Las enfermedades infecciosas son más graves en personas mayores debido a que su sistema inmunológico es menos sensible y más susceptible a la infección, mostrando una notable pérdida de la capacidad funcional de la inmunidad celular y una depresión de la inmunidad celular asociada con defectos de los linfocitos T relacionados con la edad, así como una disminución de la producción de anticuerpos y del reflejo tusígeno, predisponiendo a la infección respiratoria.