La ceguera espiritual es el aspecto de la naturaleza humana caída, a causa de la cual la persona se
encuentra completamente incapacitada para poder comprender las verdades espirituales y aceptarlas
como fe salvadora y, por lo tanto, sigue en rebeldía espiritual.
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La ceguera espiritual
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LA CEGUERA ESPIRITUAL
“Oír, oiréis, pero no entenderéis; mirar, miraréis, pero no veréis. Porque se ha embotado el corazón de este
pueblo; han hecho duros sus oídos y sus ojos se han cerrado”.
(Mateo 13:14-15)
Introducción
La ceguera espiritual es el aspecto de la naturaleza humana caída, a causa de la cual la persona se
encuentra completamente incapacitada para poder comprender las verdades espirituales y aceptarlas
como fe salvadora y, por lo tanto, sigue en rebeldía espiritual.
Al contemplar el estado de las cosas en el mundo actual, impresiona profundamente la persistente
enfermedad de la ceguera espiritual. Es la enfermedad esencial de nuestro tiempo y algo natural en el
ser humano, y que forma parte del mismo desde su nacimiento.
Debemos comprender que hay cosas que no podemos entender y nuestra obligación es descubrir cuáles
son esas cosas, incomprensibles aún para nosotros. Quien no reconoce esta capacidad humana, pone un
límite a la razón. Se esconde tras una razón que considera soberana pero no se da cuenta de que es una
razón esclava. El acto supremo de la razón está en comprender que hay cosas que la superan. Para ello
debemos sustituir el valor de la verdad por el de la búsqueda de la verdad y, por lo tanto, de la
sinceridad. Pero nunca debemos confundir esos términos con la humildad, porque a veces se trata
solamente de presunción, que está muy ligada a la ceguera espiritual.
Para explicar de una forma más sencilla lo que es la ceguera espiritual podemos decir que es no ver la
vida como Dios la ve, y su resultado lógico y directo es no entender las cosas espirituales. Este estado
termina en el momento en que Dios, por su misericordia, imparte vida y luz espiritual, sin la cual la
persona se encuentra incapacitada para comprender las verdades del Evangelio, las cuales únicamente
pueden ser comprendidas espiritualmente.
En la Biblia existen numerosas alusiones referentes a la ceguera espiritual y también a que únicamente
Dios puede iluminarnos para desprendernos de ella. Sin embargo esta solución divina solamente
podemos aplicarla en nuestra vida personal cuando seamos plenamente conscientes de nuestra
particular ceguera.
“El hombre no acepta naturalmente las cosas del Espíritu de Dios; son locura para él. Y no las puede
entender porque sólo espiritualmente pueden ser juzgadas”.
(1 Corintios 2:14)
Ya hemos visto qué es la ceguera espiritual y cuál es el único medio para combatirla. Sin embargo
muchos no somos conscientes de nuestra propia ceguera y aún creemos que estamos en el camino
correcto y que por ello esa enfermedad espiritual no nos concierne. Pero existen síntomas que si los
analizamos detenidamente y con toda sinceridad, podemos darnos cuenta palpable de nuestro error.
Por ello analizaremos a continuación los principales síntomas de la ceguera espiritual.
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Principales síntomas de la ceguera espiritual
Los síntomas por los cuales podemos apreciar nuestra ceguera espiritual son varios y si les prestamos
atención podremos darnos cuenta de que nuestra vida espiritual, aunque seamos fieles asistentes a
nuestra Iglesia, está en declive, atascada e incluso muerta.
Si vivimos nuestra fe bajo un punto de vista rutinario, estamos ciegos ya espiritualmente. Y también lo
estamos en estos casos:
Cuando rezamos de forma automática las oraciones escritas, sin meditarlas ni profundizar
espiritualmente en ellas.
Cuando nos aburrimos en los rezos o recitamos las oraciones de forma mecánica y rutinaria.
Cuando caemos en la ociosidad y la pereza espiritual y no encontramos el momento adecuado
para orar.
Cuando no queremos leer la palabra de Dios o lo hacemos de manera automática, sin
comprender lo que Dios, por medio de ella, nos quiere manifestar.
Cuando mostramos nuestro fanatismo acerca de cualquier tema, acto o circunstancia religiosa.
Cuando no queremos reunirnos para orar o compartir temas referidos a la religión.
Cuando nos estancamos en una determinada situación religiosa, alegando que aquello es
suficiente para llenarnos espiritualmente, y no queremos proseguir e nuestros conocimiento
acerca de la espiritualidad.
Cuando tenemos prejuicios, lo cual perjudica nuestra visión de la Verdad.
Cuando buscamos a Dios únicamente para nuestro propio provecho.
Cuando nuestros actos no producen frutos reales.
Tipos de ceguera espiritual
Hay diferentes tipos o clases de ceguera espiritual y todas afectan nuestra espiritualidad de diferentes
maneras y en distintos grados. Cuando la ceguera ataca no alcanzas a ver de una manera amplia lo que
Dios te tiene reservado a ti, ni el propósito que Dios tiene para tu vida y la de aquellos que Él ha puesto
a tu cuidado. Esta es la ceguera espiritual que limita el actuar de muchos ministerios y grupos y que no
permite que el pueblo de Dios se desarrolle espiritualmente.
Ese tipo de personas pretenden resolver las necesidades que están lejos, mientras que ellas mismas no
ven, o pretenden no ver, lo que está sucediendo a su alrededor.
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Los principales tipos de ceguera espiritual son:
La búsqueda de ganancias personales: Cuando la persona está cegada por consideraciones de
carácter personal acerca de cómo le afectarían a él las cosas y cómo podría sacar mayor provecho de
ellas, tanto en el terreno espiritual como en el material. Si un día te preguntas: “qué voy a ganar o a
perder si hago esto o aquello”, estás en grave peligro de ceguera espiritual.
El celo religioso exacerbado: Debemos ser conscientes de que tener especial celo por algo no prueba
necesariamente que ese algo sea correcto, ni tampoco que estemos en el buen camino. Nuestro celo
puede ser en sí mismo algo que nos ciega y no nos permite contemplar el entorno de una determinada
situación, sino que solamente apreciamos lo que pensamos que es mejor, sin ningún tipo de
consideraciones, e incluso a veces sin atender opiniones ajenas e imparciales.
El fanatismo religioso: Aunque al principio la palabra fanático llegó a significar protector del templo
ya que proviene del latín fanum, que significa templo, posteriormente adquirió el sentido de una
intemperancia desmedida en defensa de la religión. En otras palabras, el fanatismo es una pasión
exacerbada, desmedida y tenaz hacia una determinada causa, en este caso religiosa.
La diferencia entre religioso y fanático reside en el hecho de que la persona religiosa ve la religión como
un medio para aprender y salvarse, mientras que el fanático trata la religión como algo incuestionable.
Además la persona fanática considera que quien piensa diferente a ella se convierte en una especie de
adversario religioso.
El fanático es, por lo general, una persona ignorante e ingenua que no acepta consejos ni opiniones, y
que se identifica con la causa que defiende actuando como juez de su verdad.
Los efectos de la ceguera espiritual
La ceguera espiritual es una condición real en todo ser humano desde su nacimiento y, por lo tanto,
debe procurarse ayuda inmediata para su sanación en el mismo momento en que es consciente de su
ceguera. De lo contrario jamás tendrá una fe vívida sobre las verdades del Evangelio y, por ello, su
salvación espiritual será cada día más difícil de alcanzar.
Por otra parte, una persona que no acepta sinceramente su ceguera espiritual nunca tendrá a su alcance
el arrepentimiento de sus acciones, ni verá con claridad el mensaje que Cristo quiere comunicarle para
mejorar su vida cristiana. Esta propia ceguera espiritual lo hundirá más aún en el entorno de su diario
vivir.
En definitiva, las personas verdaderamente ciegas son aquellas que creen únicamente en lo que miran, y
deliberadamente prefieren no ver nada. Miran el mundo que existe a su alrededor, pero se rehúsan a ver
en el mismo cualquier orden o significado. Están ciegas porque deciden serlo; inclusive negarían su vida
antes que confesar su enfermedad. Prefieren seguir siendo ciegos antes que ser salvos. Prefieren ser su
propio dios antes que confesarse con el Dios verdadero.
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En otras palabras, perder la visión espiritual es perder el rango sobrenatural de la vida espiritual y
quedar totalmente incapacitados para una efectiva y afectiva espiritualidad. El ciego no alcanzará a ver
lo que Dios quiere hacer en su vida ni tampoco la situación por la que está atravesando, lo cual le
conducirá irremediablemente hacia su propia destrucción.
Cómo recuperar la vista espiritual
Como hemos mencionado con anterioridad, nunca habrá sanación espiritual si no somos plena y
sinceramente conscientes de nuestra enfermedad. Si sabes que estás padeciendo de algún tipo de
ceguera espiritual, no te lo niegues a ti mismo. Humíllate ante la presencia de Dios y pídele que te abra
los ojos espirituales para que puedas ver lo que El tiene reservado para tu vida. No permitas que el
enemigo te ponga una venda en los ojos y te robe tu salud espiritual. Abres tus ojos y muévete dentro
de la voluntad divina y verás que Dios cumplirá sus propósitos en tu vida y así podrás andar en los
caminos que El ha marcado para ti.
Esta es la única fórmula para la sanación espiritual: humillarte ante Dios, reconocer tu ceguera y pedirle
a El que sane tu vista espiritual y traiga luz a tu corazón.
La vista espiritual es siempre un don de Dios
La visión espiritual es siempre un milagro del cielo. El que verdaderamente ve espiritualmente ha
experimentado un milagro, justo en el fundamento de su vida. Entonces toda su vida espiritual brota de
un milagro: el de habérsele impartido vida a unos ojos que antes no veían. Es justamente aquí donde
comienza la vida espiritual: viendo.
Pídele siempre y en todo momento al Espíritu Santo que obre en ti este milagro para que puedas ver y
entender y así Jesús no tenga que decirte “por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo
ni oyen ni entienden” (Mateo 13:13).
“Hijo del hombre, tú vives en medio de una casa rebelde; tienen ojos para ver, pero no ven; oídos para oír, y
no oyen, porque son una casa rebelde”.
(Ezequiel 12:2)