El documento discute la globalización y la estructura del imperio moderno. Explica que la globalización ha existido desde la migración humana hace miles de años, pero ha tomado su forma actual desde el Renacimiento, impulsada por las potencias coloniales y ahora Estados Unidos. Describe la estructura piramidal del poder imperial, con Estados Unidos en la cima, seguido de corporaciones transnacionales y algunos estados-nación. Finalmente, discute la resistencia contrahegemónica organizada a nivel global contra la desigualdad y exclusión causadas por la
2. La globalización no es un fenómeno nuevo. Desde la
aparición del homo sapiens en África hace 12 mil años
y sus sucesivas migraciones al Asia y a Europa, es
válido decir que se inició la mundialización o
globalización. Después vino el intercambio de técnicas
de caza, de agricultura, de domesticación de animales,
de cestería, cerámica, metalurgia, de construcción de
viviendas, de preparación de alimentos. Las tribus y
clanes migratorios llevaban consigo sus técnicas y sus
modos de vida y de organización social. Otros se
hicieron sedentarios y desarrollaron las técnicas
bélicas, otros la construcción de monumentos, el
desarrollo de grandes centros poblados, y modelos de
sociedad autoritarias. La prehistoria, la historia antigua
y la historia moderna dan testimonio del avance
indetenible del fenómeno que nos ocupa.
3. Pero es a partir del fin de la Edad Media y el Renacimiento
que el fenómeno comienza a tomar el perfil que hoy le
caracteriza. Va quedando atrás la preponderancia de las
grandes migraciones humanas a favor del intercambio
mercantil hasta llenar a la vorágine actual de la circulación
instantánea de información con el uso de las nuevas
tecnologías. Éstas permiten la transmisión de datos,
imágenes, sonidos y la potencialidad de la democratización
a escala global del uso de tales tecnologías. Y decimos
potencialidad porque, según un informe del PNUD, la mitad
de la población mundial nunca ha utilizado un teléfono.
Como ha ocurrido a lo largo de la historia humana, las
tecnologías terminan por favorecer mayormente a quienes
detentan el poder. Internet permite una movilidad antes
inimaginada de los flujos financieros. Esa movilidad puede
desestabilizar la economía mundial como ocurre
actualmente.
4. Lo que generalmente denominamos globalización es un
vasto campo social en el cual los grupos, estados,
intereses e ideologías hegemónicas dominantes se
enfrentan a escala mundial con los grupos sociales,
estados, intereses e ideologías contrahegemónicas o
subordinadas (Fisher and Ponniah, 2003; Sen et al.,
2004) citados por Boaventura de Sousa Santos (2006)
(*).
El término global se refiere hoy tanto al proceso como a
los resultados de la globalización. Wellman, sociólogo
norteamericano, propuso el término glocalización para
describir la complejidad del fenómeno mediante el cual
se globaliza lo local y se localiza lo global.
(*) En buena parte, los contenidos que siguen se basan en Santos (2006)
5. El discurso dominante sobre la globalización es la
historia de los ganadores, escrita por los ganadores.
En un nivel de abstracción, es imposible una definición
de globalización concebida como proceso, dice Santos,
y adelanta su definición: Es un conjunto de
intercambios, en los cuales un determinado
artefacto, condición, entidad o identidad local
extiende su influencia más allá de sus fronteras
locales o nacionales y, al hacerlo, desarrolla una
habilidad de designar como local a otro artefacto,
condición, entidad o identidad rival como local.
Dicho en otras palabras, lo que denominamos
globalización es la globalización exitosa de un
localismo en particular.
6. Ejemplos de la globalización de localismos lo
constituyen la adopción universal de las mismas leyes
de propiedad intelectual y de las patentes de
telecomunicaciones agresivamente promovidas por los
Estados Unidos. En la globalización de localismos, lo
que resulta globalizado es el producto ganador de una
lucha por la apropiación y valoración de recursos o por
el reconocimiento hegemónico de una diferencia
cultural, racial, sexual, étnica, religiosa o regional. Esta
victoria se traduce en la capacidad para dictar los
términos de integración, competencia e inclusión.
Encontramos de nuevo que viejas modalidades se
repiten. La difusión de la religión cristiana, los proceso
de conquista y colonización de los países del Tercer
Mundo por Europa fueron respectivamente victorias
religiosas, culturales y étnicas.
7. Santos argumenta que en realidad localización y globa-
lización son las dos caras del mismo fenómeno. Lo
local se globaliza y lo global se localiza. Por ejemplo,
McDonalds, corporación norteamericana de comida
rápida, maneja un producto local que se globaliza.
Igual ocurrió con piezas musicales venezolanas como
“Moliendo café” y “Caballo Viejo” que se globalizaron
en su momento, como se ha globalizado Dudamel.
La capacidad de globalización generalmente está
asociada a las grandes corporaciones transnacionales.
En los casos que hemos mencionado del campo
musical, la industria cultural globalizada y los media
tienen la capacidad de impulsar la globalización de esos
productos simbólicos.
8. En cuanto a la otra cara del fenómeno, la localización,
ésta es generalmente producida por la globalización.
Dice Sousa que la difusión del inglés como lingua
franca de uso universal ha impulsado la localización de
otras lenguas, como la francesa, la cual era considera-
da en la época del mercantilismo como la lengua por
excelencia para los intercambios diplomáticos.
Hay quienes participan en la globalización como es el
caso de los agricultores cocaleros de Bolivia, Perú y
Colombia que contribuyen a la cultura global de la droga
pero permanecen confinados a su ámbito local y no
superan su situación miserable. Igual ocurre con los
habitantes de las favelas brasileñas cuya samba se
mundializa, mientras ellos permanecen prisioneros de
su condición marginal urbana.
9. El segundo proceso de globalización es el globalismo
localizado. Éste consiste en la alteración de
condiciones locales específicas. Esa alteración es
producto de prácticas e imperativos transnacionales
derivados de localismos globalizados.
Para responder a tales imperativos transnacionales, las
condiciones locales son desintegradas, oprimidas,
excluidas, desestructuradas y, eventualmente,
reestructuradas como inclusión subordinada.
10. Tales globalismos localizados incluyen la eliminación del
comercio tradicional y la agriculture de subsistencia la
creación de enclaves o zonas de libre comercio la
deforestación y destrucción masivas de recursos
naturales para el pago de deuda externa, el uso de
tesoros históricos, lugares y ceremonias religiosas, de
artesanías y de vida silvestre para beneficio de la
industria turística global, la contaminación ambiental
(para el pago de la deuda externa, compra por los
países del Tercer Mundo de los desechos tóxicos
producidos por los países capitalistas), la conversión de
la agricultura de subsistencia en agricultura para la
exportación como parte del “ajuste estructural”; y la
etnización del lugar de trabajo (devaluando los salarios
porque los trabajadores pertenecen a un grupo étnico
considerado “inferior”).
11. Aunque falsa, la idea de que la globalización es un
fenómeno lineal, homogeneizante e irreversible
prevalece hoy en día y tiende a afirmarse cuando se
mueve del campo del discurso científico al discurso
político y al discurso cotidiano de la gente.
En apariencia transparente y nada compleja, la idea de
globalización enmascara más que revela lo que está
sucediendo en el mundo contemporáneo. Cuando se la
examina desde una perspectiva diferente, se percibe la
importancia de lo que enmascara u oculta y esto es tan
substancial que la transparencia y simplicidad de la
idea de globalización, lejos de ser inocente, debe ser
considerada como un movimiento no sólo ideológico
sino político. Ese movimiento lleva a lo que ha
denominado Ramonet “el pensamiento único”.
13. El fenómeno de la globalización ha sido impulsado por
los intereses de dominio económico y político de las
grandes potencias: primero las potencias coloniales y
luego por las potencias postcoloniales. Actualmente,
según Hardt y Negri, somos testigos de la conformación
del Imperio postmoderno fase superior del capitalismo.
El Imperio es una estructura de dominación en la cual
los Estados Unidos, ubicados en la cúspide de la pirámi-
de del poder mundial, ejercen la hegemonía sobre el
uso mundial de la fuerza lo que les ha convertido en la
fuerza policial para ejercer la tiranía global. Sin
embargo, advierten estos autores, la monarquía imperial
“no tiene una Roma”, sino que el “cuerpo monárquico es
multiforme y espacialmente difuso”. El siguiente gráfico
analiza la estructura del imperio.
14.
15. El denominado cuerpo monárquico (cúspide de la
pirámide) está distribuido en redes, señalan Hardt y
Negri, “mediante mecanismos de control móviles y
articulados”. El control y organización del imperio se
ejercen principalmente a través de las tecnologías de
información y comunicación. Lo revolucionario de
estas tecnologías ha permitido a los Estados Unidos
desarrollar una dramática superioridad y una relación
asimétrica con respecto a todos sus aliados y
enemigos.
El segundo escalón de la pirámide está conforma-do
por las corporaciones transnacionales, que consti-
tuyen la aristocracia global.
16. Esa aristocracia global, fundamentada en las especulaciones
financieras, controla los flujos tecnológicos, la organización de los
mercados y determina hasta los flujos poblacionales, mediante la
construcción de redes comunicacionales globales que sirven a su
maquinaria productiva. Las corporaciones se extienden transver-
salmente bajo la protección de los poderes centrales que garan-
tiza sus operaciones productivas para abastecer los mercados.
En la tercera franja se ubica un grupo de Estados-nación que,
reunidos en organismos como el G-7, la OCDE, los clubes de
París y Londres, y Davos, determinan los flujos monetarios
globales primarios y con ello pueden regular los intercambios
internacionales.
En otro nivel de esta franja franja se encuentra un conjunto hete-
géneo de asociaciones, que se confunden con los poderes hege-
mónicos en lo militar y lo monetario, y ostentan el poder cultural y
biopolítico a escala global.
17. El poder cultural está concentrado en las corporacio-
nes transnacionales de la industria cultural de la infor-
mación y la comunicación.
El poder biopolitico lo explican Hardt y Negri como
sigue: “… cuando el poder se vuelve enteramente
biopolítico, todo el cuerpo social queda comprendido
en la máquina del poder, y se desarrolla en su
virtualidad. La relación es abierta, cualitativa y
afectiva. La sociedad, subsumida dentro de un poder
que llega hasta los núcleos de la estructura social y
sus procesos de desarrollo, reacciona como un único
cuerpo. El poder es entonces expresado como un
control que se extiende por las profundidades de las
conciencias y cuerpos de la población – y al mismo
tiempo a través de la totalidad de las relaciones
sociales.
18. Foucault define el concepto de biopolítico como sigue:
"El control de la sociedad sobre los individuos no sólo se
lleva a cabo mediante la conciencia o la ideología, sino
también en el cuerpo y con el cuerpo. Para la sociedad
capitalista lo más importante es la biopolítica, lo
biológico, lo somático, lo corporal.
Volviendo a la estructura de la pirámide, su base
consiste de todos aquellos grupos representantes de los
intereses populares. Sin embargo, aunque en la
Asamblea General de las Naciones Unidas los Estados-
nación subordinados conforman numéricamente la
mayoría, en realidad constituyen minoría en cuanto al
poder que ostentan frente a las potencias hegemónicas
que dominan el Consejo de Seguridad de la ONU.
19. Desde de la base de la pirámide, los medios se han
proclamado casi desde la aparición de la prensa como
la voz e, incluso, como la conciencia del pueblo en
oposición al poder de los Estados y los intereses
privados del capital. Sin embargo, la mayoría de los
medios forman hoy parte de conglomerados
corporativos, defensores de los intereses del capital e
instrumentos de la “manufactura del consenso” (Herman
y Chomsky).
Las funciones democráticas del Imperio, advierten Hardt
y Negri, son determinadas por las hibridaciones que se
dan entre la monarquía y la aristocracia “cambiando en
ciertos aspectos sus relaciones e introduciendo nuevas
relaciones de fuerza”.
20. El aglutinante que sostiene y permite la funcionalidad
de la constitución imperial es el espectáculo por el cual
se manipula la política y que en esta etapa mediática
es potenciada por los medios, especialmente por la
televisión. La manipulación del escenario político no
ha cambiado en sí, sino de grado.
La estructura de poder descrita por Hardt y Negri
(2000) explica los fenómenos de hegemonía global,
por un lado, y por el otro, de dependencia en todas sus
dimensiones (económica, financiera, política, cultural) y
de exclusión a que nos hemos referido
22. Cuando miramos de frente la estructura del imperio y su
poder y caemos en cuenta de lo que significa, en un
primer momento sentimos una sensación paralizante.
Hemos sido programados por la industria cinematográfica
para aceptar en nuestro inconsciente a personajes como
Súperman, Batman, Terminator que en la ficción
encarnan el poder norteamericano para luchar contra “las
fuerzas del mal”. Esas fuerzas del mal, en realidad son
las fuerzas que se oponen al dominio imperial. Esos
personajes de ficción tienen una doble misión: primero
generar confianza en la población norteamericana y la
del resto del mundo que se beneficia de las políticas
neoliberales y que constituyen la minoría porque el
imperio les protegerá; segundo, en el resto de la
población, que es la mayoría, paralizarla y hacerla
aceptar el dominio imperial como inevitable e imbatible.
23. Enfrentándose al imperio, hay un segundo modo de
producción de globalización, dice Santos. Lo llama el
cosmopolitanismo insurgente. Consiste en la resistencia
organizada transnacionalmente contra los intercambios
desiguales producidos o intensificados por los localismos
globalizados y los globalismos localizados.
Esta resistencia es organizada a través de los vínculos
locales/globales de las organizaciones y movimientos
sociales que representan a las clases y grupos sociales
victimizados por la globalización hegemónica y que se
unen en luchas concretas contra la exclusión, la inclusión
subordinada, la destrucción de medios de subsistencia; la
destrucción ecológica, la opresión política, la supresión
cultural, etc.
24. Tales organizaciones y movimientos aprovechan las
ventajas y posibilidades de interacción transnacional
creadas por el sistema mundial en transición, incluyendo
aquellos resultantes de la revolución en la informática y las
comunicaciones, y de la reducción de costos de viaje.
Las actividades cosmopolitas insurgentes incluyen, entre
muchas otras:
las redes igualitarias de solidaridad entre movimientos
sociales y ONG`S progresistas Norte-Sur y Sur-Sur;
• el nuevo internacionalismo de la clase obrera;
• las uniones transnacionales entre obreros de la misma
corporación multinacional que opera en países diferentes;
• los sindicatos de obreros y la ciudadanía que se agrupan
en las luchas contra las maquilas e industrias
discriminatorias y esclavistas;
25. • redes internacionales de ayuda legal alternativa;
• organizaciones transnacionales de derechos
humanos,
• redes y asociaciones internacionales feministas,
indígenas, ecológicas o alternativas;
• movimientos literarios, artísticos y científicos en la
periferia del sistema mundo, comprometidos en
estudios desde las perspectivas post-coloniales o
minoritarias, todos en busca de alternativas
congruentes con valores culturales no-imperialistas,
contra-hegemónicos.
26. Bibliografía:
Baudrillard, Jean (1994) Simulacra and simulation, Ann Arbor, The
University of Michigan Press.
Debord, Guy (2002) Society of the Spectacle, Londres, Rebel Press.
Hardt, Michael y Antonio Negri (2000) Imperio, de la edición de Harvard
University Press, Cambridge, Massachussets, disponible en:
http://paginadigital.com/articulos/2002rest/2002cuart/imperio/imp12-
5.html5.html,,
Hardt, Michael and Antonio Negri (2006) Multitude, Londres, Penguin
Books
Herman, Edward S. y Noam Chomsky (1988) Manufacturing Consent – The
political economy of the mass media, New York, Pantheon Books.
Méndez, Ana Irene y Elda Morales (2010) Comunicación, democracia y
ciudadanía, en proceso de publicación por Insumisos
Latinoamericanos.