1. El documento describe las consideraciones de enfermería para el cuidado de pacientes con infarto agudo de miocardio. 2. Se enfatiza la importancia de monitorear las complicaciones cardiacas, los efectos de los medicamentos y controlar los factores de riesgo. 3. También se provee una guía práctica para la enfermería con el fin de iniciar medidas de prevención secundaria desde la hospitalización del paciente.
1. ATENCIÓN DE ENFERMERÍA A PACIENTES CON
INFARTO AGUDO DEL MIOCARDIO
Instituto Nacional de Cardiología «Ignacio Chávez» de
México. De enfermería al paciente con infarto agudo
Es posible que en algún momento la enfermera clínica deba
dar asistencia a un paciente con infarto agudo del miocardio,
teniendo en cuenta que en nuestro país la enfermedad
coronaria es la segunda causa de muerte según los últimos
datos publicados por el Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE). En la fase aguda el paciente es instalado en
una unidad de cuidado intensivo (UCI) o en una unidad de cuidado coronario
(UCC) para mantenerlo bajo monitorización continua durante un período
variable, con el fin de valorar su evolución y prevenir la presencia de
complicaciones.
Para esto la intervención de la enfermera cobra importancia; es así como la
enfermera debe contar con los conocimientos y preparación suficientes para
orientar en forma oportuna todos sus esfuerzos, no solamente hacia brindar el
tratamiento específico a la persona con infarto, sino también hacia la
prevención y detección temprana de sus complicaciones.
Los datos sobre los cuales se establece el diagnóstico médico son clínicos,
electro cardiográficos y de laboratorio, herramientas en las que se basa la
enfermera para realizar su intervención. La Intervención de enfermería se
presta al paciente y a su familia mediante elementos interactivos del proceso
de enfermería: observación, diagnóstico de enfermería, planificación,
intervención y evaluación.
La observación y valoración física realizada por la enfermera se inicia con la
asistencia al dolor; debe valorar el tipo de dolor, localización, duración y causa
que lo desencadena. El significado del dolor para el paciente y el resultado de
la respuesta emocional son factores esenciales para que la enfermera lo asista.
2. El miedo y la ansiedad producida por el dolor pueden
aumentar el trabajo y la frecuencia cardíaca por estimulación
simpática.
El examen físico revela información sobre la situación actual
del paciente.
Los datos obtenidos son correlacionados con los hallazgos
clínicos y de laboratorio sobre los cuales se establece el plan
de cuidados de enfermería.
Es importante que la enfermera valore minuciosamente la
presión arterial, la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la
temperatura, ya que el paciente con infarto agudo del miocardio en la fase
aguda presenta cambios muy específicos en relación con éste e igualmente la
enfermera debe estar en capacidad de realizar su análisis e interpretación.
Respecto a los medios de diagnóstico que se emplean para confirmar la
presencia del infarto están las enzimas cardíacas y el electrocardiograma,
siendo su control y análisis responsabilidad de la enfermera. Igualmente está el
control de gases arteriales el cual permite evaluar la oxigenación y el balance
ácido básico, guiando el tratamiento y asegurando una oxigenación óptima.
Con base en los hallazgos y datos enunciados la enfermera identifica y define
los problemas reales y/o potenciales que presenta el paciente con infarto agudo
del miocardio en la fase aguda. Para cada uno planea actividades que
conduzcan a su solución y de esta forma prevé que la atención proporcionada
sea de calidad.
3. Prevención secundaria de la cardiopatía isquémica.
Influencia del personal de enfermería
Autores
María Gorosquieta Alfonso Milagros Esquíroz Salas
Resumen
La cardiopatía isquémica y su impacto social ha llevado al
Ministerio de Sanidad y Consumo a elaborar un Plan Integral
de Cardiopatía Isquémica (PICI) centrado en la prevención, detección precoz y
mejora del tratamiento. En concordancia con este Plan, desde enfermería
consideramos oportuno diseñar una guía práctica que facilite el inicio de
medidas de prevención secundaria desde el ingreso hospitalario del paciente
con cardiopatía isquémica.
Palabras Clave
Prevención secundaria, cardiopatía isquémica, guía enfermería.
Abstract
Ischemic cardiopathy and its social consequences induced the Spanish Ministry
of Health and Consumption to elaborate the so-called Integral Plan of Ischemic
Cardiopathy (Plan Integral de Cardiopatia Isquemica (PICI) centered on
measures of prevention, early detection and treatment improvement. In this
context, the role of nursing is revealed fundamental to promote the enforcement
of prevention measures, life style changes and the adequate treatment, all of
which are to be reflected in the day-to-day medical practice.
4. Contenido
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera
causa de muerte en el mundo occidental. Actualmente, en
España la enfermedad isquémica del corazón ocasiona el
mayor número de muertes cardiovasculares, siendo el infarto
agudo de miocardio la más frecuente, con un 64% (67% en
los varones y 60% en las mujeres). De hecho en España, la
cardiopatía isquémica y su impacto social ha llevado al
Ministerio de Sanidad y Consumo a elaborar un Plan Integral
de Cardiopatía Isquémica (PICI) centrado en la prevención, detección precoz y
mejora del tratamiento. Dicho Plan señala que “la información al paciente y sus
familiares o cuidadores sobre la enfermedad coronaria y su prevención es
insuficiente, tanto durante la estancia hospitalaria como en el momento del
alta”. Y apuesta por “la creación de programas de mantenimiento de las
medidas de prevención secundaria y rehabilitación cardiaca y que para ello, se
debe estimular la implicación de los profesionales en la realización de los
mismos”. En concordancia con este Plan, desde enfermería consideramos
oportuno diseñar una guía práctica que facilite el inicio de medidas de
prevención secundaria desde el ingreso hospitalario del paciente con
cardiopatía isquémica. Desarrollamos el caso más frecuente que es el infarto
agudo de miocardio.
Objetivos: Potenciar en nuestro colectivo la educación sanitaria como
herramienta de trabajo para disminuir los factores de riesgo en la cardiopatía
isquémica, destacando las funciones de la enfermera dentro de un equipo
multidisciplinar.- Diseñar y difundir una guía práctica para enfermería que
facilite el inicio de medidas de prevención secundaria desde el ingreso
hospitalario del paciente.
Metodología: Se realizó una revisión bibliográfica que fue analizada mediante
técnicas grupales con expertos.
Resultado: Se elaboró una guía práctica sobre la prevención secundaria
dividida en diferentes apartados:
5. • Definición de prevención secundaria
• Vigilancia de complicaciones cardiacas
• Vigilancia de los efectos farmacológicos
• Control de los factores de riesgo
• Rehabilitación cardiaca.
1. DEFINICIÓN DE PREVENCION SECUNDARIA
Prevención secundaria son aquellas medidas encaminadas a
disminuir el riesgo de nuevos eventos una vez que se ha manifestado la
enfermedad, en este caso la cardiopatía isquémica.
2. VIGILANCIA DE COMPLICACIONES CARDIACAS
Durante la hospitalización (entre el segundo y quinto día): Las principales
complicaciones que se pueden presentar son: la presencia o no de isquemia,
insuficiencia cardiaca, shock cardiogénico, arritmias ventriculares malignas,
Intervención de enfermería:
• Isquemia:
Evaluar el dolor torácico (intensidad, localización, radiación, duración y
factores precipitantes y de alivio).
Investigar otros síntomas acompañantes
Tomar tensión arterial
Obtener ECG de 12 derivaciones con y sin dolor,
Administrar nitroglicerina sublingual si el dolor no cede
espontáneamente y tensión arterial sistólica> 90mmHg.
Instruir al paciente sobre la importancia del informe inmediato de
cualquier molestia torácica.
6. • Insuficiencia cardiaca:
Vigilar signos y síntomas: disnea, mareo, astenia,
hipotensión arterial e ingurgitación yugular. En la
auscultación vigilar; crepitantes, tercer ruido y soplos
cardiacos.
Controlar el equilibrio de líquidos (ingestión/
eliminación y peso diario).
Mantener oxigenoterapia según se ordene.
• Arritmias:
Vigilar la aparición de arritmias ventriculares rápidas o lentas y
manifestaciones: palpitaciones, mareo y sincopes.
Ante la sospecha debe realizarse ECG y mantener monitorización. El
infarto agudo de miocardio anterior extenso tiene alto riesgo de arritmias
ventriculares por lo que se mantiene monitorización prolongada
(telemetría).
3. VIGILANCIA DE LOS EFECTOS FARMACOLÓGICOS
Los grupos de fármacos que han demostrado beneficio en el periodo
postinfarto son: Antiagregantes/anticoagulantes, B-bloqueantes, IECAs y
estatinas. Estos fármacos se administran durante la hospitalización y
pueden tener efectos secundarios y/o molestos por lo que es
conveniente prestar atención a los signos y síntomas que aparecen con
más frecuencia. Por otra parte, la administración de estos medicamentos
por vía oral está influenciado por una serie de circunstancias que hacen
que la toma oral de un fármaco no sea garantía de que su efecto se
haga de manera idónea. Por esta razón se debe seguir minuciosamente
los consejos para cada fármaco.
7. Intervención de enfermería
• Los Antiagregantes/anticoagulantes: Vigilancia:
manifestaciones gástricas y hemorrágicas.
Precauciones: administrar los fármacos con las
comidas. En caso de los anticoagulantes, aconsejar al
paciente la dosis siempre a la misma hora para evitar
no olvidar su ingesta.
• Los B-bloqueantes: Vigilancia: hipotensión arterial,
insuficiencia cardiaca, hipoglucemia, bradicardia,
mareo, fatiga, bronco espasmo, insomnio… Precauciones: Tomar
frecuencia cardiaca y tensión arterial antes de administrar la dosis.
• Los IECAs: Vigilancia: mareo, tos, insuficiencia renal, hiperpotasemia,
rash. Precauciones: Tomar tensión arterial antes de administrar la dosis.
Las Estatinas: Vigilancia: Dolores musculares, visión borrosa
4. CONTROL DE LOS FACTORES DE RIESGO CARDIOVASCULAR
Los factores de riesgo son aquellas características o hábitos de las
personas que se han visto ligados a la aparición de la enfermedad
isquémica. Los principales factores de riesgo se clasifican en:
No modificables: edad, sexo masculino, antecedentes familiares de
cardiopatía isquémica, presencia de enfermedad coronaria
Modificables: tabaquismo, hipercolesterolemía, hipertrigliceridemía,
diabetes, obesidad, sedentarismo, hipertensión arterial. El control y
seguimiento de los factores de riesgo cardiovasculares y especialmente
de los mayores (hipertensión arterial, tabaquismo, dislipemia y diabetes)
es primordial en la prevención secundaria del infarto, y es ahí donde la
enfermera juega un papel esencial para la información al paciente y sus
familias. Esta información facilitada por cualquier medio (hablado, escrito
o audiovisual) debe concienciar al paciente sobre la necesidad de una
prevención adecuada y de por vida de sus factores de riesgo.
8. Los objetivos preventivos así como las
recomendaciones descritas a continuación siguen los
criterios de la Sociedad Española de Cardiología. Nos
centraremos en el control de los factores de riesgo
modificables.
Intervención de enfermería:
• TABAQUISMO
Objetivo: abandono del tabaco en menos de 6 meses.
Intervención educativa:
Consejo antitabaco. La propia hospitalización se convierte en un
estimulo para el paciente que posteriormente deberemos reforzar.
Aconsejaremos enérgicamente al paciente que deje de fumar insistiendo
en que también lo haga el resto de la familia.
Programas de modificación de conducta y pautas de reemplazo de
nicotina.
• DISLIPEMIA:
Objetivo: conseguir una cifra de colesterol total inferior a 200
mg/dl y/o LDL inferior a 100 mg/dl.
Intervención educativa:
Mantener un peso corporal correcto
Disminuir el consumo de alimentos ricos en colesterol y grasas
saturadas como: yemas de huevo, leche entera y
derivados(quesos, mantequilla), carnes grasas (cerdo), marisco,
embutidos, vísceras (sesos, hígado).
Recomendable la utilización de vegetales, legumbres, fruta,
carnes magras, aves sin piel, pescado, leche descremada,
margarina vegetal
Para cocinar uso de aceite vegetal (oliva, soja, girasol…).
Tomar tratamiento hipolipemiante si es prescrito facultativamente.
9. • HIPERTENSION ARTERIAL:
Objetivo: conseguir unas cifras tensiónales por
debajo de 140/90 mm Hg
Intervención educativa:
Pérdida del exceso de peso.
Reducir el consumo de sal a < 6 gramos
al día: eliminar el salero de la mesa;
eliminar los alimentos muy ricos en sal
como anchoas, aceitunas, embutidos;
disminuir el consumo de quesos,
conservas, sopas de sobre, carnes curadas con sal;
eliminar otras fuentes de sodio: bicarbonato, aguas
minerales con gas.
No sobrepasar la toma de 1 o 2 tazas de café o té
descafeinado al día.
No sobrepasarla ingesta de 30 gramos al día de alcohol (1
ó 2 vasos de vino al día).
Insistir siempre al paciente acerca del cumplimiento del
tratamiento hipotensor ya que con frecuencia se realiza de
forma deficiente.
• DIABETES:
Objetivo: mantener normoglucemias <125 mg/dl
Intervención educativa: se debe seguir las recomendaciones de
dieta, tratamiento y ejercicio para mantener las cifras de glucosa
lo más cerca de los valores normales.
10. • OBESIDAD:
Objetivo: índice de circunferencia
cintura/cadera inferior a 94cm para varones y
de 80 para mujeres y/o conseguir un IMC
(kg/m2) < 25.
Intervención educativa:
Aumentar el ejercicio físico
Disminuir la cantidad de alimentos
ingeridos y reducir el consumo de
harinas, dulces, grasas y alcohol
Aumentar el consumo de frutas y verduras.
• ESTRES EMOCIONAL:
Objetivo: manejar y controlar el estrés.
Intervención educativa:
Realizar las actividades habituales (comer, conducir,
caminar, hablar) sin sensación de urgencia, más
lentamente.
Pensamiento positivo.
Saber decir NO.
Liberación de la preocupación excesiva con respecto al
reloj, al que dirán, a los compromisos sociales.
Saborear experiencias decididas por uno mismo como la
música, pintar...
Aprender a relajarse.
Desarrollar relaciones de calidad con la familia y amigos.
Otros factores de menor trascendencia, pero que hay que tener en cuenta en la
formación de la arteriosclerosis son:
11. • SEDENTARISMO:
Objetivo: hacer ejercicio con una frecuencia
semanal de 5 o 6 días y al menos una hora.
Intervención educativa:
El ejercicio debe ser aeróbico (marcha,
carrera, natación, ciclismo, etc.
El ejercicio se hará pasadas 2 horas de
las comidas y evitando la exposición a
temperaturas extremas, así como al
estrés.
Se evitarán ejercicios isométricos: esfuerzo excesivo para
defecar, cargar objetos pesados, empujar contra algo duro
o tirar de un objeto muy pesado.
• ACTIVIDAD LABORAL:
La reincorporación laboral deberá producirse en la mayoría de los
pacientes considerados de bajo riesgo a los 3-6 meses del
episodio agudo.
• ACTIVIDAD SEXUAL:
Es un ejercicio físico añadido de un componente emocional. Hay
que recordar que el trabajo que se realiza es igual al de subir 2
pisos de escaleras. En caso de no existir contraindicación, es
posible reanudar esta actividad entre la tercera y cuarta semana
de la fase aguda de la enfermedad.
• CONDUCCION DE AUTOMOVILES:
Se esperará a conducir a partir de la cuarta-sexta semana, como
mínimo tras salir del hospital. Se evitará al principio trayectos
largos y siempre que la conducción no le represente una
sobrecarga emocional.
12. 5. REHABILITACIÓN CARDIACA
Los programas de rehabilitación cardiaca son sistemas
terapéuticos multifactoriales con actuaciones a nivel físico,
psicológico y de control de factores de riesgo, con el doble
propósito de mejorar la calidad de vida y pronóstico de la
enfermedad. En dichos programas participan diferentes
profesionales del equipo multidisciplinario de salud donde la
enfermería tiene una participación cada vez más significativa
desarrollando acciones en cada una de sus áreas:
administrativa, asistencial, docente, y de investigación. Los programas de
rehabilitación cardiaca están diseñados para los pacientes diagnosticados de
infarto agudo de miocardio y no para los de “alto riesgo”. De todas formas,
aunque en algún caso esté contraindicada la realización de ejercicio físico, el
resto de actividades de la rehabilitación cardiaca nunca lo están. Dichos
programas han sido clasificados tradicionalmente en tres fases atendiendo a
las condiciones clínicas y al estado funcional del paciente:
• La primera fase es la hospitalaria:
Intervención de enfermería:
Identificación de los factores de riesgo: Registro y valoración
(anteriormente explicado).
Intervención física o movilización precoz:
Al segundo día de ingreso se inicia la actividad física en cuanto a la
movilización al sillón. Los paseos por la habitación se inician al cuarto
día con aumento progresivo según tolerancia. Se supervisará en todo
caso, que el paciente esté estable y sin signos y síntomas de
intolerancia al esfuerzo (disnea, angina…).
13. Intervención psicológica:
Reconocer los efectos psicológicos del estado
subyacente al objeto de controlar diferentes trastornos
como depresión, ansiedad, miedo al futuro, negación
de la enfermedad y otros.
Educación sanitaria al alta:
La información se dará oral o escrita si procede
Instruir al paciente y familia sobre el régimen de
ejercicios, indicando las limitaciones, si procede.
Instruir al paciente y familia sobre la identificación y
manejo del dolor torácico (cesar actividad, tomar nitroglicerina sublingual
en posición sentado o tumbado cada cinco minutos tres veces, si el dolor
no remite recurrir a servicios de urgencias). Instruir al paciente y familia
sobre la modificación de los factores de riesgo cardiacos.
Instruir al paciente y familia sobre los fármacos prescritos.
La segunda fase, de dos meses de duración es la fase ambulatoria.
La fase tercera dura en teoría toda la vida y en él en ella el paciente se
hace autónomo.
Conclusiones- La enfermera debe realizar una labor de prevención ya que es el
profesional responsable de orientar el autocuidado del paciente y su familia y
es un constante punto de referencia, apoyo profesional y emocional para ellos.-
El seguimiento de esta guía facilita el reconocimiento de los signos y síntomas
así como los factores de riesgo del paciente con cardiopatía isquémica,
mejorando la calidad de la asistencia.