Un hombre llamado Don Gilipollas muere y llega a las puertas del cielo. Dios duda en dejarlo entrar debido a sus defectos políticos y personales. Lo envía al limbo por tres días. Al asomarse, Dios cree que Don Gilipollas ha pasado los tres días bailando alegremente a pesar de sus adversidades, lo que lo conmueve. Lo perdona y le permite entrar al cielo. Sin embargo, Don Gilipollas revela que en realidad solo se estaba rascando una comezón.