El árbol estaba triste porque no sabía qué tipo de árbol era. Los otros árboles le sugirieron que intentara ser como ellos, pero el árbol no podía producir manzanas ni flores. El búho le aconsejó al árbol que se conociera a sí mismo escuchando su voz interior. Cuando el árbol hizo esto, se dio cuenta de que era un roble y que su destino era crecer grande y proveer sombra y belleza. El árbol se sintió fuerte al aceptar su propia identidad.
7. El manzano le decía: “Lo que te falta es concentración, si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas, es muy fácil”.
8. El rosal de decía: “No le escuches. Es más sencillo tener rosas, y son más bonitas”.
9. El pobre árbol, desesperado, intentaba todo lo que le Sugerían,
10. pero como no lograba ser como los demás se sentía cada vez más frustrado.
11. Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves,
12. No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra
13. No dediques tu vida a ser como Los demás quieran que seas.
14. Sé tu mismo, conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior
15. ¿Mi voz interior? ¿Ser yo mismo? ¿Conocerme? Se preguntaba el árbol desesperado
16. Entonces, de pronto, comprendió. Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón
17. Por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal
18. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso, dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje
19. Tienes una misión, cúmplela. Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado.