1. LA BIBLIOTECA PÚBLICA
Definición y funciones
En el concepto actual de biblioteca pública debemos referirnos obligatoriamente a la
UNESCO, agencia especializada de la ONU, creada en 1946 como medio para
contribuir a la paz y el bienestar social a través de la colaboración entre las naciones
en el ámbito de la educación, la ciencia y la cultura.
La UNESCO ha jugado un papel muy importante en la promoción y desarrollo de las
bibliotecas públicas, concebidas como un instrumento para la expansión de la cultura,
la democracia y el fomento de la paz.
Su doctrina respecto a las mismas se halla contenida en el Manifiesto de 1949,
completado y actualizado en el Manifiesto de 1994, elaborado por la Sección de
Bibliotecas Públicas de la IFLA (International Federation of Library Associations and
Institutions), en España FIAB (Federación Internacional de Asociaciones de
Bibliotecarios y de Bibliotecas)
Manifiesto de la UNESCO sobre la biblioteca pública (1994)
La libertad, la prosperidad y el desarrollo de la sociedad y de los individuos son
valores humanos fundamentales, que sólo podrán alcanzarse mediante la
capacidad de los ciudadanos bien informados para ejercer sus derechos
democráticos y desempeñar un papel activo en la sociedad
La biblioteca pública, puerta local del conocimiento, constituye un requisito básico
para el aprendizaje, la educación permanente, las decisiones autónomas y el
progreso cultural de la persona y los grupos sociales.
El Manifiesto proclama la fe de la UNESCO en la biblioteca pública como fuerza
viva para la educación, cultura e información y como agente esencial de fomento
de la paz y los valores espirituales en la mente del ser humano.
La biblioteca pública
Es un centro local de información que facilita a los usuarios todo tipo de datos y
conocimientos.
Sus servicios se prestan sobre la base de igualdad de acceso de todas las
personas, independientemente de su edad, raza, sexo, religión, nacionalidad,
idioma o condición social.
Deben ofrecerse servicios y materiales especiales para aquellos usuarios que
no pueden hacer uso de los ordinarios, por ejemplo, minorías lingüísticas,
deficientes físicos y mentales, enfermos o reclusos.
2. Todos los grupos de edad deben contar con material adecuado a sus
necesidades.
Las colecciones y los servicios deben incluir todo tipo de soportes, tanto
tecnologías modernas como materiales tradicionales. Deben ser de buena calidad
y adecuados a las necesidades y condiciones locales. Los materiales deben
reflejar las tendencias actuales y la evolución de la sociedad, así como la memoria
del esfuerzo e imaginación del ser humano.
Los fondos y los servicios no estarán sujetos a forma alguna de censura
ideológica, política o religiosa, ni a presiones comerciales.
Objetivos de la biblioteca pública
Los servicios que presta la biblioteca pública deben articularse en torno a los
siguientes objetivos relacionados con la información, la educación y la cultura:
1. Crear y consolidar el hábito de la lectura en los niños desde los primeros años.
2. Prestar apoyo a la educación, individual y autodidacta, y a la educación formal
de todos los niveles.
3. Brindar posibilidades para un desarrollo personal creativo.
4. Estimular la imaginación y creatividad de niños y jóvenes.
5. Fomentar el conocimiento del patrimonio cultural y la valoración de las artes y
de las innovaciones y logros científicos.
6. Facilitar el acceso a las experiencias culturales de todas las manifestaciones
artísticas.
7. Fomentar el diálogo intercultural y favorecer la diversidad cultural.
8. Prestar apoyo a la tradición oral.
9. Garantizar a todos los ciudadanos el acceso a todo tipo de información de la
comunidad.
10. Prestar servicios adecuados de información a empresas, asociaciones y
agrupaciones de ámbito local.
11. Facilitar el uso de la información y su manejo a través de las nociones básicas
de informática.
12. Prestar apoyo y participar en programas actividades de alfabetización
destinadas a todos los grupos de edad, en ellas y, de ser necesario, iniciarlas.
Financiación, legislación y redes
La biblioteca pública:
Será en principio gratuita.
Estará bajo la responsabilidad de las autoridades locales y nacionales. Deberá
estar regida por una legislación específica y financiada por las autoridades
nacionales y locales.
3. Ha de ser un componente esencial de toda estrategia a largo plazo para la
cultura, la provisión de información, la alfabetización y la educación.
Para lograr la coordinación y colaboración nacional, la legislación y los planes
estratégicos han de definir y promover una red nacional de bibliotecas,
basada en normas aceptadas de servicios.
La red de bibliotecas públicas debe concebirse en relación con las bibliotecas
nacionales, regionales, especializadas y de investigación, así como con las
bibliotecas escolares, de institutos y universitarias.
Funcionamiento y gestión
Debe formularse una política clara que defina objetivos, prioridades y
servicios en relación con las necesidades de la comunidad local.
La biblioteca pública debe organizarse eficazmente, manteniendo parámetros
profesionales de funcionamiento.
Debe asegurarse una cooperación con los interlocutores relevantes, por
ejemplo, grupos de usuarios y demás profesionales a nivel local, regional,
nacional e internacional.
Los servicios han de ser físicamente accesibles a todos los miembros de la
comunidad. Edificios bien situados, buenas condiciones de lectura y estudio,
tecnologías adecuadas y horario suficiente y apropiado a los usuarios. Supone
asimismo servicios de extensión para quienes no pueden acudir a la biblioteca.
Los servicios han de adaptarse a las necesidades de las distintas comunidades
rurales y urbanas.
El bibliotecario es un intermediario activo entre los usuarios y los recursos. Es
indispensable su formación profesional y permanente para que pueda ofrecer
servicios adecuados
Habrán de establecerse programas de extensión y de formación del usuario
con objeto de ayudarles a sacar provecho de todos los recursos.
Aplicación de Manifiesto
El Manifiesto insta a quienes toman las decisiones a nivel nacional y local y a la
comunidad bibliotecaria en general, en todo el mundo a que aplique los principios
expuestos en el mismo. Destacaremos los siguientes aspectos, que pueden definir la
biblioteca pública:
Funciones de la biblioteca pública. Contribuir a la educación e información de
los ciudadanos.
Dependencia administrativa y financiación. Ha de estar constituida sobre la
base de textos legales precisos y financiada por el Estado o Administraciones
locales, de manera que sus servicios sean gratuitos.
4. Usuarios. Ha de estar abierta a todos los miembros de la comunidad sin
distinción de raza, sexo, religión, nacionalidad, idioma o condición social.
Como conclusión, la biblioteca pública puede definirse como “biblioteca fundada y
sostenida por un órgano de la administración local, o en algún caso central, o
por algún otro organismo autorizado para actuar en su nombre, y accesible, sin
prejuicios ni discriminación alguna, a cuantos deseen utilizarla”.
Normas para bibliotecas públicas
El estudio de las normas existentes es muy importante a la hora de perfilar el concepto
de biblioteca pública.
Las primeras normas fueron dadas por la ALA (American Library Association) en los
años 30. En 1973 la IFLA publica las Normas para Bibliotecas Públicas y en 1977
realiza una nueva edición. Estas normas, de tipo cuantitativo, supusieron en su
momento un avance importante, sirviendo de guía en la evaluación y desarrollo de las
bibliotecas públicas. Resumen de su contenido:
1. Sistemas de bibliotecas públicas.
Población recomendada →150.000 habitantes
Mínimo viable de población → 50.000 habitantes
La legislación española considera la biblioteca pública como uno de los servicios
básicos y obligatorios de todos los municipios con población superior a 5.000
habitantes (Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local)
2. Unidad administrativa. Población mínima en cualquier circunstancia →3.000
habitantes.
3. Horas de apertura.
Bibliotecas urbanas centrales → 60 horas semanales
Bibliotecas sucursales → 18 – 60 horas semanales
4. Colecciones de libros.
Colección mínima para todos los departamentos, menos las colecciones
especiales, calculada en relación con la población alfabetizada:
– Unidades administrativas menores → 3 volúmenes/habitante
– Circunstancias generales → 2 volúmenes/habitante
– Si los menores de 14 años son el 25-30 % población → Los libros
infantiles deben representar 1/3 colección.
Libros de consulta
– Unidades administrativas menores → 100 volúmenes
– Circunstancias generales → hasta el 10 % de la colección. El porcentaje
se elevará en unidades administrativas muy grandes.
Colecciones en depósito para uso de pequeñas comunidades:
– Al menos, 4 cambios anuales de la colección, de 200 volúmenes en
cada ocasión.
5. Aumentos anuales por cada 1.000 habitantes:
– Circunstancias generales → 250 volúmenes / año
– Unidades administrativas pequeñas → 300 volúmenes / año
– Libros infantiles → en la misma proporción que en la colección total.
– Libros de consulta en bibliotecas que atiendan a más de 50.000
habitantes → 10 % del aumento total
5. Publicaciones periódicas, incluso diarios
Unidades administrativas hasta 5.000 habitantes → 50 como mínimo
Unidades administrativas 5.000-10.000 habitantes → 10 publicaciones
/1.000 habitantes
Estas cifras comprenden ejemplares múltiples, publicaciones periódicas en
lenguas extranjeras y publicaciones periódicas infantiles.
6. Discos y cintas de todas clases (para poblaciones de hasta 20.000 habitantes)
Colección para usar dentro de la biblioteca → 2.000 unidades
Aumentos anuales para mantener la colección → 300 unidades
Grabaciones para uso doméstico: no hay recomendación.
7. Colecciones para minorías nacionales y grupos no indígenas.
Libros en sus propias lenguas:
– Para grupos de menos de 500 habitantes → 100 libros
– Para grupos de 500-2.000 habitantes →1 libro / 5 personas
– Para más de 2.000 habitantes → 1 libro / 10 personas
Aumentos anuales:
– Para grupos de hasta 2.000 habitantes → 1 libro / 25 personas
– Para más de 2.000 habitantes → 1 libro / 50 personas
8. Personal. Total de personal no manual (profesional, de oficina, administrativo)
Unidades administrativas menores → 1 bibliotecario profesional, a tiempo
completo, con ayuda de personal de oficina
Grandes unidades administrativas, con servicios bibliotecarios desarrollados
→ 1 persona / 2.000 habitantes
Unidades administrativas muy grandes → 1 persona / 2.500 habitantes
Bibliotecarios titulados:
– Unidad desarrollada, urbana, compacta → 33 % del total del personal
– Sistema bibliotecario con muchas sucursales y pequeños puntos de
servicio → 40 % del total del personal
– En un gran sistema bibliotecario, un tercio de los bibliotecarios
profesionales estará especializado en trabajar con los niños.
6. 9. Edificios.
Distribución en zonas urbanas de mayor densidad:
– Una biblioteca sucursal en un radio de 1,5 km.
– Una biblioteca relativamente grande en un radio de 3-4 km.
Instalaciones para préstamo de adultos.
– En general → 15 m²/ 1.000 volúmenes.
– Mínimo → 100 m²
Instalaciones para consulta de adultos.
– Superficie → 10 m²/ 1.000 volúmenes.
– Número de plazas → 1,5 / 1.000 habitantes.
Almacenamiento de la colección de reserva:
– En depósitos de acceso cerrado → 5,5 m² / 1.000 volúmenes. (Esta
capacidad puede duplicarse aproximadamente si se usa estantería
compacta).
– En depósitos de acceso limitado → 7 m² / 1.000 volúmenes.
Exposición y consulta de diarios y publicaciones periódicas
– En bibliotecas hasta 20.000 habitantes →1 asiento / 2.000 habitantes.
– Para más de 20.000 habitantes →1 asiento / 3.000 habitantes.
– Superficie → 3 m² / asiento
Sin embargo, las necesidades locales pueden variar y deben estudiarse en
cada caso.
Almacenamiento y uso de materiales audiovisuales: no hay norma
recomendada.
Zonas para niños:
– Servicios de préstamos → 16 m² / 1.000 volúmenes en estanterías
abiertas. (Con 4 tablas cada una).
– Se añadirá espacio para circular, mostradores de personal, para
catálogos, etc.
– Superficie total aproximada que se necesita para préstamo:
Bibliotecas hasta 10.000 habitantes → 75 -100 m².
Bibliotecas 10.000 - 20.000 habitantes → 100-200 m².
– Espacio para estudiar: no hay norma recomendada.
– Actividades infantiles:
Si los niños van a escuchar → ,5 m² / plaza.
Para actividades recreativas variadas → 3 m² / plaza
7. Sitio para el personal:
– Despachos y oficinas → 10-12 m² / persona
– Sala de descanso, cocina, lavabos, guardarropas, ... → 2- 4 m² /
persona, en proporción inversa, para plantillas entre 2 y 200 personas
– Espacio para circulación o “zonas comunes”. Vestíbulo, escaleras,
servicios, guardarropas, salas de espera, pasillos, ….
Superficies para el público → 10-15 %
Superficies para el personal → 20-25 %
Este espacio depende mucho del diseño de la biblioteca en cada caso.
Pautas para bibliotecas públicas
El desarrollo de las bibliotecas públicas y la variedad de su situación en diferentes
países ha hecho evolucionar las normas, de tipo más rígido y cuantitativo, hacia las
pautas, más flexibles y de tipo cualitativo.
Las Pautas para bibliotecas públicas publicadas por la IFLA no ofrecen reglas sino
consejos basados en la experiencia de muchos países, que pueden ser aplicados con
carácter general.
Recogen orientaciones sobre los siguientes puntos:
1. Servicios de la biblioteca pública, que trataremos en el apartado siguiente.
2. Soportes documentales y medios de comunicación, que deben integrar las
colecciones: libros y publicaciones periódicas, pero cada vez más con nuevos
soportes: audiovisuales, documentos informáticos, …
3. Personal, que clasifican en:
a) Bibliotecarios profesionales. Titulados por enseñanza especializada,
generalmente de nivel universitario o postgraduado. Responsables de la
planificación y administración de los servicios, selección y administración de
colecciones, ayuda a los usuarios y mantenimiento de una eficaz conexión
entre el servicio bibliotecario y su comunidad.
b) Personal de oficina. Empleados de oficinas y de departamentos al público,
que realizan un gran número de tareas para las que no hace falta poseer
titulación profesional en biblioteconomía. El personal de oficina, sin
embargo, necesita variedad de pericias y, por ello, realizar cursos de
formación de diversos tipos.
c) Trabajadores manuales. Principalmente limpiadores, mozos, bedeles y
conductores.
8. d) Personal de otras categorías, en grandes bibliotecas:
Otros profesionales, para la organización y explotación de medios de
comunicación en campos específicos, como archiveros o informáticos,
Administradores, muchos de los cuales pueden ser bibliotecarios
titulados.
Técnicos responsables de los materiales y equipo audiovisuales o
electrónicos, encuadernadores y reparadores, escaparatistas, etc.
Además de la enumeración del personal, las Pautas recogen otros aspectos sobre
el mismo, como, número, gestión, …
4. Puntos de servicio de la biblioteca pública: número y distribución de
los mismos, condiciones de ubicación,
5. Gestión de las bibliotecas públicas.
6. Redes y servicios de apoyo.
Basadas en estas pautas generales, se han ido editando otras más específicas para
distintos servicios especiales, como las destinadas a pacientes de hospitales y lectores
discapacitados, personas privadas de libertad, niños, …
Normativa de bibliotecas públicas en Andalucía
En Andalucía, las bibliotecas públicas se rigen fundamentalmente por los siguientes
textos legales:
Ley 16/2003, de 22 de diciembre, del Sistema Andaluz de Bibliotecas y Centros de
Documentación, que establece, en base a la población, los tipos de centro
requeridos y los servicios que deben tener cada uno de ellos.
Decreto 230/1999, de 15 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento del
Sistema Bibliotecario de Andalucía, que establece, también en base a la
población, los estándares mínimos en cuanto a horarios, superficies de los
centros y fondos bibliográficos.
Resumen de las condiciones fijadas en ambas normativas:
1. Servicios requeridos. Los usuarios de la Red de Bibliotecas Públicas tienen
derecho a disponer, como mínimo, de los siguientes servicios:
a) Lectura, préstamo y referencia para adultos, jóvenes y niños.
b) Colecciones de fondos de interés local y regional.
c) Información ciudadana.
d) Materiales y servicios adaptados a colectivos con necesidades especiales.
e) Acceso a la consulta de materiales en todo tipo de soporte, incluido el
acceso telemático a redes de información.
f) Instalaciones y condiciones de accesibilidad adecuados a la normativa
vigente
9. 2. Tipos de centro.
Hasta 5.000 habitantes → Servicio de biblioteca pública o biblioteca móvil.
La Consejería de Cultura procurará el establecimiento de servicios
bibliotecarios fijos en todos los municipios entre 3.000 y 5.000 habitantes.
Más de 5.000 habitantes → Servicio de biblioteca pública.
Más de 20.000 habitantes → Red local de bibliotecas constituida por:
– Una Biblioteca Central
– Una sucursal por cada 20.000 habitantes más o fracción
– Servicios móviles, en su caso.
A cada una de las bibliotecas sucursales se les aplicarán los requisitos
mínimos que les correspondan en función de la población.
3. Servicios requeridos para cada tipo de centro:
Hasta 5.000 habitantes:
Lectura en sala
Préstamo a domicilio
Sección de publicaciones periódicas
Sección de referencia
Sección, de orientación bibliográfica
Si procede, sección infantil.
Más de 5.000 habitantes, además de los anteriores:
Sección infantil/juvenil
Sección de temas locales
Servicio de información a la comunidad
4. Bibliotecas Supramunicipales o Comarcales. Asumirán, además de las
funciones propias de todos los servicios bibliotecarios y en ámbitos menores
que la provincia las siguientes funciones:
a) Biblioteca central de préstamo
b) Gestión de los servicios de cooperación interbibliotecaria
c) Centro bibliográfico supramunicipal o comarcal
d) Centro de recursos para actividades de extensión bibliotecaria
e) Prestación del servicio de lectura para aquellos municipios con población
inferior a 5.000 habitantes que carezcan de él.
5. Horario mínimo.
Hasta 5.000 habitantes → 20 horas semanales, mínimo 3 horas diarias en
horario de tarde y 10 horas semanales para tareas de internas.
Hasta 10.000 habitantes → 30 horas semanales, mínimo 4 horas diarias en
horario de tarde.
Hasta 20.000 habitantes → 35 horas semanales, mínimo 4 horas diarias en
horario de tarde.
Más de 20.000 habitantes → 40 horas semanales, mínimo 4 horas diarias
en horario de tarde.
10. 6. Superficie de los centros.
Hasta 5.000 habitantes → 150 m².
Hasta 10.000 habitantes → 200 m².
Hasta 20.000 habitantes → 400 m².
Más de 20.000 habitantes → 800 m².
7. Fondos.
Hasta 5.000 habitantes → 3.000 unidades bibliográficas.
Hasta 10.000 habitantes → 5.000 unidades bibliográficas.
Hasta 20.000 habitantes → 10.000 unidades bibliográficas.
Hasta 10.000 habitantes → 15.000 unidades bibliográficas.
8. Otros temas regulados: Se enumeran, a título informativo y sin carácter
exhaustivo, otra serie de temas que se abordan en ambos textos legales:
Ejercicio del derecho de acceso a los registros culturales y de información
Deber de información.
Estructura y organización del Sistema Andaluz de Bibliotecas y Centros de
Documentación.
Atención a las minorías y personas en situación de desventaja
Gratuidad de los servicios bibliotecarios
Obligaciones generales de los usuarios
Personal
Competencias de las Administraciones Publicas y relaciones
interadministrativas.
Depósito Patrimonial Bibliográfico Andaluz
Patrimonio Bibliográfico Andaluz
Infracciones y sanciones
Inversiones
11. Servicios de la Biblioteca Pública
DIAPOSITIVA 1
Consideraciones
La biblioteca pública es, de entre todos los tipos de bibliotecas, la que tiene mayor diversidad
de usuarios, ya que por su naturaleza está abierta a todos los miembros de la comunidad en la
que se ubica. Por ello es la que mayor diversidad de servicios debe ofrecer.
Estos servicios deben ser gratuitos, tal y como se expresa en el Manifiesto de la UNESCO.
Cobrar por ellos marginaría a las personas de menos recursos económicos, quebrantando su
derecho al acceso a la información.
No está en las diapositivas
Sin embargo, el coste que supone la prestación de algunos de estos servicios ha abierto un
debate entre los partidarios de los servicios gratuitos y los que piensan que se deberían cobrar
algunos de ellos. El suministro de información al usuario genera costes muy altos, y las
administraciones no disponen de medios ilimitados. La IFLA no se pronuncia con rotundidad
sobre este tema pero reconoce la existencia del cobro por inscripción como usuario, aunque
también advierte que los usuarios no deben ser tomados como fuente de ingresos permanente
de la biblioteca pública.
Servicios según la IFLA
∙ Lectura en sala
∙ Préstamo (personal, colectivo, interbibliotecario)
∙ Información y referencia
∙ Formación de usuarios
∙ Reprografía
∙ Servicios para niños
∙ Actividades culturales
∙ Atención a personas discapacitadas, a personas que no pueden acudir a la biblioteca por su
situación especial, a minorías étnicas y lingüísticas
No está en las diapositivas
No todos estos servicios son igualmente necesarios en cualquier comunidad, ni todas las
bibliotecas públicas están en condiciones de ofrecerlos, aunque hoy día las posibilidades se
multiplican al existir mayor cooperación interbibliotecaria. Se han creado sistemas y redes para
atender todas las necesidades.
DIAPOSITIVA 2
Servicios de información y consulta de documentos
La biblioteca pública debe permitir el acceso a los documentos e información integrantes de
sus colecciones y además a los pertenecientes a las colecciones de otras bibliotecas. Es posible
gracias a los avances tecnológicos.
La composición de las colecciones: han de estar integradas por todo tipo de materiales tanto
en soporte tecnológico como en tradicional. Aunque hay que destacar que en estas
colecciones juegan un papel cada vez más importante los materiales audiovisuales ya que
además de informar, instruyen, enriquecen y entretienen de forma más atractiva.
En el suministro de documentos e información tiene especial importancia la existencia de la
colección local: conjunto de documentos relacionados con un área geográfica determinada
12. (un pueblo, una comarca, un barrio, una ciudad, etc) con una organización que facilite su
consulta. Pueden encontrarse en cualquier soporte y contener información sobre cualquier
tema.
DIAPOSITIVA 3
Servicios para niños y jóvenes
Tanto las Pautas de la IFLA como el Manifiesto de la UNESCO señalan la importancia de las
prestaciones que la biblioteca pública debe ofrecer a los más pequeños.
Así lo considera la UNESCO cuando enumera dentro de las funciones de este tipo de
bibliotecas:
Crear y consolidar los hábitos de lectura en los niños desde los primeros años
Estimular la imaginación y creatividad de niños y jóvenes
Por su parte la IFLA en sus Pautas entiende que el servicio para niños asegura la continuidad de
la biblioteca, pues son usuarios en el presente y serán los usuarios del futuro. Marca que el
objetivo básico de las bibliotecas públicas infantiles deberán ofrecer estímulos culturales y
educativos que permitan a los niños y jóvenes convertirse en adultos activos y espontáneos.
DIAPOSITIVA 4
Las edades entre 5 y 14 años suelen ser las más frecuentes. El tiempo de permanencia de los
niños en la biblioteca es generalmente mayor que el de los usuarios adultos.
Los usuarios de las bibliotecas o secciones infantiles no sólo son los niños y jóvenes, también lo
son los docentes, padres y madres, tutores de guarderías infantiles, de clubes juveniles,
editores, bibliotecarios, etc.
En cuanto a la ubicación lo más habitual es incluir los servicios para niños como una de las
secciones de la biblioteca general. El personal también necesita una formación específica por
la psicología especial de los más pequeños. Las preguntas formuladas por los niños suelen ser
imprecisas y hacer referencia a ciertos libros infantiles por lo que el bibliotecario debe leerlos.
Este tipo de bibliotecas presenta unas peculiaridades en aspectos tales como la colección, el
personal, el marco físico, etc.
Juegan un papel muy importante las actividades relacionadas con la animación a la lectura y al
uso de la biblioteca: charlas, narraciones, lecturas, actividades prácticas, etc, que implican
además, mayores recursos de personal.
El tratamiento técnico de los fondos debe ser básicamente el mismo utilizado en otras
secciones, adecuándolo a la edad, lenguaje de los niños, a veces se ha de abreviar o simplificar.
DIAPOSITIVA 5
Servicios a escuelas
La IFLA, a través de sus Pautas propone una estrecha relación de colaboración entre la
biblioteca pública y las bibliotecas escolares.
Ambos tipos comparten objetivos comunes como son el poner en relación a los niños con los
libros promoviendo el gusto y el dominio por la lectura.
17. Mantenimiento y explotaciones de colecciones de interés local y de colecciones de
medios audiovisuales
∙ Bibliotecas de barrio
Se les asignan servicios mínimos de acceso al documento y de referencia. Muy importante que
cuenten con una sección infantil bien dotada.
DIAPOSITIVA 16
Sistemas Rurales
Atienden a la población de una ciudad y de los municipios que dependen de ella. En estos
sistemas de biblioteca pública se incluyen los comarcales, provinciales y regionales.
El sistema rural está preparado para una provincia cuya capital tenga una población alrededor
de 400.000 habitantes. Estos sistemas han de tener una biblioteca central, disponer de un
director y de personal suficientemente en número y cualificación, locales adecuados a sus
funciones
Los elementos del sistema son cinco y dentro de cada uno de ellos existen unos servicios y
cada servicio tendrá unas tareas.
∙ Biblioteca Central del Sistema. Servicios propios de las bibliotecas centrales de los sistemas
urbanos, y algunos relacionados con la atención a zonas rurales.
∙ Bibliotecas de barrio fijas. Son filiales de la biblioteca urbana. Tendremos una por cada 15.000
habitantes.
∙ Bibliotecas municipales fijas. Establecidas en municipios de 30.000 habitantes o más. En este
caso tendremos una biblioteca central y bibliotecas filiales, una por cada 15.000 habitantes. Si
tuviésemos 50.000 habitantes tendríamos una central y una filial. Si el municipio tiene más de
30.000 habitantes ya se establece una biblioteca central y luego se ponen las filiales, una por
cada 15.000 habitantes.
∙ Bibliotecas fijas en municipios de menos de 30.000 habitantes. En este caso tendremos una
biblioteca central.
∙ Bibliotecas móviles. Tendremos una por cada 15.000 habitantes. Pueden ser los habitantes de
un barrio o de una población dispersa, por ejemplo los habitantes divididos en pedanías, etc.
No está en las diapositivas
En las filiales los servicios que se ofrecen son los de consulta en sala y préstamo. Tanto los
bibliobuses como las agencias de lectura dependen de una biblioteca fija, esto quiere decir que
la biblioteca fija la surte de fondos y se responsabiliza de la agencia de lectura o del bibliobús.
18. BIBLIOTECAS PÚBLICAS EN ESPAÑA
1.‐ Evolución de la Biblioteca Pública en España: antes y después de la Constitución 1978
Como idea general, la organización bibliotecaria española, en lo que a bibliotecas públicas se
refiere, ha experimentado un profundo cambio tras la aparición de las autonomías, sistema
aún inacabado en algunas comunidades autónomas.
Antes de eso, deberemos remontarnos años atrás, hasta el sistema establecido antes de la
Constitución de 1978, que es en sí un punto de inflexión:
I. Antes de la Constitución, la organización a nivel nacional se caracterizaba por la
existencia de:
‐ SERVICIO NACIONAL DE LECTURA
Creado por el Decreto de 24 de julio de 1947 por el Ministerio de Educación Nacional
(B.O.E. 17 agosto 1947), da una serie de normas para la ordenación de Archivos y
Bibliotecas, desarrollándose sus funciones en el Reglamento de 4 de julo de 1952, en el que
se establecen además:
Hacer llegar el libro a todo el territorio nacional
Comprar los libros necesarios para todas las bibliotecas públicas. Para ello se
tramitaban las peticiones de compra y las facturas correspondientes, presentadas
y conformadas por las Bibliotecas Públicas Provinciales y los Centros
Coordinadores.
Promover la creación de nuevos Centros Coordinadores y de nuevas bibliotecas
públicas municipales.
Dotar a las bibliotecas públicas municipales de un fondo bibliográfico inicial.
Organizar una Biblioteca Central Circulante para el préstamo interbibliotecario
nacional.
‐ LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS PROVINCIALES
Dependían del Servicio Nacional de Lectura, ya que el intento de que éstas fuesen
grandes bibliotecas municipales cofinanciadas por los ayuntamientos respectivos, no
llegó a cuajar
19. ‐ CENTROS PROVINCIALES COORDINADORES DE BIBLIOTECAS
Tienen su origen en una Orden de 18 de noviembre de 1940 por la que se concede
carácter oficial al Centro Coordinador de Bibliotecas creado por la Diputación de
Oviedo. Tomando este modelo, se decide crear un Centro Coordinador por provincia
que se ocupará como órgano delegado del poder central, del desarrollo bibliotecario
en la demarcación.
Estos Centros tienen como misión:
Elaborar los planes bibliotecarios provinciales
Inspeccionar y proporcionar ayuda técnica a las bibliotecas públicas de la
provincia
Promocionar la creación de bibliotecas públicas municipales en la provincia
Encargarse de organizar una biblioteca circulante para el préstamo
interbibliotecario de la provincia
Dichos Centros funcionaban mediante la colaboración presupuestaria del Ministerio a través
del Servicio Nacional de Lectura (subvención para la compra de libros), las Diputaciones
provinciales (se hacen cargo de los gastos generales), y los Ayuntamientos (se ocupaban de
proporcionar o pagar locales para instalar bibliotecas, así como de pagar al personal)
A modo de conclusión general, a través de las unidades descritas, se desarrolló una
organización bibliotecaria nacional, basada en la existencia de sistemas bibliotecarios
provinciales cuya conexión se llevaba a cabo unificando la dirección técnica del Centro
Coordinador y de la Biblioteca Pública del Estado correspondiente, que recaía en un único
funcionario del Cuerpo Facultativo de Archivos y Bibliotecas.
II. Pasamos ahora a hablar de la organización biblioteca actual. Distinguimos entre:
‐ BIBLIOTECAS PÚBLICAS DE TITULARIDAD ESTATAL
La existencia de estas bibliotecas aparece recogida en el artículo 149.1 (28º) de la
Constitución española. Estas bibliotecas conforman una red de 51 bibliotecas,
generalmente situadas en las capitales de provincia, algunas de las cuáles nacieron
para albergar los fondos procedentes de la Desamortización de Mendizábal en el siglo
XIX. Además, muchas de ellas, son receptoras del Depósito Legal desde su creación.
Consecuencia de estas dos ideas, algunas de ellas poseen un importante fondo antiguo
y una interesante colección local.
20. La condición de “titularidad estatal” se traduce en que el Estado es propietario de las
instalaciones y el responsable de las inversiones que se lleven a cabo en las mismas. A
su vez, el Estado establece el Reglamento general como ha hecho a través del R.D.
582/1989 de 19 de mayo (BOE de 31 de mayo de 1989).
Por medio de convenios de gestión firmados entre el Ministerio de Cultura y las
distintas CC.AA., estas bibliotecas han pasado a ser gestionadas por las delegaciones
autonómicas: por esto, las CC.AA. son responsables de la prestación de servicios y de
la elaboración de los reglamentos de funcionamiento interno.
La dependencia de estas bibliotecas del Ministerio de Cultura queda regulada por el
R.D. 2045/1994 de 14 de octubre, en el que se establece la estructura orgánica básica
de dicho Ministerio (BOE de 20 de octubre de 1994). Dentro de la organización del
Ministerio, se menciona la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas, y dentro
de la misma Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria, con las siguientes
funciones:
La elaboración de programas y planes concertados para la constitución y
fomento de bibliotecas, mediante la oferta de servicios técnicos y
asesoramiento en materia bibliotecaria.
La creación, dotación y fomento de bibliotecas de titularidad estatal, sin
perjuicio de la gestión de las mismas por las CC.AA.
El diseño y desarrollo de campañas de utilización de bibliotecas.
La obtención, explotación y utilización de datos estadísticos de bibliotecas.
La asistencia bibliotecaria a sectores especiales de población que no pueden
utilizar los servicios habituales de las bibliotecas públicas.
Para llevar a cabo lo anterior, se ha transferido a las CC.AA. el personal y el presupuesto que el
Estado gastaba en el mantenimiento de dichas bibliotecas. Los gastos de inversión siguen
figurando en los Presupuestos del Estado (en este último plano hay que citar el Plan de
Inversiones en las Bibliotecas Públicas del Estado (INVERCAS), iniciado en 1983 con el objetivo
de construir nuevos edificios o remodelar los existentes).
También el Estado está llevando a cabo un Proyecto de Informatización de la Red de
Bibliotecas Públicas del Estado (PROINRED), que comenzó en 1987 y que se encuentra en una
fase muy avanzada.
Consideradas globalmente, en la actualidad las bibliotecas de titularidad estatal presentan
algunas carencias: la colección está por debajo de las recomendaciones de la IFLA, ya que
supone un 21,30% respecto a la dotación óptima aconsejada, representando un 0,43%
volúmenes por habitante; lo mismo ocurre con el personal que supone un 23,01% también
respecto a la dotación óptima aconsejada, representando un 0,23 por cada 2500 habitantes; a
ello hay que sumar la inadecuación de la plantilla: 250 bibliotecarios (22,06%) frente a 873
personal administrativo, subalterno y auxiliar (77,05%). Por otra parte se da una importante
carencia de personal especializado en informática (0,88%).
22. De todas formas, en aquellas comunidades autónomas en las que se optó por un sistema
centralizado con la supresión de los centros coordinadores como, por ejemplo, Aragón, la
situación lejos de mejorar, se ha agravado más si cabe.
‐ BIBLIOTECAS PÚBLICAS MUNICIPALES
La competencia de las CC.AA. sobre las bibliotecas públicas aparece también señalada
en el artículo 148.1. (15º) de la Constitución española.
Posteriormente, los respectivos Estatutos de Autonomía recogen entre otras, las
competencias sobre bibliotecas transferidas a las CC.AA. por la Constitución. Esta
transferencia se ha llevado a cabo mediante los denominados Decretos de
Transferencias, a través de los cuales se han traspasado las competencias del antiguo
Servicio Nacional de Lectura, Depósito Legal, etc.
Estos traspasos no se han dado de un modo uniforme para todas las CC.AA., variando
tanto el momento como la forma de llevarlos a cabo.
Tras ellos, las CC.AA. han dictado sus propias normas legales en materia bibliotecaria,
conformándose así los distintos sistemas bibliotecarios autonómicos.
RED DE BIBLIOTECAS PÚBLICAS DE ANDALUCÍA
La Red de Bibliotecas Públicas de Andalucía es el conjunto organizado de bibliotecas públicas y
de bibliotecas privadas de uso público general, con ámbito geográfico diverso y escalonado, así
como de otros centros de gestión y de apoyo a los servicios bibliotecarios, que disponen,
principalmente, de colecciones y fondos bibliográficos de carácter general.
La Red de Bibliotecas Públicas de Andalucía se compone además de por los servicios para la
lectura pública de la Biblioteca de Andalucía, por las bibliotecas públicas del Estado‐bibliotecas
provinciales, bibliotecas supramunicipales, bibliotecas municipales y bibliotecas de barrio o, en
general, de ámbito territorial inferior al de municipio, por servicios bibliotecarios móviles y por
bibliotecas privadas de uso público general que se incorporen al Sistema Andaluz de
Bibliotecas y Centros de Documentación:
El Sistema Andaluz de Bibliotecas y Centros de Documentación es el conjunto de órganos,
centros y medios que tiene como fin garantizar el mejor aprovechamiento de los registros
culturales y de información, y de todos sus recursos bibliotecarios y documentales, mediante
la coordinación y cooperación entre sus diversos elementos. Está constituido por la Consejería
de Cultura, el Consejo Andaluz de Bibliotecas y Centros de Documentación y los siguientes
centros:
‐ La Biblioteca de Andalucía.
‐ Las Bibliotecas Públicas del Estado ‐ Bibliotecas Provinciales , sin perjuicio de la normativa
estatal y el resto del ordenamiento jurídico.
‐ Las bibliotecas públicas municipales y supramunicipales, así como los servicios bibliotecarios
móviles del mismo ámbito.
‐ Las bibliotecas universitarias y sus centros de documentación.
‐ Las bibliotecas escolares y las restantes bibliotecas y centros de documentación de
competencia autonómica y uso público.
‐ Las bibliotecas y centros de documentación de titularidad privada que se incorporen al
Sistema Andaluz de Bibliotecas y Centros de Documentación, de acuerdo con lo establecido en
esta Ley y en su desarrollo reglamentario.
23. El Sistema Andaluz de Bibliotecas y Centros de Documentación se estructura en una biblioteca
central, la Biblioteca de Andalucía, y dos redes: la Red de Bibliotecas Públicas de Andalucía y la
Red de Centros de Documentación y Bibliotecas Especializadas de Andalucía.
PRINCIPALES SECCIONES DE LA BIBLIOTECA PÚBLICA
1.‐ La sección de estudios locales
Un primer antecedente sobre la creación de una sección específica para temas locales, será el
presentado por William H.K. Wright ante la Librarian Associaton, en el Reino Unido; desde
entonces han proliferado las experiencias en esta línea y en la actualidad distintos organismos
manifiestan su importancia.
En cuanto a las definiciones de los organismos internacionales de normalización, en primer
lugar tenemos el Manifiesto de la Unesco, según el cual la Biblioteca Pública es un centro local
de información. En segundo lugar, también las Pautas para Bibliotecas Públicas de la IFLA/FIAB
nos dan una serie de recomendaciones, al igual que las Directrices IFLA/UNESCO para el
desarrollo del servicio de bibliotecas públicas y el Plan de impulso de las bibliotecas públicas
españolas de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas, de marzo de 2000, las
cuáles resaltan la importancia de esta sección.
Esta sección no sólo está plenamente justificada, sino que puede llegar a alcanzar un mayor
protagonismo, transformándola en un verdadero servicio de información local (SIL).
La vieja sección local era una parte de la biblioteca pública que tenía como misión recoger,
conservar y organizar todo el material bibliográfico, hemerográfico y audiovisual de interés
local. Se concebía como la memoria particular de un pueblo al que pertenecía y, por tanto,
sólo merecedora de atención para los eruditos locales.
Actualmente, y manteniendo estas funciones tradicionales, la principal función del SIL es la de
dar respuesta a cualquier demanda de información por parte de los usuarios. De esta forma, y
siguiendo a Javier García Gómez, podríamos enumerar como las principales funciones del SIL:
‐ Crear y consolidar hábitos de acceso y uso de la información que contribuyan a la
creación de una sociedad informada.
‐ Garantizar a los ciudadanos el acceso a todo tipo de información de la comunidad.
‐ Prestar servicios adecuados de información a empresas, asociaciones y agrupaciones
de ámbito local.
‐ Garantizar la transparencia de la Administración Pública.
Para realizar eficazmente estas funciones y cumplir con su principal objetivo, los materiales
podemos agruparlos en dos grandes grupos:
‐ Los que versan sobre la propia localidad y se recogen con la idea de preservar y
conservar, encaminada al estudio e investigación de la propia localidad.
‐ Todas aquellas informaciones que generan los distintos entes administrativos,
políticos, económicos, sociales, culturales, educativos,… de la propia localidad y que el
24. SIL recoge y organiza con la finalidad de facilitar el acceso por igual a todos los
ciudadanos.
Una herramienta que puede resultar de vital importancia en un SIL es su página web, que
podría estructurarse en tres grandes apartados:
‐ Información acerca del servicio: presentación, objetivos, personal, horario,…
‐ Acceso remoto al fichero o base de datos de recursos informativos locales que haya
creado la biblioteca.
‐ Enlaces o links que puedan ser de interés para los usuarios del servicio: webs de otros
organismos, empresas o entes locales, bases de datos con información de interés local,
publicaciones electrónicas relacionadas con la localidad,…
2.‐ La sección infantil
Uno de los primeros precedentes de la sección infantil lo podemos encontrar en L´heure
joyeuse (la hora feliz), surgida en Paris en 1924, una biblioteca para niños de todas las razas o
clase social. Desde entonces, el número de bibliotecas infantiles ha ido creciendo y hoy en día,
prácticamente todas las bibliotecas públicas cuentan con sección infantil.
Al igual que en el caso anterior, tanto la UNESCO como las Directrices IFLA/UNESCO se
encargan de describir y dar preceptos para el correcto funcionamiento y desarrollo de la
sección infantil.
En definitiva, se trata de contribuir en la medida de sus posibilidades y en la parte que le toca,
a la formación de niños críticos y creativos, capaces de colaborar en el progreso y la mejora de
la sociedad en la que viven.
Las dimensiones, en el caso de que forme parte de una biblioteca pública, han de ser el 50%
del total del espacio destinado al servicio público.
Si el espacio lo permite, se realizará una distribución de zonas de edad, siendo lo más
aconsejable tres zonas: hasta 6 años, entre 7‐10 años y entre 10 y 14 años. Si no es posible,
contar al menos con una zona hasta 10 años y otra de 10‐14 años.
El mobiliario debe ser flexible y adaptado, y el fondo amplio y variado, reuniendo todo lo que
se publica referido a los niños, las obras clásicas de literatura infantil y una buena colección de
diccionarios y enciclopedias de todos los temas y niveles.
Esta sección debe prestar los servicios habituales de lectura en sala, préstamo y audición y
visionado individuales, pero además puede (y debe) realizar multitud de actividades como:
‐ Charlas y reuniones
‐ Proyecciones de película
‐ Fichas de lectura
‐ Seminarios de biblioteca
‐ Libro‐forum
‐ Presentación de libros
‐ Exposiciones
‐ Club de poesía
‐ Club de arte dramático
‐ La hora del cuento