El anciano Nassan encuentra a un niño de 12 años llamado Bat en el suelo cabizbajo y solo. Bat se queja de que no tiene nada ni donde vivir. Nassan intenta hacerle ver que tiene muchos tesoros como su salud, juventud y experiencia de 12 años, aunque Bat no lo ve así. Para demostrárselo, Nassan le ofrece trueques absurdos de partes de su cuerpo por las ovejas de Nassan, a lo que Bat se niega porque valora esas partes. Así, Nassan le hace comprender que lo más val
1. El mayor tesoro El mayor tesoro no consiste en riquezas, simplemente, lo más preciado, el mayor tesoro, está al alcence de la mano.
2. Todas la mañanas, Nassan, un anciano de casi cien años, se levantaba muy temprano para contemplar el alba. Consideraba un regalo poder repetir ese sencillo ritual cada día. De hecho, el anciano esteba convencido de que su longevidad se debía, en parte, a la sana costumbre de madrugar más que el sol para presenciar su salida.
3. Nassan vivía en una sencilla tienda de tela y pasaba la mayor parte del tiempo cuidando de su ganado. Un día, el anciano montó en su caballo y salió en busca de su rebaño de ovejas. Llevaba un rato cabalgando cuando se encontró con un chico en el suelo, cabizbajo. Al llegar junto a él, Nassan le preguntó: -¿Te ocurre algo, muchacho?
4. El chico levantó la cabeza, y el anciano vio su triste mirada. -¿A mí?- preguntó el joven- No, nada... -A ver, cuéntame. Las penas compartidas no son tan pesadas. -¿Tú crees? ¿Cómo lo sabes?- dijo el muchacho. -Po la experiencia que me han dado los años- dijo Nassan. -Pues yo, por no tener, no tengo ni experiencia- se quejó el chico- No tengo nada.
5. -¿Qué edad tienes?- quiso saber Nassan. -Doce años- respondió el muchacho- Me llamo Bat. -Pues ya tienes la experiencia de doce años, Bat. -Para lo que me sirve... -¿Qué te pasa? ¿Por qué hablas así?- preguntó Nassan. -Mi vida es un desastres. Me he quedado solo en este mundo y no tengo ni un techo donde cobijarme. Se lamentó Bat.
6. -Lo siento mucho. Dijo el anciano- Pero tienes toda la vida por delante, no deberías ver las cosas con tanto pesimismo. -¿Y cómo quiere que las vea? ¡Estoy solo y no tengo nada! -Yo, en cambio, veo que posees muchos tesoros. -¿Me estés tomando el pelo?- exclamó Bat malhumorado. -No. Te repito que tienes muchos tesoros, y muy valiosos.
7. -A ver, ¿cuáles son esos tesoros? -Escucha, Bat, te propongo un trueque- dijo Nassan. -¿Un trueque?- preguntó con asombro el chico- ¡Si no tengo nada que cambiar! Entondes, Nassan le dijo muy serio: -Dame uno de tus ojos y yo te daré mi rebaño de ovejas. -¡Qué dices!¡No cambiaría uno de mis ojos por nada del mundo!
8. Nassan intentó realizar más trueques, pero con otras partes del cuerpo, hasta que se decidió a parar de molestarle, y le dijo por fin: -Fíjate- le dijo el andiano-me dices que no tienes nada de valor... Pero cuando yo te ofrezco comprarte algo que es tuyo, te niegas en redondo. ¿No te das cuenta? ¡es mucho más valioso lo que tú tienes que todas mis posesiones! Tienes salud y juventud. ¡Tueres, en ti mismo, el mayor tesoro! Anda, ven a mi tienda, te daré cobijo y te enseñaré a trabajar, para que nunca te falte dinero.