1. civismo
El civismo se refiere a las pautas mínimas de comportamiento social que
nos permiten convivir en colectividad. Se basa en el respeto hacia el
prójimo, el entorno natural y los objetos públicos; buena educación,
urbanidad y cortesía.
Se puede entender como la capacidad de saber vivir en sociedad
respetando y teniendo consideración al resto de individuos que componen
la sociedad siguiendo unas normas conductuales y de educación que
varían según la cultura del colectivo en cuestión.
Destacar el civismo de la sociedad coreana como se demostró en 1997,
cuando se organizó una campaña improvisada de donación de joyas de oro
y plata para recomponer las maltrechas reservas cambiarias del país y así
evitar la bancarrota, y la sociedad nipona en el gran terremoto que sufrió
en 2011.
Proyectos
Dentro del marco del Plan para la Promoción del Civismo, en el Eixample
se ha puesto en marcha un proyecto piloto a partir del cual las
asociaciones de ocio entran en las aulas de los institutos de secundaria
para trabajar y debatir contenidos de civismo. La idea de hacer
responsables a las entidades de llevar a cabo este proyecto tiene un
motivo claro: el asociacionismo fomenta como tal las conductas cívicas.
-Esta afirmación, que aparentemente puede ser más o menos real, se basa
en el hecho de que la implicación de la juventud en
2. las entidades la hace partícipe de la vida en comunidad, de los proyectos
colectivos y de la toma de decisiones sobre lo que pasa en su entorno.
Asociarse, en el fondo, no es nada más que formarse en el campo de los
valores colectivos y del trabajo para un proyecto común que, en definitiva,
nos hace más conscientes del papel que tenemos dentro del conjunto de
la sociedad y, en consecuencia, nos hace personas más cívicas.
Es, por lo tanto, completamente pertinente que las asociaciones cobren
protagonismo en esta transmisión de conceptos sobre civismo, entendido
este como el conjunto de valores que facilitan la convivencia con el medio
(bien con las personas, bien con el entorno natural). El hecho de dar este
formato al proyecto surgió del interés del plan del civismo en acercarse a
la gente joven a través de alguna plataforma organizada que, en este caso,
fue el Consejo de Juventud de Barcelona (CJB). Como se trataba de una
experiencia piloto, se buscó una entidad de influencia local que fuera
miembro del Consejo con la finalidad de que se ocupara de idear un
proyecto, pensando en la realidad del distrito donde se llevaría a cabo. Y
esta entidad fue la Coordinadora Infantil y Juvenil del Eixample, que, a la
3. vez que es
miembro del CJB, es la entidad que justamente gestiona el plan de civismo
en el distrito del Example.
Civismo en lo niños
El civismo comprende un conjunto de conceptos y valores que necesita
saber todo ciudadano responsable, siendo necesario ser inculcado desde
pequeños para que no sea sólo un concepto teórico memorizado sino
parte de sus vidas, algo natural que irradie en su forma de actuar.
Conocer y practicar tanto los derechos como los deberes, reglas de
urbanismo, tolerancia, convivencia, democracia y valores en general;
siendo necesaria la enseñanza en casa que será un punto de partida en el
tema, el mismo que será complementado con la enseñanza en el colegio.
Los maestros pueden organizar votaciones para inculcar la democracia
desde pequeños, pudiendo ser para cargos dentro del aula, también
durante la temporada electoral del país se puede hacer participar a los
alumnos de una votación interna donde ellos elijan a sus autoridades
ciudadanas (alcaldes, prefectos, presidentes, etc.) donde se cuenten los
votos, se conozcan los resultados de los mismos (válidos, nulos, en
blanco).
4. El ambiente en el cual se desarrolla el niño es lo más importante, aún más
que el hogar, porque para los niños el hogar es algo particular en sus vidas
que representa lo personal, en cambio el medio ambiente, la calle,
representa la sociedad.
Si el medio ambiente donde vive el niño predomina el civismo, este será
complementado con lo inculcado en el hogar y en la escuela; pero si
carece de civismo, entrará en conflicto con lo inculcado tanto en el hogar
como en la escuela y predominará lo que ven en las calles; por lo que es
importante tratar de mantener a los niños alejados de malos ejemplos que
puedan ver en los noticieros y programas de televisión (gente faltándose
el respeto por ejemplo), llevarlos a lugares donde se vea que la gente tira
los papeles al suelo (un parque público o playa que no cuente con botes de
basura y la gente en vez de llevarse la basura la arroje en el césped), no
respetar a los adultos (en el supermercado ceder la atención de cajas a
personas ancianas, embarazadas, o en el bus ceder el asiento, etc.)
5. Civismo en jóvenes
¿Por qué, en general, se tiene esa imagen negativa de la juventud?
¿Hemos contribuido nosotros a fomentar ese perfil? Es cierto que
debemos entonar el mea culpa. Muchas actividades relacionadas con el
ocio que practican los jóvenes representan, de cara a la sociedad en
general, una visión negativa de nosotros. Hay que ponderar el derecho de
los vecinos al descanso con el derecho de los jóvenes a emplear su tiempo
libre de la forma que quieran, siempre desde el mutuo respeto y a través
de conductas plenamente cívicas.
Pero también es cierto que no solo del botellón viven los jóvenes. Muy
poca repercusión tienen en los medios las acciones de voluntariado o de
asociacionismo cultural y político, en pos del bien social, que practicamos.
Por ello, debemos mejorar, entre todos, la imagen de la juventud
aragonesa y española para convertirnos, por fin, en una sociedad avanzada
que mira al futuro con optimismo.
Civismo en Colombia
Los diversos marcos jurídicos, bien de carácter nacional o internacional,
reconocen a los niños y adolescentes, entre muchos derechos, los de
libertad de expresión, de pensamiento, conciencia y religión; también los
de libertad de reunión y de asociación, les autoriza el acceso a la
información que les favorezca para su bienestar social, moral y para su
salud física y mental; además les garantiza el derecho de participación y
6. los
incentiva al diálogo y al intercambio de opiniones y a que ocupen un papel
activo en su entorno y a que adquieran mayores responsabilidades.
Independientemente de lo escrito sobre el tema, que todos deberíamos
acatar, sabemos que juegan un papel trascendental en su desarrollo el
ámbito familiar en el que padres y madres, desde los primeros años de
vida, les inculquen formación en valores y potencien sus capacidades; y la
escuela, que no sólo les proporciona conocimientos, sino que les permite
socializar con otros.
Desafortunadamente vivimos una época en la que es inocultable la
descomposición social, la pérdida de valores y de creencias, la violencia
intrafamiliar, el irrespeto a la vida; es decir, experimentamos una realidad
en la que los comportamientos humanos han sufrido toda clase de
alteraciones movidos por factores endógenos y exógenos, en un mundo
loco donde los afanes e influencias trastocan las prioridades, afectando
gravemente la convivencia.
7. Da pena observar a los jóvenes de hoy, les falta tanto civismo y urbanidad,
porque actúan llevados por la ola del libre desarrollo de la personalidad y
de una modernidad mal entendida, bajo la influencia de una sociedad de
consumo, en la que las buenas costumbres y los buenos modales, que
ayudaban a mantener la armonía social y familiar, se hallan totalmente
desaparecidos, cayendo en un facilismo, ordinariez, desfachatez e
indiferencia que rayan con los antivalores, y en muchos casos proceden
con tal cinismo e irresponsabilidad que causa tristeza y pesimismo.
La mayoría de los niños y adolescentes que estamos educando, conocen
sus derechos, pero ignoran sus deberes, no saben del respeto que
merecen sus padres y maestros, los ancianos; tampoco conocen las más
mínimas reglas de cortesía y de consideración para con sus semejantes;
dejan mucho que desear sus formas de vestir, sus comportamientos en
actos públicos y privados, con sus vecinos y amigos; no ha de faltar el
irrespeto por los símbolos patrios y monumentos; desconocen que sus
derechos van hasta donde comienzan los de los demás; son intolerantes y
descorteses con las opiniones de los demás, con la diversidad cultural y las
etnias, etc.
8. Por todo lo anterior es tan loable y bienvenida toda gestión que busque
recuperar valores, principios y comportamientos sociales y cívicos que
hagan amable la convivencia, y es lo que viene haciendo el Congreso de la
República, en desarrollo de la Constitución Política y de la Ley General de
Educación, al adelantar el estudio del proyecto de Ley 140 de 2010 que
promueve y revive como asignatura obligatoria los temas del civismo y la
urbanidad, para que hagan parte del Plan Educativo Institucional de todos
los establecimientos educativos, públicos y privados, a partir del nivel
preescolar hasta completar la educación media; ojalá que en los debates
se adicione hasta el primer semestre de educación superior, incluyendo y
enfatizando los postulados de la Noviolencia, con el fin de reconstruir
tejido social, de poner fin a tanto desorden y de estructurar una nueva
sociedad justa y armónica, formada por individuos comprometidos con su
patria y con sus semejantes, solidarios, emprendedores, trabajadores y
educados para un entorno familiar, laboral, institucional y de negocios, en
el que primen el respeto, la moralidad, el civismo, la urbanidad y el sentido
de pertenencia.
9. La población necesita civismo
El Gerente manifestó su preocupación por la poca cultura ciudadana que
tienen muchas personas ante situaciones sencillas que se presentan en la
cotidianidad, “como ceder el asiento en el bus a ancianos, a mujeres y con
mayor razón si están embarazadas”, expresó.
Por otra parte, hizo énfasis en la importancia de tener conciencia
ciudadana, “con respecto a la actitud que debemos tener como
ciudadanos, pues debemos cumplir con la mínimas normas para vivir en
armonía con los demás”, opinó Bedoya.
Juan Carlos Bedoya cree que al concepto de vida no se le ha dado la
importancia que merece, “pues no hemos hecho nada por enseñar y
culturizar a la gente, hay que sumarse a las campañas positivas de la
administración municipal, siendo Cardisel una empresa privada”.
Son preocupantes las altas tasas de mortalidad que en Pereira han dejado
los accidentes de tránsito.
10. El gerente de Cardisel invita a las personas que tengan carro o moto, “a
que sean prudentes y pacientes en los trancones, a que sean educados y
no expresen groserías al que se equivocó, a que sean tolerantes y
respetemos que cualquiera se puede equivocar, pero sobretodo, a
respetar y cumplir las señales de tránsito, pues si todos lo hacemos
aportamos a que las preocupantes cifras