es bueno saber 239
Escalera de la vida 240
Es viernes por la noche 241
La cigarra y la hormiga 243
La promesa cumplida 243
Ganador o Perdedor 244
Hablar y callar 245
Hoy es el día 246
Lo prefiero hoy y no mañana 247
Cerrando círculos 248
Gracias 250
Carta 251
Una estrella especial para ti 253
La razón y la pasión 254
El árbol confundido 255
Honremos a la vida 256
El secreto de la felicidad 257
El trabajo 258
La lucha 259
Todo lo que necesito saber lo aprendí en el kinder 260
Trece líneas para vivir 261
Sólo por hoy 262
8 Pedro Arreola Coronel
9. Hojas de Vida
Vive la vida, no permitas que se te escape.
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz,
sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el
derecho a expresarte, que es, casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes
de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de
pasión.
La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos
convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Tú puedes
aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un
silencio espantoso. No te resignes. Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo", dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero no podemos
remar en contra de nosotros mismos. Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte. Las experiencias de quienes nos
precedieron de nuestros "poetas muertos", te ayudan a caminar por la
vida. La sociedad de hoy somos nosotros. Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas...
Walt Whitman
9 Pedro Arreola Coronel
10. Hojas de Vida
Amor de madre.
Un artículo en National Geographic, varios años atrás, mostraba una foto
impactante de las alas de Dios…
Después de un incendio forestal en el Parque Nacional de Yellowstone, los
guardabosques iniciaron una larga jornada montaña arriba para valorar
los daños del incendio.
Un guardabosque encontró un pájaro literalmente petrificado en cenizas,
posado, cual estatua en la base de un árbol. Un poco asombrado por el
espeluznante espectáculo, dio unos golpecitos al pajarillo con una vara.
Cuando lo hizo, tres diminutos polluelos se escabulleron bajo las alas de su
madre ya muerta.
La amorosa madre, en su afán de impedir el desastre, había llevado a sus
hijos a la base del árbol y los había acurrucado instintivamente bajo sus
alas, conociendo que el humo tóxico ascendería.
Ella podía haber volado para encontrar su seguridad, pero se había
negado a abandonar a sus bebés.
Cuando las llamas llegaron y quemaron su pequeño cuerpo, ella
permaneció firme. Porque había decidido morir para que aquellos que
estaban bajo sus alas pudiesen vivir.
10 Pedro Arreola Coronel
11. Hojas de Vida
Humildad.
En una tumba humilde del pequeño cementerio de Ábrego, el que sabe
leer donde no hay nada escrito puede leer esto:
- Aquí, por fin, descanso.
Fui mujer, que era ser poco. Fui campesina, que era ser menos. Fui pobre,
que era ser nada.
Amé a un hombre, y él, quizás me amó. Un año sí y otro no, le di hijos. Un
año no y el otro sí, se me morían. Así, me quedaron sólo seis.
No hice pues en la vida otra cosa que amar a un hombre y tener hijos.
También les di de comer y les lave la ropa. También les mojaba los labios y
la frente cuando ardían en calentura. También, cuando mis hijos se morían,
estaba junto a ellos y oí que en el último aliento me decían “mamá”. Ellos,
que siempre me habían dicho “madre”. Mi marido también cuando murió
dijo “mamá”. Pienso si acaso me lo diría a mí.
Como se ve, no hice muchas cosas en la vida.
Pero sé que si no fuera por mí y por muchas otras mujeres como yo, la vida
no podría seguir.
Armando Fuentes Aguirre (A. F. A.) “Catón”
11 Pedro Arreola Coronel
12. Hojas de Vida
Amor o locura.
Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los
sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando El Aburrimiento había
bostezado por tercera vez, La Locura, como siempre tan loca, les propuso:
- ¿Vamos a jugar a las escondidas?
LA Intriga levantó la ceja intrigada y La Curiosidad, sin poder contenerse
preguntó: ¿A las escondidas? y ¿cómo es eso?
"Es un juego" explicó La Locura, en que yo me tapo la cara y comienzo a
contar desde uno hasta un millón, mientras ustedes se esconden; cuando
yo haya terminado de contar, al primero de ustedes que encuentre,
ocupará mi lugar para continuar el juego. El Entusiasmo bailó secundado
por La Euforia, La Alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a La
Duda, e incluso, a La Apatía, a la que nunca le interesaba nada.
Pero no todos quisieron participar, La Verdad prefirió no esconderse. ¿Para
qué?, si al final siempre la hallaban, La Soberbia opinó que era un juego
muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido
de ella) y La Cobardía prefirió no arriesgarse...
- Uno, dos, tres... comenzó a contar La Locura.
La primera en esconderse fue La Pereza, que como siempre se dejó caer
tras la primera piedra del camino; La Fe subió al cielo y La Envidia se
escondió tras la sombra del Triunfo, que con su propio esfuerzo había
logrado subir a la copa del árbol más alto. La Generosidad casi no
alcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso
para alguno de sus amigos:
-¿Que si un lago cristalino? ideal para La Belleza;
-¿Que si la rendija de un árbol? perfecto para La Timidez;
-¿Que si el vuelo de la mariposa? lo mejor para La Voluptuosidad;
-¿Que si una ráfaga de viento? magnífico para La Libertad.
Así terminó por ocultarse en un rayito de sol. El Egoísmo en cambio,
encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo, pero
sólo para él. La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (¡mentira!,
en realidad se escondió detrás del arcoíris) y La Pasión y El Deseo en el
centro de los volcanes. El Olvido... se me olvidó donde se escondió, pero
no es lo importante. Cuando La Locura contaba 999,999, El Amor, aún no
12 Pedro Arreola Coronel
13. Hojas de Vida
había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba
ocupado, hasta que divisó un rosal y enternecido decidió esconderse
entre sus flores.
- ¡Un millón!, contó La Locura, y comenzó a buscar.
La primera en aparecer fue La Pereza sólo a tres pasos de una piedra.
Después, se escuchó La Fe discutiendo con Dios en el cielo sobre
Zoologma; La Pasión y El Deseo los sintió en el vibrar de los volcanes. En un
descuido encontró a La Envidia y claro, pudo deducir donde estaba El
Triunfo. El Egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solito salió disparado de su
escondite, que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar,
sintió sed y al acercarse al lago descubrió a La Belleza. Con La Duda
resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin
decidir aún de qué lado esconderse. Así fue encontrando a todos, El
Talento entre la hierba fresca; a La Angustia en una oscura cueva; a La
Mentira detrás del arcoíris, (mentira, si ella estaba en el fondo del océano)
y hasta El Olvido, que ya se le había olvidado que estaba jugando a los
escondidos; en cambio El Amor no aparecía por ningún sitio.
La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta,
en la cima de las montañas y cuando estaba por darse por vencida divisó
un rosal y las rosas. Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas,
cuando de pronto un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido
en los ojos al Amor; La Locura no sabía que hacer para disculparse, lloró,
rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a los escondidos en la
tierra:
“El Amor es ciego y La Locura… siempre lo acompaña”
13 Pedro Arreola Coronel
14. Hojas de Vida
Bordado de Dios.
Cuando yo era pequeño, mi mamá solía coser mucho. Yo me sentaba
cerca de ella y le preguntaba qué estaba haciendo. Ella me respondía
que estaba bordando.
Yo observaba el trabajo de mi mamá desde una posición más baja que
donde estaba sentada ella, así que siempre me quejaba diciéndole que
desde mi punto de vista lo que estaba haciendo me parecía muy confuso.
Ella me sonreía, miraba hacia abajo y gentilmente me decía:
- Hijo, ve afuera a jugar un rato y cuando haya terminado mi bordado te
pondré sobre mi regazo y te dejaré verlo desde mi posición.
Me preguntaba porqué ella usaba algunos hilos de colores oscuros y
porqué me parecían tan desordenados desde donde yo estaba. Unos
minutos más tarde escuchaba la voz de mi mamá diciéndome:
- Hijo, ven y siéntate en mi regazo.
Yo lo hacía de inmediato y me sorprendía y emocionaba al ver la hermosa
flor o el bello atardecer en el bordado. No podía creerlo; desde abajo se
veía tan confuso.
Entonces mi mamá me decía:
- Hijo mío, desde abajo se veía confuso y desordenado, pero no te dabas
cuenta de que había un plan arriba. Había un diseño, sólo lo estaba
siguiendo. Ahora míralo desde mi posición y sabrás lo que estaba
haciendo.
Muchas veces a lo largo de los años he mirado al Cielo y he dicho:
- Padre, ¿qué estás haciendo?
El responde:
- Estoy bordando tu vida.
Entonces yo le replico:
14 Pedro Arreola Coronel
15. Hojas de Vida
- Pero se ve tan confuso, es un desorden. Los hilos parecen tan oscuros,
¿por qué no son más brillantes?
El Padre parecía decirme:
- Mi niño, ocúpate de tu trabajo, haciendo yo el mío, un día te traeré al
cielo y te pondré sobre mi regazo y verás el plan desde mi posición.
Entonces entenderás...
Buen consejo.
Recuerdo que un invierno mi padre necesitaba leña, así que busqué un
árbol muerto y lo corté. Pero luego, en la primavera, vio desolado que al
tronco marchito de ese árbol le brotaron renuevos.
Mi padre dijo:
- Estaba yo seguro de que ese árbol estaba muerto. Había perdido todas
las hojas en el invierno. Hacía tanto frío, que las ramas se quebraban y
caían como si no le quedara al viejo tronco ni una pizca de vida. Pero
ahora advierto que aún alentaba la vida en aquel tronco.
Y volviéndose hacia mí, me aconsejó:
- Nunca olvides esta importante lección: ¡Jamás cortes un árbol en
invierno. Jamás tomes una decisión negativa en tiempo adverso.
Nunca tomes las más importantes decisiones cuando estás en tu peor
estado de ánimo. Espera. Sé paciente. La tormenta pasará. Recuerda que
la primavera volverá.
Robert Schuller
15 Pedro Arreola Coronel
16. Hojas de Vida
Carta a un amigo.
No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida, ni tengo
respuestas para tus dudas o temores, pero puedo escucharte y buscarlas
junto contigo.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro, pero cuando me necesites
estaré junto a ti.
No puedo evitar que tropieces, solamente puedo ofrecerte mi mano para
que te sujetes y no caigas.
Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos, pero disfruto sinceramente
cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomas en la vida. Me limito a apoyarte, a
estimularte y a ayudarte si me lo pides.
No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar, pero sí te
ofrezco el espacio necesario para crecer.
No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parte el corazón,
pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quién eres, ni quién deberías ser, solamente puedo
quererte como eres y ser tu amigo.
En estos días oré por ti… En estos días me puse a recordar a mis amistades
más preciosas.
Soy una persona feliz: tengo más amigos de lo que imaginaba.
Eso es lo que ellos me dicen, también me lo demuestran.
Es lo que siento por todos ellos.
Veo el brillo en sus ojos, la sonrisa espontánea y la alegría que sienten al
verme.
Y yo también siento paz y alegría cuando los veo y cuando hablamos; sea
en la alegría o sea en la serenidad, en estos días pensé en mis amigos y
amigas y, entre ellos, apareciste tú.
16 Pedro Arreola Coronel
17. Hojas de Vida
No estabas arriba, ni abajo ni en medio.
No encabezabas ni concluías la lista.
No eras el número uno, ni el número final.
Lo que sé, es que te destacabas por alguna cualidad que transmitías y con
la cual desde hace tiempo, se ennoblece mi vida.
Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero, el segundo o el tercero
de tu lista.
Basta que me quieras como amigo.
Entonces entendí que realmente somos amigos.
Hice lo que todo amigo: Ore... y le agradecí a Dios que me haya dado la
oportunidad de tener un amigo como tú. Era una oración de gratitud: Tú
has dado valor a mi vida.
Jorge Luis Borges
17 Pedro Arreola Coronel
18. Hojas de Vida
Carta a una mala amiga.
Querida amiga: sé que cuando recibas esta carta no te afectará lo que
pongo en ella, ya que seguirás teniendo tantos admiradores como por
desgracia siempre has tenido.
Cuando nos presentaron apenas me gustaste. Fue el paso de los días, lo
que hizo que poco a poco me gustase cada vez más estar contigo. Ya no
me conformaba con verte sólo los fines de semana, sino que también salía
a tu encuentro cualquier día.
Fue tanto el gusto que le cogí a nuestra relación, que ya apenas salía con
mis compañeros. Poco a poco me fui apartando de ellos, unos porque no
te querían y me aconsejaban que te dejara, y otros porque también
estaban enamorados de ti y no quería compartirte con ellos.
Nuestra relación cada vez se hacía más íntima; ya no vivía sino para ti. Mi
primer error fue dejar de lado a mi familia. Más tarde y también por tu
culpa, perdí mi trabajo porque no le prestaba la atención suficiente;
terminaron por despedirme, pero nuestra relación seguía hacia adelante.
Era tal la dependencia que tenía por ti, que ya apenas podía hacer nada
si no te tenía a mi lado.
Con todo hay que añadir el tren de vida al que me tenías sometido. Pronto
tuve que robar para poder estar juntos, aunque tú, no contenta con lo que
estabas haciendo de mi vida, cada vez me exigías más y más.
Has deteriorado mi vida, mi salud, mis proyectos, mi libertad.
Gracias a Dios me he dado cuenta a tiempo de que tu relación sólo me
trae desgracias. Es por eso que he decidido escribirte estas líneas para
romper definitivamente, con la esperanza de que todo aquel que lea esta
carta y tenga la desgracia de haberte conocido, pueda darse cuenta a
tiempo de que también destrozará su vida.
¡Hasta nunca!
P.D. Si tienes la desgracia de conocerla y tu amor por ella te impide
dejarla, pide ayuda, y sobre todo no se la presentes a ningún amigo que
quieras de verdad.
Ella es… la droga.
18 Pedro Arreola Coronel
19. Hojas de Vida
Carta de un hijo a su padre.
No me des todo lo que te pida. A veces sólo te pido para ver hasta cuánto
puedo tomar.
No me grites. Te respeto menos cuando lo haces; además, me enseñas a
gritar a mí también y no quiero hacerlo.
No me des siempre órdenes, yo haría las cosas más rápido y con más gusto
si me hablaras de otra manera.
Cumple tus promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio, dámelo,
pero también cuando se trate de un castigo.
No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o hermana, si
me haces lucir mejor que los demás alguien va a sufrir y si me haces lucir
peor, seré yo quien sufra.
No cambies tu opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer, decídete y
mantén esa decisión. Déjame valerme por mí mismo. Si tú haces todo por
mí, yo nunca podré aprender.
No digas mentiras delante de mí, ni siquiera para evitarme un castigo,
porque me enseñas a mentir.
No me pidas que mienta por ti, aunque fuere para sacarte de un apuro,
me haces sentir mal y perder la fe en lo que dices. Cuando hago algo
malo, no me exijas que te diga el "por qué lo hice", a veces ni yo mismo lo
sé.
Cuando estés equivocado en algo, admítelo, crecerá la opinión que
tengo de ti y me enseñarás a reconocer mis equivocaciones.
Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus
amigos, ya que porque somos familia, no quiere decir que no podamos ser
amigos.
No me pidas que haga una cosa si tú no la haces. Yo aprenderé y siempre
haré lo que tú hagas, aunque no lo digas, pero nunca haré lo que tú digas
y no hagas.
19 Pedro Arreola Coronel
20. Hojas de Vida
Cuando te cuente un problema mío, trata de comprenderme y ayudarme,
y no digas "no tengo tiempo para tonterías" o "eso no tiene importancia".
¡Quiéreme y dímelo! A mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no lo creas
necesario.
¡Abrázame!, necesito sentirte mi amigo y compañero a toda hora.
Carta de un padre a su hijo.
Durante el tiempo que vivas en esta casa, seguirás las reglas. Cuando
tengas tu propia casa, puedes hacer tus propias reglas.
En esta casa no tenemos democracia.
No hice campaña para ser tu padre. Tú no votaste por mí.
Somos padre e hijo por la gracia de Dios. Y acepto ese privilegio y gran
responsabilidad. Aceptándolo tengo la obligación de ejecutar el papel de
padre.
No soy tu cuate. Nuestras edades son muy diferentes. Podemos compartir
muchas cosas, pero no somos compañeros. Soy tu padre. Esto es cien
veces más que lo que es un compañero. También soy tu amigo, pero
estamos completamente en diferentes terrenos.
En esta casa harás lo que yo te diga, no me puedes alegar porque lo que
te pida que hagas, es motivado por amor. Esto te será difícil de entender
hasta que tengas un hijo propio. Hasta entonces confía en mí.
Tu padre.
Ricardo Montalbán
20 Pedro Arreola Coronel
21. Hojas de Vida
Carta del cielo.
Tú, que eres un ser humano, eres mi milagro. Y eres fuerte, capaz,
inteligente y lleno de dones y talentos. Cuenta tus dones y talentos.
Entusiásmate con ellos. Reconócete. Encuéntrate. Acéptate. Anímate. Y
piensa que, desde este momento, puedes cambiar tu vida para bien, si te
lo propones y te llenas de entusiasmo. Y sobre todo, si te das cuenta de la
felicidad que puedes conseguir con sólo desearlo.
Eres mi creación más grande. Eres mi milagro. No temas comenzar una
nueva vida. No te lamentes nunca. No te quejes. No te atormentes. No te
deprimas. ¿Cómo puedes temer, si eres mi milagro?
Estás dotado de poderes desconocidos para todas las criaturas del
universo. Eres único. Nadie es igual a ti. Sólo en ti está aceptar el camino
de la felicidad y enfrentarlo, y seguir siempre adelante hasta el fin.
Simplemente porque eres libre. En ti está el poder de no atarte a las cosas.
Las cosas no hacen la felicidad. Te hice perfecto para que aprovecharas
tu capacidad y no para que te destruyas con tonterías.
Te di el poder de pensar, te di el poder de amar, te di el poder de
determinar, te di el poder de reír, te di el poder de imaginar, te di el poder
de crear, te di el poder de planear, te di el poder de hablar, te di el poder
de rezar... y te situé por encima de los ángeles, cuando te di el poder de
elección. Te di el dominio de elegir tu propio destino usando tu voluntad.
¿Qué has hecho de estas tremendas fuerzas que te di? No importa. De hoy
en más, olvida tu pasado, usando sabiamente ese poder de elección. Elige
amar en lugar de odiar, elige reír en lugar de llorar, elige actuar en lugar de
aplazar, elige crecer en lugar de consumirte, elige bendecir en lugar de
blasfemar, elige vivir en lugar de morir. Y aprende a sentir mi presencia en
cada acto de tu vida. Crece cada día un poco más en el optimismo de la
esperanza. Deja atrás los miedos y los sentimientos de derrota.
Yo estoy a tu lado siempre. Llámame, búscame, acuérdate de mí. Vivo en
ti desde siempre y siempre te estoy esperando para amarte. Si has de venir
hacia mí algún día... que sea hoy, en este momento. Cada instante que
vivas sin mí, es un instante infinito que pierdes de paz.
Trata de volverte niño, simple, inocente, generoso, dador, con capacidad
de asombro y capacidad para conmoverte ante la maravilla de sentirte
humano, porque puedes conocer mi amor, puedes sentir una lágrima,
puedes comprender el dolor...
21 Pedro Arreola Coronel
22. Hojas de Vida
No te olvides que eres mi milagro. Que te quiero feliz, con misericordia, con
piedad, para que este mundo que transitas pueda acostumbrarse a reír,
siempre que tú aprendas a reír. Y si eres mi milagro, entonces usa tus dones
y cambia tu medio ambiente, contagiando esperanza y optimismo sin
temor, porque yo estoy a tu lado.
Con todo cariño,
Dios.
Cerradura.
Un hombre había pintado un lindo cuadro. El día de la presentación al
público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas, y mucha
gente, pues se trataba de un famoso pintor, un reconocido artista.
Llegado el momento, se tiró el paño que revelaba el cuadro. Hubo un
caluroso aplauso.
Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta de
una casa. Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, parecía querer
oír si adentro de la casa alguien le respondía.
Hubo discursos y elogios. Todos admiraban aquella preciosa obra de arte.
Un observador muy curioso, encontró una falla en el cuadro. La puerta no
tenía cerradura. Y fue a cuestionar al artista:
- ¡Su puerta no tiene cerradura! ¿Cómo se hace para abrirla?
-Así es, respondió el pintor: Esa es la puerta del corazón del hombre. Sólo se
abre por el lado de adentro.
Abramos nuestro corazón al amor, a las personas, a Dios.
22 Pedro Arreola Coronel
23. Hojas de Vida
La fórmula.
El padre Soárez platicaba con el Cristo de su capilla.
- Señor – le dijo- Creo que he encontrado por fin la fórmula para que
un hombre pueda ser feliz y pueda hacer felices a los demás.
- Importante descubrimiento –le manifestó el Señor- ¿Puedes recitarme
la fórmula?
- Ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo; ten
fe, esperanza y caridad; practica la caridad, la paciencia, la
templanza, la diligencia, la castidad, la largueza y la humildad; pon
en ejercicio los dones del espíritu y cumple con puntualidad tus
devociones ¿Qué te parece, Señor, esa fórmula?
- Demasiadas palabras padre Soárez, –comentó el Señor-, sobran
todas, menos la primera.
A. F. A.
El pato y la gata
-¿Cómo es que usted se inició en la vida espiritual? –preguntó uno de los
discípulos al maestro Sufi Shams Tabrizi.
-Mi madre decía que yo no estaba lo suficientemente loco como para
internarme en un hospicio, ni era lo suficientemente santo para entrar en
un monasterio –respondió Tabrizi. –Entonces decidí dedicarme al sufismo,
donde aprendemos a través de la meditación libre.
-¿Y cómo le explicó eso a su madre?
-Con la siguiente fábula: alguien le acercó un patito a una gata para que
la gata lo tomara a su cargo. Este seguía a su madre adoptiva por todas
partes, hasta que un día, ambos llegaron frente a un lago.
Inmediatamente el patito entró en el agua, mientras que la gata, desde la
orilla, gritaba: “¡Sal de ahí! ¡Te vas a morir ahogado!” Y el patito respondió:
“No, madre, descubrí lo que es bueno para mí, y esto es que estoy en mi
ambiente. Voy a continuar aquí, aunque tú no sepas lo que significa un
lago.”
Paulo Coelho
23 Pedro Arreola Coronel
24. Hojas de Vida
¿Cómo creó Dios a la mujer?
Cuenta una leyenda que al principio del mundo, cuando Dios decidió
crear a la mujer, encontró que había agotado todos los materiales sólidos
en el hombre y no tenía más de que disponer.
Ante este dilema y después de profunda meditación, hizo esto:
Tomó la redondez de la luna, las suaves curvas de las olas, la tierna
adhesión de la enredadera, el trémulo movimiento de las hojas, la esbeltez
de la palmera, el tinte delicado de las flores, la amorosa mirada del ciervo,
la alegría del rayo del sol y las gotas del llanto de las nubes, la inconstancia
del viento y la fidelidad del perro, la timidez de la tórtola y la vanidad del
pavo real, la suavidad de la pluma del cisne y la dureza del diamante, la
dulzura de la paloma y la crueldad del tigre, el ardor del fuego y la frialdad
de la nieve.
Mezcló tan desiguales ingredientes, formó a la mujer y se la dio al hombre.
Después de una semana vino el hombre y le dijo:
- Señor, la criatura que me diste me hace desdichado, quiere toda mi
atención, nunca me deja solo, charla incesantemente, llora sin motivo, se
divierte en hacerme sufrir y vengo a devolvértela porque no puedo vivir
con ella.
- Bien, contestó Dios y tomó a la mujer.
Pasó otra semana, volvió el hombre y le dijo:
- Señor, me encuentro muy solo desde que te devolví a la criatura que
hiciste para mí, ella cantaba y jugaba a mi lado, me miraba con ternura y
su mirada era una caricia, reía y su risa era música, era hermosa a la vista y
suave al tacto.
Devuélvemela, porque no puedo vivir sin ella.
24 Pedro Arreola Coronel
25. Hojas de Vida
Como el papel arrugado.
Mi carácter impulsivo, cuando era niña, me hacía montar en cólera a la
menor provocación.
La mayoría de las veces, después de uno de esos arrebatos, me sentía
avergonzada y me esforzaba por consolar a la persona a quien había
causado daño.
Un día, mi maestra, que me vio dando excusas, después de una explosión
de ira, me llevó aparte, y entregándome un papel liso, me dijo:
- Estrújalo. Asombrada, obedecí e hice con el papel una bolilla.
- Ahora -volvió a decirme- , ponlo como estaba antes.
De más está decir que no pude; el papel quedó lleno de pliegues y de
arrugas.
-Las personas –me dijo entonces ella- son como ese papel: la impresión
que en ellas dejes, será tan difícil de borrar como esas arrugas y esos
pliegues.
Así aprendí a ser más comprensiva y paciente.
Cuando siento ganas de estallar, recuerdo ese papel arrugado...
25 Pedro Arreola Coronel
26. Hojas de Vida
Consejos para formar a un delincuente.
Comience desde su infancia a darle al niño todo lo que él requiera; de ese
modo crecerá creyendo que el mundo debe sostenerlo.
Nunca le dé orientación espiritual alguna, espere hasta que sea mayor de
edad y entonces, él decidirá por sí mismo.
Nunca diga, que algo que él hace, está mal, pues podría crearle un
complejo de culpabilidad. Así lo preparará para creer más tarde, cuando
lo pongan preso por haber robado, que la sociedad se ha vuelto contra él
y que es un perseguido.
Permítale leer cualquier libro o revista que llegue a sus manos; no se
preocupe en absoluto por lo que pueda llegar a su mente; deje que se
llene la cabeza de basura.
Satisfaga todas las demandas de alimento, bebida y comodidades;
negarle lo que pide puede producirle frustraciones.
Alábelo a menudo en su presencia; descríbalo como el más inteligente de
todos los niños del lugar, póngase de su parte contra los vecinos, los
maestros y la policía, pues todo el mundo tiene prejuicios contra su hijo.
Cuando se encuentre en verdaderas dificultades, discúlpese diciendo
"Nunca pude con él".
Si sigue todos estos consejos, prepárese para una vida de constantes
tristezas, pues es seguramente, lo que le espera.
26 Pedro Arreola Coronel
27. Hojas de Vida
Convivir con…
Durante nuestra vida convivimos, muchas veces con sensaciones, sin
quererlas o desearlas, pero también con otras que no valoramos en la
medida que se merecen.
Convivimos con: la angustia, el dolor, la duda, la soledad, la ansiedad, la
mentira, el temor, el rechazo, el desprecio, con la venganza propia y la
ajena; con el silencio, el mal, el rencor, la rutina, los desencantos, los
prejuicios, la falta de humildad, la ausencia de valores y principios; con la
crítica nuestra y la de otros; con la ingratitud, la soberbia de los inútiles que
no pueden amar, la incomprensión, la inseguridad, la falta de ilusión, el
conformismo, el odio y el olvido; con la pérdida, la falta de libertad, el
pasado sin resolver, la indiferencia y los malos pensamientos; sin el perdón,
con la envidia del otro y la de uno y la falta de fe; sin un rumbo a seguir,
con la impaciencia, el mal humor de uno y el de los demás; con la
impotencia, el aburrimiento; con la palabra de más...
Pero... siempre hay un pero, también convivimos, con el humor, la alegría,
la risa de uno y la de los demás; con los colores que nos traen paz y
armonía; con el Sol que nos da energía, la lluvia que no nos molesta, las
caminatas por la tarde, las sorpresas agradables, las primeras brisas de
primavera y con cada una de las estaciones del año que nos enseñan
entre otras cosas, que no todo es frío o calor; con la posibilidad de
conocer la felicidad, de dar amor y de ser correspondido; con la
búsqueda de la verdad, la imaginación, el bien y con un futuro mejor
construido por uno; con el cariño, el amor, los afectos, los abrazos, las
caricias, la amistad y las charlas placenteras con amigos; con el
compañerismo, la lealtad, la fe, con proyectos posibles e imposibles; con
las distintas manifestaciones del arte, la lectura, la música que nos
transporta a lugares que uno solo conoce; con fragancias y perfumes que
nos dan lugar al placer, con los recuerdos nostálgicos y, con el otro...
Uno, siempre uno, será el que finalmente decida con que quiere convivir...
27 Pedro Arreola Coronel
28. Hojas de Vida
El alpinista
Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua,
inició su travesía, después de años de preparación; sin embargo, quería la
gloria para el solo, por lo tanto, subía sin compañeros.
Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó
para acampar, sino que, decidió seguir subiendo decidido a llegar a la
cima. Le obscureció, la noche cayó con gran pesadez; en la altura de la
montaña, ya no se podía ver absolutamente nada.
Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas eran cubiertas
por las nubes. Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, se
resbaló y se desplomo por los aires... caía a una velocidad vertiginosa, sólo
podía ver veloces manchas cada vez más oscuras que pasaban en la
misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.
Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, pasaron por su mente
todos sus gratos y difíciles momentos de la vida; pensaba que iba a morir,
sin embargo, de repente, sintió un tirón tan fuerte que casi lo parte en dos...
Sí, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de
seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la
cintura.
En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedo más
que gritar:
- ¡Ayúdame Dios mío!...
De repente, una voz grave y profunda de los cielos le contesto:
- ¿Qué quieres que haga hijo mío?
- ¡Sálvame Dios mío!
- ¿Realmente crees que te pueda salvar?
- ¡Por supuesto, Señor!
- Entonces corta la cuerda que te sostiene...
Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la
cuerda y reflexionó...
Cuenta el equipo de rescate que al otro día encontraron colgado a un
alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza a una cuerda, a tan sólo
dos metros del suelo.
28 Pedro Arreola Coronel
29. Hojas de Vida
Una hora de tu tiempo.
La noche había caído ya; sin embargo, un pequeño hacía grandes
esfuerzos por no quedarse dormido. El motivo bien valía la pena; estaba
esperando a su papá. Los traviesos ojos iban cayendo pesadamente
cuando se abrió la puerta.
El niño se incorporó como impulsado por un resorte y soltó la pregunta que
lo tenía tan inquieto:
-Papá: ¿cuánto ganas por hora?, dijo con ojos muy abiertos.
Su padre entre molesto y cansado, fue muy tajante en su respuesta:
-Mira hijo, eso ni siquiera tú madre lo sabe, no me molestes y vete a dormir
que ya es tarde.
-Si papá, pero por favor sólo dime, ¿cuánto te pagan por hora en tu
trabajo?, reiteró suplicante el niño.
Contrariado, el padre apenas abrió la boca para decir:
-Cien pesos.
-Oye papá, ¿me podrías prestar cincuenta pesos? preguntó el pequeño.
El padre se enfureció y tomó al pequeño del brazo y en tono brusco le dijo:
-Así que por eso quieres saber cuanto gano ¿no?, vete a dormir y no sigas
fastidiando chico aprovechado...
El niño se alejó tímidamente, al meditar lo sucedido el padre comenzó a
sentirse culpable.
Tal vez necesita algo -pensó- y queriendo descargar su conciencia se
asomó al cuarto de su hijo. Con voz suave le preguntó:
-¿Duermes hijo?
-Dime papá, respondió entre sueños.
-Aquí tienes el dinero que me pediste, le dijo su padre.
29 Pedro Arreola Coronel
30. Hojas de Vida
-Gracias papá, -susurró el niño mientras metía su manita debajo de la
almohada de donde sacó varias monedas.
-¡Ya completé! -gritó jubiloso, "tengo cien pesos". Papá, ¿me podrías
vender una hora de tu tiempo?
El verdadero amor.
Ella teje, y por las tardes ve su telenovela. Después reza el rosario. Una vez a
la semana juega con sus amigas a la lotería.
El oye en la radio los partidos de béisbol. Por las mañanas, mientras su
esposa hace la comida, va despacio hacia la plaza y charla con sus
compañeros, ancianos igual que él. Luego regresa a su casa, se sienta en
el sillón y duerme hasta que llega la hora de comer.
Una mujer y un hombre. Tienen 55 años de casados. De sus seis hijos dos
murieron, dos viven lejos y los otros apenas los visitan. Ellos se aferran el uno
al otro, como dos manos de un mismo cuerpo asidas a un muro para no
caer.
Riñen de vez en cuando, es cierto, pero es como si alguien peleara
consigo mismo. Y ambos dicen que quieren irse de este mundo antes que
el otro, pues sin el compañero ya no podrían vivir.
Ella teje...El escucha en la radio los partidos de béisbol...Hablan de las
cosas de cada día. A veces pregunta uno: ¿Te acuerdas...? Caminan por
el recuerdo y luego callan. No necesitan hablar. Son uno solo. Y tampoco
necesitan decirse que se aman. Ellos son el verdadero amor.
A. F. A.
30 Pedro Arreola Coronel
31. Hojas de Vida
¿Cuánto vales?
Alfredo, con el rostro abatido de pesar, se reúne con su amiga Marisa en
un bar para tomar un café.
Deprimido, descargó en ella sus angustias: que el trabajo, que el dinero,
que la relación con su pareja, que su vocación... todo parecía estar mal en
su vida.
Marisa introdujo la mano en su cartera, saco un billete de 100 dólares y le
dijo:
-Alfredo, ¿quieres este billete?
Alfredo, un poco confundido al principio, inmediatamente le dijo:
-¡Claro Marisa! Son 100 dólares, ¿quién no los querría?
Entonces Marisa tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta
hacerlo un pequeño bollo. Mostrando la estrujada pelotita verde a Alfredo
volvió a preguntarle:
-Y ahora… ¿igual lo quieres?
-Marisa, no se qué pretendes con esto, pero siguen siendo 100 dólares,
claro que los tomaré si me los entregas.
Entonces Marisa desdobló el arrugado billete, lo tiró al piso y lo restregó
con su pie en el suelo, levantándolo luego sucio y marcado, insistió:
-¿Lo sigues queriendo?
-Mira Marisa, reaccionó Alfredo, sigo sin entender que pretendes, pero ese
es un billete de 100 dólares y mientras no lo rompas conserva su valor.
-Entonces Alfredo, contestó Marisa, debes saber que aunque a veces algo
no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisoteé, sigues siendo
tan valioso como siempre lo hayas sido; lo que debes preguntarte es
cuánto vales en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un
momento determinado.
Alfredo se quedó mirando a Marisa sin atinar a responder con palabra
alguna, mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su
cerebro.
31 Pedro Arreola Coronel
32. Hojas de Vida
Marisa puso el arrugado billete de su lado en la mesa y con una sonrisa
cómplice agregó:
-Toma, guárdalo para que te acuerdes de esto cuando te sientas mal,
pero, ¡me debes un billete nuevo de 100 dólares para poder usar con el
próximo amigo que lo necesite!
Le dio un beso en la mejilla a Alfredo -quien aun no había pronunciado
palabra- y levantándose de su silla se alejó con rumbo a la puerta.
Alfredo volvió a mirar el billete, sonrió, lo guardo en su billetera y dotado de
una renovada energía, llamo al mozo para pagar la cuenta…
La muñeca de sal.
Cuenta una historia:
"Una muñeca de sal recorrió miles de kilómetros de tierra firme, hasta que,
por fin, llegó al mar.
Quedó fascinada por aquella móvil y extraña masa, totalmente distinta de
cuanto había visto hasta entonces.
-¿Quién eres tú?, le preguntó al mar la muñeca de sal.
Con una sonrisa, el mar le respondió:
-Entra y compruébalo tú misma.
Y la muñeca se metió en el mar. Pero, a medida que se adentraba en él,
iba disolviéndose, hasta que apenas quedó nada de ella.
Antes de que se disolviera el último pedazo, la muñeca exclamó
asombrada:
-¡Ahora ya sé quién soy!".
(De Mello)
32 Pedro Arreola Coronel
33. Hojas de Vida
Cuento hindú.
-A María-
Un día el amante decidió ir a casa de la amada a buscarla. Cuando llegó,
llamó a la puerta: toc, toc, toc. La voz de la amada llegó desde el interior:
-¿Quién eres?
El amante, orgulloso y seguro de su condición, respondió con seguridad:
-Soy yo, y esperó paciente a que la puerta se abriera, pero en vez de eso
la puerta permaneció cerrada y aquel día no volvió a oír la voz de la
amada.
El amante volvió a su casa extrañado de que la puerta no se hubiese
abierto, pero pensó que tal vez la amada no se encontraba bien y que si lo
volvía a intentar al día siguiente, la puerta se abriría. Y así lo hizo un día
después; el amante regresó a la casa de la amada y, muy convencido,
llamó a la puerta: toc, toc, toc. Como el día anterior, oyó la voz de la
amada que decía:
-¿Quién eres?
Y el amante respondió:
-Soy yo, pero la puerta no se abrió.
Fue entonces cuando, abatido, el amante partió al desierto para meditar
e intentar descubrir por qué razón la amada no le había abierto la puerta.
Después de pensar y pensar, la soledad le dio la respuesta y fue
apresuradamente a casa de su amada. Esta vez llamó: toc, toc, toc, y,
como las otras veces, la amada preguntó:
-¿Quién eres?
Esta vez el amante respondió:
-Soy tú, y la puerta se abrió.
33 Pedro Arreola Coronel
34. Hojas de Vida
¿Culpable o inocente?
Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy
virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer.
En realidad el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y
por eso desde el primer momento se procuró un chivo expiatorio para
encubrir al culpable.
El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas
oportunidades de escapar al terrible veredicto: ¡La horca!
El Juez, también complotado, cuidó, no obstante, de dar todo el aspecto
de un juicio justo, por ello, dijo al acusado:
- Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor vamos a dejar
en manos de él tu destino. Escribiremos en dos papeles separados las
palabras “culpable” e “inocente”. Tú escogerás y será la mano de Dios la
que decida tu destino.
Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la
misma leyenda “culpable” y la pobre víctima, aún sin conocer los detalles,
se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. ¡No había
escapatoria!
El Juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Éste
respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los
ojos cerrados y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los
ojos y con una extraña sonrisa tomo uno de los papeles y llevándolo a su
boca, se lo comió rápidamente. Sorprendidos e indignados, los presentes le
reprocharon airadamente:
-Pero ¿qué hizo? y ¿ahora? ¿Cómo vamos a saber el veredicto?
-Es muy sencillo, respondió el hombre, es cuestión de leer el papel que
queda y sabremos lo que decía el que me trague.
Todos pudieron testimoniar el veredicto: “inocente”.
Con rezongos y disputa mal disimulada, debieron liberar al acusado y
jamás volvieron a molestarlo.
34 Pedro Arreola Coronel
35. Hojas de Vida
De una madre para su hija.
Estábamos sentándonos a comer, cuando mi hija casualmente menciona
que ella y su esposo están pensando en "empezar una familia". "Nosotros
estamos haciendo una encuesta," dice ella, en broma. "¿Crees que
debería tener un bebé?"
"Cambiar tu vida" digo, cuidadosamente manteniendo mi tono neutral de
voz. "Yo sé" dice, "no más fiestas los fines de semana, no más vacaciones
espontáneas..."
Pero eso no es en lo absoluto lo que yo quise decir. Miro a mi hija,
intentando decidir qué decirle. Quiero que sepa lo que ella nunca
aprenderá en clases de parto. Quiero decirle que las heridas físicas por dar
a luz un niño sanarán, pero que el volverse madre la dejará con una herida
emocional tan profunda por la cual ella será vulnerable para siempre.
Pienso en advertirle que ella nunca leerá de nuevo un periódico sin
preguntarse "¿Y si eso le hubiera pasado a mi niño?" Que cada accidente
de aviación, cada incendio en una casa la obsesionará. Que cuando vea
fotos de niños hambrientos, se preguntará si algo podría ser peor que vivir
la muerte de su niño.
Yo la miro cuidadosamente, sus uñas finamente pintadas y el traje
elegante y pienso que no importa cuan sofisticada ella sea, el convertirse
en madre la reducirá al nivel primitivo de una osa que protege su
cachorro.
Que una llamada urgente de "¡Mamá!" le hará dejar caer un laborioso
postre recién preparado o su mejor cristal sin vacilar por un momento.
Siento que debo advertirla que no importa cuántos años ella haya
invertido en su carrera, ésta se descarrilará profesionalmente a causa de su
maternidad. Ella podrá hacer los arreglos para dejar al niño en casa al
cuidado de una niñera, pero un día irá en camino de una reunión de
negocios importante y recordará el dulce olor de su bebé, y tendrá que
usar cada gramo de su disciplina para no correr a casa, sólo para
asegurarse que su bebé está bien.
Yo quiero que mi hija sepa que las decisiones cotidianas ya no serán rutina.
Que el deseo de un niño de cinco años de ir al baño de hombres y no al
de mujeres en un restaurante, se volverá un dilema mayor. Que justo allí, en
medio del ruido de bandejas y niños gritando, los problemas de
35 Pedro Arreola Coronel
36. Hojas de Vida
independencia e identidad de sexo serán sopesados contra la perspectiva
de que haya un abusador de niños acechando en ese baño.
No importa cuan decisiva pueda ser ella en su trabajo, se criticará a sí
misma constantemente en su papel de madre. Mirando a mi hija tan
atractiva, quiero asegurarle que en el futuro ella perderá los kilos de más
del embarazo, pero nunca se sentirá igual sobre ella misma. Que su vida,
ahora tan importante, será de menos valor para ella, una vez que tenga
un niño.
Que ella renunciaría a ésta en un momento por salvar sus hijos, pero que
también empezará a desear más años, no para lograr sus propios sueños,
sino para ver a sus hijos lograr los suyos. Yo quiero que ella sepa que una
cicatriz de cesárea o las estrías se convertirán en insignias de honor. La
relación de mi hija con su marido cambiará, pero no de la manera que ella
piensa. Deseo que ella pudiera entender cuánto más uno puede amar a
un hombre que tiene cuidado para poner talco a su bebé o que nunca
duda para jugar con su niño. Yo pienso que ella debería saber que se
sentirá de nuevo completamente enamorada de él por razones que ahora
encontraría muy poco románticas.
Yo deseo que mi hija pudiera darse cuenta del lazo que ella sentirá con
mujeres, que a lo largo de la historia, han intentado detener guerras,
discriminación y borrachos al volante. Espero que ella entienda por qué yo
puedo pensar racionalmente sobre la mayoría de los problemas, pero
ponerme como loca cuando discuto sobre la amenaza que supone una
guerra nuclear en el futuro de mis hijos.
Yo quiero describir a mi hija la euforia de ver a su niño cuando aprenda a
montar una bicicleta. Quiero capturar para ella las carcajadas de un bebé
que está tocando la piel suave de un perro o un gato por primera vez.
Quiero que saboree esa dicha que es tan real, que de hecho duele. La
mirada interrogativa de mi hija me hace caer en cuenta de las lágrimas
que se han formado en mis ojos.
"Nunca te arrepentirás de ello", digo finalmente. Entonces alcanzo por
sobre la mesa la mano de mi hija y la aprieto y ofrezco una oración
silenciosa por ella, y por mí, y por todas las mujeres que tropezaron en su
camino hacia la más maravillosa de todas las profesiones. Este regalo
bendito de Dios... el hecho de ser Madre.
36 Pedro Arreola Coronel
37. Hojas de Vida
Di “te amo” a tiempo.
Un muchacho de 17 años de edad tenía un cáncer incurable y en
cualquier momento iba a fallecer. Siempre estaba en su casa, bajo el
cuidado de su madre; a veces se enfadaba de estar siempre dentro de
casa, hasta que un día decidió salir a pasear.
Le pidió permiso a su madre y ella aceptó; caminando por el vecindario
vio muchas tiendas; al pasar por una de música y ver el aparador, notó
algo que lo hizo olvidarse de que el mundo existía, era una muchacha de
su edad, muy hermosa; al verla le parecía un ángel bajado del cielo. Abrió
la puerta y entró sin mirar nada que no fuera ella; acercándose poco a
poco, llegó al mostrador donde se encontraba ella, la chica lo miró y le
dijo sonriente:
-¿Te puedo ayudar en algo?
El chico pensaba que era la sonrisa más hermosa que había visto en toda
su vida y sintió el deseo de abrazarla, de declarársele en ese mismo
instante; tartamudeando le dijo:
-Sí, eh, ah, me gustaría comprar un disco.
Sin reflexionar, tomó el primero que vio y le dio el dinero. La chica le
entregó el disco con una amigable sonrisa.
El joven enamorado no dejó de pensar en ella durante toda la tarde, ni
siquiera escuchó el disco. Al día siguiente, quiso volver a verla y fue a la
tienda; al estar frente a esa hermosa sonrisa, no supo que decir y volvió a
pedir un disco.
-¿Quieres que te lo envuelva?, preguntó la muchacha sonriendo de nuevo.
El respondió que sí, moviendo la cabeza, pues ante ella se quedaba mudo.
La muchacha fue atrás del almacén para volver con el paquete envuelto
y entregárselo; el lo tomó y salió de la tienda; se fue a su casa sintiendo
que caminaba entre las nubes, ni siquiera desenvolvió el disco; lo metió en
su closet y se puso a mirar su jardín y pensar en la hermosa flor que estaba
en la tienda.
37 Pedro Arreola Coronel
38. Hojas de Vida
En adelante visitaba la tienda todos los días para comprar un disco, ella
siempre lo envolvía y él lo llevaba a su casa y lo metía en su closet.
El era muy tímido para invitarla a salir, y aunque trataba, no podía. Su
mamá se enteró de esto e intentó animarlo, así que, el siguiente día se
armó de valor y se dirigió a la tienda; y como todos los días compró otra
vez un disco y como siempre, ella se fue atrás para envolverlo; el tomó el
disco y mientras ella no estaba viendo, rápidamente dejó una nota en el
mostrador y salió corriendo de la tienda. La nota era una declaración.
Durante varios días el chico no se atrevió a llegar a la tienda para recibir la
respuesta; a unos metros de la tienda se regresaba a su casa. Su madre
volvió a animarlo y luego de dos semanas por fin llegó a la tienda, pero no
vio a la chica hermosa; al preguntar por ella, se enteró con tristeza que se
había ido a otra ciudad a estudiar y ya no trabajaba ahí.
Mucho lamentó no haber ido antes por la respuesta y muy triste guardó los
discos en un lugar donde no los viera tanto, con la esperanza de no pensar
más en la muchacha. En el verano, el chico fue a la tienda con la
esperanza de que por las vacaciones la chica hubiera regresado y pudiera
encontrarla; pero al no encontrarla, volvió a su casa desilusionado.
Al siguiente verano volvería a ir para encontrarla de nuevo. Pero para el
joven no hubo verano siguiente, a la edad de 20 años el chico falleció de
cáncer.
Un día su madre entró en el cuarto de su difunto hijo para arreglarlo, así
que abrió su closet y para su sorpresa, se topó con muchos discos
envueltos; ninguno estaba abierto; llena de curiosidad tomó algunos y se
sentó sobre la cama para verlos; al desenvolver el primero, encontró una
nota que su hijo nunca leyó y decía: "¡Hola!, veo que te gusta la música
tanto como a mí. Me invitan a una fiesta el viernes y no tengo con quien ir,
te gustaría ir conmigo? Atentamente: Sofía". De tanta emoción la madre
abrió otro y otro para descubrir que eran saludos de la chica. Uno de los
últimos decía: "Hola, me siento triste de que nunca haces caso a mis notas,
pero me devuelves la alegría al volver diariamente. La semana que viene
salgo fuera de la ciudad a estudiar y ya no voy a trabajar aquí, pero
vendré casi todos los fines de semana y si mi cliente favorito quiere que lo
siga atendiendo podrá visitarme en mi casa. Con cariño: Sofía", al final
venía un número telefónico, una dirección y un pequeño mapa.
No esperes demasiado para demostrar tu amor a ese alguien especial;
díselo hoy, mañana puede ser muy tarde. No solamente a tu pareja, sino a
todos tus seres queridos: tus padres, hermanos, amigos, hijos, etc.
38 Pedro Arreola Coronel
39. Hojas de Vida
Dios y la esperanza.
Existían millones de estrellas en el cielo, estrellas de todos los colores:
blancas, plateadas, verdes, doradas, rojas, azules. Un día, inquietas, ellas se
acercaron a Dios y le propusieron:
-Señor, nos gustaría vivir en la Tierra, convivir con las personas.
-Así será hecho, respondió el Señor. Las conservaré a todas ustedes
pequeñitas, tal como se ven de lejos, para que puedan bajar a la Tierra.
Se cuenta que en aquella noche hubo una fantástica lluvia de estrellas.
Algunas se acurrucaron en las torres de las iglesias, otras fueron a jugar y a
correr junto con las luciérnagas por los campos, otras se mezclaron con los
juguetes de los niños. La Tierra quedó, entonces, maravillosamente
iluminada.
Pero con el correr del tiempo, las estrellas decidieron abandonar a los
hombres y volver al cielo, dejando a la tierra oscura y triste.
-¿Por qué volvieron? - preguntó Dios, a medida que ellas iban llegando al
cielo.
-Señor, nos fue imposible permanecer en la Tierra, existe allí mucha miseria,
mucha violencia, hay demasiadas injusticias.
El Señor les contestó:
-¡Claro! Ustedes pertenecen aquí, al Cielo. La Tierra es el lugar de lo
transitorio, de aquello que cae, de aquel que yerra, de aquel que muere.
Nada es perfecto. El Cielo es el lugar de lo inmutable, de lo eterno, de la
perfección.
Después de que habían llegado gran cantidad de estrellas, Dios verificó la
cantidad y habló de nuevo:
-Nos está faltando una estrella, ¿dónde estará? Un ángel que estaba
cerca replicó:
-Hay una estrella que resolvió quedarse entre los hombres. Ella descubrió
que su lugar es exactamente donde existe la imperfección, donde hay
límites, donde las cosas no van bien, donde hay dolor.
39 Pedro Arreola Coronel
40. Hojas de Vida
-¿Qué estrella es esa? - volvió a preguntar.
-Es la Esperanza, Señor, la estrella verde. La única estrella de ese color.
Y cuando miraron la Tierra, la estrella no estaba sola: la Tierra estaba
nuevamente iluminada porque había una estrella verde en el corazón de
cada persona. Porque el único sentimiento que el hombre tiene y Dios no
necesita retener es la Esperanza. Dios ya conoce el futuro y la Esperanza es
propia de la persona humana, propia de aquel que yerra, de aquel que no
es perfecto, de aquel que no sabe cómo puede conocer el porvenir.
Recibe en este momento esta Estrella Verde en tu corazón, la Esperanza.
No dejes que ella huya y no permitas que se aparte. Ten certeza que ella
iluminará tu camino, sé siempre positivo y agradece todo a Dios. Sé
siempre feliz y contagia a otras personas tu felicidad.
Es mejor ahora.
San Pedro quería decir a Jesús cuanto lo amaba.
Mucho había sufrido Jesús, y Pedro pensaba que sus palabras aliviarían su
tristeza. La cena de esa noche sería una buena ocasión para expresarle su
amistad.
Y llegó la hora de la cena. Cuando el Señor y los discípulos estuvieron
reunidos Pedro habló de las cosas de todos los días. Algo quiso decir
después de que el Maestro distribuyó el pan y el vino entre ellos, y también
cuando ya se despedían y el Señor clavó en él su mirada, como si esperara
que alguna palabra saliera de sus labios. Sin embargo, Pedro tuvo miedo
de parecer sentimental, y , nada dijo.
- Bueno, - pensaba mientras volvían a casa – ya habrá muchas otras cenas
como ésta, y entonces, le diré al Maestro cuánto amor siento por él.
A. F. A.
40 Pedro Arreola Coronel
41. Hojas de Vida
Donando sangre.
Hace muchos años, cuando trabajaba como voluntario en un Hospital de
Stanford, conocí a una niñita llamada Liz, quien sufría de una extraña
enfermedad. Su única oportunidad de recuperarse, aparentemente era
una transfusión de sangre de su hermano de 5 años, quien había
sobrevivido milagrosamente a la misma enfermedad y había desarrollado
los anticuerpos necesarios para combatirla.
El doctor explicó la situación al hermano de la niña, y le preguntó si estaría
dispuesto a dar su sangre a su hermana. Lo vi dudar por sólo un momento
antes de tomar un gran suspiro y decir:
-Si, lo haré, si eso salva a Liz.
Mientras la transfusión continuaba, él estaba acostado en una cama al
lado de la de su hermana, y sonriente mientras nosotros lo asistíamos a él y
a su hermana, viendo retornar el color a las mejillas de la niña.
Entonces la cara del niño se puso pálida y su sonrisa desapareció. Miró al
doctor y le preguntó con voz temblorosa:
-¿A qué hora empezaré a morirme?
Siendo sólo un niño, no había comprendido al doctor; él pensaba que le
daría toda su sangre a su hermana, y aún así estuvo dispuesto, pese a
suponer que moriría.
Da todo por quien ames.
41 Pedro Arreola Coronel
42. Hojas de Vida
Dos bebés en el pesebre.
En 1994 dos americanos respondieron una invitación que les hiciera llegar
el Departamento de Educación de Rusia, para enseñar moral y ética en las
escuelas públicas, basada en principios bíblicos., Debían enseñar en
prisiones, negocios, el departamento de bomberos, de la policía y en un
gran orfanato.
En el orfanato había casi 100 niños y niñas que habían sido abandonados,
y dejados en manos del Estado. De allí surgió esta historia relatada por los
mismos visitantes:
Se acercaba la época de las fiestas de 1994, los niños del orfanato iban a
escuchar por primera vez la historia tradicional de la Navidad. Les
contamos acerca de María y José llegando a Belén, de cómo no
encontraron lugar en las posadas, por lo que debieron ir a un establo,
donde finalmente el niño Jesús nació y fue puesto en un pesebre.
A lo largo de la historia, los chicos y los empleados del orfanato no podían
contener su asombro. Algunos estaban sentados al borde de la silla
tratando de captar cada palabra. Una vez terminada la historia, les dimos
a los chicos tres pequeños trozos de cartón para que hicieran un tosco
pesebre. A cada chico se le dio un cuadrito de papel cortado de unas
servilletas amarillas que yo había llevado conmigo. En la ciudad no se
podía encontrar un solo pedazo de papel de colores.
Siguiendo las instrucciones, los chicos cortaron y doblaron el papel
cuidadosamente colocando las tiras como paja.
Unos pequeños cuadritos de franela, cortados de un viejo camisón que
una señora americana olvidó al partir de Rusia, fueron usados para hacerle
la manta al bebé. De un fieltro marrón que trajimos de los Estados Unidos,
cortaron la figura de un bebé.
Mientras los huérfanos estaban atareados armando sus pesebres, yo
caminaba entre ellos para ver si necesitaban alguna ayuda. Todo iba bien
hasta que llegué donde el pequeño Misha estaba sentado. Parecía tener
unos seis años y había terminado su trabajo. Cuando miré el pesebre
quedé sorprendido al ver no uno, sino dos niños dentro de él. Llamé
rápidamente al traductor para que le preguntara por qué había dos bebés
en el pesebre. Misha cruzó sus brazos y observando la escena del pesebre
comenzó a repetir la historia muy seriamente.
42 Pedro Arreola Coronel
43. Hojas de Vida
Para ser el relato de un niño que había escuchado la historia de Navidad
una sola vez estaba muy bien, hasta que llegó la parte donde María pone
al bebé en el pesebre. Allí Misha empezó a inventar su propio final para la
historia, dijo: “Y cuando María dejó al bebé en el pesebre, Jesús me miró y
me preguntó si yo tenía un lugar para quedarme. Yo le dije que no tenía
mamá ni papá y que no tenía un lugar donde quedarme. Entonces Jesús
me dijo que yo podía estar allí con él. Le dije que no podía, porque no
tenía un regalo para darle. Pero yo quería quedarme con Jesús, por eso
pensé qué cosa tenía que pudiese darle a él como regalo; se me ocurrió
que un buen regalo podría ser darle calor. Por eso le pregunté a Jesús: Si te
diera calor, ¿ese sería un buen regalo para ti? Y Jesús me dijo: Si me das
calor, ese sería el mejor regalo que jamás haya recibido. Por eso me metí
dentro del pesebre y Jesús me miró y me dijo que podía quedarme allí
para siempre.”
Cuando el pequeño Misha terminó su historia, sus ojitos brillaban llenos de
lágrimas empapando sus mejillas; se tapó la cara, agachó la cabeza sobre
la mesa y sus hombros comenzaron a sacudirse en un llanto profundo. El
pequeño huérfano había encontrado a alguien que jamás lo abandonaría
ni abusaría de él. ¡Alguien que estaría con él para siempre!
Y yo aprendí que no son las cosas que tienes en tu vida lo que cuenta, sino
a quiénes tienes, eso es lo que verdaderamente importa.
43 Pedro Arreola Coronel
44. Hojas de Vida
Ecos.
Un hijo y su padre, están caminando en las montañas.
De repente, el hijo se cae, se lastima y grita: "aaaaaahhhhhhhhh!!!!!"
Para su sorpresa oye una voz repitiendo "aaaaaahhhhhhhhh!!!!!"
Con curiosidad el niño grita: "¿quién está ahí?"
Recibe una respuesta: "¿quién está ahí?"
Enojado con la respuesta, el niño grita: "¡cobarde!"
El niño mira a su padre y le pregunta: "¿qué sucede?"
El padre, sonríe y le dice: "Hijo mío, presta atención"
Y entonces el padre grita a la montaña: "te admiro"
Y la voz le responde: "te admiro"
De nuevo, el hombre grita: "eres un campeón"
Y la voz le responde: "eres un campeón"
El niño está asombrado, pero no entiende.
Luego, el padre le explica:
-La gente lo llama eco, ¡pero en realidad es la vida!
-Te devuelve todo lo que dices o haces.
Nuestra vida es simplemente un reflejo de nuestras acciones.
Si deseas mas amor en el mundo, crea mas amor a tu alrededor.
Si deseas felicidad, da felicidad a los que te rodean.
Si quieres una sonrisa en el alma, da una sonrisa al alma de los que
conoces.
Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida.
La vida te dará de regreso, exactamente aquello que tú le has dado.
Tu vida, no es una coincidencia, es un reflejo de ti.
44 Pedro Arreola Coronel
45. Hojas de Vida
Educar a los hijos.
Dijo una vez John Wimot:
Antes de casarme tenía tres teorías acerca de la educación de los hijos.
Ahora tengo tres hijos y ninguna teoría.
Su afirmación es cierta. ¡Es tan fácil ser padre! Ser padre ¡es tan difícil¡.
Quiero decir que engendrar un hijo es tarea sencilla y deleitosa, pero ser un
buen padre es empresa llena de dificultades.
Para colmo la calidad de padre no es algo que se estudia, sino algo que
se aprende, a veces a costa de quebrantos y aflicciones.
Yo, tengo cuatro hijos, no tuve tres teorías para educarlos, sino nada más
una.
Mi teoría se llama amor. Creo que si amas a tus hijos, les demuestras tu
amor y con amor guías, el resultado tarde o temprano será bueno.
También, claro, hay que darles buen ejemplo. Pero eso tiene el problema
de que te hace la vida más aburrida.
Un verdadero amigo.
Lo que es un verdadero amigo:
- Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor. Solicito permiso
para ir a buscarlo, dijo un soldado a su teniente.
- Permiso denegado, replicó el oficial.
- No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente
ha muerto.
El soldado haciendo caso omiso de la prohibición, salió, y una hora más
tarde regreso mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo.
El oficial estaba furioso:
- ¡Le dije yo, que había muerto!, dígame: ¿merecía la pena ir allá para
traer un cadáver?
45 Pedro Arreola Coronel
46. Hojas de Vida
Y el soldado, moribundo, respondió:
- ¡Claro que sí, señor!, cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo
decirme:
- Estaba seguro que vendrías!.
A. F. A.
El alacrán.
Un maestro oriental que vio cómo un alacrán se estaba ahogando,
decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán lo picó. Por la
reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo
estaba ahogándose. El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el
alacrán lo picó.
Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo:
-Perdone, ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente
sacarlo del agua lo picará?
El maestro respondió:
-La naturaleza del alacrán es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es
ayudar.
Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del
agua y le salvó la vida.
No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño; sólo toma algunas
precauciones.
Algunos persiguen la felicidad; otros la crean.
Tenlo presente siempre.
Sencillo, ¿no crees?
"Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes
mil y una razones por las cuales sonreír"
A. F. A.
46 Pedro Arreola Coronel
47. Hojas de Vida
El amor.
A veces por nuestros miedos perdemos a personas maravillosas. Duele
amar a alguien y no ser correspondido, pero lo que es más doloroso es
amar a alguien y nunca encontrar el valor para decirle a esa persona lo
que sientes por él o ella.
Tal vez Dios quiere que nosotros conozcamos a unas cuantas personas
equivocadas antes de conocer a la persona correcta; para que al fin,
cuando la conozcamos, sepamos ser agradecidos por ese maravilloso
regalo.
Una de las cosas más tristes de la vida es cuando conoces a alguien que
significa todo, y sólo para darte cuenta que al final, no era para ti y lo
tienes que dejar ir.
Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra puerta se abre, pero
algunas veces miramos tanto tiempo hacia aquella puerta que se cerró,
que no vemos la que se ha abierto frente a nosotros.
Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero
también es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo
hasta que lo encontramos.
Darle a alguien todo tu amor nunca es un seguro de que te amarán de
regreso, pero no esperes que te amen de regreso; sólo espera que el amor
crezca en el corazón de la otra persona, pero si no crece, sé feliz porque
creció en el tuyo.
Hay cosas que te encantaría oír, que nunca escucharas de la persona que
te gustaría que te las dijera, pero no seas tan sorda (o) para no oír de
aquella que las dice desde su corazón.
Nunca digas adiós si todavía quieres tratar, nunca te des por vencido(a) si
sientes que puedes seguir luchando; nunca le digas a una persona que no
la amas si no puedes dejarla ir.
El amor llega a aquel que espera, aunque lo hayan decepcionado; a
aquel que aún cree, aunque haya sido traicionado; a aquel que todavía
necesite amar, aunque antes haya sido lastimado y a aquel que tiene el
coraje y la fe para construir la confianza de nuevo.
47 Pedro Arreola Coronel
48. Hojas de Vida
El principio del amor es dejar que aquellos que conocemos sean ellos
mismos, y no tratarlos de cambiar con nuestra propia imagen, porque
entonces, sólo amaremos el reflejo de nosotros mismos en ellos.
No vayas por el exterior, éste te puede engañar; no vayas por las riquezas,
por que aún eso se pierde. Ve por alguien que te haga sonreír, porque
toma tan sólo una sonrisa para hacer que un día oscuro, brille.
Espero que encuentres a aquella persona que te haga sonreír. Hay
momentos en los que extrañas a una persona tanto que quieres sacarlos
de tus sueños y abrazarlos con todas tus fuerzas.
Espero que sueñes con ese alguien especial; sueña lo que quieras soñar, ve
a donde quieras ir, sé lo que quieras ser; porque tienes tan sólo una vida y
una oportunidad para hacer todo lo que quieras hacer.
Espero que tengas suficiente felicidad para hacerte dulce, suficientes
pruebas para hacerte fuerte, suficiente dolor para mantenerte humana(o)
y suficiente esperanza para ser feliz.
Las personas más felices no siempre tienen lo mejor de todo, sólo sacan lo
mejor de todo lo que encuentran en su camino.
La felicidad espera por aquellos que lloran, aquellos que han sido
lastimados, aquellos que buscan, aquellos que tratan; porque sólo ellos
pueden apreciar la importancia de las personas que han tocado sus
vidas. No puedes ir feliz por la vida hasta que dejes ir tus fracasos pasados
y dolorosos de tu corazón.
48 Pedro Arreola Coronel
49. Hojas de Vida
El campesino chino.
Hace muchos años, en una pobre aldea china, vivía un labrador con su
hijo. Su único bien material, aparte de la tierra y de la pequeña casa de
paja, era un caballo que había heredado de su padre.
Un buen día el caballo se escapó, dejando al hombre sin animal para
labrar la tierra. Sus vecinos, que lo respetaban mucho por su honestidad y
diligencia, acudieron a su casa para decirle lo mucho que ellos
lamentaban lo ocurrido. El les agradeció la visita, pero preguntó:
-¿Cómo podéis saber que lo que ocurrió ha sido una desgracia en mi vida?
Alguien comentó en voz baja con un amigo: "El no quiere aceptar la
realidad, dejemos que piense lo que quiera, con tal de que no se
entristezca por lo ocurrido".
Y los vecinos se marcharon, fingiendo estar de acuerdo con lo que habían
escuchado.
Una semana después, el caballo retornó al establo, pero no venía solo:
traía una hermosa yegua como compañía. Al saber eso, los habitantes de
la aldea, alborozados porque sólo ahora entendían la respuesta que el
hombre les había dado, retornaron a casa del labrador, para felicitarlo por
su suerte.
-Antes tenías sólo un caballo, y ahora tienes dos. ¡Felicitaciones!, dijeron.
-Muchas gracias por la visita y por vuestra solidaridad, respondió el
labrador.
-¿Pero cómo podéis saber que lo que ocurrió es una bendición en mi vida?
Desconcertados, y pensando que el hombre se estaba volviendo loco, los
vecinos se marcharon, comentando por el camino: "¿Será posible que este
hombre no entienda que Dios le ha enviado un regalo?"
Pasado un mes, el hijo del labrador decidió domesticar la yegua. Pero el
animal saltó de una manera inesperada, y el muchacho tuvo una mala
caída, rompiéndose una pierna.
49 Pedro Arreola Coronel
50. Hojas de Vida
Los vecinos retornaron a la casa del labrador, llevando obsequios para el
joven herido. El alcalde de la aldea, solemnemente, presentó sus
condolencias al padre, diciendo que todos estaban muy tristes por lo que
había sucedido.
El hombre agradeció la visita y el cariño de todos. Pero preguntó:
-¿Cómo podéis vosotros saber si lo ocurrido ha sido una desgracia en mi
vida?
Esta frase dejó a todos estupefactos, pues nadie podría tener la menor
duda de que el accidente de un hijo es una verdadera tragedia. Al salir de
la casa del labrador, comentaban entre sí: "Realmente se ha vuelto loco,
su único hijo se puede quedar cojo para siempre y aún duda que lo
ocurrido es una desgracia".
Transcurrieron algunos meses y Japón le declaró la guerra a China. Los
emisarios del emperador recorrieron todo el país en busca de jóvenes
saludables para ser enviados al frente de batalla. Al llegar a la aldea,
reclutaron a todos los jóvenes, excepto al hijo del labrador, quien tenía la
pierna rota.
Ninguno de los muchachos regresó vivo. El hijo se recuperó, los dos
animales dieron crías que fueron vendidas y rindieron un buen dinero. El
labrador pasó a visitar a sus vecinos para consolarlos y ayudarlos, ya que se
habían mostrado solidarios con él en todos los momentos. Siempre que
alguno de ellos se quejaba, el labrador decía:
- "¿Cómo sabes si esto es una desgracia?"
Si alguien se alegraba mucho, él preguntaba:
- "¿Cómo sabes si eso es una bendición?" Y los hombres de aquella aldea
entendieron que, más allá de las apariencias, la vida tiene otros
significados.
Paulo Coelho
50 Pedro Arreola Coronel
51. Hojas de Vida
El Carpintero.
Un carpintero ya entrado en años estaba listo para retirarse. Le dijo a su
Jefe de sus planes de dejar el negocio de la construcción para llevar una
vida más placentera con su esposa y disfrutar de su familia.
El iba a extrañar su cheque mensual, pero necesitaba retirarse. Ellos
superarían esta etapa de alguna manera.
El Jefe sentía ver que su buen empleado dejaba la compañía y le pidió
que si podría construir una sola casa más, como un favor personal. El
carpintero accedió, pero se veía fácilmente que no estaba poniendo el
corazón en su trabajo.
Utilizaba materiales de inferior calidad y el trabajo era deficiente. Era una
desafortunada manera de terminar su carrera. Cuando el carpintero
terminó su trabajo y su Jefe fue a inspeccionar la casa, el Jefe le extendió
al carpintero las llaves de la puerta principal.
"Esta es tu casa," - dijo, "es mi regalo para ti."
¡Qué tragedia! ¡Qué pena! Si solamente el carpintero hubiera sabido que
estaba construyendo su propia casa, la hubiera hecho de manera
totalmente diferente. Ahora tendría que vivir en la casa que construyó "no
muy bien" que digamos!
Así que está en nosotros. Construimos nuestras vidas de manera distraída,
reaccionando cuando deberíamos actuar, dispuestos a poner en Ello
menos que lo mejor. En puntos importantes, no ponemos lo mejor de
Nosotros en nuestro trabajo. Entonces con pena vemos la situación que
hemos creado y encontramos que estamos viviendo en la casa que hemos
construido.
Si lo hubiéramos sabido antes, la habríamos hecho diferente. Piensen como
si fueran el carpintero. Piensen en su casa. Cada día clavamos un clavo,
levantamos una pared o edificamos un techo. Construyan con sabiduría.
Es la única vida que podrán construir. Inclusive si solo la viven por un día
más, ese día merece ser vivido con gracia y dignidad.
La placa en la pared dice: "La Vida Es Un Proyecto de Hágalo Usted
mismo". - ¿Quién podría decirlo más claramente? Su vida, ahora, es el
resultado de sus actitudes y elecciones del pasado. Su vida mañana será el
resultado de sus actitudes y elecciones hechas hoy.
51 Pedro Arreola Coronel
52. Hojas de Vida
El cofre de vidrio roto.
Érase una vez un anciano que había perdido a su esposa y vivía solo.
Había trabajado duramente como sastre toda su vida, pero los infortunios
lo habían dejado en bancarrota, y ahora era tan viejo que ya no podía
trabajar.
Las manos le temblaban tanto que no podía enhebrar una aguja, y la
visión se le había enturbiado demasiado para hacer una costura recta.
Tenía tres hijos varones, pero los tres habían crecido y se habían casado, y
estaban tan ocupados con su propia vida que sólo tenían tiempo para
cenar con su padre una vez por semana.
El anciano estaba cada vez más débil, y los hijos lo visitaban cada vez
menos.
— No quieren estar conmigo ahora -se decía- porque tienen miedo de que
yo me convierta en una carga.
Se pasó una noche en vela pensando qué sería de él y al fin trazó un plan.
A la mañana siguiente fue a ver a su amigo el carpintero y le pidió que le
fabricara un cofre grande. Luego fue a ver a su amigo el cerrajero y le
pidió que le diera un cerrojo viejo. Por último fue a ver a su amigo el vidriero
y le pidió todos los fragmentos de vidrio roto que tuviera.
El anciano se llevó el cofre a casa, lo llenó hasta el tope de vidrios rotos, le
echó llave y lo puso bajo la mesa de la cocina. Cuando sus hijos fueron a
cenar, lo tocaron con los pies.
— ¿Qué hay en ese cofre? preguntaron, mirando bajo la mesa.
— ¡Oh! nada, respondió el anciano, sólo algunas cosillas que he ahorrado.
Sus hijos lo empujaron y vieron que era muy pesado. Lo patearon y oyeron
un tintineo.
— Debe estar lleno con el oro que ahorró a lo largo de los años -susurraron.
Deliberaron y comprendieron que debían custodiar el tesoro. Decidieron
turnarse para vivir con el viejo, y así podrían cuidar también de él. La
primera semana el hijo menor se mudó a la casa del padre, y lo cuidó y le
52 Pedro Arreola Coronel
53. Hojas de Vida
cocinó. A la semana siguiente lo reemplazó el segundo hijo, y la semana
siguiente acudió el mayor. Así siguieron por un tiempo.
Al fin el anciano padre enfermó y falleció. Los hijos le hicieron un bonito
funeral, pues sabían que una fortuna los aguardaba bajo la mesa de la
cocina, y podían costearse un gasto grande con el viejo. Cuando terminó
la ceremonia, buscaron en toda la casa hasta encontrar la llave, y
abrieron el cofre. Por cierto, lo encontraron lleno de vidrios rotos.
— ¿Qué triquiñuela infame! -exclamó el hijo mayor-. ¡Qué crueldad hacia
sus hijos!
— Pero, ¿qué podía hacer? -preguntó tristemente el segundo hijo-. Seamos
francos. De no haber sido por el cofre, lo habríamos descuidado hasta el
final de sus días.
— Estoy avergonzado de mí mismo -sollozó el hijo menor-. Obligamos a
nuestro padre a rebajarse al engaño, porque no observamos el
mandamiento que él nos enseñó cuando éramos pequeños. Pero el hijo
mayor volcó el cofre para asegurarse de que no hubiera ningún objeto
valioso oculto entre los vidrios. Desparramó los vidrios en el suelo hasta
vaciar el cofre.
Los tres hermanos miraron silenciosamente dentro, donde leyeron una
inscripción que el padre les había dejado en el fondo: “Honrarás a tu
padre y a tu madre”.
William J. Bennet
53 Pedro Arreola Coronel
54. Hojas de Vida
El corazón más hermoso.
Un día un hombre joven se ubicó en el centro de un poblado y proclamó
que él poseía el corazón más hermoso de toda la comarca. Una gran
multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que
su corazón era perfecto, pues no se observaban en él máculas ni rasguños.
Sí, coincidió el gentío que era el corazón más hermoso de todos los
conocidos. Admirado, el joven se sintió más orgulloso aún, y con mayor
fervor aseguró poseer el corazón más hermoso de todo el vasto lugar. De
pronto, una persona señaló a un anciano y dijo: "¿Porqué dices eso, si tu
corazón no es ni aproximadamente lindo comparado con el de ese
hombre? Sorprendidos, la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y
vieron que, si bien latía vigorosamente, estaba cubierto de cicatrices y
hasta existían zonas donde partes del corazón habían sido reemplazadas
por otras que no encajaban perfectamente en el lugar, pues se veían
bordes y aristas irregulares en su contorno. También había lugares con
huecos donde faltaban trozos profundos. Entonces todas las personas
tuvieron una gran confusión y pensaron ¿cómo puede él decir que ese
corazón es más hermoso?
El joven contempló el corazón del anciano y al ver su estado desgarbado,
se echó a reír.
-Debes estar bromeando, dijo, compara su corazón con el mío... El mío es
perfecto. En cambio el suyo es un conjunto de cicatrices y dolor.
-Es cierto, dijo el individuo, tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me
involucraría contigo...
Alguien más agregó:
-¡Ahora entiendo!, escucha, cada cicatriz representa una persona a la
cual ese hombre entregó todo su amor. Arrancó porciones de su corazón
para entregárselos a cada uno de aquellos que ha amado. Muchos a su
vez, le han obsequiado una parte del suyo, que colocó en el lugar que
quedó abierto. Como las piezas no eran iguales, quedaron los bordes por
los cuales se alegra, porque al poseerlos vibra con el amor que han
compartido. Hubo oportunidades, en las cuales entregó un trozo de su
corazón a alguien, pero esa persona no le ofreció un poco del suyo a
cambio. De ahí quedaron los huecos.
54 Pedro Arreola Coronel