1. Este artículo fue escrito para la revista viento del sur No 4 en el año 2005,
pero se considera pertinente republicarlo por vía electrónica con el propósito
de ofrecer elementos de juicio del por qué estos pueblos realizan la actual
“minga de resistencia indígena”, contra un régimen despótico,
sobrepasando la crueldad con la que han sido atropellados por parte de las
fuerzas represivas del Estado.
¡LIBERAR LA MADRE TIERRA!
Ante el orden necrófilo del capital, la resistencia biófila de los pueblos
Por: Carlos Jaime Fajardo
Investigador Social
Revista Viento del Sur
Han presentado proyectos, pero no podemos dejar que los ejecuten, porque por pequeño que sea el
proyecto buscan es privatizar, y si se aprueba el TLC mínimo van a hacer un gran negociazo. Nosotros
ya sabemos lo que le pasó a los Embera Katío y a los U'wa, que los sacaron incluso de su propio
territorio, los desgarraron de su territorio, les tocó salir casi desnudos por la Exxon, la Texaco... a ellos
les interesa que el indígena ya no se quede en el filo de la loma, sino incluso desaparecerlo, pero
nosotros como indígenas, en el caso del Norte del Cauca ya no nos quedamos en el filo, sino que nos
queremos es bajar al plan. Entonces por todo eso primero es la defensa de nuestro territorio, segundo la
ampliación del territorio y tercero el saneamiento del territorio.
Darío Tote, líder indígena de la comunidad Coconuco
Entrevista realizada por la Revista Viento del Sur, octubre de 2005.
Presentación
“Liberar la madre tierra” es la consigna levantada por los pueblos indígenas del Cauca
con apoyo de campesinos y negritudes en sus recientes movilizaciones. Pero ¿qué
significa tal consigna? ¿Liberarla de qué? Para el Cauca, las multinacionales, con el
apoyo del gobierno y fuerzas paraestatales, tienen previstos varios megaproyectos que
afectan a las comunidades. Según varios líderes campesinos e indígenas:
“Esta es una región geoestratégica, en la que será importante la explotación de carbón en el sur
del Cauca a través de la empresa Carbón Patía; la explotación de bauxita y oro en La Vega;
diseño de redes viales: Pavimentación Bota Caucana-Putumayo, para saquear la biodiversidad
de la parte amazónica, La Plata-Valencia-San Sebastián, por el recurso hídrico más importante
de la región, y La Variante-Tambo-Timbío-Patía, que se une con la variante Popayán, con el
propósito de la explotación de carbón; el proyecto de privatizar los Parques Naturales,
específicamente el del Nevado del Huila, que pretenden dar en concesión, siendo los
Resguardos de San José, Belalcázar, Jambaló, Pitayó, y Toribío, los directamente afectados en
el Cauca; está el interés de una multinacional para explotar las minas de Pishnú ubicado en la
zona de Silvia y Mosoco en Tierradentro, donde al parecer hay siete metales; también está
prevista la explotación de gas al norte del Cauca; proyecto de desvío del río Ovejas para la
represa la Salvajina, etc”1.
Lo que hoy está en juego en el Cauca es la confrontación de dos lógicas de sociedad:
una es la lógica necrófila del gran capital imperialista y gran burgués, centrada en la
1
Datos suministrados para la Revista Viento del Sur por Víctor Collazos, del Comité de Integración del Macizo
colombiano (CIMA) y Luis Yonda Copaque, del Resguardo Indígena de Vitoncó.
2. maximización de la ganancia saqueando y destruyendo el territorio, sus recursos y
expulsando a las comunidades. La otra es la lógica biófila de los pueblos, centrada en la
resistencia, defensa y producción constructora de su existencia en armonía con su
territorio y con la naturaleza.
La ideología burguesa ve unilateralmente el desarrollo de la tecnología, la técnica y las
herramientas, como expresión de progreso, es decir se plantea que el desarrollo
constante de las fuerzas productivas capitalistas resuelve los problemas de la
humanidad. Ya Marx en su obra “La Ideología Alemana”, expuso: "resumiendo,
obtenemos de la concepción de la historia que dejamos expuesta los siguientes
resultados: 1) En el desarrollo de las fuerzas productivas se llega a una fase en la que
surgen fuerzas productivas y medios de intercambio que, bajo las relaciones existentes,
sólo pueden ser fuente de males, que no son ya tales fuerzas productivas sino más bien
fuerzas destructivas...”2. Hoy es evidente que bajo la lógica capitalista, las fuerzas
productivas y el sistema de intercambio y consumo se están convirtiendo en fuerzas
destructivas.
En el presente artículo se expondrá la forma en que las comunidades indígenas
confrontan el modelo necrófilo que se impone sobre el Cauca, levantando su alternativa
a partir de sus tres tareas: defender el territorio, ampliar el territorio y sanear el
territorio.
1. Ante el despojo, defender el territorio
La masacre del Naya, sucedida en el año 2001, mostró a las comunidades de esta región
del Cauca que existe una política de despojo territorial, como primera fase de la
ejecución de los macroproyectos. El Alto Naya está siendo disputado por el Estado, que
argumenta que se trata de zonas baldías que se pueden dar en concesión a las
multinacionales, y por la Universidad del Cauca, que alega tener un título minero que la
convierte en propietaria y usuaria del territorio. Ambas instancias niegan el derecho
ancestral de las comunidades Eperara Siapidaara, (Resguardo de San Joaquincito, con
una población aproximada de siete mil habitantes), 49 comunidades afrodescendientes,
indigenas Nasa y comunidades campesinas allí asentadas.
2
Marx, Carlos y Federico Engels. “La ideología alemana”. En: Obras escogidas en tres tomos. Moscú, Progreso,
1976. Tomo I, pág. 37.
3. Otro caso de despojo territorial es el caso de las comunidades en la región de Suárez, en
donde se desarrolló la represa La Salvajina3, que en verdad fue una salvajada; en el
ámbito nacional pueden mencionarse además casos como el de los U'wa, Wayúu,
Embera, etc, para saquear sus recursos naturales cometiendo crímenes culturales. Para
acentuar el despojo territorial, se están tramitando políticas estatales como los proyectos
de Ley del Agua, Ley de Páramos, Ley Forestal, el Código Minero, para apropiarse del
subsuelo, adoptando el concepto de “vuelo forestal” para apropiarse de los bosques y
garantizar la inversión extranjera, con los costos sociales y ambientales que ello implica.
En el caso de la Ley del Agua, en los artículos 26 y 28, se autoriza la concesión de
recursos hídricos para macroproyectos hasta por cien años, como sucederá con las aguas
del río Ovejas al norte del Cauca.
En cuanto a la riqueza hídrica del Cauca, un ejemplo es la que posee el Resguardo
Coconuco: "tenemos el agua helada que es del río Cauca, tenemos El Salao Colorado
que es una agüita que hierve que es de color roja, es medicinal, uno se baña y le limpia
cantidad de infección; está Agua Hirviendo que en este momento es administrada por la
comunidad indígena, es agua medicinal para los que sufren de dolores articulares;
Agua Tibia es un ojo de agua que se viene arrendando como piscina y Pozo Azul es un
charco grandísimo que en todo el centro hierve el agua"4. Al respecto el Estado
pretende apropiarse de aguas subterráneas, minerales y termales por medio de
INGEOMINAS. Así lo señala en los artículos 46, 50 y 52 de la mencionada Ley, lo que
constituye otro intento de despojo territorial.
Entre las formas de resistencia popular contra la privatización del agua, vale mencionar
el levantamiento de la comunidad de Guachicono en la Vega – Cauca, hace nueve años,
por la defensa de la Cuenca del Río Guachicono, surtidora de sus acueductos. Como
resultado del enfrentamiento entre comunidad y narcotraficantes perdió la vida el más
conocido de éstos, quien según testimonios de la comunidad, había ordenado el
asesinato de varios de sus miembros.
3
Hildebrando Vélez. “La descolonización del lugar.” Palabras en la Presentación del libro del Proceso de
Comunidades Negras, Dignidad sin Precio, Bogotá, 2005.
4
Darío Tote, entrevista citada.
4. Para la ejecución de megaproyectos, confrontar “masas contra masas” es una de las
tácticas del capital imperialista. Por ejemplo en la vereda La Paila del municipio de
Padilla al norte del Cauca, la multinacional Smurfit-Cartón Colombia, ha enfrentado a
Afros, indígenas y campesinos, para beneficiarse de la explotación maderera: "la
empresa vendió sus predios a una asociación de campesinos como una modalidad
mediante la cual se deshace del problema del enfrentamiento con los indígenas,
traslada este a los campesinos y continúa con el dominio y manejo de las plantaciones5.
Otra medida es la militarización de los territorios, como sucede por ejemplo con la
explotación aurífera en límites del municipio La Vega y Almaguer por el Batallón José
Hilario López. La implantación del batallón de alta montaña en el Macizo Colombiano
es para asegurar el rico territorio y entregarlo posteriormente en concesión.
Otro ejemplo de condiciones para posterior privatización del agua por parte del Estado,
es el programa de “Guardabosques” en el marco del “Plan Colombia”, en el cual las
familias reciben una “ayuda” (venta) por “cuidar” los bosques protectores de cuencas.
Basta con mirar los contratos que se firman, en los que jurídicamente estas áreas pasan a
ser propiedad del Estado. Afortunadamente ésta maniobra no le ha dado resultados a
Uribe en territorios donde los campesinos organizados han asumido la compra y
titulación colectiva de las cuencas, un caso específico se observa en algunos
corregimientos de La Vega – Cauca.
Por su parte, el gobernador coconuco Jaime Nuñez, analiza la defensa de los recursos
naturales de la siguiente manera: "hemos tratado de cuidar en lo máximo el territorio,
no hacer mucha tala de bosques, cuidar las pocas vertientes de agua que se tienen,
tratar de reforestar. Por ejemplo la Ley de Páramos, ojalá no vaya a aplicarnos,
porque eso sería otro problema que se iría a “frentiar” posteriormente. Si hay cosas
que nos puedan afectar, nosotros también debemos de protestar por esa parte"6.
La resistencia ante las pretensiones de multinacionales, el Estado y Para-Estado de
despojarlos de su territorio, constituye lo que se ha llamado la defensa de éste.
5
Andrés Yara y Diego Alejandro Cardona, “Estudio de Caso: Situación Nacional de los Bosques”, Censat Agua Viva
– FoE (Colombia) 2000, www.censat.org
6
Entrevista al gobernador coconuco Jaime Nuñez, por Revista Viento del Sur, noviembre de 2005.
5. 2. Frente a la concentración terrateniente de la tierra y el hacinamiento indígena:
Ampliar el territorio
La existencia de terratenientes en el departamento del Cauca es producto de un despojo
histórico. Familias latifundistas como los Mosquera, los Zambrano, los Valencia, los
Arboleda, detentan títulos de propiedad sobre terrenos ancestrales de los pueblos
indígenas, como consta en archivos históricos del Cauca y de Quito, por lo que no es
casual que los pueblos indígenas estén adelantando una campaña por la recuperación del
territorio. Por eso se tomaron en el segundo semestre de 2005 un total de 18 predios: en
el municipio de Caloto, la hacienda El Japio por los Nasa; en Silvia, la hacienda Pepe
Estella por los Guambianos, la hacienda Achaquí por los coconucos; en Piendamó, la
hacienda El Corazón; y terrenos en Morales por desplazados de La Salvajina, Totoró,
Popayán, Puracé, Sotará, entre otras.
En cuanto al problema de la tenencia de la tierra, al entrevistar a Francisco Muelas, de la
comunidad guambiana, afirma: "La tenencia de la tierra es el problema uno-A, que
estamos padeciendo casi todos los pueblos de la zona andina. El gobierno a veces
habla de que los indígenas tenemos cantidad de tierra, pero los pueblos que estamos en
la zona andina estamos en un hacinamiento"7. Pero esta lucha por la recuperación de
territorio no es un acto voluntarista ni caprichoso, como lo hace ver el gobierno, sino
que es fruto de las condiciones económicas y sociales. "por las necesidades de tierra y
hacinamiento en que viven", como lo señaló gobernador Jaime Nuñez, de la comunidad
coconuco8. Lo que sucede es que en estos procesos sociales, además de las condiciones
objetivas actúa la conciencia humana para transformarlas.
Para desvirtuar, lo que argumenta el gobierno, respecto a que los indígenas tienen tierra
de sobra, vasta citar el testimonio de Álvaro Morales Tombé, taita de Guambía, ex
alcalde del municipio de Silvia:
"En 1980 cuando la comunidad guambiana reinició su proceso de lucha en recuperar las
tierras, el INCORA hizo unos estudios socioeconómicos en el cual resultamos ser en ese
entonces 1562 familias, y nuestro territorio se componía de 16.058 hectáreas, de las cuales
8.338 eran de páramos, entonces el INCODER -en este entonces el INCORA- que trabajaba
con la ETNOUAF, la Unidad Agrícola Familiar que era la Ley 135 de 1961, que decía que
eran tres has., por familia, resulta que el faltante de tierras para esas familias eran de 12.586
has., a hoy 25 años de lucha hemos hecho que el INCORA lograra comprar solamente 3.367
7
Entrevista al indígena guambiano, por el equipo Desde Abajo y Revista Viento del Sur, 30 de octubre de 2005.
8
Jaime Nuñez, entrevista citada.
6. has., entonces réstele usted a 12.586 todavía hay un faltante de más o menos 9 mil has.,
entonces esa ha sido la lucha, hay un micro minifundio"9.
La situación de carencia de tierra de esta comunidad ha provocado su migración, de ahí
que existan en la actualidad fuera del Cauca, su territorio natal, cuatro cabildos en el
Huila y dos cabildos en el Valle. La superficie del territorio indígena en el Cauca según
las cifras catastrales corresponde al 18%, o sea, 544.901 has. Según estudios
socioeconómicos realizados por el INCODER, actualizados a junio de 2004, las
necesidades de tierra para las comunidades indígenas del Cauca suman en total 218.106
has.
En cuanto a la concentración de la tierra en el departamento del Cauca, con una
superficie total de 3.038.800 de hectáreas, de las cuales 1.170.275 son baldíos (que no
quiere decir vacías), y 1.868.525 están registradas en catastro. de esta última cifra, el
40% de los propietarios no tienen más que el 2% de la superficie, en tanto el 0.5% de
los propietarios tienen el 25% de esta, en propiedades mayores de 200 hectáreas10.
Como solución a esta problemática, el líder indígena Ezequiel Vitonás, afirmó: “Se
debe generar una reforma agraria que sea integral e incluyente: no solamente para los
indígenas sino para todos los sectores que necesitan tierra y no sólo para el Cauca sino
para toda Colombia”11.
Indudablemente, la ampliación del territorio tanto de pueblos indígenas como de los
otros sectores de la sociedad es posible en la medida en que la madre tierra sea liberada
de la propiedad terrateniente y de la lógica capitalista.
3. Ante la lógica destructiva, Saneamiento del territorio
Este tercer momento tiene que ver con varios aspectos:
3.1. La titulación de sus territorios:: La propiedad por la que se lucha no es la
individual. Al respecto, Darío Tote expone: " nosotros luchamos por la tierra y
recuperamos la tierra que es colectiva, es decir la tierra es de todos pero nadie es
9
Datos suministrados para la Revista Viento del Sur., por el taita Alvaro Morales Tombe.
10
Datos suministrados por el Consejo Regiional indígena del Cauca, CRIC.
11
El Turbión en la Red, 20 de noviembre de 2005, www.elturbion/modep.org
7. dueño y nosotros no estamos de acuerdo con la escritura particular, nosotros estamos
por una escritura pública y eso no se ha dado"12. Este proceso de saneamiento busca
liberar la madre tierra de la propiedad individual, principalmente de terratenientes,
exigiendo la legalización del territorio de sus resguardos.
3.2. Armonía con la naturaleza. Es importante tener en cuenta lo expuesto por Marx
en Los Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844: "La naturaleza es el cuerpo
inorgánico del hombre; la naturaleza, en cuanto ella misma, no es cuerpo humano. Que
el hombre vive de la naturaleza quiere decir que la naturaleza es su cuerpo, con el cual
ha de mantenerse en proceso continuo para no morir"13. Esta relación entre hombre-
naturaleza ha sido antagonizada por el sistema capitalista no así en todos los modos de
producción ni formaciones sociales. Un ejemplo de ello puede ser la concepción
chamanística de los pueblos amazónicos prehispánicos. "El chamanismo es una visión
organizativa en la que el hombre es concebido como participe del universo y de sus
leyes físicas y cósmicas, y como parte integrante del ecosistema. Las pautas de manejo
social y ambiental reflejan un elaborado sistema de planificación a corto, mediano y
largo plazo, orientado a un desarrollo adaptativo del hombre con todos sus entornos.
Es una disciplina política, económica, ecológica y espiritual"14. A este respecto, el taita
guambiano Álvaro Morales Tombe, afirma:
“Liberar nuestra madre tierra”, para nosotros como pueblo guambiano de acuerdo
anuestra cosmovisión el origen de nosotros es el agua y el agua está en la tierra, entonces
la tierra es nuestra madre y hace muchos años o miles de años nuestra madre tierra era
tratada como una madre, nada de químicos, nada de maltratos como quemas, como
contaminaciones, porque la tierra es la vida, la tierra es la comida, la tierra es nuestro
guía, es nuestra vida para el futuro, entonces ahora que esos grandes territorios en toda
Latinoamérica, en América, aquí en Colombia que eran territorios naturales, de los nativos
de los nacidos allí, que la trataban tan ecológicamente, ambientalmente hoy en día, así
como han investigado, así como han avanzado en la ciencia y la tecnología, pues están
acabando a nuestra madre tierra, con químicos, con quemas, con industrias, con comercio,
de diferentes maneras están acabando nuestra madre tierra y por ende están acabando con
la vida de las comunidades, con la misma vida del país” 15.
Tal vez por eso Jesús Muelas, de la comunidad guambiana, está liderando un proceso de
producción agropecuaria limpia, en el que se tienen en cuenta tres elementos: lo
espiritual, que tiene que ver con la relación armónica entre hombre y naturaleza; lo
12
Darío Tote, entrevista citada.
13
Marx, Carlos. “Manuscritos”. Barcelona, Altaya, 1993. Pág. 115.
14
Casas Aguilar, Justo. Evangelización y Colonización, ECOE ediciones, Bogotá, septiembre de 1999, p 21.
15
Entrevista a Alvaro Morales Tombe, por Revista Viento del Sur.
8. económico, que tiene que ver con garantizar la seguridad alimentaria de la comunidad; y
lo social, que tiene que ver con el fortalecimiento organizativo de estos pueblos16.
La necesidad de armonizar la relación hombre-naturaleza, es una tarea vital para la
humanidad, esta meta sólo es posible fuera de las relaciones mercantilistas, que
considera la naturaleza algo ajeno a la vida humana. En esta dinámica de armonizar la
relación hombre-naturaleza, el Plan Ambiental Agropecuario de las comunidades del
municipio de La Vega, Cauca, adelanta una expedición por la memoria ancestral, que
consiste en recuperar la historia local y regional, rescatar las semillas de producción
propias, cuidar los recursos naturales, rescatar la huerta tradicional, rescatar la medicina
tradicional, los cuentos y las creencias.
Otra iniciativa de las comunidades es la presentación de un Proyecto de Ley para crear
la Corporación Autónoma Indígena, para sanear los territorios, ya que las Corporaciones
Autónomas están politizadas y atienden a los intereses del gobernante de turno,
problemática denunciada por las comunidades indígenas; además estas ejercen como
autoridad ambiental que facilitan los megaproyectos.
3.3. Se enfrentan dos mundos y se mimetizan dos regiones. En las diferentes jornadas
de trueque de los pueblos del Cauca, para resistir al neoliberalismo, en primer lugar se
confrontan dos mundos: el necrófilo capitalista y el biófilo, el de los otros, los del sur,
indígenas, campesinos y sectores populares, ya que la “racionalidad” de intercambio no
está mediada por valores mercantiles, ni precios del mercado, sino por la necesidad de
consumir un producto de otra región, primando el valor de uso. De ahí que la medida
del producto intercambiado, corresponda a lograr un equilibrio entre la cantidad de
productos de tierra fría con los de tierra caliente. La segunda característica está
relacionada a la unidad de dos regiones geográficas y sociales, pues el trueque mimetiza
a “frianos” y “calentanos”, a indígenas y campesinos, en lo espiritual, económico y
social, como lo explicó el nativo Jesús Muelas. En esa perspectiva, en el tercer
encuentro de los pueblos del Cauca, realizado en Santander de Quilichao del 10 al 12 de
octubre de 2005, estos se reconocieron como un territorio interétnico y popular.
16
Entrevista a Jesús Muelas, por Revista Viento del Sur, en el resguardo de Guambía, sector de Santiago, el día 30 de
octubre de 2005, cuando se efectúo la primera jornada de trueque entre los guambianos.
9. Conclusión
Los recientes levantamientos indígenas en el suroccidente colombiano expresan que el
desarrollo de las fuerzas destructivas del capital está en antagonismo con las relaciones
comunales de propiedad y la cosmovisión de territorio que poseen estos pueblos. Si bien
estos procesos de resistencia pueden presentar aún algunas limitaciones, en síntesis,
liberar la madre tierra, significa liberarla de la apropiación de los recursos naturales por
parte de las multinacionales, liberarla de los terratenientes, liberarla de las fuerzas
destructivas del sistema imperialista, labor que no debe ser sólo de los pueblos
indígenas sino de todos los sectores populares, cuya consecuencia sea el surgimiento de
una alternativa de sociedad, que no sea el engañoso capitalismo con rostro humano, ni el
desarrollo imperialista sostenible, ni sociedad pos neoliberal alguna, sino que sea el
advenimiento de la sociedad de relaciones biófilas entre los seres humanos y entre estos
y la naturaleza, una sociedad liberada de las relaciones de producción capitalistas e
imperialistas.