2. ¿ QUIÉN ES ? - Dios del sol, el vaticinio y la música. - Hijo de Zeus y Leto. -Atributos principales: arco, flecha y la cítara. -Símbolo: laurel. -Lugares de culto: Delos y Delfos. Apolo Citaredo. Museos Capitolinos.
3. Representación -Su representación física era la de un joven de irresistible belleza. Un dios muy hermoso, alto, notable especialmente por sus largos bucles negros de reflejos azulados. Tuvo una gran cantidad de amoríos tanto masculinos como femeninos, pero no fueron muy felices ya que siempre algo trágico se manifestaba en ellos. Apolo de Mántua.
4. Amantes -Apolo amó tanto a mujeres mortales como a ninfas. Las musas eran parte de su séquito y su coro estaba dirigido por él. Se considera a Apolo como el dios que más amantes homosexuales tuvo, en gran medida por ser el dios de la palestra, lugar en donde los jóvenes desnudos se reunían para hacer atletismo. Muchos de ellos sufrieron trágicas muertes a causa de accidentes . Apolo y Jacinto. Jacopo Caraglio. S.XVI
11. ¿ QUIÉN ES ? -Era una dríade o ninfa de los árboles. -Hija del Dios río Peneo con Gea o del río de Tesalia con Creúsa. -Gran cazadora. Dafne. Reneé Sintenis. Lubeck. -Sacerdotisa de Gea.
12. Amantes Muchos fueron los enamorados que la solicitaron, hombres y espíritus del bosque; pero ella a todos despreciaba. Amaba sólo a los bosques, la naturaleza y la libertad. A menudo le rogaba a su padre que le permitiese vivir siempre como Artemis, en una eterna y solitaria existencia. Incapaz de ignorar sus ruegos le concedió la gracia de la soledad, pero advirtió que su belleza impediría sus deseos . Las ninfas. Bouguereau.
17. mito de apolo y dafne Apolo y Dafne de Tiépolo. 1696-1770
18. mito de apolo y dafne El primer amor de Apolo fue Dafne, hecho que fue infundido por la cruel ira de Cupido. Éste, se posó sobre la cima del Parnaso y sacó dos flechas de su carcaj repleto buscando dos fines diferentes. La que hace brotar el amor es de oro y está provista de una punta aguda y brillante; la que lo ahuyenta es obtusa y tiene plomo bajo la caña. Con esta hiere a la ninfa, con la primera atraviesa los huesos de Apolo hasta la médula. El uno ama enseguida; la otra rehúye incluso el nombre del amante . Cupido. Boticcelli.
19. mito de apolo y dafne Dafne perseguida por el rápido Apolo y fatigada por sus esfuerzos, pide ansiadamente que le socorran mediante una transformación. Apenas terminada la súplica, una pesada torpeza se apodera de sus miembros, transformándose en follaje y en ramas, permaneciendo únicamente intacto su brillo divino. Así se convierte en un precioso laurel que representará posteriormente el símbolo por excelencia de Apolo. Apolo y Dafne.
20. mito en pintura Apolo y Dafne. Chasseriau Theodore. Apolo y Dafne. Giambattista Tiepolo. 1743
33. mito en Poesía A Dafne ya los brazos le crecían y en luengos ramos vueltos se mostraban; en verdes hojas vi que se tornaban los cabellos que el oro oscurecían; de áspera corteza se cubrían los tiernos miembros que aun bullendo estaban los blancos pies en tierra se hincaban y en torcidas raíces se volvían. Aquel que fue la causa de tal daño, a fuerza de llorar, crecer hacía este árbol, que con lágrimas regaba. ¡OH miserable estado, OH mal tamaño, que con llorarla crezca cada día la causa y la razón por que lloraba ! Soneto XIII. Garcilaso de la Vega
34. Al viento su esperanza y su porfía, Siguiendo Apolo a Dafne encomendaba; El miedo, con que el paso aceleraba, Su blanco pie de plumas guarnecía. De su madeja el oro reducía El viento a rayos con que al Sol flechaba, Mientras amor, injusto, preparaba La victoria mayor a quien huía; Cuando la ninfa exclama al padre undoso, Y, humanando un laurel, halla venganza Del Sol en el auxilio de Peneo. “ ¡Ay! -dijo Apolo al árbol desdeñoso-, ¿Por qué si en ti fallece mi esperanza Verde imagen te ofreces al deseo? Apolo siguiendo a Dafne. Gabriel Bocángel. mito en Poesía
35. Bermejazo platero de las cumbres, a cuya luz se espulga la canalla: la ninfa Dafne, que se afufa y calla, si la quieres gozar, paga y no alumbres. Si quieres ahorrar de pesadumbres, ojo del cielo, trata de compralla: en confites gastó Marte la malla, y la espada en pasteles y en azumbres. Volvióse en bolsa Júpiter severo; levantóse las faldas la doncella por recogerle en lluvia de dinero. Astucia fue de alguna dueña estrella, que de estrella sin dueña no lo infiero: Febo, pues eres sol, sírvete de ella. Apolo siguiendo a Dafne. Francisco de Quevedo. mito en Poesía
36. "Tras vos, un alquimista va corriendo, Dafne, que llaman Sol, ¿y vos tan cruda? Vos os volvéis murciégalo sin duda, pues vais del Sol y de la luz huyendo. Él os quiere gozar, a lo que entiendo, si os coge en esta selva tosca y ruda: su aljaba suena, está su bolsa muda; el perro, pues no ladra, está muriendo. Buhonero de signos y planetas, viene haciendo ademanes y figuras, cargado de bochornos y cometas." Esto la dije; y en cortezas duras de laurel se ingirió contra sus tretas, y, en escabeche, el Sol se quedó a escuras. Dafne, huyendo de Apolo. Quevedo. mito en Poesía
37. Cancionero de Petrarca En el cancionero, dividido en dos partes: rimas en vida-de Madonna Laura y rimas tras la muerte de Madonna Laura, encontramos un paralelismo entre la figura del autor y Apolo. El Cancionero está dedicado a la exaltación de su amada, que aparece mencionada de diversas formas , pero es su identificación con el laurel la que más abunda en todo el Cancionero, por el parecido entre ambos nombres Laura/lauro y por la semejanza entre la situación afectiva del poeta y el mito de Apolo y Dafne.
38. mito en el cancionero (…) ¡Ay! Triste cuál quedé luego aquel día que vide en otra forma mi persona, y mi cabello vuelto en lo de donde procurado le había la corona; y mis pies con que andar antes solía, que todo el miembro al ánimo responde, raíz junto de un río los esconde: de Peneo no, mas de un más fresco río. Y en ramos mis dos manos tornarse, y para mejorarse de pluma fue cubierto el cuerpo mío(…) Poema XXIII. El sentimiento de Dafne.
39. mito en el cancionero Arranca mi deseo con tal brío tras la que a su huir usado es vuelta, y del lazo de amor ligera y suelta, vuelta ansí, que hace lento el curso mío; que cuanto más le llamo y le porfío que vuelva, no hay oírme ni dar vuelta, corre antes mucho más a rienda suelta. ¡Tanta es su contumacia y desvarío! Ansí, después que el freno se recoge lleva mi libertad toda vencida y mal mi grado a muerte me transporta. Por ir derecho al lauro do se coge acervo fruto, el cual puesto en herida ajena, más aflige que conforta. Poema VI. Sentimiento de Apolo.