Este documento describe las lesiones más comunes en el fútbol, incluyendo esguinces de tobillo, lesiones de rodilla como desgarros del ligamento cruzado anterior, y lesiones musculares. Explica los síntomas, causas y tratamientos típicos de estas lesiones, así como factores de riesgo y medidas de prevención. Se enfoca principalmente en esguinces de tobillo y lesiones de rodilla, como desgarros del ligamento cruzado anterior, que son algunas de las lesiones más frecuentes en los futbolistas.
Lesiones más frecuentes en el futbolista: Tobillos, rodillas e isquiotibiales
1. UNIVERSIDAD TECNICA DEL NORTE
INFORMATICA APLICADA AL DEPORTE
ELVIS ACURIO
LESIONES MAS FRECUENTES EN EL FUTBOLISTA
2. LESIONES MAS FRECUENTES EN EL FUTBOL
Son pocos los tipos de lesiones que componen el grupo de
las lesiones propias del fútbol. Lógicamente, se localizan
principalmente en las piernas de los jugadores. Por suerte,
las graves son extremadamente raras.
En todos los deportes se producen lesiones como
consecuencia directa de las acciones y movimientos que les
son propios. La gran mayoría de las que ocurren en el
fútbol revisten un carácter muy leve o leve. Entre las más
frecuentes destacan las contusiones musculares
(magulladuras) y los esguinces en las articulaciones.
3. Obviamente, lo mejor es prevenirlas. De todas formas, a
continuación te ofrecemos algunos datos sobre las lesiones
más frecuentes que podrías sufrir:
Lesiones en los tobillos
•Lesiones en las rodillas
•Lesiones en los isquiotibiales
•Lesiones en la cabeza
4. LESIONES EN LOS TOBILLOS
ESGUINCE DE TOBILLO
Un esguince es una lesión en la que un ligamento se desgarra o se retuerce.
Los esguinces se producen con mayor frecuencia en los tobillos, las rodillas
y las muñecas.
Los esguinces de tobillo son las lesiones más habituales en el fútbol
aunque quizás no se consiga impedir un primer esguince de tobillo, sí se
pueden tomar precauciones para evitar sufrir mas .
Los esguinces de tobillo presentan normalmente una misma pauta. La
mayoría se producen cuando la planta del pie se flexiona hasta dañar los
ligamentos de la parte exterior del tobillo, por ejemplo en un choque contra
un pequeño saliente dentro del campo o con el pie de otro futbolista al
correr o caerse. Un mecanismo típico en el fútbol es una entrada en la que
un jugador golpea la parte interior de la pierna del adversario y provoca que
el pie de este se flexione
.
5. Existen además factores de riesgo personales, como la fortaleza del tobillo, la
amplitud de movimiento y el control que se tiene sobre los movimientos. Estos
factores de riesgo pueden mejorarse mediante ejercicios específicos, por ejemplo
los incluidos en el “11+”.
Un factor de riesgo importante es haber sufrido ya una lesión de tobillo. Un
aparato ortopédico semirrígido o de suspensión ayuda a impedir que la
distensión empeore, y debe llevarse durante varios meses. Además, se puede
realizar un entrenamiento de equilibrio suplementario utilizando discos de
tobillo o un rola bola.
La mayoría de los futbolistas consideran el esguince de tobillo una molestia,
pero es necesario proteger el tobillo para que no vuelva a lesionarse.
El esguince de tobillo se caracteriza por un dolor lateral asociado a inflamación,
esquimosis (moretones) y muchas veces por la incapacidad de apoyar el pie
afectado..
6. Síntomas y signos de esguinces de tobillo:
Hinchazón: a los pocos minutos o paulatinamente, a lo largo de
varias horas.
Dolor en la zona lesionada (el niño normalmente puede escudar
o proteger esta zona para que no se toque o se mire.
• Hinchazón en la zona lesionada
Dolor al intentar mover el tobillo y al caminar.
Agarrotamiento e incapacidad de poner todo el peso del cuerpo
sobre el pie.
Calor, moretones o enrojecimiento en la zona lesionada
7. TRATAMIENTO
En todos los casos, de inmediato y durante las primeras 24 horas, se indicará
reposo con el miembro inferior en alto, hielo local por períodos de 15 a 20
minutos cada cuatro horas, vendaje elástico suavemente compresivo y
medicación analgésica y antinflamatoria no esteroide. Luego del completo
examen clínico-radiológico detallado anteriormente, el tratamiento diferirá
según sea la forma anátomo-clínica.
En los esguinces leves se realizará un vendaje ajustado fisiológico (“strapping”),
fisioterapia y antinflamatorios, reanudando las prácticas en forma progresiva a
partir de los seis a diez días, manteniendo el vendaje de protección.
Los esguinces graves, con lesión capsuloligamentaria completa e
inestabilidad, serán tratados quirúrgicamente, dentro de los primeros días,
procediendo a la reparación de los elementos desgarrados mediante sutura
o reimplantación ósea según corresponda.
8. •Se inmovilizará luego el tobillo con un enyesado similar y por el mismo período
de tiempo que en el caso anterior.
Una vez retirado el yeso se iniciará un tratamiento de rehabilitación consistente en
la práctica de ejercicios propioceptivos que mediante la activación de los
mecanismos reflejos de defensa, producirán el fortalecimiento de los grupos
musculares pronosupinadores.
En los esguinces moderados se confeccionará una bota corta de yeso con el pie en
posición neutra o de ligero talo y el retropie en pronación, actitud esta en que se
relajan las estructuras ligamentarias comprometidas
Se colocará un taco de marcha, autorizando la misma al partir del tercer o cuarto
día manteniendo la inmovilización por un lapso de tres a cuatro semanas.
Durante este período se insistirá en la realización de ejercicios musculares
isométricos y en la movilización activa de rodilla y dedos en prevención de
fenómenos tróficos atribuibles al yeso. Retirado el mismo se indicará fisio y
kinesioterapia, vendaje elástico y reanudación progresiva de las prácticas a partir
de la sexta semana.
9. LESIONES DE RODILLA
Las lesiones de rodilla puede ocurrir ya sea directamente o en
formas menos directas de tales estiramiento o torsión. La última
categoría de las lesiones de rodilla el cartílago (meniscos) se
pinche entre los bordes del cóndilo femoral y la superficie de la
tibia, por lo que puede causar la rodilla que se rompa. La primera
categoría de las lesiones de rodilla también puede ocurrir cuando
el ligamento de la rodilla se estira, e incluye tres grados posible
en términos de la severidad con que se puede producir lesiones
en la rodilla, con el primer grado es el menos grave. En el caso del
tercer grado de las lesiones de rodilla se extiende, el ligamento se
convertirá completamente desgarrado.
10. ESGUINCE MEDIAL
Se produce a raíz de un
estiramiento o desgarro de los
ligamentos (que son las bandas de
tejido que conectan los huesos
entre sí y en la rodilla existen 4
tipos) y se pueden producir por
una torcedura forzada de la rodilla,
al caer de mala manera después de
saltar o a raíz de un golpe en el lado
interno de la rodilla, entre otros
factores. Su recuperación es
médica y no necesita intervención
quirúrgica.
11. •La lesión de rodilla más temida es el desgarro del ligamento cruzado anterior
(LCA). Pero cualquier lesión de rodilla puede mantenerte apartado de los
terrenos de juego o causar problemas a largo plazo.
La rodilla es, junto con el tobillo, una de las articulaciones que los jugadores de
fútbol se lesionan con más frecuencia. Los impactos directos (por entradas o por
golpes) o indirectos (giros, torceduras) pueden afectar a ligamentos
(particularmente al ligamento cruzado anterior), tendones o cartílagos.
El LCA es uno de los principales ligamentos estabilizadores de la articulación de la
rodilla que impide el movimiento excesivo de la parte inferior de la pierna
respecto a la superior. El 70% de todas las lesiones de LCA ocurren sin contacto
con otro jugador. Los lances del fútbol que más lesiones de este tipo provocan son
las pisadas de frenado después de una carrera, los cambios súbitos de dirección,
los aterrizajes con la rodilla y la cadera extendidas, o los lapsus de concentración.
Si te desgarras el LCA, podrías perderte entre seis y nueve meses de competición
como resultado de la lesión. En cerca de los dos tercios de todos los desgarros
completos de LCA también se producen daños en otras estructuras de la rodilla.
Los desgarros completos de LCA frecuentemente acarrean problemas a largo
plazo, entre ellos la inestabilidad de la rodilla y la aparición temprana de artrosis
en dicha articulación, un trastorno normal entre las personas mayores como
consecuencia del envejecimiento.
12. ELEMENTOS OSEOS
El extremo inferior del fémur presenta
dos protuberancias redondeados
llamadas cóndilos que están separadas
por un espacio intermedio que se
denomina espacio intercondileo.
Por su parte el extremo superior de la
tibia posee dos cavidades, las cavidades
glenoideas, que sirven para albergan a
los cóndilos del fémur. Entre las dos
cavidades glenoideas se encuentran
unas prominencias, las espinas tibiales,
en las que se insertan los ligamentos
cruzados. El la parte anterior de la tibia
existe otro saliente, la tuberosidad
anterior que sirve de inserción al tendón
rotuliano.
Por otra parte la rótula se articula en su
porción posterior con una parte del
fémur que se llama tróclea femoral.
Entre ambas superficies se interpone
un cartílago, el cartílago prerotuliano
que amortigua la presión entre los dos
huesos.6
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13. LIGAMENTO
CRUZADO ANTERIOR
El ligamento cruzado anterior conecta la
parte posterior-lateral del fémur con la
parte delantera-media de la tibia,
pasando por detrás de la rótula. Esta
unión permite evitar un desplazamiento
hacia delante de la tibia respecto al
fémur, mientras que el ligamento
cruzado posterior (LCP) evita un
desplazamiento hacia atrás de la tibia
respecto al fémur, ambos combinados
proporciona estabilidad rotacional a
la rodilla. Las rupturas de este
ligamento son frecuentes al realizar
actividades físicas agresivas,
principalmente cuando se producen
impactos que provocan un genu
valgo forzado de la pierna, requiriendo
una operación para su reconstrucción.
Esta operación puede ser
por artroscopia o por cirugía abierta.
Para el tejido del nuevo ligamento
puede emplearse un autoinjerto o
un aloinjerto.1 No obstante, la operación
no es totalmente necesaria en algunos
pacientes que realicen poca actividad
física, quienes podrán llevar una vida
normal sin este ligamento tras una
rehabilitación de fortalecimiento
muscular. La prueba de Lachman o
la prueba del cajón (eventualmente
asociada de otros
exámenes clínicos o radiográficos)
permiten detectar una ruptura del LCA.
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