1. Alejandro Rojas Díaz Durán
Ciudad de México, a 4 de enero del 2015.
Lic. Carlos Navarrete Ruíz,
Presidente del C.E.N. del Partido de la
Revolución Democrática,
P r e s e n t e:
Los tiempos aciagos que vive la Nación reclaman de nuevas ideas, valores, acciones y voluntades que estén muy por encima de los
intereses de los partidos políticos y mucho más cercanos a los intereses de todas las expresiones sociales que han sido agraviadas
durante las últimas décadas.
México exige hoy —como nunca antes— una transformación profunda y de raíz de este putrefacto régimen político que ha sido
carcomido por la corrupción, la impunidad, la inseguridad, la narco-violencia, la injusticia y la ilegalidad, que son toleradas y protegidas
por una coalición de intereses que se apoderó del aparato del Estado y que ha deformado la esencia constitucional de las instituciones
de la República.
Los poderes públicos están sometidos a esos ilegítimos intereses para seguir abultando sus ya de por sí exhorbitantes ganancias a costa
de la desigualdad social, en tanto se continúa desgarrando el tejido social en prácticamente todo el territorio nacional, al tiempo de que
se sigue empobreciendo a millones de mexicanos con su política económica depredadora, que mantiene estancado el crecimiento, con
salarios de hambre y aplastando diariamente el esfuerzo de millones de micro-empresarios en el campo y en las ciudades.
Esto no puede continuar así. Tenemos que hacer algo más contundente para conquistar un nuevo futuro para nuestras familias, nuestros
niños y nuestros jóvenes.
Por ello, como un ciudadano más, me sumaré a las causas y exigencias que están emergiendo desde las entrañas de la sociedad civil,
para impulsar la refundación de un Estado moderno y democrático y promover la convocatoria a un nuevo Constituyente nacional.
Estoy convencido de que los mexicanos no merecemos a esta clase gobernante y no merecemos vivir con miedo, sin esperanza, bañados
en sangre y empobrecidos, mientras esa pequeña élite sigue medrando con la riqueza nacional.
La soberanía de la Nación y del poder político radica en el pueblo de México y no en ésta casta gobernante que nos está llevando a la
ruina y al precipicio.
Ante esta terrible realidad nacional, nadie con algo de ética política y moral pública, puede quedarse cruzado de brazos, en espera de
que nos sea arrebatado nuestro último reducto de independencia y de soberanía como Nación. Tenemos que luchar por la vía pacífica
para modificarla.
Por eso, le comunico a usted que, a partir de esta fecha, renuncio como militante del Partido de la Revolución Democrática, con el
exhorto de que también este instituto político se disuelva y se refunde al gran movimiento popular, que es la verdadera semilla de la
transformación de la República y deje de ser parte legitimadora de este vetusto régimen político.
Recuerden que el PRD nació como un instrumento al servicio de la sociedad y no la sociedad como instrumento al servicio del PRD.
Con respeto personal a usted y a todos los militantes de base del PRD, me despido cordialmente.