1. MI PAPÁ ES EL PILOTO
En la sala de un aeropuerto esperando la hora de abordar se encontraban distintos pasajeros; entre ellos un
pequeño de entre seis y siete años. Todos entretenidos en sus charlas de adultos y el pequeño en colorear sus
páginas de caricaturas; llegada la hora de abordaje, el personal de la aeronave invito a encaminarse hacia la
terminal que conectaba con el avión, y entre ellos, también caminó el niño que con paso firme y confiado se dirigía
en el mismo rumbo de todos.
Lo que llamaba la atención era que aparentemente se encontraba solo, ningún adulto viajaba con él; cuando por fin
se ubicó cada quien en su asiento correspondiente el personal de abordo asignó al niño a su lugar y se aseguraron
de que estuviera cómodo.El vuelo comenzó y los adultos tenían la curiosidad de saber con quién el niño viajaba;
después de algunos minutos de estar en el aire, como es típico en estos viajes, el avión comenzó a experimentar
zozobra a raíz de la turbulencia, y todos los pasajeros entraron en temor y posteriormente en pánico; algunos hasta
gritaban en determinados momentos.
Sin embargo, el pequeño continuaba coloreando, y no le afectó en nada lo que sucedía al interior del avión; parecía
tranquilo y confiado. De alguna manera se entiende que un niño sea confiado pero no en circunstancias como
éstas. Suelen ser momentos difíciles para cualquier persona… Una dama que no soportó la curiosidad por ver la
confianza y paz que reflejaba aquel niño, se acercó a él y le dijo: “todos los adultos estamos espantados, tú ¿no
tienes miedo? El niño le vio a los ojos y con calma le respondió: “No, no tengo miedo, MI PAPÁ ES EL PILOTO”.
¿Es tu papá el piloto? Asegúrate que lo sea.