El documento describe los efectos de la crisis financiera de 2008 en América Latina. Antes de la crisis, la región experimentó un fuerte crecimiento económico gracias a los altos precios de las materias primas y la inversión extranjera. Sin embargo, la crisis redujo la demanda de exportaciones, los precios de las materias primas y los flujos de capital. Países como México y Centroamérica se vieron más afectados debido a su dependencia de las exportaciones y las remesas de emigrantes.