1. Análisis de la
conducta
Angie Marcela Cabrejo Moran
Elkin Yesid Martínez Baquero
Kristoffer Rincón Medina
2. La psicoterapia analítico-funcional (PAF) es una forma de terapia de
conducta que enfatiza el uso de la relación terapeuta-cliente a objeto
de utilizar con toda su intensidad las oportunidades de aprendizaje que
surgen en la sesión terapéutica.
3. Psicoterapia Analítico-Funcional
Se basa en los principios de la filosofía conductual radical uno de
los principales pilares teóricos de esta aproximación terapéutica
son los procesos de condicionamiento, concretamente el
condicionamiento operante y la manipulación de contingencias.
Además del análisis de la conducta clínica, y forma parte de las
terapias contextuales de la conducta.
4. • Se elaboró sobre el análisis conductual del ambiente psicoterapéutico, y
acentúa las contingencias que ocurren en el contexto terapéutico, la
equivalencia funcional, el reforzamiento natural, y el moldeamiento.
• Desde la PAF y dentro de la tradición conductista más consolidada se
consideran conductas no sólo las acciones observables sino también
fenómenos como pensar, sentir, ver, conocer o creer, con independencia de
su carácter público o privado.
5. La PAF usa dos principios básicos del Análisis de
Conducta:
• La evaluación funcional idiosincrásica de los
problemas del cliente.
• La aplicación de la intervención en vivo dentro de la
propia sesión terapéutica.
6. • La terapia se basa en el análisis funcional de las conductas del cliente y del
terapeuta dentro de la propia sesión.
• Se propone llevar a cabo la intervención dirigida a obtener un cambio
significativo en el comportamiento del cliente.
• Consiste en utilizar la relación clínica como un lugar para promover un
cambio personal del cliente, trabajando de manera tan natural que los
resultados se generalicen por sí solos.
7. Las relaciones entre conductas públicas y privadas son entendidas en
términos de relación conducta-conducta. En esta relación ninguna de las
conductas tiene preeminencia sobre otras, ni diferente naturaleza, ni
tiene por qué jugar un papel mediador o determinante de las demás.
8. • La PAF valora enormemente las oportunidades de aprendizaje in-vivo, es decir,
la aparición real de los problemas del paciente en su interacción con el
terapeuta.
• El paciente está buscando tratamiento para problemas de la vida diaria, y al
hacerlo actúa del mismo modo disfuncional en el contexto clínico, por tanto el
terapeuta debe estar atento para detectar las conductas clínicamente
relevantes.
9. Podemos distinguir tres tipos de conductas clínicamente relevantes dentro de
la terapia.
• Las conductas relevantes tipo 1 (CCR1) son aquellas conductas
relacionadas con el problema que el cliente presenta en la sesión y cuya
frecuencia debe ser reducida a lo largo de la terapia
• Las conductas clínicamente relevantes tipo 2 (CCR2) son las conductas
que ocurren en la sesión y que suponen una mejoría en relación al problema
por el que se acude a consulta.
• Las conductas clínicamente relevantes tipo 3 (CCR3) son las
interpretaciones del cliente sobre su propio comportamiento. Junto a estas
también se incluyen descripciones de la equivalencia funcional que indican
semejanzas entre lo que ocurre en la sesión y su vida diaria.