El altar de plata de la iglesia de San Marcos data del siglo XVIII y fue encargado por un donante anónimo. Consiste en un conjunto de piezas de plata fabricadas por el maestro platero Antonio Romero en 1767, incluyendo blandones y un Cristo de José de Arce. En el siglo XIX se añadió un frontal de níquel repujado a la capilla mayor.