2. Rubén Darío fue un poeta y escritor nacido en
Nicaragua en 1866. A lo largo de su vida vivió en
muchísimos países de Centro y Sur América y en
España y Francia.
Sus primeros años los vivió en la casa de unos
tíos en la ciudad de León en Nicaragua, y desde
muy pequeño comenzó a escribir y a soñar con ser
poeta. Rubén Darío en su autobiografía nos
cuenta que aprendió a leer a los 3 años y a los 13
años publicaron en un periódico local su primera
obra, una elegía llamada “una lagrima”. La elegía
es una poema o lamento triste.
Rubén Darío, no siempre se llamó así, su
verdadero apellido era García y en sus primeros
años firmó sus trabajos escolares con el apellido
de sus tíos: Ramírez.
3. OBRAS DE SU INFANCIA
Lector precoz (según su propio testimonio aprendió a leer a los tres
años ), pronto empezó también a escribir sus primeros versos: se
conserva un soneto escrito por él en 1879, y publicó por primera vez
en un periódico poco después de cumplir los trece años: se trata de la
elegía Una lágrima, que apareció en el diario El Termómetro, de la
ciudad de Rivas, el 26 de julio de 1880.
Poco después colaboró también en El Ensayo, revista literaria de
León, y alcanzó fama como "poeta niño". En estos primeros versos,
según Teodosio Fernández sus influencias predominantes eran los
poetas españoles de la época Zorrilla, Campoamor, Núñez de Arce y
Ventura de la Vega.
Más adelante, sin embargo, se interesó mucho por la obra de Víctor
Hugo, que tendría una influencia determinante en su labor poética.
Sus obras de esta época muestran también la impronta del
pensamiento liberal, hostil a la excesiva influencia de la Iglesia
católica, como es el caso su composición El jesuita, de 1881. En cuanto
a su actitud política, su influencia más destacada fue el ecuatoriano
Juan Montalvo, a quien imitó deliberadamente en sus primeros
artículos periodísticos.
Esta época (contaba catorce años) proyectó publicar un primer libro,
Poesías y artículos en prosa, que no vería la luz hasta el
cincuentenario de su muerte. Poseía una superdotada memoria,
gozaba de una creatividad y retentiva genial, y era invitado con
frecuencia a recitar poesía en reuniones sociales y actos públicos.
4. UNA LAGRIMA
Si en una lágrima pudiera…
Decirte todos los sueños que en mí se han frustrado,
Todas las cosas que simplemente quedaron en el pasado,
Aquellos momentos que junto a ti he disfrutado.
Si en una lágrima pudiera…
Decirte las cosas que por Ti he sentido,
Los momentos que contigo he vivido,
Las veces que a tus palabras yo inclinaba mi oído.
Si en una lágrima pudiera…
Decirte lo mucho que me duele esta situación,
El vacío que estas dejando a este pobre corazón,
Las cosas que alguna vez tuvieron mucho valor.
Pues si, una lagrima por Ti he derramado
No tenia palabras que decir, quizá no tenía alternativa
Una lágrima llorada por ti fue mi única salida
El consuelo que necesitaba, una lección más que me enseña la vida
5. Más tarde, al indagar sobre la historia de su familia, descubrió
que en la familia de su padre, habían utilizado el nombre Darío,
como recuerdo de su tatarabuelo (que se llamaba Darío) y sus
hijos y nietos, tanto hombres, como mujeres lo usaban como parte
de su nombre, así que él decidió utilizarlo para firmar su obra
literaria.
Muy pronto sus escritos se dieron a conocer y se le llamaba el
“poeta niño”.
Desde muy joven se mostró crítico de la iglesia y del gobierno y
cuando quiso viajar a educarse a Europa, no consiguió los medios
económicos para hacerlo, debido a lo crítico que era en sus
escritos.
Escritor y viajero incansable, escribió para muchos periódicos en
Latinoamérica y Europa. Desempeñó algunos cargos públicos y
diplomáticos en diferentes países, los que le ayudaron a llevar
alguna soltura económica, pero en general tuvo problemas de
dinero.
En España se relacionó con poetas y escritores y despertó gran
admiración entre algunos autores pertenecientes al nuevo
movimiento literario llamado “modernismo”.
6. A Juan Ramón Jiménez
¿Tienes, joven amigo, ceñida la coraza
para empezar, valiente, la divina pelea?
¿Has visto si resiste el metal de tu idea
la furia del mandoble y el peso de la maza?
¿Te sientes con la sangre de la celeste raza
que vida con los números pitagóricos crea?
¿Y, como el fuerte Herakles al león de Nemea,
a los sangrientos tigres del mal darías caza?
¿Te enternece el azul de una noche tranquila?
¿Escuchas pensativo el sonar de la esquila
cuando el Angelus dice el alma de la tarde?...
¿Tu corazón las voces ocultas interpreta?
Sigue, entonces, tu rumbo de amor. Eres poeta.
La belleza te cubra de luz y Dios te guarde.
7. Aunque la mayor parte de su obra fue
dirigida a los adultos, Rubén Darío
escribió algunos poemas infantiles, el
más conocido de ellos
es “Margarita” un poema dirigido a
una niña llamada Margarita Debayle,
de 5 años, hija de un médico
nicaragüense, Rubén Darío paso unas
vacaciones con la familia de Margarita
en la isla de El Cardón, en la bahía de
Corinto (Nicaragua).
Rubén Darío murió en Nicaragua en
1916 a los 49 años.
8. Son otras obras fundamentales "Sonatina", "Lo fatal" y
"Canción de otoño en primavera".