El documento describe la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, cómo se convierte el pan y el vino en su Cuerpo y Sangre durante la misa a través de las palabras de la consagración, y los frutos de recibir la Sagrada Comunión como fortalecer la unión con Cristo y la Iglesia, perdonar pecados veniales y preservar del pecado mortal.