Los derrames de petróleo son una de las principales causas de contaminación oceánica, ya que el 46% del petróleo y sus derivados que se vierten en el mar provienen de residuos de ciudades costeras. Además de los accidentes de grandes buques petroleros, los derrames representan una grave amenaza para la fauna marina y los ecosistemas, y dificultan actividades como la pesca.