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Suipacha 658/664
Ciudad de Buenos Aires
Tel. [54 11] 4328 3287

Martes a viernes
de 12 a 20 hs.
Sábados y domingos
de 11 a 18 hs.

Entrada libre y gratuita




Un emprendimiento cultural de
TERIA
      PO Y MA              5
  CUER              6 Y 198
           ENTRE 197
       GENTINO
ARTE AR
FUNDACIÓN OSDE                        IMAGO ESPACIO DE ARTE              AGRADECIMIENTOS


CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN             Dirección general                  La muestra ha sido posible gracias
                                      Comité de Actividades Culturales   a la generosa colaboración de los
Presidente Rodolfo González           de la Fundación OSDE               coleccionistas y artistas que han
Secretario Omar Horacio Bagnoli                                          facilitado sus obras.
Prosecretario Horacio Dillon          Coordinadoras ejecutivas
Tesorero Carlos Fernández             Marcela Gené                       Ministerio de Relaciones Exteriores,
Protesorero Aldo Dalchiele            María Lía Munilla Lacasa           Comercio Internacional y Culto


Vocales                               Asistentes                         Fundación Alberto Elía - Mario
César Alfredo Amorosi                 Nora Arrechea                        Robirosa
Liliana Beatriz Cattáneo              Micaela Bianco                     Fundación Alon
Luis Eduardo Fontana                  Juan Patricio Curci
Daniel Eduardo Forte                  Nadina Maggi                       Álvaro Castagnino
Julio Alejandro Olmedo                                                   Daniel Maman Fine Arts
Tomás A. Sánchez de Bustamante        Mantenimiento                      Galería Francisco Traba
Jorge Oscar Saumell                   Belén La Valle                     Galería Praxis
Ciro Alejandro Scotti                                                    Galería RO
                                                                         Galería Sylvia Vesco
                                                                         Galería Vasari
COMITÉ DE ACTIVIDADES                 EXPOSICIÓN Y CATÁLOGO
CULTURALES                                                               Archivos documentales
                                      Curadora                           Fundación Espigas
Presidente Rodolfo González           María Teresa Constantin            Biblioteca del Congreso de la Nación
Secretaria Liliana Beatriz Cattáneo                                      Biblioteca del Museo Nacional
                                      Diseño de montaje                     de Bellas Artes
Omar Horacio Bagnoli                  María Teresa Constantin            Biblioteca Nacional de la República
Daniel Eduardo Forte                  Jimena Ferreiro                       Argentina
Julio Alejandro Olmedo
                                      Montaje                            Archivos privados
                                      Beto De Volder                     Adriana Laurenzi
                                      Ignacio Valdez                     Silvina Buffone


                                      Fotografía                         Marcelo Arruiz - Marcos & Cuadros
                                      José Cristelli
                                                                         Créditos fotográficos
                                      Diseño gráfico                     Fotografías no realizadas por Cristelli:
                                      Estudio Lo Bianco                  Oscar Balducci: pp. 73, 89, 97,
                                                                         106 y 115
                                      Corrección                         Gustavo Barugel: pp. 49, 70, 71,
                                      Alicia Di Stasio                   104, 158 y 159
                                      Mario Valledor                     César Calderella: p. 47
                                                                         Lucas Distéfano: pp. 54, 55, 56 y 57
                                                                         Elda Harrington: pp. 100, 111,
                                                                         112 y 113
                                                                         Atilio Moralejo: pp. 87
                                                                         Pedro Roth: pp. 68, 69, 105
                                                                         Gustavo Sosa Pinilla: p. 86
IA
           M ATER
   UERPO Y       1976 Y
                        1985
  C        ENTRE
         NTINO
ARTE ARGE

        Curadora
        María Teresa Constantin




        Del 18 de abril
        al 9 de junio de 2006
Catálogo de una
muestra colectiva,
ArteMúltiple,
septiembre de 1980
CUERPO Y MATERIA

ARTE ARGENTINO ENTRE 1976 Y 1985




María Teresa Constantin
                                                                 Algunos dicen que el único don que nos confiere
                                                                 el transcurso del tiempo es el de permitirnos ver,
                                                                 por segunda vez, lo que ante nosotros pasó
                                                                 desapercibido la primera. HÉCTOR TIZÓN, 1999




Un cuerpo femenino desnudo, plegado sobre                        que un espejo, que me permitiera instalarme en un
sí mismo en posición fetal, tuerce ligeramen-                    lugar desconocido, señala el artista. Obra y
te la cabeza. En las oquedades de los ojos                       herramientas. Ese gesto, el único que depen-
parece concentrarse una mirada de temor                          día de su voluntad, sintetizaba su modo de
ancestral. Mientras, brazos y manos intentan                     sostener la vida. Su esencia se depositaba en
completar un precario refugio frente a la                        esos objetos. En momentos de serio riesgo
advertencia goyesca enunciada desde el                           para la vida el arte aparecía ofreciendo refu-
título. Se trata de Lo mismo en otras partes                     gio y presentación, reaseguro e identidad.
[p. 54], la escultura que Juan Carlos                            Gestos recurrentes que, en la Argentina
Distéfano, en 1977, guardó en un bolso para                      o fuera del país, se repetirían en mayor o
embarcarse rumbo a Barcelona. El 26 de                           menor grado, apareciendo como una de las
abril de ese año el decreto 1.101/77, con la                     marcas distintivas de los artistas reunidos en
firma del ministro del Interior, general                         esta exposición. Ese acto escapaba también
Albano Harguindeguy, prohibía la distribu-                       a lo privado para presentar la dualidad que
ción y venta del libro Ganarse la muerte,                        adoptó en esos años buena parte de la pro-
publicado en 1976 por la esposa del escultor,                    ducción artística: vigilada en el país o
la escritora Griselda Gambaro.1 Pese a que a                     luchando contra el desarraigo fuera de él.
fines del año anterior el artista había realiza-                     Cuerpo y materia, a treinta años del golpe
do con éxito su primera muestra de escultu-                      de Estado de 1976, no es una muestra de la
ra2 y que todo permitía presagiar un futuro                      memoria, aunque haya muchos aspectos que
promisorio para su carrera, la familia decide                    hacen a ella.Tiene la intención de contribuir
partir. Además del desnudo, en otro bolso el                     a una historia del período, a señalar aspectos
escultor lleva una pequeña versión de El rey                     que permitan analizar de qué manera reaccio-
y la reina y una serie de cajas donde había                      nó el campo artístico frente a una situación
embalado sus herramientas. Necesitaba llevar                     política signada por la represión que desató el
algo mío. Una referencia de quién era, algo más                  terrorismo de Estado. De la misma manera


1
    Publicado en La Flor, Buenos Aires, 1976. El informe que justifica la censura sostiene que los párrafos salientes del
    libro pueden dividirse en cuatro grupos: “los que lesionan la sociedad; la condición humana; la familia; las instituciones
    armadas y el principio de autoridad”. En el mismo decreto, considerando que la editorial La Flor “comparte los agravios
    contra el sistema familiar”, ésta es clausurada por treinta días. Para ese entonces los editores Daniel Divinsky y Kuki
    Miler ya habían sido encarcelados y condenados a 127 días de prisión por otro libro, el infantil Cinco dedos (cuenta la
    historia de cinco dedos rojos perseguidos por una mano verde).
2
    En la Galería ArteMúltiple.
CUERPO Y MATERIA




    Catálogo J.C. Distéfano,                                                                        de que se trata de un aspecto especial de la
    Galería ArteMúltiple, 1976
                                                                                                    sociedad (¡el arte es puro!), se tiende a desli-
                                                                                                    zar la teoría de los dos demonios; se amalga-
                                                                                                    man sin diferenciación alguna dos décadas
                                                                                                    enteras bajo el signo de la violencia
                                                                                                    (los 70 y los 80); o se afirma una supuesta
                                                                                                    violencia casi identitaria de los argentinos.
                                                                                                    Luis Alberto Romero4 señala acertadamente
                                                                                                    que frente a la violencia ejercida por los
                                                                                                    grupos guerrilleros en la primera mitad de
                                                                                                    los 70 no se pusieron en práctica acciones
                                                                                                    jurídicas para sancionarla sino que se destru-
                                                                                                    yó el Estado republicano, “cada uno quedó
                                                                                                    solo e indefenso frente al Estado aterroriza-
                                 entendemos que el amplio espectro de obras                         dor”. Desde este ángulo distintivo se ubica
                                 exhibidas, realizadas en el momento de los                         esta exposición. Desde el aniquilamiento del
                                 hechos, hará posible visualizar el repertorio de                   Estado de derecho y la indefensión y aisla-
                                 imágenes que pudieron elaborar los artistas y                      miento del ciudadano frente al Estado de
                                 que hoy permiten pensar esta sociedad.                             terror, es que se puede comenzar a reflexio-
                                     Esta muestra parte de la idea de que,                          nar si el campo de la plástica mostró aspectos
                                 como señala entre otros Hugo Vezzetti,3 por                        diferenciados del resto de la sociedad.Y, si
                                 sus condiciones, ejecución y consecuencias,                        bien desde diversos ángulos se han trazado
                                 la última dictadura es diferente de las ante-                      líneas de trabajo que están permitiendo,
                                 riores y produjo un corte sin parangón en                          poco a poco, abordar la historia sociopolítica
                                 la historia (y en el cuerpo social) de la                          y cultural del período 1976-1985,5 en el
                                 Argentina. Ese carácter distintivo estuvo                          terreno de las artes visuales este tipo de tra-
                                 dado por la violencia ejercida desde el                            bajo es incipiente.6 Aspiramos a que esta
                                 Estado contra la sociedad toda y por el lími-                      muestra contribuya a precisar una mirada
                                 te extremo al que llegó con la desaparición                        sobre la época.
                                 y ejecución masiva de personas. Frecuente-                             En los 60 y primeros 70 una de las mar-
                                 mente se observan en la historia del arte                          cas distintivas es el uso de la palabra.7 La pala-
                                 banalizaciones en las que, con la cobertura                        bra como manifiesto pero también pronun-

                                 3
                                     Cfr. Vezzetti, Hugo, Pasado y presente. Guerra, dictadura y sociedad en la Argentina, Siglo XXI, Buenos Aires, 2002.
                                 4
                                     Romero, Luis Alberto, Breve historia de la Argentina contemporánea, FCE, Buenos Aires, 1994, pp. 283 y ss.
                                 5
                                     Entre otros, Blaustein, Eduardo y Zubieta, Martín, Decíamos ayer. La prensa argentina bajo el proceso, Colihue, Buenos
                                     Aires, 1998; Boccanera, Jorge, Tierra que anda. Los escritores en el exilio, Ameghino, Buenos Aires, 1999; Vezzetti,
                                     Hugo, op. cit.; Ivernizzi, Hernán y Gociol, Judith, Un golpe a los libros. Represión a la cultura durante la última dictadu-
                                     ra militar, Eudeba, Buenos Aires, 2002, y Sarlo, Beatriz, Tiempo pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Una
                                     discusión, Siglo XXI, Buenos Aires, 2005.
                                 6
                                     Véanse, entre otros, Giunta, Andrea, “Pintura en los ‘70: inventario y realidad”, en Arte y Poder, CAIA, 1993; Herrera, María
                                     José, “Los años setenta y ochenta en el arte argentino. Entre la utopía, el silencio y la reconstrucción”, en Burucúa, José
                                     Emilio (dir.), Nueva historia argentina. Arte, sociedad y política, vol. II, Sudamericana, Buenos Aires, 1999; Constantin,
                                     María Teresa, “La pintura como resistencia”, en el catálogo Manos en la masa. Pintura argentina 1975-2003, la persisten-
                                     cia, Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, 2003; “Una colección, un país”, en el libro-catálogo Colección Elía-Robirosa,
                                     Buenos Aires, 2004, y el reciente AA.VV., Arte y libertad. Dictaduras, represión y resistencia, UNLP, La Plata, 2005.



8
ESTUDIO CRITICO




ciada en gestos de ruptura en los que, por                       que, por su edad, cargaban con la intensa
ejemplo, se cuestionan los museos, el Salón                      experiencia cultural de los años 60 y prime-
Nacional, el Instituto Di Tella, los premios,                    ros 70. Entre ellos Carlos Gorriarena,10 por
los críticos y el mercado: “Abandoné toda                        ejemplo, quien procediendo del Partido
actividad artística inscrita en marcos institu-                  Comunista, con posiciones antiperonistas,
cionales”,8 dice Renzi. Mientras, se intervie-                   durante los años 60 participa del debate en
ne activamente desde el arte frente a las                        que buena parte de los intelectuales argenti-
circunstancias políticas y sociales. En la bús-                  nos revisan la actitud frente al peronismo
queda de fundir el arte con la vida se des-                      para producir un acercamiento con aquél
confía del valor del objeto artístico en tanto                   mientras permanecen atentos y comprometi-
tal –es el caso, entre otros, de León Ferrari,                   dos con la experiencia de la Revolución
Juan Pablo Renzi y Pablo Suárez, para aque-                      Cubana. Así, Gorriarena forma parte, junto
lla época– y se aspira sobre todo a potenciar                    con Carlos Brocatto, José Luis Mangieri,
el discurso político. En ese sentido se inten-                   Juan Gelman, Andrés Rivera, Roberto Cossa
sifica también la realización de acciones,                       y Octavio Gettino, del núcleo de intelectua-
muchas de ellas colectivas, como el Homenaje                     les que expuso sus convicciones desde las
a Viet-Nam de los artistas plásticos, en 1966;                   páginas de la revista La Rosa Blindada y que
Homenaje a Latinoamérica, en 1967 y 1968;                        llevó al alejamiento de todos ellos de las filas
Tucumán arde, en 1968; Villa Quinteros también                   del Partido Comunista. Se debate el lugar del
es América, en 1969, y Malvenido míster                          arte y los artistas en el proceso revoluciona-
Rockefeller, también en 1969, todas ellas desti-                 rio de la Argentina y Latinoamérica, y
nadas a la denuncia del imperialismo en                          Gorriarena, desde las páginas de la revista,
Latinoamérica o sus consecuencias en la                          sostiene que “un pintor debe estar situado
Argentina. En correspondencia con un esta-                       en el centro de los acontecimientos artísti-
do de la cultura en que, según Oscar Terán,                      cos, culturales, sociales y políticos de su
“en un sector de los intelectuales avanzaba el                   época […] pintores como Picasso, Léger,
consenso sobre la necesidad de una salida                        Grommaire, Guttuso, Siqueiros, Portinari
revolucionaria, respecto de la cual sólo cabía                   […] demostraron en su momento que un
discutir sus formas (insurrección de masas,                      pintor marxista podía ser vanguardia revolu-
foquismo guerrillero, guerra popular y pro-                      cionaria y vanguardia artística”. Por su parte,
longada)”.9                                                      Luis Felipe Noé –en un texto clave, pues se
     Los artistas escogidos para esta muestra                    trata del catálogo de 1975 para la exposición
dan cuenta de un cruce generacional que se                       de Galería Carmen Waugh, en la que el
produce en el período. Por un lado, artistas                     artista retoma la pintura– escribe: “Creí tam-

7
     Véanse, entre otros, Longoni, Ana y Metsman, Mariano, Del Di Tella a “Tucumán arde”. Vanguardia artística y política en
     el 68 argentino, El Cielo por Asalto, Buenos Aires, 2000; Giunta, Andrea, Vanguardia, internacionalismo y política. Arte
     argentino en los años 60, Paidós, Buenos Aires, 2002; catálogo Arte y política en los 60, Palais de Glace, 2002 (con
     curaduría de Alberto Giudici), y nuestro “Sono Felice. Franco Venturi (1937-¿1976?)”, en Homenaje a Franco Venturi, en
     prensa.
8
     Renzi, Juan Pablo, entrevista con Beatriz Sarlo, en Juan Pablo Renzi, obras de 1963 a 1984, Museo Castagnino,
     Rosario, 1984.
9
     Terán, Oscar, “Ideas e intelectuales en la Argentina, 1880-1980”, en Oscar Terán (coord.), Ideas en el siglo.
     Intelectuales y cultura en el siglo XX latinoamericano, Fundación Osde - Siglo XXI, Buenos Aires, 2004, p. 81.
10
     Sobre el artista y la época, véase Wechsler, Diana y Constantin, María Teresa, Gorriarena, Fundación Mundo Nuevo,
     Buenos Aires, 2005.


                                                                                                                                9
CUERPO Y MATERIA




                        bién que si la imagen occidental estaba des-                           En 1976 se produce un corte brutal a
                        nuda, no era por cierto la imagen de mi                            todo ese intenso período. Si hasta 1975 se
                        pueblo latinoamericano que aún no ha                               pensaba como posible un reemplazo de lo
                        escrito su historia de grandeza […] esta ima-                      que quedaba del gobierno peronista, el golpe
                        gen no es posible que la inventen los artistas,                    de Estado es el fin de las ilusiones. El debate,
                        sólo podrá hacerlo el pueblo entero en un                          el arte involucrado cada día con lo público,
                        proceso de enunciación cultural que pasa                           la palabra, se silenciaron rápidamente. Se ini-
                        por lo político y lo social”. 11 Antes del golpe                   ció un período especial para el cual el
                        del 76 la mira en la unión revolucionaria de                       campo artístico puso en marcha modos de
                        América no se había perdido, y, frente al                          acción también especiales o retomó viejas
                        golpe en Chile, Carlos Filomía realizaba el                        prácticas caídas en desuso. La experiencia del
                        retrato de Salvador Allende. La obra era                           accionar de la Triple A durante los años pre-
                        penetrada por lo que estaba sucediendo en                          vios al golpe había ya hecho su tarea y
                        la calle: en los grafismos inferiores se puede                     advertido que esta vez no serían algunos
                        leer: “Yo tengo fe que Chile va a ganar…”12                        muertos señalados con nombre y apellido;
                             Junto a estos artistas, y ajena a estos deba-                 se trataría de una ofensiva contra el conjunto
                        tes, otra generación, la que se forma en las                       de la sociedad, y las muertes, en pilas de
                        escuelas bajo el régimen militar y emerge a                        cadáveres, como registrará Léon Ferrari
                        la vida pública durante la primavera democrática                   en Nosotros no sabíamos [p. 72], estarían a
                        de la presidencia del doctor Héctor Cámpora,                       la orden del día. La “cultura del miedo”
                        se incorpora naturalmente a la intensa movi-                       se instaló rápidamente.
                        lización de masas de la época.                                         El período de esta muestra –1976 a
                        Posteriormente, como señala también Terán,                         1985– incluye también obras de los años
                        “…los movimientos culturales resultarían                           previos e inmediatamente posteriores a la
                        cada vez más dependientes de un escenario                          recuperación de la democracia, cuando se
                        político poblado por actores involucrados en                       hacen públicas algunas tendencias latentes en
                        prácticas progresivamente confrontativas”.                         el proceso creativo de los diferentes artistas.
                        A diferencia de la generación anterior, en la                      Por el contrario, no se aborda aquí la pro-
                        que el texto escrito es una parte importante                       ducción artística más estrechamente ligada a
                        de su actividad, la palabra en ellos está puesta                   lo que se entiende como el arte de la pos-
                        en el soporte pictórico, o, como veremos                           dictadura, cuando “…en Buenos Aires se
                        más adelante, una vez producido el golpe, la                       comenzó a vivir una explosión creativa que
                        palabra será susurrada cuando la mirada (y a                       vio florecer las artes visuales, el teatro, la
                        veces el texto) se ocupe de la obras de los                        música, las publicaciones alternativas,
                        pares y, a través de ella, se pueda hablar de la                   la moda y los lugares no tradicionales…”,
                        propia obra. En los años previos al golpe se                       como señala Ana María Battistozzi.13
                        trabaja en taller y cada vez más se activa                             En pocas palabras, esta exposición se ins-
                        políticamente en las calles.                                       tala en el corte de la producción y debates

                        11
                             Noé, Luis F., en “Por qué pinté lo que pinté, dejé de pintar lo que no pinté, y pinto ahora lo que pinto”, catálogo Galería
                             Carmen Waugh, 1975. En 1973, el artista había sido interventor y más tarde director normalizador del Departamento
                             de Artes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
                        12
                             Consigna que se cantaba en las manifestaciones en solidaridad con Chile, en 1973, contra el golpe de Pinochet.


10
ESTUDIO CRITICO




Dibujo, 50 x 35 cm.    de los 60 y el nuevo estallido de la segunda
Carlos Filomía, 1973
                       mitad de los 80. Es ya un lugar común afir-
                       mar que, en ese entre y entre, se pintó, y, agre-
                       garíamos, se recurrió centralmente a todas las
                       expresiones tradicionales del arte. Se afirma
                       también que se produjo una vuelta a la pin-
                       tura. Creemos que el uso de la palabra vuelta
                       contiene ya afirmaciones que son juicios, en
                       la medida en que pareciera estar hablando de
                       un cierto retroceso. Entendemos que es nece-
                       sario abrir las certezas y preguntarse: ¿qué
                       pasó para qué se pintara (o se esculpiera)?,
                       ¿qué y cómo se produjo?, ¿cómo lo político
                       operó sobre las obras?, ¿qué canales de circu-
                       lación utilizó esa obra? y ¿qué discursos
                       sobre la producción artística se elaboraron en
                       la época?
                           Se trata de una selección de objetos, pro-
                       ducidos durante el período, que se abren a
                       diferentes miradas sobre la historia de esos                      evitando así el bies que aísla las obras en un
                       años, o, más precisamente: los diferentes                         discurso cerrado. En ciertos casos el seleccio-
                       modos en que los actores del período pudie-                       nado fue un núcleo que aparece como un
                       ron reaccionar frente a las circunstancias que                    punto agudo de tensión que se transforma
                       atravesaba el país. Esta muestra no pretende                      en emblemático para el período, como es el
                       ser una exhaustiva catalogación y revisión de                     caso de las obras de Norberto Gómez.
                       todas las obras y artistas que trabajaron bajo                        A diferencia de otras producciones artís-
                       la dictadura.Toda selección implica exclusio-                     ticas –como la literatura, por ejemplo–, las
                       nes y cortes.14                                                   artes plásticas, luego de una muestra, pasan al
                           En este caso la selección ha recaído en                       territorio de lo privado: colecciones, en el
                       aquellos cuya producción y recorrido –más                         mejor de los casos, o regreso al taller, en
                       allá de un juicio de valor– permiten pensar                       general. Pocas veces, en el arte contemporá-
                       conclusiones generales. El sesgo monográfico y                    neo, por razones que escapan a los límites de
                       el número de obras seleccionadas tienen el                        estas líneas, esas obras se incorporan a las
                       propósito de permitir seguir, someramente,                        colecciones públicas, donde el espectador
                       el recorrido realizado por cada artista –acen-                    pueda contemplarlas a voluntad. Así, las de
                       tuando, en cierto sentido, al sujeto artista–,                    aquellos años, salvo algunas pocas que se

                       13
                            En el folleto para la muestra Escenas de los 80. Los primeros años, Fundación Proa, Buenos Aires, 2003. Sobre ese
                            tema, véase también Usubiaga, Viviana, “Memoria histórica y memoria pictórica en el arte argentino de la redemocrati-
                            zación”, en Discutir el canon, CAIA, Buenos Aires, 2003.
                       14
                            Tal es el caso del grupo del CAYC, sobre el que señala John King: “La labor del CAYC se lleva a cabo, deliberadamen-
                            te, a menor escala, dirigiendo su atención hacia temáticas teóricas, recogiendo y desarrollando gran parte del arte con-
                            ceptual aparecido con anterioridad en las Experiencias Visuales del Di Tella”. “Argentina 1956-1976. Desarrollo artístico
                            y cultural”, en catálogo Arte en Argentina. 1920-1994, The Museum of Modern Art Oxford, 1994. O el caso de Berni,
                            ya ampliamente tratado.


                                                                                                                                                        11
CUERPO Y MATERIA




                        repiten por reproducciones gráficas, son                       CUERPOS APESADUMBRADOS. LIBERTAD
                        poco conocidas. Muchos de los trabajos pre-                    E INTERROGANTES DE LA MATERIA
                        sentados en esta muestra fueron expuestos                      Una escultura en un bolso. Cuerpo acompa-
                        una sola vez y luego no volvieron a verse.                     ñando un cuerpo. El gesto de un artista ponía
                        Otros nunca fueron exhibidos, por autocen-                     en escena el tránsito más o menos peligroso y
                        sura, algunos, o por el particular recorrido                   urgente que durante esos años llevarían a
                        que realizaron, otros. De modo que es la his-                  cabo miles de argentinos: llegada a un país
                        toria misma de las obras la que, en ocasiones,                 extraño, pérdida de las raíces y, más allá de
                        se ofrece para comprender las redes, circuitos                 que realizaran o no algunas exposiciones, en
                        y estrategias que desarrollaron artistas, críti-               general un nulo interés por la obra de un
                        cos, marchands y coleccionistas.                               extraño, con las consiguientes dificultades para
                             Cuerpo y materia, el título de la muestra,                una inserción en el campo artístico local.15
                        refiere al cuerpo humano en presencia y                        Sin embargo, pese a las dificultades y en un
                        ausencia de las obras, pero también a corpo-                   dialogo áspero con la obra, todos ellos pue-
                        reidad de la materia. Materia-cuerpo, en tanto                 den dar cuenta de esos años a través de la
                        recurso puesto en juego por el oficio, capa a                  producción, la cual nunca se detuvo sino que,
                        capa, pincelada a pincelada endureciéndose                     por el contrario, aparece como una tabla de
                        sobre el soporte, y también los preciosismos                   salvación. Ernesto Deira cuenta que, viviendo
                        de la acuarela y el lápiz o la inclusión más o                 en el departamento de un amigo, en París,
                        menos brutal de la experimentación con                         corrió muebles y se puso a pintar; luego,
                        materiales no tradicionales. Materia, en tanto                 durante una visita, el director del Museo de
                        refugio exploratorio y expresivo en el cual                    Chartres le hizo un comentario sobre las
                        numerosos artistas hallaron el lugar desde                     condiciones en que trabajaba, y el artista res-
                        donde decir la dureza de la época o para                       pondió:“Pero yo necesitaba pintar”.16
                        abrazar luego los cambios que anunciaban la                        En los desplazamientos producidos
                        recuperación democrática y el regreso de la                    durante el período, el cuerpo humano es
                        palabra. Cuerpo y materia no es uno u otro,                    potenciado como protagonista y centro de la
                        sino ambos. Aparecen como un nudo de inte-                     obra, y es uno de los ejes unificadores de las
                        rrogantes, un nudo por el cual se puede tran-                  diversas producciones artísticas.Y, si bien en
                        sitar desde la imagen y desde el oficio, en un                 algunos de los artistas está presente antes de
                        va y viene permanente que atraviesa incluso                    1976, durante el período reafirma su presen-
                        las fronteras geográficas, en mudanzas genera-                 cia. El cuerpo es motor de narraciones y en
                        das por la expulsión y el miedo. Un nudo                       ocasiones actúa como una autobiografía;
                        que hace posible abordar parte de la expe-                     baste con ver la serie de obras de Juan Pablo
                        riencia artística en un momento histórico                      Renzi donde el cuerpo, más allá de su
                        determinado, un relato que permite vislum-                     ausencia sobre el soporte, está hablando de
                        brar algunos indicios culturales y enunciar                    desplazamientos y encierros, o el estallido
                        ciertos rasgos distintivos del período.                        expresivo de años posteriores. En el mismo


                        15
                             Un caso diferente parece ser el de León Ferrari, quien pudo haber generado un tipo de vínculo más estrecho con los
                             artistas, críticos e instituciones brasileras. Véase AA.VV, León Ferrari, Recoleta-Malba, Buenos Aires, 2005.
                        16
                             Entrevista de Raúl Vera Ocampo, La Opinión, Buenos Aires, 22/8/1976.


12
ESTUDIO CRITICO




                                                                                               las investigaciones sobre materiales o la
                                                                                               expresividad de los elementos se constituyen
                                                                                               como espacio físico real donde procesar la
                                                                                               vida. En el seguimiento de las obras, a través
                                                                                               del tratamiento, es posible percibir las a veces
                                                                                               sutiles mudanzas (individuales y subjetivas)
                                                                                               que las rodean.

                                                                                               1. Cuerpos en la historia, recursos
                                                                                               de la memoria
Dedicatoria de Julio Flores                                                                    En 1979, Julio Flores envía de regalo a un
a su hermano exiliado,                                                                         hermano exiliado el libro Un tal Lucas, de
en Un tal Lucas, de Julio
                                                                                               Julio Cortázar; en la dedicatoria escribe:
Cortázar
                                                                                               “Además de los exiliados geográficos hay
                                                                                               otros, los exiliados emocionales. Los que
                                                                                               tenemos sentimientos en el exilio (los que
                                                                                               tenemos dentro nuestro ocultos, guardados,
                                                                                               protegidos, los sentimientos profundos). Eso
                                                                                               es lo que creo que podemos llegar a tener en
                                                                                               común”. Esfuerzo por entender lo vivido,
                                                                                               esfuerzo por entender lo que sucede con los
                                                                                               afectos que partieron y los vínculos que pue-
                                                                                               den mantenerse; el golpe aherrojó y mató
                                                                                               mientras expulsaba al exilio. Distéfano, exi-
                                                                                               liado en Barcelona, realiza Persona. Homenaje
                                                                                               a Cataluña [p. 56], imagen que los críticos
                              sentido pueden ser pensados los retratos de                      han referido a las sintéticas figuras del romá-
                              Pablo Suárez, Marcia Schvartz, Julio Flores y                    nico catalán. En efecto, se trata de una pasión
                              Juan Carlos Romero o los dibujos de los                          laica que alude a los numerosos Cristos de la
                              polípticos de Ana Eckell,17 cuando sobre un                      Edad Media, algunos de ellos en museos de
                              cuaderno de diseño se entretejen los aconte-                     Barcelona, otros aún en las capillas de ori-
                              cimientos de la vida personal con los sucesos                    gen, en la región. Síntesis del dolor, suspen-
                              políticos o sociales.                                            dido en una cruz virtual, evoca el padeci-
                                   El “necesitaba pintar” de Ernesto Deira o                   miento de cristos contemporáneos, pone en
                              la conocida afirmación de Juan Pablo Renzi                       el centro el sufrimiento y martirio del otro,
                              “quise volver a pintar para no morirme o en                      una persona. Para algunos de los artistas exi-
                              todo caso para no volverme loco”18 anudan                        liados, la pérdida del lenguaje común del país
                              cuerpo y obra en gesto e impulso. El sopor-                      de origen, la pérdida de las raíces, parece
                              te, las reflexiones sobre el oficio, la técnica,                 haberlos conducido a la búsqueda de nuevos

                              17
                                   Sobre la artista véase nuestro Ana Eckell. La voz del agua, catálogo, Centro Cultural Recoleta, 2002, y Usubiaga,
                                   Viviana, op. cit.
                              18
                                   Renzi, Juan Pablo, op. cit.


                                                                                                                                                        13
CUERPO Y MATERIA




                        vínculos que les permitieran sostener y ligar                   al espectador. En Europa, esos cuerpos que
                        su extranjería al nuevo espacio. En el mismo                    refieren a la historia del arte universal ofrecí-
                        sentido se pueden pensar el Cristo de                           an un fondo común con otros hombres y
                        Crucifixión [pág. 50] de Ernesto Deira y su                     permitían respirar.
                        referencia a Grünewald. En las dos obras                            Juan Pablo Renzi y Pablo Suárez –liga-
                        citadas la recuperación de temas y formas                       dos a las experiencias vanguardistas del
                        del pasado se dirige a un fondo inmemorial,                     Instituto Di Tella y del Grupo de Artistas
                        común, más allá de las fronteras.                               de Vanguardia de Rosario en los años 60–
                            Para la misma época la obra de Carlos                       intervienen luego en acciones cargadas de
                        Alonso aborda temáticas que lo conducen                         lo político, renegando cada vez más de la
                        también a un patrimonio común de imáge-                         Institución Arte. Permanecen en país,22 y en
                        nes. En efecto, la liberación de                                las proximidades del golpe retornan al oficio
                        Latinoamérica, la revisión de la historia                       en la tradición del soporte pictórico. A la vez
                        nacional, la denuncia política y social ocupan                  que algunas obras hablan de los desgarros de
                        un espacio considerable en los trabajos del                     partidas –Desde aquí te escribo (Suárez) [p. 155]
                        artista inmediatamente anteriores al golpe.                     o Nostalgias del Paraná (Renzi) [p. 132]–,
                        Amenazado,19 parte al exilio, donde recibirá                    ambos artistas realizarán una serie de obras-
                        la noticia del secuestro y desaparición de su                   homenaje a Lacámera, Molina Campos y
                        hija Paloma. La denuncia explícita sobre el                     Schiavoni. Pintores “no espectaculares ni
                        soporte pictórico parece disolverse. “Sin                       efectistas”, según Renzi, hablan calladamente
                        patria, sin elemento, sin sus fuentes […]                       de pintura, de una historia de la pintura
                        quedé tan desconectado de la realidad que                       argentina: en estos dos artistas la memoria se
                        empecé a pintar en ese momento cosas de                         asienta en lo nacional. Ambos recuperan tam-
                        los museos, a revisar la historia a través de los               bién los géneros tradicionales de la pintura,
                        pintores porque me quedé sin raíz”, declara                     como la naturaleza muerta o el paisaje.
                        el artista.20 Como si cuando el dolor está tan                  En el caso de Renzi, Interior con mantelacámera
                        cercano fuera imposible representarlo.                          [p. 134], una mesa con un mantel con ilustra-
                        Retoma entonces el tema de las mesas de                         ciones de frutas, desde un supuesto realismo
                        trabajo que ya había tratado en los primeros                    produce un giro conceptual; la representación
                        70, cuando se anunciaba la muerte de la pin-                    de las frutas de la naturaleza muerta está en el
                        tura,21 y realiza diversas mesas de artistas,                   mantel y es ya representación de la represen-
                        como La palmera [p. 37]. Un retrato-home-                       tación. Suárez, también en la tradición de la
                        naje a Renoir y a la pintura en el que parece                   pintura, recupera el desnudo y lo recoloca en
                        buscar sostén en el oficio, lo único que sabe                   contemplación de un paisaje que es un cua-
                        sólido. Sobre el soporte, la mirada del otro,                   dro adentro del cuadro [p. 154].
                        un artista casi despojado de colores (o, mejor                      Si la cita a la historia del arte aspiraba a
                        dicho, con sólo algunas manchas de color en                     confirmar, a tender puentes con otros hom-
                        el delantal) aparece interrogante, enfrentando                  bres, a dotarse de una identidad reconstruida

                        19
                             En el mes de abril realiza en Art Gallery la muestra El ganado y lo perdido, que sufre una amenaza de bomba.
                        20
                             Farina, Fernando, “Carlos Alonso”, Espacio del Arte, Rosario, año 1, nº 2.
                        21
                             Véase Wechsler, Diana y otros en Carlos Alonso (auto)biografía en imágenes, RO, Buenos Aires, 2003.
                        22
                             Renzi se traslada de Rosario a Buenos Aires.


14
ESTUDIO CRITICO




sobre la base de un fondo cultural común,           de retratos –casi escenas de género– que
otros artistas recurrirán a los cuerpos de la       irrumpen irritando. Rama femenina y La salada
memoria personal, a sus propios orígenes, en        [p. 140], de 1976 y 1977, son cuerpos plebe-
una suerte de permanencia contemplativa y           yos, descuidados, sin ninguna misericordia,
redibujable de uno mismo. Así, Ernesto Pesce        llevados casi a extremos de lo caricatural;
realizará la serie de retratos de su familia ita-   están puestos para desafiar a los bien pensantes.
liana. La presencia definida y poderosa de un       Aparecen más bien como secuelas del perío-
pasado que puede dar entidad al presente.           do anterior, en el que la provocación se carga
De la misma manera, en su caso, los interio-        de política. Obligada al exilio, produce un
res reenvían al territorio del arte y al ámbito     giro leve en su producción y vuelve a sus
del oficio y los afectos cercanos. El sesgo de      personajes de lo social a lo íntimo y perso-
Jorge Pietra, entre viajes y regresos al país,      nal. En De mañana [p. 143], el cuerpo se ha
aborda memoria y alusión, decir y no decir:         tornado solitario y vulnerable, la ciudad
Colonia Nápoles [pp. 120 y 121], un sitio real      ajena se mira desde una ventana, la artista
de Ciudad de México, pero cuyo nombre               comienza a retratar los cuerpos-víctimas de
evoca los centros clandestinos de tortura.          su generación, el cuerpo propio, que conti-
Mientras, en París, la distancia lo conduce a       nuará trabajando a su regreso al país, cuando
su memoria personal, donde recupera                 la ferocidad del período 76-79 haya amino-
Recuerdos de Colegiales [pp. 122 y 123], el         rado. Luego, con la proximidad de las elec-
barrio de su infancia atravesado inequívoca-        ciones de 1983, podrá percibir el surgimien-
mente por sombras contemporáneas.                   to de síntomas de peligro en la aparición de
                                                    algunos candidatos (Dios nos proteja [p. 142],
2. Cuerpo propio y ajeno.                           1982-1983). De su misma generación, Duilio
Cuerpo fragmentado y amenazado                      Pierri realiza en las cercanías del golpe una
En la enseñanza de las academias y las escue-       serie de interiores, paredes transparentes;
las de arte el estudio del cuerpo humano            fundidos el adentro y el afuera, todo es con-
ocupó siempre un lugar central: copia sobre         fuso, amenazante, y el cuerpo aparece
calcos de la antigüedad, sobre modelo; se tra-      expuesto y librado a su suerte en ese espacio
taba de conocer anatómicamente la figura, el        incierto. El mundo privado, a la vez que es
modelado, los efectos de luces y sombras.           casi obligatorio volver a él, se resquebraja.
Abolidas las normativas académicas, para            Luego, en un tríptico fundado en los comics,
algunos artistas el tratamiento de la figura        Mientras yo agonizo [p. 115], planta la icono-
humana es una forma de conocimiento, pero           grafía de los personajes que desarrollará en
de lo que transita socialmente; el cuerpo es,       Nueva York, donde se instalará hasta media-
como transporte de reflexión, territorio de         dos de los años 80. Un combate permanente
diferencias. Una caja de resonancia puesta en       entre mutantes zoomorfos, siempre con telón
diálogo con los otros. Ésa parece ser la acti-      de fondo de una ciudad que nunca es esta-
tud de Marcia Schvartz. Con poco más de             ble. Para otros, como Oscar Smoje o Juan
veinte años, con alguna presentación en el          Carlos Romero, el camuflaje o la sombra
Premio De Ridders –sobre el que volvere-            hablan de cuerpos ocultos para sobrevivir,
mos luego–, cercana a sectores de la                de cuerpos que corren, amenazados. El tema
Juventud Peronista, la artista pinta una serie      del ocultamiento real o de la imagen bajo la

                                                                                                        15
CUERPO Y MATERIA




                            imagen es también recurrente. Las obras de                      Carletti –serie de Los derrumbes [p. 49]– se
                            Alicia Carletti, detrás de una aparente amabi-                  esconden de los escombros: es la época de la
                            lidad, ponen en evidencia una amenaza                           construcción de la autopista que cortó tam-
                            latente, rayana en la perversidad cuando se                     bién con un tajo el cuerpo de la ciudad.
                            haga explícita en un Viejo de la bolsa. Es la                       La arquitectura misma se establece como
                            misma amenaza o inquietud que transmiten                        un límite inquietante, y los límites de lo pri-
                            los primeros trabajos de Ana Eckell, quien en                   vado, que marcaban antes las paredes, pueden
                            A sus plantas [p. 62], como uno de los versos                   romperse.Ya no son más protección; por el
                            de los símbolos nacionales, ubica una figura                    contrario, en Le couloir [p. 52], de Ernesto
                            leonina en el espacio cotidiano, semioculta,                    Deira, pueden transformarse en un universo
                            amenazando lo cercano. De la misma mane-                        concentracionario, donde el cuerpo queda
                            ra, los personajes de Jorge Álvaro siempre                      atrapado, intentando inútiles escapes, mien-
                            muestran una exterioridad que no es la suya,                    tras que las manos y sombras de Oscar
                            máscaras, disfraces o escenas de aparente nor-                  Somje deambulan por cielorrasos o habita-
                            malidad, pero eternamente sospechosas y                         ciones vacías.
                            amenazantes.                                                        En un mundo de reclusión los objetos
                                 A veces esa amenaza proviene también                       cobran relevancia y reafirman la presencia del
                            de las transformaciones urbanas contemporá-                     cuerpo; si los interiores de Pesce dejan ver las
                            neas, y los cuerpos juveniles de las niñas de                   piernas del que dibuja y mira, en la obra de
                                                                                            Renzi el cuerpo se define por el objeto: mira
                                                                                            el cielorraso, gira para hacer la siesta. El afue-
     Desocupado
     grabado, 50 x 35 cm                                                                    ra se ha perdido y lo obliga a ese encierro, a
     Carlos Filomía, 1973                                                                   un diálogo casi consigo mismo.
                                                                                                De 1978 datan los nocturnos de Fermín
                                                                                            Eguía; en ellos el peligro está afuera. La calle,
                                                                                            en formato apaisado, es espacio extendido
                                                                                            que se cierra en la perspectiva de bocas y
                                                                                            monstruos y, más amenazantes todavía que las
                                                                                            bocas idiotas, los puntos de luz de automóvi-
                                                                                            les en sombras. Es la hora en que asuela el
                                                                                            terror, cuando en la vida real se intensificaban
                                                                                            los procedimientos. En la noche la individua-
                                                                                            lidad se pierde, el sujeto es anulado frente a
                                                                                            lo informe, impera el miedo. Para la misma
                                                                                            época23 el artista realiza también Apeyron
                                                                                            [p. 78] y Temor [p. 70]. En el mismo sentido,
                                                                                            los paisajes [pp. 58 a 60] de Diana Dowek se
                                                                                            han vuelto peligrosos por lo que sucede
                                                                                            afuera: en ellos se aborda decididamente el
                                                                                            tema del accionar de las fuerzas parapolicia-

                            23
                                 Véase Malosetti Costa, Laura, Fermín Eguía, ArteMúltiple, Buenos Aires, 2005.


16
ESTUDIO CRITICO




Siluetazo, 1983




                  les. La serie de los retrovisores –una obra de                cortes anatómicos que silencian. Cuerpo ata-
                  ésta fue enviada al salón Belgrano del 75, que                cado y cercenado, obligado a mostrar su
                  no se realizó– permite ver el abandono de                     interioridad y a ser desechado, merced a la
                  cuerpos en los caminos; su actitud fue la                     violencia de otros. El cuerpo ha sido despo-
                  de evocar a través de su pintura lo que estaba                seído de su condición de sagrado. En la pri-
                  sucediendo:“Quisiera que mis contemporá-                      mera mitad de los 70, Filomía había utilizado
                  neos encontraran en mi obra un momento                        imágenes de disección25 para intervenir en lo
                  de sus vidas colectivas”, señala la artista.24                social; ahora ese tipo de tortura se ejerce
                       Un párrafo aparte merece el fragmento                    sobre uno mismo. En los años 83-84, en esa
                  corporal y, en especial, la cara, que aparece                 bisagra del adentro al afuera, Eduardo
                  también como otro de los temas recurrentes                    Médici realiza la serie Algo pasa en tu cara
                  en todo el período. Un límite entre lo inter-                 [pp. 100 y 101], en la que parece interpelar al
                  no y lo externo, la exterioridad que nos pre-                 otro, deforme, transformado, un desconocido
                  senta ante los otros, la devolución del espejo.               cuyo rostro se escapa.
                  Cualquier herida en el rostro atenta contra la                     La revisión de la historia de un país
                  identidad, la imagen en que nos reconocen                     construida sobre el cuerpo de los otros es
                  los otros. En 1978 Carlos Alonso realiza el                   también sujeto pictórico. La carne en tanto
                  Silencio P. Aunque el título refiera al cineasta              tal se vuelve cúmulo de materia. Nuevas
                  Pier Paolo Pasolini (asesinado en 1973), el                   naturalezas muertas en las que la carne se
                  tríptico opera a modo de autorretrato al que                  enfrenta al espectador. Durante los años de la
                  diseccionan salvajemente boca y ojos. Son                     dictadura, Carlos Gorriarena permaneció en

                  24
                       Catálogo Diana Dowek, La Galería, 1978.
                  25
                       Se trataba de un desocupado que vendía sus órganos para mantener a su familia.


                                                                                                                                  17
CUERPO Y MATERIA




     Grupo GAS-TAR, Cuarta
     marcha de la resistencia,
     1984




                                 el país y su actitud fue exhibir desde la pin-     terreno reservado para las obras de la genera-
                                 tura lo que estaba sucediendo. Se propuso          ción de los mayores: Distéfano, a partir de su
                                 exponer una vez por año para dar cuenta de         insistencia en la condición humana; Noé,
                                 los hechos, y es así como durante ese perío-       desde un regreso a la pintura que señala
                                 do su obra acusa centralmente la cuestión          posible a partir de la naturaleza, piensa el
                                 política. En Frigorífico latinoamericano [p. 91]   territorio latinoamericano, la Conquista y las
                                 hace caminar a los poderosos en medio de           batallas pasadas y presentes e incorpora, en
                                 masas sanguinolentas que refieren indudable-       La naturaleza de América, imágenes como la
                                 mente a lo que se está padeciendo en las           de Tupac Amaru al interior de la obra;
                                 cárceles y centros clandestinos de detención.      Gorriarena titula y señala para el espectador
                                 De la misma manera, Alonso bloquea la              1979 [p. 90] e Historia [p. 93], dando cuenta
                                 mirada con un plano de carne –Carne de             también del pasado y del presente, con
                                 primera N0 2 [p. 35]– rodeada por ganchos y        monumentos construidos sobre despojos o
                                 cadenas. Otros, como Roberto Páez, fuerzan         desde los palcos y símbolos del poder. Junto
                                 la literalidad del género para llamar Naturaleza   a ellos hay otro núcleo de artistas que rodea
                                 muerta [p. 107] a un cuerpo destrozado, un         la historia desde otro ángulo. Para éstos los
                                 cuerpo carne, el mismo que puede ser colga-        años del Proceso significaron una bisagra que
                                 do como una res o que se destroza desde la         condujo su producción en una tendencia
                                 materialidad de los recursos clamando de           del taller a la calle y en la que la historia opera
                                 desesperación como en El grito [p. 108].           desde el presente inmediato y presionando
                                                                                    los límites de la obra. Durante el período
                                 3. La historia en el cuerpo de la obra             en cuestión trabajaron con la temática del
                                 La puesta en cuestión de la historia, una          propio cuerpo y el de los otros. No sólo
                                 reflexión sobre lo sucedido, aparece como un       en cuanto a la representación, sino también


18
ESTUDIO CRITICO




                            desde la apropiación de imágenes producidas                       negro, ese ojo será un nuevo afiche pegatina-
                            para otros destinos. Juan Carlos Romero                           do en las calles, que sin identificación ni
                            toma de los diarios –es decir, de eso que está                    firma aparecía, vigilante, en la vía pública, no
                            sucediendo en tiempo presente– las imáge-                         ya esperando que el espectador fuera a la
                            nes de cuerpos carbonizados en un accidente                       galería sino interceptando el paso de los
                            en un camping español,26 y, en El placer y la                     otros, en busca de un nuevo público, que
                            nada [p. 136], contorneando la posible censu-                     activaba en sí el efecto de ese ojo. Ese
Carlos Filomía, interven-   ra, las resignifica, con inocultable sentido, en                  mismo procedimiento lo repetirá en 1985,
ción sobre la fotografía
de Paul Newman
                            la Argentina.                                                     con otro afiche, en algo que aparece como
                                 Julio Flores, en los mismos años que                         una boca29 en un rostro: en democracia, el
                            regala a su hermano el libro antes menciona-                      informe de la CONADEP, el juicio a las
                            do, como rebuscando en su interior, forzando                      Juntas, habían hecho público lo actuado por
                            la memoria, destrozará y recompondrá en                           las fuerzas represivas y los ciudadanos podían
                            planos y volúmenes su propia imagen o                             referir rápidamente esa imagen al silencio y
                            expurgará la imagen del padre, muerto en                          el no decir.
                            ese tiempo (otra vez la memoria y el luto).                            Por su parte, Fernando Bedoya expone
                            La experimentación con formas y materiales                        en los años 80, en la SAAP, una serie de
                            no tradicionales se realiza en torno del senti-                   estampas en las que utiliza la imagen de la
                            do del luto y las marcas que permanecen en                        gillette. Aguda, cortante, se transforma en sím-
                            el cuerpo. Luego, en 1980, dibujará un cuer-                      bolo patrio, chaqueta militar (Es-tan-pillo,
                            po femenino con el humo de una vela, vol-                         p. 44), eje filoso que evoca la herida y provo-
                            viéndolo inasible: en 1983, en el final de la                     ca prevención. Ligado a los grupos de dere-
                            dictadura, será uno de los autores del                            chos humanos y particularmente a las
                            Siluetazo,27 la acción que, en una Marcha de                      Madres de Plaza de Mayo, como miembro
                            la Resistencia de las Madres de Plaza de                          del Colectivo de Arte Participativo Tarifa
                            Mayo, buscó corporizar en siluetas sobre                          Común (C.A.PA.TA.CO)30 y del grupo
                            papel el vacío dejado por la ausencia del                         GAS-TAR intervendrá en las llamadas
                            cuerpo de los desaparecidos.                                      Acciones estéticas de praxis política.31 Así, en
                                 Para esos mismos años, Carlos Filomía,                       ocasión del indulto, la imagen de la gillette
                            que antes dibujaba cuerpos diseccionados,                         fue reutilizada para empapelar las calles en la
                            utilizará también la imagen banal de un afi-                      denuncia de los represores.
                            che publicitario28 y, en lenta elaboración,                            El uso de la imagen prefabricada, amplia-
                            probando diferentes alternativas, la recortará                    mente utilizada en los 60, y el rechazo de las
                            hasta conservar sólo un ojo. En blanco y                          prácticas tradicionales del arte parecían reco-

                            26
                                 El 11 de julio de 1978, en el camping Los Alfaques, en la provincia de Tarragona, explota un camión cargado de propi-
                                 leno. Los efectos se hicieron sentir sobre un radio de 300 metros. Sus consecuencias fueron equiparadas a las de la
                                 bomba de napalm. Hubo más de 200 muertos y 500 heridos. Las imágenes de las pilas de cadáveres ocuparon
                                 durante días las primeras páginas de los diarios.
                            27
                                 Véase Amigo Cerisola, Roberto, “Estética y política: las siluetas”, en I Jornadas de Teoría e Historia de las Artes, sep-
                                 tiembre de 1990.
                            28
                                 Una fotografía de Paul Newman, en el afiche de la película Quinteto.
                            29
                                 Esta vez, una boca cualquiera.
                            30
                                 Integrado, además, por Joan Prim, Diego Fontanet, Fernando Amengual, Daniel Sanjurjo y Mercedes Idoyaga, entre
                                 otros.
                            31
                                 Amigo Cerisola, Roberto, “Imágenes contra la impunidad”, en Razón y Revolución, nº 3, 1997.


                                                                                                                                                             19
CUERPO Y MATERIA




                                  brar fuerza nuevamente y surgían como                por vibración del color, fundamentalmente a
                                  síntoma de la recuperación de lo público.            través de líneas vibratorias”. En ese párrafo
                                  El acontecimiento pugnaba por entrar en la           Noé apunta a uno de los aspectos eje del
                                  obra, de la misma manera que se había                período en cuestión, a saber: la importante
                                  hecho obra en el Nosotros no sabíamos [p. 72],       experimentación con los elementos propios
                                  que Ferrari realizó con los recortes de dia-         de la pintura (u otras artes) y la reflexión
                                  rios que filtraban noticias sobre la ejecución       desde el oficio.
                                  de supuestos opositores al régimen. El frag-             Para una época en la que la palabra está
                                  mento de lo real se cuela en el ojo del que          tan silenciada, hay elementos, como el diseño
                                  denuncia y recuerda.                                 de catálogos, que aparecen como textos que
                                                                                       importa desentrañar. Así, para la muestra de
                                  4. Materia y gestos hechos cuerpo                    Felipe Pino del año 1978, en ArteMúltiple,
                                  Cuando Noé realiza su muestra en al galería          se realiza un catálogo muy particular: además
                                  Carmen Waugh, en 1975 –la primera desde              de pequeños textos de críticas anteriores,
                                  que retoma la pintura, y en la que presenta          como es habitual, y un texto reciente del
                                  dos series: La Naturaleza y los mitos y La con-      artista Kenneth Kemble, incluye, en ambos
                                  quista y violación de la Naturaleza–, en las obras   lados, un total de 23 pequeñas imágenes en
                                  hay un peso considerable de la figuración.           blanco y negro; no se trata de reproduccio-
                                  Sin embargo, en el catálogo32 el artista señala      nes de obras sino de una suerte de rompeca-
                                  que ha vuelto a la pintura a través de la            bezas armado con imágenes macro de las
                                  naturaleza pero que el abordaje del tema se          marcas del trabajo del artista sobre el sopor-
                                  efectúa “rompiendo el plano, desde adentro,          te. Pinceladas, rayas, giros, zigzagueos, surcos
     Catálogo Felipe Pino,
     Galería ArteMúltiple, 1978
                                                                                       de materia aparecen en el objeto catálogo
                                                                                       como lo más importante. La figuración,
                                                                                       siempre presente en las obras de Pino, se
                                                                                       vuelve materia inestable que disuelve el
                                                                                       motivo hasta volverlo tambaleante y confuso
                                                                                       en gestos que anulan lo real. El ojo pierde el
                                                                                       conjunto para hechizarse en el gesto pictóri-
                                                                                       co y el rastro dejado en la materia.
                                                                                           En el mismo sentido, en el catálogo para
                                                                                       la muestra de Norberto Gómez en Arte
                                                                                       Nuevo, en 1978, donde éste exhibe los obje-
                                                                                       tos conocidos como “chinchulines”, Víctor
                                                                                       Grippo señala:“Nada se oculta detrás de estos
                                                                                       objetos que no pretenden inscribirse como
                                                                                       naturalismo, ni realismo, ni hiperrealismo […]
                                                                                       Sin intento de imitación, sin voluntad de ser
                                                                                       repulsivos para mostrarnos esa materia endu-
                                                                                       recida, fragmentos no ajenos a la naturaleza

                                  32
                                       Noé, Luis F., op. cit.


20
ESTUDIO CRITICO




Sin título, de la serie   recida, fragmentos no ajenos a la naturaleza
Hombres (fragmento),
                          animal, a la naturaleza humana”.Visto desde
40 x 30 cm,
León Ferrari, 1982        hoy, es sorprendente cómo, de las obras más
                          fuertemente alusivas a la represión, Grippo,
                          un artista, retuvo la materialidad. En Gómez
                          esa materialidad de órganos, venas, costillas,
                          restos de sangre en un ataúd es literalmente
                          materia del trabajo de la mano y lo repre-
                          sentado es elevado a la condición de monu-
                          mento, memoria, que es imposible ignorar.
                               Los ejemplos abundan: Smoje, quien desde
                          el fragmento y la sombras se vuelve cada vez
                          más matérico y experimentador de sus poten-
                          cialidades hasta perder la figuración cuando se
                          va de la Argentina, para recuperarla a su
                          regreso, pero que, en 1981, escribe en Clarín
                          que “la obra, mis imágenes, tienen que hablar
                          de lo que yo no puedo” y que “[la obra] me
                          sirve para documentar este momento, para
                          resolver plásticamente el tan debatido tema
                          del artista en la sociedad: mi compromiso”.33                     sobre la técnica y el material incorpora el ele-
                          En Heredia34 el cuerpo derruido, deforme,                         mento del rastro dejado por el artista y avan-
                          engendro, es trabajado por la muerte de la                        za, sobre lo que es su propia experiencia,
                          materia. Contrariamente a Gómez, que logra-                       hacia otro de los rasgos del período: la gestua-
                          rá su efecto por el trabajo soberbio de la                        lidad de la pintura, la marca personal del artis-
                          materia, Heredia opera desde la negación, con                     ta y la energía puesta sobre el soporte. Son los
                          el material pobre, la materia corrupta.                           años en que Jorge Álvaro pone en cuestión las
                               Renzi relata que “cuando volví a pintar,                     técnicas: el proceso del grabado le resulta
                          empecé a hacerlo con pintura acrílica, por-                       “indirecto” y necesita el gesto del dibujo y
                          que era técnicamente ‘moderna’. Aunque                            del lápiz en especial,“que tiene la soltura del
                          enseguida pasé al óleo, el acrílico conservaba                    deslizamiento”. Ana Eckell también pasa del
                          para mí uno de los rasgos fundamentales del                       empleo de uno a otro material; la tinta china,
                          fin del modernismo: la fuerte inflexión tec-                      dice,36 “no me dejaba mover”, entonces el uso
                          nológica. Por esos años, pensaba que mi pin-                      de las hojas de diseño en las que realiza los
                          tura tenía que ser distanciada y que no debía                     polípticos El otro yo le permite ir “saltando
                          registrar el paso de la mano: las huellas de la                   como de piedra en piedra”, ganando libertad:
                          artesanía debían borrarse”.35 El pensamiento                      “Todo lo que hago está a punto de estallar”.

                          33
                               7/2/1981.
                          34
                               Sobre el artista véase catálogo Alberto Heredia, MAMBA, 1998.
                          35
                               Del reportaje a Renzi realizado por Beatriz Sarlo el 24 julio de 1984. Publicado en el catálogo de la muestra retrospecti-
                               va de JPR en el Museo Castagnino de Rosario, 1984.
                          36
                               Cuando no ha sido indicada la fuente, el testimonio de los artistas se origina en los encuentros personales mantenidos
                               en estos años.


                                                                                                                                                            21
CUERPO Y MATERIA




                                       Martín-Crosa,37 construyendo una genea-                     soporte. Pero, además, el cuerpo impone su
                                  logía a partir de Noé, señalaba ya en ese                        presencia también en los alrededores de la obra.
                                  momento que “una gran parte de la dicción                        Así, cuando se intensifica el gesto que Renzi
                                  contemporánea […] ha llevado sus umbrales                        llamara romántico, cuando se despliega, expre-
                                  hasta límites extremos. Por la intención de                      sivo, en el abordaje de los grandes formatos
                                  fundarlo todo de nuevo desde un caos origi-                      de Noé, Renzi, Eckell, Médici, Pirozzi o
                                  nal […] por el abandono del creador a la                         Pierri, la carga energética del cuerpo en
                                  espontaneidad del gesto”. Así, el gesto, con-                    acción del artista desborda la tela y ambos,
                                  tenido por la modernidad, como apuntaba                          tela y gesto, se extienden más allá del soporte.
     Cuadernos de Arte Nuevo,     Renzi, recupera prestigio. La subjetividad                       Y aquí cabría interrogarse en qué medida
     Nº 3-4, 1977
                                  frente al peso de lo externo se impone como                      obras como éstas están involucrando al cuer-
                                  espacio incontrolable de libertad. El artículo                   po del espectador. Se expanden sobre los
                                  de Martín-Crosa –“La araña y la memoria”–                        muros y ejercen el peso del tamaño, real y de
                                  versaba sobre la obra de Stupía y pronuncia-                     imagen, sobre el que las contempla. Como si
                                  ba en el título el acto de recordar que desde                    se tratara de arquitectura y no de pintura. De
                                  la plástica “tentáculos buscadores” y “extrañas                  la misma manera, cerrado sobre sí, replegado
                                  nervaduras” conducen por entre “lo que se                        e imperceptible, el cuerpo parece pensarse a sí
                                  ve” y lo que “realmente existe”, como seña-                      mismo en las obras de Fermín Eguía o en las
                                  laba el crítico, hablando al espectador desde                    apretadas tramas de Eduardo Stupía. En el
                                  lo propio del oficio. Se opera sobre el sopor-                   otro extremo, utilizando los materiales indus-
                                  te como en un espacio de caligrafías y la                        triales (de los que se alejaba Renzi), pero car-
                                  obra de Eduardo Stupía abandona lentamen-                        gados de intensa subjetividad, León Ferrari
     Catálogo Ana Eckell,
                                  te la figuración para concentrarse cada vez                      hace sentir en un mínimo espacio la fragilidad
     galería Alberto Elía, 1983   más en el diálogo entre los elementos básicos                    desorientada de los hombres, casi inconsisten-
                                  del dibujo y el soporte.                                         tes en la superficie blanca del papel [pp. 74
                                       El gesto, en numerosos artistas, aparece                    a 77]. En cierto punto, se trata de su propia
                                  poblado de melancolía, inquieto, como si bata-                   impotencia y desasosiego frente a la desapari-
                                  llara entre decir o hacer, o mejor dicho, con el                 ción de su hijo Ariel. En la distancia del exi-
                                  decir a través del hacer. Mientras realiza sus                   lio, es el oficio, ejercitándose en la materia
                                  riadas nerviosas de color o sus apretadas pin-                   cerrada de las esculturas y en las tramas de
                                  celadas de materia, que derivarán del espacio                    las series, el que le impide “volverse loco”.
                                  partido a la apropiación extrema del soporte,
                                  Jorge Pirozzi escribe:“Es tan impresionante                      ALREDEDOR DE LAS OBRAS.
                                  ver las cosas como son que necesitamos ocul-                     LA CONSTRUCCIÓN DE UNA TRAMA
                                  tarlas bajo alguna forma de lectura”,38 o de                     PROTECTORA
                                  trazo material, agregaríamos nosotros.                           Entre 1975 y 1983 Luis Felipe Noé, a pesar
                                       Parecería que no hay lugar para una obra                    del exilio, puede mantener una presencia en
                                  distanciada. El cuerpo (o sus fragmentos) y la                   el medio y expone primero en la galería
                                  materia son un paisaje extendido sobre el                        Carmen Waugh y luego en ArteMúltiple,39


                                  .37
                                        Confirmado, 20 de abril de 1978.
                                  38
                                        Fragmento de unas líneas escritas por Jorge Pirozzi sobre un trozo de cartón.


22
ESTUDIO CRITICO




Sin título, óleo sobre tela,   Arte Nuevo40 y Alberto Elía;41 Diana Dowek,
110 x 80 cm,
                               en Arte Nuevo y ArteMúltiple; Carlos
Felipe Pino, 1979
(con perforaciones             Gorriarena, en Arte Nuevo y Alberto Elía;
producidas por esquirlas       Pino, en ArteMúltiple y Alberto Elía; Marcia
de la bomba en
El Porteño, en 1983)
                               Schvartz, en ArteMúltiple y Alberto Elía y
                               participa del premio De Ridder; Pablo
                               Suárez interviene en los premios De Ridder
                               y Braque y expone en Alberto Elía…
                                   Podríamos continuar hasta el infinito,
                               enumerando coincidencias y recorridos; lo
                               cierto es que los artistas aquí reunidos con-
                               forman un núcleo sellado no sólo en cuanto
                               a lo que atañe al oficio, sino por los lugares
                               transitados. Siguiendo su trayectoria indivi-
                               dual se hace visible un circuito que permitió
                               la circulación más o menos fluida de las
                               obras. El primer espacio emblemático es la
                               galería de la chilena Carmen Waugh; allí                         1 y 2 y el doble 3-4. El director de
                               Noé realiza la muestras del 75 y 76, antes de                    Cuadernos era el propio Álvaro Castagnino
                               su exilio, y allí también inauguran en salas                     –director de la galería– y la secretaria de
                               separadas, mientras los tanques ocupan las                       redacción, la profesora Nelly Perazzo. Allí fue
                               calles, el fatídico 24 de marzo de 1976,                         dado a conocer uno de los pocos gestos de
                               Oscar Smoje (Sombras, 1975, p. 144) y Jorge                      resistencia a la dictadura que un amplio sec-
                               Pietra (Espacios añicos, 1975, pp. 118 y 119).                   tor del campo artístico, con posiciones ideo-
                               En paralelo, pero más acentuadamente luego                       lógicas absolutamente irreconciliables, tomó
                               del cierre de Carmen Waugh, ArteMúltiple y                       en conjunto. Se trataba de una carta –envia-
                               Arte Nuevo mantienen una activa continui-                        da en el mes de septiembre de 1977 a Raúl
                               dad. Ambas salas se constituyen como espa-                       Casal, secretario de Cultura de la dictadura–
                               cios de resistencia. Arte Nuevo editará los                      firmada por un amplio grupo de artistas, crí-
                               Cuadernos de Arte Nuevo, una publicación                         ticos y galeristas;42 el objetivo del escrito era
                               semestral de la que aparecieron los números                      apoyar a Daniel Martínez para la dirección

                               39
                                    Fundada en octubre de 1975, en Viamonte 625. Allí expusieron, entre otros, Víctor Grippo, Felipe Pino, Marcia
                                    Schvartz, Juan Carlos Distéfano (junto con Fontana diseña, durante algún tiempo, las publicaciones de la galería),
                                    Eduardo Stupía, Juan José Cambre, Jorge Pirozzi, Fermín Eguía, Carlos Bissolino y Liliana Porter.
                               40
                                    En el 64, Castagnino, que venía de una primera experiencia como galerista en Artcenter, abre su propio espacio,
                                    El Altillo, en la Galería del Este. Muy rápidamente decide cambiarle el nombre por el de Arte Nuevo, porque “quería
                                    estar con mi generación. Quería exponer arte contemporáneo”, delimitando así un perfil definido para el espacio. En
                                    las salas de la galería expusieron Alejandro Puente, Oscar Bony, Messil y, como se señaló, Dowek, Gorriarena, Noé
                                    y Gómez, entre otros.
                               41
                                    Bajo un doble perfil de jóvenes y consagrados, el 3 de junio de 1980, en Azcuénaga 1739, se inaugura la Galería de
                                    Arte Alberto Elía. Expusieron, entre otros: Manuel Espinosa, Alejandro Puente, Josefina Robirosa, Kenneth Kemble,
                                    Gabriel Messil, Alicia Carletti, Juan José Cambre, Pablo Obelar, Libero Badíi, José María Aguiar, Jacques Bedel, María
                                    Juana Heras Velasco y Alberto Heredia.
                               42
                                    Son 146 firmas individuales, librerías, el Museo del Grabado y 19 galerías. Entre las primeras aparecen literatos como
                                    Olga Orozco, Mujica Lainez y J.L. Borges; artistas consagrados como Blaszko, Kosice, Iommi, Hlito, Girola, Espinosa,
                                    Renzi, Puente, Heras Velasco y Testa, y otros más jóvenes como Carletti, Dowek, Bianchedi, J. Álvaro y Kuitca. Otros
                                    firmantes fueron Nelly Arrieta de Blaquier, Hugo Monzón, Jorge Feinsilber, Fermín Fèvre y Raúl Santana.


                                                                                                                                                             23
CUERPO Y MATERIA




     Jorge Pirozzi, Miguel
     Briante, Jorge Pietra
     y Felipe Pino.
     Fotografía archivo Pirozzi




                                  del Museo Nacional de Bellas Artes, iniciati-    colgó todos los trabajos.Vecinos de la galería
                                  va que, por supuesto, no fue tomada en           vieron las obras y ésta comenzó a recibir
                                  cuenta. Luego la galería fue sede regular de     amenazas telefónicas. Suárez y Elía evaluaron
                                  las exposiciones de Carlos Gorriarena y          que las obras que molestaban eran dos des-
                                  Diana Dowek, entre otros, cuyas produccio-       nudos masculinos que ostentaban su sexo (de
                                  nes concentraban la denuncia explícita de lo     la serie próxima a Narciso), pero, de común
                                  sucedido. De ArteMúltiple, la galería de         acuerdo, decidieron no censurar esas pinturas
                                  Gabriel Levinas, salió una de las primeras       y levantaron toda la muestra: el día de la
                                  solicitadas por los desaparecidos. Luego,        inauguración la galería estaba vacía y repleta
                                  Levinas cierra la galería y funda la revista     de gente. Las obras no se vieron pero la gale-
                                  El Porteño, que se transformará en uno de los    ría se abrió y un vasto grupo no pudo igno-
                                  más importantes medios de oposición al           rar lo que estaba sucediendo.
                                  gobierno, lo que le valió la bomba de 1983           Rodeando a los artistas podemos señalar a
                                  –cuyas consecuencias registran también las       críticos como Hugo Monzón, Raúl Santana,
                                  obras, como la de Pino que estaba en el des-     Miguel Briante, Elba Pérez o Martín-Crosa,
                                  pacho de Levinas, expuesta aquí sin restau-      entre otros, que sostuvieron desde el texto
                                  rar–, luego de que la publicación se abocara     aspectos velados de las obras. Así, en 1976,
                                  al tema de los desaparecidos. Por su parte, en   Hugo Monzón escribía desde La Opinión
                                  la galería de Alberto Elía se produce un epi-    sobre Felipe Pino y señalaba que “son, en
                                  sodio que permite observar el delgado hilo       suma, visiones de interiores nada calmos,
                                  combinatorio de censura, miedo y autocen-        nada apacibles, abrumados por tensiones que
                                  sura que operaba más desde la sociedad que       a su modo reflejan la condición apremiante
                                  desde el campo artístico o de los represores:    y compulsiva de una época”. Esos críticos
                                  Pablo Suárez debía inaugurar un día martes       decían hacia y desde el campo de la cultura
                                  y, junto con el galerista, el viernes anterior   lo que estaba sucediendo más allá.


24
ESTUDIO CRITICO




                               Entre tanto, los premios, profundamente                    alternativos, lugares donde, en contra de la
                           cuestionados en el período anterior, el                        prohibición de reunirse, era posible juntarse
                           De Ridders –destinado a menores de 35                          casi libremente. Allí, frente al silencio, todo
                           años–, el Braque –una beca de perfecciona-                     se hablaba. “Terapéuticos”, dice Smoje que
                           miento en París otorgada por la embajada de                    eran los talleres; como parte de las redes
                           Francia– y el Benson & Hedges,43 en el lapso                   tendidas, él se había hecho cargo de muchos
                           en cuestión constituyeron verdaderas opcio-                    de los alumnos que había dejado Noé y
                           nes y alternativas de presentación en público                  llegó a tener como uno de ellos al hijo de
                           –se exponían en el Museo Nacional de                           Paco Urondo, que asistía a clase mientras la
                           Bellas Artes–, tanto para los jóvenes artistas                 familia era perseguida. La escultora Mariana
                           como para la generación intermedia.                            Schapiro, de una generación que emerge
                           Muchos de los presentes en esta muestra se                     con la democracia, en aquella época alumna
                           hicieron acreedores a uno u otro premio,                       de Ernesto Pesce, habla de una especie de
                           emergiendo, algunos de ellos, a la vida profe-                 colonia constituida alrededor del taller, donde
                           sional en ese primer impulso que fue el                        incluso circulaban militantes políticos que
                           De Ridders.                                                    creían poder desarrollar allí una tarea prose-
                               En el mismo sentido, los talleres, junto                   litista. En 1978, en un catálogo que ya men-
                           con las galerías, operaron como domicilios                     cionamos, para la muestra de Pino en


Taller Ernesto Pesce.
Entre otros Mariana
Schapiro, Jorge González
Perrín, Mariano Sapia,
Ariel Mlynarzewicz y
Ernesto Pesce




                           43
                                Sobre estos temas, véase Rossi, Cristina, “Como un hilo de agua en la arena”, en Penhos, Marta y Wechsler, Diana
                                (coordinadoras), Tras los pasos de la norma, Archivos del CAIA, Buenos Aires, 1999.


                                                                                                                                                   25
CUERPO Y MATERIA




     Taller de Cangallo, en los
     talleres de Cangallo 1227.
     Entre otros: Torroja,
     Heredia, Giesso, Smoje,
     Gorriarena, Renart y el
     gato Reutemann




26
Cuerpo y materia
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Cuerpo y materia

  • 1.
  • 2.
  • 3.
  • 4. Suipacha 658/664 Ciudad de Buenos Aires Tel. [54 11] 4328 3287 Martes a viernes de 12 a 20 hs. Sábados y domingos de 11 a 18 hs. Entrada libre y gratuita Un emprendimiento cultural de
  • 5. TERIA PO Y MA 5 CUER 6 Y 198 ENTRE 197 GENTINO ARTE AR
  • 6. FUNDACIÓN OSDE IMAGO ESPACIO DE ARTE AGRADECIMIENTOS CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN Dirección general La muestra ha sido posible gracias Comité de Actividades Culturales a la generosa colaboración de los Presidente Rodolfo González de la Fundación OSDE coleccionistas y artistas que han Secretario Omar Horacio Bagnoli facilitado sus obras. Prosecretario Horacio Dillon Coordinadoras ejecutivas Tesorero Carlos Fernández Marcela Gené Ministerio de Relaciones Exteriores, Protesorero Aldo Dalchiele María Lía Munilla Lacasa Comercio Internacional y Culto Vocales Asistentes Fundación Alberto Elía - Mario César Alfredo Amorosi Nora Arrechea Robirosa Liliana Beatriz Cattáneo Micaela Bianco Fundación Alon Luis Eduardo Fontana Juan Patricio Curci Daniel Eduardo Forte Nadina Maggi Álvaro Castagnino Julio Alejandro Olmedo Daniel Maman Fine Arts Tomás A. Sánchez de Bustamante Mantenimiento Galería Francisco Traba Jorge Oscar Saumell Belén La Valle Galería Praxis Ciro Alejandro Scotti Galería RO Galería Sylvia Vesco Galería Vasari COMITÉ DE ACTIVIDADES EXPOSICIÓN Y CATÁLOGO CULTURALES Archivos documentales Curadora Fundación Espigas Presidente Rodolfo González María Teresa Constantin Biblioteca del Congreso de la Nación Secretaria Liliana Beatriz Cattáneo Biblioteca del Museo Nacional Diseño de montaje de Bellas Artes Omar Horacio Bagnoli María Teresa Constantin Biblioteca Nacional de la República Daniel Eduardo Forte Jimena Ferreiro Argentina Julio Alejandro Olmedo Montaje Archivos privados Beto De Volder Adriana Laurenzi Ignacio Valdez Silvina Buffone Fotografía Marcelo Arruiz - Marcos & Cuadros José Cristelli Créditos fotográficos Diseño gráfico Fotografías no realizadas por Cristelli: Estudio Lo Bianco Oscar Balducci: pp. 73, 89, 97, 106 y 115 Corrección Gustavo Barugel: pp. 49, 70, 71, Alicia Di Stasio 104, 158 y 159 Mario Valledor César Calderella: p. 47 Lucas Distéfano: pp. 54, 55, 56 y 57 Elda Harrington: pp. 100, 111, 112 y 113 Atilio Moralejo: pp. 87 Pedro Roth: pp. 68, 69, 105 Gustavo Sosa Pinilla: p. 86
  • 7. IA M ATER UERPO Y 1976 Y 1985 C ENTRE NTINO ARTE ARGE Curadora María Teresa Constantin Del 18 de abril al 9 de junio de 2006
  • 8. Catálogo de una muestra colectiva, ArteMúltiple, septiembre de 1980
  • 9. CUERPO Y MATERIA ARTE ARGENTINO ENTRE 1976 Y 1985 María Teresa Constantin Algunos dicen que el único don que nos confiere el transcurso del tiempo es el de permitirnos ver, por segunda vez, lo que ante nosotros pasó desapercibido la primera. HÉCTOR TIZÓN, 1999 Un cuerpo femenino desnudo, plegado sobre que un espejo, que me permitiera instalarme en un sí mismo en posición fetal, tuerce ligeramen- lugar desconocido, señala el artista. Obra y te la cabeza. En las oquedades de los ojos herramientas. Ese gesto, el único que depen- parece concentrarse una mirada de temor día de su voluntad, sintetizaba su modo de ancestral. Mientras, brazos y manos intentan sostener la vida. Su esencia se depositaba en completar un precario refugio frente a la esos objetos. En momentos de serio riesgo advertencia goyesca enunciada desde el para la vida el arte aparecía ofreciendo refu- título. Se trata de Lo mismo en otras partes gio y presentación, reaseguro e identidad. [p. 54], la escultura que Juan Carlos Gestos recurrentes que, en la Argentina Distéfano, en 1977, guardó en un bolso para o fuera del país, se repetirían en mayor o embarcarse rumbo a Barcelona. El 26 de menor grado, apareciendo como una de las abril de ese año el decreto 1.101/77, con la marcas distintivas de los artistas reunidos en firma del ministro del Interior, general esta exposición. Ese acto escapaba también Albano Harguindeguy, prohibía la distribu- a lo privado para presentar la dualidad que ción y venta del libro Ganarse la muerte, adoptó en esos años buena parte de la pro- publicado en 1976 por la esposa del escultor, ducción artística: vigilada en el país o la escritora Griselda Gambaro.1 Pese a que a luchando contra el desarraigo fuera de él. fines del año anterior el artista había realiza- Cuerpo y materia, a treinta años del golpe do con éxito su primera muestra de escultu- de Estado de 1976, no es una muestra de la ra2 y que todo permitía presagiar un futuro memoria, aunque haya muchos aspectos que promisorio para su carrera, la familia decide hacen a ella.Tiene la intención de contribuir partir. Además del desnudo, en otro bolso el a una historia del período, a señalar aspectos escultor lleva una pequeña versión de El rey que permitan analizar de qué manera reaccio- y la reina y una serie de cajas donde había nó el campo artístico frente a una situación embalado sus herramientas. Necesitaba llevar política signada por la represión que desató el algo mío. Una referencia de quién era, algo más terrorismo de Estado. De la misma manera 1 Publicado en La Flor, Buenos Aires, 1976. El informe que justifica la censura sostiene que los párrafos salientes del libro pueden dividirse en cuatro grupos: “los que lesionan la sociedad; la condición humana; la familia; las instituciones armadas y el principio de autoridad”. En el mismo decreto, considerando que la editorial La Flor “comparte los agravios contra el sistema familiar”, ésta es clausurada por treinta días. Para ese entonces los editores Daniel Divinsky y Kuki Miler ya habían sido encarcelados y condenados a 127 días de prisión por otro libro, el infantil Cinco dedos (cuenta la historia de cinco dedos rojos perseguidos por una mano verde). 2 En la Galería ArteMúltiple.
  • 10. CUERPO Y MATERIA Catálogo J.C. Distéfano, de que se trata de un aspecto especial de la Galería ArteMúltiple, 1976 sociedad (¡el arte es puro!), se tiende a desli- zar la teoría de los dos demonios; se amalga- man sin diferenciación alguna dos décadas enteras bajo el signo de la violencia (los 70 y los 80); o se afirma una supuesta violencia casi identitaria de los argentinos. Luis Alberto Romero4 señala acertadamente que frente a la violencia ejercida por los grupos guerrilleros en la primera mitad de los 70 no se pusieron en práctica acciones jurídicas para sancionarla sino que se destru- yó el Estado republicano, “cada uno quedó solo e indefenso frente al Estado aterroriza- entendemos que el amplio espectro de obras dor”. Desde este ángulo distintivo se ubica exhibidas, realizadas en el momento de los esta exposición. Desde el aniquilamiento del hechos, hará posible visualizar el repertorio de Estado de derecho y la indefensión y aisla- imágenes que pudieron elaborar los artistas y miento del ciudadano frente al Estado de que hoy permiten pensar esta sociedad. terror, es que se puede comenzar a reflexio- Esta muestra parte de la idea de que, nar si el campo de la plástica mostró aspectos como señala entre otros Hugo Vezzetti,3 por diferenciados del resto de la sociedad.Y, si sus condiciones, ejecución y consecuencias, bien desde diversos ángulos se han trazado la última dictadura es diferente de las ante- líneas de trabajo que están permitiendo, riores y produjo un corte sin parangón en poco a poco, abordar la historia sociopolítica la historia (y en el cuerpo social) de la y cultural del período 1976-1985,5 en el Argentina. Ese carácter distintivo estuvo terreno de las artes visuales este tipo de tra- dado por la violencia ejercida desde el bajo es incipiente.6 Aspiramos a que esta Estado contra la sociedad toda y por el lími- muestra contribuya a precisar una mirada te extremo al que llegó con la desaparición sobre la época. y ejecución masiva de personas. Frecuente- En los 60 y primeros 70 una de las mar- mente se observan en la historia del arte cas distintivas es el uso de la palabra.7 La pala- banalizaciones en las que, con la cobertura bra como manifiesto pero también pronun- 3 Cfr. Vezzetti, Hugo, Pasado y presente. Guerra, dictadura y sociedad en la Argentina, Siglo XXI, Buenos Aires, 2002. 4 Romero, Luis Alberto, Breve historia de la Argentina contemporánea, FCE, Buenos Aires, 1994, pp. 283 y ss. 5 Entre otros, Blaustein, Eduardo y Zubieta, Martín, Decíamos ayer. La prensa argentina bajo el proceso, Colihue, Buenos Aires, 1998; Boccanera, Jorge, Tierra que anda. Los escritores en el exilio, Ameghino, Buenos Aires, 1999; Vezzetti, Hugo, op. cit.; Ivernizzi, Hernán y Gociol, Judith, Un golpe a los libros. Represión a la cultura durante la última dictadu- ra militar, Eudeba, Buenos Aires, 2002, y Sarlo, Beatriz, Tiempo pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Una discusión, Siglo XXI, Buenos Aires, 2005. 6 Véanse, entre otros, Giunta, Andrea, “Pintura en los ‘70: inventario y realidad”, en Arte y Poder, CAIA, 1993; Herrera, María José, “Los años setenta y ochenta en el arte argentino. Entre la utopía, el silencio y la reconstrucción”, en Burucúa, José Emilio (dir.), Nueva historia argentina. Arte, sociedad y política, vol. II, Sudamericana, Buenos Aires, 1999; Constantin, María Teresa, “La pintura como resistencia”, en el catálogo Manos en la masa. Pintura argentina 1975-2003, la persisten- cia, Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, 2003; “Una colección, un país”, en el libro-catálogo Colección Elía-Robirosa, Buenos Aires, 2004, y el reciente AA.VV., Arte y libertad. Dictaduras, represión y resistencia, UNLP, La Plata, 2005. 8
  • 11. ESTUDIO CRITICO ciada en gestos de ruptura en los que, por que, por su edad, cargaban con la intensa ejemplo, se cuestionan los museos, el Salón experiencia cultural de los años 60 y prime- Nacional, el Instituto Di Tella, los premios, ros 70. Entre ellos Carlos Gorriarena,10 por los críticos y el mercado: “Abandoné toda ejemplo, quien procediendo del Partido actividad artística inscrita en marcos institu- Comunista, con posiciones antiperonistas, cionales”,8 dice Renzi. Mientras, se intervie- durante los años 60 participa del debate en ne activamente desde el arte frente a las que buena parte de los intelectuales argenti- circunstancias políticas y sociales. En la bús- nos revisan la actitud frente al peronismo queda de fundir el arte con la vida se des- para producir un acercamiento con aquél confía del valor del objeto artístico en tanto mientras permanecen atentos y comprometi- tal –es el caso, entre otros, de León Ferrari, dos con la experiencia de la Revolución Juan Pablo Renzi y Pablo Suárez, para aque- Cubana. Así, Gorriarena forma parte, junto lla época– y se aspira sobre todo a potenciar con Carlos Brocatto, José Luis Mangieri, el discurso político. En ese sentido se inten- Juan Gelman, Andrés Rivera, Roberto Cossa sifica también la realización de acciones, y Octavio Gettino, del núcleo de intelectua- muchas de ellas colectivas, como el Homenaje les que expuso sus convicciones desde las a Viet-Nam de los artistas plásticos, en 1966; páginas de la revista La Rosa Blindada y que Homenaje a Latinoamérica, en 1967 y 1968; llevó al alejamiento de todos ellos de las filas Tucumán arde, en 1968; Villa Quinteros también del Partido Comunista. Se debate el lugar del es América, en 1969, y Malvenido míster arte y los artistas en el proceso revoluciona- Rockefeller, también en 1969, todas ellas desti- rio de la Argentina y Latinoamérica, y nadas a la denuncia del imperialismo en Gorriarena, desde las páginas de la revista, Latinoamérica o sus consecuencias en la sostiene que “un pintor debe estar situado Argentina. En correspondencia con un esta- en el centro de los acontecimientos artísti- do de la cultura en que, según Oscar Terán, cos, culturales, sociales y políticos de su “en un sector de los intelectuales avanzaba el época […] pintores como Picasso, Léger, consenso sobre la necesidad de una salida Grommaire, Guttuso, Siqueiros, Portinari revolucionaria, respecto de la cual sólo cabía […] demostraron en su momento que un discutir sus formas (insurrección de masas, pintor marxista podía ser vanguardia revolu- foquismo guerrillero, guerra popular y pro- cionaria y vanguardia artística”. Por su parte, longada)”.9 Luis Felipe Noé –en un texto clave, pues se Los artistas escogidos para esta muestra trata del catálogo de 1975 para la exposición dan cuenta de un cruce generacional que se de Galería Carmen Waugh, en la que el produce en el período. Por un lado, artistas artista retoma la pintura– escribe: “Creí tam- 7 Véanse, entre otros, Longoni, Ana y Metsman, Mariano, Del Di Tella a “Tucumán arde”. Vanguardia artística y política en el 68 argentino, El Cielo por Asalto, Buenos Aires, 2000; Giunta, Andrea, Vanguardia, internacionalismo y política. Arte argentino en los años 60, Paidós, Buenos Aires, 2002; catálogo Arte y política en los 60, Palais de Glace, 2002 (con curaduría de Alberto Giudici), y nuestro “Sono Felice. Franco Venturi (1937-¿1976?)”, en Homenaje a Franco Venturi, en prensa. 8 Renzi, Juan Pablo, entrevista con Beatriz Sarlo, en Juan Pablo Renzi, obras de 1963 a 1984, Museo Castagnino, Rosario, 1984. 9 Terán, Oscar, “Ideas e intelectuales en la Argentina, 1880-1980”, en Oscar Terán (coord.), Ideas en el siglo. Intelectuales y cultura en el siglo XX latinoamericano, Fundación Osde - Siglo XXI, Buenos Aires, 2004, p. 81. 10 Sobre el artista y la época, véase Wechsler, Diana y Constantin, María Teresa, Gorriarena, Fundación Mundo Nuevo, Buenos Aires, 2005. 9
  • 12. CUERPO Y MATERIA bién que si la imagen occidental estaba des- En 1976 se produce un corte brutal a nuda, no era por cierto la imagen de mi todo ese intenso período. Si hasta 1975 se pueblo latinoamericano que aún no ha pensaba como posible un reemplazo de lo escrito su historia de grandeza […] esta ima- que quedaba del gobierno peronista, el golpe gen no es posible que la inventen los artistas, de Estado es el fin de las ilusiones. El debate, sólo podrá hacerlo el pueblo entero en un el arte involucrado cada día con lo público, proceso de enunciación cultural que pasa la palabra, se silenciaron rápidamente. Se ini- por lo político y lo social”. 11 Antes del golpe ció un período especial para el cual el del 76 la mira en la unión revolucionaria de campo artístico puso en marcha modos de América no se había perdido, y, frente al acción también especiales o retomó viejas golpe en Chile, Carlos Filomía realizaba el prácticas caídas en desuso. La experiencia del retrato de Salvador Allende. La obra era accionar de la Triple A durante los años pre- penetrada por lo que estaba sucediendo en vios al golpe había ya hecho su tarea y la calle: en los grafismos inferiores se puede advertido que esta vez no serían algunos leer: “Yo tengo fe que Chile va a ganar…”12 muertos señalados con nombre y apellido; Junto a estos artistas, y ajena a estos deba- se trataría de una ofensiva contra el conjunto tes, otra generación, la que se forma en las de la sociedad, y las muertes, en pilas de escuelas bajo el régimen militar y emerge a cadáveres, como registrará Léon Ferrari la vida pública durante la primavera democrática en Nosotros no sabíamos [p. 72], estarían a de la presidencia del doctor Héctor Cámpora, la orden del día. La “cultura del miedo” se incorpora naturalmente a la intensa movi- se instaló rápidamente. lización de masas de la época. El período de esta muestra –1976 a Posteriormente, como señala también Terán, 1985– incluye también obras de los años “…los movimientos culturales resultarían previos e inmediatamente posteriores a la cada vez más dependientes de un escenario recuperación de la democracia, cuando se político poblado por actores involucrados en hacen públicas algunas tendencias latentes en prácticas progresivamente confrontativas”. el proceso creativo de los diferentes artistas. A diferencia de la generación anterior, en la Por el contrario, no se aborda aquí la pro- que el texto escrito es una parte importante ducción artística más estrechamente ligada a de su actividad, la palabra en ellos está puesta lo que se entiende como el arte de la pos- en el soporte pictórico, o, como veremos dictadura, cuando “…en Buenos Aires se más adelante, una vez producido el golpe, la comenzó a vivir una explosión creativa que palabra será susurrada cuando la mirada (y a vio florecer las artes visuales, el teatro, la veces el texto) se ocupe de la obras de los música, las publicaciones alternativas, pares y, a través de ella, se pueda hablar de la la moda y los lugares no tradicionales…”, propia obra. En los años previos al golpe se como señala Ana María Battistozzi.13 trabaja en taller y cada vez más se activa En pocas palabras, esta exposición se ins- políticamente en las calles. tala en el corte de la producción y debates 11 Noé, Luis F., en “Por qué pinté lo que pinté, dejé de pintar lo que no pinté, y pinto ahora lo que pinto”, catálogo Galería Carmen Waugh, 1975. En 1973, el artista había sido interventor y más tarde director normalizador del Departamento de Artes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. 12 Consigna que se cantaba en las manifestaciones en solidaridad con Chile, en 1973, contra el golpe de Pinochet. 10
  • 13. ESTUDIO CRITICO Dibujo, 50 x 35 cm. de los 60 y el nuevo estallido de la segunda Carlos Filomía, 1973 mitad de los 80. Es ya un lugar común afir- mar que, en ese entre y entre, se pintó, y, agre- garíamos, se recurrió centralmente a todas las expresiones tradicionales del arte. Se afirma también que se produjo una vuelta a la pin- tura. Creemos que el uso de la palabra vuelta contiene ya afirmaciones que son juicios, en la medida en que pareciera estar hablando de un cierto retroceso. Entendemos que es nece- sario abrir las certezas y preguntarse: ¿qué pasó para qué se pintara (o se esculpiera)?, ¿qué y cómo se produjo?, ¿cómo lo político operó sobre las obras?, ¿qué canales de circu- lación utilizó esa obra? y ¿qué discursos sobre la producción artística se elaboraron en la época? Se trata de una selección de objetos, pro- ducidos durante el período, que se abren a diferentes miradas sobre la historia de esos evitando así el bies que aísla las obras en un años, o, más precisamente: los diferentes discurso cerrado. En ciertos casos el seleccio- modos en que los actores del período pudie- nado fue un núcleo que aparece como un ron reaccionar frente a las circunstancias que punto agudo de tensión que se transforma atravesaba el país. Esta muestra no pretende en emblemático para el período, como es el ser una exhaustiva catalogación y revisión de caso de las obras de Norberto Gómez. todas las obras y artistas que trabajaron bajo A diferencia de otras producciones artís- la dictadura.Toda selección implica exclusio- ticas –como la literatura, por ejemplo–, las nes y cortes.14 artes plásticas, luego de una muestra, pasan al En este caso la selección ha recaído en territorio de lo privado: colecciones, en el aquellos cuya producción y recorrido –más mejor de los casos, o regreso al taller, en allá de un juicio de valor– permiten pensar general. Pocas veces, en el arte contemporá- conclusiones generales. El sesgo monográfico y neo, por razones que escapan a los límites de el número de obras seleccionadas tienen el estas líneas, esas obras se incorporan a las propósito de permitir seguir, someramente, colecciones públicas, donde el espectador el recorrido realizado por cada artista –acen- pueda contemplarlas a voluntad. Así, las de tuando, en cierto sentido, al sujeto artista–, aquellos años, salvo algunas pocas que se 13 En el folleto para la muestra Escenas de los 80. Los primeros años, Fundación Proa, Buenos Aires, 2003. Sobre ese tema, véase también Usubiaga, Viviana, “Memoria histórica y memoria pictórica en el arte argentino de la redemocrati- zación”, en Discutir el canon, CAIA, Buenos Aires, 2003. 14 Tal es el caso del grupo del CAYC, sobre el que señala John King: “La labor del CAYC se lleva a cabo, deliberadamen- te, a menor escala, dirigiendo su atención hacia temáticas teóricas, recogiendo y desarrollando gran parte del arte con- ceptual aparecido con anterioridad en las Experiencias Visuales del Di Tella”. “Argentina 1956-1976. Desarrollo artístico y cultural”, en catálogo Arte en Argentina. 1920-1994, The Museum of Modern Art Oxford, 1994. O el caso de Berni, ya ampliamente tratado. 11
  • 14. CUERPO Y MATERIA repiten por reproducciones gráficas, son CUERPOS APESADUMBRADOS. LIBERTAD poco conocidas. Muchos de los trabajos pre- E INTERROGANTES DE LA MATERIA sentados en esta muestra fueron expuestos Una escultura en un bolso. Cuerpo acompa- una sola vez y luego no volvieron a verse. ñando un cuerpo. El gesto de un artista ponía Otros nunca fueron exhibidos, por autocen- en escena el tránsito más o menos peligroso y sura, algunos, o por el particular recorrido urgente que durante esos años llevarían a que realizaron, otros. De modo que es la his- cabo miles de argentinos: llegada a un país toria misma de las obras la que, en ocasiones, extraño, pérdida de las raíces y, más allá de se ofrece para comprender las redes, circuitos que realizaran o no algunas exposiciones, en y estrategias que desarrollaron artistas, críti- general un nulo interés por la obra de un cos, marchands y coleccionistas. extraño, con las consiguientes dificultades para Cuerpo y materia, el título de la muestra, una inserción en el campo artístico local.15 refiere al cuerpo humano en presencia y Sin embargo, pese a las dificultades y en un ausencia de las obras, pero también a corpo- dialogo áspero con la obra, todos ellos pue- reidad de la materia. Materia-cuerpo, en tanto den dar cuenta de esos años a través de la recurso puesto en juego por el oficio, capa a producción, la cual nunca se detuvo sino que, capa, pincelada a pincelada endureciéndose por el contrario, aparece como una tabla de sobre el soporte, y también los preciosismos salvación. Ernesto Deira cuenta que, viviendo de la acuarela y el lápiz o la inclusión más o en el departamento de un amigo, en París, menos brutal de la experimentación con corrió muebles y se puso a pintar; luego, materiales no tradicionales. Materia, en tanto durante una visita, el director del Museo de refugio exploratorio y expresivo en el cual Chartres le hizo un comentario sobre las numerosos artistas hallaron el lugar desde condiciones en que trabajaba, y el artista res- donde decir la dureza de la época o para pondió:“Pero yo necesitaba pintar”.16 abrazar luego los cambios que anunciaban la En los desplazamientos producidos recuperación democrática y el regreso de la durante el período, el cuerpo humano es palabra. Cuerpo y materia no es uno u otro, potenciado como protagonista y centro de la sino ambos. Aparecen como un nudo de inte- obra, y es uno de los ejes unificadores de las rrogantes, un nudo por el cual se puede tran- diversas producciones artísticas.Y, si bien en sitar desde la imagen y desde el oficio, en un algunos de los artistas está presente antes de va y viene permanente que atraviesa incluso 1976, durante el período reafirma su presen- las fronteras geográficas, en mudanzas genera- cia. El cuerpo es motor de narraciones y en das por la expulsión y el miedo. Un nudo ocasiones actúa como una autobiografía; que hace posible abordar parte de la expe- baste con ver la serie de obras de Juan Pablo riencia artística en un momento histórico Renzi donde el cuerpo, más allá de su determinado, un relato que permite vislum- ausencia sobre el soporte, está hablando de brar algunos indicios culturales y enunciar desplazamientos y encierros, o el estallido ciertos rasgos distintivos del período. expresivo de años posteriores. En el mismo 15 Un caso diferente parece ser el de León Ferrari, quien pudo haber generado un tipo de vínculo más estrecho con los artistas, críticos e instituciones brasileras. Véase AA.VV, León Ferrari, Recoleta-Malba, Buenos Aires, 2005. 16 Entrevista de Raúl Vera Ocampo, La Opinión, Buenos Aires, 22/8/1976. 12
  • 15. ESTUDIO CRITICO las investigaciones sobre materiales o la expresividad de los elementos se constituyen como espacio físico real donde procesar la vida. En el seguimiento de las obras, a través del tratamiento, es posible percibir las a veces sutiles mudanzas (individuales y subjetivas) que las rodean. 1. Cuerpos en la historia, recursos de la memoria Dedicatoria de Julio Flores En 1979, Julio Flores envía de regalo a un a su hermano exiliado, hermano exiliado el libro Un tal Lucas, de en Un tal Lucas, de Julio Julio Cortázar; en la dedicatoria escribe: Cortázar “Además de los exiliados geográficos hay otros, los exiliados emocionales. Los que tenemos sentimientos en el exilio (los que tenemos dentro nuestro ocultos, guardados, protegidos, los sentimientos profundos). Eso es lo que creo que podemos llegar a tener en común”. Esfuerzo por entender lo vivido, esfuerzo por entender lo que sucede con los afectos que partieron y los vínculos que pue- den mantenerse; el golpe aherrojó y mató mientras expulsaba al exilio. Distéfano, exi- liado en Barcelona, realiza Persona. Homenaje a Cataluña [p. 56], imagen que los críticos sentido pueden ser pensados los retratos de han referido a las sintéticas figuras del romá- Pablo Suárez, Marcia Schvartz, Julio Flores y nico catalán. En efecto, se trata de una pasión Juan Carlos Romero o los dibujos de los laica que alude a los numerosos Cristos de la polípticos de Ana Eckell,17 cuando sobre un Edad Media, algunos de ellos en museos de cuaderno de diseño se entretejen los aconte- Barcelona, otros aún en las capillas de ori- cimientos de la vida personal con los sucesos gen, en la región. Síntesis del dolor, suspen- políticos o sociales. dido en una cruz virtual, evoca el padeci- El “necesitaba pintar” de Ernesto Deira o miento de cristos contemporáneos, pone en la conocida afirmación de Juan Pablo Renzi el centro el sufrimiento y martirio del otro, “quise volver a pintar para no morirme o en una persona. Para algunos de los artistas exi- todo caso para no volverme loco”18 anudan liados, la pérdida del lenguaje común del país cuerpo y obra en gesto e impulso. El sopor- de origen, la pérdida de las raíces, parece te, las reflexiones sobre el oficio, la técnica, haberlos conducido a la búsqueda de nuevos 17 Sobre la artista véase nuestro Ana Eckell. La voz del agua, catálogo, Centro Cultural Recoleta, 2002, y Usubiaga, Viviana, op. cit. 18 Renzi, Juan Pablo, op. cit. 13
  • 16. CUERPO Y MATERIA vínculos que les permitieran sostener y ligar al espectador. En Europa, esos cuerpos que su extranjería al nuevo espacio. En el mismo refieren a la historia del arte universal ofrecí- sentido se pueden pensar el Cristo de an un fondo común con otros hombres y Crucifixión [pág. 50] de Ernesto Deira y su permitían respirar. referencia a Grünewald. En las dos obras Juan Pablo Renzi y Pablo Suárez –liga- citadas la recuperación de temas y formas dos a las experiencias vanguardistas del del pasado se dirige a un fondo inmemorial, Instituto Di Tella y del Grupo de Artistas común, más allá de las fronteras. de Vanguardia de Rosario en los años 60– Para la misma época la obra de Carlos intervienen luego en acciones cargadas de Alonso aborda temáticas que lo conducen lo político, renegando cada vez más de la también a un patrimonio común de imáge- Institución Arte. Permanecen en país,22 y en nes. En efecto, la liberación de las proximidades del golpe retornan al oficio Latinoamérica, la revisión de la historia en la tradición del soporte pictórico. A la vez nacional, la denuncia política y social ocupan que algunas obras hablan de los desgarros de un espacio considerable en los trabajos del partidas –Desde aquí te escribo (Suárez) [p. 155] artista inmediatamente anteriores al golpe. o Nostalgias del Paraná (Renzi) [p. 132]–, Amenazado,19 parte al exilio, donde recibirá ambos artistas realizarán una serie de obras- la noticia del secuestro y desaparición de su homenaje a Lacámera, Molina Campos y hija Paloma. La denuncia explícita sobre el Schiavoni. Pintores “no espectaculares ni soporte pictórico parece disolverse. “Sin efectistas”, según Renzi, hablan calladamente patria, sin elemento, sin sus fuentes […] de pintura, de una historia de la pintura quedé tan desconectado de la realidad que argentina: en estos dos artistas la memoria se empecé a pintar en ese momento cosas de asienta en lo nacional. Ambos recuperan tam- los museos, a revisar la historia a través de los bién los géneros tradicionales de la pintura, pintores porque me quedé sin raíz”, declara como la naturaleza muerta o el paisaje. el artista.20 Como si cuando el dolor está tan En el caso de Renzi, Interior con mantelacámera cercano fuera imposible representarlo. [p. 134], una mesa con un mantel con ilustra- Retoma entonces el tema de las mesas de ciones de frutas, desde un supuesto realismo trabajo que ya había tratado en los primeros produce un giro conceptual; la representación 70, cuando se anunciaba la muerte de la pin- de las frutas de la naturaleza muerta está en el tura,21 y realiza diversas mesas de artistas, mantel y es ya representación de la represen- como La palmera [p. 37]. Un retrato-home- tación. Suárez, también en la tradición de la naje a Renoir y a la pintura en el que parece pintura, recupera el desnudo y lo recoloca en buscar sostén en el oficio, lo único que sabe contemplación de un paisaje que es un cua- sólido. Sobre el soporte, la mirada del otro, dro adentro del cuadro [p. 154]. un artista casi despojado de colores (o, mejor Si la cita a la historia del arte aspiraba a dicho, con sólo algunas manchas de color en confirmar, a tender puentes con otros hom- el delantal) aparece interrogante, enfrentando bres, a dotarse de una identidad reconstruida 19 En el mes de abril realiza en Art Gallery la muestra El ganado y lo perdido, que sufre una amenaza de bomba. 20 Farina, Fernando, “Carlos Alonso”, Espacio del Arte, Rosario, año 1, nº 2. 21 Véase Wechsler, Diana y otros en Carlos Alonso (auto)biografía en imágenes, RO, Buenos Aires, 2003. 22 Renzi se traslada de Rosario a Buenos Aires. 14
  • 17. ESTUDIO CRITICO sobre la base de un fondo cultural común, de retratos –casi escenas de género– que otros artistas recurrirán a los cuerpos de la irrumpen irritando. Rama femenina y La salada memoria personal, a sus propios orígenes, en [p. 140], de 1976 y 1977, son cuerpos plebe- una suerte de permanencia contemplativa y yos, descuidados, sin ninguna misericordia, redibujable de uno mismo. Así, Ernesto Pesce llevados casi a extremos de lo caricatural; realizará la serie de retratos de su familia ita- están puestos para desafiar a los bien pensantes. liana. La presencia definida y poderosa de un Aparecen más bien como secuelas del perío- pasado que puede dar entidad al presente. do anterior, en el que la provocación se carga De la misma manera, en su caso, los interio- de política. Obligada al exilio, produce un res reenvían al territorio del arte y al ámbito giro leve en su producción y vuelve a sus del oficio y los afectos cercanos. El sesgo de personajes de lo social a lo íntimo y perso- Jorge Pietra, entre viajes y regresos al país, nal. En De mañana [p. 143], el cuerpo se ha aborda memoria y alusión, decir y no decir: tornado solitario y vulnerable, la ciudad Colonia Nápoles [pp. 120 y 121], un sitio real ajena se mira desde una ventana, la artista de Ciudad de México, pero cuyo nombre comienza a retratar los cuerpos-víctimas de evoca los centros clandestinos de tortura. su generación, el cuerpo propio, que conti- Mientras, en París, la distancia lo conduce a nuará trabajando a su regreso al país, cuando su memoria personal, donde recupera la ferocidad del período 76-79 haya amino- Recuerdos de Colegiales [pp. 122 y 123], el rado. Luego, con la proximidad de las elec- barrio de su infancia atravesado inequívoca- ciones de 1983, podrá percibir el surgimien- mente por sombras contemporáneas. to de síntomas de peligro en la aparición de algunos candidatos (Dios nos proteja [p. 142], 2. Cuerpo propio y ajeno. 1982-1983). De su misma generación, Duilio Cuerpo fragmentado y amenazado Pierri realiza en las cercanías del golpe una En la enseñanza de las academias y las escue- serie de interiores, paredes transparentes; las de arte el estudio del cuerpo humano fundidos el adentro y el afuera, todo es con- ocupó siempre un lugar central: copia sobre fuso, amenazante, y el cuerpo aparece calcos de la antigüedad, sobre modelo; se tra- expuesto y librado a su suerte en ese espacio taba de conocer anatómicamente la figura, el incierto. El mundo privado, a la vez que es modelado, los efectos de luces y sombras. casi obligatorio volver a él, se resquebraja. Abolidas las normativas académicas, para Luego, en un tríptico fundado en los comics, algunos artistas el tratamiento de la figura Mientras yo agonizo [p. 115], planta la icono- humana es una forma de conocimiento, pero grafía de los personajes que desarrollará en de lo que transita socialmente; el cuerpo es, Nueva York, donde se instalará hasta media- como transporte de reflexión, territorio de dos de los años 80. Un combate permanente diferencias. Una caja de resonancia puesta en entre mutantes zoomorfos, siempre con telón diálogo con los otros. Ésa parece ser la acti- de fondo de una ciudad que nunca es esta- tud de Marcia Schvartz. Con poco más de ble. Para otros, como Oscar Smoje o Juan veinte años, con alguna presentación en el Carlos Romero, el camuflaje o la sombra Premio De Ridders –sobre el que volvere- hablan de cuerpos ocultos para sobrevivir, mos luego–, cercana a sectores de la de cuerpos que corren, amenazados. El tema Juventud Peronista, la artista pinta una serie del ocultamiento real o de la imagen bajo la 15
  • 18. CUERPO Y MATERIA imagen es también recurrente. Las obras de Carletti –serie de Los derrumbes [p. 49]– se Alicia Carletti, detrás de una aparente amabi- esconden de los escombros: es la época de la lidad, ponen en evidencia una amenaza construcción de la autopista que cortó tam- latente, rayana en la perversidad cuando se bién con un tajo el cuerpo de la ciudad. haga explícita en un Viejo de la bolsa. Es la La arquitectura misma se establece como misma amenaza o inquietud que transmiten un límite inquietante, y los límites de lo pri- los primeros trabajos de Ana Eckell, quien en vado, que marcaban antes las paredes, pueden A sus plantas [p. 62], como uno de los versos romperse.Ya no son más protección; por el de los símbolos nacionales, ubica una figura contrario, en Le couloir [p. 52], de Ernesto leonina en el espacio cotidiano, semioculta, Deira, pueden transformarse en un universo amenazando lo cercano. De la misma mane- concentracionario, donde el cuerpo queda ra, los personajes de Jorge Álvaro siempre atrapado, intentando inútiles escapes, mien- muestran una exterioridad que no es la suya, tras que las manos y sombras de Oscar máscaras, disfraces o escenas de aparente nor- Somje deambulan por cielorrasos o habita- malidad, pero eternamente sospechosas y ciones vacías. amenazantes. En un mundo de reclusión los objetos A veces esa amenaza proviene también cobran relevancia y reafirman la presencia del de las transformaciones urbanas contemporá- cuerpo; si los interiores de Pesce dejan ver las neas, y los cuerpos juveniles de las niñas de piernas del que dibuja y mira, en la obra de Renzi el cuerpo se define por el objeto: mira el cielorraso, gira para hacer la siesta. El afue- Desocupado grabado, 50 x 35 cm ra se ha perdido y lo obliga a ese encierro, a Carlos Filomía, 1973 un diálogo casi consigo mismo. De 1978 datan los nocturnos de Fermín Eguía; en ellos el peligro está afuera. La calle, en formato apaisado, es espacio extendido que se cierra en la perspectiva de bocas y monstruos y, más amenazantes todavía que las bocas idiotas, los puntos de luz de automóvi- les en sombras. Es la hora en que asuela el terror, cuando en la vida real se intensificaban los procedimientos. En la noche la individua- lidad se pierde, el sujeto es anulado frente a lo informe, impera el miedo. Para la misma época23 el artista realiza también Apeyron [p. 78] y Temor [p. 70]. En el mismo sentido, los paisajes [pp. 58 a 60] de Diana Dowek se han vuelto peligrosos por lo que sucede afuera: en ellos se aborda decididamente el tema del accionar de las fuerzas parapolicia- 23 Véase Malosetti Costa, Laura, Fermín Eguía, ArteMúltiple, Buenos Aires, 2005. 16
  • 19. ESTUDIO CRITICO Siluetazo, 1983 les. La serie de los retrovisores –una obra de cortes anatómicos que silencian. Cuerpo ata- ésta fue enviada al salón Belgrano del 75, que cado y cercenado, obligado a mostrar su no se realizó– permite ver el abandono de interioridad y a ser desechado, merced a la cuerpos en los caminos; su actitud fue la violencia de otros. El cuerpo ha sido despo- de evocar a través de su pintura lo que estaba seído de su condición de sagrado. En la pri- sucediendo:“Quisiera que mis contemporá- mera mitad de los 70, Filomía había utilizado neos encontraran en mi obra un momento imágenes de disección25 para intervenir en lo de sus vidas colectivas”, señala la artista.24 social; ahora ese tipo de tortura se ejerce Un párrafo aparte merece el fragmento sobre uno mismo. En los años 83-84, en esa corporal y, en especial, la cara, que aparece bisagra del adentro al afuera, Eduardo también como otro de los temas recurrentes Médici realiza la serie Algo pasa en tu cara en todo el período. Un límite entre lo inter- [pp. 100 y 101], en la que parece interpelar al no y lo externo, la exterioridad que nos pre- otro, deforme, transformado, un desconocido senta ante los otros, la devolución del espejo. cuyo rostro se escapa. Cualquier herida en el rostro atenta contra la La revisión de la historia de un país identidad, la imagen en que nos reconocen construida sobre el cuerpo de los otros es los otros. En 1978 Carlos Alonso realiza el también sujeto pictórico. La carne en tanto Silencio P. Aunque el título refiera al cineasta tal se vuelve cúmulo de materia. Nuevas Pier Paolo Pasolini (asesinado en 1973), el naturalezas muertas en las que la carne se tríptico opera a modo de autorretrato al que enfrenta al espectador. Durante los años de la diseccionan salvajemente boca y ojos. Son dictadura, Carlos Gorriarena permaneció en 24 Catálogo Diana Dowek, La Galería, 1978. 25 Se trataba de un desocupado que vendía sus órganos para mantener a su familia. 17
  • 20. CUERPO Y MATERIA Grupo GAS-TAR, Cuarta marcha de la resistencia, 1984 el país y su actitud fue exhibir desde la pin- terreno reservado para las obras de la genera- tura lo que estaba sucediendo. Se propuso ción de los mayores: Distéfano, a partir de su exponer una vez por año para dar cuenta de insistencia en la condición humana; Noé, los hechos, y es así como durante ese perío- desde un regreso a la pintura que señala do su obra acusa centralmente la cuestión posible a partir de la naturaleza, piensa el política. En Frigorífico latinoamericano [p. 91] territorio latinoamericano, la Conquista y las hace caminar a los poderosos en medio de batallas pasadas y presentes e incorpora, en masas sanguinolentas que refieren indudable- La naturaleza de América, imágenes como la mente a lo que se está padeciendo en las de Tupac Amaru al interior de la obra; cárceles y centros clandestinos de detención. Gorriarena titula y señala para el espectador De la misma manera, Alonso bloquea la 1979 [p. 90] e Historia [p. 93], dando cuenta mirada con un plano de carne –Carne de también del pasado y del presente, con primera N0 2 [p. 35]– rodeada por ganchos y monumentos construidos sobre despojos o cadenas. Otros, como Roberto Páez, fuerzan desde los palcos y símbolos del poder. Junto la literalidad del género para llamar Naturaleza a ellos hay otro núcleo de artistas que rodea muerta [p. 107] a un cuerpo destrozado, un la historia desde otro ángulo. Para éstos los cuerpo carne, el mismo que puede ser colga- años del Proceso significaron una bisagra que do como una res o que se destroza desde la condujo su producción en una tendencia materialidad de los recursos clamando de del taller a la calle y en la que la historia opera desesperación como en El grito [p. 108]. desde el presente inmediato y presionando los límites de la obra. Durante el período 3. La historia en el cuerpo de la obra en cuestión trabajaron con la temática del La puesta en cuestión de la historia, una propio cuerpo y el de los otros. No sólo reflexión sobre lo sucedido, aparece como un en cuanto a la representación, sino también 18
  • 21. ESTUDIO CRITICO desde la apropiación de imágenes producidas negro, ese ojo será un nuevo afiche pegatina- para otros destinos. Juan Carlos Romero do en las calles, que sin identificación ni toma de los diarios –es decir, de eso que está firma aparecía, vigilante, en la vía pública, no sucediendo en tiempo presente– las imáge- ya esperando que el espectador fuera a la nes de cuerpos carbonizados en un accidente galería sino interceptando el paso de los en un camping español,26 y, en El placer y la otros, en busca de un nuevo público, que nada [p. 136], contorneando la posible censu- activaba en sí el efecto de ese ojo. Ese Carlos Filomía, interven- ra, las resignifica, con inocultable sentido, en mismo procedimiento lo repetirá en 1985, ción sobre la fotografía de Paul Newman la Argentina. con otro afiche, en algo que aparece como Julio Flores, en los mismos años que una boca29 en un rostro: en democracia, el regala a su hermano el libro antes menciona- informe de la CONADEP, el juicio a las do, como rebuscando en su interior, forzando Juntas, habían hecho público lo actuado por la memoria, destrozará y recompondrá en las fuerzas represivas y los ciudadanos podían planos y volúmenes su propia imagen o referir rápidamente esa imagen al silencio y expurgará la imagen del padre, muerto en el no decir. ese tiempo (otra vez la memoria y el luto). Por su parte, Fernando Bedoya expone La experimentación con formas y materiales en los años 80, en la SAAP, una serie de no tradicionales se realiza en torno del senti- estampas en las que utiliza la imagen de la do del luto y las marcas que permanecen en gillette. Aguda, cortante, se transforma en sím- el cuerpo. Luego, en 1980, dibujará un cuer- bolo patrio, chaqueta militar (Es-tan-pillo, po femenino con el humo de una vela, vol- p. 44), eje filoso que evoca la herida y provo- viéndolo inasible: en 1983, en el final de la ca prevención. Ligado a los grupos de dere- dictadura, será uno de los autores del chos humanos y particularmente a las Siluetazo,27 la acción que, en una Marcha de Madres de Plaza de Mayo, como miembro la Resistencia de las Madres de Plaza de del Colectivo de Arte Participativo Tarifa Mayo, buscó corporizar en siluetas sobre Común (C.A.PA.TA.CO)30 y del grupo papel el vacío dejado por la ausencia del GAS-TAR intervendrá en las llamadas cuerpo de los desaparecidos. Acciones estéticas de praxis política.31 Así, en Para esos mismos años, Carlos Filomía, ocasión del indulto, la imagen de la gillette que antes dibujaba cuerpos diseccionados, fue reutilizada para empapelar las calles en la utilizará también la imagen banal de un afi- denuncia de los represores. che publicitario28 y, en lenta elaboración, El uso de la imagen prefabricada, amplia- probando diferentes alternativas, la recortará mente utilizada en los 60, y el rechazo de las hasta conservar sólo un ojo. En blanco y prácticas tradicionales del arte parecían reco- 26 El 11 de julio de 1978, en el camping Los Alfaques, en la provincia de Tarragona, explota un camión cargado de propi- leno. Los efectos se hicieron sentir sobre un radio de 300 metros. Sus consecuencias fueron equiparadas a las de la bomba de napalm. Hubo más de 200 muertos y 500 heridos. Las imágenes de las pilas de cadáveres ocuparon durante días las primeras páginas de los diarios. 27 Véase Amigo Cerisola, Roberto, “Estética y política: las siluetas”, en I Jornadas de Teoría e Historia de las Artes, sep- tiembre de 1990. 28 Una fotografía de Paul Newman, en el afiche de la película Quinteto. 29 Esta vez, una boca cualquiera. 30 Integrado, además, por Joan Prim, Diego Fontanet, Fernando Amengual, Daniel Sanjurjo y Mercedes Idoyaga, entre otros. 31 Amigo Cerisola, Roberto, “Imágenes contra la impunidad”, en Razón y Revolución, nº 3, 1997. 19
  • 22. CUERPO Y MATERIA brar fuerza nuevamente y surgían como por vibración del color, fundamentalmente a síntoma de la recuperación de lo público. través de líneas vibratorias”. En ese párrafo El acontecimiento pugnaba por entrar en la Noé apunta a uno de los aspectos eje del obra, de la misma manera que se había período en cuestión, a saber: la importante hecho obra en el Nosotros no sabíamos [p. 72], experimentación con los elementos propios que Ferrari realizó con los recortes de dia- de la pintura (u otras artes) y la reflexión rios que filtraban noticias sobre la ejecución desde el oficio. de supuestos opositores al régimen. El frag- Para una época en la que la palabra está mento de lo real se cuela en el ojo del que tan silenciada, hay elementos, como el diseño denuncia y recuerda. de catálogos, que aparecen como textos que importa desentrañar. Así, para la muestra de 4. Materia y gestos hechos cuerpo Felipe Pino del año 1978, en ArteMúltiple, Cuando Noé realiza su muestra en al galería se realiza un catálogo muy particular: además Carmen Waugh, en 1975 –la primera desde de pequeños textos de críticas anteriores, que retoma la pintura, y en la que presenta como es habitual, y un texto reciente del dos series: La Naturaleza y los mitos y La con- artista Kenneth Kemble, incluye, en ambos quista y violación de la Naturaleza–, en las obras lados, un total de 23 pequeñas imágenes en hay un peso considerable de la figuración. blanco y negro; no se trata de reproduccio- Sin embargo, en el catálogo32 el artista señala nes de obras sino de una suerte de rompeca- que ha vuelto a la pintura a través de la bezas armado con imágenes macro de las naturaleza pero que el abordaje del tema se marcas del trabajo del artista sobre el sopor- efectúa “rompiendo el plano, desde adentro, te. Pinceladas, rayas, giros, zigzagueos, surcos Catálogo Felipe Pino, Galería ArteMúltiple, 1978 de materia aparecen en el objeto catálogo como lo más importante. La figuración, siempre presente en las obras de Pino, se vuelve materia inestable que disuelve el motivo hasta volverlo tambaleante y confuso en gestos que anulan lo real. El ojo pierde el conjunto para hechizarse en el gesto pictóri- co y el rastro dejado en la materia. En el mismo sentido, en el catálogo para la muestra de Norberto Gómez en Arte Nuevo, en 1978, donde éste exhibe los obje- tos conocidos como “chinchulines”, Víctor Grippo señala:“Nada se oculta detrás de estos objetos que no pretenden inscribirse como naturalismo, ni realismo, ni hiperrealismo […] Sin intento de imitación, sin voluntad de ser repulsivos para mostrarnos esa materia endu- recida, fragmentos no ajenos a la naturaleza 32 Noé, Luis F., op. cit. 20
  • 23. ESTUDIO CRITICO Sin título, de la serie recida, fragmentos no ajenos a la naturaleza Hombres (fragmento), animal, a la naturaleza humana”.Visto desde 40 x 30 cm, León Ferrari, 1982 hoy, es sorprendente cómo, de las obras más fuertemente alusivas a la represión, Grippo, un artista, retuvo la materialidad. En Gómez esa materialidad de órganos, venas, costillas, restos de sangre en un ataúd es literalmente materia del trabajo de la mano y lo repre- sentado es elevado a la condición de monu- mento, memoria, que es imposible ignorar. Los ejemplos abundan: Smoje, quien desde el fragmento y la sombras se vuelve cada vez más matérico y experimentador de sus poten- cialidades hasta perder la figuración cuando se va de la Argentina, para recuperarla a su regreso, pero que, en 1981, escribe en Clarín que “la obra, mis imágenes, tienen que hablar de lo que yo no puedo” y que “[la obra] me sirve para documentar este momento, para resolver plásticamente el tan debatido tema del artista en la sociedad: mi compromiso”.33 sobre la técnica y el material incorpora el ele- En Heredia34 el cuerpo derruido, deforme, mento del rastro dejado por el artista y avan- engendro, es trabajado por la muerte de la za, sobre lo que es su propia experiencia, materia. Contrariamente a Gómez, que logra- hacia otro de los rasgos del período: la gestua- rá su efecto por el trabajo soberbio de la lidad de la pintura, la marca personal del artis- materia, Heredia opera desde la negación, con ta y la energía puesta sobre el soporte. Son los el material pobre, la materia corrupta. años en que Jorge Álvaro pone en cuestión las Renzi relata que “cuando volví a pintar, técnicas: el proceso del grabado le resulta empecé a hacerlo con pintura acrílica, por- “indirecto” y necesita el gesto del dibujo y que era técnicamente ‘moderna’. Aunque del lápiz en especial,“que tiene la soltura del enseguida pasé al óleo, el acrílico conservaba deslizamiento”. Ana Eckell también pasa del para mí uno de los rasgos fundamentales del empleo de uno a otro material; la tinta china, fin del modernismo: la fuerte inflexión tec- dice,36 “no me dejaba mover”, entonces el uso nológica. Por esos años, pensaba que mi pin- de las hojas de diseño en las que realiza los tura tenía que ser distanciada y que no debía polípticos El otro yo le permite ir “saltando registrar el paso de la mano: las huellas de la como de piedra en piedra”, ganando libertad: artesanía debían borrarse”.35 El pensamiento “Todo lo que hago está a punto de estallar”. 33 7/2/1981. 34 Sobre el artista véase catálogo Alberto Heredia, MAMBA, 1998. 35 Del reportaje a Renzi realizado por Beatriz Sarlo el 24 julio de 1984. Publicado en el catálogo de la muestra retrospecti- va de JPR en el Museo Castagnino de Rosario, 1984. 36 Cuando no ha sido indicada la fuente, el testimonio de los artistas se origina en los encuentros personales mantenidos en estos años. 21
  • 24. CUERPO Y MATERIA Martín-Crosa,37 construyendo una genea- soporte. Pero, además, el cuerpo impone su logía a partir de Noé, señalaba ya en ese presencia también en los alrededores de la obra. momento que “una gran parte de la dicción Así, cuando se intensifica el gesto que Renzi contemporánea […] ha llevado sus umbrales llamara romántico, cuando se despliega, expre- hasta límites extremos. Por la intención de sivo, en el abordaje de los grandes formatos fundarlo todo de nuevo desde un caos origi- de Noé, Renzi, Eckell, Médici, Pirozzi o nal […] por el abandono del creador a la Pierri, la carga energética del cuerpo en espontaneidad del gesto”. Así, el gesto, con- acción del artista desborda la tela y ambos, tenido por la modernidad, como apuntaba tela y gesto, se extienden más allá del soporte. Cuadernos de Arte Nuevo, Renzi, recupera prestigio. La subjetividad Y aquí cabría interrogarse en qué medida Nº 3-4, 1977 frente al peso de lo externo se impone como obras como éstas están involucrando al cuer- espacio incontrolable de libertad. El artículo po del espectador. Se expanden sobre los de Martín-Crosa –“La araña y la memoria”– muros y ejercen el peso del tamaño, real y de versaba sobre la obra de Stupía y pronuncia- imagen, sobre el que las contempla. Como si ba en el título el acto de recordar que desde se tratara de arquitectura y no de pintura. De la plástica “tentáculos buscadores” y “extrañas la misma manera, cerrado sobre sí, replegado nervaduras” conducen por entre “lo que se e imperceptible, el cuerpo parece pensarse a sí ve” y lo que “realmente existe”, como seña- mismo en las obras de Fermín Eguía o en las laba el crítico, hablando al espectador desde apretadas tramas de Eduardo Stupía. En el lo propio del oficio. Se opera sobre el sopor- otro extremo, utilizando los materiales indus- te como en un espacio de caligrafías y la triales (de los que se alejaba Renzi), pero car- obra de Eduardo Stupía abandona lentamen- gados de intensa subjetividad, León Ferrari Catálogo Ana Eckell, te la figuración para concentrarse cada vez hace sentir en un mínimo espacio la fragilidad galería Alberto Elía, 1983 más en el diálogo entre los elementos básicos desorientada de los hombres, casi inconsisten- del dibujo y el soporte. tes en la superficie blanca del papel [pp. 74 El gesto, en numerosos artistas, aparece a 77]. En cierto punto, se trata de su propia poblado de melancolía, inquieto, como si bata- impotencia y desasosiego frente a la desapari- llara entre decir o hacer, o mejor dicho, con el ción de su hijo Ariel. En la distancia del exi- decir a través del hacer. Mientras realiza sus lio, es el oficio, ejercitándose en la materia riadas nerviosas de color o sus apretadas pin- cerrada de las esculturas y en las tramas de celadas de materia, que derivarán del espacio las series, el que le impide “volverse loco”. partido a la apropiación extrema del soporte, Jorge Pirozzi escribe:“Es tan impresionante ALREDEDOR DE LAS OBRAS. ver las cosas como son que necesitamos ocul- LA CONSTRUCCIÓN DE UNA TRAMA tarlas bajo alguna forma de lectura”,38 o de PROTECTORA trazo material, agregaríamos nosotros. Entre 1975 y 1983 Luis Felipe Noé, a pesar Parecería que no hay lugar para una obra del exilio, puede mantener una presencia en distanciada. El cuerpo (o sus fragmentos) y la el medio y expone primero en la galería materia son un paisaje extendido sobre el Carmen Waugh y luego en ArteMúltiple,39 .37 Confirmado, 20 de abril de 1978. 38 Fragmento de unas líneas escritas por Jorge Pirozzi sobre un trozo de cartón. 22
  • 25. ESTUDIO CRITICO Sin título, óleo sobre tela, Arte Nuevo40 y Alberto Elía;41 Diana Dowek, 110 x 80 cm, en Arte Nuevo y ArteMúltiple; Carlos Felipe Pino, 1979 (con perforaciones Gorriarena, en Arte Nuevo y Alberto Elía; producidas por esquirlas Pino, en ArteMúltiple y Alberto Elía; Marcia de la bomba en El Porteño, en 1983) Schvartz, en ArteMúltiple y Alberto Elía y participa del premio De Ridder; Pablo Suárez interviene en los premios De Ridder y Braque y expone en Alberto Elía… Podríamos continuar hasta el infinito, enumerando coincidencias y recorridos; lo cierto es que los artistas aquí reunidos con- forman un núcleo sellado no sólo en cuanto a lo que atañe al oficio, sino por los lugares transitados. Siguiendo su trayectoria indivi- dual se hace visible un circuito que permitió la circulación más o menos fluida de las obras. El primer espacio emblemático es la galería de la chilena Carmen Waugh; allí 1 y 2 y el doble 3-4. El director de Noé realiza la muestras del 75 y 76, antes de Cuadernos era el propio Álvaro Castagnino su exilio, y allí también inauguran en salas –director de la galería– y la secretaria de separadas, mientras los tanques ocupan las redacción, la profesora Nelly Perazzo. Allí fue calles, el fatídico 24 de marzo de 1976, dado a conocer uno de los pocos gestos de Oscar Smoje (Sombras, 1975, p. 144) y Jorge resistencia a la dictadura que un amplio sec- Pietra (Espacios añicos, 1975, pp. 118 y 119). tor del campo artístico, con posiciones ideo- En paralelo, pero más acentuadamente luego lógicas absolutamente irreconciliables, tomó del cierre de Carmen Waugh, ArteMúltiple y en conjunto. Se trataba de una carta –envia- Arte Nuevo mantienen una activa continui- da en el mes de septiembre de 1977 a Raúl dad. Ambas salas se constituyen como espa- Casal, secretario de Cultura de la dictadura– cios de resistencia. Arte Nuevo editará los firmada por un amplio grupo de artistas, crí- Cuadernos de Arte Nuevo, una publicación ticos y galeristas;42 el objetivo del escrito era semestral de la que aparecieron los números apoyar a Daniel Martínez para la dirección 39 Fundada en octubre de 1975, en Viamonte 625. Allí expusieron, entre otros, Víctor Grippo, Felipe Pino, Marcia Schvartz, Juan Carlos Distéfano (junto con Fontana diseña, durante algún tiempo, las publicaciones de la galería), Eduardo Stupía, Juan José Cambre, Jorge Pirozzi, Fermín Eguía, Carlos Bissolino y Liliana Porter. 40 En el 64, Castagnino, que venía de una primera experiencia como galerista en Artcenter, abre su propio espacio, El Altillo, en la Galería del Este. Muy rápidamente decide cambiarle el nombre por el de Arte Nuevo, porque “quería estar con mi generación. Quería exponer arte contemporáneo”, delimitando así un perfil definido para el espacio. En las salas de la galería expusieron Alejandro Puente, Oscar Bony, Messil y, como se señaló, Dowek, Gorriarena, Noé y Gómez, entre otros. 41 Bajo un doble perfil de jóvenes y consagrados, el 3 de junio de 1980, en Azcuénaga 1739, se inaugura la Galería de Arte Alberto Elía. Expusieron, entre otros: Manuel Espinosa, Alejandro Puente, Josefina Robirosa, Kenneth Kemble, Gabriel Messil, Alicia Carletti, Juan José Cambre, Pablo Obelar, Libero Badíi, José María Aguiar, Jacques Bedel, María Juana Heras Velasco y Alberto Heredia. 42 Son 146 firmas individuales, librerías, el Museo del Grabado y 19 galerías. Entre las primeras aparecen literatos como Olga Orozco, Mujica Lainez y J.L. Borges; artistas consagrados como Blaszko, Kosice, Iommi, Hlito, Girola, Espinosa, Renzi, Puente, Heras Velasco y Testa, y otros más jóvenes como Carletti, Dowek, Bianchedi, J. Álvaro y Kuitca. Otros firmantes fueron Nelly Arrieta de Blaquier, Hugo Monzón, Jorge Feinsilber, Fermín Fèvre y Raúl Santana. 23
  • 26. CUERPO Y MATERIA Jorge Pirozzi, Miguel Briante, Jorge Pietra y Felipe Pino. Fotografía archivo Pirozzi del Museo Nacional de Bellas Artes, iniciati- colgó todos los trabajos.Vecinos de la galería va que, por supuesto, no fue tomada en vieron las obras y ésta comenzó a recibir cuenta. Luego la galería fue sede regular de amenazas telefónicas. Suárez y Elía evaluaron las exposiciones de Carlos Gorriarena y que las obras que molestaban eran dos des- Diana Dowek, entre otros, cuyas produccio- nudos masculinos que ostentaban su sexo (de nes concentraban la denuncia explícita de lo la serie próxima a Narciso), pero, de común sucedido. De ArteMúltiple, la galería de acuerdo, decidieron no censurar esas pinturas Gabriel Levinas, salió una de las primeras y levantaron toda la muestra: el día de la solicitadas por los desaparecidos. Luego, inauguración la galería estaba vacía y repleta Levinas cierra la galería y funda la revista de gente. Las obras no se vieron pero la gale- El Porteño, que se transformará en uno de los ría se abrió y un vasto grupo no pudo igno- más importantes medios de oposición al rar lo que estaba sucediendo. gobierno, lo que le valió la bomba de 1983 Rodeando a los artistas podemos señalar a –cuyas consecuencias registran también las críticos como Hugo Monzón, Raúl Santana, obras, como la de Pino que estaba en el des- Miguel Briante, Elba Pérez o Martín-Crosa, pacho de Levinas, expuesta aquí sin restau- entre otros, que sostuvieron desde el texto rar–, luego de que la publicación se abocara aspectos velados de las obras. Así, en 1976, al tema de los desaparecidos. Por su parte, en Hugo Monzón escribía desde La Opinión la galería de Alberto Elía se produce un epi- sobre Felipe Pino y señalaba que “son, en sodio que permite observar el delgado hilo suma, visiones de interiores nada calmos, combinatorio de censura, miedo y autocen- nada apacibles, abrumados por tensiones que sura que operaba más desde la sociedad que a su modo reflejan la condición apremiante desde el campo artístico o de los represores: y compulsiva de una época”. Esos críticos Pablo Suárez debía inaugurar un día martes decían hacia y desde el campo de la cultura y, junto con el galerista, el viernes anterior lo que estaba sucediendo más allá. 24
  • 27. ESTUDIO CRITICO Entre tanto, los premios, profundamente alternativos, lugares donde, en contra de la cuestionados en el período anterior, el prohibición de reunirse, era posible juntarse De Ridders –destinado a menores de 35 casi libremente. Allí, frente al silencio, todo años–, el Braque –una beca de perfecciona- se hablaba. “Terapéuticos”, dice Smoje que miento en París otorgada por la embajada de eran los talleres; como parte de las redes Francia– y el Benson & Hedges,43 en el lapso tendidas, él se había hecho cargo de muchos en cuestión constituyeron verdaderas opcio- de los alumnos que había dejado Noé y nes y alternativas de presentación en público llegó a tener como uno de ellos al hijo de –se exponían en el Museo Nacional de Paco Urondo, que asistía a clase mientras la Bellas Artes–, tanto para los jóvenes artistas familia era perseguida. La escultora Mariana como para la generación intermedia. Schapiro, de una generación que emerge Muchos de los presentes en esta muestra se con la democracia, en aquella época alumna hicieron acreedores a uno u otro premio, de Ernesto Pesce, habla de una especie de emergiendo, algunos de ellos, a la vida profe- colonia constituida alrededor del taller, donde sional en ese primer impulso que fue el incluso circulaban militantes políticos que De Ridders. creían poder desarrollar allí una tarea prose- En el mismo sentido, los talleres, junto litista. En 1978, en un catálogo que ya men- con las galerías, operaron como domicilios cionamos, para la muestra de Pino en Taller Ernesto Pesce. Entre otros Mariana Schapiro, Jorge González Perrín, Mariano Sapia, Ariel Mlynarzewicz y Ernesto Pesce 43 Sobre estos temas, véase Rossi, Cristina, “Como un hilo de agua en la arena”, en Penhos, Marta y Wechsler, Diana (coordinadoras), Tras los pasos de la norma, Archivos del CAIA, Buenos Aires, 1999. 25
  • 28. CUERPO Y MATERIA Taller de Cangallo, en los talleres de Cangallo 1227. Entre otros: Torroja, Heredia, Giesso, Smoje, Gorriarena, Renart y el gato Reutemann 26