2. FILOSOFIA DE LA PESCA DE LA CARPA
La pesca de la carpa tal y como nosotros la
entendemos es mucho más que un conjunto de
técnicas modernas acompañadas de un material
sofisticado. La parte más importante es
relativamente abstracta, no se mide por capturas,
ni por el peso, ni por lo que sabes, ni por lo
bueno que eres pescando. Lo que abandera a
todos los pescadores “carpfishing” en toda
Europa es un extremo respeto a la naturaleza y
al pez que capturamos. Promocionamos la figura
del pescador que respeta a los demás y que
sigue unas normas éticas de comportamiento.
3. PESCA SIN MUERTE
• Pesca sin muerte.
Creemos en la pesca deportiva, pescar
por el placer de pescar, sin tener
que demostrar nada a nadie y el
poder lograr vencer la desconfianza
de las carpas mas grandes. Todo
ello nos embarga un sentimiento de
gratitud hacia el pez que hemos
capturado, por las emociones que
nos ha ofrecido y por la manera en
que ha luchado por su vida.
Nosotros no podemos hacer menos
que devolvérsela, no podemos
maltratar a quien tantas
satisfacciones nos ha dado. Por
tanto, devolvemos el pez al agua,
para que se recupere y que en un
futuro próximo, con más peso,
vuelva a darnos mas satisfacciones,
no es raro conseguir engañar al
mismo pez en varias ocasiones
diferentes.
4. Devolver el pez al agua en las
mejores condiciones.
Después de la lucha el pez está
exhausto. No podemos
abandonarlo a las aguas en
estas condiciones, presa fácil
de cualquier depredador o
susceptible de poder herirse
debido a la dificultad de sus
movimientos. Por tanto lo
mantendremos en el agua con
nuestras manos,
desplazándolo hacia delante y
atrás para que entre agua en
sus agallas, ayudándole a
respirar. Lo mantendremos
recto hasta que se recupere y
por si mismo se escape de
nuestras manos.
5. Desenganche por rotura.
• Si el pez rompe el hilo y
arrastra en su huida todo
el aparejo, está
condenado si el plomo se
engancha en cualquier
obstáculo. Para evitar
esto nuestros montajes
estarán pensados para
que el hilo se deslice
dejando atrás el plomo.
Así, el pez podrá
moverse con relativa
libertad, hasta que se
desprenda el anzuelo y
quede totalmente libre.
6. Utilización de una sacadera
correcta.
• El uso de una sacadera
inadecuada, por el tamaño o
por la constitución de la malla,
puede dar al traste con
nuestra predisposición de no
causar daños al pez. Por
tanto, utilizaremos un salabre
de tamaño grande, adecuado
al tamaño de las capturas que
queremos realizar, y de una
malla específica para carpas.
Con ello evitaremos los
enganches de las aletas del
pez, que pueden romperse y
posibles descamaciones.
7. Utilización de moqueta de
recepción.
• Tras recoger el pez con la sacadera,
no podemos depositarlo en
cualquier lugar. Tengamos en
cuenta que se trata de peces de
gran tamaño y de gran peso. Dejarlo
sobre terrenos duros, o peor aun,
con piedras, puede ocasionar
lesiones al pez mientras se resiste
cuando intentamos sacarle el
anzuelo. Utilizaremos una moqueta
de recepción de material blando,
donde se amortigüen los golpes.
Esta moqueta tendrá un doble forro,
para que podamos cubrir al pez y
protegerlo del sol. Siempre
evitaremos colocar al pez sobre su
barriga, para no ocasionarle daños
internos debido al peso. Disponerlo
sobre un costado es la mejor
posición tanto para el pez como
para nuestro manejo.
8. Sujetar correctamente al pez.
• Para hacer la foto de la carpa
deberemos poner una de
nuestras manos por debajo a
la altura de la cabeza, la otra
mano la pondremos por
debajo a la altura de la aleta
anal. Debido a la mucosidad
que segrega la carpa a veces
es una tarea difícil, podremos
ayudarnos un poco abriendo
los dedos y poniéndolos entre
las aletas sin torcerlas. Nunca
deberemos introducir los
dedos entre las agallas o en el
hueco del ojo porque esto
supondría graves daños para
el pez.
9. Mantener el pez siempre
húmedo.
• Cuando manipulemos la carpa
fuera del agua lo haremos lo más
rápido posible. En todo el proceso
deberemos cuidar siempre de que
la carpa se mantenga húmeda.
Previamente habremos mojado la
moqueta de recepción. Mientras
preparamos todo para realizar la
foto, taparemos el pez con un
saco húmedo para protegerla del
sol, mientras tanto debemos ir
tirando agua encima. Haciendo las
cosas correctamente evitaremos
traumatismos a la carpa para que
su vuelta al agua sea en las
mejores condiciones posibles.
10. Curación de heridas
• Muchas veces durante la lucha el pez
roza contra piedras del fondo u otros
obstáculos que pueden causarle
heridas. Aunque creamos que sean
leves, una vez dentro del agua se
pueden infectar y pueden ser un
riesgo para su vida. Escamas que se
sueltan, pérdida de mucosidad, etc.
También debemos tener en cuenta la
herida del anzuelo. Emplearemos un
desinfectante para proteger las zonas
donde apreciemos cortes,
desescamaciones o ulceras. Podemos
recurrir a cualquier medicación de
acuariofilia, prepararla nosotros
mismos una disolución de
permanganato potásico, que
fácilmente encontraremos en
farmacias, o mejor recurrir a algún
producto específico como el Klinik de
KRYSTON.
11. Respeto al medio ambiente.
• Además de practicar la pesca sin
muerte, nuestra máxima debe ser
mostrar un respeto absoluto al
medio ambiente. Por donde
nosotros hemos pasado no debe
quedar huella, todo debe
mantenerse no como lo hemos
encontrado sino en mejores
condiciones, evitando a toda costa
dejar basura sea nuestra o no,
debemos también tener especial
cuidado en encender fuegos o
dañar la flora y la fauna. Con ello
aportaremos nuestro granito de
arena, pero lo que es mas
importante, daremos ejemplo a
otros y solo así podremos en el
futuro disfrutar del regalo que nos
hace la naturaleza.
12. El anzuelo
• Casi todas las capturas que
realizamos, vienen con el
anzuelo clavado en el labio
superior o inferior del pez,
gracias al sistema del hair.
Normalmente aunque los
anzuelos lleven muerte salen
fácilmente y dejan solo una
pequeña herida limpia y sin
desgarros. Nuestros montajes
están especialmente
diseñados a que claven en
zonas que no causen heridas
mortales a las carpas, nunca
se clavaran en las agallas, o
en la faringe, siempre en los
labios exteriores.
13. No alargar excesivamente la
lucha con el pez.
• Intentaremos que la captura no se
prolongue demasiado tiempo. No
estamos refiriéndonos a sacar al
pez del agua lo antes posible, de
manera salvaje. Tenemos que
trabajarlo para domar su fuerza,
pero sin recrearnos demasiado.
Devolveremos el pez al agua en
mejor estado físico si la captura se
ha realizado en el mínimo tiempo
aconsejable. Para ello nuestro
material será el adecuado para
mantener la lucha con el pez en
estas condiciones. Evitaremos
hilos muy finos que, para evitar
riesgos de rotura, nos obliguen a
alargar la lucha, ni carretes ni
cañas que no puedan soportar el
empuje de las grandes carpas.