SlideShare uma empresa Scribd logo
1 de 78
Baixar para ler offline
Literatura Argentina
Los Orígenes




  PDF generado usando el kit de herramientas de fuente abierta mwlib. Ver http://code.pediapress.com/ para mayor información.
                                      PDF generated at: Sat, 02 Apr 2011 11:51:19 UTC
Contenidos
Artículos
La literatura en Argentina                                        1
    Literatura de Argentina                                       1

Echeverría y Sarmiento                                            8
    Esteban Echeverría                                            8
    Romanticismo                                                 11
    El matadero                                                  20
    Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas   22
    Domingo Faustino Sarmiento                                   38

La Literatura Gauchesca                                          51
    Literatura gauchesca                                         51
    José Hernández                                               52
    El Gaucho Martín Fierro                                      55
    La vuelta de Martín Fierro                                   57
    Gaucho                                                       59


Referencias
    Fuentes y contribuyentes del artículo                        74
    Fuentes de imagen, Licencias y contribuyentes                75


Licencias de artículos
    Licencia                                                     77
1




                          La literatura en Argentina

Literatura de Argentina
La literatura argentina, es decir el conjunto de obras literarias
producidas por escritores de la República Argentina, es una de las
más prolíficas, relevantes e influyentes de América Latina, con
escritores de renombre como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar,
Leopoldo Lugones o Ernesto Sabato.


Inicios
La literatura de habla hispana en el territorio argentino, se inicia
con la conquista y colonización española.
Los conquistadores traían consigo cronistas que redactaban y
describían todos los acontecimientos importantes, aunque con ojos
españoles y para un público lector español.
Siendo Santiago del Estero la primera ciudad de la Argentina,
varios cronistas de esta población pueden ser considerados como
los iniciadores de la crónica literaria y poesía argentina. Entre ellos
destacan Luis Pardo, quien fuese alabado como poeta por                         Jorge Luis Borges (1899-1986).

Garcilaso de la Vega. También Matheo Rojas de Oquendo y
Bernal Díaz del Castillo.

El primer cronista del Río de La Plata fue Ulrico Schmidl, con su obra "Derrotero y viaje a España y a las Indias",
una obra muy discutida por las diferencias entre traducciones[1]
La Universidad de Córdoba, fundada en 1613, se convirtió rápidamente en un centro de cultura.
A medida que la población criolla crecía y la educación de ésta se fortalecía, surgían los primeros destellos -aunque
en forma embrionaria- de una literatura local en forma de cartas, epístolas y otros tipos de composiciones.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, aunque las autoridades españolas se empeñaban en restringir las noticias
que llegaban de Europa a América, al puerto de Buenos Aires arribaban, subrepticiamente ocultos en los barcos, todo
tipo de libros. La Revolución acabó con las restricciones, y cuando en 1812 se inauguró la primera biblioteca pública
de Buenos Aires, promovida por Mariano Moreno, en apenas un mes los habitantes de Buenos Aires donaron más de
2000 libros, lo que demuestra la avidez con que se leía en aquella época.
Las tensiones con la literatura francesa produjeron los fenómenos del criollismo, o literatura gauchesca y la
reivindicación de la literatura española. Hispanistas y gauchescos no formaron escuelas definidas ni coincidieron
siempre en el tiempo; fueron más bien manifestaciones que tácitamente rechazaban la influencia francesa. Mientras
los primeros apenas dejaron huellas en cuanto a cantidad y calidad de obras, a los segundos se los considera
fundadores de la literatura argentina moderna.
Sin embargo, el primer relato que merece para muchos críticos el nombre de «fundacional», fue escrito antes de
mediados del siglo XIX por Esteban Echeverría (1805-1851), escritor y político liberal, de tendencia romántica
perteneciente a la denominada Generación del 37.
Literatura de Argentina                                                                                                    2


    Su cuento El matadero, que describe una escena brutal de tortura y asesinato en los mataderos de ganado de Buenos
    Aires, es de un estilo realista infrecuente en la época.
    Echeverría escribió también el poema La cautiva, de ambiente rural, pero de estilo culto y complejas resoluciones
    metafóricas y sintácticas.
    La literatura gauchesca comienza con la obra del oriental Bartolomé
    Hidalgo. Sus Cielitos, que hablan de la peripecia patriótica, van deviniendo
    después en poemas en los cuales se incorporan las primeras denuncias que
    luego continuarán la voz de Los Tres Gauchos Orientales y más tarde la
    voz de Martín Fierro de José Hernández.
    Posteriormente ocurre la publicación de Fausto, de Estanislao del Campo
    (1866), sátira en verso en la que un gaucho relata con su propio lenguaje
    una representación del Fausto de Charles Gounod en la ópera de Buenos
    Aires, el Teatro Colón.


    El salón literario
    Marcos Sastre, un librero de la ciudad de Buenos Aires, ofreció en 1837 un
    salón de su "Librería Argentina" para oficiar de salón literario y que se
    efectuaran allí las reuniones de los grupos de lecturas y discusión de los          José Hernández.
                                                                        [2]
    intelectuales. La primera sesión inaugural fue en junio de 1837. Los
    conceptos básicos que cohesionaron al grupo, sentados en los discursos inaugurales de Juan Bautista Alberdi,
    Marcos Sastre, Juan María Gutiérrez, fueron:

    • Necesidad de reflexionar sobre los acontecimientos políticos del pasado para poder actuar sobre el presente.
      Como manifestara Echeverría en un discurso frente al Código: "Señores, si hemos de hacer algo por nuestra
      patria, es preciso que nuestras ideas nazcan del conocimiento de la vida anterior y presente de nuestra sociedad."
    • Retorno a los ideales de la Revolución de Mayo, de la que se consideraban hijos y sucesores.
    • Creación de una literatura nacional, unida al medio geográfico y social, que atendiera "al fondo más que a la
      forma del pensamiento, a la idea más que al estilo, a la belleza útil más que a la belleza en sí" (Alberdi); que
      "armonice con la virgen y grandiosa naturaleza americana" (Echeverría). Los modelos literarios serán los
      ofrecidos por el romanticismo europeo, pero con una fuerte impronta de carácter criollista.
    • Propuesta de un divorcio con respecto a los modelos literarios españoles y a la tutela académica.
    • Defensa de la libertad en el empleo de la lengua, aceptan las variantes regionales del español americano.
Literatura de Argentina                                                                                                      3


    Martín Fierro
    Martín Fierro es un poema narrativo de José Hernández, obra literaria considerada ejemplar del género gauchesco
    en Argentina y Uruguay. Se publicó en 1872 con el título El Gaucho Martín Fierro, y su continuación, La vuelta de
    Martín Fierro, apareció en 1879.
                                        Narra el carácter independiente, heroico y sacrificado del gaucho. El poema es, en
                                        parte, una protesta en contra de las tendencias europeas y modernas del presidente
                                        argentino Domingo Faustino Sarmiento.
                                        Leopoldo Lugones, en su obra literaria El payador calificó a este poema como "el
                                        libro nacional de los argentinos" y reconoció al gaucho su calidad de genuino
                                        representante del país, emblema de la argentinidad. Para Ricardo Rojas
                                        representaba el clásico argentino por antonomasia. El gaucho dejaba de ser un
                                        hombre "fuera de la ley" para convertirse en héroe nacional. Leopoldo Marechal,
                                        en un ensayo titulado Simbolismos del "Martín Fierro" le buscó una clave
                                        alegórica. José María Rosa vio en el "Martín Fierro" una interpretación de la
                                        historia argentina.
             Portada del libro.         Este libro ha aparecido literalmente en cientos de ediciones y fue traducido a más
                                        de 70 idiomas. La última fue al Quichua, tras nueve años de trabajo, por Don
    Sixto Palavecino y Gabriel Conti.
    La obra narra las desventuras de un gaucho, reclutado a la fuerza para la guerra contra el indio, quien a su regreso
    mata a un hombre en duelo, huye y se exilia entre los salvajes.
    Vuelto a la civilización, pronuncia una serie de máximas a sus hijos y reflexiones sobre las penurias de sus paisanos,
    los gauchos, parias de la pampa.


    Domingo F. Sarmiento, Facundo
    En 1845, Domingo Faustino Sarmiento, escritor y político que llegaría a la Presidencia de la Nación, había publicado
    Facundo, sobre el caudillo provincial Facundo Quiroga, a quien describe agudamente, pero a la vez pinta como
    símbolo y representación de la barbarie, a la que Sarmiento oponía el progreso y la civilización. Para la crítica del
    siglo XX, Facundo es también un libro inaugural de la literatura argentina.
    En cuanto a la producción literaria de mujeres, destacan en el siglo XIX autoras como Juana Manuela Gorriti,
    Eduarda Mansilla, Rosa Guerra y Juana Manso, que por un lado también discuten a su manera el problema nacional,
    por ejemplo con el motivo de la Cautiva o el tema gauchesco, por otro lado se insertan en la incipiente discusión
    feminista de la época, con problemas como la educación de la mujer.
Literatura de Argentina                                                                                                       4


    Siglo XX
    Normalizada la vida política después de las guerras interiores, y con el gobierno
    en manos de liberales, el país entra con gran pujanza en el nuevo siglo y la
    literatura se hace cosmopolita. El poeta, narrador y ensayista Leopoldo Lugones
    es la figura que representa este puente entre dos épocas. Influido por la poesía
    del nicaragüense Rubén Darío, escribió poemarios de elaborada retórica,
    cuentos y combativos ensayos. De su anarquismo inicial derivó hacia el
    nacionalismo autoritario, apoyó el primer golpe de Estado en el país (1930) y se
    suicidó en una posada en el delta del río Paraná.

    A la poesía suntuosa de Lugones, sigue la «sencillista», de poetas como
    Baldomero Fernández Moreno y Evaristo Carriego. También a principios de
    este siglo es cuando Gustavo Martínez Zuviría (Hugo Wast) da comienzo a su
    gran producción de artículos y novelas varias de las cuales fueron llevadas al
    cine. Se destacan entre ellas Flor de Durazno (1911) en la que hace su debut en
                                                                                                 Leopoldo Lugones.
    el cine Carlos Gardel y Valle Negro (1918) novela elogiada por Miguel de
    Unamuno.

    Ricardo Güiraldes publica su Don Segundo Sombra, novela rural que a diferencia de Martín Fierro no reivindica
    socialmente al gaucho, sino que lo evoca como personaje legendario, en un tono elegíaco.
    En la provincia de Entre Ríos, a la orilla del río Paraná, el poeta Juan L. Ortiz inicia una obra solitaria, de intensa
    relación con el paisaje fluvial, pero también con sus humildes habitantes.
    En la década del cuarenta aparece una nueva vanguardia de la mano de Juan-Jacobo Bajarlía junto a Gyula Kosice,
    Edgar Bayley, Carmelo Arden Quin y Tomás Maldonado entre otros. Al mismo tiempo, se afirma la figura de
    Borges, a la vez que es cuestionada por su presunto «cosmopolitismo». Ernesto Sabato publica su primera novela, El
    túnel, elogiada y premiada en Europa. Leopoldo Marechal publica varios libros de poesía y su Adán Buenosayres
    (1948).
    Publican poetas como Olga Orozco y Enrique Molina y la poeta Celia Gourinski, influidos por el surrealismo
    europeo; Alberto Girri, admirador de la poesía anglosajona y Edgar Bayley, cofundador del «concretismo», de mayor
    gravitación en las artes plásticas que en la literatura.
    Julio Cortázar edita sus primeros cuentos en los años 1950, el primero de ellos
    por gestión de Borges, y se autoexilia en París.
    En esa década y la siguiente, la vanguardia poética se reagrupa en la revista
    Poesía Buenos Aires, dirigida por Raúl Gustavo Aguirre.
    El poeta Juan Gelman aparece como la figura más destacada de una poesía de
    tono coloquial, políticamente comprometida, que incluye a Juana Bignozzi y
    Horacio Salas, mientras Fernando Demaría se destaca por su lirismo
    íntimamente ligado a la tierra y al paisaje.
    Destacan también, en poesía, Rafael Squirru, Fernando Guibert, Joaquín
    Giannuzzi, Leónidas Lamborghini,Emeterio Cerro, Juan-Jacobo Bajarlía,
    Alejandra Pizarnik, Abelardo Castillo, Liliana Heker, Vicente Battista, Beatriz
    Guido, Bernardo Kordon, Juan José Manauta, Rodolfo Walsh, Adolfo Bioy
    Casares, de muy distintas ideas estéticas, que recorren una gama de estilos que
                                                                                                   Julio Cortázar.
    va desde lo social hasta lo existencial y lo fantástico. Sobresale en el interior
    argentino, Juan Bautista Zalazar, poeta y cuentista nacido en La Rioja y
    afincado en Catamarca.
Literatura de Argentina                                                                                                          5


    Después de la dictadura militar de la historia local (1976-1983), en la narrativa se destacan nombres como los de
    Daniel Moyano, Ricardo Piglia, Manuel Puig, Antonio Di Benedetto, César Aira, Juan José Saer, Julio Carreras (h),
    Antonio Dal Masetto, Alan Pauls, Ana María Shua, Rodolfo Fogwill, Alicia Steimberg, Luisa Valenzuela, Alberto
    Laiseca, Osvaldo Soriano, Luisa Futoransky, Jorge Asís, Héctor Tizón, Rodrigo Fresán, Mempo Giardinelli, Alicia
    Kozameh, Reina Roffé, Cristina Feijóo, Rodolfo Rabanal, Susana Szwarc, Liliana Heker, Jorge Torres Zavaleta,
    Leopoldo Brizuela, Guillermo Martínez y poetas como Celia Gourinski, Arturo Carrera, Néstor Perlongher, Ricardo
    Zelarrayán, Susana Thénon, Irene Gruss, Cristina Piña, Diana Bellessi, Jorge Aulicino,Ruth Mehl, Fabián Casas,
    Santiago Sylvester, Horacio Castillo, María del Carmen Colombo, Rafael Roldán Auzqui.
    Muchos de estos autores habían comenzado su actividad en los años anteriores a la dictadura; otros aparecen en los
    ochenta y noventa para reanudar la discusión literaria. El tono paródico en algunos de ellos, la ironía, la fantasía, el
    realismo y la épica, la gravedad o la liviandad, el minimalismo y la lírica intimista y feminista indican las tendencias
    y tensiones del momento histórico.


    La polémica Florida-Boedo
    En los años veinte, surge la polémica Florida-Boedo, entre lo que se conocería como el Grupo Florida y Grupo
    Boedo. Ambos grupos aglutinan a la vanguardia. El Grupo Florida tiene entre sus miembros sobre todo a personajes
    de la élite económica, mientras que el Grupo Boedo se proclama como antivanguardista, más ligados a los problemas
    sociales y económicos de las clases trabajadoras, influidos por el modelo realista de la literatura rusa, entre los que se
    destaca Roberto Arlt, aunque nunca se proclamó como perteneciente al Grupo Boedo. La polémica Florida-Boedo no
    es solamente de carácter económico, sino que refleja modos diferentes de concebir la literatura y la escritura; esto
    incluye las temáticas tratadas, el lenguaje utilizado, la función social que cada grupo le asigna a la literatura y los
    modelos literarios a seguir.
    La hoja de divulgación del Grupo Florida se llamaría, significativamente, Martín Fierro, para algunos, un gesto
    snob, para otros, la expresión del matiz criollista que quería subrayar el movimiento innovador. En ese periódico
    escribe Jorge Luis Borges, quien con el tiempo sería el más conocido fuera de las fronteras del país, y otros poetas
    clave, como Raúl González Tuñón y Oliverio Girondo (estos últimos, pertenecientes al Grupo Boedo).


    Revistas literarias
    En Argentina, las revistas literarias fueron cruciales en la difusión de nuevos escritores, intelectuales y académicos,
    además de ser un punto de encuentro para el intercambio de las diferentes perspectivas sobre la literatura y los
    posicionamientos políticos en relación a los modelos literarios.
    Algunas de las principales revistas fueron:
    •   Revista Sur - 1931-1992 - 371 ejemplares
    •   Contra. La revista de los francotiradores - 1933-1933 - 6 ejemplares
    •   Contorno (revista) - 1953 - 1959 - 10 ejemplares
    •   Revista Punto de Vista - 1978
    •   Crisis - 1973-1976
    •   Puro Cuento - 1985-1992
Literatura de Argentina                    7




                          (sitio oficial
8




                           Echeverría y Sarmiento

Esteban Echeverría
                                                   Esteban Echeverría




                                 Esteban Echeverría, según una pintura de Ernesto Charton.
                               Nombre completo José Esteban Antonio Echeverría Espinosa

                               Nacimiento         2 de septiembre de 1805
                                                      Buenos Aires, Argentina

                               Defunción          19 de enero de 1851 (45 años)
                                                      Montevideo, Uruguay

                               Ocupación          Escritor y poeta.

                               Nacionalidad

                               Lengua materna     Español.

                               Movimientos        Romanticismo

                               Obras notables     El matadero, La cautiva, Dogma Socialista.


José Esteban Antonio Echeverría Espinosa (Buenos Aires, Argentina, 2 de septiembre de 1805 - Montevideo,
Uruguay, 19 de enero de 1851) fue un escritor y poeta argentino, que introdujo el romanticismo en su país.
Perteneciente a la denominada Generación del 37, es autor de obras como Dogma Socialista, La cautiva y El
matadero, entre otras.[1]


Biografía
Era hijo de la porteña doña María Espinosa y del español vizcaíno José Domingo Echeverría.
A temprana edad perdió a su padre y fue iniciado en sus primeras letras por su madre. Comenzó la escuela primaria
en la escuela de San Telmo, pero al poco tiempo queda también huérfano de su madre, quien falleció en 1822.
Desamparado, comenzó una azarosa vida adolescente, que agravó ciertos problemas cardíacos que lo aquejaban y,
con el tiempo lo obligaron a cambiar de vida . Ingresó en el recientemente creado Departamento de Estudios
Preparatorios de la Universidad de Buenos Aires y en la Escuela de Dibujo de la misma, a la vez que, en 1823,
comenzó a trabajar como dependiente en el comercio de los hermanos Lezica, que ya por entonces tenía
representación en países de Europa y América.
Esteban Echeverría                                                                                                          9


    Estudios en Francia
    A los veinte años, resolvió completar su educación en Europa. Parte desde Buenos Aires el 17 de octubre de 1825 a
    bordo de “La Joven Matilde” y, tras un viaje accidentado, recala en el puerto de El Havre, Francia. Años más tarde,
    en El ángel caído, un poema épico con fuertes influencias de Lord Byron y José de Espronceda, Echeverría deja
    testimonio de esa travesía.
    La ausencia de la patria (1825-1830) le fue provechosa. En el comienzo de su viaje, en el trayecto entre el Río de la
    Plata y Brasil, escribe Peregrinaje de Gualpo. Ya instalado en París, en el barrio de Saint-Jacques, desde el 6 de
    marzo de 1827, estudia ciencias en el Ateneo, dibujo en una academia y economía política y derecho en La Sorbona.
    Allí mismo se interesó por las tendencias literarias de la época, y estudió con afán ejemplar, logrando una sólida
    educación.


    Regreso a la Argentina
    En junio de 1830, regresó a Buenos Aires, e introdujo en la zona del Río de la Plata el romanticismo literario. En
    1831, publicó sus primeros versos breves en el periódico La Gaceta Mercantil y también los versos de La Profecía
    de la Plata en el periódico El Diario de la Tarde. Al año siguiente, en 1832, editó en forma de folleto, Elvira o La
    novia del Plata considerada la primera obra romántica en lengua castellana. En 1834 publicó el primer libro de
    versos de la literatura argentina (Anteriormente se publicaron poemas sueltos), Los Consuelos.
    Por estos años, sus reiterados problemas de salud, lo llevan a pasar un tiempo en la ciudad de Mercedes, actual
    capital del departamento de Soriano, República Oriental del Uruguay.
    De vuelta en Buenos Aires, participó activamente en el Salón literario que funcionaba en la trastienda de la librería
    de don Marcos Sastre, inaugurado en junio de 1837. Ese mismo año se estima que escribió el cuadro de costumbres
    Apología del Matambre y publicó Rimas, que incluye su obra poética más reconocida: La Cautiva.
    En 1838, Juan Manuel de Rosas ordenó la clausura del Salón Literario de Marcos Sastre, y Echeverría funda y
    preside la "Asociación de la Joven Generación Argentina", luego "Asociación de Mayo", inspirada en las
    agrupaciones carbonarias italianas, como La Joven Italia de Giuseppe Mazzini. Fue en esta asociación donde expuso
    su ideal de recuperar el espíritu de la Revolución de Mayo, redactó y leyó el Credo de esta Asociación, compuesto
    por quince Palabras Simbólicas, y que servirán de base para la redacción posterior de El Dogma Socialista de 1846.
    Presumiblemente, entre 1838 y 1840, mientras residía en la estancia "Los talas", cerca de Luján, Provincia de
    Buenos Aires, escribe El matadero, que se publicará póstumamente.
    En 1839, Echeverría, a pesar de no estar de acuerdo con la toma del poder por métodos no violentos, adhiere al
    fracasado "Levantamiento de Dolores" o de los Libres del Sur contra el gobierno rosista, por el cual se dicta la "Ley
    del 9 de noviembre de 1839" que, entre otras cosas, identifica a los unitarios como autores de la intentona.


    Exilio en Uruguay y muerte
    A finales de 1840, se autoexilia en la República Oriental del Uruguay. Primero vive en Colonia del Sacramento y en
    1841 se instala en Montevideo, donde vivió dedicado a la literatura. Durante ese periodo oriental, escribe A la
    juventud argentina, un poema revolucionario y redacta, además, Avellaneda, El ángel caído y La guitarra.
    Esteban Echeverría falleció el 19 de enero de 1851, victima de una dolencia pulmonar. Fue el más importante poeta
    del primer período romántico en el Río de la Plata e introductor de este movimiento. Impuso la temática del indio y
    del desierto en la manifestación poética y es considerado por muchos teóricos como el autor del primer cuento
    argentino El matadero, aunque, por carecer de una única unidad temática, una parte de la crítica señala que este
    escrito, como cuento, no puede considerarse dentro de los cánones tradicionales.
Esteban Echeverría                                                                                                                                 10


    Obras
    •   Elvira o la novia del Plata (1832)
    •   Don Juan (1833)
    •   Carlos
    •   Mangora
    •   La Pola o el amor y el patriotismo
    •   Himno del dolor (1834)
    •   Los consuelos (1834)
    •   Al corazón (1835)
    •   Rimas (1837, en GB)
    •   La cautiva
    •   El Matadero
    •   Canciones
    •   Peregrinaje de Gualpo
    •   El Dogma Socialista
    •   Cartas a un amigo
    •   El ángel caído
    •   Ilusiones
    •   La guitarra
    •   Avellaneda
    •   Mefistófeles
    •   Apología del matambre (1837)
    •   La noche
    •   La diamela.


    Referencias
    [1] El Informador. « Esteban Echeverría introdujo el romanticismo en Argentina (http:/ / www. informador. com. mx/ cultura/ 2009/ 133964/ 6/
        esteban-echeverria-introdujo-el-romanticismo-en-argentina. htm)» (en español). Consultado el 5 de junio de 2010.




        Biblioteca Digital Carlos Pellegrini (http://www.cpel.uba.ar/ebooks/)
Romanticismo                                                                                                                  11



    Romanticismo
    El Romanticismo es un movimiento cultural y político originado en
    Alemania y en el Reino Unido a finales del siglo XVIII como una
    reacción revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el
    Clasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos. Su característica
    fundamental es la ruptura con la tradición clasicista basada en un
    conjunto de reglas estereotipadas. La libertad auténtica es su búsqueda
    constante, por eso es que su rasgo revolucionario es incuestionable.
    Debido a que el romanticismo es una manera de sentir y concebir la
    naturaleza, la vida y al hombre mismo que se presenta de manera
    distinta y particular en cada país donde se desarrolla; incluso dentro de
    una misma nación se manifiestan distintas tendencias proyectándose
    también en todas las artes.

    Se desarrolló en la primera mitad del siglo XIX, extendiéndose desde
    Inglaterra a Alemania hasta llegar a países como Francia, Italia,
    Argentina, España, México, etc. Su vertiente literaria se fragmentaría       Viajero frente al mar de niebla (1818), de
                                                                                                 Friedrich.
    posteriormente en diversas corrientes, como el Parnasianismo, el
    Simbolismo, el Decadentismo o el Prerrafaelismo, reunidas en la
    denominación general de Posromanticismo, una derivación del cual fue el llamado Modernismo hispanoamericano.
    Tuvo fundamentales aportes en los campos de la literatura, la pintura y la música. Posteriormente, una de las
    corrientes vanguardistas del siglo XX, el Surrealismo, llevó al extremo los postulados románticos de la exaltación
    del yo.


    Etimología
    Si bien está clara la relación etimológica entre romántico y el término francés para novela roman, no toda la crítica
    se pone de acuerdo. En todo caso parece que la primera aparición documentada del término se debe a James Boswell
    a mediados del siglo XVIII, y aparece en forma adjetiva, esto es, romantic o romántico. Lo utiliza para referirse al
    aspecto de Córcega. Este término hace referencia a lo inefable, aquello que no se puede expresar con palabras. Así,
    en un principio, se entendería que un sentimiento romántico es aquel que requiere de un roman para ser expresado.
    El texto de Boswell se tradujo a varias lenguas, llegando a alcanzar especial fuerza en alemán, con la difusión de
    romantisch, en oposición a klassisch.
    Según René Wellek el término sirvió en principio para denominar una forma genérica de pensar y sentir y sólo en
    1819, con Friedrich Bouterwek se emplea Romantiker como denominación de la escuela literaria. La difusión del
    término es irregular por países; en 1815 en España podemos encontrar romancesco junto a romántico,
    estabilizándose el segundo ya en 1918.[1]
    Otro origen del término muy señalado es el que relaciona «romántico» con la expresión «in lingua romana» que alude
    a las lenguas romances distinguiéndolas de la antigüedad clásica representada por el latín. Se trataría por tanto de un
    giro hacia la lengua propia y vernácula como representate de la propia cultura. Igualmente surge con este término
    una oposición entre «romántico» y «clásico» en función de la lengua que prefirieran y, por añadidura, asociada
    también al gusto creador de unos y otros.[2]
Romanticismo                                                                                                                      12


    Características
    El Romanticismo es una reacción contra el espíritu racional y crítico de
    la Ilustración y el Clasicismo, y favorecía, ante todo:
    • La conciencia del Yo como entidad autónoma y, frente a la
      universalidad de la razón dieciochesca, dotada de capacidades
      variables e individuales como la fantasía y el sentimiento.
    • La primacía del Genio creador de un Universo propio, el poeta
      como demiurgo.
    • Valoración de lo diferente frente a lo común lo que lleva una fuerte
      tendencia nacionalista.
    • El liberalismo frente al despotismo ilustrado.
    • La de la originalidad frente a la tradición clasicista y la adecuación a
      los cánones. Cada hombre debe mostrar lo que le hace único.
    • La de la creatividad frente a la imitación de lo antiguo hacia los
      dioses de Atenas.
    • La de la obra imperfecta, inacabada y abierta frente a la obra
      perfecta, concluida y cerrada.
    Es propio de este movimiento un gran aprecio de lo personal, un
    subjetivismo e individualismo absoluto, un culto al yo fundamental y al
    carácter nacional o Volksgeist, frente a la universalidad y sociabilidad
    de la Ilustración en el siglo XVIII; en ese sentido los héroes románticos
    son, con frecuencia, prototipos de rebeldía (Don Juan, el pirata,          Saturno devorando a un hijo, una de las Pinturas
                                                                                 negras de Goya, realizada durante el Trienio
    Prometeo) y los autores románticos quebrantan cualquier normativa o
                                                                                  Liberal (1820–1823), y que, bajo una capa
    tradición cultural que ahogue su libertad, como por ejemplo las tres       mitológica, alude a la famosa frase de Vergniaud
    unidades aristotélicas (acción, tiempo y lugar) y la de estilo              poco antes de ser guillotinado: «La Revolución
    (mezclando prosa y verso y utilizando polimetría en el teatro), o                    devora a sus propios hijos».

    revolucionando la métrica y volviendo a rimas más libres y populares
    como la asonante. Igualmente, una renovación de temas y ambientes, y, por contraste al Siglo de las Luces
    (Ilustración), prefieren los ambientes nocturnos y luctuosos, los lugares sórdidos y ruinosos (siniestrismo);
    venerando y buscando tanto las historias fantásticas como la superstición.

    Un aspecto del influjo del nuevo espíritu romántico y su cultivo de lo diferencial es el auge que tomaron el estudio
    de la literatura popular (romances o baladas anónimas, cuentos tradicionales, coplas, refranes) y de las literaturas en
    lenguas regionales durante este periodo: la gaélica, la escocesa, la provenzal, la bretona, la catalana, la gallega, la
    vasca... Este auge de lo nacional y del nacionalismo fue una reacción a la cultura francesa del siglo XVIII, de espíritu
    clásico y universalista, difundida por toda Europa mediante Napoleón.
    El Romanticismo se expandió también y renovó y enriqueció el limitado lenguaje y estilo del Neoclasicismo dando
    entrada a lo exótico y lo extravagante, buscando nuevas combinaciones métricas y flexibilizando las antiguas o
    buscando en culturas bárbaras y exóticas o en la Edad Media, en vez de en Grecia o Roma, su inspiración.
    Frente a la afirmación de lo racional, irrumpió la exaltación de lo instintivo y sentimental. «La belleza es verdad».
    También representó el deseo de libertad del individuo, de las pasiones y de los instintos que presenta el «yo»,
    subjetivismo e imposición del sentimiento sobre la razón. En consonancia con lo anterior, y frente a los neoclásicos,
    se produjo una mayor valoración de todo lo relacionado con la Edad Media, frente a otras épocas históricas.
Romanticismo                                                                                                             13


    Manifestaciones culturales
    El movimiento literario Sturm und Drang (en alemán: 'Tormenta e ímpetu'), desarrollado durante la última mitad del
    siglo XVIII, fue el precedente importante del Romanticismo alemán.
    Los autores importantes fueron (el joven) Johann Wolfgang von Goethe, (el joven) Friedrich Schiller, Friedrich
    Gottlieb Klopstock y Ludwig van Beethoven.


    Romanticismo alemán
    El Romanticismo alemán no fue un movimiento unitario. Por ello se
    habla en las historias literarias de varias fases del Romanticismo. Una
    etapa fundamental fueron los años noventa del siglo XVIII (Primer
    Romanticismo), pero las últimas manifestaciones alcanzan hasta la
    mitad del siglo XIX.
    Los filósofos dominantes del romanticismo alemán fueron Johann
    Gottlieb Fichte y Friedrich Wilhelm Joseph Schelling (los fundadores
    del Idealismo alemán).
    Los autores más importantes son Goethe, Novalis, Ludwig Tieck,
    Friedrich Schlegel, Clemens Brentano, August Wilhelm Schlegel,
    Achim von Arnim, E.T.A. Hoffmann y Friedrich Hölderlin.
    Post-romántico se puede considerar a Heinrich Heine.
                                                                                         Friedrich Schelling.
    Romanticismo francés
    El Romanticismo francés tuvo su manifiesto en Alemania (1813), de Madame de Staël, aunque el gran precursor en
    el siglo XVIII fue Jean-Jacques Rousseau, autor de Confesiones, Ensoñaciones de un paseante solitario, el Emilio,
    Julia, o La nueva Eloísa y El contrato social, entre otras obras.
    En el siglo XIX sobresalieron Charles Nodier, Víctor Hugo, Alphonse de Lamartine, Alfred Victor de Vigny, Alfred
    de Musset, George Sand, Alexandre Dumas (tanto hijo como padre), entre otros; son los mayores representantes de
    esta estética literaria.
Romanticismo                                                                                                                             14



    Romanticismo inglés
    El Romanticismo comenzó en Inglaterra casi al mismo tiempo que en
    Alemania; en el siglo XVIII ya habían dejado sentir un cierto apego
    escapista por la Edad Media y sus valores de falsarios inventores de
    heterónimos medievales como James Macpherson o Thomas
    Chatterton, pero el movimiento surgió a la luz del día con los llamados
    Poetas lakistas (Wordsworth, Coleridge, Southey), y su manifiesto fue
    el prólogo de Wordsworth a sus Baladas líricas, aunque ya lo habían
    presagiado en el siglo XVIII Young con sus Pensamientos nocturnos o
    el originalísimo William Blake.

    Lord Byron, Percy Bysshe Shelley y John Keats son los líricos
    canónicos del Romanticismo inglés. Después vinieron el narrador
    Thomas De Quincey, y los ya postrománticos Elizabeth Barrett
    Browning y su marido Robert Browning, este último creador de una
    forma poética fundamental en el mundo moderno, el monólogo
    dramático.

    En narrativa destaca Walter Scott, creador del género de novela                      Lord Byron vestido de albanés, obra de Thomas
    histórica moderna con sus ficciones sobre la Edad Media inglesa, o las                             Phillips de 1813.

    novelas góticas El monje de Matthew Lewis o Melmoth el Errabundo,
    de Charles Maturin.


    Romanticismo español
                                                         En España el movimiento romántico tuvo precedentes en los
                                                         afrancesados ilustrados españoles, como se aprecia en las Noches
                                                         lúgubres (1775) de José de Cadalso o en los poetas prerrománticos
                                                         (Nicasio Álvarez Cienfuegos, Manuel José Quintana, José Marchena,
                                                         Alberto Lista...), que reflejan una nueva ideología presente ya en
                                                         figuras disidentes del exilio, como José María Blanco White. Pero el
                                                         lenguaje romántico propiamente dicho tardó en ser asimilado, debido a
                                                         la reacción emprendida por Fernando VII tras la Guerra de la
                                                         Independencia, que impermeabilizó en buena medida la asunción del
                                                         nuevo ideario.

                                                         Durante la Década Ominosa en España (1823-1833) vuelve a
                                                         instaurarse un régimen absolutista, y quedan suspendidas todas las
                                                         publicaciones periódicas, las universidades cerradas y la mayoría de las
        José de Espronceda es el prototipo de poeta      principales figuras literarias y políticas en el exilio; el principal núcleo
      romántico en España. Liberal exaltado, activista
                                                         cultural español se sitúa, sobre todo, en Gran Bretaña y Francia. Desde
      político y lírico desbordado, su temprana muerte
          a los 34 años lo convirtió en el poeta del     allí, periódicos como Variedades, de Blanco White, contribuyeron a
            Romanticismo español por excelencia.         fomentar las ideas del Romanticismo entre los exiliados liberales, que
                                                         paulatinamente fueron abandonando la estética del Neoclasicismo.

    En la segunda década del siglo XIX, el diplomático Juan Nicolás Böhl de Faber publicó en Cádiz una serie de
    artículos entre 1818 y 1819 en el Diario Mercantil a favor del teatro de Calderón de la Barca contra la postura
Romanticismo                                                                                                                15


    neoclásica que lo rechazaba. Estos artículos suscitaron un debate en torno a los nuevos postulados románticos y, así,
    se produciría un eco en el periódico barcelonés El Europeo (1823-1824), donde Buenaventura Carlos Aribau y
    Ramón López Soler defendieron el Romanticismo moderado y tradicionalista del modelo de Böhl, negando
    decididamente las posturas neoclásicas. En sus páginas se hace por primera vez una exposición de la ideología
    romántica, a través de un artículo de Luigi Monteggia titulado Romanticismo.
    Por otro lado, algunos escritores liberales españoles, emigrados por
    vicisitudes políticas, entraron en contacto con el Romanticismo
    europeo, y trajeron ese lenguaje a la muerte del rey Fernando VII en
    1833. La poesía del romántico exaltado está representada por la obra
    de José de Espronceda, y la prosa por la figura decisiva de Mariano
    José de Larra. Un romanticismo moderado encarnan José Zorrilla
    (dramaturgo, autor del Don Juan Tenorio) y el Duque de Rivas, quien,
    sin embargo, escribió la obra teatral que mejor representa los temas y
    formas del romanticismo exaltado: Don Álvaro o la fuerza del sino.

    Un Romanticismo tardío, más íntimo y poco inclinado por temas
    político-sociales, es el que aparece en la segunda mitad del siglo XIX,
    con la obra de Gustavo Adolfo Bécquer, la gallega Rosalía de Castro, y                    Larra.
    Augusto Ferrán, que experimentaron el influjo directo con la lírica
    germánica de Heinrich Heine y del folclore popular español, recopilado en cantares, soleás y otros moldes líricos,
    que tuvo amplia difusión impresa en esta época.
Romanticismo                                                                                                                   16




    Romanticismo argentino
    El Romanticismo tuvo su primera manifestación en la Argentina con la
    aparición en 1832 del poema Elvira o la novia del Plata de Esteban
    Echeverría, quien lideró el movimiento que se concentró en la llamada
    Generación del 37 y tuvo uno de sus centros en el Salón Literario. El
    romanticismo argentino integró la lengua tradicional española con los
    dialectos locales y gauchescos, incorporó el paisaje rioplatense a la
    literatura y los problemas sociales. El romanticismo argentino se
    produjo íntimamente ligado con el romanticismo uruguayo. En
    Hispanoamérica, el contenido nacionalista del romanticismo confluyó
    con la recién terminada Guerra de Independencia (1810–1824),
    convirtiéndose en una herramienta de consolidación de las nuevas
    naciones independientes, recurriendo al costumbrismo como una
    herramienta de autonomía cultural.

    Entre las obras más importantes del movimiento se destacan «La
    cautiva» y «El matadero», ambas de Echeverría,[3] [4] el Martín Fierro
    obra maestra de José Hernández, Amalia de José Mármol, Facundo de           Esteban Echeverría, figura destacada del
    Domingo F. Sarmiento y el folletín y obra dramática Juan Moreira de      romanticismo argentino, escribió «La cautiva» y
                                                                                            «El matadero».
    Eduardo Gutiérrez, considerado fundador del teatro rioplatense.
Romanticismo   17
Romanticismo                                                                                                          18


                                                                                                       , por Emilia




    El espíritu romántico
    El estilo vital de los autores románticos despreciaba el materialismo
    burgués y preconizaba el amor libre y el liberalismo en política,
    aunque hubo también un Romanticismo reaccionario, representado por
    Chateaubriand, que preconizaba la vuelta a los valores cristianos de la Edad Media. El idealismo extremo y
    exagerado que se buscaba en todo el Romanticismo encontraba con frecuencia un violento choque con la realidad
    miserable y materialista, lo que causaba con frecuencia que el romántico acabara con su propia vida mediante el
    suicidio. La mayoría de los románticos murieron jóvenes. Los románticos amaban la naturaleza frente a la
    civilización como símbolo de todo lo verdadero y genuino.
Romanticismo                                                                                                                                         19


    Véase también
    •   Pintura romántica
    •   Poesía romántica
    •   Postromanticismo
    •   Prerromanticismo
    •   Ballet romántico


    Referencias
    [1] Visedo Order, Isabel. Introducción al Romanticismo español, pag 165
    [2] Dieter Borchmeyer: Zur Typologie des Klassischen und Romantischen. In: Walter Hinderer (Hg.): Goethe und das Zeitalter der Romantik.
        Würzburg 2002 (Stiftung für Romantikforschung; 21), S. 19-29, hier S. 19 f.
    [3] Weinberg, Félix (1980). «La época de Rosas. El Romantiscismo», en Historia de la literatura argentina, Tomo I, Buenos Aires, Centro Editor
        de América Latina. págs. 217–240.
    [4] Jitrik, Noé (1980). «El Romanticismo: Esteban Echeverría», en Historia de la literatura argentina, Tomo I, Buenos Aires, Centro Editor de
        América Latina. págs. 241–263.



    Bibliografía
    • Abrams, M. H. (1975). El espejo y la lámpara. Barcelona: Barral. ISBN 978-84-211-0331-9.
    • Berlín, Isaiah & Hardy, Henry (editor) (2000). Las raíces del romanticismo. Madrid: Taurus. ISBN
      978-84-306-0369-5.
    • De Paz, Alfredo (1986). La revolución romántica; poéticas, estéticas, ideologías. Traducción de María García
      Lozano. Madrid: Editorial Tecnos. ISBN 978-84-309-3960-2.
    • VV.AA. (1994). Fragmentos para una teoría romántica del arte. Antología y edición de Javier Arnaldo. Madrid:
      Editorial Tecnos. ISBN 978-84-309-1388-6.
    • Ward, Thomas (2004). La teoría literaria: Romanticismo, krausismo y modernismo ante la globalización
      industrial. University, Miss.: Romance Monographs. ISBN 978-1-889441-14-6.


    Enlaces externos
    •      Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Romanticismo. Commons
    •    Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Romanticismo. Wikiquote
    • El Romanticismo (http://roble.pntic.mec.es/~msanto1/lengua/2romanti.htm)
    • El Romanticismo español (http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/estilos/16.htm)
    • Romanticismo (literatura) (http://es.encarta.msn.com/encyclopedia_761573164/Romanticismo_(literatura).
      html)
    • España artística y monumental (http://www.codicesmedievales.com/espanya-artistica-monumental/index.
      htm) — facsímil
    • Ciencia y Romancicismo (http://www.gobiernodecanarias.org/educacion/3/Usrn/fundoro/web_fcohc/
      005_publicaciones/actas_congresos/romanticismo.htm) Libro electrónico.
El matadero                                                                                                                  20



    El matadero
                                                           El Matadero

                                             Autor                Esteban Echeverría

                                             Idioma               Castellano, español

                                             Título original      El Matadero

                                             País                         Argentina

                                             Fecha de publicación 1871

                                             Formato              Libro

                                             Páginas              29


    El Matadero es un texto literario romántico del autor argentino Esteban Echeverría, quien lo escribió entre 1838 y
    1840. Es considerado el primer cuento realista del Río de la Plata, además de ser una de las obras más célebres de
    este trascendente escritor. Fue publicado en 1871 en la Revista del Río de la Plata. Más tarde, Juan María Gutiérrez
    lo incorpora a su edición de las Obras completas de Echeverría (1870-1874). El cuento actualmente se lo considera
    unos de los pilares de la literatura hispanoamericana, por la forma en que se plantea el ambiente del matadero como
    una metáfora de la época del gobernador Juan Manuel de Rosas, período donde los que ejercían el poder solían
    asesinar a los que no comulgaban con sus políticas.


    Trama
    Los hechos relatados tienen lugar años después la Revolución de Mayo, durante el período en que Juan Manuel de
    Rosas gobernó la provincia de Buenos Aires, en Argentina. Más concretamente, el marco temporal se ubica en algún
    momento de la década de 1830, luego de la muerte de la esposa de Rosas, doña Encarnación Ezcurra, y durante la
    época de la cuaresma católica. La acción se desarrolla en un matadero vacuno localizado en un sector marginal de la
    ciudad de Buenos Aires, la cual en aquél tiempo integraba con la provincia del mismo nombre una misma
    jurisdicción política y administrativa.
    El relato, que hace una descripción de la sociedad y la situación política de la época, comienza dando cuenta de un
    gran diluvio, después del cual el pueblo estuvo 15 días sin carne de res y afectó la economía del país. Se produjo una
    crisis en la provisión de alimentos, dado que por la imposibilidad de movilizar la hacienda hasta el matadero durante
    ese período, hubo falta de carne. Esta carencia, que por otra parte venía a coincidir fortuitamente con los mandatos
    cuaresmales de la iglesia, en lo referido a la abstinencia de carne, produjo un aumento en los precios de otros
    productos tales como aves, pescados y rosquillas, y la muerte de mucha gente. Sin embargo, aunque la institución
    religiosa se cuidó de advertir que no se debía comer carne por constituír ello pecado, no fue igual de rígida con los
    gobernantes y el cuerpo religioso, lo que dejó en evidencia la hipocresía del gobierno y del clero.
    Echeverría narra que ante la crisis, Rosas -"el Restaurador"- envía una reducida cantidad de novillos al matadero.
    Estos animales son recibidos con algarabía por la gente más marginada de la zona.
    Sucede que las vísceras, llamadas "achuras" y lógicamente mucho menos apreciadas que la carne, eran usualmente
    desechadas. Estas personas, en su afán de conseguir comida, acostumbraban a asistir a las matanzas de reses y se
    apropiaban de dichas partes, habitualmente protagonizando fuertes disputas. Como es de suponer, en este caso en
    que la escasez de alimentos estaba haciendo estragos la expectativa era aún mayor que la habitual.
    El último de los animales que queda vivo de aquella tropa resulta ser un toro, que ofrece feroz resistencia a los
    faenadores que intentan reducirlo. Luego de una violenta contienda la bestia se escapa. Echeverría cuenta que por
    esta refriega se produce indirectamente la muerte de un niño, decapitado por el chicotazo de un lazo al romperse. No
    obstante, esta tragedia es rápidamente olvidada por los asistentes, obsesionados por que se dé muerte al animal. El
El matadero                                                                                                                                        21


    brioso ejemplar es perseguido por varios jinetes, que al final de una tenaz y accidentada persecución logran atraparlo
    y matarlo.
    Luego del episodio del toro tiene lugar la parte culminante del relato. Acierta a pasar cabalgando por el lugar un
    joven, al que la muchedumbre identifica rápidamente como unitario, por no llevar luto -por la muerte de la esposa de
    Rosas- ni la divisa punzó y por su apariencia en general. El mozo es atrapado y llevado a la casilla del «Juez del
    Matadero» (especie de comandante del lugar), donde es interrogado y torturado por varios de los personajes de esta
    historia, todos ellos simpatizantes del partido federal.
    El joven unitario (personificación de Echeverría en el relato de ficción) se resiste en todo momento durante este
    injustificado calvario, manteniendo una actitud digna y desafiante ante las crueldades de los federales. Finalmente,
    en un momento en el que pensaban continuar torturándolo, el joven literalmente estalla de rabia, muriendo
    heroicamente sin haber sido desmoralizado por la tortura, y luego de haber expresado abiertamente sus pensamientos
    acerca del régimen gobernante.


    Características
    • Ejemplo del romanticismo rioplatense.
    • Tiene un fuerte color local, con descripciones y personajes típicamente porteños.
    • Refleja el habla de la clase popular argentina, recogiendo americanismos como el voseo.
    • Hay una fuerte presencia de los sentimientos por sobre la razón. Es un cuento muy intenso con personajes muy
      pasionales y brutos, locos
    • Tiene un estilo libre, no sigue una estructura determinada.
    • Hace principal referencia al poder político de Rosas, que se muestra como una fidelidad incondicional por parte
      de las clases más bajas. Es una situacion de caudillismo y adoración al líder.


    Enlaces externos
    •    Wikisource contiene obras originales de o sobre El matadero.Wikisource
    • El matadero de Echeverría. Confrontación de lenguas y literatura nacional [1]
    • El Matadero en historieta [2]


    Referencias
    [1] http:/ / www. corodebabel. com. ar/ Literatura-Argentina/ el-matadero-de-echeverria-confrontacion-de-lenguas-y-literatura-nacional. html
    [2] http:/ / cinosargo. bligoo. com/ content/ view/ 215892/ El-Matadero-de-Esteban-Echeverria-en-Comic. html
Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas                                                                                        22



    Facundo o civilización y barbarie en las pampas
    argentinas
                                             Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas




                                                           Portada de la primera edición.

    Autor                Domingo Faustino Sarmiento

    Género               Biografía, ensayo

     Tema(s)             Geografía, historia, sociología

     Idioma              Español

     Título original     Civilización y barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga. Aspecto físico, costumbres y ámbitos de la República Argentina.

    Editorial            El Progreso de Chile (primera edición en español).

     País                Chile

     Fecha de publicación 1845

                                                                       Serie


     Mi defensa (1843)    Facundo o civilización y barbarie en las pampas         Vida de Aldao (1845)
                                            argentinas



    Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas es un libro escrito en 1845 por el político y educador
    argentino Domingo Faustino Sarmiento, durante su segundo exilio en Chile. Es uno de los principales exponentes de
    la literatura hispanoamericana: además de su valor literario, la obra proveyó un análisis del desarrollo político,
    económico y social de Sudamérica, de su modernización, su potencial y su cultura. Como lo indica su título,
    Facundo analiza los conflictos que se abrieron en la Argentina inmediatamente después de la Independencia
    declarada en 1816, a partir de la oposición entre civilización y barbarie. El investigador cubano-estadounidense
    Roberto González Echevarría describió a la obra como el «libro más importante que haya sido escrito por un
    latinoamericano en cualquier disciplina o género».[1]
    Facundo describe la vida de Juan Facundo Quiroga, un militar y político gaucho del Partido Federal, que se
    desempeñó como gobernador y caudillo de la Provincia de La Rioja durante las guerras civiles argentinas, en las
    décadas de 1820 y 1830. El historiador Felipe Pigna afirma en el documental Algo habrán hecho por la historia
    argentina que «El Facundo fue mucho más que un libro, fue un panfleto contra Rosas, ahí Sarmiento describe al
    caudillo y propone eliminarlo».[2] El federal Juan Manuel de Rosas gobernó la provincia de Buenos Aires entre 1829
    y 1832 y nuevamente de 1835 hasta 1852; en el curso de los enfrentamientos entre unitarios y federales, Sarmiento,
    miembro del bando unitario, se exilió en dos oportunidades en Chile (1831 y 1840), y en la segunda oportunidad
    escribió el Facundo. Sarmiento ve a Rosas como un heredero de Facundo: ambos son caudillos y, según Sarmiento,
Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas                                                                     23


    representan la barbarie que deriva de la naturaleza y la falta de civilización presente en el campo argentino.[2] [3]
    Como explica Pigna, «Facundo, a quien odia y admira a la vez, es la excusa para hablar del gaucho, del caudillo, del
    desierto interminable, en fin, de todos los elementos que representan para él el atraso y con los que hay que
    terminar».[4]
    A lo largo del texto, Sarmiento explora la dicotomía entre la civilización y la barbarie. Como observa Kimberly Ball,
    «la civilización se manifiesta mediante Europa, Norteamérica, las ciudades, los unitarios, el general Paz y
    Rivadavia»,[5] mientras que «la barbarie se identifica con América Latina, España, Asia, Oriente Medio, el campo,
    los federales, Facundo y Rosas».[5] Es por esta razón que Facundo tuvo una influencia tan profunda. Según González
    Echevarría: «al proponer el diálogo entre la civilización y la barbarie como el conflicto central en la cultura
    latinoamericana, Facundo le dio forma a una polémica que comenzó en el periodo colonial y que continúa hasta el
    presente».[6]
    La primera edición de Facundo fue publicada en 1845. Sarmiento eliminó los últimos dos capítulos para la segunda
    edición (1851), pero los volvió a incluir en 1874, decidiendo que eran importantes para el desarrollo del libro. La
    primera edición dio lugar a varios libros cuyo objetivo es analizar o criticar Facundo, siendo el principal Muerte y
    resurrección de Facundo de Noé Jitrik, en el cual el autor explora desde su clasificación literaria hasta su relevancia
    histórica.[7]


    Contexto histórico
    Domingo F. Sarmiento escribió Facundo en 1845, durante su segundo exilio en Chile, como un ataque contra Juan
    Manuel de Rosas, gobernador de Buenos Aires en la época. El libro fue un análisis crítico de la cultura argentina
    bajo el punto de vista del escritor, representada en hombres como Rosas y el líder regional Juan Facundo Quiroga,
    principalmente en San Juan. Tanto Rosas como Quiroga eran caudillos, es decir, jefes de masas populares en armas
    que para Sarmiento eran expresión de una forma de gobierno bárbara.[8]
    El libro de Sarmiento es una crítica y un síntoma de los conflictos culturales de Argentina abiertos a partir de la
    Independencia. En 1810, la Argentina había comenzado el proceso de independencia de España, pero tres décadas
    después Sarmiento protestaba por el atraso en que aún permanecían las instituciones y la organización económica del
    país. La división política del país se debatía entre la ideología de los unitarios (apoyados por Sarmiento), quienes
    querían un gobierno centralizado, contra los federales, quienes creían que las regiones debían ser autónomas. El
    conflicto entre unitarios y federales estaba íntimamente ligado al poder que la Ciudad de Buenos Aires pretendía
    ejercer sobre el país, así como el control del comercio internacional y la apropiación de las rentas de la aduana. En
    aquel entonces, la Ciudad de Buenos Aires integraba la Provincia de Buenos Aires, y era la ciudad más grande y más
    rica del país debido a su cercanía con el Río de la Plata y al océano Atlántico. Buenos Aires no sólo tenía acceso al
    comercio, sino también a las ideas y a la cultura europea. Estas diferencias económicas y culturales causaron una
    tensión creciente entre las provincias.[9] Pese a su ideología unitaria, Sarmiento era oriundo de la ciudad de San Juan,
    ubicada en el oeste de la Argentina, en la región de Cuyo, cerca del límite con Chile.[10]


    Conflicto entre unitarios y federales
    El conflicto entre unitarios y federales comenzó a mediados de la década de 1810, con el enfrentamiento entre
    porteños y la Liga Federal, liderada por José Artigas. El conflicto se generalizó a partir de 1819, cuando el Congreso
    Constituyente aprobó una constitución unitaria que fue rechazada por las provincias, las que a su vez derrocaron al
    Directorio en 1820 y se declararon autónomas, dejando al país sin un gobierno nacional en una serie de hechos
    conocidos como la anarquía del Año XX. En 1826 Bernardino Rivadavia nacionalizó la Ciudad de Buenos Aires, su
    aduana y su ejército, en tanto que un nuevo Congreso Constituyente aprobó otra constitución unitaria, que fue
    rechazada por todas las provincias. Los acontecimientos de 1826 desembocaron en una serie de enfrentamientos
    armados entre unitarios y federales en todo el país. En ese momento se produjo la Primera guerra entre unitarios y
    federales en el interior (1825-1827), en la que se destacaron el federal Juan Facundo Quiroga y el unitario Gregorio
Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas                                                                      24


    Lamadrid, y la Segunda guerra entre unitarios y federales en el interior (1829-1831), durante la cual Juan Manuel de
    Rosas asumió por primera vez como Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y que tuvo su punto de mayor
    tensión con el enfrentamiento entre la unitaria Liga del Interior -comandada por José María Paz y en la que se alistó
    Sarmiento como oficial-, y el Pacto Federal.[11] Los unitarios apoyaron la presidencia de Rivadavia (1826-1827), en
    tanto los federales se opusieron. Sin embargo, bajo este gobierno, bajaron los salarios de los trabajadores,[12] y los
    gauchos fueron encarcelados u obligados a trabajar sin recibir una paga.[13] [12]
    Desde 1828, se instalaron y se fueron reemplazando distintos gobernadores de Buenos Aires, comenzando con el
    federalista Manuel Dorrego.[14] Sin embargo, el gobierno de Dorrego duró muy poco tiempo y fue fusilado por el
    unitario Juan Lavalle, el cual tomó el poder.[15] Lavalle fue a su vez derrotado por una milicia de gauchos liderados
    por Rosas. A finales de 1829, la legislatura designó a Rosas como el gobernador de Buenos Aires.[16] Rosas gobernó
    durante dos períodos, 1829-1831 y 1835-1852. Durante buena parte del período histórico descripto, un gran número
    de intelectuales, de unitarios y federales en situaciones políticas adversas para sus posiciones (tanto bonaerenses
    como de las demás provincias de la Confederación Argentina) emigró a otros países, principalmente a Chile y a
    Uruguay.[17] Sarmiento, oriundo de la provincia de San Juan, se exilió dos veces antes de escribir esta obra: la
    primera vez fue debido a la derrota militar de la Liga del Interior, de la que era oficial, en 1831; la segunda, en 1840,
    fue durante el gobierno de Nazario Benavídez luego de ser encarcelado por este acusado de sedicioso.[18]


    Facundo Quiroga
                                                     Juan Facundo Quiroga, conocido como "El tigre de los llanos", fue un
                                                     caudillo proveniente de la provincia de La Rioja. Se opuso al gobierno
                                                     de Bernardino Rivadavia al asumir como presidente de la Nación
                                                     (1826-1827), quien lo enfrentó con sus efectivos al mando de Gregorio
                                                     Aráoz de La Madrid, a quien venció en las batallas de El Tala (1826) y
                                                     Rincón de Valladares (1827). Para 1828 era muy poderoso en las
                                                     provincias desde Catamarca hasta Mendoza. Se unió a otros caudillos
                                                     con el propósito de impulsar el federalismo. Fue derrotado por el
                                                     general José María Paz en la Batalla de La Tablada y la Batalla de
                                                     Oncativo, tras lo cual se dirigió a la provincia de Tucumán. Allí
                                                     derrotó a Lamadrid en la Batalla de La Ciudadela (1831), desbaratando
      Facundo Quiroga, según una litografía de César
                                                     a la Liga Unitaria, luego de que Juan Manuel de Rosas derrotara a Juan
                         Bacle.                      Lavalle en Buenos Aires en la Batalla de Puente de Márquez (1829).
                                                     Era partidario de redactar una Constitución regida por el federalismo,
    pero tales iniciativas contaban con la férrea oposición de Rosas, quien consideraba que la organización nacional era
    aún prematura.[19]

    Rosas envió a Quiroga en una misión diplomática al norte, a recomponer las relaciones entre Salta y Tucumán. A su
    regreso fue asesinado el 16 de febrero de 1835 en Barranca Yaco (Córdoba), por una partida al mando de Santos
    Pérez que emboscó su carruaje. Existen controversias sobre la autoría intelectual del asesinato, habiendo teorías que
    la atribuyen a Rosas, a Estanislao López o a los hermanos Reinafé. Tres hermanos Reinafé (José Antonio, José
    Vicente y Guillermo) y Santos Pérez fueron condenados y -los tres últimos- ejecutados en 1836.[19]
Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas                                                                      25


    Juan Manuel de Rosas
    Juan Manuel de Rosas fue un gobernador de la provincia de Buenos
    Aires que recibe tratamientos altamente polarizados entre los
    historiadores. La corriente historiográfica fundada por Bartolomé
    Mitre, a la cual subscribe Sarmiento, considera a Rosas un dictador o
    tirano sanguinario y es pronunciadamente crítica con su gestión. El
    revisionismo histórico en Argentina es una corriente que, en oposición
    a la escuela mitrista, defiende a Rosas y lo considera un férreo defensor
    de la soberanía nacional ante las pretensiones de las potencias
    europeas.

    Rosas nació en una familia adinerada de un alto nivel social (sus
    orígenes eran de la más rancia nobleza española, un abuelo suyo Ortiz
    de Rozas fue capitán general de Chile), pero la estricta educación que
    recibió lo influenció psicológicamente de manera muy profunda.[20]
    Sarmiento afirma que debido a la madre de Rosas, «el espectáculo de la
    autoridad y la servidumbre deben haberle causado impresiones muy               Juan Manuel de Rosas, gobernador de la
                [21]                                                            Provincia de Buenos Aires entre 1829 y 1831 y
    duraderas».      Poco después de llegar a la pubertad, Rosas fue enviado
                                                                                              entre 1835 y 1852.
    a una estancia y permaneció allí durante treinta años. En ese tiempo,
    aprendió a manejar el lugar y, de acuerdo a Manuel Bilbao en Historia
    de Rosas, pobló sus campos con gente que le fuera adicta, incluyendo a desertores y fugados, que al recibir la
    protección de Rosas dejaban de ser buscados por las autoridades.[22] En el poder, Rosas encarceló a los residentes
    por razones desconocidas, lo cual Sarmiento define como actos similares al tratamiento que Rosas le daba al ganado.
    Sarmiento argumenta que con este método lograba que los ciudadanos conformasen «el ganado más manso y
    ordenado que existiese».[23]

    El primer período de Juan Manuel de Rosas como gobernador duró sólo tres años. Su gobierno, asistido por Juan
    Facundo Quiroga y Estanislao López, gobernadores de La Rioja y Santa Fe, respectivamente, fue respetado y Rosas
    fue halagado por su habilidad de mantener la armonía entre Buenos Aires y las zonas rurales.[24] El país cayó en el
    caos luego de la dimisión de Rosas en 1832, y en 1835 fue convocado nuevamente para gobernar la provincia. En
    esta ocasión, regresó con un gobierno más autoritario, obligando a todos los ciudadanos a apoyar su gobierno,
    utilizando el eslogan "¡¡Viva la Santa Federación, mueran los salvajes unitarios!!".[25] Según Nicolas Shumway,
    Rosas «obligó a los ciudadanos a usar la insignia roja de los federales, y su imagen apareció en todos los lugares
    públicos...  los enemigos de Rosas, reales e imaginarios, fueron encarcelados, asesinados o llevados al exilio por la
    mazorca, una banda de espías y matones supervisados personalmente por Rosas. La publicación fue censurada, y los
    periódicos porteños se vieron obligados a defender el régimen».[26]
Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas                                                                     26


    Domingo Faustino Sarmiento
                                               En Facundo, Sarmiento es tanto el narrador como uno de los protagonistas.
                                               El libro contiene elementos autobiográficos de la vida de Sarmiento,
                                               además de la vida de los argentinos en general. También expresa y analiza
                                               su propia opinión y relata algunos eventos históricos. Dentro de la
                                               dicotomía del libro entre la civilización y la barbarie, el personaje de
                                               Sarmiento representa a la civilización, identificada con las ideas europeas y
                                               norteamericanas; apoya la educación y el desarrollo, y se opone a Rosas y a
                                               Facundo, quienes simbolizan la barbarie.

                                               Sarmiento fue un militar, periodista, político y educador que se adhirió al
                                               movimiento unitario. Durante el conflicto entre unitarios y federales, peleó
                                               contra Facundo en varias ocasiones, y en España se convirtió en miembro
                                               de la Sociedad Literaria de Profesores.[27] Sarmiento regresaría de su exilio
                                               en Chile, en donde comenzó a escribir Facundo, como político. Pasó a ser
                                               miembro del Senado luego de la caída de Rosas, y en 1862 asumió como
                                               gobernador de San Juan, cargo al que debió renunciar por la oposición
                                               popular en 1864.[28] Bajo su gestión fue asesinado el popular caudillo
        Domingo Sarmiento, autor de Facundo.   federal y general Ángel Vicente Peñaloza, luego de lo cual su cabeza fue
                                               cortada y puesta en exhibición clavada en una lanza en la plaza de la ciudad
    de Olta.[29]

    Fue presidente de Argentina durante seis años (1868–1874). Durante su presidencia, Sarmiento se concentró en la
    inmigración, la ciencia y la cultura. Sus ideas se basaron en la civilización europea; para él, el desarrollo de un país
    debía basarse en la educación. En los primeros años de su presidencia, finalizó la Guerra de la Triple Alianza contra
    el Paraguay (1864-1870), iniciada durante el gobierno de Bartolomé Mitre, la cual diezmó la población paraguaya y
    arrasó completamente su territorio.[30] En 1871, se desató en Argentina una grave epidemia de fiebre amarilla, por la
    cual murieron catorce mil personas, provocada por las malas condiciones de higiene y saneamiento derivadas, en
    gran parte, de la Guerra contra el Paraguay.[31] Sobre el final de su gobierno, Sarmiento fundó los primeros colegios
    militares y navales de Argentina.[32]

    Sarmiento no sólo fue un personaje reconocido por sus méritos, sino también por las polémicas que desató. Tenía
    una postura muy clara a favor del exterminio de los aborígenes y de los gauchos: «¿Lograremos exterminar los
    indios? Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa canalla no son más
    que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios
    piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso, su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los
    debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado».[33] [34]
Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas                                                                                 27


    Sinopsis
    Luego de una extensa introducción, los quince capítulos de
    Facundo se dividen simbólicamente, según la crítica
    literaria, en tres secciones: los primeros cuatro capítulos
    describen la geografía, antropología e historia argentina; los
    capítulos del quinto al decimocuarto relatan la vida de Juan
    Facundo Quiroga; y el último capítulo expone la visión de
    Sarmiento de un futuro argentino bajo un gobierno
    unitario.[35] Según Sarmiento, la razón por la que describe
    el contexto argentino y utiliza a Facundo Quiroga para
    condenar la dictadura de Rosas es porque «en Facundo                  Las pampas argentinas. Para Sarmiento, esta geografía
    Quiroga no sólo se ve a un caudillo, sino también una             inhóspita fue un factor clave en la carencia de civilización en el
                                                                                                    país.
    manifestación de la vida argentina, consecuencia de la
    colonización y de las peculiaridades del terreno».[36]


    Introducción
    Facundo empieza con una advertencia del autor, en la cual aclara que los hechos en el libro no tienen precisión
    histórica y en la cual narra un suceso que había tenido lugar al haber cruzado los Andes camino a Chile. En medio de
    las montañas, había escrito con carbonilla una frase en francés, On ne tue point les idées (Las ideas no se matan).
    Según Sarmiento, Rosas había enviado una comitiva especial para que leyesen la frase, y al descifrarla no habían
    comprendido su significado.[37]
    Después de esta primera advertencia se incluye una introducción, la cual está precedida por una cita en francés de
    Villemain:
    Je demande à l'historien l'amour de l'humanité ou de la liberté; sa justice impartiale ne doit pas être impassible. Il
    faut, au contraire, qu'il souhaite, qu'il espère, qu'il souffre, ou soit heureux de ce qu'il raconte.
                                                                                        Villemain, en Cours de littérature.[38]
    Esta cita puede traducirse al español como «Exijo al historiador el amor a la humanidad o a la libertad; su justicia
    imparcial no debe ser impasible. Por el contrario, es necesario que desee, que espere, que sufra o que disfrute por lo
    que cuenta».
    El texto propio de la introducción comienza con una invocación al hombre que le da título a la obra, el Brigadier
    General Juan Facundo Quiroga:
    ¡Sombra terrible de Facundo, voy a evocarte, para que sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus cenizas, te
    levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones internas que desgarran las entrañas de un noble pueblo! Tú
    posees el secreto: ¡revélanoslo![38]
    Según Noé Jitrik en Muerte y resurrección de Facundo, la exclamación en esta frase indica la urgencia que quiere
    transmitir Sarmiento al lector, haciendo hincapié principalmente en los adjetivos, como «ensangrentado» y «terrible».
    También traza, ya desde el primer momento, una imagen de Quiroga, para entender después la causa de sus actos y
    de su personalidad.[39]
    A lo largo de la introducción, el autor habla de Juan Manuel de Rosas, caracterizándolo como «tirano» y dando a
    entender que uno de los objetivos del texto es estudiar prolijamente la fuente de todos los conflictos internos del país,
    personificados principalmente por Rosas y por Quiroga.[38] Sarmiento también insinúa que él mismo es capaz de
    resolver la situación «dando a la Tebas del Plata, el rango elevado que le toca entre las naciones del Nuevo
    Mundo».[40] Sarmiento traza paralelismos y analogías entre Quiroga y Rosas, considerando a este último un
    continuador del primero.
Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas                                                                   28


    Facundo, provinciano, bárbaro, valiente, audaz, fue reemplazado por Rosas, hijo de la culta Buenos Aires, sin serlo
    él; por Rosas, falso, corazón helado, espíritu calculador, que hace el mal sin pasión, y organiza lentamente el
    despotismo con toda la inteligencia de un Maquiavelo.[38]
    Avanzando en el texto, el autor explica su idea de que el progreso se obtiene tomándolo de Europa, en especial de las
    naciones que, siempre según Sarmiento, son civilizadas, como es el caso de Francia.[41] Como contraposición
    describe a España, «esa rezagada a Europa, que, echada entre el Mediterráneo y el Océano, entre la Edad Media y el
    siglo XIX, unida a la Europa culta por un ancho istmo y separada del África bárbara por un angosto estrecho», y al
    Paraguay, al cual critica por haberse negado a recibir inmigrantes civilizados.[41]


    Primera parte: contexto demográfico y geográfico argentino
                                         El primer capítulo de Facundo, titulado «Aspecto de la República Argentina y
                                         caracteres, hábitos e ideas que engendra», comienza con una descripción
                                         geográfica de Argentina, desde los Andes en el oeste hasta la costa atlántica del
                                         este, en donde dos ríos confluyen en la frontera entre Argentina y Uruguay. Uno
                                         de estos ríos, el Plata, marca la ubicación de Buenos Aires, la capital. Mediante
                                         esta descripción de la geografía de Argentina, Sarmiento resalta las ventajas de
                                         Buenos Aires; los ríos son arterias que comunican a la ciudad con el resto del
                                         mundo, permitiendo el comercio y ayudando a formar una sociedad civilizada.
                                         Buenos Aires no había logrado llevar civilización a las áreas rurales y, como
           Sudamérica, mostrando la      consecuencia, gran parte de Argentina se había visto condenada a la barbarie.
          ubicación de las pampas en     Sarmiento también argumenta que las pampas, las amplias y vacías llanuras del
       Argentina, Uruguay y Río Grande
                                         país, «no les ofrecen escapatoria o escondite a las personas para defenderse e
                   del Sur.
                                         impide la civilización en la mayor parte de la Argentina».[42]

    En este capítulo, Sarmiento hace varias comparaciones entre lo que considera como la civilización y la barbarie. En
    primer lugar realiza un análisis racial de la población argentina, comparando a los españoles, a los indígenas y a los
    negros con los alemanes y los escoceses. De los primeros dice que «se distinguen por su amor a la ociosidad e
    incapacidad industrial; se muestran incapaces para dedicarse a un trabajo duro y seguido».[43] Después describe los
    hogares de los escoceses y alemanes de una manera muy favorable («las casitas son pintadas; el frente de la casa,
    siempre aseado, adornado de flores y arbustillos graciosos; el amueblado, sencillo, pero completo»[44] ) mientras que
    de las razas americanas dice que «sus niños van sucios y cubiertos de harapos, viven con una jauría de perros;
    hombres tendidos por el suelo, en la más completa inacción; el desaseo y la pobreza por todas partes».[44] Estas
    comparaciones son muy frecuentes a lo largo del texto y hacen hincapié principalmente en el gaucho, al cual lo
    describe como un ser sin inteligencia, sin instrucción, «feliz en medio de su pobreza y sus privaciones, que no son
    tales para quien nunca conoció mayores goces», que no trabaja y que jamás podría mejorar su situación.[45] Como
    contraposición al gaucho aparece el hombre de la ciudad, el cual «vive de la vida civilizada; allí están las ideas de
    progreso, los medios de instrucción, alguna organización, el gobierno municipal, etc», y quien es, según Sarmiento,
    quien podría llevar al país a la civilización.[46] La comparación entre la campaña y la ciudad es la más significativa
    del libro para caracterizar a la civilización y a la barbarie.

    Pese a las barreras de civilización causadas por la geografía del país, Sarmiento explica, en el segundo capítulo,
    titulado «Originalidad y caracteres argentinos», que gran parte de los problemas del país habían sido causados por
    gauchos como Juan Manuel de Rosas, quienes eran bárbaros, incultos, ignorantes y arrogantes; gracias a ellos la
    sociedad argentina no había logrado progresar hacia la civilización.[47] Sarmiento luego describe los cuatro tipos
    principales de gauchos: el baqueano, el cantor, el gaucho malo y el rastreador, y la forma de reconocerlos para
    entender a los líderes argentinos, como Juan Manuel de Rosas.[48] Según el autor, sin una comprensión de los tipos
    de gauchos argentinos, «es imposible comprender nuestros personajes políticos, ni el carácter primordial y americano
    de la sangrienta lucha que despedaza a la República Argentina».[49]
Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas                                                                             29


    En el tercer capítulo («Asociación. La pulpería») Sarmiento luego hace hincapié en los campesinos argentinos,
    quienes son «independientes de toda necesidad, libres de toda sujeción, sin ideas de gobierno, porque todo orden
    regular y sistemado se hace de todo punto imposible».[50] Los campesinos se reúnen en pulperías, en donde pasan el
    tiempo bebiendo y jugando. Evidencian su entusiasmo de demostrar su fortaleza física mediante la doma de caballos
    y las peleas con cuchillos. Raramente estas peleas llevan a la muerte, a la cual denominan desgracia, y Sarmiento
    resalta que la residencia de Rosas era utilizada en ocasiones como refugio de los criminales, antes de que comenzase
    a adquirir poder político.[48]
    Según el relato de Sarmiento en el cuarto capítulo del libro, «Revolución de 1810», estos elementos son cruciales
    para comprender la Revolución Argentina, en la cual el país se independizó de España. Aunque si bien la guerra de
    la independencia fue provocada por la influencia de las ideas europeas, Buenos Aires era la única ciudad que podía
    tener civilización. Los campesinos participaron en la guerra más para demostrar su fortaleza física que para civilizar
    el país. Al final, la revolución fue un fracaso debido al comportamiento bárbaro de la población rural, que llevó a la
    deshonra de la ciudad civilizada, Buenos Aires.[51]


    Segunda parte: vida de Juan Facundo Quiroga
    La segunda parte de Facundo comienza en el quinto capítulo del libro,
    titulado «Vida de Juan Facundo Quiroga», y en ésta explora la vida del
    personaje que le da el título, Juan Facundo Quiroga—el «Tigre de los
    Llanos».[52] Esta sección contiene múltiples errores e imprecisiones
    históricas, reconocidas por el mismo autor en su advertencia preliminar
    y confirmadas por varios historiadores y especialistas a lo largo de los
    años.[53]

    Pese a haber nacido en una familia adinerada, Facundo recibió sólo una
    educación básica en lectura y escritura.[54] Tenía debilidad por los
    juegos de azar,[55] al punto que Sarmiento lo describe con «una pasión
    feroz, ardiente, que le reseca las entrañas» por el juego.[56] En su
    juventud Facundo fue antisocial y rebelde, negándose a mezclarse con
    otros niños,[54] y estas características se fueron pronunciando cada vez
    más a medida que fue creciendo. Sarmiento describe un incidente en el
    cual Facundo había matado a un hombre, escribiendo que este tipo de          Juan Facundo Quiroga. Como personaje principal
                                                                                  de Facundo, representa a la barbarie, la antítesis
    comportamiento «marcó su paso por el mundo».[56]
                                                                                                de la civilización.

    Las relaciones de Facundo con su familia finalmente se rompieron, y,
    tomando la vida de un gaucho, se unió a los caudillos en la provincia de Entre Ríos.[57] En el sexto capítulo, llamado
    «La Rioja», Sarmiento cuenta como los gauchos comenzaron a reconocer a Facundo como un héroe después de su
    asesinato de dos españoles luego de una fuga de prisión, y como reubicándose en La Rioja, Facundo tomó una
    posición de líder en la Milicia de los Llanos. Construyó su reputación y ganó el respeto de sus compañeros mediante
    sus feroces acciones en los campos de batalla, pero odió y trató de destruir a aquellos que eran diferentes a él por ser
    civilizados y educados.[58]

    En 1825, el Gobierno de Buenos Aires organizó un Congreso con los representantes de todas las provincias de
    Argentina. A lo largo del séptimo y del octavo capítulo del libro, titulados «Sociabilidad» y «Ensayos»,
    respectivamente, el autor narra cuando Facundo se presentó como el representante de La Rioja y las consecuencias
    de este suceso.[59] En el mismo capítulo explora las diferencias entre las provincias de Córdoba y Buenos Aires,
    caracterizando a la primera como bárbara por estar organizada de manera anticuada y propia de la época
    prehispánica, y a la segunda como civilizada, principalmente por la influencia de Bernardino Rivadavia y por su
    cultura.[60] Después de establecer esta comparación, Sarmiento da una descripción física de Facundo, el hombre que
Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas                                                                       30


    considera que personifica al caudillo: «era de estatura baja y fornida; sus anchas espaldas sostenían sobre un cuello
    corto, una cabeza bien formada, cubierta de pelo espesísimo, negro y ensortijado», con «ojos negros llenos de
    fuego».[52] Rivadavia pronto fue desplazado, y Manuel Dorrego pasó a ser el nuevo gobernador. Sarmiento aclara
    que Dorrego, como federalista, no estaba interesado en el progreso social ni en terminar con el comportamiento
    bárbaro en Argentina mejorando el nivel de civilización y educación de los habitantes de las zonas rurales. En el
    noveno capítulo del libro («Guerra social») se narra como en el desorden que caracterizó la política argentina del
    momento, Dorrego fue asesinado por los unitarios y Facundo fue derrotado por el general unitario José María
    Paz.[61] Facundo escapó a Buenos Aires y se unió al gobierno federalista de Juan Manuel de Rosas. Durante el
    conflicto entre ambas ideologías, Facundo conquistó las provincias de San Luis, Rio Quinto y Mendoza.[62]
    En el decimotercer capítulo del libro, «¡¡¡Barranca-Yaco!!!» (que utiliza tres signos de exclamación para indicar un
    mayor énfasis en la exclamación[63] ), se cuenta el asesinato de Facundo Quiroga en dicha ciudad cordobesa. Todo
    había comenzado cuando, en el regreso a su hogar de San Juan, la cual Sarmiento dice que Facundo gobernó
    «únicamente con su nombre aterrador»,[64] se dio cuenta de que su gobierno carecía de apoyo por parte de Rosas. Fue
    a Buenos Aires a enfrentarlo, pero Rosas lo envió a realizar otra misión. En el camino Facundo fue asesinado.[65]


    Tercera parte: presente y porvenir de un gobierno unitario
    En los dos últimos capítulos del libro, titulados «Gobierno unitario» y «Presente y porvenir», Sarmiento explora las
    consecuencias de la muerte de Facundo para la historia y la política de la República Argentina.[66] También analiza
    el gobierno y la personalidad de Rosas, comentando sobre la dictadura, la tiranía, el papel del apoyo popular, y el uso
    de la fuerza para mantener el orden. El autor critica a Rosas utilizando las propias palabras del gobernador, haciendo
    observaciones sarcásticas sobre las acciones de Rosas, y describiendo el «terror» establecido durante la dictadura, las
    contradicciones del gobierno, y la situación en las provincias que fueron lideradas por Facundo. Sarmiento escribe:
    «La cinta colorada es la materialización del terror que acompaña a todos lados, en las calles, en el pecho de la
    familia; debe pensarse en él al vestirse, al desvestirse, y las ideas siempre se nos graban por asociación».[67]
    Sarmiento incluye a la población negra de Argentina entre los sectores sociales que habrían sido sostén de Rosas.
    Los describe como "dóciles, fieles y adictos al amo o al que los ocupa". Según Sarmiento, Manuela Rosas, hija del
    gobernador, tendría a su cargo la tarea de ganar el favor de dicho sector de la población. La utilidad estratégica de
    dicha acción estaría dada en que la mayoría de los esclavos y sirvientes eran afroamericanos, y que de dicha forma el
    gobierno obtenía espías en la mayor parte de las familias.
    Sarmiento también critica el juicio realizado por el asesinato de Quiroga, sosteniendo que los hermanos Reinafé no
    eran unitarios como se sostuvo. Sarmiento plantea que Rosas habría sido el autor intelectual del crimen, con el
    propósito de desacreditar a los unitarios atribuyéndoles el crimen y que el repudio resultante facilitaría la cesión de la
    suma del poder público que le realizó poco después.
    No bien se recibe Rosas del Gobierno en 1835, cuando declara por una proclamación que los IMPIOS UNITARIOS
    han asesinado alevosamente al ilustre general Quiroga, y que él se propone castigar atentado tan espantoso, que ha
    privado a la Federación de su columna más poderosa. ¡Qué!... decían abriendo un palmo de boca los pobres unitarios
    al leer la proclama. ¡Qué!... ¿los Reinafés son unitarios? ¿No son hechura de López, no entraron en Córdoba
    persiguiendo el ejército de Paz, no están en activa y amigable correspondencia con Rosas? ¿No salió de Buenos
    Aires Quiroga por solicitud de Rosas? ¿No iba un chasque delante de él, que anunciaba a los Reinafés su próxima
    llegada? ¿No tenían los Reinafés preparada de antemano la partida que debía asesinarlo?... Nada; los impíos unitarios
    han sido los asesinos; ¡y desgraciado el que dude de ello!...
    Finalmente, Sarmiento examina el legado del gobierno de Rosas atacándolo y ensanchando la dicotomía entre la
    civilización y la barbarie. Enfrentando a Francia y a Argentina—representando la civilización y la barbarie,
    respectivamente—Sarmiento contrasta la cultura y la crueldad:
    El bloqueo de Francia duraba dos años, y el Gobierno americano animado del espíritu americano, hacía frente a la
    Francia, el principio europeo, a las pretensiones europeas. El bloqueo francés, empero, había sido fecundo en
Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas                                                                         31


    resultados sociales para la República Argentina, y servía a manifestar en toda su desnudez, la situación de los
    espíritus y los nuevos elementos de la lucha que debían encender la guerra encarnizada, que sólo puede terminar con
    la caída de aquel Gobierno monstruoso.[68]


    Género y estilo
    El crítico y filósofo español Miguel de Unamuno comentó sobre el libro: «Nunca tomé Facundo de Sarmiento como
    una obra histórica, ni creo que pueda ser evaluada en esos términos. Siempre la consideré una obra literaria, una
    novela histórica».[69] Sin embargo, Facundo no puede clasificarse como novela o en un género literario específico.
    Según González Echevarría, el libro es «un ensayo, una biografía, una autobiografía, una novela, una epopeya, una
    memoria, una confesión, un panfleto político, una diatriba, un tratado científico y una guía».[6] El estilo de Sarmiento
    y su exploración de la vida de Facundo unifican las tres partes en que se divide la obra. Incluso la primera sección,
    que describe la geografía de Argentina, sigue este patrón, ya que Sarmiento declara que Facundo es un producto
    natural de su entorno.[70]
    El libro también es en parte ficticio: Sarmiento utiliza su imaginación además del rigor histórico para describir a
    Rosas. En Facundo, el autor incluye su opinión de que la dictadura de Rosas es la causa principal de los problemas
    de Argentina. Los temas como la barbarie y la crueldad que se desarrollan a lo largo del libro son, para Sarmiento,
    meras consecuencias del gobierno ejercido por Rosas.[71] Para respaldar sus opiniones, Sarmiento utiliza estrategias
    propias de la literatura.


    Temáticas

    Civilización y barbarie
    Facundo no es sólo una crítica al gobierno de Rosas, sino también una
    extensa investigación sobre la historia y la cultura argentina, a la cual
    Sarmiento muestra mediante el controvertido gobierno, y la caída de
    Juan Facundo Quiroga, un arquetípico caudillo argentino. Sarmiento
    resume el mensaje del libro en la frase «Esa es la cuestión: ser o no ser
    salvajes».[72] La dicotomía entra la civilización y la barbarie es la idea
    central del libro; Facundo es retratado como salvaje y opuesto al
    progreso real mediante su rechazo hacia los ideales culturales europeos,
    visibles en la sociedad metropolitana de Buenos Aires.[73]                      En Facundo, Sarmiento describe a los gauchos
                                                                                         como representantes de la barbarie.
    El conflicto entre la civilización y la barbarie refleja las dificultades de
    América Latina en la era posterior a su independencia. El crítico
    literario Sorensen Goodrich argumenta que aunque si bien Sarmiento no fue el primero en articular esta dicotomía, la
    convirtió en un tema prominente y poderoso que podría impactar la literatura latinoamericana.[74] Explora el
    problema de la civilización contra los groseros aspectos de la cultura de un caudillo, la cual se basa en la brutalidad y
    el poder absoluto. Facundo ofrece un mensaje oposicionista que, con el tiempo, otorgaría una alternativa beneficiosa
    para la sociedad. Aunque Sarmiento solicita varios cambios, como funcionarios honestos que entendiesen las ideas
    de la Ilustración europea, siempre considera a la educación como el tema principal. Los caudillos como Facundo
    Quiroga, al principio del libro, son vistos como la antítesis de la educación, la cultura y la estabilidad civil; la
    barbarie es como una eterna letanía de males de la sociedad.[75] Son los agentes de la inestabilidad y del caos,
    destruyendo sociedades mediante su descarada indiferencia hacia la humanidad y hacia el progreso social.[76]

    Si Sarmiento se ve a sí mismo como una persona civilizada, Rosas es bárbaro. El historiador David Rock explica que
    «los opositores contemporáneos recrudecieron a Rosas como un tirano sanguinario y un símbolo de la barbarie».[77]
    Sarmiento ataca a Rosas mediante su libro promoviendo la educación y la civilización, mientras que Rosas utiliza el
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina
Orígenes de la literatura argentina

Mais conteúdo relacionado

Mais procurados (20)

Tema 28
Tema 28Tema 28
Tema 28
 
Tema 68
Tema 68Tema 68
Tema 68
 
Tema 66
Tema 66Tema 66
Tema 66
 
Tema 64
Tema 64Tema 64
Tema 64
 
Tema 40
Tema 40Tema 40
Tema 40
 
ACTIVIDADES PARA EL CUENTO El fin.pdf
ACTIVIDADES PARA EL CUENTO El fin.pdfACTIVIDADES PARA EL CUENTO El fin.pdf
ACTIVIDADES PARA EL CUENTO El fin.pdf
 
Tema 13
Tema 13Tema 13
Tema 13
 
Tema 58
Tema 58Tema 58
Tema 58
 
Tema 60
Tema 60 Tema 60
Tema 60
 
Tema 41. Las fuentes y los orígenes de la literatura occidental. la Biblia. L...
Tema 41. Las fuentes y los orígenes de la literatura occidental. la Biblia. L...Tema 41. Las fuentes y los orígenes de la literatura occidental. la Biblia. L...
Tema 41. Las fuentes y los orígenes de la literatura occidental. la Biblia. L...
 
Tema 35
Tema 35Tema 35
Tema 35
 
El formalismo ruso
El formalismo rusoEl formalismo ruso
El formalismo ruso
 
Tema 61
Tema 61Tema 61
Tema 61
 
Sapir y bloomfield
Sapir y bloomfieldSapir y bloomfield
Sapir y bloomfield
 
Exposición - New Criticims
Exposición - New CriticimsExposición - New Criticims
Exposición - New Criticims
 
Tema 39
Tema 39Tema 39
Tema 39
 
Tema 27
Tema 27Tema 27
Tema 27
 
Tema 67
Tema 67Tema 67
Tema 67
 
Tendencia De La Novela Latinoamericana
Tendencia De La Novela LatinoamericanaTendencia De La Novela Latinoamericana
Tendencia De La Novela Latinoamericana
 
Tema 65
Tema 65Tema 65
Tema 65
 

Destaque

Prieto, breve historia de la literatura argentina
Prieto, breve historia de la literatura argentinaPrieto, breve historia de la literatura argentina
Prieto, breve historia de la literatura argentinaMarcela Nestico
 
Literatura argentina escritores
Literatura argentina escritoresLiteratura argentina escritores
Literatura argentina escritoresAraceliAbril
 
Literatura Argentina Trabajo de Investigación Borges-Cortázar sobre el peronismo
Literatura Argentina Trabajo de Investigación Borges-Cortázar sobre el peronismoLiteratura Argentina Trabajo de Investigación Borges-Cortázar sobre el peronismo
Literatura Argentina Trabajo de Investigación Borges-Cortázar sobre el peronismoPato Zapata
 
La Generacion del ´37 en el Río de la Plata
La Generacion del ´37 en el Río de la PlataLa Generacion del ´37 en el Río de la Plata
La Generacion del ´37 en el Río de la PlataMaria Eugenia Villa
 
Representantes del romanticismo latino americano
Representantes del romanticismo latino americanoRepresentantes del romanticismo latino americano
Representantes del romanticismo latino americanojuan130600
 
Cine Argentino
Cine ArgentinoCine Argentino
Cine ArgentinoPablo Ozu
 
Planificacion tic facu y gaby 1 celestia
Planificacion tic facu y gaby 1  celestiaPlanificacion tic facu y gaby 1  celestia
Planificacion tic facu y gaby 1 celestiaFacundo Quiroga
 
Civilization y Barbarie (Span 352-LUC Fall 2012)
Civilization y Barbarie (Span 352-LUC Fall 2012) Civilization y Barbarie (Span 352-LUC Fall 2012)
Civilization y Barbarie (Span 352-LUC Fall 2012) Elizabeth Galvan
 
Ensayo el conocimiento esta en la lectura
Ensayo el conocimiento esta en la lecturaEnsayo el conocimiento esta en la lectura
Ensayo el conocimiento esta en la lecturaoliver
 
El juguete rabioso
El juguete rabiosoEl juguete rabioso
El juguete rabiosoglavandeira
 
Literatura argentina 2 - Apuntes de clase
Literatura argentina 2 - Apuntes de claseLiteratura argentina 2 - Apuntes de clase
Literatura argentina 2 - Apuntes de claseProfeblog SB
 
Historia de la literatura argentina
Historia de la literatura argentina Historia de la literatura argentina
Historia de la literatura argentina Profe Sara
 
Secuencia didactica de la lengua val
Secuencia didactica de la lengua valSecuencia didactica de la lengua val
Secuencia didactica de la lengua valmekypame
 
Deforestación (BEMZA) Paola Belen Flores Guerrero
Deforestación (BEMZA) Paola Belen Flores Guerrero Deforestación (BEMZA) Paola Belen Flores Guerrero
Deforestación (BEMZA) Paola Belen Flores Guerrero paolasuleta
 

Destaque (20)

Literatura prehispánica
Literatura prehispánicaLiteratura prehispánica
Literatura prehispánica
 
Prieto, breve historia de la literatura argentina
Prieto, breve historia de la literatura argentinaPrieto, breve historia de la literatura argentina
Prieto, breve historia de la literatura argentina
 
Literatura argentina escritores
Literatura argentina escritoresLiteratura argentina escritores
Literatura argentina escritores
 
Literatura Argentina Trabajo de Investigación Borges-Cortázar sobre el peronismo
Literatura Argentina Trabajo de Investigación Borges-Cortázar sobre el peronismoLiteratura Argentina Trabajo de Investigación Borges-Cortázar sobre el peronismo
Literatura Argentina Trabajo de Investigación Borges-Cortázar sobre el peronismo
 
La Generacion del ´37 en el Río de la Plata
La Generacion del ´37 en el Río de la PlataLa Generacion del ´37 en el Río de la Plata
La Generacion del ´37 en el Río de la Plata
 
Representantes del romanticismo latino americano
Representantes del romanticismo latino americanoRepresentantes del romanticismo latino americano
Representantes del romanticismo latino americano
 
Cine Argentino
Cine ArgentinoCine Argentino
Cine Argentino
 
Planificacion tic facu y gaby 1 celestia
Planificacion tic facu y gaby 1  celestiaPlanificacion tic facu y gaby 1  celestia
Planificacion tic facu y gaby 1 celestia
 
Facundo Quiroga
Facundo QuirogaFacundo Quiroga
Facundo Quiroga
 
Civilization y Barbarie (Span 352-LUC Fall 2012)
Civilization y Barbarie (Span 352-LUC Fall 2012) Civilization y Barbarie (Span 352-LUC Fall 2012)
Civilization y Barbarie (Span 352-LUC Fall 2012)
 
Ensayo el conocimiento esta en la lectura
Ensayo el conocimiento esta en la lecturaEnsayo el conocimiento esta en la lectura
Ensayo el conocimiento esta en la lectura
 
El juguete rabioso
El juguete rabiosoEl juguete rabioso
El juguete rabioso
 
2011-5a-facundo
2011-5a-facundo2011-5a-facundo
2011-5a-facundo
 
Literatura argentina 2 - Apuntes de clase
Literatura argentina 2 - Apuntes de claseLiteratura argentina 2 - Apuntes de clase
Literatura argentina 2 - Apuntes de clase
 
Facundo
FacundoFacundo
Facundo
 
Historia de la literatura argentina
Historia de la literatura argentina Historia de la literatura argentina
Historia de la literatura argentina
 
Facundo
FacundoFacundo
Facundo
 
Secuencia didactica de la lengua val
Secuencia didactica de la lengua valSecuencia didactica de la lengua val
Secuencia didactica de la lengua val
 
Mapa conceptual
Mapa conceptualMapa conceptual
Mapa conceptual
 
Deforestación (BEMZA) Paola Belen Flores Guerrero
Deforestación (BEMZA) Paola Belen Flores Guerrero Deforestación (BEMZA) Paola Belen Flores Guerrero
Deforestación (BEMZA) Paola Belen Flores Guerrero
 

Semelhante a Orígenes de la literatura argentina

Literatura del realismo
Literatura del realismoLiteratura del realismo
Literatura del realismoRochelyNavarro
 
Trabajo Literatura Hispanicas Pedro Pa U&RubéN
Trabajo Literatura Hispanicas Pedro  Pa U&RubéNTrabajo Literatura Hispanicas Pedro  Pa U&RubéN
Trabajo Literatura Hispanicas Pedro Pa U&RubéNguest8e7623b
 
Varios cuentos fantasticos y de cf en america latina
Varios   cuentos fantasticos y de cf en america latinaVarios   cuentos fantasticos y de cf en america latina
Varios cuentos fantasticos y de cf en america latinaAmilcar Rafael
 
Literatura hispanoamericana aitor e ibone
Literatura hispanoamericana   aitor e iboneLiteratura hispanoamericana   aitor e ibone
Literatura hispanoamericana aitor e iboneiolandaba
 
Presentación1 literatura
Presentación1 literaturaPresentación1 literatura
Presentación1 literaturaMarrianne Agudo
 
Letras contemporáneas
Letras contemporáneasLetras contemporáneas
Letras contemporáneasDara Iris
 
El boom-latinoamericano
El boom-latinoamericanoEl boom-latinoamericano
El boom-latinoamericanoEva Sal Benito
 
El realismo(trabajo de comunicacion)
El realismo(trabajo de comunicacion)El realismo(trabajo de comunicacion)
El realismo(trabajo de comunicacion)Oscar Peña
 
Realismo Mágico
Realismo MágicoRealismo Mágico
Realismo Mágicoedu_vaskez
 
Realismo Literario
Realismo LiterarioRealismo Literario
Realismo LiterarioThor_Stark
 
Cuentistas hispanoamericanos I
Cuentistas hispanoamericanos ICuentistas hispanoamericanos I
Cuentistas hispanoamericanos IJesús Magaña
 
Power point expertas en azorín y la gerenación del 98
Power point expertas en azorín y la gerenación del 98Power point expertas en azorín y la gerenación del 98
Power point expertas en azorín y la gerenación del 98lauura26
 
Literatura del naturalismo en latinoamerica (grupo dos b) (1)
Literatura del naturalismo en latinoamerica (grupo dos b) (1)Literatura del naturalismo en latinoamerica (grupo dos b) (1)
Literatura del naturalismo en latinoamerica (grupo dos b) (1)adamaria
 

Semelhante a Orígenes de la literatura argentina (20)

Escritoes hispanoamericanos
Escritoes  hispanoamericanosEscritoes  hispanoamericanos
Escritoes hispanoamericanos
 
Literatura del realismo
Literatura del realismoLiteratura del realismo
Literatura del realismo
 
Trabajo Literatura Hispanicas Pedro Pa U&RubéN
Trabajo Literatura Hispanicas Pedro  Pa U&RubéNTrabajo Literatura Hispanicas Pedro  Pa U&RubéN
Trabajo Literatura Hispanicas Pedro Pa U&RubéN
 
Varios cuentos fantasticos y de cf en america latina
Varios   cuentos fantasticos y de cf en america latinaVarios   cuentos fantasticos y de cf en america latina
Varios cuentos fantasticos y de cf en america latina
 
Literatura hispanoamericana aitor e ibone
Literatura hispanoamericana   aitor e iboneLiteratura hispanoamericana   aitor e ibone
Literatura hispanoamericana aitor e ibone
 
Presentación1 literatura
Presentación1 literaturaPresentación1 literatura
Presentación1 literatura
 
GUIA 4 ESPAÑOL 9°.pdf
GUIA 4 ESPAÑOL 9°.pdfGUIA 4 ESPAÑOL 9°.pdf
GUIA 4 ESPAÑOL 9°.pdf
 
Letras contemporáneas
Letras contemporáneasLetras contemporáneas
Letras contemporáneas
 
Romanticismo Americano
Romanticismo AmericanoRomanticismo Americano
Romanticismo Americano
 
Analisis el sexto
Analisis el sextoAnalisis el sexto
Analisis el sexto
 
El boom-latinoamericano
El boom-latinoamericanoEl boom-latinoamericano
El boom-latinoamericano
 
Literatura hispanoamericana.
Literatura hispanoamericana.Literatura hispanoamericana.
Literatura hispanoamericana.
 
Literatura del Realismo
Literatura del RealismoLiteratura del Realismo
Literatura del Realismo
 
Tecno
TecnoTecno
Tecno
 
El realismo(trabajo de comunicacion)
El realismo(trabajo de comunicacion)El realismo(trabajo de comunicacion)
El realismo(trabajo de comunicacion)
 
Realismo Mágico
Realismo MágicoRealismo Mágico
Realismo Mágico
 
Realismo Literario
Realismo LiterarioRealismo Literario
Realismo Literario
 
Cuentistas hispanoamericanos I
Cuentistas hispanoamericanos ICuentistas hispanoamericanos I
Cuentistas hispanoamericanos I
 
Power point expertas en azorín y la gerenación del 98
Power point expertas en azorín y la gerenación del 98Power point expertas en azorín y la gerenación del 98
Power point expertas en azorín y la gerenación del 98
 
Literatura del naturalismo en latinoamerica (grupo dos b) (1)
Literatura del naturalismo en latinoamerica (grupo dos b) (1)Literatura del naturalismo en latinoamerica (grupo dos b) (1)
Literatura del naturalismo en latinoamerica (grupo dos b) (1)
 

Orígenes de la literatura argentina

  • 1. Literatura Argentina Los Orígenes PDF generado usando el kit de herramientas de fuente abierta mwlib. Ver http://code.pediapress.com/ para mayor información. PDF generated at: Sat, 02 Apr 2011 11:51:19 UTC
  • 2. Contenidos Artículos La literatura en Argentina 1 Literatura de Argentina 1 Echeverría y Sarmiento 8 Esteban Echeverría 8 Romanticismo 11 El matadero 20 Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas 22 Domingo Faustino Sarmiento 38 La Literatura Gauchesca 51 Literatura gauchesca 51 José Hernández 52 El Gaucho Martín Fierro 55 La vuelta de Martín Fierro 57 Gaucho 59 Referencias Fuentes y contribuyentes del artículo 74 Fuentes de imagen, Licencias y contribuyentes 75 Licencias de artículos Licencia 77
  • 3. 1 La literatura en Argentina Literatura de Argentina La literatura argentina, es decir el conjunto de obras literarias producidas por escritores de la República Argentina, es una de las más prolíficas, relevantes e influyentes de América Latina, con escritores de renombre como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Leopoldo Lugones o Ernesto Sabato. Inicios La literatura de habla hispana en el territorio argentino, se inicia con la conquista y colonización española. Los conquistadores traían consigo cronistas que redactaban y describían todos los acontecimientos importantes, aunque con ojos españoles y para un público lector español. Siendo Santiago del Estero la primera ciudad de la Argentina, varios cronistas de esta población pueden ser considerados como los iniciadores de la crónica literaria y poesía argentina. Entre ellos destacan Luis Pardo, quien fuese alabado como poeta por Jorge Luis Borges (1899-1986). Garcilaso de la Vega. También Matheo Rojas de Oquendo y Bernal Díaz del Castillo. El primer cronista del Río de La Plata fue Ulrico Schmidl, con su obra "Derrotero y viaje a España y a las Indias", una obra muy discutida por las diferencias entre traducciones[1] La Universidad de Córdoba, fundada en 1613, se convirtió rápidamente en un centro de cultura. A medida que la población criolla crecía y la educación de ésta se fortalecía, surgían los primeros destellos -aunque en forma embrionaria- de una literatura local en forma de cartas, epístolas y otros tipos de composiciones. Durante la segunda mitad del siglo XVIII, aunque las autoridades españolas se empeñaban en restringir las noticias que llegaban de Europa a América, al puerto de Buenos Aires arribaban, subrepticiamente ocultos en los barcos, todo tipo de libros. La Revolución acabó con las restricciones, y cuando en 1812 se inauguró la primera biblioteca pública de Buenos Aires, promovida por Mariano Moreno, en apenas un mes los habitantes de Buenos Aires donaron más de 2000 libros, lo que demuestra la avidez con que se leía en aquella época. Las tensiones con la literatura francesa produjeron los fenómenos del criollismo, o literatura gauchesca y la reivindicación de la literatura española. Hispanistas y gauchescos no formaron escuelas definidas ni coincidieron siempre en el tiempo; fueron más bien manifestaciones que tácitamente rechazaban la influencia francesa. Mientras los primeros apenas dejaron huellas en cuanto a cantidad y calidad de obras, a los segundos se los considera fundadores de la literatura argentina moderna. Sin embargo, el primer relato que merece para muchos críticos el nombre de «fundacional», fue escrito antes de mediados del siglo XIX por Esteban Echeverría (1805-1851), escritor y político liberal, de tendencia romántica perteneciente a la denominada Generación del 37.
  • 4. Literatura de Argentina 2 Su cuento El matadero, que describe una escena brutal de tortura y asesinato en los mataderos de ganado de Buenos Aires, es de un estilo realista infrecuente en la época. Echeverría escribió también el poema La cautiva, de ambiente rural, pero de estilo culto y complejas resoluciones metafóricas y sintácticas. La literatura gauchesca comienza con la obra del oriental Bartolomé Hidalgo. Sus Cielitos, que hablan de la peripecia patriótica, van deviniendo después en poemas en los cuales se incorporan las primeras denuncias que luego continuarán la voz de Los Tres Gauchos Orientales y más tarde la voz de Martín Fierro de José Hernández. Posteriormente ocurre la publicación de Fausto, de Estanislao del Campo (1866), sátira en verso en la que un gaucho relata con su propio lenguaje una representación del Fausto de Charles Gounod en la ópera de Buenos Aires, el Teatro Colón. El salón literario Marcos Sastre, un librero de la ciudad de Buenos Aires, ofreció en 1837 un salón de su "Librería Argentina" para oficiar de salón literario y que se efectuaran allí las reuniones de los grupos de lecturas y discusión de los José Hernández. [2] intelectuales. La primera sesión inaugural fue en junio de 1837. Los conceptos básicos que cohesionaron al grupo, sentados en los discursos inaugurales de Juan Bautista Alberdi, Marcos Sastre, Juan María Gutiérrez, fueron: • Necesidad de reflexionar sobre los acontecimientos políticos del pasado para poder actuar sobre el presente. Como manifestara Echeverría en un discurso frente al Código: "Señores, si hemos de hacer algo por nuestra patria, es preciso que nuestras ideas nazcan del conocimiento de la vida anterior y presente de nuestra sociedad." • Retorno a los ideales de la Revolución de Mayo, de la que se consideraban hijos y sucesores. • Creación de una literatura nacional, unida al medio geográfico y social, que atendiera "al fondo más que a la forma del pensamiento, a la idea más que al estilo, a la belleza útil más que a la belleza en sí" (Alberdi); que "armonice con la virgen y grandiosa naturaleza americana" (Echeverría). Los modelos literarios serán los ofrecidos por el romanticismo europeo, pero con una fuerte impronta de carácter criollista. • Propuesta de un divorcio con respecto a los modelos literarios españoles y a la tutela académica. • Defensa de la libertad en el empleo de la lengua, aceptan las variantes regionales del español americano.
  • 5. Literatura de Argentina 3 Martín Fierro Martín Fierro es un poema narrativo de José Hernández, obra literaria considerada ejemplar del género gauchesco en Argentina y Uruguay. Se publicó en 1872 con el título El Gaucho Martín Fierro, y su continuación, La vuelta de Martín Fierro, apareció en 1879. Narra el carácter independiente, heroico y sacrificado del gaucho. El poema es, en parte, una protesta en contra de las tendencias europeas y modernas del presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento. Leopoldo Lugones, en su obra literaria El payador calificó a este poema como "el libro nacional de los argentinos" y reconoció al gaucho su calidad de genuino representante del país, emblema de la argentinidad. Para Ricardo Rojas representaba el clásico argentino por antonomasia. El gaucho dejaba de ser un hombre "fuera de la ley" para convertirse en héroe nacional. Leopoldo Marechal, en un ensayo titulado Simbolismos del "Martín Fierro" le buscó una clave alegórica. José María Rosa vio en el "Martín Fierro" una interpretación de la historia argentina. Portada del libro. Este libro ha aparecido literalmente en cientos de ediciones y fue traducido a más de 70 idiomas. La última fue al Quichua, tras nueve años de trabajo, por Don Sixto Palavecino y Gabriel Conti. La obra narra las desventuras de un gaucho, reclutado a la fuerza para la guerra contra el indio, quien a su regreso mata a un hombre en duelo, huye y se exilia entre los salvajes. Vuelto a la civilización, pronuncia una serie de máximas a sus hijos y reflexiones sobre las penurias de sus paisanos, los gauchos, parias de la pampa. Domingo F. Sarmiento, Facundo En 1845, Domingo Faustino Sarmiento, escritor y político que llegaría a la Presidencia de la Nación, había publicado Facundo, sobre el caudillo provincial Facundo Quiroga, a quien describe agudamente, pero a la vez pinta como símbolo y representación de la barbarie, a la que Sarmiento oponía el progreso y la civilización. Para la crítica del siglo XX, Facundo es también un libro inaugural de la literatura argentina. En cuanto a la producción literaria de mujeres, destacan en el siglo XIX autoras como Juana Manuela Gorriti, Eduarda Mansilla, Rosa Guerra y Juana Manso, que por un lado también discuten a su manera el problema nacional, por ejemplo con el motivo de la Cautiva o el tema gauchesco, por otro lado se insertan en la incipiente discusión feminista de la época, con problemas como la educación de la mujer.
  • 6. Literatura de Argentina 4 Siglo XX Normalizada la vida política después de las guerras interiores, y con el gobierno en manos de liberales, el país entra con gran pujanza en el nuevo siglo y la literatura se hace cosmopolita. El poeta, narrador y ensayista Leopoldo Lugones es la figura que representa este puente entre dos épocas. Influido por la poesía del nicaragüense Rubén Darío, escribió poemarios de elaborada retórica, cuentos y combativos ensayos. De su anarquismo inicial derivó hacia el nacionalismo autoritario, apoyó el primer golpe de Estado en el país (1930) y se suicidó en una posada en el delta del río Paraná. A la poesía suntuosa de Lugones, sigue la «sencillista», de poetas como Baldomero Fernández Moreno y Evaristo Carriego. También a principios de este siglo es cuando Gustavo Martínez Zuviría (Hugo Wast) da comienzo a su gran producción de artículos y novelas varias de las cuales fueron llevadas al cine. Se destacan entre ellas Flor de Durazno (1911) en la que hace su debut en Leopoldo Lugones. el cine Carlos Gardel y Valle Negro (1918) novela elogiada por Miguel de Unamuno. Ricardo Güiraldes publica su Don Segundo Sombra, novela rural que a diferencia de Martín Fierro no reivindica socialmente al gaucho, sino que lo evoca como personaje legendario, en un tono elegíaco. En la provincia de Entre Ríos, a la orilla del río Paraná, el poeta Juan L. Ortiz inicia una obra solitaria, de intensa relación con el paisaje fluvial, pero también con sus humildes habitantes. En la década del cuarenta aparece una nueva vanguardia de la mano de Juan-Jacobo Bajarlía junto a Gyula Kosice, Edgar Bayley, Carmelo Arden Quin y Tomás Maldonado entre otros. Al mismo tiempo, se afirma la figura de Borges, a la vez que es cuestionada por su presunto «cosmopolitismo». Ernesto Sabato publica su primera novela, El túnel, elogiada y premiada en Europa. Leopoldo Marechal publica varios libros de poesía y su Adán Buenosayres (1948). Publican poetas como Olga Orozco y Enrique Molina y la poeta Celia Gourinski, influidos por el surrealismo europeo; Alberto Girri, admirador de la poesía anglosajona y Edgar Bayley, cofundador del «concretismo», de mayor gravitación en las artes plásticas que en la literatura. Julio Cortázar edita sus primeros cuentos en los años 1950, el primero de ellos por gestión de Borges, y se autoexilia en París. En esa década y la siguiente, la vanguardia poética se reagrupa en la revista Poesía Buenos Aires, dirigida por Raúl Gustavo Aguirre. El poeta Juan Gelman aparece como la figura más destacada de una poesía de tono coloquial, políticamente comprometida, que incluye a Juana Bignozzi y Horacio Salas, mientras Fernando Demaría se destaca por su lirismo íntimamente ligado a la tierra y al paisaje. Destacan también, en poesía, Rafael Squirru, Fernando Guibert, Joaquín Giannuzzi, Leónidas Lamborghini,Emeterio Cerro, Juan-Jacobo Bajarlía, Alejandra Pizarnik, Abelardo Castillo, Liliana Heker, Vicente Battista, Beatriz Guido, Bernardo Kordon, Juan José Manauta, Rodolfo Walsh, Adolfo Bioy Casares, de muy distintas ideas estéticas, que recorren una gama de estilos que Julio Cortázar. va desde lo social hasta lo existencial y lo fantástico. Sobresale en el interior argentino, Juan Bautista Zalazar, poeta y cuentista nacido en La Rioja y afincado en Catamarca.
  • 7. Literatura de Argentina 5 Después de la dictadura militar de la historia local (1976-1983), en la narrativa se destacan nombres como los de Daniel Moyano, Ricardo Piglia, Manuel Puig, Antonio Di Benedetto, César Aira, Juan José Saer, Julio Carreras (h), Antonio Dal Masetto, Alan Pauls, Ana María Shua, Rodolfo Fogwill, Alicia Steimberg, Luisa Valenzuela, Alberto Laiseca, Osvaldo Soriano, Luisa Futoransky, Jorge Asís, Héctor Tizón, Rodrigo Fresán, Mempo Giardinelli, Alicia Kozameh, Reina Roffé, Cristina Feijóo, Rodolfo Rabanal, Susana Szwarc, Liliana Heker, Jorge Torres Zavaleta, Leopoldo Brizuela, Guillermo Martínez y poetas como Celia Gourinski, Arturo Carrera, Néstor Perlongher, Ricardo Zelarrayán, Susana Thénon, Irene Gruss, Cristina Piña, Diana Bellessi, Jorge Aulicino,Ruth Mehl, Fabián Casas, Santiago Sylvester, Horacio Castillo, María del Carmen Colombo, Rafael Roldán Auzqui. Muchos de estos autores habían comenzado su actividad en los años anteriores a la dictadura; otros aparecen en los ochenta y noventa para reanudar la discusión literaria. El tono paródico en algunos de ellos, la ironía, la fantasía, el realismo y la épica, la gravedad o la liviandad, el minimalismo y la lírica intimista y feminista indican las tendencias y tensiones del momento histórico. La polémica Florida-Boedo En los años veinte, surge la polémica Florida-Boedo, entre lo que se conocería como el Grupo Florida y Grupo Boedo. Ambos grupos aglutinan a la vanguardia. El Grupo Florida tiene entre sus miembros sobre todo a personajes de la élite económica, mientras que el Grupo Boedo se proclama como antivanguardista, más ligados a los problemas sociales y económicos de las clases trabajadoras, influidos por el modelo realista de la literatura rusa, entre los que se destaca Roberto Arlt, aunque nunca se proclamó como perteneciente al Grupo Boedo. La polémica Florida-Boedo no es solamente de carácter económico, sino que refleja modos diferentes de concebir la literatura y la escritura; esto incluye las temáticas tratadas, el lenguaje utilizado, la función social que cada grupo le asigna a la literatura y los modelos literarios a seguir. La hoja de divulgación del Grupo Florida se llamaría, significativamente, Martín Fierro, para algunos, un gesto snob, para otros, la expresión del matiz criollista que quería subrayar el movimiento innovador. En ese periódico escribe Jorge Luis Borges, quien con el tiempo sería el más conocido fuera de las fronteras del país, y otros poetas clave, como Raúl González Tuñón y Oliverio Girondo (estos últimos, pertenecientes al Grupo Boedo). Revistas literarias En Argentina, las revistas literarias fueron cruciales en la difusión de nuevos escritores, intelectuales y académicos, además de ser un punto de encuentro para el intercambio de las diferentes perspectivas sobre la literatura y los posicionamientos políticos en relación a los modelos literarios. Algunas de las principales revistas fueron: • Revista Sur - 1931-1992 - 371 ejemplares • Contra. La revista de los francotiradores - 1933-1933 - 6 ejemplares • Contorno (revista) - 1953 - 1959 - 10 ejemplares • Revista Punto de Vista - 1978 • Crisis - 1973-1976 • Puro Cuento - 1985-1992
  • 8. Literatura de Argentina 7 (sitio oficial
  • 9. 8 Echeverría y Sarmiento Esteban Echeverría Esteban Echeverría Esteban Echeverría, según una pintura de Ernesto Charton. Nombre completo José Esteban Antonio Echeverría Espinosa Nacimiento 2 de septiembre de 1805 Buenos Aires, Argentina Defunción 19 de enero de 1851 (45 años) Montevideo, Uruguay Ocupación Escritor y poeta. Nacionalidad Lengua materna Español. Movimientos Romanticismo Obras notables El matadero, La cautiva, Dogma Socialista. José Esteban Antonio Echeverría Espinosa (Buenos Aires, Argentina, 2 de septiembre de 1805 - Montevideo, Uruguay, 19 de enero de 1851) fue un escritor y poeta argentino, que introdujo el romanticismo en su país. Perteneciente a la denominada Generación del 37, es autor de obras como Dogma Socialista, La cautiva y El matadero, entre otras.[1] Biografía Era hijo de la porteña doña María Espinosa y del español vizcaíno José Domingo Echeverría. A temprana edad perdió a su padre y fue iniciado en sus primeras letras por su madre. Comenzó la escuela primaria en la escuela de San Telmo, pero al poco tiempo queda también huérfano de su madre, quien falleció en 1822. Desamparado, comenzó una azarosa vida adolescente, que agravó ciertos problemas cardíacos que lo aquejaban y, con el tiempo lo obligaron a cambiar de vida . Ingresó en el recientemente creado Departamento de Estudios Preparatorios de la Universidad de Buenos Aires y en la Escuela de Dibujo de la misma, a la vez que, en 1823, comenzó a trabajar como dependiente en el comercio de los hermanos Lezica, que ya por entonces tenía representación en países de Europa y América.
  • 10. Esteban Echeverría 9 Estudios en Francia A los veinte años, resolvió completar su educación en Europa. Parte desde Buenos Aires el 17 de octubre de 1825 a bordo de “La Joven Matilde” y, tras un viaje accidentado, recala en el puerto de El Havre, Francia. Años más tarde, en El ángel caído, un poema épico con fuertes influencias de Lord Byron y José de Espronceda, Echeverría deja testimonio de esa travesía. La ausencia de la patria (1825-1830) le fue provechosa. En el comienzo de su viaje, en el trayecto entre el Río de la Plata y Brasil, escribe Peregrinaje de Gualpo. Ya instalado en París, en el barrio de Saint-Jacques, desde el 6 de marzo de 1827, estudia ciencias en el Ateneo, dibujo en una academia y economía política y derecho en La Sorbona. Allí mismo se interesó por las tendencias literarias de la época, y estudió con afán ejemplar, logrando una sólida educación. Regreso a la Argentina En junio de 1830, regresó a Buenos Aires, e introdujo en la zona del Río de la Plata el romanticismo literario. En 1831, publicó sus primeros versos breves en el periódico La Gaceta Mercantil y también los versos de La Profecía de la Plata en el periódico El Diario de la Tarde. Al año siguiente, en 1832, editó en forma de folleto, Elvira o La novia del Plata considerada la primera obra romántica en lengua castellana. En 1834 publicó el primer libro de versos de la literatura argentina (Anteriormente se publicaron poemas sueltos), Los Consuelos. Por estos años, sus reiterados problemas de salud, lo llevan a pasar un tiempo en la ciudad de Mercedes, actual capital del departamento de Soriano, República Oriental del Uruguay. De vuelta en Buenos Aires, participó activamente en el Salón literario que funcionaba en la trastienda de la librería de don Marcos Sastre, inaugurado en junio de 1837. Ese mismo año se estima que escribió el cuadro de costumbres Apología del Matambre y publicó Rimas, que incluye su obra poética más reconocida: La Cautiva. En 1838, Juan Manuel de Rosas ordenó la clausura del Salón Literario de Marcos Sastre, y Echeverría funda y preside la "Asociación de la Joven Generación Argentina", luego "Asociación de Mayo", inspirada en las agrupaciones carbonarias italianas, como La Joven Italia de Giuseppe Mazzini. Fue en esta asociación donde expuso su ideal de recuperar el espíritu de la Revolución de Mayo, redactó y leyó el Credo de esta Asociación, compuesto por quince Palabras Simbólicas, y que servirán de base para la redacción posterior de El Dogma Socialista de 1846. Presumiblemente, entre 1838 y 1840, mientras residía en la estancia "Los talas", cerca de Luján, Provincia de Buenos Aires, escribe El matadero, que se publicará póstumamente. En 1839, Echeverría, a pesar de no estar de acuerdo con la toma del poder por métodos no violentos, adhiere al fracasado "Levantamiento de Dolores" o de los Libres del Sur contra el gobierno rosista, por el cual se dicta la "Ley del 9 de noviembre de 1839" que, entre otras cosas, identifica a los unitarios como autores de la intentona. Exilio en Uruguay y muerte A finales de 1840, se autoexilia en la República Oriental del Uruguay. Primero vive en Colonia del Sacramento y en 1841 se instala en Montevideo, donde vivió dedicado a la literatura. Durante ese periodo oriental, escribe A la juventud argentina, un poema revolucionario y redacta, además, Avellaneda, El ángel caído y La guitarra. Esteban Echeverría falleció el 19 de enero de 1851, victima de una dolencia pulmonar. Fue el más importante poeta del primer período romántico en el Río de la Plata e introductor de este movimiento. Impuso la temática del indio y del desierto en la manifestación poética y es considerado por muchos teóricos como el autor del primer cuento argentino El matadero, aunque, por carecer de una única unidad temática, una parte de la crítica señala que este escrito, como cuento, no puede considerarse dentro de los cánones tradicionales.
  • 11. Esteban Echeverría 10 Obras • Elvira o la novia del Plata (1832) • Don Juan (1833) • Carlos • Mangora • La Pola o el amor y el patriotismo • Himno del dolor (1834) • Los consuelos (1834) • Al corazón (1835) • Rimas (1837, en GB) • La cautiva • El Matadero • Canciones • Peregrinaje de Gualpo • El Dogma Socialista • Cartas a un amigo • El ángel caído • Ilusiones • La guitarra • Avellaneda • Mefistófeles • Apología del matambre (1837) • La noche • La diamela. Referencias [1] El Informador. « Esteban Echeverría introdujo el romanticismo en Argentina (http:/ / www. informador. com. mx/ cultura/ 2009/ 133964/ 6/ esteban-echeverria-introdujo-el-romanticismo-en-argentina. htm)» (en español). Consultado el 5 de junio de 2010. Biblioteca Digital Carlos Pellegrini (http://www.cpel.uba.ar/ebooks/)
  • 12. Romanticismo 11 Romanticismo El Romanticismo es un movimiento cultural y político originado en Alemania y en el Reino Unido a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el Clasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos. Su característica fundamental es la ruptura con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas. La libertad auténtica es su búsqueda constante, por eso es que su rasgo revolucionario es incuestionable. Debido a que el romanticismo es una manera de sentir y concebir la naturaleza, la vida y al hombre mismo que se presenta de manera distinta y particular en cada país donde se desarrolla; incluso dentro de una misma nación se manifiestan distintas tendencias proyectándose también en todas las artes. Se desarrolló en la primera mitad del siglo XIX, extendiéndose desde Inglaterra a Alemania hasta llegar a países como Francia, Italia, Argentina, España, México, etc. Su vertiente literaria se fragmentaría Viajero frente al mar de niebla (1818), de Friedrich. posteriormente en diversas corrientes, como el Parnasianismo, el Simbolismo, el Decadentismo o el Prerrafaelismo, reunidas en la denominación general de Posromanticismo, una derivación del cual fue el llamado Modernismo hispanoamericano. Tuvo fundamentales aportes en los campos de la literatura, la pintura y la música. Posteriormente, una de las corrientes vanguardistas del siglo XX, el Surrealismo, llevó al extremo los postulados románticos de la exaltación del yo. Etimología Si bien está clara la relación etimológica entre romántico y el término francés para novela roman, no toda la crítica se pone de acuerdo. En todo caso parece que la primera aparición documentada del término se debe a James Boswell a mediados del siglo XVIII, y aparece en forma adjetiva, esto es, romantic o romántico. Lo utiliza para referirse al aspecto de Córcega. Este término hace referencia a lo inefable, aquello que no se puede expresar con palabras. Así, en un principio, se entendería que un sentimiento romántico es aquel que requiere de un roman para ser expresado. El texto de Boswell se tradujo a varias lenguas, llegando a alcanzar especial fuerza en alemán, con la difusión de romantisch, en oposición a klassisch. Según René Wellek el término sirvió en principio para denominar una forma genérica de pensar y sentir y sólo en 1819, con Friedrich Bouterwek se emplea Romantiker como denominación de la escuela literaria. La difusión del término es irregular por países; en 1815 en España podemos encontrar romancesco junto a romántico, estabilizándose el segundo ya en 1918.[1] Otro origen del término muy señalado es el que relaciona «romántico» con la expresión «in lingua romana» que alude a las lenguas romances distinguiéndolas de la antigüedad clásica representada por el latín. Se trataría por tanto de un giro hacia la lengua propia y vernácula como representate de la propia cultura. Igualmente surge con este término una oposición entre «romántico» y «clásico» en función de la lengua que prefirieran y, por añadidura, asociada también al gusto creador de unos y otros.[2]
  • 13. Romanticismo 12 Características El Romanticismo es una reacción contra el espíritu racional y crítico de la Ilustración y el Clasicismo, y favorecía, ante todo: • La conciencia del Yo como entidad autónoma y, frente a la universalidad de la razón dieciochesca, dotada de capacidades variables e individuales como la fantasía y el sentimiento. • La primacía del Genio creador de un Universo propio, el poeta como demiurgo. • Valoración de lo diferente frente a lo común lo que lleva una fuerte tendencia nacionalista. • El liberalismo frente al despotismo ilustrado. • La de la originalidad frente a la tradición clasicista y la adecuación a los cánones. Cada hombre debe mostrar lo que le hace único. • La de la creatividad frente a la imitación de lo antiguo hacia los dioses de Atenas. • La de la obra imperfecta, inacabada y abierta frente a la obra perfecta, concluida y cerrada. Es propio de este movimiento un gran aprecio de lo personal, un subjetivismo e individualismo absoluto, un culto al yo fundamental y al carácter nacional o Volksgeist, frente a la universalidad y sociabilidad de la Ilustración en el siglo XVIII; en ese sentido los héroes románticos son, con frecuencia, prototipos de rebeldía (Don Juan, el pirata, Saturno devorando a un hijo, una de las Pinturas negras de Goya, realizada durante el Trienio Prometeo) y los autores románticos quebrantan cualquier normativa o Liberal (1820–1823), y que, bajo una capa tradición cultural que ahogue su libertad, como por ejemplo las tres mitológica, alude a la famosa frase de Vergniaud unidades aristotélicas (acción, tiempo y lugar) y la de estilo poco antes de ser guillotinado: «La Revolución (mezclando prosa y verso y utilizando polimetría en el teatro), o devora a sus propios hijos». revolucionando la métrica y volviendo a rimas más libres y populares como la asonante. Igualmente, una renovación de temas y ambientes, y, por contraste al Siglo de las Luces (Ilustración), prefieren los ambientes nocturnos y luctuosos, los lugares sórdidos y ruinosos (siniestrismo); venerando y buscando tanto las historias fantásticas como la superstición. Un aspecto del influjo del nuevo espíritu romántico y su cultivo de lo diferencial es el auge que tomaron el estudio de la literatura popular (romances o baladas anónimas, cuentos tradicionales, coplas, refranes) y de las literaturas en lenguas regionales durante este periodo: la gaélica, la escocesa, la provenzal, la bretona, la catalana, la gallega, la vasca... Este auge de lo nacional y del nacionalismo fue una reacción a la cultura francesa del siglo XVIII, de espíritu clásico y universalista, difundida por toda Europa mediante Napoleón. El Romanticismo se expandió también y renovó y enriqueció el limitado lenguaje y estilo del Neoclasicismo dando entrada a lo exótico y lo extravagante, buscando nuevas combinaciones métricas y flexibilizando las antiguas o buscando en culturas bárbaras y exóticas o en la Edad Media, en vez de en Grecia o Roma, su inspiración. Frente a la afirmación de lo racional, irrumpió la exaltación de lo instintivo y sentimental. «La belleza es verdad». También representó el deseo de libertad del individuo, de las pasiones y de los instintos que presenta el «yo», subjetivismo e imposición del sentimiento sobre la razón. En consonancia con lo anterior, y frente a los neoclásicos, se produjo una mayor valoración de todo lo relacionado con la Edad Media, frente a otras épocas históricas.
  • 14. Romanticismo 13 Manifestaciones culturales El movimiento literario Sturm und Drang (en alemán: 'Tormenta e ímpetu'), desarrollado durante la última mitad del siglo XVIII, fue el precedente importante del Romanticismo alemán. Los autores importantes fueron (el joven) Johann Wolfgang von Goethe, (el joven) Friedrich Schiller, Friedrich Gottlieb Klopstock y Ludwig van Beethoven. Romanticismo alemán El Romanticismo alemán no fue un movimiento unitario. Por ello se habla en las historias literarias de varias fases del Romanticismo. Una etapa fundamental fueron los años noventa del siglo XVIII (Primer Romanticismo), pero las últimas manifestaciones alcanzan hasta la mitad del siglo XIX. Los filósofos dominantes del romanticismo alemán fueron Johann Gottlieb Fichte y Friedrich Wilhelm Joseph Schelling (los fundadores del Idealismo alemán). Los autores más importantes son Goethe, Novalis, Ludwig Tieck, Friedrich Schlegel, Clemens Brentano, August Wilhelm Schlegel, Achim von Arnim, E.T.A. Hoffmann y Friedrich Hölderlin. Post-romántico se puede considerar a Heinrich Heine. Friedrich Schelling. Romanticismo francés El Romanticismo francés tuvo su manifiesto en Alemania (1813), de Madame de Staël, aunque el gran precursor en el siglo XVIII fue Jean-Jacques Rousseau, autor de Confesiones, Ensoñaciones de un paseante solitario, el Emilio, Julia, o La nueva Eloísa y El contrato social, entre otras obras. En el siglo XIX sobresalieron Charles Nodier, Víctor Hugo, Alphonse de Lamartine, Alfred Victor de Vigny, Alfred de Musset, George Sand, Alexandre Dumas (tanto hijo como padre), entre otros; son los mayores representantes de esta estética literaria.
  • 15. Romanticismo 14 Romanticismo inglés El Romanticismo comenzó en Inglaterra casi al mismo tiempo que en Alemania; en el siglo XVIII ya habían dejado sentir un cierto apego escapista por la Edad Media y sus valores de falsarios inventores de heterónimos medievales como James Macpherson o Thomas Chatterton, pero el movimiento surgió a la luz del día con los llamados Poetas lakistas (Wordsworth, Coleridge, Southey), y su manifiesto fue el prólogo de Wordsworth a sus Baladas líricas, aunque ya lo habían presagiado en el siglo XVIII Young con sus Pensamientos nocturnos o el originalísimo William Blake. Lord Byron, Percy Bysshe Shelley y John Keats son los líricos canónicos del Romanticismo inglés. Después vinieron el narrador Thomas De Quincey, y los ya postrománticos Elizabeth Barrett Browning y su marido Robert Browning, este último creador de una forma poética fundamental en el mundo moderno, el monólogo dramático. En narrativa destaca Walter Scott, creador del género de novela Lord Byron vestido de albanés, obra de Thomas histórica moderna con sus ficciones sobre la Edad Media inglesa, o las Phillips de 1813. novelas góticas El monje de Matthew Lewis o Melmoth el Errabundo, de Charles Maturin. Romanticismo español En España el movimiento romántico tuvo precedentes en los afrancesados ilustrados españoles, como se aprecia en las Noches lúgubres (1775) de José de Cadalso o en los poetas prerrománticos (Nicasio Álvarez Cienfuegos, Manuel José Quintana, José Marchena, Alberto Lista...), que reflejan una nueva ideología presente ya en figuras disidentes del exilio, como José María Blanco White. Pero el lenguaje romántico propiamente dicho tardó en ser asimilado, debido a la reacción emprendida por Fernando VII tras la Guerra de la Independencia, que impermeabilizó en buena medida la asunción del nuevo ideario. Durante la Década Ominosa en España (1823-1833) vuelve a instaurarse un régimen absolutista, y quedan suspendidas todas las publicaciones periódicas, las universidades cerradas y la mayoría de las José de Espronceda es el prototipo de poeta principales figuras literarias y políticas en el exilio; el principal núcleo romántico en España. Liberal exaltado, activista cultural español se sitúa, sobre todo, en Gran Bretaña y Francia. Desde político y lírico desbordado, su temprana muerte a los 34 años lo convirtió en el poeta del allí, periódicos como Variedades, de Blanco White, contribuyeron a Romanticismo español por excelencia. fomentar las ideas del Romanticismo entre los exiliados liberales, que paulatinamente fueron abandonando la estética del Neoclasicismo. En la segunda década del siglo XIX, el diplomático Juan Nicolás Böhl de Faber publicó en Cádiz una serie de artículos entre 1818 y 1819 en el Diario Mercantil a favor del teatro de Calderón de la Barca contra la postura
  • 16. Romanticismo 15 neoclásica que lo rechazaba. Estos artículos suscitaron un debate en torno a los nuevos postulados románticos y, así, se produciría un eco en el periódico barcelonés El Europeo (1823-1824), donde Buenaventura Carlos Aribau y Ramón López Soler defendieron el Romanticismo moderado y tradicionalista del modelo de Böhl, negando decididamente las posturas neoclásicas. En sus páginas se hace por primera vez una exposición de la ideología romántica, a través de un artículo de Luigi Monteggia titulado Romanticismo. Por otro lado, algunos escritores liberales españoles, emigrados por vicisitudes políticas, entraron en contacto con el Romanticismo europeo, y trajeron ese lenguaje a la muerte del rey Fernando VII en 1833. La poesía del romántico exaltado está representada por la obra de José de Espronceda, y la prosa por la figura decisiva de Mariano José de Larra. Un romanticismo moderado encarnan José Zorrilla (dramaturgo, autor del Don Juan Tenorio) y el Duque de Rivas, quien, sin embargo, escribió la obra teatral que mejor representa los temas y formas del romanticismo exaltado: Don Álvaro o la fuerza del sino. Un Romanticismo tardío, más íntimo y poco inclinado por temas político-sociales, es el que aparece en la segunda mitad del siglo XIX, con la obra de Gustavo Adolfo Bécquer, la gallega Rosalía de Castro, y Larra. Augusto Ferrán, que experimentaron el influjo directo con la lírica germánica de Heinrich Heine y del folclore popular español, recopilado en cantares, soleás y otros moldes líricos, que tuvo amplia difusión impresa en esta época.
  • 17. Romanticismo 16 Romanticismo argentino El Romanticismo tuvo su primera manifestación en la Argentina con la aparición en 1832 del poema Elvira o la novia del Plata de Esteban Echeverría, quien lideró el movimiento que se concentró en la llamada Generación del 37 y tuvo uno de sus centros en el Salón Literario. El romanticismo argentino integró la lengua tradicional española con los dialectos locales y gauchescos, incorporó el paisaje rioplatense a la literatura y los problemas sociales. El romanticismo argentino se produjo íntimamente ligado con el romanticismo uruguayo. En Hispanoamérica, el contenido nacionalista del romanticismo confluyó con la recién terminada Guerra de Independencia (1810–1824), convirtiéndose en una herramienta de consolidación de las nuevas naciones independientes, recurriendo al costumbrismo como una herramienta de autonomía cultural. Entre las obras más importantes del movimiento se destacan «La cautiva» y «El matadero», ambas de Echeverría,[3] [4] el Martín Fierro obra maestra de José Hernández, Amalia de José Mármol, Facundo de Esteban Echeverría, figura destacada del Domingo F. Sarmiento y el folletín y obra dramática Juan Moreira de romanticismo argentino, escribió «La cautiva» y «El matadero». Eduardo Gutiérrez, considerado fundador del teatro rioplatense.
  • 19. Romanticismo 18 , por Emilia El espíritu romántico El estilo vital de los autores románticos despreciaba el materialismo burgués y preconizaba el amor libre y el liberalismo en política, aunque hubo también un Romanticismo reaccionario, representado por Chateaubriand, que preconizaba la vuelta a los valores cristianos de la Edad Media. El idealismo extremo y exagerado que se buscaba en todo el Romanticismo encontraba con frecuencia un violento choque con la realidad miserable y materialista, lo que causaba con frecuencia que el romántico acabara con su propia vida mediante el suicidio. La mayoría de los románticos murieron jóvenes. Los románticos amaban la naturaleza frente a la civilización como símbolo de todo lo verdadero y genuino.
  • 20. Romanticismo 19 Véase también • Pintura romántica • Poesía romántica • Postromanticismo • Prerromanticismo • Ballet romántico Referencias [1] Visedo Order, Isabel. Introducción al Romanticismo español, pag 165 [2] Dieter Borchmeyer: Zur Typologie des Klassischen und Romantischen. In: Walter Hinderer (Hg.): Goethe und das Zeitalter der Romantik. Würzburg 2002 (Stiftung für Romantikforschung; 21), S. 19-29, hier S. 19 f. [3] Weinberg, Félix (1980). «La época de Rosas. El Romantiscismo», en Historia de la literatura argentina, Tomo I, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina. págs. 217–240. [4] Jitrik, Noé (1980). «El Romanticismo: Esteban Echeverría», en Historia de la literatura argentina, Tomo I, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina. págs. 241–263. Bibliografía • Abrams, M. H. (1975). El espejo y la lámpara. Barcelona: Barral. ISBN 978-84-211-0331-9. • Berlín, Isaiah & Hardy, Henry (editor) (2000). Las raíces del romanticismo. Madrid: Taurus. ISBN 978-84-306-0369-5. • De Paz, Alfredo (1986). La revolución romántica; poéticas, estéticas, ideologías. Traducción de María García Lozano. Madrid: Editorial Tecnos. ISBN 978-84-309-3960-2. • VV.AA. (1994). Fragmentos para una teoría romántica del arte. Antología y edición de Javier Arnaldo. Madrid: Editorial Tecnos. ISBN 978-84-309-1388-6. • Ward, Thomas (2004). La teoría literaria: Romanticismo, krausismo y modernismo ante la globalización industrial. University, Miss.: Romance Monographs. ISBN 978-1-889441-14-6. Enlaces externos • Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Romanticismo. Commons • Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Romanticismo. Wikiquote • El Romanticismo (http://roble.pntic.mec.es/~msanto1/lengua/2romanti.htm) • El Romanticismo español (http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/estilos/16.htm) • Romanticismo (literatura) (http://es.encarta.msn.com/encyclopedia_761573164/Romanticismo_(literatura). html) • España artística y monumental (http://www.codicesmedievales.com/espanya-artistica-monumental/index. htm) — facsímil • Ciencia y Romancicismo (http://www.gobiernodecanarias.org/educacion/3/Usrn/fundoro/web_fcohc/ 005_publicaciones/actas_congresos/romanticismo.htm) Libro electrónico.
  • 21. El matadero 20 El matadero El Matadero Autor Esteban Echeverría Idioma Castellano, español Título original El Matadero País  Argentina Fecha de publicación 1871 Formato Libro Páginas 29 El Matadero es un texto literario romántico del autor argentino Esteban Echeverría, quien lo escribió entre 1838 y 1840. Es considerado el primer cuento realista del Río de la Plata, además de ser una de las obras más célebres de este trascendente escritor. Fue publicado en 1871 en la Revista del Río de la Plata. Más tarde, Juan María Gutiérrez lo incorpora a su edición de las Obras completas de Echeverría (1870-1874). El cuento actualmente se lo considera unos de los pilares de la literatura hispanoamericana, por la forma en que se plantea el ambiente del matadero como una metáfora de la época del gobernador Juan Manuel de Rosas, período donde los que ejercían el poder solían asesinar a los que no comulgaban con sus políticas. Trama Los hechos relatados tienen lugar años después la Revolución de Mayo, durante el período en que Juan Manuel de Rosas gobernó la provincia de Buenos Aires, en Argentina. Más concretamente, el marco temporal se ubica en algún momento de la década de 1830, luego de la muerte de la esposa de Rosas, doña Encarnación Ezcurra, y durante la época de la cuaresma católica. La acción se desarrolla en un matadero vacuno localizado en un sector marginal de la ciudad de Buenos Aires, la cual en aquél tiempo integraba con la provincia del mismo nombre una misma jurisdicción política y administrativa. El relato, que hace una descripción de la sociedad y la situación política de la época, comienza dando cuenta de un gran diluvio, después del cual el pueblo estuvo 15 días sin carne de res y afectó la economía del país. Se produjo una crisis en la provisión de alimentos, dado que por la imposibilidad de movilizar la hacienda hasta el matadero durante ese período, hubo falta de carne. Esta carencia, que por otra parte venía a coincidir fortuitamente con los mandatos cuaresmales de la iglesia, en lo referido a la abstinencia de carne, produjo un aumento en los precios de otros productos tales como aves, pescados y rosquillas, y la muerte de mucha gente. Sin embargo, aunque la institución religiosa se cuidó de advertir que no se debía comer carne por constituír ello pecado, no fue igual de rígida con los gobernantes y el cuerpo religioso, lo que dejó en evidencia la hipocresía del gobierno y del clero. Echeverría narra que ante la crisis, Rosas -"el Restaurador"- envía una reducida cantidad de novillos al matadero. Estos animales son recibidos con algarabía por la gente más marginada de la zona. Sucede que las vísceras, llamadas "achuras" y lógicamente mucho menos apreciadas que la carne, eran usualmente desechadas. Estas personas, en su afán de conseguir comida, acostumbraban a asistir a las matanzas de reses y se apropiaban de dichas partes, habitualmente protagonizando fuertes disputas. Como es de suponer, en este caso en que la escasez de alimentos estaba haciendo estragos la expectativa era aún mayor que la habitual. El último de los animales que queda vivo de aquella tropa resulta ser un toro, que ofrece feroz resistencia a los faenadores que intentan reducirlo. Luego de una violenta contienda la bestia se escapa. Echeverría cuenta que por esta refriega se produce indirectamente la muerte de un niño, decapitado por el chicotazo de un lazo al romperse. No obstante, esta tragedia es rápidamente olvidada por los asistentes, obsesionados por que se dé muerte al animal. El
  • 22. El matadero 21 brioso ejemplar es perseguido por varios jinetes, que al final de una tenaz y accidentada persecución logran atraparlo y matarlo. Luego del episodio del toro tiene lugar la parte culminante del relato. Acierta a pasar cabalgando por el lugar un joven, al que la muchedumbre identifica rápidamente como unitario, por no llevar luto -por la muerte de la esposa de Rosas- ni la divisa punzó y por su apariencia en general. El mozo es atrapado y llevado a la casilla del «Juez del Matadero» (especie de comandante del lugar), donde es interrogado y torturado por varios de los personajes de esta historia, todos ellos simpatizantes del partido federal. El joven unitario (personificación de Echeverría en el relato de ficción) se resiste en todo momento durante este injustificado calvario, manteniendo una actitud digna y desafiante ante las crueldades de los federales. Finalmente, en un momento en el que pensaban continuar torturándolo, el joven literalmente estalla de rabia, muriendo heroicamente sin haber sido desmoralizado por la tortura, y luego de haber expresado abiertamente sus pensamientos acerca del régimen gobernante. Características • Ejemplo del romanticismo rioplatense. • Tiene un fuerte color local, con descripciones y personajes típicamente porteños. • Refleja el habla de la clase popular argentina, recogiendo americanismos como el voseo. • Hay una fuerte presencia de los sentimientos por sobre la razón. Es un cuento muy intenso con personajes muy pasionales y brutos, locos • Tiene un estilo libre, no sigue una estructura determinada. • Hace principal referencia al poder político de Rosas, que se muestra como una fidelidad incondicional por parte de las clases más bajas. Es una situacion de caudillismo y adoración al líder. Enlaces externos • Wikisource contiene obras originales de o sobre El matadero.Wikisource • El matadero de Echeverría. Confrontación de lenguas y literatura nacional [1] • El Matadero en historieta [2] Referencias [1] http:/ / www. corodebabel. com. ar/ Literatura-Argentina/ el-matadero-de-echeverria-confrontacion-de-lenguas-y-literatura-nacional. html [2] http:/ / cinosargo. bligoo. com/ content/ view/ 215892/ El-Matadero-de-Esteban-Echeverria-en-Comic. html
  • 23. Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas 22 Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas Portada de la primera edición. Autor Domingo Faustino Sarmiento Género Biografía, ensayo Tema(s) Geografía, historia, sociología Idioma Español Título original Civilización y barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga. Aspecto físico, costumbres y ámbitos de la República Argentina. Editorial El Progreso de Chile (primera edición en español). País Chile Fecha de publicación 1845 Serie Mi defensa (1843) Facundo o civilización y barbarie en las pampas Vida de Aldao (1845) argentinas Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas es un libro escrito en 1845 por el político y educador argentino Domingo Faustino Sarmiento, durante su segundo exilio en Chile. Es uno de los principales exponentes de la literatura hispanoamericana: además de su valor literario, la obra proveyó un análisis del desarrollo político, económico y social de Sudamérica, de su modernización, su potencial y su cultura. Como lo indica su título, Facundo analiza los conflictos que se abrieron en la Argentina inmediatamente después de la Independencia declarada en 1816, a partir de la oposición entre civilización y barbarie. El investigador cubano-estadounidense Roberto González Echevarría describió a la obra como el «libro más importante que haya sido escrito por un latinoamericano en cualquier disciplina o género».[1] Facundo describe la vida de Juan Facundo Quiroga, un militar y político gaucho del Partido Federal, que se desempeñó como gobernador y caudillo de la Provincia de La Rioja durante las guerras civiles argentinas, en las décadas de 1820 y 1830. El historiador Felipe Pigna afirma en el documental Algo habrán hecho por la historia argentina que «El Facundo fue mucho más que un libro, fue un panfleto contra Rosas, ahí Sarmiento describe al caudillo y propone eliminarlo».[2] El federal Juan Manuel de Rosas gobernó la provincia de Buenos Aires entre 1829 y 1832 y nuevamente de 1835 hasta 1852; en el curso de los enfrentamientos entre unitarios y federales, Sarmiento, miembro del bando unitario, se exilió en dos oportunidades en Chile (1831 y 1840), y en la segunda oportunidad escribió el Facundo. Sarmiento ve a Rosas como un heredero de Facundo: ambos son caudillos y, según Sarmiento,
  • 24. Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas 23 representan la barbarie que deriva de la naturaleza y la falta de civilización presente en el campo argentino.[2] [3] Como explica Pigna, «Facundo, a quien odia y admira a la vez, es la excusa para hablar del gaucho, del caudillo, del desierto interminable, en fin, de todos los elementos que representan para él el atraso y con los que hay que terminar».[4] A lo largo del texto, Sarmiento explora la dicotomía entre la civilización y la barbarie. Como observa Kimberly Ball, «la civilización se manifiesta mediante Europa, Norteamérica, las ciudades, los unitarios, el general Paz y Rivadavia»,[5] mientras que «la barbarie se identifica con América Latina, España, Asia, Oriente Medio, el campo, los federales, Facundo y Rosas».[5] Es por esta razón que Facundo tuvo una influencia tan profunda. Según González Echevarría: «al proponer el diálogo entre la civilización y la barbarie como el conflicto central en la cultura latinoamericana, Facundo le dio forma a una polémica que comenzó en el periodo colonial y que continúa hasta el presente».[6] La primera edición de Facundo fue publicada en 1845. Sarmiento eliminó los últimos dos capítulos para la segunda edición (1851), pero los volvió a incluir en 1874, decidiendo que eran importantes para el desarrollo del libro. La primera edición dio lugar a varios libros cuyo objetivo es analizar o criticar Facundo, siendo el principal Muerte y resurrección de Facundo de Noé Jitrik, en el cual el autor explora desde su clasificación literaria hasta su relevancia histórica.[7] Contexto histórico Domingo F. Sarmiento escribió Facundo en 1845, durante su segundo exilio en Chile, como un ataque contra Juan Manuel de Rosas, gobernador de Buenos Aires en la época. El libro fue un análisis crítico de la cultura argentina bajo el punto de vista del escritor, representada en hombres como Rosas y el líder regional Juan Facundo Quiroga, principalmente en San Juan. Tanto Rosas como Quiroga eran caudillos, es decir, jefes de masas populares en armas que para Sarmiento eran expresión de una forma de gobierno bárbara.[8] El libro de Sarmiento es una crítica y un síntoma de los conflictos culturales de Argentina abiertos a partir de la Independencia. En 1810, la Argentina había comenzado el proceso de independencia de España, pero tres décadas después Sarmiento protestaba por el atraso en que aún permanecían las instituciones y la organización económica del país. La división política del país se debatía entre la ideología de los unitarios (apoyados por Sarmiento), quienes querían un gobierno centralizado, contra los federales, quienes creían que las regiones debían ser autónomas. El conflicto entre unitarios y federales estaba íntimamente ligado al poder que la Ciudad de Buenos Aires pretendía ejercer sobre el país, así como el control del comercio internacional y la apropiación de las rentas de la aduana. En aquel entonces, la Ciudad de Buenos Aires integraba la Provincia de Buenos Aires, y era la ciudad más grande y más rica del país debido a su cercanía con el Río de la Plata y al océano Atlántico. Buenos Aires no sólo tenía acceso al comercio, sino también a las ideas y a la cultura europea. Estas diferencias económicas y culturales causaron una tensión creciente entre las provincias.[9] Pese a su ideología unitaria, Sarmiento era oriundo de la ciudad de San Juan, ubicada en el oeste de la Argentina, en la región de Cuyo, cerca del límite con Chile.[10] Conflicto entre unitarios y federales El conflicto entre unitarios y federales comenzó a mediados de la década de 1810, con el enfrentamiento entre porteños y la Liga Federal, liderada por José Artigas. El conflicto se generalizó a partir de 1819, cuando el Congreso Constituyente aprobó una constitución unitaria que fue rechazada por las provincias, las que a su vez derrocaron al Directorio en 1820 y se declararon autónomas, dejando al país sin un gobierno nacional en una serie de hechos conocidos como la anarquía del Año XX. En 1826 Bernardino Rivadavia nacionalizó la Ciudad de Buenos Aires, su aduana y su ejército, en tanto que un nuevo Congreso Constituyente aprobó otra constitución unitaria, que fue rechazada por todas las provincias. Los acontecimientos de 1826 desembocaron en una serie de enfrentamientos armados entre unitarios y federales en todo el país. En ese momento se produjo la Primera guerra entre unitarios y federales en el interior (1825-1827), en la que se destacaron el federal Juan Facundo Quiroga y el unitario Gregorio
  • 25. Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas 24 Lamadrid, y la Segunda guerra entre unitarios y federales en el interior (1829-1831), durante la cual Juan Manuel de Rosas asumió por primera vez como Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y que tuvo su punto de mayor tensión con el enfrentamiento entre la unitaria Liga del Interior -comandada por José María Paz y en la que se alistó Sarmiento como oficial-, y el Pacto Federal.[11] Los unitarios apoyaron la presidencia de Rivadavia (1826-1827), en tanto los federales se opusieron. Sin embargo, bajo este gobierno, bajaron los salarios de los trabajadores,[12] y los gauchos fueron encarcelados u obligados a trabajar sin recibir una paga.[13] [12] Desde 1828, se instalaron y se fueron reemplazando distintos gobernadores de Buenos Aires, comenzando con el federalista Manuel Dorrego.[14] Sin embargo, el gobierno de Dorrego duró muy poco tiempo y fue fusilado por el unitario Juan Lavalle, el cual tomó el poder.[15] Lavalle fue a su vez derrotado por una milicia de gauchos liderados por Rosas. A finales de 1829, la legislatura designó a Rosas como el gobernador de Buenos Aires.[16] Rosas gobernó durante dos períodos, 1829-1831 y 1835-1852. Durante buena parte del período histórico descripto, un gran número de intelectuales, de unitarios y federales en situaciones políticas adversas para sus posiciones (tanto bonaerenses como de las demás provincias de la Confederación Argentina) emigró a otros países, principalmente a Chile y a Uruguay.[17] Sarmiento, oriundo de la provincia de San Juan, se exilió dos veces antes de escribir esta obra: la primera vez fue debido a la derrota militar de la Liga del Interior, de la que era oficial, en 1831; la segunda, en 1840, fue durante el gobierno de Nazario Benavídez luego de ser encarcelado por este acusado de sedicioso.[18] Facundo Quiroga Juan Facundo Quiroga, conocido como "El tigre de los llanos", fue un caudillo proveniente de la provincia de La Rioja. Se opuso al gobierno de Bernardino Rivadavia al asumir como presidente de la Nación (1826-1827), quien lo enfrentó con sus efectivos al mando de Gregorio Aráoz de La Madrid, a quien venció en las batallas de El Tala (1826) y Rincón de Valladares (1827). Para 1828 era muy poderoso en las provincias desde Catamarca hasta Mendoza. Se unió a otros caudillos con el propósito de impulsar el federalismo. Fue derrotado por el general José María Paz en la Batalla de La Tablada y la Batalla de Oncativo, tras lo cual se dirigió a la provincia de Tucumán. Allí derrotó a Lamadrid en la Batalla de La Ciudadela (1831), desbaratando Facundo Quiroga, según una litografía de César a la Liga Unitaria, luego de que Juan Manuel de Rosas derrotara a Juan Bacle. Lavalle en Buenos Aires en la Batalla de Puente de Márquez (1829). Era partidario de redactar una Constitución regida por el federalismo, pero tales iniciativas contaban con la férrea oposición de Rosas, quien consideraba que la organización nacional era aún prematura.[19] Rosas envió a Quiroga en una misión diplomática al norte, a recomponer las relaciones entre Salta y Tucumán. A su regreso fue asesinado el 16 de febrero de 1835 en Barranca Yaco (Córdoba), por una partida al mando de Santos Pérez que emboscó su carruaje. Existen controversias sobre la autoría intelectual del asesinato, habiendo teorías que la atribuyen a Rosas, a Estanislao López o a los hermanos Reinafé. Tres hermanos Reinafé (José Antonio, José Vicente y Guillermo) y Santos Pérez fueron condenados y -los tres últimos- ejecutados en 1836.[19]
  • 26. Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas 25 Juan Manuel de Rosas Juan Manuel de Rosas fue un gobernador de la provincia de Buenos Aires que recibe tratamientos altamente polarizados entre los historiadores. La corriente historiográfica fundada por Bartolomé Mitre, a la cual subscribe Sarmiento, considera a Rosas un dictador o tirano sanguinario y es pronunciadamente crítica con su gestión. El revisionismo histórico en Argentina es una corriente que, en oposición a la escuela mitrista, defiende a Rosas y lo considera un férreo defensor de la soberanía nacional ante las pretensiones de las potencias europeas. Rosas nació en una familia adinerada de un alto nivel social (sus orígenes eran de la más rancia nobleza española, un abuelo suyo Ortiz de Rozas fue capitán general de Chile), pero la estricta educación que recibió lo influenció psicológicamente de manera muy profunda.[20] Sarmiento afirma que debido a la madre de Rosas, «el espectáculo de la autoridad y la servidumbre deben haberle causado impresiones muy Juan Manuel de Rosas, gobernador de la [21] Provincia de Buenos Aires entre 1829 y 1831 y duraderas». Poco después de llegar a la pubertad, Rosas fue enviado entre 1835 y 1852. a una estancia y permaneció allí durante treinta años. En ese tiempo, aprendió a manejar el lugar y, de acuerdo a Manuel Bilbao en Historia de Rosas, pobló sus campos con gente que le fuera adicta, incluyendo a desertores y fugados, que al recibir la protección de Rosas dejaban de ser buscados por las autoridades.[22] En el poder, Rosas encarceló a los residentes por razones desconocidas, lo cual Sarmiento define como actos similares al tratamiento que Rosas le daba al ganado. Sarmiento argumenta que con este método lograba que los ciudadanos conformasen «el ganado más manso y ordenado que existiese».[23] El primer período de Juan Manuel de Rosas como gobernador duró sólo tres años. Su gobierno, asistido por Juan Facundo Quiroga y Estanislao López, gobernadores de La Rioja y Santa Fe, respectivamente, fue respetado y Rosas fue halagado por su habilidad de mantener la armonía entre Buenos Aires y las zonas rurales.[24] El país cayó en el caos luego de la dimisión de Rosas en 1832, y en 1835 fue convocado nuevamente para gobernar la provincia. En esta ocasión, regresó con un gobierno más autoritario, obligando a todos los ciudadanos a apoyar su gobierno, utilizando el eslogan "¡¡Viva la Santa Federación, mueran los salvajes unitarios!!".[25] Según Nicolas Shumway, Rosas «obligó a los ciudadanos a usar la insignia roja de los federales, y su imagen apareció en todos los lugares públicos...  los enemigos de Rosas, reales e imaginarios, fueron encarcelados, asesinados o llevados al exilio por la mazorca, una banda de espías y matones supervisados personalmente por Rosas. La publicación fue censurada, y los periódicos porteños se vieron obligados a defender el régimen».[26]
  • 27. Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas 26 Domingo Faustino Sarmiento En Facundo, Sarmiento es tanto el narrador como uno de los protagonistas. El libro contiene elementos autobiográficos de la vida de Sarmiento, además de la vida de los argentinos en general. También expresa y analiza su propia opinión y relata algunos eventos históricos. Dentro de la dicotomía del libro entre la civilización y la barbarie, el personaje de Sarmiento representa a la civilización, identificada con las ideas europeas y norteamericanas; apoya la educación y el desarrollo, y se opone a Rosas y a Facundo, quienes simbolizan la barbarie. Sarmiento fue un militar, periodista, político y educador que se adhirió al movimiento unitario. Durante el conflicto entre unitarios y federales, peleó contra Facundo en varias ocasiones, y en España se convirtió en miembro de la Sociedad Literaria de Profesores.[27] Sarmiento regresaría de su exilio en Chile, en donde comenzó a escribir Facundo, como político. Pasó a ser miembro del Senado luego de la caída de Rosas, y en 1862 asumió como gobernador de San Juan, cargo al que debió renunciar por la oposición popular en 1864.[28] Bajo su gestión fue asesinado el popular caudillo Domingo Sarmiento, autor de Facundo. federal y general Ángel Vicente Peñaloza, luego de lo cual su cabeza fue cortada y puesta en exhibición clavada en una lanza en la plaza de la ciudad de Olta.[29] Fue presidente de Argentina durante seis años (1868–1874). Durante su presidencia, Sarmiento se concentró en la inmigración, la ciencia y la cultura. Sus ideas se basaron en la civilización europea; para él, el desarrollo de un país debía basarse en la educación. En los primeros años de su presidencia, finalizó la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay (1864-1870), iniciada durante el gobierno de Bartolomé Mitre, la cual diezmó la población paraguaya y arrasó completamente su territorio.[30] En 1871, se desató en Argentina una grave epidemia de fiebre amarilla, por la cual murieron catorce mil personas, provocada por las malas condiciones de higiene y saneamiento derivadas, en gran parte, de la Guerra contra el Paraguay.[31] Sobre el final de su gobierno, Sarmiento fundó los primeros colegios militares y navales de Argentina.[32] Sarmiento no sólo fue un personaje reconocido por sus méritos, sino también por las polémicas que desató. Tenía una postura muy clara a favor del exterminio de los aborígenes y de los gauchos: «¿Lograremos exterminar los indios? Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa canalla no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso, su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado».[33] [34]
  • 28. Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas 27 Sinopsis Luego de una extensa introducción, los quince capítulos de Facundo se dividen simbólicamente, según la crítica literaria, en tres secciones: los primeros cuatro capítulos describen la geografía, antropología e historia argentina; los capítulos del quinto al decimocuarto relatan la vida de Juan Facundo Quiroga; y el último capítulo expone la visión de Sarmiento de un futuro argentino bajo un gobierno unitario.[35] Según Sarmiento, la razón por la que describe el contexto argentino y utiliza a Facundo Quiroga para condenar la dictadura de Rosas es porque «en Facundo Las pampas argentinas. Para Sarmiento, esta geografía Quiroga no sólo se ve a un caudillo, sino también una inhóspita fue un factor clave en la carencia de civilización en el país. manifestación de la vida argentina, consecuencia de la colonización y de las peculiaridades del terreno».[36] Introducción Facundo empieza con una advertencia del autor, en la cual aclara que los hechos en el libro no tienen precisión histórica y en la cual narra un suceso que había tenido lugar al haber cruzado los Andes camino a Chile. En medio de las montañas, había escrito con carbonilla una frase en francés, On ne tue point les idées (Las ideas no se matan). Según Sarmiento, Rosas había enviado una comitiva especial para que leyesen la frase, y al descifrarla no habían comprendido su significado.[37] Después de esta primera advertencia se incluye una introducción, la cual está precedida por una cita en francés de Villemain: Je demande à l'historien l'amour de l'humanité ou de la liberté; sa justice impartiale ne doit pas être impassible. Il faut, au contraire, qu'il souhaite, qu'il espère, qu'il souffre, ou soit heureux de ce qu'il raconte. Villemain, en Cours de littérature.[38] Esta cita puede traducirse al español como «Exijo al historiador el amor a la humanidad o a la libertad; su justicia imparcial no debe ser impasible. Por el contrario, es necesario que desee, que espere, que sufra o que disfrute por lo que cuenta». El texto propio de la introducción comienza con una invocación al hombre que le da título a la obra, el Brigadier General Juan Facundo Quiroga: ¡Sombra terrible de Facundo, voy a evocarte, para que sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones internas que desgarran las entrañas de un noble pueblo! Tú posees el secreto: ¡revélanoslo![38] Según Noé Jitrik en Muerte y resurrección de Facundo, la exclamación en esta frase indica la urgencia que quiere transmitir Sarmiento al lector, haciendo hincapié principalmente en los adjetivos, como «ensangrentado» y «terrible». También traza, ya desde el primer momento, una imagen de Quiroga, para entender después la causa de sus actos y de su personalidad.[39] A lo largo de la introducción, el autor habla de Juan Manuel de Rosas, caracterizándolo como «tirano» y dando a entender que uno de los objetivos del texto es estudiar prolijamente la fuente de todos los conflictos internos del país, personificados principalmente por Rosas y por Quiroga.[38] Sarmiento también insinúa que él mismo es capaz de resolver la situación «dando a la Tebas del Plata, el rango elevado que le toca entre las naciones del Nuevo Mundo».[40] Sarmiento traza paralelismos y analogías entre Quiroga y Rosas, considerando a este último un continuador del primero.
  • 29. Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas 28 Facundo, provinciano, bárbaro, valiente, audaz, fue reemplazado por Rosas, hijo de la culta Buenos Aires, sin serlo él; por Rosas, falso, corazón helado, espíritu calculador, que hace el mal sin pasión, y organiza lentamente el despotismo con toda la inteligencia de un Maquiavelo.[38] Avanzando en el texto, el autor explica su idea de que el progreso se obtiene tomándolo de Europa, en especial de las naciones que, siempre según Sarmiento, son civilizadas, como es el caso de Francia.[41] Como contraposición describe a España, «esa rezagada a Europa, que, echada entre el Mediterráneo y el Océano, entre la Edad Media y el siglo XIX, unida a la Europa culta por un ancho istmo y separada del África bárbara por un angosto estrecho», y al Paraguay, al cual critica por haberse negado a recibir inmigrantes civilizados.[41] Primera parte: contexto demográfico y geográfico argentino El primer capítulo de Facundo, titulado «Aspecto de la República Argentina y caracteres, hábitos e ideas que engendra», comienza con una descripción geográfica de Argentina, desde los Andes en el oeste hasta la costa atlántica del este, en donde dos ríos confluyen en la frontera entre Argentina y Uruguay. Uno de estos ríos, el Plata, marca la ubicación de Buenos Aires, la capital. Mediante esta descripción de la geografía de Argentina, Sarmiento resalta las ventajas de Buenos Aires; los ríos son arterias que comunican a la ciudad con el resto del mundo, permitiendo el comercio y ayudando a formar una sociedad civilizada. Buenos Aires no había logrado llevar civilización a las áreas rurales y, como Sudamérica, mostrando la consecuencia, gran parte de Argentina se había visto condenada a la barbarie. ubicación de las pampas en Sarmiento también argumenta que las pampas, las amplias y vacías llanuras del Argentina, Uruguay y Río Grande país, «no les ofrecen escapatoria o escondite a las personas para defenderse e del Sur. impide la civilización en la mayor parte de la Argentina».[42] En este capítulo, Sarmiento hace varias comparaciones entre lo que considera como la civilización y la barbarie. En primer lugar realiza un análisis racial de la población argentina, comparando a los españoles, a los indígenas y a los negros con los alemanes y los escoceses. De los primeros dice que «se distinguen por su amor a la ociosidad e incapacidad industrial; se muestran incapaces para dedicarse a un trabajo duro y seguido».[43] Después describe los hogares de los escoceses y alemanes de una manera muy favorable («las casitas son pintadas; el frente de la casa, siempre aseado, adornado de flores y arbustillos graciosos; el amueblado, sencillo, pero completo»[44] ) mientras que de las razas americanas dice que «sus niños van sucios y cubiertos de harapos, viven con una jauría de perros; hombres tendidos por el suelo, en la más completa inacción; el desaseo y la pobreza por todas partes».[44] Estas comparaciones son muy frecuentes a lo largo del texto y hacen hincapié principalmente en el gaucho, al cual lo describe como un ser sin inteligencia, sin instrucción, «feliz en medio de su pobreza y sus privaciones, que no son tales para quien nunca conoció mayores goces», que no trabaja y que jamás podría mejorar su situación.[45] Como contraposición al gaucho aparece el hombre de la ciudad, el cual «vive de la vida civilizada; allí están las ideas de progreso, los medios de instrucción, alguna organización, el gobierno municipal, etc», y quien es, según Sarmiento, quien podría llevar al país a la civilización.[46] La comparación entre la campaña y la ciudad es la más significativa del libro para caracterizar a la civilización y a la barbarie. Pese a las barreras de civilización causadas por la geografía del país, Sarmiento explica, en el segundo capítulo, titulado «Originalidad y caracteres argentinos», que gran parte de los problemas del país habían sido causados por gauchos como Juan Manuel de Rosas, quienes eran bárbaros, incultos, ignorantes y arrogantes; gracias a ellos la sociedad argentina no había logrado progresar hacia la civilización.[47] Sarmiento luego describe los cuatro tipos principales de gauchos: el baqueano, el cantor, el gaucho malo y el rastreador, y la forma de reconocerlos para entender a los líderes argentinos, como Juan Manuel de Rosas.[48] Según el autor, sin una comprensión de los tipos de gauchos argentinos, «es imposible comprender nuestros personajes políticos, ni el carácter primordial y americano de la sangrienta lucha que despedaza a la República Argentina».[49]
  • 30. Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas 29 En el tercer capítulo («Asociación. La pulpería») Sarmiento luego hace hincapié en los campesinos argentinos, quienes son «independientes de toda necesidad, libres de toda sujeción, sin ideas de gobierno, porque todo orden regular y sistemado se hace de todo punto imposible».[50] Los campesinos se reúnen en pulperías, en donde pasan el tiempo bebiendo y jugando. Evidencian su entusiasmo de demostrar su fortaleza física mediante la doma de caballos y las peleas con cuchillos. Raramente estas peleas llevan a la muerte, a la cual denominan desgracia, y Sarmiento resalta que la residencia de Rosas era utilizada en ocasiones como refugio de los criminales, antes de que comenzase a adquirir poder político.[48] Según el relato de Sarmiento en el cuarto capítulo del libro, «Revolución de 1810», estos elementos son cruciales para comprender la Revolución Argentina, en la cual el país se independizó de España. Aunque si bien la guerra de la independencia fue provocada por la influencia de las ideas europeas, Buenos Aires era la única ciudad que podía tener civilización. Los campesinos participaron en la guerra más para demostrar su fortaleza física que para civilizar el país. Al final, la revolución fue un fracaso debido al comportamiento bárbaro de la población rural, que llevó a la deshonra de la ciudad civilizada, Buenos Aires.[51] Segunda parte: vida de Juan Facundo Quiroga La segunda parte de Facundo comienza en el quinto capítulo del libro, titulado «Vida de Juan Facundo Quiroga», y en ésta explora la vida del personaje que le da el título, Juan Facundo Quiroga—el «Tigre de los Llanos».[52] Esta sección contiene múltiples errores e imprecisiones históricas, reconocidas por el mismo autor en su advertencia preliminar y confirmadas por varios historiadores y especialistas a lo largo de los años.[53] Pese a haber nacido en una familia adinerada, Facundo recibió sólo una educación básica en lectura y escritura.[54] Tenía debilidad por los juegos de azar,[55] al punto que Sarmiento lo describe con «una pasión feroz, ardiente, que le reseca las entrañas» por el juego.[56] En su juventud Facundo fue antisocial y rebelde, negándose a mezclarse con otros niños,[54] y estas características se fueron pronunciando cada vez más a medida que fue creciendo. Sarmiento describe un incidente en el cual Facundo había matado a un hombre, escribiendo que este tipo de Juan Facundo Quiroga. Como personaje principal de Facundo, representa a la barbarie, la antítesis comportamiento «marcó su paso por el mundo».[56] de la civilización. Las relaciones de Facundo con su familia finalmente se rompieron, y, tomando la vida de un gaucho, se unió a los caudillos en la provincia de Entre Ríos.[57] En el sexto capítulo, llamado «La Rioja», Sarmiento cuenta como los gauchos comenzaron a reconocer a Facundo como un héroe después de su asesinato de dos españoles luego de una fuga de prisión, y como reubicándose en La Rioja, Facundo tomó una posición de líder en la Milicia de los Llanos. Construyó su reputación y ganó el respeto de sus compañeros mediante sus feroces acciones en los campos de batalla, pero odió y trató de destruir a aquellos que eran diferentes a él por ser civilizados y educados.[58] En 1825, el Gobierno de Buenos Aires organizó un Congreso con los representantes de todas las provincias de Argentina. A lo largo del séptimo y del octavo capítulo del libro, titulados «Sociabilidad» y «Ensayos», respectivamente, el autor narra cuando Facundo se presentó como el representante de La Rioja y las consecuencias de este suceso.[59] En el mismo capítulo explora las diferencias entre las provincias de Córdoba y Buenos Aires, caracterizando a la primera como bárbara por estar organizada de manera anticuada y propia de la época prehispánica, y a la segunda como civilizada, principalmente por la influencia de Bernardino Rivadavia y por su cultura.[60] Después de establecer esta comparación, Sarmiento da una descripción física de Facundo, el hombre que
  • 31. Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas 30 considera que personifica al caudillo: «era de estatura baja y fornida; sus anchas espaldas sostenían sobre un cuello corto, una cabeza bien formada, cubierta de pelo espesísimo, negro y ensortijado», con «ojos negros llenos de fuego».[52] Rivadavia pronto fue desplazado, y Manuel Dorrego pasó a ser el nuevo gobernador. Sarmiento aclara que Dorrego, como federalista, no estaba interesado en el progreso social ni en terminar con el comportamiento bárbaro en Argentina mejorando el nivel de civilización y educación de los habitantes de las zonas rurales. En el noveno capítulo del libro («Guerra social») se narra como en el desorden que caracterizó la política argentina del momento, Dorrego fue asesinado por los unitarios y Facundo fue derrotado por el general unitario José María Paz.[61] Facundo escapó a Buenos Aires y se unió al gobierno federalista de Juan Manuel de Rosas. Durante el conflicto entre ambas ideologías, Facundo conquistó las provincias de San Luis, Rio Quinto y Mendoza.[62] En el decimotercer capítulo del libro, «¡¡¡Barranca-Yaco!!!» (que utiliza tres signos de exclamación para indicar un mayor énfasis en la exclamación[63] ), se cuenta el asesinato de Facundo Quiroga en dicha ciudad cordobesa. Todo había comenzado cuando, en el regreso a su hogar de San Juan, la cual Sarmiento dice que Facundo gobernó «únicamente con su nombre aterrador»,[64] se dio cuenta de que su gobierno carecía de apoyo por parte de Rosas. Fue a Buenos Aires a enfrentarlo, pero Rosas lo envió a realizar otra misión. En el camino Facundo fue asesinado.[65] Tercera parte: presente y porvenir de un gobierno unitario En los dos últimos capítulos del libro, titulados «Gobierno unitario» y «Presente y porvenir», Sarmiento explora las consecuencias de la muerte de Facundo para la historia y la política de la República Argentina.[66] También analiza el gobierno y la personalidad de Rosas, comentando sobre la dictadura, la tiranía, el papel del apoyo popular, y el uso de la fuerza para mantener el orden. El autor critica a Rosas utilizando las propias palabras del gobernador, haciendo observaciones sarcásticas sobre las acciones de Rosas, y describiendo el «terror» establecido durante la dictadura, las contradicciones del gobierno, y la situación en las provincias que fueron lideradas por Facundo. Sarmiento escribe: «La cinta colorada es la materialización del terror que acompaña a todos lados, en las calles, en el pecho de la familia; debe pensarse en él al vestirse, al desvestirse, y las ideas siempre se nos graban por asociación».[67] Sarmiento incluye a la población negra de Argentina entre los sectores sociales que habrían sido sostén de Rosas. Los describe como "dóciles, fieles y adictos al amo o al que los ocupa". Según Sarmiento, Manuela Rosas, hija del gobernador, tendría a su cargo la tarea de ganar el favor de dicho sector de la población. La utilidad estratégica de dicha acción estaría dada en que la mayoría de los esclavos y sirvientes eran afroamericanos, y que de dicha forma el gobierno obtenía espías en la mayor parte de las familias. Sarmiento también critica el juicio realizado por el asesinato de Quiroga, sosteniendo que los hermanos Reinafé no eran unitarios como se sostuvo. Sarmiento plantea que Rosas habría sido el autor intelectual del crimen, con el propósito de desacreditar a los unitarios atribuyéndoles el crimen y que el repudio resultante facilitaría la cesión de la suma del poder público que le realizó poco después. No bien se recibe Rosas del Gobierno en 1835, cuando declara por una proclamación que los IMPIOS UNITARIOS han asesinado alevosamente al ilustre general Quiroga, y que él se propone castigar atentado tan espantoso, que ha privado a la Federación de su columna más poderosa. ¡Qué!... decían abriendo un palmo de boca los pobres unitarios al leer la proclama. ¡Qué!... ¿los Reinafés son unitarios? ¿No son hechura de López, no entraron en Córdoba persiguiendo el ejército de Paz, no están en activa y amigable correspondencia con Rosas? ¿No salió de Buenos Aires Quiroga por solicitud de Rosas? ¿No iba un chasque delante de él, que anunciaba a los Reinafés su próxima llegada? ¿No tenían los Reinafés preparada de antemano la partida que debía asesinarlo?... Nada; los impíos unitarios han sido los asesinos; ¡y desgraciado el que dude de ello!... Finalmente, Sarmiento examina el legado del gobierno de Rosas atacándolo y ensanchando la dicotomía entre la civilización y la barbarie. Enfrentando a Francia y a Argentina—representando la civilización y la barbarie, respectivamente—Sarmiento contrasta la cultura y la crueldad: El bloqueo de Francia duraba dos años, y el Gobierno americano animado del espíritu americano, hacía frente a la Francia, el principio europeo, a las pretensiones europeas. El bloqueo francés, empero, había sido fecundo en
  • 32. Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas 31 resultados sociales para la República Argentina, y servía a manifestar en toda su desnudez, la situación de los espíritus y los nuevos elementos de la lucha que debían encender la guerra encarnizada, que sólo puede terminar con la caída de aquel Gobierno monstruoso.[68] Género y estilo El crítico y filósofo español Miguel de Unamuno comentó sobre el libro: «Nunca tomé Facundo de Sarmiento como una obra histórica, ni creo que pueda ser evaluada en esos términos. Siempre la consideré una obra literaria, una novela histórica».[69] Sin embargo, Facundo no puede clasificarse como novela o en un género literario específico. Según González Echevarría, el libro es «un ensayo, una biografía, una autobiografía, una novela, una epopeya, una memoria, una confesión, un panfleto político, una diatriba, un tratado científico y una guía».[6] El estilo de Sarmiento y su exploración de la vida de Facundo unifican las tres partes en que se divide la obra. Incluso la primera sección, que describe la geografía de Argentina, sigue este patrón, ya que Sarmiento declara que Facundo es un producto natural de su entorno.[70] El libro también es en parte ficticio: Sarmiento utiliza su imaginación además del rigor histórico para describir a Rosas. En Facundo, el autor incluye su opinión de que la dictadura de Rosas es la causa principal de los problemas de Argentina. Los temas como la barbarie y la crueldad que se desarrollan a lo largo del libro son, para Sarmiento, meras consecuencias del gobierno ejercido por Rosas.[71] Para respaldar sus opiniones, Sarmiento utiliza estrategias propias de la literatura. Temáticas Civilización y barbarie Facundo no es sólo una crítica al gobierno de Rosas, sino también una extensa investigación sobre la historia y la cultura argentina, a la cual Sarmiento muestra mediante el controvertido gobierno, y la caída de Juan Facundo Quiroga, un arquetípico caudillo argentino. Sarmiento resume el mensaje del libro en la frase «Esa es la cuestión: ser o no ser salvajes».[72] La dicotomía entra la civilización y la barbarie es la idea central del libro; Facundo es retratado como salvaje y opuesto al progreso real mediante su rechazo hacia los ideales culturales europeos, visibles en la sociedad metropolitana de Buenos Aires.[73] En Facundo, Sarmiento describe a los gauchos como representantes de la barbarie. El conflicto entre la civilización y la barbarie refleja las dificultades de América Latina en la era posterior a su independencia. El crítico literario Sorensen Goodrich argumenta que aunque si bien Sarmiento no fue el primero en articular esta dicotomía, la convirtió en un tema prominente y poderoso que podría impactar la literatura latinoamericana.[74] Explora el problema de la civilización contra los groseros aspectos de la cultura de un caudillo, la cual se basa en la brutalidad y el poder absoluto. Facundo ofrece un mensaje oposicionista que, con el tiempo, otorgaría una alternativa beneficiosa para la sociedad. Aunque Sarmiento solicita varios cambios, como funcionarios honestos que entendiesen las ideas de la Ilustración europea, siempre considera a la educación como el tema principal. Los caudillos como Facundo Quiroga, al principio del libro, son vistos como la antítesis de la educación, la cultura y la estabilidad civil; la barbarie es como una eterna letanía de males de la sociedad.[75] Son los agentes de la inestabilidad y del caos, destruyendo sociedades mediante su descarada indiferencia hacia la humanidad y hacia el progreso social.[76] Si Sarmiento se ve a sí mismo como una persona civilizada, Rosas es bárbaro. El historiador David Rock explica que «los opositores contemporáneos recrudecieron a Rosas como un tirano sanguinario y un símbolo de la barbarie».[77] Sarmiento ataca a Rosas mediante su libro promoviendo la educación y la civilización, mientras que Rosas utiliza el