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LAS MARAS
CONSIDERADOS HASTA DELICUENTES. Considerados por los extremistas como un cáncer de la sociedad, las maras ocupan en este momento un sitial de estorbo dentro de un país sediento de trabajo, algo que no aparece en el diccionario de estos jóvenes, a quienes unos ven como víctimas del sistema, mientras la mayoría los agrupa del lado de los delincuentes. Pero las maras no son "Made in Honduras'', este es un parto que vino del país más poderoso del mundo, ese que muchos buscan por un sueño, ese que casi siempre acaba en pesadilla. De ese país nos vino esa epidemia más letal que el dengue hemorrágico y más contagioso que el ébola.
Antecedentes En Estados Unidos, desde finales de la década de los sesenta e inicios de los setenta y al terminar la prosperidad económica que se dio después de la Segunda Guerra Mundial, la clase gobernante y sus representantes lanzaron ataques contra la clase obrera y su nivel de vida. Trataron de desbaratar los sindicatos, despedir a grandes cantidades de trabajadores de sus empleos, aceleraron la producción en los talleres, y redujeron los programas sociales.  Los edificios escolares se convirtieron en ruinas superdotadas carentes de fondos. El abuso de las drogas, sobretodo de la cocaína en piedras, aumentó bárbaramente en muchos de estos distritos. Las calles comenzaron a llenarse de jóvenes desocupados, que en grupos comenzaron a organizarse en lo que ellos llamaron pandillas, compuesta por muchachos sin trabajo, sin futuro, de hogares disueltos, en definitiva, vulnerables a la perdición.
La Mara Salvatrucha (MS) y La 18 Conocidas  c omo :   pandillas juveniles hay que destacar que la primera en formarse es La 18, que se identifica asi por estar en esa calle del sector de Rampart en Los Angeles. Sus integrantes, todos latinos y negros, comienzan a ser liderados por mexicanos, que representan la mayor cantidad de inmigrantes en California.  Pero luego surgen sus contrincantes o enemigos, que son los salvadoreños que forman la llamada Mara Salvatrucha y a partir de ese momento comienzan a librar batallas campales en busca de dominios de territorios.  En escena aparecen jóvenes con sus cuerpos enteramente tatuados, cortes de pelos punk, camisetas negras con dibujos de calaveras, saludando con signos y lenguajes corporales propios y herméticos, golpeando en la cara y escupiendo.
En los barrios y ciudades que ellos dominan se roban autos, se saquean casas, se intimida a los vecinos. También se "alquilan" esquinas, incluso por horas, a vendedores de droga que no pertenecen a la pandilla. Algunos pandilleros reúnen entre 400 y mil dólares por día con estos "alquileres", dijo White.  Los "cien suburbios en busca de una ciudad" que conforman Los Angeles incluyen grupos vinculados a carteles de droga, pandillas delictivas locales y bandas "no tan sofisticadas ni desarrolladas pero con una estructura que recuerda al viejo crimen organizado", explicó el policía Kevin Rogers. Ahora estas dos pandillas tienen sus tentáculos en todo Estados Unidos y cada una se ufana de decir que tienen mayor cantidad de simpatizantes.
La Palabra Mara  Pero obviamente los creadores de estas pandillas han sido latinos que en determinado momento han sido deportados o simplemente regresan de vacaciones a sus países y es ahí donde comienza la proliferación en América Latina, incluida Honduras.  La palabra mara es, sin dudas, puesta por los salvadoreños y lo usan como una acortación de la palabra "Marabunta'', nombre de una hormiga salvaje que habita en grandes cantidades y arrasa las junglas amazónicas como una plaga.  Esta acepción de la palabra mara ellos la usaron al identificarse como un grupo de jóvenes que invadieron Estados Unidos, se regaron como una plaga y tomaron un aspecto destructivo dentro de una ciudad tan gigantesca como Los Angeles.  Al igual que en Estados Unidos, en Honduras surgen numerosas organizaciones de mareros con los más variados nombres, pero todas identificadas ya sea con La 18 o con la MS, abreviatura de la Mara Salvatrucha.
Un estudio sociológico establece que el joven es enérgico e impulsivo, por naturaleza. Si estos factores no son orientados, al menos en parte, por el esquema educativo, busca un cauce por donde desbordarse y lo hace mejor asociándose con otros motivados por lo mismo. La música juvenil moderna, con su prédica de violencia, empeora la perspectiva. También la pandilla, con su impulso por irrumpir en todo y por destruirlo todo, es una expresión, en nuestro país, contra el eterno encierro en el "gheto" de la pobreza, en el encierro de la cuartería, que es como una cárcel desde la cual ve a otros manifestarse o desplegarse en diversiones, sin tener él la oportunidad de hacerlo.
La música predominante en estos grupos es el rap, el cómputo, el reagge y, en ocasiones, la salsa erótica. La música tiene un sentido especial para estos jóvenes, sobretodo, en lo que se refiere a la celebración de fiestas, conocidas como "partis" (del inglés party). Se esparcen en las calles del barrio y bailan formando grupos de hasta diez. Generalmente los "partis" terminan en trifulca, lanzan botellas, piedras   Miembros de pandillas en su propio "territorio," sea en su escuela o en la comunidad, pueden ser abiertamente hostiles. Fuera de este territorio, pueden parecer amigables y amistosos. Pero ellos tienen un "código" y sentido de justicia propio, y, si piensan que ese código ha sido violado, puede resultar en su repentina falta de cooperación, o peor, en violencia.
Jóvenes de una gran variedad de grupos étnicos y socio-económicos se están incorporando a pandillas. Ningún grupo étnico o ubicación geográfica es excluida. Las edades de miembros de pandillas son de los 13 a 21 años. Entrevistas con miembros de pandillas indican que ellos mismos no entienden porqué se unen a pandillas, pero sus razones varían desde por fraternidad hasta por protección propia, como sigue.  Identidad: Los miembros de pandillas quizá no pueden lograr una identidad en su ambiente, entonces la buscan en la cultura de las pandillas. Muchas veces se imaginan ser como guerreros contra el mundo de fuera, protegiendo a su vecindad.
QUE SE PUEDE HACER ? Los padres deben de estar conscientes de cambios que ocurren en sus hijos, tal como en su manera de vestir, su selección de amigos, y/o en su comportamiento. Hacer caso a lo que está ocurriendo en la vida de sus hijos. Haraganearía, violencia y falta de respecto hacia otras personas y propiedad pueden ser señales de asociación con pandillas.  Dinero extra: Si su hijo o hija han comprado cosas nuevas y caras, o tienen dinero extra, pero no tienen explicación acerca de donde ha venido el dinero, debe de alertarse usted que algo está pasando. Cambios en conducta y el modo de vestir pueden ser cambios normales de la adolescencia, pero también pueden ser una indicación de que algo no va bien. Sepa la diferencia siendo padres conscientes y atentos.  Las maras son un peligro latente para toda la sociedad en Honduras y enfocar la atención a este problema es urgente porque si en este momento la situación es de alarma, al paso que vamos en poco tiempo la solución será inalcanzable.
La revelación de este marero, que le ha jugado la vuelta a la muerte después de que doce de sus amigos fueron asesinados por un escuadrón desconocido, no es nada novedoso porque el pedir dinero es un vicio sin control de los mareros.  Una encuesta realizada por la Unidad de Investigación de LA PRENSA revela que aunque la mayoría de los pandilleros juveniles saben un oficio, no tienen limitaciones físicas, un ochenta por ciento prefiere no trabajar por dos razones, por un lado se acostumbraron al dinero fácil y además no les gusta separarse ni por horas del grupo de amigos, a los que ellos llaman "jomis'', algo asi como hermanos o carnales. Esta misma encuesta revela que un considerable porcentaje que ha intentado buscar un trabajo se ha encontrado con la dificultad que nadie parece dispuesto a meter a su empresa a una persona llena de tatuajes, un símbolo inseparable de estos jóvenes.  Una cuota o un peajea
Una vez que una persona decide ingresar a la mara, explicó Carlos Alvarado, jefe de maras, la persona tiene que meterse al centro de un círculo. En ese momento el jefe de la mara da la orden de inicio, se trata de trece segundos en los cuales todos los miembros de la mara comienzan a golpear, con las manos y los pies, al aspirante a nuevo miembro.  Una vez que pasan los trece segundos, el jefe da la orden de parar, levanta del suelo al aspirante y le dice, bienvenido al barrio, una señal que ya pertenece a la mara que domina en ese sector.  Con las mujeres ocurre una cosa diferente y es que a ellas les dan tres opciones. La primera aguantar los trece segundo de la golpiza, la segunda que acepte tener relaciones sexuales con todos los mareros y la tercera que mate a un miembro de una pandilla enemiga.
FIN

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Las maras considerados delincuentes en Honduras

  • 2. CONSIDERADOS HASTA DELICUENTES. Considerados por los extremistas como un cáncer de la sociedad, las maras ocupan en este momento un sitial de estorbo dentro de un país sediento de trabajo, algo que no aparece en el diccionario de estos jóvenes, a quienes unos ven como víctimas del sistema, mientras la mayoría los agrupa del lado de los delincuentes. Pero las maras no son "Made in Honduras'', este es un parto que vino del país más poderoso del mundo, ese que muchos buscan por un sueño, ese que casi siempre acaba en pesadilla. De ese país nos vino esa epidemia más letal que el dengue hemorrágico y más contagioso que el ébola.
  • 3. Antecedentes En Estados Unidos, desde finales de la década de los sesenta e inicios de los setenta y al terminar la prosperidad económica que se dio después de la Segunda Guerra Mundial, la clase gobernante y sus representantes lanzaron ataques contra la clase obrera y su nivel de vida. Trataron de desbaratar los sindicatos, despedir a grandes cantidades de trabajadores de sus empleos, aceleraron la producción en los talleres, y redujeron los programas sociales. Los edificios escolares se convirtieron en ruinas superdotadas carentes de fondos. El abuso de las drogas, sobretodo de la cocaína en piedras, aumentó bárbaramente en muchos de estos distritos. Las calles comenzaron a llenarse de jóvenes desocupados, que en grupos comenzaron a organizarse en lo que ellos llamaron pandillas, compuesta por muchachos sin trabajo, sin futuro, de hogares disueltos, en definitiva, vulnerables a la perdición.
  • 4. La Mara Salvatrucha (MS) y La 18 Conocidas c omo : pandillas juveniles hay que destacar que la primera en formarse es La 18, que se identifica asi por estar en esa calle del sector de Rampart en Los Angeles. Sus integrantes, todos latinos y negros, comienzan a ser liderados por mexicanos, que representan la mayor cantidad de inmigrantes en California. Pero luego surgen sus contrincantes o enemigos, que son los salvadoreños que forman la llamada Mara Salvatrucha y a partir de ese momento comienzan a librar batallas campales en busca de dominios de territorios. En escena aparecen jóvenes con sus cuerpos enteramente tatuados, cortes de pelos punk, camisetas negras con dibujos de calaveras, saludando con signos y lenguajes corporales propios y herméticos, golpeando en la cara y escupiendo.
  • 5. En los barrios y ciudades que ellos dominan se roban autos, se saquean casas, se intimida a los vecinos. También se "alquilan" esquinas, incluso por horas, a vendedores de droga que no pertenecen a la pandilla. Algunos pandilleros reúnen entre 400 y mil dólares por día con estos "alquileres", dijo White. Los "cien suburbios en busca de una ciudad" que conforman Los Angeles incluyen grupos vinculados a carteles de droga, pandillas delictivas locales y bandas "no tan sofisticadas ni desarrolladas pero con una estructura que recuerda al viejo crimen organizado", explicó el policía Kevin Rogers. Ahora estas dos pandillas tienen sus tentáculos en todo Estados Unidos y cada una se ufana de decir que tienen mayor cantidad de simpatizantes.
  • 6. La Palabra Mara Pero obviamente los creadores de estas pandillas han sido latinos que en determinado momento han sido deportados o simplemente regresan de vacaciones a sus países y es ahí donde comienza la proliferación en América Latina, incluida Honduras. La palabra mara es, sin dudas, puesta por los salvadoreños y lo usan como una acortación de la palabra "Marabunta'', nombre de una hormiga salvaje que habita en grandes cantidades y arrasa las junglas amazónicas como una plaga. Esta acepción de la palabra mara ellos la usaron al identificarse como un grupo de jóvenes que invadieron Estados Unidos, se regaron como una plaga y tomaron un aspecto destructivo dentro de una ciudad tan gigantesca como Los Angeles. Al igual que en Estados Unidos, en Honduras surgen numerosas organizaciones de mareros con los más variados nombres, pero todas identificadas ya sea con La 18 o con la MS, abreviatura de la Mara Salvatrucha.
  • 7. Un estudio sociológico establece que el joven es enérgico e impulsivo, por naturaleza. Si estos factores no son orientados, al menos en parte, por el esquema educativo, busca un cauce por donde desbordarse y lo hace mejor asociándose con otros motivados por lo mismo. La música juvenil moderna, con su prédica de violencia, empeora la perspectiva. También la pandilla, con su impulso por irrumpir en todo y por destruirlo todo, es una expresión, en nuestro país, contra el eterno encierro en el "gheto" de la pobreza, en el encierro de la cuartería, que es como una cárcel desde la cual ve a otros manifestarse o desplegarse en diversiones, sin tener él la oportunidad de hacerlo.
  • 8. La música predominante en estos grupos es el rap, el cómputo, el reagge y, en ocasiones, la salsa erótica. La música tiene un sentido especial para estos jóvenes, sobretodo, en lo que se refiere a la celebración de fiestas, conocidas como "partis" (del inglés party). Se esparcen en las calles del barrio y bailan formando grupos de hasta diez. Generalmente los "partis" terminan en trifulca, lanzan botellas, piedras Miembros de pandillas en su propio "territorio," sea en su escuela o en la comunidad, pueden ser abiertamente hostiles. Fuera de este territorio, pueden parecer amigables y amistosos. Pero ellos tienen un "código" y sentido de justicia propio, y, si piensan que ese código ha sido violado, puede resultar en su repentina falta de cooperación, o peor, en violencia.
  • 9. Jóvenes de una gran variedad de grupos étnicos y socio-económicos se están incorporando a pandillas. Ningún grupo étnico o ubicación geográfica es excluida. Las edades de miembros de pandillas son de los 13 a 21 años. Entrevistas con miembros de pandillas indican que ellos mismos no entienden porqué se unen a pandillas, pero sus razones varían desde por fraternidad hasta por protección propia, como sigue. Identidad: Los miembros de pandillas quizá no pueden lograr una identidad en su ambiente, entonces la buscan en la cultura de las pandillas. Muchas veces se imaginan ser como guerreros contra el mundo de fuera, protegiendo a su vecindad.
  • 10. QUE SE PUEDE HACER ? Los padres deben de estar conscientes de cambios que ocurren en sus hijos, tal como en su manera de vestir, su selección de amigos, y/o en su comportamiento. Hacer caso a lo que está ocurriendo en la vida de sus hijos. Haraganearía, violencia y falta de respecto hacia otras personas y propiedad pueden ser señales de asociación con pandillas. Dinero extra: Si su hijo o hija han comprado cosas nuevas y caras, o tienen dinero extra, pero no tienen explicación acerca de donde ha venido el dinero, debe de alertarse usted que algo está pasando. Cambios en conducta y el modo de vestir pueden ser cambios normales de la adolescencia, pero también pueden ser una indicación de que algo no va bien. Sepa la diferencia siendo padres conscientes y atentos. Las maras son un peligro latente para toda la sociedad en Honduras y enfocar la atención a este problema es urgente porque si en este momento la situación es de alarma, al paso que vamos en poco tiempo la solución será inalcanzable.
  • 11. La revelación de este marero, que le ha jugado la vuelta a la muerte después de que doce de sus amigos fueron asesinados por un escuadrón desconocido, no es nada novedoso porque el pedir dinero es un vicio sin control de los mareros. Una encuesta realizada por la Unidad de Investigación de LA PRENSA revela que aunque la mayoría de los pandilleros juveniles saben un oficio, no tienen limitaciones físicas, un ochenta por ciento prefiere no trabajar por dos razones, por un lado se acostumbraron al dinero fácil y además no les gusta separarse ni por horas del grupo de amigos, a los que ellos llaman "jomis'', algo asi como hermanos o carnales. Esta misma encuesta revela que un considerable porcentaje que ha intentado buscar un trabajo se ha encontrado con la dificultad que nadie parece dispuesto a meter a su empresa a una persona llena de tatuajes, un símbolo inseparable de estos jóvenes. Una cuota o un peajea
  • 12. Una vez que una persona decide ingresar a la mara, explicó Carlos Alvarado, jefe de maras, la persona tiene que meterse al centro de un círculo. En ese momento el jefe de la mara da la orden de inicio, se trata de trece segundos en los cuales todos los miembros de la mara comienzan a golpear, con las manos y los pies, al aspirante a nuevo miembro. Una vez que pasan los trece segundos, el jefe da la orden de parar, levanta del suelo al aspirante y le dice, bienvenido al barrio, una señal que ya pertenece a la mara que domina en ese sector. Con las mujeres ocurre una cosa diferente y es que a ellas les dan tres opciones. La primera aguantar los trece segundo de la golpiza, la segunda que acepte tener relaciones sexuales con todos los mareros y la tercera que mate a un miembro de una pandilla enemiga.
  • 13. FIN